Manipulación genética

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Introducción

Hoy en día, el avance científico continua
creciendo en forma ascendiente, los beneficios y ventajas que nos
ofrece nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida,
tanto así que por ejemplo de forma increíble hoy
las personas pueden y podrían vivir por mas tiempo que
antes y curarse de enfermedades que antes
serian la sentencia de muerte de una
persona; se
puede diagnosticar y descartar enfermedades que puede sufrir un
feto durante
su formación; podemos cultivar órganos y huesos humanos
por diversos medios y
evitarnos así esperar la caridad o muerte de alguien para
el transplante; o si se quiere, una mujer soltera
podría tener hijos sin la intervención de un
hombre.

Sin embargo, cabe una gran pregunta a todo esto, ¿hasta
donde nuestra moralidad y
ética
podría permitir tales actos, si sabemos que estos vulneran
muchas veces los derechos de la persona o
incluso al no existir ninguna norma que regule la
experimentación científica se genere de ello un
vacío legal?

Por ello que el Derecho no puede ser indiferente al avance
científico, por lo que debe estar en un constante cambio y
actualización frente al avance de la medicina y la
tecnología.

Por todo esto, apoyándome en diversos juristas
especializados en la materia, y
basándome en gran medida en el libro de
Derecho Genético del Dr. Enrique Varsi Rospigliosi, quien
me enseñó el curso de Derecho Civil I,
abordaré un tema interesante y a su vez
problemático: la manipulación genética.

El presente trabajo trata
de abarcar diferentes puntos en cuanto al derecho genético
en forma ordenada, concisa y estructurada tales como la bioética,
el derecho genético, la manipulación
genética en el Perú, etc., en donde el lector
podrá encontrar orígenes, conceptos, estructuras,
características pertinentes a la bioética,
así como el significado y los efectos que conlleva la
manipulación de los genes y como todo esto repercute en
nuestro país.

Relación ciencia-derecho

A través del ordenamiento jurídico debe lograrse
la compatibilidad de los intereses de los ciudadanos con las
propuestas científicas, por lo que el ordenamiento asegura
y trata de lograr establecer un limite al avance
biocientífico sobre aquello que pueda repercutir en la
sociedad.
Dicho limite se justifica en el hecho de que los investigadores
no pueden pretender para si mismos una mayor valoración de
sus intereses (ya sea científico-experimentales) y que
esta supere a los derechos fundamentales de la persona, por lo
que el derecho (y vale la redundancia) debe hacer compatible la
actividad experimental con las normas de la
sociedad.

"Así las cosas, el Derecho se ve obligado a
pronunciarse, a sentar las nuevas bases del contrato social
con la Ciencia;
pero sin caer en el error de imponer aquellas normas que
unilateralmente crea oportunas. No solo debe hacerlo sino que
debe abstenerse de utilizar el Derecho Penal
para ello. La vigencia del principio de ultima ratio
impide tal actuación. Pero en igual medida ha de aceptarse
que los científicos responsables del descubrimiento y
utilización de estas técnicas
génicas no están legitimados para tomar
individualmente decisiones que pueden afectar incluso a
generaciones futuras."[1]

Por esto podemos comprender que el ordenamiento
jurídico no reduce la libertad de
investigación, al contrario, la promueve;
ya que a través de la norma jurídica se asegura el
principio de libertad de investigación. Ahora, por otro
lado el derecho debe ofrecer también determinadas pauta o
medios que protejan los intereses de la persona.

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