Neurobiología de la violación sexual: Lastimar a la mujer para el sexo forzoso…
- El
rapto en Shakespeare - El
mundo actual pertenece a los hombres que son
violadores… - Malos
tiempos para los psicólogos
evolucionistas - Publish o perish…
- Bibliografía
"No existe nada que sea malo o
bueno, es el pensamiento que lo hace…"
Hamlet. William Shakespeare
La violación sexual, el incesto, la
pedofilia y todas las condiciones conocidas como las
"parafilias", son asuntos acerca de los cuales preferimos no
escuchar, aunque, como científicos, no podemos
ignorar.
La violación de
Lucrecia por Tiziano Vecelli (1473-1576)
La violación misma debe de haber
sido tema muy importante para nuestros antepasados lejanos, como,
asimismo lo fuera para los artistas clásicos, quienes
produjeron obras abundantes del estupro sexual, significando,
que, por lo menos, para ellos, era asunto de inspiración,
e importancia.
En la Biblia
La violación en la Biblia se
encuentra en muchos lugares, y se lee, en tiempos de los
Jueces, un pasaje que está epitomado por la
violación en pandilla de la concubina de un sacerdote por
hombres pertenecientes a la tribu de Benjamín
(Jueces 19:21).
En este episodio, cuando el sacerdote
encontró el cuerpo de su amada, ya muerta, lo cortó
en pedazos y lo envió, en búsqueda de venganza, por
todo el reino de Israel.
El rapto en
Shakespeare
Shakespeare, lo idealiza en su poema,
La violación de Lucrecia.
Lucrecia se describe como si fuese una obra
de arte, considerada como una posesión material, como lo
hiciera Pigmalión con el de su propia estatua
Galatea.
La violación de Lucrecia, por
Tarquino, se describe como si fuera un bastión bajo ataque
— conquistando, paso a paso, todos sus atributos,
físicos.
A pesar de que Lucrecia es profanada, al
final, el poema ofrece una excusa para absolverla por su
participación sin deseo (líneas
1240-46).
Rapto de Europa por Tiziano
Vecelli (1473-1576)
Al igual que sucede con las otras, de las
heroínas violadas, en las obras de Shakespeare, Lucrecia
adquiere valor simbólico.
Cuando se suicida, su cuerpo se
metamorfosea en un emblema político.
Nuestro propósito al escribir este
artículo
Esta lección fue inspirada por un
libro que ha hecho las rondas por todos los círculos
intelectuales, televisivos, feministas, y políticos, del
habla inglesa.
Se trata de uno, que fuera escrito con la
participación directa del destacado biólogo Randy
Thornhill miembro de la facultad de la Universidad de New
Mexico.
El título: A Natural History of
Rape: Biological Bases of Sexual Coercion, que expresa el
punto de vista de los autores de que el rapto es una
adaptación biológica como comportamiento esencial,
en el sentido darvinista.
¿Adaptación?
Una adaptación, en cualquiera
especie, todos sabemos, que significa la presencia de un rasgo,
codificado en los genes, que le confiere una ventaja de
supervivencia a quienes lo poseen y lo transmiten.
Los autores contienden que en el
período conocido como el pleistoceno, hace de ello unos
cien mil años, los hombres que acarrearan los genes de la
violación, estaban dotados con una ventaja reproductiva
sobre quienes no la tuvieran: ellos procreaban no sólo con
parejas dispuestas, sino que, asimismo lo harían, con las
que estaban mal dispuestas.
Lo que les permitiría producir
más descendientes, que, a su vez, si eran machos,
acarrearían los genes de la violación, a
generaciones futuras.
Tales descendientes, serían
más inclinados a sobrevivir y a pasar a su vez, sus genes
a costo de los que carecieran de éstos.
Rapto de Ganimede por Anton
Domenico Gabbiani (1652-1726)
De acuerdo a esta teoría, si somos
miembros del sexo masculino, y hoy estamos vivos, lo estamos,
porque genéticamente, nosotros todos, somos — o
hemos sido — violadores potenciales — o reales — de todas
las mujeres quienes nos rodean.
El mundo actual
pertenece a los hombres que son violadores…
El árbol familiar de los hombres que
no poseían los genes para el estupro, ya se hubiese
agotado y éstos hubiesen sido eliminados del reservorio
genético.
Aunque parezca ser extraño, este
argumento está dentro de los límites del campo de
la psicología evolucionista.
Todo, en la vida, se dice, que es
posible.
Ciencia, esta última, que, como el
ave fénix de la mitología, surgió de las
cenizas de la ciencia muerta de la sociobiología, al final
de los años 80s del siglo pasado.
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