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Educación vial. Selección de lecturas de la prensa cubana (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Como parte del trabajo
encaminado a la prevención de accidentes,
la
educación vial es integrante del gran universo que
conforma la Educación para la
Salud.

La educación para la salud4 es
eminentemente preventiva y se enriquece cuando involucran al
educando como protagonista en la solución de problemas en
la dinámica del medio natural, social, y
cultural del desarrollo
humano, promoviendo un cambio de
conducta, a fin
de aproximarnos a modelos de
actuación donde se asuman posiciones activas ante
fenómenos desagradables.

Sonia Eljach, representante del Fondo de las
Naciones Unidas
para la Infancia
(UNICEF) en Cuba, afirma
que esta ¨ ha situado entre sus prioridades, el
acompañar los importantes esfuerzos que las instituciones
nacionales están llevando a cabo para reducir la
accidentalidad en el marco del Programa de la
cooperación de nuestra organización con el gobierno cubano
¨5.

Para lograr una significativa reducción de
los índices de mortalidad y morbilidad por accidentes del
tránsito es primordial que todo ciudadano conozca sus
derechos y
responsabilidades en la vía, tanto como conductor de un
vehículo motor, como el
ciclista adolescente o el padre que lleva de la mano a su hijo a
la escuela cada
mañana, o simplemente el escolar que nutre las calles cada
día con su presencia y alegría.

Es de suma importancia que el colectivo
pedagógico – y el personal de salud
que labora en centros internos- deben conocer que el Programa
Director de Promoción y Educación para la Salud
en el Sistema Nacional
de Educación6 tiene entre sus ejes temáticos la
prevención de accidentes y educación vial que
dirige sus contenidos a la:

* Definición de accidentes y de peligros
potenciales de accidentes.

* Percepción
del riesgo. Medidas
para la prevención. tipos de accidentes.

* Educación vial.

* Los accidentes en la morbilidad y mortalidad en
el ámbito escolar.

* Consecuencias, personales, familiares, sociales
y económicas de los accidentes.

Su puesta en práctica contribuye a la
formación de una adecuada cultura vial
en nuestros educandos, desde las edades más tempranas,
pues los prepara para vivir no solo en el hogar y la escuela,
sino también en la vía pública y en todos
los ámbitos de su entorno social. Por ello es necesario,
que aprendan y desarrollen normas de
conducta que le permitan tener un comportamiento
correcto al intervenir en el tránsito y una conciencia de
responsabilidad ante sus peligros.

La educación vial como parte de la
formación del valor moral
responsabilidad es una labor que reviste particular importancia
para alcanzar los elevados propósitos que tiene el
proyecto
social socialista cubano; por lo que la misma, debe tener en
cuenta todos los elementos necesarios para llevar a cabo dicha
labor con el rigor científico que ello requiere.

La formación de valores
morales tales como la responsabilidad, constituye la
vía esencial de que dispone la sociedad para
la formación de las nuevas generaciones y que
necesariamente responde a las exigencias de esa sociedad en cada
momento histórico, así los valores
constituyen un contenido de la educación y a su vez un
proceso
básico para elevar la calidad en la
labor que se realiza con estas nuevas generaciones, por lo que la
educación en valores
adquiere una importancia singular.

Resulta importante preocuparse acerca del
criterio de especialistas en la educación en valores, M.
Martínez (2001), plantea que "educar en valores es
promover condiciones para aprender a construir nuestros
singulares sistemas de
valores. Estos sistemas o matices de valores los construimos a
partir de los valores que nos rodean, de los que podemos percibir
a través de los medios de
comunicación, de los que están presentes en las
situaciones interpersonales en las que participamos y, en
definitiva, en los modelos que nos van conformando y que como
tales son susceptibles de imitar"7.

El Dr. F. Izquierdo (1998) la define como:
"Componente esencial de la educación integral de los
individuos, orientada a la asimilación consciente y
voluntaria de un sistema positivo de ideas, sentimientos y
convicciones, traducibles en manifestaciones conductuales,
actitudinales de formas de comportamiento moral e institucional
en la práctica cotidiana; en correspondencia con un alto
sentido de identidad
hacia una tradición histórica y cultural
determinada desde su actividad personal y social en la
búsqueda, orientación y consecuencia de un real
sentido de la vida".8

El Dr. J. R. Fabelo Corzo (1989), los considera
como la significación socialmente positiva que poseen los
fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier
significación, sino aquella que juega un papel positivo en
el desarrollo de
la sociedad9.

Ambos autores coinciden en que el objetivo a
lograr es que el individuo
conforme su propio sistema de valores para guiar los actos de su
vida.

De ahí que sea inseparable de un marcado
carácter social a partir de las relaciones
que se establecen con el medio que rodea, los valores, Fabelo
Corzo, expresó: "es necesario reconocer que los valores
sedimentados en la cultura, arraigados en la conciencia
colectiva, actúan, en relación con los individuos,
los grupos
sociales y la sociedad histórico-concreta, con la
fuerza de un
hecho dado, objetivo, trascendente, que orienta la conciencia y
conducta de aquellos."10

Todo lo cual es necesario, como uno de los
elementos rectores del comportamiento general de los individuos
en la sociedad, que se manifiesta en la dinámica de su
actuación, en sus actitudes y en
su comportamiento lo que nos permite incidir para contribuir a
lograr una conducta responsable ante las regulaciones del
tránsito.

No hay dudas de que los valores se convierten en
expresiones del hombre,
determinadas por sus tradiciones históricas y culturales
en el sentido más amplio, las cuales crean identidades
propias de determinados contextos. Los valores – asevera el
profesor
Manuel Fernández Carcassés- son producto,
entre otras cosas de la influencia de la educación, la
ideología y la pedagogía sobre la
personalidad y experiencia del individuo11.

Resulta decisivo concebir a los valores, desde el
punto de vista filosófico, asociados a fenómenos
que tienen lugar al nivel de la cognición y que se
muestran en un modo de acción
del individuo como ente social pues ¨ como determinaciones
espirituales e ideológicas son la expresión
concentrada de las relaciones sociales (Rodríguez, Z.
1984), son un determinado tipo de significación social
positiva de los fenómenos para el sujeto (Fabelo, J. 1989)
¨12.

Los valores, desde esta arista, establecen
componentes básicos para la existencia en sociedad, ellos
se convierten en una necesidad de la
comunicación entre los sujetos, los que pueden lograr
valiosos niveles de interrelación en su régimen de
vida. Sobre todo si son considerados, al decir de la especialista
Nancy Chacón como elemento de la conciencia (social e
individual) expresa la significación social positiva,
buena, en contraposición al mal, de un fenómeno
(hecho, acto de conducta), en forma de principios,
normas o representaciones sobre lo bueno o malo, justo, digno,
etc. ¨13.

En tal dirección la psicóloga P.
Arés Muzio,14 precisó sobre el papel de la sociedad
en los valores del ciudadano, de allí el rol que le
corresponde al maestro cubano como misionero en la actividad
formativa cotidiana para lograr que ese sentido de identidad se
fortalezca en cada uno de sus escolares, aprovechando todos
aquellos elementos que le rodean en que ellos se
desenvuelven.

Profesionales como A. M. González Soca y
C. Reinoso Cápiro15 (2002) los señalan como "un
contenido de la educación, aunque no son privativos de la
escuela, en su formación y reforzamiento inciden otras
influencias educativas como la familia, la
comunidad, en
fin, los diferentes factores con que se interactúa."

Dentro del sistema de valores de la sociedad se
encuentran los valores políticos, jurídicos,
morales, estéticos, religiosos, filosóficos y
científicos. E. Báxter (2002) refiere que: "El
contenido de éstos está condicionado por las formas
de vida de la sociedad en las que el sujeto vive y se desarrolla,
lo que origina que al cambiar las relaciones sociales y
fundamentalmente las económicas se jerarquizan de una
manera diferente las existentes a nivel de sociedad o se
deterioran a nivel de individuo, a nuestro juicio, aquellos que
en su escala de valores
no estaban suficientemente interiorizados y consolidados, y que
alguna situación externa lo llevó a ello".16

A decir de Gilberto García Batista17
(2002), los valores contribuyen a que una persona, una
institución o una sociedad establezca sus rumbos, metas y
fines, constituyen guías generales de conducta que se
derivan de las experiencias y le da sentido a la vida, propicia
su calidad, de tal manera que esta relación con la
realización de la persona y fomenta el bien de la
comunidad y la sociedad en su conjunto.

El necesario un cambio conductual ante las
problemáticas del tránsito por la vía lo que
implica acceder a un nuevo marco conceptual que defina los
principios inherentes a la educación vial de la sociedad y
que depende de la apropiación de valores morales tales
como la responsabilidad, y es la escuela la entidad esencial que
contribuye (y asume como reto) a modificar el modo de
actuación de los estudiantes.

Esta concepción para el desarrollo de la
educación vial tiene en cuente la interacción de las condiciones internas del
sujeto y las de su medio propiciando el desarrollo entre ¨ la
unidad de lo intelectual y lo afectivo-volitivo y su
interacción con el medio social de una forma más
integral y compleja ¨18.

El valor moral
responsabilidad

La responsabilidad es el cumplimiento del
compromiso contraído ante si mismo, la familia, el
colectivo y la sociedad. De la ética de
José Marti (.) "No puede ser, ver un deber y no cumplirlo
es faltar a el ".19. De la ética de Fidel Castro:
"El deber mas sagrado de una generación (..) es
consagrarse al desarrollo del país (.) lo importante es
nuestra conciencia, nuestra comprensión, nuestra actitud, de
que el esfuerzo de nuestra generación tiene que
consagrarse al desarrollo ".20

En valores para vivir – nos refiere Esther
Báxter21 – exponen que una persona responsable
cumple con el deber que le asignó y permanece fiel a su
objetivo. Los deberes se realizan con integridad y
determinación. Las circunstancias, necesidades y
elecciones colocan a las personas en situaciones y roles
particulares. Para ellos la responsabilidad moral es aceptar lo
que se requiere, honrar el papel que se nos ha encomendado y
actuarlo conscientemente, poniendo lo mejor de cada uno.

Para Nancy Chacón22 es la asunción
de las obligaciones
sociales por el individuo como un compromiso consecuente con su
actuación y propone como indicadores
para medir su impacto en el modo de actuar del educando:

* Conciencia de sus obligaciones.

* Seguridad en
sí mismo.

* Toma de
decisiones.

* Constancia.

* Autoproposición de metas.

* Responder por sus actos.

La pedagoga Miriam Egea23, propone que
responsabilidad es el cumplimiento del compromiso
contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y
la sociedad ¨. Por lo que el docente debe tener en cuenta los
modos de actuación asociados al valor moral que esta nos
plantea:

* Desarrollar con disciplina,
conciencia, eficiencia,
calidad y rigor las tareas asignadas.

* Asumir la crítica
y la autocrítica como poderoso instrumento de
autorregulación moral.

* Propiciar un clima de
compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas
asignadas.

* Conocer y respetar la legalidad
socialista y las normas administrativas establecidas.

* Promover un modo de participación
democrática, donde los individuos se sientan implicados en
los destinos de la familia, la comunidad, su colectivo
estudiantil, laboral, y el
país.

* Respetar, defender y fomentar la propiedad
social sobre los medios de
producción.

* Cuidar el medio
ambiente.

En esencia es el cumplimiento del compromiso
contraído ante si mismo, la familia, el colectivo y la
sociedad. En el sentido de la educación vial es necesario
destacar que el cumplimiento estricto de las normas del
tránsito constituye una elemental manifestación de
responsabilidad ante la protección de la salud individual
y colectiva.

Como proceso único de instrucción y
educación tiene como objetivos la
formación de conocimientos científicos, habilidades
y capacidades que requieren los estudiantes según el nivel
y la formación de la conciencia sobre la base de estos
conocimientos y el logro de una actividad y conducta
práctica en la vía en todos los momentos de su
vida.

La responsabilidad esta presente en todas las
acciones de la
vida social en el cumplimiento estricto del deber como
estudiante, trabajador, al dejarlo de responsable en cualquier
tema, o para que controle determinada actitud, en la vía
pública, con una actitud de precaver y evitar accidentes,
pues ¨ los valores se erigen en formaciones complejas que
sirven como elementos reguladores de la conducta ¨24.

En este sentido adquieren singular atractivo
¨ las actividades que se realicen en la escuela, entre las
que se destacan las culturales, las deportivas y políticas,
contribuyen a la ampliación de sus intereses y al
desarrollo de sus capacidades.¨25

La seguridad vial consiste en la
prevención de accidentes de tráfico a la
minimización de sus efectos, especialmente para la vida y
la salud de las personas26.

En la actualidad la educación de los
adolescentes y
jóvenes, en los valores que sustenta la sociedad en que
viven y desarrollan su vida, es una problemática
comprendida también como tarea de los educadores, en los
diferentes países. La secundaria básica cubana
tiene la responsabilidad de formar en los adolescentes, las
orientaciones valorativas positivas que se correspondan con la
ética de la Revolución. En esta labor de la escuela, el
profesor debe utilizar los métodos
que le permitan el éxito
en su actuación, en la que la comunicación que establece con sus
educandos y el ejemplo personal que trasmite, resultan esenciales
en la formación en valores de estos.

Las actividades que se organicen con este
propósito deben tener un sentido crítico para que
el estudiante pueda reflexionar críticamente, con cierta
actitud de revisión y confrontación con lo que ya
sabía. Posiblemente su criterio cambiará en
función
de esas nuevas ideas.

Las estrategias de
formación de valores deben concebirse utilizando
preferentemente la actividad fundamental del grupo, sea de
estudio o de trabajo escolar. Es importante demostrar la
preocupación en la formación de las nuevas
generaciones en el encargo de la educación socialista con
carácter preventivo ante un flagelo descomunal como lo es
el de los accidentes del tránsito.

De lo anterior se deriva que cada individuo
conforma su propio sistema subjetivo de valores en dependencia
entre otros factores de las influencias educativas de la escuela,
por eso, es vital la armonía entre el discurso
político y la práctica revolucionaria y la
escuela juega aquí un reconocido papel.

La complejidad de la formación de
cualquier valor moral, y en especial de la responsabilidad,
requiere educar el valor desde todos los ángulos posibles
y mediante actividades curriculares y extracurriculares. En ello
toman parte los directivos, los docentes, los
profesores guías y el personal no docente que labora en la
Institución.

Antecedentes de la
educación vial en el país

En 1959 se integraron todas las fuerzas
existentes y, como novedad, 400 mujeres comenzaron a servir como
infantes y en los vehículos parlantes. Aún cuando
en ocasiones es apreciable alguna falta de profesionalidad, mucho
tiempo han
dedicado al perfeccionamiento de la preparación y
especialización del personal. Una de sus tareas
primordiales fue la de impartir conferencias instructivas a
chóferes en diferentes bases de transporte del
país, y alumnos de las escuelas primarias y secundarias,
para comenzar a crear una cultura en torno a
cómo ser usuarios disciplinados en la vía.

En el curso 84-85 fueron editadas orientaciones
metodológicas, cuadernos de trabajo y laminarios sobre
educación vial y se ha comprobado que en los
círculos infantiles y en algunas escuelas primarias se
imparten contenidos sobre esta temática a través de
distintas esferas de desarrollo, juegos de
roles, asignaturas y otras actividades.

En la década de los noventa se
incrementó el uso de ciclos en la vía por tal
motivo, el MINED y la PNR de Tránsito, establecieron una
serie de acciones para desarrollar la educación vial que
permitiera que crear en los educandos el basamento de su conducta
como peatón y futuro conductor de vehículo
automotores. Ambos organismos se han dado a la tarea de coordinar
acciones con este fin. Inicialmente el MINED realizó un
levantamiento con el objetivo de conocer las experiencias que al
respecto se venían desarrollando en los centros docentes,
evidenciándose que el trabajo en
este sentido era débil y que solo existían acciones
aisladas, no obstante tener como objetivo la prevención de
accidentes.

En este sentido se orientó perfeccionar y
modernizar el sistema de educación y divulgación
vial, para los cual se indicó la introducción de un programa que contribuya
a elevar la cultura y la disciplina vial de la población en general y en particular de los
conductores, ciclistas y peatones, aspecto este que se
deberá implantar en el resto del país. En 1995 se
introduce el programa de educación vial pero tiene poca
aplicación en las escuelas.

De ahí la necesidad de orientar al docente
en la inclusión de las publicaciones periódicas en
la consecución de una educación vial responsable en
el escolar, cuya adecuada proyección didáctica, puede ser significativa en la
fijación de los conocimientos y en el desarrollo de las
potencialidades creativas de los estudiantes. La
realización de debates de la información recopilada en los
artículos, reportajes, crónicas, en fin, en toda la
gama de materiales que
presentan al lector, en la prensa oral y
escrita, estimulan el aprendizaje y
conllevan al alumno a desempeñar un papel más
activo en el proceso docente educativo.

La Educación vial gana terreno.

Elías Argudín
Sánchez

[03.02.2007]

Se trata de un premio en el III Taller
Científico Nacional para la Prevención de
Accidentes. Indiscutiblemente un mérito. Y los
protagonistas son los casi 50 integrantes de la Sociedad
Científica de Vialidad y Tránsito del IPUEC Jorge
Dimitrov, de Caimito, quienes representarán a La Habana en
un encuentro teórico que se realizará en el marco
de la Feria Internacional de Transporte, a efectuarse en
septiembre venidero en EXPOCUBA.

Así lo anunció el mayor Eduardo
Creach, de la División Nacional de Tránsito, al
hablar en el acto de entrega de estímulos a Taira Fuentes
Betancourt, René González y Alfredo Enrique Segura,
estudiantes que -bajo la tutoría del profesor Idelfonso
Maestre Domínguez- elaboraron la ponencia Sugerencias para
la implementación del programa de educación vial en
la enseñanza preuniversitaria, con la cual,
además de ganar los citados reconocimientos,
también han despertado el interés de
especialistas de Educación, Transporte y el MININT.

En el acto, efectuado en el IPUEC Jorge Dimitrov,
además de disquetes con la Ley 60 (de
Tránsito) e ilustraciones de las distintas
señalizaciones viales y tabloides (entregados a los
integrantes de la Sociedad), también se extendieron
diplomas de reconocimiento a Caridad Spengler Mariche, directora
del plantel, y a Mestre Domínguez, a quien también
se le distinguió con una Placa enviada por el coronel
Francisco Buzón Macías, jefe de la División
Nacional de Tránsito.

Al hablar en el acto, el capitán Creach
destacó la importancia y utilidad de la
ponencia, que permite la enseñanza de las leyes del
Tránsito, con ejemplos concretos elaborados a partir de
las propias materias (todas) del programa de enseñanza
implementado para los alumnos de preuniversitario.

Exponen experiencias en educación
vial

Vivian Bustamante Molina: Periódico
Trabajadores 25/4/08

 

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Uno de los objetivos del encuentro que sobre ese
tema sesiona en La Habana, en aras de profundizar en la
prevención de los accidentes del tránsito.

Aprovechar todos los espacios para llevar la
educación vial a cada sector de la población y
especialmente a los niños y
adolescentes, fue consenso en la primera jornada del
séptimo encuentro que sobre el tema sesiona hasta este
sábado en la capital
cubana.

Si desde 1995 existe el programa de
educación vial, por qué tiene tan poca
aplicación en escuelas, ineficiencia sólo salvada
en algunos municipios de Ciudad de La Habana y en provincias como
Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, según se
constató en las intervenciones de oficiales de
tránsito de dichos territorios.

Solucionar esto depende del funcionamiento
sistemático y coordinado de las comisiones de vialidad y
tránsito a todos los niveles, pues en ellas están
representados los organismos e instituciones decidores de cada
aspecto afín a la vialidad.

Pero antes que todo, es imprescindible que el
oficial de tránsito con su profesionalidad y decisiones
gane el respeto y
atención, para poder realizar
una labor adecuada y sumar a todos los que pueden contribuir a la
noble tarea de educar y con ello ayudar a salvar vidas.

Como es conocido, por la cifra de fallecidos,
heridos y lesionados que ocasionan a nivel mundial, los hechos
lamentables en la vía desde hace algún tiempo son
calificados como una pandemia.

Por ello entre los objetivos del encuentro
están la búsqueda de iniciativas e intercambio de
experiencias de comunicación, y dentro de la
educación vial son analizados indicadores
preventivo–educativos y su incidencia en los accidentes del
tránsito, a fin de aumentar la cultura vial.

De sus acuerdos derivan acciones con un gran
reflejo en la sociedad, en lo cual se trabaja por perfeccionar,
en función de reducir los accidentes y esencialmente
buscando una consecuencia directa en la prevención.

Seguridad vial, propósito del presente
y del futuro.

20 de marzo 2004

Hoy quiero referirme a una "epidemia
oculta"-definida así por la
Organización Mundial de la Salud, OMS, – la cual tiene
una influencia marcadamente negativa en múltiples sitios
del universo.

Observen estas cifras: más de 3000
personas mueren cada día en las carreteras del mundo y se
estima que el número llega a 1,3 millones cada
año.

El costo de lo que
la OMS califica como epidemia oculta asciende a la espantosa
cifra de 518 mil millones.

Ante una problemática de tal envergadura,
la OMS consideró oportuno dedicar el próximo
Día Mundial de la Salud (7 de abril de 2004) a objetivos
vinculados con la seguridad vial y a lanzar el eslogan: la
seguridad vial no es accidental.

Un estudio realizado en el 2002 por la
Administración Nacional de Seguridad del
Tráfico de Carreteras de Estados Unidos,
reveló que ese año ocurrieron alrededor de 6,3
millones de colisiones en las cuales perecieron más de 40
mil personas y hubo más de 2,9 millones de lesionados.

Otros datos citados por
la pesquisa indican que los accidentes automovilísticos
son la principal causa de muerte entre
los 2 y 33 años de edad.

Asimismo se añade que más de 17 mil
personas perdieron su vida en choques relacionados con el
consumo de
alcohol, lo
cual representa un deceso cada 30 minutos.

La fuente agrega que los ocupantes de
vehículos representaron un 87% de los fallecimientos por
accidentes de tránsito, mientras que el 13% restante
fueron peatones, ciclistas y otros conductores.

¿ESCAPA CUBA A ESTA LAMENTABLE
REALIDAD?

Desde luego que no, aunque según datos
informados por la División Nacional de Tránsito el
pasado año hubo una disminución en el número
de accidentes y de lesionados en relación con el 2002.

¿Nos conformamos con este resultado? Por
supuesto que no. Hay una clara visión de que este tema
requiere de una atención sistemática y
permanente.

Al igual que en muchas naciones, en Cuba entre
las principales causas de accidentes de tránsito figuran
conducir bajos los efectos de bebidas alcohólicas, el
exceso de velocidad,
utilización inadecuada o no utilización de los
cinturones de seguridad.

Además, no prestar la debida
atención al control del
vehículo y no respetar el derecho de vía y la
señal de pare.

Se sabe que este dilema es multifactorial; pero,
a mi juicio, hay uno determinante en cuanto a que suceda o no un
hecho de esta naturaleza: la
responsabilidad individual de cada cual al intervenir en la
vía.

Si hay disciplina, si hay una real conciencia por
cumplimentar lo establecido en las regulaciones del
tránsito, existe un alto porcentaje para que no acontezcan
males de este tipo.

Claro que los señalamientos son para
todos: conductores de vehículos y peatones.

Se conoce perfectamente que tras una
circunstancia dolorosa va consigo la fatal irresponsabilidad de
una o varias personas.

A partir de esta preocupante realidad, existe la
iniciativa de llevar el tema de la seguridad vial a la familia, a
la escuela, a toda la comunidad. Me parece una excelente
idea.

Y es excelente porque necesitamos que nuestros
niños incorporen una correcta educación vial con
toda la minuciosidad y sistematicidad que ello conlleva.

Pero eso es válido igualmente para
nuestros jóvenes, para los adultos, para los abuelos, para
todos. Necesitamos formar y desarrollar fuertemente una adecuada
cultura vial.

Lo requerimos pensando en las proyecciones de la
OMS para el 2020, donde se expresa que los accidentes de
vehículos podrían situarse en el tercer lugar de
las causas de muerte y discapacidades.

Podemos cambiar ese orden de cosas, necesitamos
cambiar ese orden de cosas. Está a nuestro alcance, en
cada uno de nosotros.

Viajando con mí enemigo

René Tamayo León

La reducción de los accidentes del
tránsito durante el primer cuatrimestre del año
pudiera significar que el país, por fin, está
entrando en la etapa de maduración de las políticas
de enfrentamiento, prevención y educación vial
reformuladas un trienio atrás, con las modificaciones a la
Ley 60 o Código
de Vialidad y Tránsito.

Cuando entonces reglas más severas
entraron a poner orden en la «jungla del asfalto»
(eso parecían nuestras calles —aunque hoy tampoco
están para aplaudir), las estadísticas de siniestros y secuelas
cayeron geométricamente, pero el alza en años
posteriores hacía temer a algunos que después del
primer susto, la indisciplina vial seguía sin
cascabel.

Este año pinta diferente. Entre enero y
abril hubo 235 accidentes de tránsito menos que en igual
etapa del año anterior. Se contabilizaron, además,
48 muertos y 23 lesionados menos que la cota de ese
período en 2005.

Mayo quizá también concluya con
cifras halagüeñas, según comentó el
teniente coronel Francisco Buzón, jefe de la
División Nacional de Tránsito, durante un encuentro
entre la prensa y oficiales que participaban en el concluido V
Encuentro Nacional de Educación Vial.

Son buenas noticias para
lo que va de año. Deben ser el resultado de una mayor
divulgación a favor de la disciplina vial, la
reanimación de la vialidad y del trabajo de
Tránsito. Sin embargo, el verano está a las
puertas.

Vacaciones: auge en el trasiego de personas,
vehículos de transportación masiva sin condiciones,
ingestión de bebidas alcohólicas y unas cuantas
barbaridades más… El verano es el punto negro en el
calendario nacional del tránsito.

Si mayo termina tan bien como el resto de los
meses que le antecedieron, junio, julio y agosto serán el
reto para las autoridades, los conductores y la opinión
pública.

¿Podrá pasarse la prueba de fuego?
Veremos. No se deberá andar con paños tibios. Y no
solo de represión hablamos (aunque, lamentablemente,
también es necesaria). En esto muchos —personas e
instituciones— tienen que ver.

La lista de involucrados pudiera empezar con los
jefes principales de las empresas. Son
ellos los primeros obligados a velar por las condiciones técnicas
de sus automotores y por la preparación, profesionalidad y
salud de sus chóferes, solo que eso no siempre es su
prioridad.

La familia es otra carta en el
asunto. Esa, precisamente, que corre el riesgo, si padres,
hermanos, hijos, parientes no andan con cautela y cordura, de no
verlos regresar más, de llorar sus golpes o de visitarlos
luego tras las rejas.

Más no solo de automotores se trata. En
los últimos años, el luto ha llegado a no pocas
familias cubanas cuyos jovencitos sucumben a la fiebre de
remolcar sus bicicletas «amarrados» a autos,
camiones y guaguas.

Entre enero y abril murieron 45 personas en
accidentes con ciclos. Si se compara con igual período de
2005, serían 21 fallecidos menos, pero no es para
alegrarse.

Si usted sale ahora a la calzada principal de su
barrio, no se sorprenda si un «bicicletero» —un
adolescente que suelta adrenalina hasta por los pelos— pasa
por delante de su cara, como un bólido, enganchado a la
defensa de un vehículo automotor.

Hay mucho que hacer todavía, aunque ya hay
resultados. Uno de los más visibles durante este
año ha sido la reducción en el número de
fallecidos y lesionados en accidentes donde intervienen motos y
ciclomotores.

Según el Jefe de la División
Nacional de Tránsito, la obligatoriedad de que los
conductores de estos equipos usen cascos ha permitido disminuir
las víctimas.

Así, informó, se mantiene firme la
decisión de hacer cumplir la ley a partir del 1ro. de
enero próximo, según la cual, todas las personas
que viajan como acompañantes en una moto o un ciclomotor
deberán llevar casco protector.

Sin embargo, no se trata de un casco cualquiera,
como por estos días se ve y que para algunos es algo
folclórico, mientras para otros, una burla.

Según las interpretaciones de los expertos
de Tránsito, un casco protector es el adminículo
que se abrocha y cuyo caparazón exterior está
aislado de la cabeza por materiales que amortigüen un
posible golpe.

No aceptan un plástico
cualquiera puesto en el «moropo». Mas hacen una
aclaración, «este tema no puede verse como una
obligación, sino como una responsabilidad». La ley
no se solaza en artilugios y sofisticaciones, solo establece
lógicas para proteger la vida.

Quizá, un casco protector para otro oficio
pudiera servir en un ciclomotor que marcha a 40 kilómetros
por hora, pero el conductor de una moto de gran cilindrada que
evada usar un casco integral para motociclistas solo está
jugando a la ruleta rusa.

Igual pasa con los chóferes de autos que
amarran el cinturón de seguridad al asiento y no lo
enganchan en el arnés, a fin de simular que él o
sus viajeros lo portan. Solo que, si chocan, el asiento
podrá chapistearse, pero el cuerpo humano
quizá termine siendo un amasijo de carne.

Manejar puede ser uno de los oficios más
peligrosos del mundo. Y acompañar a chóferes
irresponsables, también.

Pare a los accidentes de
tránsito

2001/mayo/nro114

Por Reynold Rassí. Tomado de
Granma

Elaboran programa integral dirigido a la
educación vial. De enero a abril de este año, 3 624
accidentes con 315 fallecidos y 2 591 lesionados.

Con vistas a disminuir el flagelo que constituyen
los accidentes del tránsito y sus nefastas consecuencias
en pérdidas humanas y materiales —de enero a abril
de este año han ocurrido 3 624 hechos de este tipo en el
país, con un saldo de 315 fallecidos y 2 591
lesionados— se elabora un programa integral nacional
dirigido a la educación vial y la aplicación de
diferentes medidas, a fin de ponerlo en práctica
próximamente con la activa participación de los
organismos del Estado, las
organizaciones
políticas y de masas y los medios de difusión.

Aunque en estos primeros cuatro meses hubo un
decrecimiento de los accidentes comparado con igual
período del pasado año, sin embargo cada día
ocurrieron como promedio 28, con unos tres muertos y 22 heridos,
lo que demuestra la necesidad urgente de un esfuerzo por parte de
todos, ya sean chóferes, ciclistas o peatones.

El general de brigada Jesús Becerra
Morciego, primer sustituto jefe de la Dirección General de
la Policía Nacional Revolucionaria, quien presidió
una reunión efectuada en ese órgano del MININT para
analizar el tema, subrayó que estos accidentes son un
problema social por lo cual es necesaria la participación
de todas las instituciones y la población en general, y
apuntó que dicho programa está encaminado a un
activo trabajo en el orden preventivo-educativo y no tanto
represivo, aunque se mantendrán e incrementarán con
todo rigor las medidas contra los infractores en la
vía.

Explicó que el aumento de vehículos
(autos, camiones, motos y ciclos) en circulación ha
contribuido a que se eleven las indisciplinas en la vía
pública y de ello se deriva la necesidad de este programa
que habrá de desarrollarse en todos los territorios, en
estrecha coordinación con la Comisión
Nacional de Vialidad y Tránsito, que preside el Ministro
de Transporte.

Por su parte, el teniente coronel Fernando
González Viera, jefe de la División Nacional de
Tránsito de la PNR, explicó que solo en 14
intersecciones principales de la capital se han detectado el
cruce de 400 vehículos más por hora en
comparación con el año 1989.

Tal incremento de la circulación, unido a
la indisciplina vial, el deterioro de las vías, el estado
deficiente de las señalizaciones, la poca eficacia de las
medidas coercitivas contra los infractores, la escasa
divulgación sobre una educación vial, y la
existencia de diversas generaciones de vehículos junto a
ineficiencias en el procedimiento
para su registro,
evaluación y control de su estado
técnico, favorecen la ocurrencia de los accidentes del
tránsito.

Entre los objetivos inmediatos de este programa
para disminuir los accidentes se encuentran rescatar la
disciplina vial, despertar la conciencia social sobre este serio
flagelo, su magnitud y consecuencias, promover y consolidar una
cultura vial en los conductores y el resto de la sociedad.

De conjunto con la Comisión Nacional de
Vialidad y Tránsito se harán proposiciones para la
modificación de la Ley 60 (Código del
Tránsito), y se confeccionarán vallas, afiches,
carteles y se montarán exposiciones para mejorar la
divulgación de este tema.

En coordinación con la CTC y sus sindicatos
nacionales se realizarán debates en centros y bases de
transporte que hayan tenido una mayor incidencia en estos
accidentes, así como competencias de
conocimientos y habilidades de chóferes profesionales, y
se revitalizará el movimiento de
Activistas de Tránsito.

De acuerdo con el Ministerio de Educación,
la UJC, los Pioneros y las organizaciones estudiantiles se
fomentará la organización de encuentros de
conocimientos sobre el tránsito desde la base, estudiar y
adecuar el programa de educación vial para escolares,
así como rescatar y consolidar los movimientos de
Círculos de Interés de esta especialidad y el de
Brigadas de Reguladores de Tránsito.

Igualmente, se llevará a cabo un trabajo
comunitario en coordinación con los CDR y la FMC con
vistas a fomentar las zonas residenciales sin participantes en
accidentes del tránsito.

La aprobación y puesta en práctica
de este programa contribuirá, sin duda, a que todos
ganemos una mayor conciencia sobre este fenómeno que
anualmente cobra cientos de vidas y deja miles de mutilados, a la
vez que lleva el luto a las familias y ocasiona cuantiosos
daños a la economía. Se impone, por tanto, un PARE a
los accidentes del tránsito.

Del 5 al 25 de octubre Jornada Nacional del
Tránsito

Bárbara Aroche Cuadro
03/10/2008.

Santiago de Cuba, 3 oct. — En todos los
municipios de Santiago de Cuba, al igual que en el resto del
país, se desarrollará del 5 al 24 de octubre, la
Jornada Nacional del Tránsito, que incluye variadas
actividades como talleres científicos provinciales,
encuentros con la historia, la
premiación del concurso infantil Los niños y el
Tránsito, y el reconocimiento a los conductores
profesionales con 20 años o más sin participar en
accidentes. El lema central de la misma es "Vía a la
Vida".

En Santiago de Cuba dará inicio esta
jornada con un acto en la Base de Ómnibus Las
Américas, por ser este centro, el de mayor cantidad de
vehículos mantiene en circulación. En la actualidad
el territorio tiene una situación favorable en cuanto a la
ocurrencia de accidentes de esta naturaleza y se trabaja
seriamente para disminuir conductas negativas que facilitan estos
sucesos.

Entre las principales causas de accidentes en
Cuba se encuentran no prestar la debida atención al
control del vehículo, conducir después de haber
ingerido bebidas alcohólicas, adelantamiento indebido y
muchas otras más.

En esta ciudad suroriental los integrantes de la
Unidad de Seguridad Vial se esfuerzan  por hacer cumplir las
regulaciones del tránsito ya que la premisa más
importante está en evitar muertes, lesiones y daños
a la economía.

Por eso se recomienda el uso del casco protector
y el cinturón de seguridad como medios de
protección. Hace falta conciencia en todos los conductores
porque muchos de ellos violan las reglas establecidas en cuanto a
la seguridad vial. Los niños y los adultos son
también los más propensos a tener accidentes. Por
tanto somos responsables de cumplir con nuestro Código del
tránsito.

En esta ocasión, la provincia Pinar del
Río alcanzó la condición de destacada por la
disminución que viene registrando en los principales
parámetros de la accidentalidad en los últimos tres
años; Villa Clara y Holguín recibieron un
reconocimiento por sus resultados en la disminución de
algunos de los indicadores de la accidentalidad. A su vez estas
tres provincias reciben premios por la labor desplegada en sus
comisiones de vialidad y tránsito en función de la
prevención y la educación vial.

Jornada Nacional del Tránsito

Este octubre Cuba dedica tres semanas a la
reflexión acerca de los accidentes en la vía, que
constituyen ya la cuarta causa de muerte de sus ciudadanos

Por: LISET GARCÍA (14 de octubre de 2005)
nacionales[arroba]bohemia.co.cu

Como bien anuncia el lema de la Jornada Nacional
del Tránsito, "Velocidad sin límites,
solo en el deporte". La
prudencia sigue siendo la mejor compañera en la vía
para evitar los accidentes que tanto dolor y secuelas
irreparables dejan.

El exceso de velocidad mantiene el número
uno entre las causas de los cinco mil 175 accidentes ocurridos el
primer semestre de 2005, que han provocado la muerte a
462 cubanos y lesiones a otros tres mil 988. Todos estos datos
superan los reportados el pasado año, y las provincias de
Holguín, Cienfuegos y La Habana son los territorios con
mayor incidencia.

Lamentablemente, la indisciplina vial propicia
tal panorama, de ahí el llamado constante, mucho
más reflexivo y enfático en estos días, con
motivo de la Jornada Nacional, multiplicada a tres semanas, entre
el 9 y el 23 de octubre.

Como siempre, habrá espacio para estimular
a chóferes con más de 20 años sin
accidentes, encuentros de los círculos de interés
de pioneros, mesas redondas y otras iniciativas locales en todos
los municipios, con la participación conjunta de
organismos del Estado y la población.

El inicio de la jornada coincidió con el
anuncio de la decisión de exigir a todos los conductores
de motos (estatales y particulares) el uso del casco protector,
con independencia
de la fecha de adquisición de esos vehículos. La
medida comenzará a regir con carácter obligatorio a
partir del primer día de 2006. Según dijo a BOHEMIA
el teniente coronel Francisco Buzón, jefe de la
División Nacional de Tránsito, las motos ocupan el
tercer lugar en el número de accidentes y aportan las
consecuencias más graves para la vida de sus
conductores.

Las tres semanas que este año dedica la
Isla a reflexionar acerca de estos fenómenos evitables,
indica preocupación creciente por lo que ya es la cuarta
causa de muerte en Cuba.

La sociedad por disminuir los
accidentes

Reynold Rassí. Granma 9 de junio de
2006.

En la Comisión de Defensa Nacional,
presidida por el general de división Samuel Rodiles
Planas, los diputados recibieron una detallada información
sobre el comportamiento de los accidentes del tránsito en
el país y sus consecuencias en pérdidas de vidas
humanas y materiales, así como el trabajo que realiza la
sociedad para disminuir esos hechos. Especialistas de la
Comisión Nacional de Vialidad y Tránsito,
encabezados por su presidente y ministro del Transporte, Carlos
Manuel Pazo Torrado, se refirieron a causas que, además de
las indisciplinas de los chóferes, influyen en la
accidentalidad, como son deterioro de numerosas vías,
falta de señalizaciones, mal estado técnico de
muchos vehículos, entre otras deficiencias. Explicaron el
trabajo que se realiza para buscar soluciones a
tales problemas, sobre todo por las comisiones provinciales que
atienden la esfera localmente.

El coronel Francisco Buzón Macías,
jefe de la Dirección Nacional de Tránsito,
informó que como resultado de la labor de educación
vial y las medidas adoptadas por la Policía Nacional
Revolucionaria, en los meses de enero a mayo de este año
ha habido una ligera disminución de los accidentes, y
agregó que trabajan arduamente para reducirlos aún
más, con vistas a lograr un verano feliz.

Indisciplinas en la vía

Grave violación del
tránsito

La Habana, sábado 6 de mayo de 2006.
Año 10 / Número 126

Por: Amelia Galdo Fernández

Monografias.com

 Desde pequeños los niños
deben ser iniciados en el aprendizaje del
control y del auto-cuidado. Es muy importante identificar los
riesgos a que
se exponen día a día y crear ambientes seguros para el
desarrollo de los infantes. La dedicación a esta tarea
primordial por parte de padres, maestros, etc., contribuye a la
prevención de accidentes tanto en niños como en
adolescentes.

Accidentes en niños de 1 a 5
años

Después de los 5 años.

Adolescentes.

El niño nace totalmente ignorante de lo
que es o no peligroso para su integridad corporal. En la medida
que va creciendo y desarrollando sus capacidades y habilidades se
expone a mayores riesgos y, por ende, a accidentes. Al detenerse
a analizar la ocurrencia de un accidente en particular, se
evidencia que no son eventos
fortuitos, sino que hay elementos previos que los propician. Para
evitar que estos se produzcan es preciso cambiar hábitos y
actitudes.

Las medidas de prevención no son costosas,
pero sí requieren educación, ingenio, constancia,
responsabilidad, participación y compromiso de los padres
y de toda la comunidad. Los accidentes ocurren influenciados por
patrones predecibles basados en la edad, el sexo, la hora
del día, la estación del año, entre otros.
Varios criterios al respecto se reportan en la literatura especializada.
Así, tenemos que:

1. Los varones sufren accidentes en mayor
proporción.

2. Los menores de 8 años se accidentan
predominantemente en el hogar. A partir de esa edad los
accidentes ocurren preferiblemente en áreas
exteriores.

3. El niño hiperkinético sufre
accidentes con mayor frecuencia.

4. Las caídas ocupan el primer lugar en
cuanto al tipo de accidentes en edades tempranas.

5. Los residentes de áreas urbanas son
víctimas de accidentes en mayor proporción que los
de áreas rurales.

6. Los estudios demuestran que puede delimitarse
la población en riesgo de sufrir un accidente, tal como se
define la población en riesgo de contraer una enfermedad
en particular.

Accidentes en niños de 1 a 5
años

Monografias.com

Muchas lesiones sufridas por niños muy
pequeños se deben a que padres y otros mayores a su cargo
desconocen las características propias de estas edades. Es
fundamental conocer y comprender los comportamientos de los
pequeños para poder anticipar y prevenir los riesgos de
accidentes, además de educarlos con ese fin desde
temprano. Algo importante: no confiarse ni siquiera cuando
están muy callados y tranquilos, ya que por su afán
de conocer todo pueden estar en peligro.

Entre 1 y 2 años los niños son muy
curiosos, todo lo tocan y lo llevan a la boca, les atraen mucho
los objetos que sobresalen, los huecos y las hendiduras, los
enchufes y tomacorrientes. Por ello, los exploran e intentan
introducir cuerpos extraños en sus orificios. La
adquisición de habilidades como caminar, trepar, correr o
saltar los ponen en riesgo de afrontar caídas, heridas,
vertimientos de líquidos peligrosos y otros.

A los 3 años los niños son muy
autónomos, pero aún no saben reconocer los
peligros. Gustan de imitar a los adultos pero no pueden asumir
ciertas responsabilidades como salir a la calle o jugar solos en
ella, quedarse solos en casa o  acompañar a hermanos
menores. No son capaces de conocer y poner en práctica las
normas de seguridad.

A los 4 y 5 años desarrollan una gran
confianza en sí mismos, que los impulsa hacia situaciones
peligrosas por su inexperiencia e inmadurez. Aparentan gran
autonomía y responsabilidad, pero los adultos no deben
confiarse demasiado en ese sentido, ya que los pequeños
pueden cambiar súbitamente de la atención de un
juego seguro a una
situación de sumo riesgo, digamos, cruzar la calle sin
mirar si se les escapa una pelota, u olvidar las habilidades
adquiridas de control y auto-cuidado. De hecho, es posible que no
reaccionen ante una situación de riesgo y se escondan y
permanezcan inmóviles en un rincón ante un
incendio, por ejemplo.

El hogar es donde mayoritariamente ocurren las
lesiones de los niños menores, siendo atribuida esta mayor
frecuencia de accidentes a la falta de vigilancia, la falta de
autoridad de
los padres, la ausencia de orden doméstico o las
condiciones de la casa, entre otros factores.

En ocasiones, se deja al alcance de los
pequeños objetos punzantes o cortantes, recipientes con
líquidos calientes o hirvientes y sustancias
tóxicas envasadas hasta en botellas de refresco; existen
escaleras, balcones y azoteas de fácil acceso o se
almacena agua en
bañaderas, tanques o cisternas sin la protección
debida; los tomacorrientes y enchufes eléctricos no
están resguardados, los aparatos y  equipos
domésticos están colocados de modo tal que permiten
al menor acceder a sus componentes eléctricos, etc. Estas
situaciones de riesgo pueden provocarle al pequeño
heridas, quemaduras, envenenamientos, intoxicaciones, caídas,
electrocución, asfixia, etc.

Después de los 5 años

A partir de los cinco años los
niños tienen un mayor contacto con otros ambientes como la
escuela, los sitios de recreación
o esparcimiento y la vía pública, sin embargo, los
accidentes en el hogar y sus alrededores se mantienen. Las
lesiones más frecuentes entonces suelen ser las
relacionadas con el desarrollo psicomotor (contusiones, heridas
de la cabeza y fracturas provocadas principalmente por
caídas accidentales). Impedir que los niños jueguen
cerca de barandales o muebles altos, que suban a la azotea, a los
árboles, a los postes u otros sitios
peligrosos evita el riesgo de lesiones graves por
caídas.

Los accidentes peatonales los sufren
preferentemente los niños escolares con edades
comprendidas entre los 5 y 9 años, que en ocasiones son
atropellados al atravesar la calle en forma intempestiva,
habitualmente mientras juegan. Es esencial proporcionar a los
hijos educación vial desde pequeños, lo que
será reforzado con la labor de la escuela:
enseñarlos a cruzar la calle, a caminar en sentido
contrario al de la circulación de vehículos en las
carreteras, a comportarse en el transporte público, a
respetar siempre las señales
de tránsito.

Así como los menores de 4 años han
de viajar sentados en una silla de seguridad debidamente fija al
automóvil, los mayores deben ocupar el asiento trasero del
vehículo con un cinturón de seguridad bien
puesto.

Adolescentes

La Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha definido como período adolescente el comprendido entre
los 10 y 19 años de edad. Durante esta etapa de
múltiples cambios el propio desarrollo que atraviesan los
adolescentes obliga a que actúen con mayor independencia y
responsabilidad ante las nuevas tareas y situaciones que deben
enfrentar. Por ello, su educación debe dotarlos de
conocimientos para asumir la prevención de accidentes.

Lesiones de diferente índole, que en
ocasiones resultan fatales, constituyen uno de los riesgos a que
más se exponen por el empleo de
ciclomotores, bicicletas, patines, patinetas, etc. Por tanto, es
recomendable que estas prácticas se realicen en lugares
apropiados y con la protección de un casco adecuado. Se ha
reportado que los cascos previenen el 80 % de las lesiones
cerebrales.

La supervisión durante actividades deportivas
y recreativas por parte de maestros, entrenadores, socorristas y
otros es significativa en esas edades en las que muchos
sobrevaloran sus capacidades y habilidades y hay una tendencia a
mostrar arrojo y valentía ante el colectivo. Aun cuando
dominen la natación
es necesario destacar los riesgos del baño en ríos,
en lagos o en el mar, y subrayar los múltiples peligros
que se enfrentan en las presas, en tiempos normales o durante
temporales.

Una época de gran incidencia de accidentes
es la posterior a la finalización de clases, en
vacaciones, cuando deben extremarse las campañas
preventivas en la comunidad y en el hogar. Muchos adolescentes
realizan viajes en sus
propios medios o en transportes públicos, con destino a
las playas y otros lugares de recreación, y actuando
irresponsablemente exponen hasta sus propias vidas.

El respeto a las normas de tránsito y la
comprensión por parte de los adolescentes de los
perjuicios que ocasiona el consumo de bebidas alcohólicas
pueden prevenir muchos accidentes.

Palabras clave: accidentes, prevención,
niños, adolescentes.

Referencias bibliográficas:

Valdés Pacheco Everardo, Ferrer Liranza
Nancy, Ferrer Liranza Amed. Accidentes en los niños: un
problema de salud actual. Revista Cubana
de Medicina 
General Integral. (La Habana) 1996; 12 (3)

Monografias.com

Otra vez: Vía a la vida

Gonzalo Vuelta Madrazo/ (29/09/2008)

A partir del venidero 5 de octubre da inicio en
el país la Jornada Nacional del Tránsito con el
lema: Vía a la vida, en una primera etapa hasta el 11 con
un programa en cada municipio, del 12 al 18 en la provincia y del
19 al 25 a nivel nacional.

Durante el primer día se prevén
maratones, con la peculiaridad de discutir antes de la arrancada
la problemática vial y su comportamiento en cada
localidad.

Matutinos en centros laborales y educacionales,
barrios debates de conjunto con los Comités de Defensa de
la Revolución (CDR), inspecciones en bases de transporte y
talleres de reflexión, componen el cronograma en esas
propias instancias.

Actividades similares se realizarán en la
cabecera provincial luego del desfile inaugural y Tribuna Abierta
sobre el tema, fijada para el día 13, frente a las
escuelas José
Antonio Saco y Julio Antonio Mella.

En la jornada tendrán efecto las
tradicionales competencias de habilidades entre chóferes
profesionales, todo con el objetivo de elevar el dominio de la
educación vial de la población, a fin de prevenir
la ocurrencia de accidentes, una de las causas por la cual se
reduce la expectativa de vida en Cuba.

Monografias.com

Vialidad y
Tránsito

Menos accidentes, pero no bajar la
prevención.

http://www.granma.cubaweb.cu/2007/01/31/nacional/artic04.html.

Reynold Rassí

rassi[arroba]granma.cip.cu

Aunque siempre lamentables, las cifras de
accidentes de tránsito, de fallecidos y lesionados como
consecuencia de estos, tuvieron una significativa
reducción el pasado año en comparación con
el 2005.

ES NECESARIA UNA MAYOR EDUCACIÓN VIAL.

Según dio a conocer la División de
Tránsito de la Policía Nacional Revolucionaria, el
total de las víctimas fatales es el más bajo
reportado en los últimos 38 años, reflejo de una
tendencia hacia el decrecimiento de tales suceso.

Entre los elementos que contribuyeron a esta
disminución en general se encuentran: un mayor trabajo
sobre educación vial mediante diferentes formas: el
sistema educacional en las escuelas, control y perfeccionamiento
del expediente del chofer, fortalecimiento de la vigilancia y
patrullaje de las fuerzas de la PNR, medidas de enfrentamiento a
las indisciplinas y violaciones de la Ley 60, la
recalificación de chóferes profesionales, y mayor
rigor sobre el uso de los cascos y cinturones de seguridad.

Se mantienen como causas de los accidentes
sucedidos el pasado año: no prestar la debida
atención a la conducción del vehículo, no
mantener la distancia establecida, el exceso de velocidad, no
respetar la señal de Pare ni las luces del semáforo, y la ingestión de bebidas
alcohólicas.

De los 9 705 accidentes ocurridos en el
país, —670 menos que en el 2005— en 1 344 de
ellos intervinieron las bicicletas con su secuela de muertos y
heridos —aunque también disminuyeron con respecto al
año precedente. Ello demuestra la peligrosidad que existe
para los que conducen este tipo de vehículo, cuando no se
cumplen las disposiciones establecidas.

No obstante la reducción de tales
indicadores se hace necesario incrementar las medidas educativas
y de prevención por parte de las fuerzas de la
Policía; mejorar las señalizaciones y el estado de
las vías; la labor profiláctica por parte de la
familia; y más exigencia por parte de los organismos sobre
el estado técnico de los vehículos y el control de
los chóferes profesionales.

También se apela a una mayor conciencia de
los conductores sobre la importancia de respetar lo establecido
en la Ley 60 (Código de Vialidad y Tránsito), y a
un proceder adecuado en el caso de los peatones.

Por una reflexión colectiva acerca de
los accidentes del tránsito

Irene Izquierdo 28 de febrero de 2008

En virtud de ampliar la percepción de los
ciudadanos sobre los riesgos de los accidentes del
tránsito –en Cuba ocupan el cuarto o quinto lugar
entre las causas de muerte- ya todos los interesados en el tema
pueden disfrutar del segundo ciclo del curso Vía a la
vida: una oportunidad para reflexionar, en Universidad para
todos, por el canal Cuba Visión.

Tras la presentación de rigor, el primer
tema fue el relacionado con El factor humano y la seguridad
vial,  con el propósito de fundamentar cómo
inciden las personas en el sistema de tránsito y en la
accidentalidad. El mayor Eduardo Creach González, de la
Dirección Nacional de Tránsito y profesor de este y
otros temas, se refirió a las condiciones físicas y
síquicas para conducir, los factores que disminuyen las
aptitudes de los chóferes –ingestión de
bebidas alcohólicas y fármacos, sueño,
cansancio, fatiga y estrés,
entre otros- y las regulaciones vinculadas a sus posibilidades
para asumir la responsabilidad de guiar vehículos. 
El miércoles venidero ofrecerá la segunda conferencia
acerca de las enfermedades, los
medicamentos y la seguridad vial.

Son más de una veintena los asuntos
previstos para este segundo ciclo. Además de los dos ya
mencionados, los televidentes podrán aprender o
perfeccionar sus conocimientos acerca de:

La importancia de una buena visión,
Psicología
y factor humano, Sueño y fatiga vs. Conducción,
Alcohol y conducción: difícil equilibrio,
Para conducir con seguridad, Desplazamiento lateral, Cambios de
dirección y de sentido: giros y marcha atrás, En
las intersecciones, y Todo sobre estacionamiento.

Completan el programa las conferencias Velocidad,
Conducción de motocicletas, Ciclistas, lo que conviene
saber,  Peatones, El vehículo y la seguridad vial, La
ingeniería de tránsito,
Conducción segura, Configuración y condiciones
medioambientales de la vía, La licencia de
conducción (el expediente del conductor), En caso de
accidente ¿qué hacer?, Compromiso de las
instituciones, organismos y organizaciones sociales y de masas a
favor de la cultura vial de la población, y el tema final,
que consiste en una recapitulación del curso.

La Dirección Nacional del Tránsito,
en particular, y los organismos e instituciones de Cuba, en
general,  tienen en Vía a la vida, una oportunidad
para reflexionar,  un instrumento más para crear una
adecuada cultura vial en los usuarios de las calles y una forma
de contribuir a continuar reduciendo los índices de
accidentalidad.

Porque, según los especialistas, un nuevo
concepto se va
abriendo paso  a nivel mundial, el de la violencia
vial, que siempre tiene detrás una conducta irresponsable.
Por esta causa, más de tres mil personas, incluidos
niños, mueren diariamente en el orbe.

¿Ciudad sobre ruedas?

Odalis Riquenes

19 de marzo de 2006

Convertido en fenómeno social sui
géneris, el uso de la motocicleta como transporte
alternativo reta a estudios sociales a expertos y directivos del
transporte en Santiago de Cuba y el país

SANTIAGO DE CUBA. — Aquel día de
finales de 1996 a Carlos se le "encendió el bombillo". Si
su vecino Ariel había transformado la bicicleta para
"tirar pasaje" y el viejo Pancho se había hecho de un
coche, ¿por qué no usar la moto, que había
traído de Alemania en
sus años de estudiante, para hacer lo mismo, y así
aumentar los fondos de su deprimido bolsillo de profesional?

Lejos estaba entonces de imaginar que una
década después su "descubrimiento" se
multiplicaría de las más diversas maneras, hasta
convertir el uso de las motocicletas como transporte alternativo
en un interesante fenómeno social que hace hoy fruncir el
ceño a investigadores sociales, y exprimirse las
entendederas a estudiosos y directivos del  transporte de
esta ciudad y el país.

"ASIATIZACIÓN" DEL TRANSPORTE
SANTIAGUERO

Un conteo de chapas realizado por especialistas
de la dirección santiaguera de transporte en arterias
principales de la cabecera provincial, como la Carretera Central,
la Alameda Michaelson, Aguilera y las avenidas Victoriano
Garzón y Martí
arrojó que, como promedio diario, en el primer semestre de
2005 circulaban en la Ciudad Héroe 4 414 motos durante el
horario pico de la mañana (entre las 7:00 y las 9:00
horas).

De estas —recogía también el
muestreo—, el 76,1 por ciento
pertenecía a Santiago de Cuba, el 12 a Guantánamo,
el 6,3 a Granma, el 3,5 a Holguín y el resto a otras
provincias como Las Tunas,
Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara y La
Habana.

Se trata, según investigadores del sector,
de la versión criolla del fenómeno que
internacionalmente se describe como "asiatización" del
transporte, pues tiene su referente en ciudades de Asia como
Bangalore, Bangkok, Taipei, y también en las africanas
Cotonú, Lomé y Dúala, en las que dichos
vehículos son usados fundamentalmente como taxis.

En Santiago de Cuba, ciudad de más de 423
000 habitantes que se desenvuelven a diario en una topografía fundamentalmente abrupta, y en
la que un alto número de particulares eran propietarios de
motocicletas, existían a finales de los 90 todas las
condiciones para el surgimiento y desarrollo de este
fenómeno, que si bien se manifiesta con fuerza en la
cabecera también se ha extendido, aunque en menores
dimensiones, al resto de la provincia.

Según el Registro de Vehículos, en
este oriental territorio se encuentran inscriptas 16 420 motos.
De estas, 3 275 pertenecen al sector estatal y 13 145 son
particulares.

Tan alta cifra puede explicarse, entre otras
razones, porque de aquí se envió gran cantidad de
jóvenes a capacitarse y trabajar en las naciones del
otrora campo socialista, a los que se dio la posibilidad de
introducir al país diversos artículos, incluyendo
motocicletas.

Por eso cuando los embates del período
especial condenaron al deterioro al transporte público, y
se redujo el parque vehicular de esta ciudad de 330
ómnibus y 784 taxis en 1989 hasta poco más de 30
guaguas y unos pocos autos, no fue muy difícil pensar en
las motos entre la amplia gama de medios alternativos que
entraron en escena.

El incremento del dinero
circulante entre la población, junto al fomento del
turismo, la
entrada de remesas y el incremento del trabajo por cuenta propia,
aportaron el sustento económico para que la variante de
las motos proliferara, a pesar de que su precio, de
diez pesos la carrera en tramos dentro del perímetro
urbano, era muy superior al de otros medios alternativos.

Por otra parte, explican estudiosos, la gran
movilidad y bajos índices de consumo de combustible y
demás insumos que caracterizan a las motos hicieron que se
impusieran sobre camiones y camionetas, bicicletas y coches,
limitados por los altos costos de
explotación de los primeros y la restricción de su
uso solo a regiones llanas de los últimos, aun cuando eran
mayoría desde el punto de vista físico.

Con el tiempo, la bonanza del negocio, tan
popular entre los lugareños, atrajo a motoristas de todo
el país, sobre todo de las provincias orientales, quienes
han hecho pensar a muchos en Santiago como la ciudad ideal para
las motos.

DE PUERTA A PUERTA: SERVICIO CINCO
ESTRELLAS

"¿Las motos? Son transportes para
macetas…", replica la pantrista Ana González con la
seguridad de quien amplifica el criterio de otros.

"¿Que quiénes viajan en moto? Todo
el mundo", responde con expresión de quien repite una
verdad de Perogrullo la licenciada Maité, y argumenta: "La
madre que debe llevar al niño enfermo con urgencia al
hospital, el funcionario que quiere llegar a tiempo a una
reunión; la trabajadora de gastronomía que termina su turno de
madrugada, la pareja que opta el fin de semana por ir al cabaret
Tropicana o al San Pedro…

Andrés, contador jubilado, es menos amigo
de los extremos. "Cualquiera que tenga necesidad de llegar
rápido a alguna parte y tenga los diez pesos lo hace.
Llegas pronto, con cierta comodidad, te llevan hasta donde
quieras en cualquier lugar de la ciudad y te dejan en la puerta
de la casa, ¿qué más se puede pedir?".

Con su decir campechano, el robusto mulato resume
las ventajas que sostienen la actividad de las motos: un servicio
de puerta a puerta, por el que se puede optar desde cualquier
vía o zona hasta los más insospechados rincones de
los 20 consejos populares y poblados santiagueros, durante las 24
horas del día.

Desde el amanecer se organizan en dos o tres
turnos de trabajo al día, y según los lugares de
residencia se agrupan en casi una veintena de piqueras
distribuidas por toda la urbe.

Plaza de Marte, Ferreiro, Trocha y Cristina,
Carretera del Morro y Calle 3, Ferrocarril, Carretera Central y
Calle 2, Martí y
Cuabitas y Micro 7 son sitios a los que comúnmente acuden
los viajeros y también los apasionados de las marcas para
admirar lo mismo unas MZ (ETZ o TS), una JAWA, Júpiter,
Minsk, Voskhod. de las cuales, dicen ufanos sus pilotos, "los
ejemplares más lindos de todo el país están
en Santiago".

RÁPIDO, RÁPIDO… AL ACCIDENTE

—"¡Yo no me monto en un aparato de
esos por nada del mundo.! Aunque tenga el dinero y
necesite viajar… Prefiero pasar trabajo, ¡Son unos
locos!", espeta la abuela Ana y aprieta los ojos para evadir el
recuerdo de su vecinita Adriana, de solo 18 años,
fallecida en un accidente de tránsito con una moto.

Los temores de Ana son los de muchos
santiagueros. Y son, además, fundados: Esa rapidez,
reconocida como una de las ventajas de la transportación
en moto, es también, como demuestran cifras recientes, su
mayor enemigo cuando se traduce en indisciplina vial.

Durante los años 2004 y 2005 los
accidentes en moto se dispararon en Santiago de Cuba, llegando a
ocupar niveles comparables con los de los autos, tradicionalmente
dueños de los primeros lugares.

Así lo confirmó a JR el primer
teniente Guillermo Feria Soria, primer oficial de
Educación Vial de la Unidad Provincial de Seguridad del
Tránsito.

El pasado año los motociclistas estuvieron
involucrados, con responsabilidad o no, en 321 de los 877
accidentes ocurridos en la provincia (la tercera parte), con un
saldo de 12 fallecidos y 402 lesionados. En los dos primeros
meses de este 2006, la tendencia se mantiene.

"Las motocicletas no son un transporte seguro,
están diseñadas como vehículos de paseo, no
como medio de transportación —insiste el
oficial—; si a eso le sumas que son conducidas por pilotos
—en su mayoría— con poca experiencia, que
estudian para aprobar un examen, obtener una licencia y luego se
dedican a violar, podrás explicar los datos".

"Entre las principales violaciones se ubican el
no respetar las señales del tránsito, circular a
gran velocidad y con exceso de pasajeros, no utilizar el casco
protector, no respetar las luces del semáforo, conducir
después de haber ingerido bebidas alcohólicas y el
adelantamiento indebido, una de las indisciplinas favoritas de
los conductores, amparados por las características del
medio, que facilita su colocación entre otros
vehículos", explica Feria Soria.

Ante este fenómeno, las autoridades de
Tránsito no se han quedado cruzadas de brazos (más
del 70 por ciento de las licencias ocupadas en la provincia por
no pago de multas o por acumulación de los 36 puntos, han
sido a motoristas). Para el primer teniente la disminución
de la accidentalidad es directamente proporcional a la
disminución de la circulación de estos
vehículos.

"Hemos trabajado por hacerles conciencia sobre la
necesidad de estudiar el Código de Vialidad y
Tránsito, de que mantengan el buen estado técnico,
pues la carrocería de una moto es el mismo conductor…,
pero el hecho de que sean ilegales dificulta organizarlos,
reunirlos para hacerles llegar la educación vial".

DE DUEÑOS Y PILOTOS

Con la extensión del uso de las
motocicletas como medio de transporte, otra realidad se
amplifica. La mayoría de estos conductores no son los
dueños de los vehículos.

Aquel Carlos, cuya historia introdujo este
trabajo, con el tiempo y el auge del negocio, le "cedió"
la moto a dos amigos, quienes la hacen trabajar por dos turnos y
le entregan 200 pesos diariamente. En tanto, él sigue su
vida profesional en una entidad estatal, pero mantiene su
"búsqueda" extra.

Así se emparenta con Raúl,
dueño de una mansión enrejada con muchos aparatos y
adornos de la shopping, que sentado a su puerta recibe 500 pesos
diarios, "sin matarse", por sus tres motos. Igual están
René, que abandonó su carrera de casi 15
años como profesor y viaja todos los días desde un
municipio hasta la cabecera provincial, a "luchar" con una moto;
o Israel, quien
abandonó la escuela de Medicina en su natal provincia, y
ahora alquila una vivienda toda la semana en Santiago para
pilotear la MZ de su tío.

También Alejandro, de solo 18 años,
a quien no le interesan el estudio y la escuela, pues nada se
compara con "despegar" en su JAWA flamante con la que cada
día puede "hacer el pan" y "ligar muchas niñas"…
historias sobre dos ruedas que se suceden mientras se viaja en
busca de pasaje.

LEGALIZAR O NO LEGALIZAR, ESA ES LA
CUESTIÓN

Indisolublemente ligada a la polémica
desde sus orígenes, la transportación de pasajeros
usando motocicletas tiene su punto más álgido y
contradictorio en que, aun cuando constituye el medio alternativo
que más ha trascendido y se reconozca su apoyo en el
traslado de miles de santiagueros en los años más
difíciles, su movimiento sigue siendo mayoritariamente
ilegal.

Informes del Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social ubican en menos de cinco el número de
motocicletas particulares a las que ha sido otorgada licencia
operativa, desde los años 96 y 97, en que se reconocen los
primeros atisbos de la actividad.

A la suspensión del otorgamiento de
licencias operativas al sector desde 1999 se han unido criterios
y posiciones diversas: "Se acabaría de poner el transporte
santiaguero en manos privadas…", dicen algunos estudiosos.
"Sería amparar el enriquecimiento de unos pocos, las
ilegalidades…", opinan otros. "No son un transporte seguro, no
están diseñadas para eso…", es otra de las
razones que se manejan y hasta las hay ecológicas.

Un estudio ambiental realizado por especialistas
del Centro de Ingeniería del Transporte de Oriente, con
sede en la Ciudad Héroe, incluyó a las motocicletas
(poseedoras de motores de dos
tiempos, que se caracterizan por realizar una combustión incompleta) entre los mayores
contribuyentes a la polución de las áreas
céntricas de la ciudad.

Su responsabilidad es marcada —precisa el
estudio— en el aumento de las emisiones de monóxido
de carbono (CO),
hidrocarburos
no combustionados (HC) y material particulado en
suspensión (MPS) en zonas como Enramada, Plaza de Marte,
Garzón…

Una evaluación integral del tema a favor
de la organización, regulación y eliminación
de ilegalidades asociadas con la nueva modalidad de servicio de
transporte, en cambio, hacía palpables sus posibles
aportes en el plano económico y social.

Suponiendo que al 85 por ciento de las motos
registradas en Santiago de Cuba y al 20 por ciento con chapas de
otras provincias les fuera otorgada la licencia —argumenta
el análisis—, el Estado podría
ingresar anualmente a sus arcas 44 597 060 pesos por concepto de
contribución al presupuesto,
otorgamiento de licencias y revisión técnica.

A lo económico suma ventajas sociales como
la generación de fuentes de empleo y la
organización de un tráfico hoy al margen de la
ley.

Una encuesta
realizada entre motoristas por el periodista Miguel Ángel
Gainza, reportero del semanario provincial Sierra Maestra,
concluía que más del 90 por ciento de los pilotos
entrevistados quisiera legalizar su situación, convertirse
en trabajador por cuenta propia, aportar al fisco y recibir
atención del Estado.

En tanto se materializan las decisiones
definitivas, decir moto y polémica sigue siendo lo mismo
en el espectro santiaguero y nacional.

¿FUTURO EN MOTO?

A una década del inicio de su empleo como
transporte alternativo, y con un Programa de Recuperación
del Transporte en marcha, no son pocos los que se empeñan
en predecir el futuro de este fenómeno.

Unos cuantos bien informados son contundentes: en
la misma medida en que las ofertas del transporte público
se recuperen y la sociedad extreme sus mecanismos de control, se
irán
retirando.

A ellos parecen apoyarlos datos oficiales sobre
una tímida pero real disminución de la
circulación de este tipo de vehículos tras la
llegada a la cabecera provincial de más de un centenar de
autos destinados al servicio de taxis ruteros; la exigencia del
uso del casco protector; mayor control en el expendio del
combustible, y la realidad de que algunos motoristas optan por
empleo.

Otros tantos, ya adaptados a las comodidades de
"coger una moto", confiesan que quizá el fenómeno
reduzca las proporciones que tiene actualmente, pero siempre
habrá quien demande este tipo de transporte.

Es del futuro la última palabra. Mientras
tanto, sobre dos ruedas se siguen enlazando los contornos de la
ciudad de Santiago de Cuba en un singular viaje, que
seguirá dando de qué hablar.

Discutible alternativa

Aunque por motivos bien diferentes que en la
Ciudad Héroe, la denominada asiatización del
transporte urbano provoca ardientes discusiones en diversas
partes del mundo.

 Mientras unos la defienden como
solución de movilidad frente a la enorme cantidad de
vehículos que provocan insoportables embotellamientos en
las grandes urbes, pues ocupan menos espacio, otros las atacan
porque, lejos de ser un vehículo sostenible, generan
mayores problemas
ambientales y de seguridad vial.

 En España sus
detractores sostienen que las motos en su mayor parte funcionan
con motores de tracción a dos tiempos, los cuales emiten
cien veces más de hidrocarburos que los motores de los
automóviles.

Partes: 1, 2, 3
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