- El mundo real y el mundo
aparente - Las ideas y los
fenómenos - Los
nuevos sacerdotes - Los
defectos de la psicología - Para
una fundamentación teórica de la
psicología - Conclusión
- Notas
El mundo real y
el mundo aparente
1.- Dos formas de percibir la realidad
Cuando vemos a una persona con un
defecto físico nos produce risa y, si nos veamos libres de
los convencionalismos sociales, procedemos a ejercer la burla
contra la persona que posee este defecto. Parece que se intenta
culpar al individuo por
la elección de su rasgo y parece que quien ejerce la
burla, que no posee ese defecto, se conoce libre de las burlas
ajenas, porque sabe que el resto de individuos, la masa humana de
la que él es miembro, mostraría hacia él el
mismo desprecio que él muestra hacia los
demás. Y lo sabe por experiencia porque ha sufrido
él mismo en sus propias carnes este "derecho" de los
hombres contra los hombres.
En ciertas circunstancias, los hombres amortiguan la
expresión de su pensamiento y
de su sentimiento. Pero en otras muchas ocasiones, no la
contienen. Esto se produce cuando están rodeados "por los
suyos", los que sienten igual que él o por los que, no
sintiendo igual que él, están sometidos por su
rango a aceptar sus valoraciones y sus conductas. Pocas de estas
personas podrán mantener su criterio incluso frente a su
consciencia y aceptan la decisión de su superior
"convencidos" de que actúa en justicia. No
aceptar esta consideración implicaría verse
sometido a la contradicción entre su sometimiento a su
superior y la falta de sometimiento a sus conclusiones.
Sin embargo, cuando vemos a una persona con una grave tara,
como el que padece síndrome de Down o el que está
lisiado mutilado, mostramos un respetuoso distanciamiento y
sentimos cierta consideración porque, también
ahora, nos alegramos de estar libres de ese problema en el que
reconocemos una imperfección o un perjuicio que puede
sufrir la naturaleza
humana de la que nosotros mismos no estaremos libres. Lo mismo
nos ocurre cuando conocemos que alguien está
próximo a morir.
Esta percepción
de los defectos del hombre como
una terrible manifestación de la naturaleza de que
está hecha al ser humano no se aplica a aquellos defectos
que no constituyen un impedimento para la existencia. Digamos que
los defectos estéticos adquieren una valoración
distinta de aquellos que perjudican el desarrollo de
su existencia.
Pero todos los defectos no son otra cosa que una
manifestación de la naturaleza por lo que debieran tener
la misma valoración. De hecho, algunas de estas
interpretaciones no son más que interpretaciones
perspectivistss. No tenemos más que recordar cómo
la imagen ideal
de una mujer se ha
mostrado de formas muy distintas a lo largo del tiempo y en
las diversas culturas.
La burla por los defectos de los demás no dice nada de
los defectos de los demás sino de la actitud de
quien ejerce la burla, baste considerar que hay gente que no nos
burlamos. La evidente significación de este hecho ha
pasado desapercibida a los más "sabios". Lo que muestra
el hombre que
se burla de otro es su consideración de ser superior sobre
el que posee ese supuesto defecto que le desmerece, por lo que
posee un derecho a perjudicarle, como un equivalente al derecho a
destruir las formas imperfectas de la naturaleza. Este derecho no
escrito se ha implantado precisamente porque el ser humano desea
poseer derechos sobre
los demás, porque necesita sentirse superior a alguien,
porque necesita justificar su valía; lo que todo hombre
inferior consigue percibiendo los efectos de su fuerza. Si un
hombre es "más" que otro ya sea en fuerza o en inteligencia o
en belleza o en astucia… entonces, está satisfecho de
sí mismo, entonces, lo inferior queda subordinado,
entonces, lo inferior, deleznable, debe ser castigado porque
constituye una afrenta a esa forma "superior" de la naturaleza
que se ha manifestado en ese ser que ejerce la acción.
Y la justicia la ejercen estos hombres "superiores".
La burla no es sino una forma sutil de ejercer el poder sobre
otro para satisfacer la necesidad del animal hombre de dominio, lo que
Nietzsche
denominaba voluntad de poder. Pero la voluntad de poder del
hombre es distinta de la voluntad de poder del animal hombre.
Como no se han establecido estas diferencias se toma lo bajo por
lo elevado, y la burla como gracia, para ejercer y disimular
respectivamente un acto de violencia.
Las ideas y los
fenómenos
El mundo como voluntad y representación significa que
el mundo está formado por ideas y fenómenos. Pero
ambos son la misma cosa, es decir toda idea se manifiesta en un
fenómeno y todo fenómeno es la objetivación
de una idea.
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