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Historia de los Tobas (página 2)




Enviado por Fabián G. Amarillo



Partes: 1, 2

Las grandes empresas
explotadoras de recursos
naturales del Chaco estuvieron, en cambio,
fundamentalmente dirigidas por ingleses *2.

Empieza en 1878 la "guerra del
desierto" y termina en 1880
, en esta guerra se produce una
cruel matanza de pueblos originarios para ocupar las tierras y
venderlas a un precio muy
barato, solo para sacarlos de su lugar de origen.

En 1885 se lanza la gran campaña
militar de Victoria. Se recordarán con horror matanzas en
Makallé, La Cangallé, etc., con honor los nombres
de Salarnek-Alón, Camá, Matolí, Leoncito,
Garcete, Moreno, Covaiqué, Nela-Lagadik, megotsché,
etc. En el asta-bandera de las tropas de un inglés
que fue general y gobernador argentino del Chaco se llegó
a ensartar la cabeza cortada de un Gran Jefe. El cráneo de
otro, que se opusiera al bombardeo de un buque estadounidense y
otras invasiones, adorno la
biblioteca del
comandante Fontana.

Paralelamente, el corones Manuel Obligado,
comandante de la frontera
norte, fundada la Colonia Indígena de San
Antonio.

Si por entonces se aspiraba a transformar
al río Negro en la frontera sur del , el Bermejo
debía constituirse, ineludiblemente, en el límite
norte. Estos dos frentes de guerra resultaban complementarios *3
si se había priorizado al sureño, era en función de
razones bien atendibles, la objetiva importancia de los pampa y
los pretensiones chilenas sobre las tierras de la Patagonia, el
ambicioso proyecto
agropecuario pampeano y el peso político de los
latifundistas bonaerenses. Pero nadie dudaba, ni por un instante,
de que los ejércitos que operaban victoriosos en la
Patagonia serían prontamente transferidos al Chaco
(Viñas, 1982p. 119)

Así, el general Benjamín
Victorica, quien fuera Ministro de Guerra y Marina del Presidente
Roca desde 1880 hasta julio de 1885 *4, ordeno, en la segunda
mitad del año 1884, la esperada campaña militar
contra los indígenas del Chaco. Donde actuarían
conjuntamente fuerzas del Ejército y la Marina.

Debía tratarse de una campaña
puntual y una victoria fulminante, de lo contrario, y como lo
había advertido el General Roca:

… un reguero de sangre marcaran
en el Chaco los derroteros de la civilización y del
progreso…
(Comunicado del Presidente de
la
República General Julio A. Roca, al teniente Coronel
Luís Jorge Fontana*5, Firma de Despachos, 1881)(Maldonado,
1991, p.18)

Esta vez, el objetivo era
alcanzar conjuntamente La Cangayé, sobre la ribera sur del
Bermejo. La misma táctica que cinco años
atrás, sobre Choele-Choel, en el Negro.

Durante la mañana del primer
día de octubre de 1884, el general Victorica, embarcado en
la torpedera Maipú, zarpó desde Buenos Aires, con
destino a Puerto Timbó, hoy Bermejo. Lo seguían los
vapores Talita y Tacuarí.

Las otras fuerzas militares
provenían de Salta: Regimiento 10 de Caballería al
mando del coronel Solá, de Formosa: Regimiento 7 de
Infantería y 6 de Caballería, bajo las
órdenes del general Fotheringham, de Córdoba:
Regimiento 12 de Caballería, a cuyo frente se encontraba
el coronel J.M. Uriburu, Batallón 4 de infantería
de Línea y Batallón de Infantería de Marina
comandados por el coronel Blanco, y de Resistencia,
Regimiento 9 de Infantería al mando del coronel
Figueroa.

El capitán José Montero, del
Regimiento 12 de Caballería, sorprendió en su aldea
al cacique Inglés y le dio muerte. El
general Ignacio Fotheringham apresó y sentenció a
muerte al cacique Toba Yaloshi: Aprobada la sentencia, se
llevo a efecto, al pie de un corpulento quebracho. Ahí nos
mas lo dejamos para escarmiento
(Fotheringham, (1908)
1970. p 553)

Más tarde, las tropas del mismo
general dieron muerte al gran jefe de los Toba, el cacique
Cambá, que años atrás desafiara al propio
Jefe de la Comandancia de Resistencia, para que << saliese
a arreglar a lanza y sable>>. Cambá fue herido en
Paso Central, el 5 de diciembre de 1884:

Ya caído, fue ultimado a
puñaladas, cortada su cabeza y clavada en una
lanza… hermoso fin de campaña. Todos los indios
desfilaron ante su cabeza y todos lo reconocieron

(Fotheringham (1908) 1970.p 574, Maldonado, 1991p, 30)

Dispersos, arrinconados, sin más
armamento que algunas flechas, retrocediendo frente a la masiva
invasión y el sistemático escarmiento, la mayor
parte de los caciques y sus clanes se fueron entregando sin
resistencia, al paso de las distintas columnas militares (Scunio,
1972, Maldonado, 1991)

Los escritos del coronel Ángel
Justiniano Carranza en su << Diario de Marcha de la
Expedición>> y los testimonios del general Ignacio
Fotheringham) (1908) 1970) están muy lejos de relatar
combates heroicos o memorables. Por el contrario, todas las
descripciones de la campaña de Victorica no consiguen
esconder la endebleza de un enemigo asustado e indefenso, no las
contradicciones que arrastran los jefes militares, ni siquiera el
cinismo y la ironía con que, al parecer, pretenden
defenderse:

Nunca he visto gente más
contenta, y más leal…. Buenos indios,
legítimos, de raza pura, toba, mocoví o chiriguano,
dueños indiscutibles del territorio, por ley. Oriundos y
nativos de sus bosques vírgenes….! Pero vino la
Raza Superior!!…
(Fotheringham, 1970, p
539).

El 24 de octubre de 1884, tropas del
Regimiento 12 de Caballería, al mando del teniente primero
Adolfo Boero, atacaron por sorpresa una toldería donde
fueron tomados prisioneros ocho indios y una china,
lográndose como botín un fusil, una lanza,
doscientas flechas, cuatro hachas, cuatro monturas y una oveja.
(Scunio, 1972, p, 262)

Benjamín Victorica era un
militar distinguido, raza de caballeros de otra época, de
maneras afables, animado del mas patriótico empeño
y decidida buena voluntad…. En las Jutas, donde se une el
Teuco con el Bermejo, el Ministro dirigió la palabra a sus
tropas. Hizo un cuadro hermoso de esos vastos territorios, esos
esplendidos bosques vírgenes, esa zona fértil, de
vegetación exuberante y gran porvenir
*6

Yo miraba a mí alrededor y vi
un río inmundo, fangoso, de aguas turbias, unas tierras
áridas, unos montes raquíticos y un clima
detestable… concluyo la arenga. Todos aplaudimos con
sinceridad, la buena intención es lo que vale… pero
yendo con el aparte le dije: Dígame Señor Ministro:
usted piensa todo lo que ha dicho?>>, y El
respondió: No hombre:
jamás he visto lugares más horrorosos. Pero hay que
hablar patrióticamente y el patriotismo, es como el amor, es
ciego
(Fotheringham, (1908) 1970, pp 567/568)

Trece fortines levantados sobre el Bermejo
fueron el resultado de la campaña de 1884, aparte de la
derrota militar del indígena, aunque estos no fuera
totalmente sometidos en forma inmediata (Iñigo Carrera,
1988, p8). Hubo que esperar hasta el 31 de diciembre de 1917,
para que oficialmente por concluida la guerra contra los
chaquenses (Magrassi, 1987, p, 106)

La inversión en tierras y colonización
aumento considerablemente.

La zona de cañadas cercana al
Paraná y su afluentes contaba con abundantes bosques cuyas
maderas encontraban por entonces una significativa demanda *7. En
el centro-oeste, el quebracho colorado era mucho menos abundante
y la aptitud agrícola del suelo, si bien
era superior a la zona de cañadas, no podía
competir con la pampeana.

Por eso, producida la crisis mundial
de 1890, la expansión del capital se
produjo sobre las tierras ya ocupadas del este, mientras el
centro oeste continúo por más tiempo en
manos aborígenes (Iñigo Carrera, 1988, p
8)

El proceso de
absorción de mano de obra indígena, confesado
objetivo de la campaña de Victorica, fue paralelo al
establecimiento de los ingenios azucareros y los obrajes de
explotación de la madera:

Difícil será ahora que
las tribus se reorganicen bajo la impresión del
escarmiento sufrido… sus miembros dispersos se apresuraran
a acogerse a la benevolencia de las autoridades, acudiendo a las
reducciones o los obrajes donde ya existen muchos de ellos
disfrutando de los beneficios de la civilización

( Victorica, 1885.p 15. Iñigo Carrera, 1988,
p11)

Los indígenas chaqueños
realizaron en los obrajes los trabajos más duros y peor
pagados.

Juan Bialet Massé, en enero de 1904
en su informe sobre la
situación laboral del
país, redactado a solicitud del Ministro del Interior
Joaquín V. González, describe con singular realismo
el estado de
la situación:

Peor que cualquier obrero, por
debajo de los obreros, a la par de los animales de
tiro… se reniega del indio, pero se lo explota. Sin
él en el Chaco no hay ingenio, ni obraje, ni
algodonal
(Bialet Massé, (1904) 1973, p,
36)

Durante la primera década del siglo
pasado, comenzó a impulsarse el cultivo del algodón, expandiéndose
paulatinamente la ocupación al área centro-oeste.
En 1909, comenzó la construcción del ferrocarril que
atravesaría el Chaco, uniendo el puerto de Barranqueras,
sobre el Paraná, con la provincia de Salta. En 1911,
cuando los trenes llegaban hasta la región de mayor
concentración indígena, se produjo una nueva
campaña militar, la del coronel Enrique Rostagno,
destinada a ocupar definitivamente la zona (Iñigo Carrera,
1988, pp. 11/12)

En julio de 1911, como presagio de la
campaña que se iniciaría en septiembre, las tropas
acantonadas en el Fortín Arenales, bajo las órdenes
del teniente Benjamín Menéndez, asesinaron a una
tribu entera, en aparente represaría (Maldonado, 1991, pp.
48-50):

Después de un largo tiroteo
(informa el teniente Menéndez) resultaron ciento ochenta
indios muertos y un soldado herido… se les quito
además treinta y un caballos, seis mulas, treinta burros,
ciento cincuenta y seis vacunos, y cuatrocientas cincuenta ovejas
y cabras
(Telegrama emitido el 14 de julio de 1911
desde Puerto Bermejo y publicado en el diario La Prensa del
día 15-7-1911, p.12, Maldonado 1991, p.48)

Nuevamente apeló a la táctica
del escarmiento. Resulta entonces comprensible que en septiembre
de 1911, al iniciarse la campaña de Rostagno, y durante
los tres meses subsiguientes, se entregaran, sin ofrecer ninguna
resistencia, más de ocho mil indígenas. Fue en las
proximidades del Teuco, en las nacientes del Salado y en las
lagunas del Pilcomayo.

Enrique Rostagno, coronel del
Ejército, Jefe de las Fuerzas de Operaciones en el
Chaco, en su Mensaje de final campaña. Dirigido el 30 de
noviembre de 1911, desde Resistencia, al Gobierno de
Buenos Aires, expresaba:

Se han recorrido más de 3.200
leguas cuadradas…. Durante todo este inmenso recorrido no
se ha tenido necesidad de disparar un solo proyectil, aunque
encontramos más de ocho mil indios por las hermosas
lagunas del Pilcomayo Central, en las nacientes del Salado, en
las proximidades del Teuco y en la zona sur del antiguo cauce del
Bermejo. Esos indios, que no huyeron por que fueron sorprendidos
por las patrullas que se les aparecieron de todos lados, fueron
bien tratados y
reviran de eficaz elemento de propaganda
para hacer conocer a los otros que la vigilancia y la justicia de
las tropas nacionales se extiende a todos los habitantes del
territorio, sin distinción de razas y que el Gobierno
Nacional está dispuesto a darles tierras y elementos de
trabajo si
desean someterse…
(Rostagno, 1969,
pp.21/22)

Pese al sometimiento espontáneo al
que hace referencia insistentemente el coronel Rostagno en su
mensaje, el paso del tiempo ha sabido transformar las vicisitudes
de esta campaña y recordarla en medio de atributos de
tenacidad y sacrificio. En el año 1969 en la <> del
libro de
Enrique Rostagno, el general de Brigada Juan Bautista Loza, por
entonces Presidente del Círculo Militar,
escribía:

El chaco fue duro escenario del
esfuerzo de estos bravos camaradas*8, que, en cumplimiento de
órdenes superiores, actuaron en los territorios ocupados
por el salvaje, y con permanente tenacidad y real sacrificio,
lograron que estas tierras se incorporarán definitivamente
al ritmo del progreso de la Nación
(Loza, 1969,
p.2).

La <>, seguida del disciplinamiento,
fueron los signos
emblemáticos que guiaron la conquista del
Chaco y la diferenciaron de las campañas en el sur, cuyo
sino, en cambio, fue el exterminio. Las inmensas estancias ovinas
de la Patagonia requerían para su desarrollo
productivo una fuerza de
trabajo inferior a la demandada para la explotación de las
riquezas naturales del Chaco. Las potencialidades
económicas de sus bosques y cañadas reclamaban
abundancia de brazos baratos, y había por tanto que
dominarlos, consérvalos y adiestrarlos.

Ya el general Victorica lo expresaba con
meridiana claridad:

No dudo que estas tribus
proporcionaran brazos baratos a la industria
azucarera y a los obrajes de madera… si considero
indispensable, también, adoptar un sistema adecuado
para situarlos permanentemente en los puntos convenientes,
limitándoles los terrenos que deben ocupar con sus
familias, a efectos de ir poco a poco modificando sus costumbres,
y civilizándolos
(Victorica, 1885, p23,
Iñigo Carrera, 1988, p.11)

La supervivencia estaba condicionada para
los chaquenses. Para seguir ocupando su hábitat, era preciso que dejaran de ser
pescadores, cazadores y recolectores y se transformaron en
asalariados, revistiendo condiciones extremas de
explotación.

Resulta necesario, entonces, socializar,
disciplinar, concentrar y localizar a prudente distancia una
abundante reserva de fuerzas de trabajo indígena, a fin de
mantenerla al alcance para aquellos momentos claves en que seria
reaclamada por el ciclo de los cultivos tropicales.

En la Provincia de Formosa se creó
la reducción de Fray Bartolomé de Las Casas, y en
el Chaco se eligieron las tierras de Napalpí, en 1914, y
donde los Mocoví y los Tobas serían confinados para
trabajar primero como hacheros, y más tarde como
cosecheros y carpidores del algodón.

El gobernador Lynch Arribálzaga
organizo la primer "colonia laica" con Toba y Mocoví de
Quitilipi en 1915.

Las vicisitudes del mercado mundial
algodonero *9 crearon la posibilidad de expandir este cultivo en
la Argentina. El Chaco, en especial su franja centro-oeste,
ofrecía las condiciones ecológicas adecuadas. A
mediados de la década del ´20, el algodón se
constituyó en la principal producción de esas regiones (Iñigo
Carrera,1983 y 1988,Rock,1989,
Taylor,1948,
Ferrer,1963).

La abundancia de mano de obra que
requería la zafra algodonera no siempre resultaba
satisfecha por los trabajadores aborígenes. Estos,
incluidos los de la reducción de Napalpí,
solían desplazarse hacia los ingenios azucareros de Jujuy
y Salta cuando las condiciones de trabajo y de salario les
resultaban más convenientes.

El 31/XII/1917 se dio oficialmente por
concluida la "guerra contra los chaquenses".
En 1920 el
inglés Ardí establecido con plantación e
ingenio instauraba el imperio de Las Palmas, primer lugar del
país en disponer de luz
eléctrica.

En fosas comunes, junto al río se
apilaban los cadáveres indios. Otros desdichadotes
siguieron. Por quebracho, tanino, durmientes, leña,
carbón, empresas germano-anglosajonas como La Forestal, el
ferrocarril francés, etc. El algodón abrió
el "tercer ciclo chaqueño" en la satisfacción de
las necesidades imperialistas. En 1924, el Ministro de Agricultura de
la Nación
recibió un mensaje telegráfico, firmado por
cincuenta colonos de Sáenz Peña, en el descifra el
desesperante cuadro que se vivía, como consecuencia de la
escasez de fuerza
de trabajo:

….rogamos vuestra
intervención ante amenaza desastre significa falta de
brazos, deteniendo salida indios y haciendo regresar a lo que se
van…
(Iñigo Carrera, 1983,
p.80).

Un año antes, Fernando Centeno se
había hecho cargo de la gobernación del Chaco. Era
un hombre sin escrúpulos que supo rodearse de gendarmes
delincuentes y policías arbitrarios (Maldonado,
1991.pp.64-67) y que pretendió resolver la crisis
prohibiendo a los Mocoví, Tobas y demás chaquenses
abandonar el territorio. El despojo, la explotación, las
atrocidades perpetradas contra los indios tornaban intolerable la
situación. Cerca de ochocientos indígenas
comenzaron a concentrarse en Napalpi y se declararon en huelga.

Las causas desencadenantes del movimiento de
Napalpi son múltiples y de influencia reciproca, concluyen
con certeza Edgardo Cordeu y Alejandra Siffredi (1971). Se
sucedieron intricados episodios, provocaciones, negociaciones y
promesas incumplidas. La movilización aborigen de El
Aguará (Napalpi) convocó a los jefes Mocoví
Miguel Duran y Pedro Maidana, Yachaxanaxauaic y a los shamanes
Toba José Machado, Dionisio Gómez, Llishaxaic, y su
hijo Pedro Gómez, Soqolec (Millar, 1979, p.102, Maldonado,
1991, p.87).

La huelga general se transformó en
un movimiento milenarista.

Dionisio Gómez confesó que
tenía el poder de
desviar las balas de la policía y, junto con José
Machado, fueron considerados OIQUIAXAIC :hombres privilegiados
capaces de comunicarse con el espíritu los muertos.
Había llegado, entonces, el tiempo en que los antepasados
resucitarían, cambiando l orden del mundo, y los
aborígenes chaquenses volverían a ser nuevamente
los dueños de los montes y la
tierra.

En la mañana del 19 de julio de
1924, ciento treinta policías y numerosos civiles armados
llegaron al campamento aborigen. Desmontaron a una distancia de
500 metros y comenzó la descarga.

Se dispararon cuatro mil proyectiles en
menos de media hora. Los informes
Oficiales confirmaron la muerte de
más de doscientos indios, sin contar los muchos
cadáveres y los caballos muertos que quedaron en la
espesura (Congreso de la Nación: Cámara de
Diputados, Diario de Sesiones, 1924, tomo v, p.423):

…. Los indios que se hallaban
con vida eran ultimados, acribillándoles a balazos o a
machetazos…. les extraían el miembro viril con
testículos y todo, que guardaba la canalla como
trofeo…los de Quitilpi declararon que esos tristes trofeos
fueron exhibidos luego, haciendo alarde de guapeza en la
Comisaría…

(Cordeu-Siffredi,1947.p.99).

Tras apoderarse de los enseres de
los indios: faroles, palanganas, ropa, pavas guitarras,
acordeones y ollas, el Comisario Sáenz Loza dio la orden
de incendiar el campamento
(Maldonado,
1991.p.99).

El resto lo hizo la economía, la explotación, el
racismo, la
miseria.

Todavía en 1930 se publicaban
fotos (de
Napalpi, etc.) con cabezas cercenadas, los testículos
cortados, de los "indios" en los escritorios de las guardias
policiales de Frontera. Estos crímenes quedaron impunes.
En 1933, el shamán Evaristo Asencio, Natoxochi,
volvió a convocar a algunos sobrevivientes de Napalpi, en
la colonia El Zapallar, hoy José de San
Martín.

Más de trescientos cincuenta
aborígenes llegados desde distintos puntos del Chaco y el
norte de Santa Fe se concentraron en las márgenes del
Riacho de Oro, a las
puertas de la colonia.

Hubo una nueva matanza. Entre los
prisioneros, cayó el cacique Miguel duran, único
sobreviviente de los líderes que habían resistido
en Napalpi.

La violencia, la
represión sanguinaria, fueron elementos constitutivos de
la consolidación del nuevo régimen productivo.
Así, con el correr del tiempo, los bosques
chaqueños dejaron de ser testigos de las matanzas masivas
de indígenas. En número escaso, los Tobas,
Mocoví, Wichi, Pilagá y otros pueblos chaquenses
sobreviven al amparo del monte,
en las colonias y reservas aborígenes, y desde allí
continúan vendiendo temporalmente su fuerza de
trabajo.

Muchas personas decidieron inmigrar hacia
Bolivia, por
la matanza llevada en el Chaco y padecieron allí los
horrores de la Guerra del Chaco (1932.1935). Luego,
volvieron para insertarse nuevamente como zafreros en los
ingenios del azúcar.
En el año 1947, algunos de ellos acompañaron a los
pequeños en su largar marcha hasta la Capital Federal, en
lo que se llamó <<EL malón de la paz por los
caminos patria>>*10, en defensa y reclamo ininterrumpido de
sus tierras (Magrassi, p, 82).

Tras la colonización del Chaco,
sobrevinieron años de relativa distensión para los
sobrevivientes aborígenes. Concluido el tiempo de las
matanzas masivas, las páginas de nuestra historia, aquéllas
que consolidaron la <> y definieron en forma unilateral
nuestra identidad como
nación, le dieron paso, década trás
década, a un nuevo fenómeno: el etnocidio
(Hernández, 1985y 1990).

Se comete etnocidio cuando se combate la
conciencia de
pertenencia a una minoría nacional, cuando se acalla la
palabra de un pueblo pronunciada en su propia lengua, y
cuando se le niega a un grupo
étnicamente diferenciado su derecho a disfrutar,
desarrollar y trasmitir su propia cultura.

Desde la década del 30 hasta
nuestros días, en el orden nacional, los gobiernos
constitucionales se alternaron con largo periodos de dictaduras
militares. Las diferentes acciones de
los distintos gobiernos se caracterizaron por la búsqueda
infructuosa de una definición política en materia de de
los indígenas sobrevivientes a nuestra sociedad.
Mientras, paralelamente, nos enfrentábamos a otra
búsqueda, crucial, aunque igualmente infructuosa: el
intento de definir y consolidar nuestra identidad como
argentinos.

Hacia 1940, se acentuó el interés
por la situación económica y social del
indígena, el estado de sus
derechos civiles
políticos a causas insurrecciones levantamientos
(Congreso…., 1985.p.20)

Pero aun desde las posiciones más
esclarecidas, se tendría a la <>como sinónimo
de <>, es decir, se propiciaba una <> en
términos valorativos

Lejos estaba la sociedad nacional de
comprender el profundo significado de las reivindicaciones
indígenas: participación social igualitaria y
convivencia pura, mutuamente enriquecedora, de idiosincrasias y
personalidades culturales diferentes.

Por aquellos años, se aprobó
el Proyecto convertido en Ley número 12.636, sobre la
creación de un plan de
colonización para el indígena, cuyas metas se
sintetizaban en:

La paulatina incorporación a
la vida civilizada…… impartiendo la
instrucción elemental y la enseñanza de la religión
católica como medio para lograr esa integración

(Congreso…..,1985.p.20)

A partir de 1945, con el peronismo en el
poder, se propusieron desde el Ejecutivo una serie de medidas con
el objeto de atender a los requerimientos de la población indígena (Tesler, 1989).
Se establecieron las funciones de la
comisión Honoraria de Reducciones de Indios
(Congreso…., 1985.p.38) y, habiendo transcurrido tres
años del <>, se dictó el mencionado Decreto
número 18.341, que expropiaba tierras de la Provincia de
Jujuy para la radicación de
aborígenes*11.

Asimismo, se promulgó por entonces
la Ley número 13.560, ratificando el convenio de la
Conferencia
Internacional del Trabajo sobre los sistemas de
reclutamiento
de la mano de obra indígena. A su vez, la Ley numero
14.184 (Segundo Plan Quinquenal) tomaba en cuenta, en el apartado
referido a la acción
social, la protección de los indígenas*12, y se
expidió la Ley numero 14.252 sobre la creación de
colonias-granjas para aborígenes.

Desde comienzos de 1953, el longo mapuche
Jerónimo Malique estuvo a cargo de la Dirección de Protección del Aborigen
(Ministro del Interior). Durante su desempeño, la Dirección no se
distinguió por ninguna actuación digna de
mención, salvo el inexplicable hecho de que, por Decreto
presidencial número 12.204, la misma pasó a
depender, desde el 22 de junio de 1954 y hasta el 16 de mayo de
1955, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

La constitución de 1949 dejó sin efecto
las atribuciones del Congreso sobre la conversión de los
aborígenes al catolicismo, posteriormente, volvieron a
entrar en vigencia. Reapareció en las Cámaras la
preocupación por la temática indígena
(Congreso…., 1985.p.39): Desde 1948, venían
funcionando la Comisión Permanente del Aborigen, para
legislar basándose en estudios y conocimiento
de la problemática. La misma fue suprimida en
1955.

Las acciones de gobierno de la Revolución
Libertadora, al igual que las de las dictaduras militares que se
sucedieron a partir de 1966, se caracterizaron por la inmediata
desarticulación de lo actuado durante los periodos de
gobierno constitucional. Y así, hubo que esperar hasta
1958, ya electo el Presidente Arturo Frondizi, para que se
dispusiera nuevamente la creación de un organismo
especifico, denominado esta vez Dirección Nacional de
Asuntos Indígenas, dedicada a la del aborigen
(Fischman-Hernández, 1990.p.112)

En el mismo periodo constitucional,
mediante la ley número 14.932, se ratificó el
Convenio número 107 de la OIT, referido a la
integración de poblaciones indígenas en país
independientes. Esta norma nunca fue reglamentada, ni se
creó el correspondiente organismo de aplicación. En
1965, a un año antes del golpe militar, el Presidente
Arturo Illía dispuso, por Decreto numero 3.998, la
aplicación de un Censo Indígena
Nacional*13:

…con el propósito de
aprovechar la experiencia universitaria para formular una
política coherente y positiva que permita la
integración de muchos millones de compatriotas a su propia
nacionalidad
(Censo….,
1968.p.13)

Hasta el año 1974, no se volvieron a
producir hecho de significación. En esa oportunidad, se
autorizó por Ley número 20.738, la transferencia de
tierras a las reservas mapuches de la Provincia de
Neuquén.

A su vez, se declaró de utilidad
pública un inmueble convertido en monumento
histórico nacional, con el fin de constituir una museo
indigenista (Ley numero 21.149).

A nivel nacional, la mayoría de los
decretos y las leyes promulgadas
durante todo este largo periodo fueron posteriormente derogadas,
o no se aplicaron por falta de reglamentación. En 1979,
durante el gobierno de facto del general Ibérico Saint
Jean, en la provincia de Buenos Aires se promulgó la Ley
9.231, por la cual se entregaron <<en propiedad
individual>> las tierras de las últimas tribus
mapuches bonaerenses: la del cacique Ignacio Coliqueo de Los
Toldos. Se perpetró, así, un nuevo ataque contra la
tenencia colectiva de las tierras indígenas, y con
él se sacavo en esta comunidad la
pervivencia de su identidad y de su cultura
(Fischman-Hernández, 1990).

Muchas culturas desaparecieron, de otras,
sólo quedan vestigios, y varios de los pueblos
supervivientes registran contados representantes.

La transición democrática,
iniciada a fines de 1983, sorprendió al país en
medio de una singular crisis y una inédita secesión
económica.

Los años que se sucedieron fueron,
por tanto, limitativos en cuanto a la capacidad del Estado para
desarrollar nuevas acciones sociales y encarar políticas
más equitativas en materia de distribución. En este sentido, poco fue lo
llevado a cabo en beneficio del aborigen.

No osbante, a partir 1984 se registraron
meritorios intentos en el plano jurídico. Desde las
Cámaras se presentaron iniciativas para la
suspensión de desalojos de tierras, adjudicaciones y
entregas de títulos de propiedad,
comisiones bicamerales y especiales para el estudio y la redacción de proyectos,
así como para el relevamiento de su situación
socio-económica, creación de organismo de
protección integrados por representantes indígenas,
promoción de encuentros y diferentes
eventos
convocadores de población aborigen, creación de
establecimientos educacionales, programas y
modalidades especiales dedicados a la enseñanza de
lenguas
indígenas e inclusión de materias sobre las
culturas autóctonas en los programas de estudios de los
niveles primario y secundario.

Lamentablemente, buena parte de estos
proyectos no llegaron a transformarse en Ley , y cuando lo
hicieron no se reglamentaron, imposibilitándose por tanto
su aplicación

Se promulgo y reglamento, asimismo, la Ley
Nacional numero 21.302, y le siguieron cinco leyes provinciales:
Formosa, Misiones, Salta, Chaco y Río
Negro.(Fischman/Hernández.1989)

Como consecuencia de las sucesivas acciones
bélicas y de las distintas políticas de
avasallamiento y etnocidio, nuestro país es actualmente
una de las naciones de América
Latina que cuenta con menor proporción de habitantes
aborígenes: alrededor del uno por ciento de nuestra
población total*14.

A pesar de la heterogeneidad de
situaciones, los actuales asentamientos aborígenes
presentan algunos indicadores
comunes, que en el ámbito económico,
socio-político y cultural nos permiten caracterizar y
homogeneizar la situación especifica en la que
sobreviven.

Nómadas o sedentarios, cultivadores
de su tierra como
los andinos, u originarios cazadores-recolectores como los
chaqueños, todos estos pueblos se aferran a su
hábitat y lucha por conservarlo y expandirlo.

Aunque la tierra sea la base real de la
supervivencia, esta no es concebida como un bien
económico, sino como un <<espacio para la
vida>>.

Habitan, según las regiones, en
reservas, agrupaciones o comunidades*15, no siempre
jurídicamente establecidas. Estas comunidades tienen
principalmente posibilidades de comercialización artesanías o el
minifundio.

*1 Durante la Presidencia de Nicolás
Avellaneda, el 6 de octubre de 1874, se estableció por ley
que el territorio del chaco situado sobre el margen derecho del
río Paraná, el Bermejo y el arroyo denominado El
Rey, sería administrado por <<autoridades
políticas y municipales>>, hasta tanto no se dictara
la Ley General para la
Administración y el Gobierno de los Territorios
Nacionales…. Por virtud de tales instrucciones, se
formó una comisión de Científicos y
Militares, y durante un periodo de seis meses se estudió y
exploró la desconocida costa oriental del Chaco. El 31 de
mayo de 1876 se elevó un minucioso informe. << Un
trabajo tesonero y difícil con objetivos "puramente
científicos" y el primero de esta naturaleza realizado por
argentinos, ya que sólo se había registrado un
intento similar en 1855, a partir de la visita del Capitán
estadounidense Tomas Page >>.

Hasta 1870 poco se conocía del vasto
territorio del Chaco Austral, y sus limites internos resultaban
imprecisos (Seelstrang, 1977, p8)

*2 Pese a la ocupación
indígena, las tierras del chaco resultaban igualmente
objeto de comercialización. Hacia 1880 el gobierno
nacional propició la venta de tierras
fiscales a empresas y consorcios financieros de Inglaterra y
otros países europeos, para destinar ese producto al
pago de anteriores empréstitos. Entre ellos, el crédito
tomado en Londres, el 22 de junio de 1972, a la Banca Murrieta y
Cia.

Se llevó entonces a cabo la mas
formidable salida de tierras del patrimonio
público y la entrega más grandiosa de quebrachales
colorados que se realizara en el mundo(Gori, 1974,
p.25)

La Banca Murrieta se apropió
así de 1.804.563 hectáreas, pagando a razón
de 1.500 dólares la legua. Pero al año siguiente se
vendió buena parte de estas tierras a la
Compañía de Tierras de Santa Fe, a 5.292
dólares la legua (Gori, 1974, Maldonado, 1991)

*3 En esta expansión dominadora a
dos puntas ,resulta evidente que la Patagonia no solo
sirvió como eje, antecedente, apoyatura y
movilización para conquistar el Chaco, sino que fue la
matriz
primordial y generadora del poder político, militar y
económico de la república conservadora (
Viñas, 1982p.119)

*4 El general Victorica, durante la
campaña, se mantuvo permanentemente en contacto con el
Presidente Roca. Sus órdenes provenían de la
flamante Capital Federal, por primera vez se emitían
telegráficamente y se cumplieron al pie de la letra
(Viñas, 1982 p125)

Su objetivo era establecer una línea
militar a ambos lados del Bermejo. Sus planes fueron aprobados
por el Presidente de la republica y el Congreso de la
Nación, con la única oposición del senador
por Buenos Aires Aristóbulo del Valle.

La Ley 1.470 de septiembre de 1884
aprobó los fondos para financiar la expedición, que
ofrecía <<el mismo objetivo que el llevado a cabo
sobre La Pampa en 1879>> (Congreso de la Nación.
Cámara de Senadores-Diario de Sesiones, 11.9.1884,
Maldonado, 1991, p. 25)

*5 El teniente coronel Luis Jorge Fontana,
posteriormente comandante, estuvo destinado en la frontera norte
durante nueve años. En este periodo le correspondió
entregar al Paraguay la zona
acordada por laudo arbitral del Presidente estadounidense Hayes,
y fue merecedor del reconocimiento del Ejército argentino,
al ser trasladado más tarde a la Patagonia junto al
coronel Héctor Varela, en función del <<
profundo conocimiento adquirido en las luchas contra el
indio>>. Idéntica suerte corrieron otros militares
argentinos. << Sus experiencias ante el malon se
perfeccionaran frente a las huelgas>>, señala David
Viñas (1982, p. 125)

Se hace referencia al hecho de que , a
comienzos del presente siglo y hasta 1922, se sucedieron en el
país una serie de revueltas obreras y de otros sectores
sociales, entre ellos los chacareros de Santa Fe(<<Grito de
Alcorta>> 1912), que pretendían ponerle límites al
proyecto liberal. Todos estos movimientos fueron drástica
y sanguinariamente reprimidos.

Las revueltas obreras se iniciaron en los
centros urbanos (Federación de Rodados, Portuarios del
Litoral (1902), FORA (1909), Vasena (1919) y se expandieron al
Chaco y a la Patagonia.

Huelgas inéditas en medio de los
bosques y el <<desierto>>. Esta vez se rebelaron los
<<indios>>, pero mezclados con los obreros
inmigrantes y sus hijos, frente a La Forestal, La Anónima,
la Sociedad Exportadora e Importadora de la Patagonia y las
inmensas estancias sureñas de los Menéndez Bethy
(Echagüe, 1971, Bayer, 1980, Rock 1975, Rouquie,
1983)

*6 El ingeniero A. Seelstrang, en 1876,
describió con asombro genuino la belleza de los parajes
chaqueños. Pese a haber nacido igualmente lejos de los
trópicos, hablo de …. La exuberante y vigorosa
vegetación, sus árboles, no sólo de ricas maderas y
útiles para distintas industrias, sino
también de exquisitas y apetecibles frutas…>
*Seelstrang, 1977, p.41). El ministro Benjamín Victorica y
el general Ignacio Fotheringham, en cambio, no opinaban lo
mismo.

*7 Los bloques de quebracho vírgenes
fueron diezmados con desconsiderada energía,
principalmente por consorcios británicos. Sólo se
hicieron esfuerzos simbólicos para reemplazar el manto
forestal, y grandes extensiones convirtieron en tierras
desoladas, yermos cubiertos polvo o matorrales. La madera
utilizaba los travesaños las vías férreas,
más tarde obtener tanino, que exportaba a Europa
tratamiento del cuero. Durante
guerra, también convirtió un sustituto
carbón importado, maquinas ferroviarias (Rock, 1989, pp,
237-238)

*8 En 1911, estos bravos camaradas eran tan
poco considerados por las autoridades nacionales, como los
propios aborígenes a los que, con singular saña, se
encargaban de someter. Ni siquiera integraban los planteles
oficiales del Ejército.

En el debate de la
Honorable Cámara de Diputados ante la aprobaron de la Ley
Nº 9645, que finalmente incluyo a los
<<Expedicionarios al Desierto >> entre los militares
que figuraban en actividad, el doctor Miguel Pastor, Diputado de
la Nación, expresaba:

"Es muy fácil, sentado en una
muelle banca del parlamento, habiendo recibido mensualmente la
remuneración del servio, estando tranquilo ,bien vestido y
bien comido, es muy fácil pensar y querer como piensan los
que quieren retardar el acto de justicia para el año 1917.
Y es muy fácil para los que invocan razones de
economía referirse al mal estado de las finanzas… pero aquellos, los que forman en
el Regimiento 11 de Chaco, que pasaron cincuenta y cuatro meses
sin percibir haberes, que estaban ballos para vivir, aquellos que
sufrieron todas las inclemencias del tiempo, y que andaban
desnudos confundiéndose con los salvajes a quienes iban a
civilizar, esos, Señor Presidente, en el fondo de su
alma
dirán:
¡! Que poco se estiman los servicios
prestados después que se disfrutan ¡!

"(Rostagno, 1969.p143).

*9 La producción norteamericana
disminuyó entre 1914 y 1925. Los Estados Unidos se
vieron obligados a redefinir sus zonas de cultivo, a partir de la
introducción del boll-weevil, una plaga que
afecto sensiblemente su participación en el mercado
algodonero. Estas modificaciones permitieron la entrada de nuevos
oferentes, entre ellos la Argentina. Hasta la década del
30, por tanto, la producción en nuestro país se
orientó esencialmente hacia el comercio exterior
(I. Carrera, 1988.p.21)

*10 En agosto de 1946 un grupo de
aborígenes, liderados por pastores kollas, bajaron
infructuosamente hasta la Capital Federal en reclamo de sus
tierras y con el objeto de entrevistarse personalmente con el
Presidente Juan Domingo Perón:

"El grupo de ciento sesenta y siete
personas era presa codiciada para quienes pretendían
recoger migajas de popularidad. Cantidad de donantes
afluían y cercaban a los indios con atenciones, para
impresionar placas fotográficas y poder ver así sus
nombres en letras de molde. Lógicamente, los celos y las
rivalidades fueron muchos, y los disgustos, incontables
" (LA
Razón, 28 de agosto de 1946, p, col.6).

Luego de ser alojados en el Hotel de Inmigrantes, fueron reprimidos y
obligados a embarcarse en un tren especial fletado por el
gobierno:

"La primera etapa del "Malon de la Paz",
que comenzó con lagrimas de emoción, termino con
lagrimas causadas por el gas
lacrimógeno y con llantos de desilusión"
(La
Razón, 29 de agosto de 1946, p. col.1).

Transcurridos tres años, y en virtud
del Decreto n. 18.341 del 1 de agosto de 1949, se expropiaron
tierras de la Provincia de Jujuy para la radicación de
indígenas.

Esta norma nunca llegó a aplicarse
plenamente, mientas que muchos de los supuestos beneficiarios
continúan reclamando las tierras.

*11 Cuatro años más tarde, el
diputado Hugo del Valle Chalup, legislador peronista por la
Provincia de Jujuy y miembro de la Comisión Permanente de
Aborigen, se refirió a la aplicaron de la mencionada norma
y ante una interpelación acerca de: "¿Qué
le ha dado el peronismo a los aborígenes jujeños?"
–respondió-:"así nada se les dio, nada se les
quito" (
Congreso de la Nación: Cámara de
Diputados – Diario de Sesiones, A-MCMLIII, Buenos Aires, 1953,
p.2018, col2)

Lo cierto es que nunca usufructuaron
plenamente el beneficio del decreto. No se implementaron las
medidas auxiliares y crediticias para completar efectivizar los
resultados de la expropiación. Solamente salvaron
aborígenes paga a arrendadores (Tesler,
1989.p.12)

*12 La población indígena
será protegida por la acción directa del Estado
mediante incorporación progresiva de misma al ritmo vida
general Nación (Argentina…..,1953.p.46)

*13 En sus objetivos,
aplicación y procesamiento de los datos, el Censo
presenta errores y falencias graves. Para un análisis critico, en este sentido,
remitimos al lector a los trabajos de Slavsky (1987) y de
Slavsky, Peters y Cloux (1985).

*14 La carencia de información censal actualizada y fidedigna
sobre las poblaciones aborígenes argentinas ha sido motivo
de permanente reclamo por parte de los propios interesados y de
los estudiosos del tema. No existe en este momento en la
Argentina un revelamiento de población aborigen total,
mientras que los censos provinciales son escasos, desactualizados
o poco fiables.

Ni siquiera contamos con datos
demográficos actualizados, elementales para la planificación de cualquier política
coherente. Los mismos van desde la cifra de 250.000 del Censo
Indígena Nacional (1966-1968), hasta 1.5000.000 que en su
momento manejo la Asociación Indígena de la
Republica Argentina (AIRA), pasando pro los 398.000 propuestos
por Mayer y Masferrer, basados en datos aportados por el Sector
de Asuntos Indígenas del Ministerio de Saludo y
Acción Social, que a su vez se basan en datos
provinciales, todos ellos "a ojo de buen cubero"> (Slavsky,
1987.p.25).

*15 Las constantes migraciones y los
recientes asentamientos urbanos en la periferia de las grandes
ciudades del interior y, sobre todo, en el Gran Buenos Aires,
constituyen una realidad que no es posible dejar de advertir. Si
bien afecta a la gran mayoría de los grupos
aborígenes, es de destacar por su actualidad y
significación la existencia actual de una decena de
asentamientos de indígenas Toba en los diferentes barrios
periféricos de la ciudad de Rosario, La
Plata, Quilmes y Florencio Varela. Los mayores se encuentran en
Empalme Graneros: alrededor de 300 familias, Cerrito: 90 familias
Villa Banana unas 30 familias (Vasquez-Bigot)

*Guaycurúes nombre que se aplica a
un gran número de tribus de indios sudamericanos
pertenecientes a la misma familia lingüística. Originariamente habitaban
la mayor parte del Gran Chaco, pero más tarde se
extendieron hacia el este, a través del río
Paraná y hacia el norte por el Mato Grosso. En los
años sesenta, las tribus habían sido diezmadas por
la enfermedad y las guerras. A
esta familia pertenecen los Abipón, los Mbaya, entre los
que destacan los caduceos, los Mocoví los Tobas, Pilaga,
Machicuix y payaguas

 

 

 

 

 

Autor:

Amarillo Fabián G.

Partes: 1, 2
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