- 'Razón pura' vs
'Razón práctica'. El quid de la
cuestión - La
pedagogía según Kant - La
educación moral - Conclusiones:
Posible respuesta a un interrogante - Bibliografía
(Breve incursión en la filosofía práctica kantiana y en sus
implicaciones pedagógicas)
'Razón
pura' vs 'Razón práctica'. El
quid de la cuestión
Según nos cuenta Mariano Fernández
Enguita[1]"… Kant no fue
un pedagogo, y, sin embargo, su influencia en la
pedagogía ha sido inmensa". Esto, como es sabido,
no es más que una consecuencia del indudable impacto que
ha tenido en todo el pensa-miento moderno la filosofía
crítica
kantiana, hasta el punto de que algunos analistas consideran
indispensable superarla para poder avanzar
de alguna manera en este campo. Así, Ortega y Gasset
dice[2]
"El mundo intelectual está lleno de
gentileshombres burgueses que son kan-tianos sin saberlo,
kantianos a destiempo, que no lograrán nunca dejar de
serlo porque no lo fueron antes a conciencia. Estos
kantianos irremediables constitu-yen hoy la mayor rémora
para el progreso de la vida y son los únicos
reacciona-rios que
verdaderamente estorban".
La influencia de la filosofía kantiana -para bien
o para mal, según se mire- ha si-do, por tanto, radical.
La razón de ello es que, dicho modo de pensar expresa de
forma magistral el sentir de la sociedad culta
de su época y los temas que más le preocupaban: la
existencia de Dios, la libertad y la
inmortalidad del alma. Por
ello fue vulgarizada hasta la saciedad durante todo el siglo XIX
y parte del XX y aplicada a esferas varias, muchas de ellas
jamás imaginadas por su autor. En el terreno educativo, la
huella dejada por el pensamiento
kantiano se hace notar, especialmente en dos
aspectos[3]
Como se puede comprobar leyendo la obra de Kant, ambos
aspectos se concate-nan en un solo tema; el de la libertad, y
ésta se fundamenta en la distinción que este autor
hace entre "mundo sensible" (de los fenómenos) y "mundo
inteligible" (de los noú-menos), "… el
segundo de los cuales puede ser pensado, pero no
conocido"[4], dentro de su teoría del
conocimiento en la "Critica de la Razón Pura".
Resumamos brevemente este extremo.
La teoría
kantiana del conocimiento
En el Prólogo de la 1ª Edición
(1781) de la "Crítica de la Razón
Pura"[5]Kant co-mienza haciendo de manera
provisional (como hipótesis de trabajo) una
afirmación ge-neral tomada de Hume y de los empiristas
ingleses:
"TODO CONOCIMIENTO
PROCEDE DE LA EXPERIENCIA".
Esta afirmación no es definitiva, ya que para
Kant, como sabemos, no todo co-nocimiento procede de la
experiencia ; pero le sirve de punto de partida para hacerse la
siguiente pregunta: ¿cómo es posible la
experiencia? En seguida contesta que la expe-riencia se nos
hace posible desde el momento en que podemos hablar acerca de
ella: mediante JUICIOS, ya sean ANALITICOS ("a
priori") o SINTETICOS ("a posteriori"). En los primeros,
"juicios analíticos" (o "verdades de razón", si
empleamos la terminolo-gía leibniziana), el predicado
está contenido en el sujeto ; esto los hace ciertos, pero
va-cíos. En los "juicios sintéticos" (o
"verdades de hecho"), en cambio, el
predicado no está contenido en el sujeto ; como
están basados directamente en la experiencia, no son
cier-tos, pero tampoco son vacíos.
Según Kant, ni los juicios analíticos ni
los sintéticos son capaces de decir algo sobre lo real con
carácter universal y necesario. No son, por
tanto, útiles para la ciencia.
Propone entonces un nuevo tipo de juicios que reúnan las
ventajas de los dos anteriores, pero sin sus inconvenientes: son
los llamados Juicios sintéticos "a priori" ;
estos juicios son ciertos (al ser "a priori"), pero no son
vacíos (ya que son "sintéticos"). Cualquier
afirmación procedente de las Matemáticas o de la Física (como 5 +
7 = 12, el ejemplo que Kant utiliza) se corresponde con este
esquema. La tarea que se propone entonces nuestro autor en la
"Crítica de la Razón Pura" se compondrá de
dos elementos:
a) Analizar la estructura de los juicios
sintéticos "a priori" a nivel trascendental (tal como
se presentan dentro de la mente del
científico)
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