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Relación de la comunidad de jóvenes q`om con su cultura de origen (página 4)




Enviado por Fabián G. Amarillo



Partes: 1, 2, 3, 4

En la parte más baja de la
pirámide, tan pobres y desesperados como los
aborígenes, los criollos, que representan el 30 % de la
población van sumando envidia ante la ola
de dádivas que cierta "moda indigenista"
traduce en ayuda para los pueblos originarios.

Lo que también florece en esta
tierra
olvidada son los vicios importados. "Hasta paco tuvimos en
Bermejito", cuenta María desde su puesto sanitario. La
droga que hace
estragos en las grandes ciudades es importada por los mismos
tobas que fueron a probar suerte a las capitales y no cosecharon
más que vicios urbanos. "Recién estamos entendiendo
qué hacer. Mientras, cargamos con el drama de decenas de
muertes evitables", lamenta Sobko. Genocidio étnico,
desastre humanitario, exterminio sistemático. Palabras
grandilocuentes, pequeñas frente al rostro de Tomasa. El
apartheid del Impenetrable

Les venden el pan del día anterior.
En el hospital, deben hacer fila aparte. El Registro Civil no
los inscribe con los nombres propios de la comunidad.
Página/12 estuvo con ellos, los wichis y toba de la selva
chaqueña, y escuchó la larga lista de reclamos y
denuncias que exhiben. Aquí, la crónica de un
pueblo originario que se debate entre
el miedo y el abandono.

Desde El Impenetrable, Chaco

"Bienvenido a Nueva Pompeya. Corazón de
El Impenetrable", recibe el prolijo cartel después de tres
horas de tránsito por interminables y maltrechos caminos
de tierra. Tres horas de soledad absoluta, sin un rancho a la
vista y sólo monte y más monte que amenaza avanzar
sobre el propio camino. Lo único que suplanta a los
centenarios árboles
son las plantaciones de soja, que arrasan
sobre miles de hectáreas de bosque. La zona urbana parece
una isla en el medio de un océano verde. Son unas diez
manzanas donde viven mil personas en humildes casas de material
aún sin terminar. Todas las calles son de tierra. Le dicen
arenilla, pero es una capa de varios centímetros de polvo.
El aire caliente
lo inunda todo, amenaza cocinar hasta el alma. Es el
contexto para el infierno de los vivos, como le dicen, pobladores
originarios de esta tierra, al apartheid chaqueño que
padecen..El pan de hoy es para los criollos y blancos. El pan
duro para nosotros.–Por una borrachera, aquél (el
blanco o criollo) va un día preso, nosotros tres
días de pan, agua y palizas
a cada rato. Usté capá que no crea, pero e"
así, eh.–Son peor que los españoles.
¡De verdad, eh!

Poco más de media hora en pleno bosque
chaqueño y no paran de hablar.

Desconfianza y confesión

Al ingresar al pueblo, todos miran el
vehículo con blancos foráneos. Adultos que matean
en las veredas, chicos que juegan en las calles y perros flacos
que, con ladridos desganados, también detectan la visita.
Todos miran las caras ajenas. "En un rato todos van a saber que
hay gente de afuera", había advertido, sonriendo,
Francisco, anfitrión wichi y maestro bilingüe, bajo
un algarrobo que protege del sol.

El ambiente
caliente, pesado, aunque seco, obliga a hacer lento cualquier
acción.
Nadie parece enterarse que está próximo el
invierno.–Hoy está fresco, ¡eh!

Dice Pablo, un wichi de treinta y tantos de
voz suave y cara redonda.–Hace tres días
llovió y bajó un poco (el calor).
¡No sabe lo que era la semana pasada eh!

En el medio de El Impenetrable, un joven
con una gorrita Nike hace surreal cualquier crónica de
viaje. Y la gaseosa más famosa es un lujo por el precio.
También se consiguen los cigarrillos de las grandes
marcas. En la
plaza, bajo un viejo árbol, hay un chico con la camiseta
roja y el número 23, de Michel Jordan, de los Chicago
Bulls. También una vieja y derruida camiseta de Boca grita
presente en un picado, en una calle lateral, donde se mezclan
chicos que recién aprenden a caminar con adolescentes
cercanos a la adultez. A un costado, a pocas cuadras del
más inmenso monte y donde la energía
eléctrica parece un lujo, una pequeña
habitación con el único teléfono del pueblo y unas viejas computadoras
con acceso a Internet acentúan los
contrastes. Un joven de gorra con visera llega a caballo, lo ata
a un poste, entra y se sienta en una de las máquinas.

Como advirtió Francisco, los
visitantes caminan por el pueblo y no pasan desapercibidos.
Muchos miran con recelo. Entre los motivos, según
contarán más tarde, figura en primer lugar el temor
a represalias. El segundo argumento, el protegerse de otro
desengaño: hace unos meses pasó un programa de
turismo,
filmó las injusticias del lugar, pero en la pantalla
mostraron al lugar como el reino de felicidad. Igual, algunos se
animan.–En la mesa de la carnicería hay dos carnes,
una para blancos y la más negra para nosotros.

–En el hospital se forman dos filas,
una para blancos y criollos y otra para aborígenes
–dice José con voz tímida y, como con
vergüenza, baja la mirada.

Así aclara a quiénes atienden
primero.

Afirman que a la hora del trabajo no
importa la capacidad ni el
conocimiento, sino las raíces. Como un problema menor,
aseguran que el registro civil les niega el derecho a que sus
hijos lleven nombres aborígenes, como dice la Constitución Nacional.

–Dos mandan aquí,
señor: el comisario y el intendente. Ellos son Dios, de
ellos son nuestras vidas, eh.

Todos asienten. Es el atardecer en El
Impenetrable y,

en una suerte de espontánea
asamblea, a cada minuto se suman más wichis que hablan de
su realidad.

"Ya no sé si esto es discriminación, porque es lo que vivo desde
que me acuerdo. Seguro que desde
la panza de mi madre que me discriminan", dice un wichi de 40
largos, cara angulosa, ojos negros enormes. No quiere dar su
nombre, asegura que puede tener problemas, y
quiere ampliar la denuncia, pero un nudo en la garganta lo obliga
a una pausa. Baja la cabeza, respira profundo y con lo que parece
su último hilo de voz remata: "Acá no tenemos
derechos. El mal
no tiene límites".

La voz ya se corrió y "los porteños"
–como bautizan a todos los llegados de Buenos
Aires– están identificados. Dos hermanitos
wichis descalzos, de no más de cinco o seis años,
se arriman y ofrendan su trabajo: son rosarios de barro cocido
que parece porcelana. No entienden castellano y
tratan de explicar que cuestan un peso. Logran su cometido y se
van con algunas monedas. A los diez minutos llegan otros chicos
con nuevas artesanías y precio multiplicado. Julio
García, abogado del equipo nacional de la Pastoral
Aborigen (Endepa), revela:

–No suele venir gente de Buenos Aires y, cuando
vienen, se les acercan a vender todo lo que pueden, no saben
cuándo habrá otra oportunidad.

Lo omnipresente

Nueva Pompeya fue fundada en el 1900 por
franciscanos. La eficacia de la
evangelización se confirma en la gran cantidad de nombres
bíblicos, tanto en blancos como aborígenes. Frente
a la única plaza está la misión
jesuita, lugar del nacimiento del pueblo. Fue construida a
principios de
siglo, abandonada y destruida algunas décadas más
tarde y reconstruida en la era del menemismo. La iglesia, por
su tamaño e impecable color rosado,
parece una pequeña Casa de Gobierno en el
medio del monte chaqueño. Pero como en la Capital
Federal, el poder real
está en otro lado. A dos cuadras está la
comisaría y cruzando la plaza, la Intendencia. "Si tenemos
suerte lo encuentra", invita Pedro y se ofrece de guía
hasta la puerta del mandamás. Confía en que la
presencia de periodistas de Buenos Aires pondrá en
aprietos a Vicente "Tigre" González, el intendente
radical. Pero el resto lo desanima, saben que los visitantes se
irán y
ellos quedarán a su merced.Los pobladores originarios
remarcan que todas las instituciones
blancas se ensañan con ellos: intendencia, policía,
hospital, juzgado de paz y Registro Civil. "Es una realidad muy
violenta, te deja sin palabras", resume Julio, que visita el
lugar varias veces al año, pero cada vez que llega tiene
otra sorpresa.

Un caso emblemático sucedió
en agosto último, cuando dos criollos decidieron
divertirse enlazando a un wichi y con una soga lo ataron a un
caballo y lo arrastraron varias cuadras. "Fue terrible, estuvo
meses internado, no murió de casualidad", recuerda Julio,
que llevó el caso a la Justicia y que
cuenta otros casos similares (ver aparte).

La Constitución Nacional garantiza
la
educación bilingüe e intercultural, pero en las
escuelas de Nueva Pompeya, el wichi –lengua materna
de la mayoría de los alumnos– es suplantado por el
inglés.
Los aborígenes lo asimilan como un problema menor, porque
recuerdan cuando la enseñanza occidental y cristiana
incluía golpes, escupitajos y penitencias eternas. Todos
aseguran que los castigos corporales ya no son la regla, pero
admiten que algunas excepciones sobreviven y afirman que, en la
escuela actual,
mientras los hijos de criollos y blancos aprenden los colores, a leer y
escribir, los descendientes de los pobladores originarios
están en un rincón con tareas monótonas y
antipedagógicas: recortan figuritas o se pasan horas
dibujando. Es que sólo hablan wichi y la
comunicación con el docente blanco es imposible.
Entonces no aprenden, se aburren y repiten, una y otra vez.
Argumento para que los padres wichis, que muchas veces tienen
resistencia a
enviar a sus hijos a la escuela –suelen decir que
"ahí los hacen blancos"– confirmen la "inutilidad"
de la escolaridad. Además, la cosecha de algodón
necesita manos y la de los niños
siempre son bienvenidas. Otro argumento para que la
deserción sea la condena lógica
para los chicos aborígenes.

La ley
también estipula la obligatoriedad de que todas las
maestras tengan un auxiliar bilingüe aborigen –es una
carrera terciaria con enorme matrícula–, pero en la
práctica sólo hacen de traductor de los docentes
blancos y, en la mayoría de los casos, ni siquiera
están frente al grado.–Cortamos leña,
cocinamos o servimos la merienda.

Cuenta Juan, docente bilingüe egresado del Centro
de Investigaciones y
Formación de la Modalidad Aborigen (Cifma).

La educación es un punto
en el que no hay acuerdo entre los propios wichis. Por un lado
admiten que deben aprender a leer y hablar castellano. Pero a la
educación blanca también la responsabilizan por la
pérdida de su cultura
ancestral. "Sufrieron tanto la discriminación que es común que a
los hijos no les enseñen las costumbres, el idioma, las
raíces. Creen que así los protegen, que así
no se ensañarán con ellos", explica Julio. La
transculturación los despoja de las
costumbres, las creencias religiosas milenarias, la alimentación
autóctona y los obliga a negar su medicina
tradicional para confiar sólo en los médicos
blancos. Entonces, aparecen enfermedades como Chagas,
leptosporosis, cólera.

Bajo el mismo algarrobo donde fue la primera charla y
ante el asombro que delatan los rostros de los visitantes,
Francisco vuelve a sonreír y resume la causa de tanto
mal.

–El sistema
está en todas partes.

Producción e informe:
Darío Aranda.

Monografias.com

El Impenetrable o la agonía
Qom

Por Mempo Giardinelli

En estos tiempos el Chaco concita la atención de todo el mundo. Prensa y televisión global vienen a mirar los
estragos de la desnutrición que afecta a miles de
aborígenes en los bosques que se conocen –ya
impropiamente– como El Impenetrable.

Mi colega y amiga Cristina Civale, autora
del blog Civilización y Barbarie, del diario
Clarín, me invita a acompañarla. No es la primera
invitación que recibo, pero sí la primera que
acepto. Rehusé viajar antes de las recientes elecciones,
porque, obviamente, cualquier impresión escrita se
habría interpretado como denuncia electoral. Y yo estoy
convencido, desde hace mucho, de que la espantosa
situación socioeconómica en que se encuentran los
pueblos originarios del Chaco, y su vaciamiento sociocultural, no
son mérito de un gobierno en particular de los
últimos 30 o 40 años (los hubo civiles y militares;
peronistas, procesistas y radicales) sino de todos ellos.Primero
nos detenemos en Sáenz Peña, la segunda ciudad del
Chaco (90 mil habitantes), para una visita clandestina –no
pedida ni autorizada– al Hospital Ramón Carrillo, el
segundo más importante de esta provincia. Civale toma
notas y entrevista a
pacientes indígenas en las salas de Tisiología,
mientras yo recorro los pasillos mojados bajo las infinitas
goteras de los techos, y miro las paredes rotas, despintadas y
sucias, los patios roñosos y un pozo negro abierto y
rebalsando junto a la cocina.

Aunque el frente del hospital está
recién pintado, detrás hay un basural a cielo
abierto en medio de dos pabellones. Vidrios y muebles rotos,
escombros, radiografías, cascotes y deshechos
quirúrgicos enmarcan las salas donde los pacientes son
sólo cuerpos chupados por enfermedades como la tuberculosis o el
Chagas. Me impresiona la mucha gente que hay tirada en los pisos,
no sé si son pacientes o familiares, lo mismo
da.

Una hora después, en el camino hasta
Juan José Castelli –población de 30 mil
habitantes que se autocalifica "Portal del Impenetrable"–
la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que
queda del otrora Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos
centenarios y fauna
maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y
desértico, con raigones por doquier esperando las
topadoras que prepararán esta tierra para el festival de
soja transgénica que asuela nuestro
país.

Entramos –nuevamente por atrás– al
Hospital de Castelli, que se supone atiende al 90 o 95 por ciento
de los aborígenes de todo el Impenetrable. Lo que veo
allí me golpea el pecho, las sienes, los huevos: por lo
menos dos docenas de seres en condiciones definitivamente
inhumanas. Parecen ex personas, apenas piel sobre
huesos,
cuerpos como los de los campos de concentración
nazis.

Una mujer de 37
años que pesa menos de 30 kilos parece tener más de
70. No puede alzar los brazos, no entiende lo que se le pregunta.
Cinco metros más allá una anciana (o eso parece) es
apenas un montoncito de huesos sobre una cama desvencijada. El
olor rancio es insoportable, las moscas gordas parecen ser lo
único saludable, no hay médicos a la vista e impera
un silencio espeso, pesado y acusador como el de los familiares
que esperan junto a las camas, o tirados en el piso del pasillo,
también aquí, sobre mantas mugrientas, quietos como
quien espera a la Muerte, esa
condenada que encima, aquí, se demora en venir.Siento una
furia nueva y creciente, una impotencia absoluta. Le pregunto a
una joven enfermera que limpia un aparador vidriado si siempre es
así. "Siempre", responde irguiéndose con un trapo
sucio en la mano, "aunque últimamente han sacado muchos,
desde que empezó a venir la tele".

Es flaquita y tiene cara de buena gente: se
le ve más resignación que resentimiento. Son 44
enfermeros en todo el hospital pero no alcanzan para los tres
turnos. Trabajan ocho horas diarias cinco días por semana
y cobran alrededor de mil pesos los universitarios, y menos de
600 los contratados, como ella. Los días de lluvia los
techos se llueven y esto es un infierno, dice y señala los
machimbres podridos y los pozos negros saturados que revientan de
mierda en baños y patios. Y todo se lava con agua,
nomás, porque "no tenemos lavandina".

Camino por otro pasillo y llego a Obstetricia y
Pediatría. Allí todos son tobas. Una chiquilla
llora ante su hijo, un saquito de huesos morenos con dos ojos
enormes que duele mirar. Otra joven dice que no sabe qué
tiene su nena pero no quiere que muera, aunque es obvio que se
está muriendo. Hay una veintena de camas en el sector y en
todas lo mismo: desnutrición extrema, mugre en las
sábanas, miles de moscas, desolación y miedo en las
miradas.

Después viajamos otra hora y el cuadro se hace
más y más grotesco. Paramos en Fortín
Lavalle, Villa Río Bermejito, las tierras allende el
Puente La Sirena, los parajes El Colchón, El Espinillo y
varios más. Son decenas de ranchos de barro y paja,
taperas infames donde se hacinan familias de la etnia
Q´om (tobas). Todas, sin excepción, en condiciones
infrahumanas.

Digan lo que digan, estas tierras –más de
tres millones de hectáreas– fueron vendidas con los
aborígenes dentro. Son varios miles y están
ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles,
ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí
los tienen, y los hacen valer. El resultado es la
devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala,
las especies animales
desaparecen, se extinguen. Los seres humanos
también.

Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo
contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex
Impenetrable chaqueño palabras duras como exterminio o
genocidio tienen vigencia.Desfilan ante nuestros ojos enfermos de
tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que
sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros
flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman
Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da. Casi
todos dicen ser evangelistas, de la Asamblea de Dios, de la
Iglesia Universal, de "los pentecostales" o "los
anglicanos".

Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: "Por
aquí, Dios no pasó".

Al caer la tarde estoy quebrado, roto, y sólo
atino a borronear estos apuntes, indignado, consciente de su
inutilidad. Al partir de regreso veo en un caserío un
cartel deshilachado por el sol: "Con la
fuerza de
Rozas, vote lista 651". Y en la pared de un rancho de barro,
seguramente infestada de vinchucas, veo un corazón rojo
como el de los pastores mediáticos brasileños de "Pare de
sufrir".

Abajo dice: "Chaco merece más. Vote
Capitanich".

A unos 400 kilómetros de aquí el
escrutinio final de las elecciones avanza lenta, nerviosamente.
En alguna oficina el
ministro de Salud de esta provincia
seguirá negando todo esto, mientras el gobernador se
prepara para ser senador y vivir en Buenos Aires, bien lejos de
aquí, como casi todos los legisladores.

Nunca antes el Chaco ni este país me había
dolido tanto.

Monografias.com

Discriminación Social

"El sistema judicial argentino
también discrimina a los aborígenes", afirma el
coordinador nacional de Endepa, Germán Bournissen. Es que
la falta de traductores en instancias legales es un elemento que
puede transformar testigos en cómplices e inocentes en
culpables. Un caso recordado entre las organizaciones
indigenistas y de derechos humanos
es el de una mujer wichi que sufrió un intento de
violación hace dos años y cuando el abuso estaba
por consumarse, alcanzó un cuchillo con el que se
libró del hombre blanco,
que por las heridas recibidas luego murió. La mujer estuvo
ocho meses detenida, sin poder entenderse con el defensor oficial
y camino a un juicio que la llevaba a una muy probable condena
por homicidio. Cuando
intervino el abogado de la
organización, y con la ayuda de un intérprete,
se pudo comprobar que actuó en legítima defensa y
fue liberada de culpa y cargo.Todos los abogados que se
especializan en la problemática indígena remarcan
la existencia de infinidad de casos que ni se denuncian o que no
trascienden y, por ende, que ellos no pueden asumir la defensa.
Además, cuando se involucran en derecho indígena
saben que las exigencias son muchas: largas distancias por
recorrer, mucho tiempo en cada
caso y gastos enormes
que casi nunca los pobladores originarios pueden solventar,
aún más notorias si no hay una organización que respalde las acciones
legales.Julio García, abogado de Endepa en el norte
argentino, también remarca que el sistema judicial
argentino "no prioriza los derechos otorgadas por la
Constitución Nacional de 1994, que debe ser considerada
por encima de las demás leyes del
país, y por eso motivo en casi todos los conflictos de
tierras siempre los jueces fallan a favor de los terratenientes,
de las grandes empresas, en
lugar de las familias aborígenes que tienen
posesión ancestral de las tierras reclamadas".

El apoyo de la Iglesia

El Equipo de Pastoral Aborigen (Endepa)
trabaja desde hace viente años junto a los pueblos
originarios en la defensa de sus derechos "a la vida, la identidad,
la tierra y
los recursos
naturales". Cuenta con un equipo de abogados especializados
en derecho aborigen y muchas de sus presentaciones se basan en el
artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional,
que reconoce –entre otros puntos– el derecho
ancestral y comunitario a la tierra, uno de los reclamos
básicos de todos los pueblos. La organización tiene
presencia en diez provincias, con áreas fuertes de trabajo
en el NOA, NEA y Patagonia,
impulsa programas para la
defensa y el desarrollo de
los derechos indígenas, entre ellos la educación
bilingüe e intercultural, derecho básico aún
hoy negado a todos los pueblos originarios.

Endepa tiene equipos de
trabajo junto a las comunidades en El Impenetrable, en los
poblados de Nueva Pompeya y Comandancia Frías, donde hace
hincapié en la defensa de los derechos humanos de los
pobladores originarios y el "desastre ambiental del monte
chaqueño". En ambos temas, el coordinador nacional de
Endepa, Germán Bournissen, no vacila: "La
discriminación es una constante, se da en todos lados, en
la calle y en las instituciones públicas; uno de los
puntos muy preocupantes es el racismo de la
policía, que directamente agrede a los indígenas o
los culpa de cualquier ilícito que sucede. Encima, cuando
los aborígenes son las víctimas, la policía
no les toma la denuncia. En cuanto al bosque, se vive una
emergencia ambiental, en pocos años será todo un
desierto", aseguró.

Diversas organizaciones sociales conformaron el Foro Chaco Sustentable, que
denuncia la situación crítica
del bosque chaqueño por la tala indiscriminada y el avance
de la soja transgénica. Bournissen señala como
responsables del problema a la Subsecretaría de Recursos
Naturales del Chaco y al Instituto de Colonización,
organismo autárquico que tiene el poder de vender las
tierras fiscales.

"Desde hace décadas que se da la deforestación, pero se agudizó en
los últimos cinco años, por eso pedimos que se
declare la emergencia ambiental, que se paralice inmediatamente
la tala, que se detenga el avance de la frontera
agrícola, que el Instituto de Colonización suspenda
las adjudicaciones de tierras y que se revisen todas las entregas
de tierras y permisos de explotación forestal de los
últimos cinco años", destacó Bournissen.
También exigen un estudio "serio" sobre la
situación actual de El Impenetrable y la
participación de todos los actores afectados.

"Somos un Santiago chiquito"

En Nueva Pompeya, la mayor parte de la población
es wichi, etnia que en todo el Chaco ronda las 8 mil personas.
Algunos viven en el pueblo, la mayoría en y del bosque.
También hacen artesanías, changas varias, siempre
trabajos manuales, sobre
todo construcción y todo tipo de trabajo de
campo. Todos saben que el único empleo estable
es el municipal y también todos saben que cualquier
crítica al patrón es el prólogo para la
desocupación. Pablo asegura que lo mismo
sucede con los planes sociales, desde el Jefas y Jefes de Hogar
hasta los alimentarios. Pero anticipa que no son las
únicas formas de control.

El agua de
toda la región está vedada al consumo humano
por el alto contenido de arsénico y sulfatos,
elección de la naturaleza o
mandato divino, según la creencia. Camiones cisternas de
la Municipalidad recorren las calles y proveen de agua a casi
todos: para los disidentes no hay servicio.
Entonces, los que levantan la voz deben recurrir al agua mineral
de los almacenes, pero
en un paisaje de pobreza absoluta
es un lujo imposible de alcanzar. Para burlar la dependencia,
muchos intentan aprovechar el agua de lluvia, pero aunque los
rezos sean diarios la respuesta divina sólo llega cada
tres meses y en escasa cantidad.

"Cuando logramos que llegue electo algún concejal
opositor, no tardan en comprarlo con plata o alejarlo con
amenazas de muerte",
lamenta Marisa Pizzi, que no es concejal, pero sí
opositora y por eso tiene una colección de
amenazas.

La Marisa, como todos la conocen, es una
porteña de nacimiento, norteña por elección
desde que –con el título de ingeniera
agrónoma recién estrenado– se largó a
trabajar con comunidades aborígenes, primero de Bolivia y
desde hace cinco años en Nueva Pompeya. Es una mujer
joven, delgada y de cabello castaño. Habla suave, mira
siempre a los ojos. Expone sus pensamientos en voz baja, con
humildad y simpleza, pero con una tenacidad que parece la clave
para ser inmune al miedo. "Me la tienen jurada, hay lugares donde
no puedo pasar, tengo que dar toda una vuelta más larga,
porque ya me avisaron que si me ven, me matan", cuenta con
naturalidad Marisa y, con sólo hablar, se explica por
qué tiene enemigos: "No me voy a callar, los denuncio por
corruptos, les grito, me llego a sus reuniones y les boicoteo sus
cosas. Yo no dependo de ellos para vivir. No me quieren y yo
tampoco los quiero a ellos, pero bueno… acá seguimos…
no me voy a ir, no se las voy hacer fácil".

A Marisa le juegan en contra otros
ingredientes: vive en una sociedad con
el patriarcado blanco llevado a extremos, donde todas las reglas
parecen escribirlas los hombres y tener que obedecerlas las
mujeres. Sin pensarlo, en eso también es una rebelde. La
amenazan, y mucho, pero Marisa promete no callarse: "¿Y
qué me van hacer? ¡Más que matarme!", dice
con franqueza mientras da otra sorbida al mate que la
acompaña a todos lados.Nueva Pompeya es tan pequeña
que todo se sabe. Y aún más lo sabe El Tigre
González, el intendente radical, que –según
los wichis afirman, aunque siempre en voz baja– es una
especie de señor feudal del lugar.

Empieza a oscurecer e insectos varios
parecen reír el repelente inservible. Sapos, ranas y otros
bichos saltarines inundan el pueblo. Al ver un grupo de
personas en ronda, siguen acercándose hombres. Muchos
sólo escuchan, pero ninguno es indiferente. Advierten que
el intendente y el comisario ya saben a esa altura que los
visitantes llevan horas con el censo de injusticias. A los cinco
minutos, llega otro wichi y confirma la sospecha: "El comisario
convocó rápido a reunión de seguridad. Dice
que es muy importante, que tenemos que ir todos. Es en quince
minutos", informa Martín con mezcla de bronca y temor. Se
produce un incómodo segundo de silencio, pero Julio rompe
la mudez y denuncia sin dudar: "Es otro apriete". Aún
quedan unos minutos y los wichis no piensan desaprovecharlo.
Explican que en las votaciones el radicalismo siempre es
imbatible. José delata la clave del éxito:

– Pagan 50 pesos, pero si negocia bien le pueden
dar hasta 150. – La democracia
tiene sus pequeñitas fallas – ironiza David y
compara –. Es como Santiago del Estero, pero
en chiquito.

Francisco resume: "Somos Santiaguito".

En las últimas elecciones, la radio del
Obispado –por donde pasan algunas voces de
denuncia– repetía que dentro del cuarto oscuro se
podía optar por cualquier candidato. Por la insolencia, a
la radio
llegó una amenaza. Luego llegó otra y, como la
radio no se calló, la amenaza se materializó:
incendiaron la escuela bilingüe e intercultural –la
única de toda la región– creada por la
Congregación de Hermanos Maristas.

Las elecciones las ganó el
radicalismo.

Domingo, 20 de junio de 2004.

Tobas, Chaco, Argentina.

Monografias.com

Fallecieron 11 tobas en la región de
El impenetrable en el último mes por diversas causas,
todas igualmente nefastas: desnutrición, tuberculosis y el
mal de Chagas. 30.000 aborígenes se encuentran en
situación desesperante y representan el 70% de la
población total. Denuncian "genocidio étnico"
contra comunidades Toba del Impenetrable. Mientras el gobierno
nacional anunciaba el récord de reservas en el Banco Central de
40 mil millones de dólares, organismos de derechos humanos
"pesaron" a aborígenes abandonados por el Estado
frente a la Casa de Gobierno. Mabel pesa 26 kilos y está
grave, Juan sufre de desnutrición extrema y
tuberculosis.

¿África?
No, Argentina 2007.

Monografias.com

El Instituto del Aborigen Chaqueño
(IDACH) y el Centro Nelson Mandela de Chaco denunciaron hoy un
"genocidio étnico" contra de comunidades Toba del
Impenetrable, donde hay víctimas de desnutrición
grado 3, chagas, tuberculosis y escabiosis entre otros males.
Rolando Núñez, titular del Centro Mandela, hizo
hincapié en el caso de otra mujer que, tras conseguir que
un hospital la aceptara, le detectaron "diabetes derivada
de la desnutrición, algo que no existe en Argentina,
sólo en África o Asia se ve algo
así".

Además, "no hay en todo el
país casos de esta magnitud", y lo atribuyó a que
"se vendieron todas las tierras. Ellos no pueden sembrar, les
quitaron las hectáreas de tierra, así que apenas
tienen espacio para vivir aunque en realidad se van muriendo de
hambre". En el Chaco unas 400 mil personas viven en forma
exclusiva de los programas sociales del Gobierno nacional.La
balanza no miente.

Una de las mujeres fue Mabel Pino
Fernández, de 45 años, con 26 kilogramos de peso
(ver foto) y residente en El Espinillo, una comunidad cercana a
Villa Río Bermejito, a 350 kilómetros de
Resistencia. "Lo más indignante es que los centros de
salud no nos atienden porque somos indígenas y nadie llega
a nuestros lugares, estamos totalmente abandonados", dijo a
Télam desde Castelli -la puerta del mítico
impenetrable- Bashe Nuhem, comunicadora Toba de la Red de Comunicación Indígena
(RCI).

Núñez definió la
situación como un "desastre socio sanitario", porque se
trata de enfermedades de la pobreza, y
remarcó que el sistema sanitario "no los contiene, no los
rescata, porque excluye a los indígenas".

Según el informe de esta
organización no gubernamental, que con un equipo
médico evaluó en 2006 a 171 personas de ocho
comunidades de las cercanías de Villa Río
Bermejito, detectaron "pocos pacientes evaluados y muy pocos
previamente medicados", en su mayoría chagásicos y
con tuberculosis.

Núñez hizo un pedido de ayuda
solidaria para que el caso "se haga visible y que tomemos
acción en la medida de lo que podamos".Fuente:
Télam

Monografias.com

 

Así que hoy, cuando recarguen su celular o cuando
vean a Cristina con una cartera de 3000 dólares,
recuerden. Por favor, recordemos.

Antes de ver las fotos, aviso que
algunas tomas pueden ser crudas.

Espero que les llegue, esa es la idea, lo que vivimos
tres fotógrafos junto a 20 personas mas de distintas
profesiones y oficios de Mar del Plata es algo único e
indescriptible.

El chaco "impenetrable" cuanta con extremos de vida. Un
clima
insoportable, con temperatura de
50 grados. Cuenta con poca agua, y contaminada con
Arsénico.

Las comunidades aborígenes, viven hace decenas y
decenas de años discriminados por "los criollos". Su
presencia en la región no es bienvenida. Su pobreza es
tal, que hace poco un periodista americano que los visitó,
aseguró que Los Tobas en argentina, están peor que
los refugiados en Irak.

La comunidad aborigen que recorrimos enviándole
ayuda fue en "Misión Nueva Pompeya". Se encuentra a casi
200km de JJ Castelli, una de las ciudades más grandes del
Chaco. Para llegar, hay que hacer unos 140km de tierra, partiendo
el monte impenetrable, en caminos peligrosos e intransitables por
cualquier 4 x 4 si es día de lluvia.

La gente que vive en los montes, solo tiene agua si
tienen lluvia y la juntan en pozos. El mal de chagas,
tuberculosis, infecciones de cualquier índole y la falta
de comida está haciendo estragos.

No he visto un solo perro, que los hay y muchos con peso
normal, todos, pero todos, estaban así.

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Toda piel en el impenetrable es curtida,
maltratada, además, no tiene asistencia médica, es
discriminada…

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La falta de agua hace que la higiene personal queda a
segundo plano. Los niños están continuamente al
borde de infecciones. Esta nena, luego de que fue lavado su
cabello para sacarles los piojos, se trató de limpiar su
cuello….no se pudo, quedo eso que ven…

Monografias.com

Pedro. Este abuelo de 71 es ciego hace 1
y medio. Tiene Cataratas, que es curable con una simple
operación. Es jubilado hace 8 años, pero hace solo
un mes que empezó a cobrar….Le pudimos llevar un
colchón, nunca había tenido uno, siempre duermen en
el piso….Además de no tener visión, su estado de
salud se agrava día a día por su evidente
desnutrición.

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Esta bebita, tiene aunque su peso y
tamaño lo nieguen, tres meses de vida, si se le puede
decir vida a una criatura que nació al 8 mes de embarazo con
tan solo 1 kg porque su madre nunca estuvo ni está bien
alimentada. Hace dos días pesaba 2.5 aprox. Ya tiene
hongos en la
piel y parásitos. Si su condición no cambia hasta
los 8 meses, su estado será irreparable para toda la vida
aunque tenga que comer correctamente el resto de sus
días.

Monografias.com

Lo niños sufren la intolerancia de los grandes
grupos que
solo quieren poder para tener mas dinero. El que
recorre las calles de Nueva Pompeya-Chaco, y se anima a ir a los
diversos parajes que lo rodean, se puede dar cuenta que esto no
parece Argentina, no es un villa miseria como hay en las
ciudades, no es un basural y se tiran abajo de los camiones
recolectores para juntar comida descompuesta. No tienen que
juntar, no hay basura, No tienen
agua, asistencia médica, su educación esta
más que limitada. Esta gente son argentinos, pero los
están exterminando. En chaco mueren 5 niños por
día….por día!

El país que puede alimentar a 160
millones de personas…

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Esta niña vive con 4 hermanitos en el medio de la
nada y en medio de todo. La nada es civilización, el todo
es la naturaleza que está siendo exterminada.

Esa muñeca, la regaló una señora de
edad, y casi con lágrimas en los ojos la entregó
junto a otra aduciendo que la tenia desde que era bebita y
tenía un fuerte aprecio por ellas. Nos pidió por
favor que la entreguemos.

En Mar del Plata y zona se juntaron 2 camiones con
aclopados completos con ropa, comida y agua entre otras cosas.
Todo donado por la comunidad, no se acepto ayuda religiosa ni
política.

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En Pompeya, los aborígenes que nos ayudaron a
repartirlo, nos aseguraron que nunca un grupo de ayuda les
llevó tanto. Y también nos agradecieron, porque
algunos les llevan ayuda pero los discriminan o los tratan de
inferiores.

Ellos estaban contentos que los tratemos por
igual.

Este nene tiene 7 años, lo vimos jugando con
otros. Le pedimos a la madre que la traiga, que la asistencia
médica era gratis. Por suerte se le pudo curar esa
pequeña herida. Le podría costar la pierna si
seguía caminando así.

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Los grandes y chicos nos tenia miedo al principio…Por
suerte con pocos minutos se daban cuenta que no les
pedíamos votos a cambio de
ayuda.

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Cualquier pregunta que quieran hacer, con gusto las
respondo. Mi viaje no fue por un "placer" fotográfico. Fue
para sacarme la bronca por esto mediante las imágenes,
y la única forma de que esta bronca se borre es que se
tome conciencia de que
tenemos una de las zonas más pobres y desesperantes del
mundo y nadie se entera.

Historias heroicas y solidarias en medio
del drama aborigen

Los primeros médicos tobas y los
voluntarios de siempre dan batalla en El Impenetrable
chaqueño.

Por: Horacio Bilbao

"Pese a toda la ayuda, la situación sigue siendo
de emergencia", dijo Patricia Sosa a Clarín.com (Ver anexo
V)

Monografias.com

EJEMPLO. JULIO ARGENTINO GONZALEZ, EL
MEDICO TOBA QUE SE RECIBIO EN CUBA, HACE
ESCUELA ENTRE LOS SUYOS…

Hace unos días se olfateaba muerte
en lo de Melitona Enrique. Ahora hay fiesta. Rayando los 108
años esta viejita que es toda una institución para
el pueblo toba tuvo un raro privilegio, uno más en su
historial de salvaciones. Ella es la única sobreviviente
de la masacre de Napalpí, carnicería de medio
millar de tobas ocurrida allá por 1926. Pero esa es otra
historia. Ahora,
en estos tiempos en que sus congéneres con mucho viento a
favor pasan de los 40 años de vida golpeados por la
desnutrición, el Chagas o la tuberculosis, ella vuelve a
respirar, y lo hace de la mano de uno de los dos médicos
tobas, el chaqueño Julio Argentino González. Su
flamante título obtenido en Cuba, todavía tramita
equivalencias en la lejana Buenos Aires. Pero él ya piensa
en voz alta cómo mitigar los males de El Impenetrable.
Claro que para Julio el privilegio es todo suyo. Habla en
lengua
Q´om con Melitona y entiende al instante cuando ella le
explica que a la comida del hospital no la aguanta y que en su
situación, sólo quiere alimentos
naturales. Entiende todo Julio, que de niño
revolvía la basura
buscando comida. "Es un orgullo para mí poder atender a
Melitona, una persona tan
importante para nuestra historia", dijo desde Machagai, Chaco.
Acompañado por su madre y por una flamante enfermera toba
que también acaba de recibirse en Cuba, no oculta la
emoción. Y sufre cuando relata el panorama trágico
que extingue a su gente. En los últimos años
recrudecieron las muertes en el Impenetrable y la
situación sanitaria, descontrolada desde hace rato,
mató a más de 20 tobas el año pasado y a
otros 10 en lo que va de este 2008 sólo en Villa
Río Bermejito. "En Bermejito recién tenemos dos
médicos, nos cuesta radicarlos, siempre nos faltan
recursos
humanos y por eso es tan importante lo que hacen estos
chicos", grafica Roberto Sobko, director de Medicina
Indígena de Chaco. Por ahora los agujeros se tapan con
médicos itinerantes. Entre ellos están Daniela
Recalde y Ramón Dotto, una pareja de cordobeses
recién llegada al Impenetrable, pero que a fuerza de
humanismo, no
para de ganar confianza. Vienen de Neuquén y de Venezuela los
cordobeses, donde trabajaron duro siempre con las comunidades
aborígenes. Y hay casos aislados que dan el ejemplo. Como
el del oftalmólogo marplatense Eduardo Gaspari, que por
una semana trasladó su consultorio al corazón del
Impenetrable. Ya son varios los Tobas con anteojos. Y un hombre
que se creía ciego lloró largo y tendido cuando
comprobó que un buen aumento le devolvía la
visión.

"En dos meses junté seis camiones con sus
respectivos semis", le dijo a Clarín la cantante y actriz
Patricia Sosa, que desde enero de este año ya viajó
tres veces al Impenetrable con donaciones de todo tipo.
Historias, misiones de vida en algunos casos, que contrastan con
las de otros médicos huidizos que no tocan a sus pacientes
ni con un palo. Sobran denuncias de este tipo en el Impenetrable.
Allí mismo, el último informe de la
Defensoría destaca la queja de un asistente sanitario toba
cuya jefa en el puesto le dijo que no formara a sus parientes
porque su tarea "no es educar al enemigo". También llueven
denuncias contra la Policía. "Mucha de la gente que viene
a trabajar aquí lo hace por el sueldo (zona desfavorable)
o porque está castigada", retrata la obstetra de un puesto
sanitario. Despersonalizados, tobas, wichís y
mocovíes ceden terreno. Se ven casos de aborígenes
que prefieren hijos mestizos, porque así tienen más
oportunidades. Se vuelven evangelistas y católicos sin
mayor resistencia y cada vez más, dejan de lado su
filosofía, su religión y sus
costumbres.

Un dato impactante revela este fenómeno, en la
zona ya hay 84 templos evangélicos contra uno
católico. Cualquier parecido con la época de la
colonia, es pura coincidencia. También crecen las disputas
de pobres contra pobres y hasta un intendente denunciado por
racismo hay. Lorenzo Heffner, al frente del municipio de
Río Bermejito, fue denunciado por los propios tobas por
xenófobo.

A esto suma una causa penal y otra denuncia por acoso sexual
contra la toba Susana Ocampo. Y sin embargo, lo eligen.
Claroscuros de una región que tiene indicadores
sociales y económicos más parecidos al
África que al promedio argentino. "La solidaridad es
mucha, para que no se nos sigan muriendo necesitamos coordinación", dijo Sobko. El primer parte
del primer médico toba dice que Melitona está
fuerte y que quiere vivir. Entre quienes la ayudan, ya hay uno de
los suyos.

Clarín. 13-10-2008

Anexo V

Sra. Patricia Sosa: Somos un grupo de adultos que
estamos terminando el secundario y debemos presentar una tesis final a
libre elección. Es así que cinco meses atrás
decidimos hacer una investigación sobre la opinión de
los jóvenes y adolescentes Tobas en relación a sus
orígenes y su cultura ancestral. Por tal motivo nos
acercamos a la comunidad, sabiendo que están en
condiciones infrahumanas… La comunidad esta asentada en la
ciudad de La Plata ,en las calles 140 entre 525 y 526, en las
orillas del arroyo "El Gato", el cual esta totalmente contaminado
y es allí que desembocan todos fluidos químicos de
distintas fabricas.

Encontrándonos con una población e
aproximadamente 34 familias las cuales viven en condiciones
extremas, marginadas por la sociedad y sobre todo por los entes
gubernamentales que hasta le ponen trabas para darle el titulo de
propiedad del
terreno que les fue donado por su dueño.

Sabemos de su sensibilidad y del trabajo que esta
realizando, en especial con la comunidad Toba, por eso nos
atrevimos a escribirle para interiorizarle de esta
situación, a fin de brindarle a nuestros hermanos la ayuda
mínima e indispensable.

Desde ya agradecemos su colaboración y estamos a
su disposición para colaborar con usted si lo
requiere.

Somos alumnos de la escuela educación media

25 de la ciudad de La Plata, sita en las calles 54 n
355. TEL 02214216686.

De: porlostobas[arroba]patriciasosa.com

Enviado miércoles 25 de agosto de 2008, 12:23:55
AM

Para: raquelmenno2008[arroba]hotmail.com

Hola Analia, yo soy Débora, una de las
colaboradoras de Patricia en esta cursada, lamentablemente
sabemos que hay muchas comunidades y poblaciones marginales en
nuestro país, agrademos que confíen en nosotros,
sobre todo en la sensibilidad de Patricia, pero por el momento y
muy a pensar de nuestro no podemos agregar mas comunidades a las
cuales brindarles su ayuda, ya que en este momento estamos
asistiendo a 5 comunidades que están viviendo en
condiciones extremas, quienes necesitan absolutamente todo.
Esperamos sepan entender, pero sinceramente ya estamos
desbordados.

Nuevamente les digo gracias por confiar en nosotros y
Dios quiera que alguien pueda ayudar a esta gente.

Para: porlostobas[arroba]patriciasosa.com

Enviado miércoles 27 de agosto de 2008, 2323:55
PM

De: raquelmenno2008[arroba]hotmail.com

Nosotros no queremos que ustedes se comprometan de
lleno, si no que quizás se pueda hacer algún tipo
de publicidad para
llegar a alguna recolección, como ropa o comida. La misma
no será entregada a nosotros si no, a ellos mismos. La
ayuda tiene que ser ya, nosotros juntamos algo, pero no da
abasto. No seria humano esperar la ayudar de Dios para hacer
algo.

Desde ya muchas gracias

Hasta el día de hoy, no tuvimos
respuesta…

Agradecimientos

  • Agradecemos especialmente a los integrantes de la
    comunidad:

  • Clarita Escobilla, su marido Mario Gonzáles,
    Faustino Lencina, Agustina Sanchez. Y a toda la comunidad por
    su gran afecto.

  • Especialmente a nuestros familiares que nos supieron
    "bancar": Carina, Flopy, Jero, Andrea, Neli, Romi, Vane,
    Victor, Max, Fede, Nico, Eze "el gordo", Sabri, Doris, Laura
    "el ñandú", Susana, Ernesto, Jezi, Dieguito,
    Alfonsa, Axl, Ana Álvarez, Sebastián Menno por
    estar presentes y hacernos sentir que podemos contar siempre
    con ellos.

  • A todos los docentes de la carrera
    porque desde distintos aportes han contribuido con nuestra
    formación.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Fabián G. Amarillo

Javier Cabrera

Analia Menno

Lidia Videla

Partes: 1, 2, 3, 4
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