Estrategia para la gestión educacional participativa y desarrolladora de la comunidad educativa en el municipio de Azua (República Dominicana)
- Introducción
La gestión educacional y la participación de la
comunidad educativa- Caracterización de la
gestión educacional en la República Dominicana y
en el Municipio de Azua
Referencias bibliográficas
Síntesis
Entre los grandes retos que enfrenta la
sociedad de
hoy se encuentra el alcanzar la educación de
hombres y mujeres con niveles adecuados de desarrollo
tanto individual como social. Para contribuir a este
propósito una de las aristas apuntadas por diferentes
fuentes es
mejorar los sistemas de
gestión
educacional haciéndolos más incluyentes,
participativos y democráticos, planteándose la
focalización en la escuela como
espacio fundamental de desarrollo y participación social,
en esta línea ha hecho algunos esfuerzos.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, en la
República
Dominicana no se han logrado cambios significativos en este
sentido. Existen problemas para
la participación real de la comunidad
educativa en la gestión educacional y en cuanto al papel
de la escuela en el desarrollo
comunitario.
Ante semejantes retos esta investigación persigue como objetivo
proponer una estrategia de
gestión educacional que propicie la participación
de la comunidad educativa y contribuya a su desarrollo en el
Municipio de Azua, en la República Dominicana.
La tesis resulta
valiosa al profundizar en la concepción de gestión
educacional desarrolladora de la comunidad educativa en general,
teniendo en la participación real su invariante
fundamental.
Aporta al municipio de Azua y a la
República Dominicana una estrategia que contribuye a
la participación real de la comunidad educativa en la
gestión educacional tomando en consideración las
condiciones concretas del contexto, y expresada a través
de múltiples acciones que
adoptan la modalidad de proyectos, con lo
que se pretende ayudar a la solución del problema
planteado.
Introducción
Históricamente la gestión y administración de escuelas se han visto
como un asunto de competencia casi
exclusiva de los órganos centrales de los gobiernos y en
gran medida encuadrada dentro de los cerrados marcos del centro
escolar donde en una buena parte de los casos sólo se
imparten conocimientos. Esto ha hecho de la escuela una
institución débil, con poca identificación
con su entorno y un tanto descontextualizada, fenómeno que
se torna mucho más complejo en América
Latina en general y en la República Dominicana en
particular, donde los planes y programas
educativos siempre han tenido un sello europeo o norteamericano.
Además los enfoques que se han estado
aplicando en la gestión educacional han sido propios de
la
administración relacionada al campo empresarial,
enfoques de una administración tradicional
tecnoburocrática.
Sin embargo, a lo largo del siglo XX y sobre todo en el
primer lustro del siglo XXI, en los procesos de
reformas
educativas se visualiza con claridad la necesidad de mejorar
la calidad de la
educación
como vía para mejorar las condiciones de vida de los
ciudadanos; calidad de la educación que se asocia entonces
a los niveles de participación y transformación de
todos los involucrados en el proceso
educativo, con una propuesta de integración de la escuela y la comunidad.
Este hecho hace que en la gestión educacional se tomen en
cuenta otros sujetos sociales, no sólo los estudiantes,
padres y educadores, también la sociedad civil,
el sector de las mujeres, iglesias, y otros. Se observa,
además, que los organismos internacionales se preocupan
más hoy por esta problemática y reconocen, desde su
punto de vista, la importancia que tiene la participación ciudadana en la
gestión de los procesos educativos.
Los grandes problemas que acontecen en la humanidad,
así como los retos que ésta enfrenta hacen que se
entienda la educación, no sólo como un elemento
transformador de los estudiantes, al interior de la escuela,
sino, como elemento sinérgico para el desarrollo
social, por lo que la gestión en el nivel
institucional cobra una gran importancia en la
actualidad.
La escuela como centro del desarrollo educativo
comunitario deberá redefinir sus planes, dar respuesta al
entorno social, orientar los recursos que
estén a su alcance y ser más independiente, esto
implica la colaboración activa de padres, maestros,
alumnos y del director como líder
de la escuela en general.
En los últimos tiempos varios científicos
sociales han enfatizado la importancia creciente de la
participación en los procesos educativos,
definiéndolo como un campo de estudio importante dentro de
los ámbitos de las ciencias
sociales en términos generales y de las ciencias de la
educación de manera especial.
C. Malpica explica como la participación en la
gestión educacional se produce cuando las personas y los
grupos tienen
espacios, no sólo para expresar sus ideas, sino
también para influenciar en los rumbos de la
institución, en sus formas de funcionamiento.1
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