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La teoría de la firma (página 3)




Enviado por Igor Colmenares



Partes: 1, 2, 3

El riesgo moral o
acción
oculta

Se produce cuando el empleador, una vez redactado el
contrato,
obtiene pérdidas en la satisfacción de su utilidad si el
empleado actúa en su beneficio y no cumple con las
obligaciones
contractuales, resultándole al principal bastante costoso,
por no decir imposible, controlar estas desviaciones en su
comportamiento.

Este tipo de problemas se
produce porque el decisor, en este caso trabajador, no suele
sufrir las consecuencias de su actuación y, así, se
llega a pérdidas de eficiencia; es decir, los costos
ocasionados por estas desviaciones no son compensados por los
beneficios particulares que consigue la parte que actúa en
forma oportunista.

El mismo problema puede trasladarse al caso directivo
donde éste, aprovechando el grado de discrecionalidad del
que disfruta para gestionar ciertos recursos de
la empresa,
puede perseguir fines particulares que se desvían de sus
obligaciones contractuales contraídas, con las
consecuentes pérdidas de utilidad para los propietarios
que le contrataron.

De acuerdo con Bianconi[24]el problema
del riesgo moral tiene que ver con la información acerca de "que hace el agente:
que decisión toma el agente". Esta acción puede
encajar en el marco de la relación principal-agente pero
con las siguientes calificaciones. El agente toma una
"acción" (p.e. una actividad) que puede ser de carácter privada en razón a la falta
de monitoreo. Esta acción puede tener una utilidad directo
el agente, así como en la utilidad de principal que puede
no haber observado la acción del Agente. La acción
del agente produce un resultado que puede ser totalmente
observado por el principal y por el agente. La clave para la
solución al problema de riesgo moral es la relación
entre la acción y el resultado. El principal solo puede
observar la señal imperfecta y de ruidosa de la
acción del agente basada en los resultados. La naturaleza del
contrato ofrecido por el principal será en términos
de una transferencia. Esta transferencia podrá ser
positiva (un premio) o negativa (una penalidad); pero que
dependerá del resultado observado y eventualmente de
acuerdo al enlace entre la acción y el
resultado.

En el modelo de
selección adversa, el principal ofrece un
contrato que incluye incentivos al
agente para que revele la información que este posea de
carácter privado. En este caso la fuente de la
asimetría de la información ocurre al momento de la
firma del contrato; por ejemplo al momento en que ocurre el
intercambio de un bien o producto. En
el caso del riesgo moral, el incentivo proviene del principal al
hacer que la transferencia solo ocurra dependiendo del resultado
observado. En este sentido el problema de riesgo moral saca a la
luz la
situación de tensión existente, ante la posibilidad
de que los riesgos puedan
ser compartidos entre el principal y el agente. Además
esta acción ocurrirá solo después de la
oferta del
contrato por lo que el principal tendrá un interés
para garantizarse, a través de los incentivos adecuados,
que el agente aborde la acción más
conveniente.

Una de las calificaciones principales del problema del
riesgo moral en el contexto de la relación
principal-agente, es su conexión con la teoría
de los juegos. El
principal ofrece un contrato a un agente que este aceptara o no
aceptara. Si el agente decide aceptar el contrato, este puede que
luego tome sus propias acciones en
base a la información privada en su poder. Cuando
el agente acepta el contrato, el lo recibe como le fue ofrecido y
luego decide que acción tomara. Se asume que la
acción optima será consistente con la estructura de
incentivos del contrato propuesta por el principal. El concepto de
equilibrio en
este caso, estará enmarcado dentro en la teoría de
Subjuego de equilibrio perfecto de Nash: La acción de un
agente es la que está de acuerdo con el esquema de
incentivos propuestos por el principal en el contrato,
garantizando que la acción y la decisión del agente
son consistente con la estructura de incentivos.

Para concluir este aparte vale la pena citar un
artículo de reciente data, que sobre los esquemas de
compensaciones en la Agencia, publicado por IESE Insight,
Revista de la
Facultad de Negocios de la
Universidad de
Navarra en España, en
el que se deja ver como los esquemas de compensaciones causaron
parte de la crisis
financiera global de 2008-2009.

"Los incentivos son la piedra angular de la vida
corporativa. En este marco, Lehman Brothers, Bear Stearns y
Goldman Sachs se enorgullecían de unos sistemas de
compensación que hoy están sospechados de haber
causado la crisis financiera global…"

"El sistema dominante
en la fijación de incentivos para ejecutivos se basa en lo
que se conoce como "teoría de la agencia", formalizada a
principios de
los años '70 del siglo pasado. El modelo asume que el
"principal" (accionistas) delega tareas en "agentes" (gerentes)
cuyos intereses divergen de los del primero. En efecto, el
objetivo del
accionista consiste en maximizar los beneficios. No obstante, los
intereses de los gerentes pueden radicar en la obtención
de mayor salario y
prestigio. Y la divergencia de intereses se agrava por las
asimetrías de información entre propietarios y
administradores. Los gerentes, por su control de las
operaciones
cotidianas, disponen de mayor información que los
accionistas y pueden utilizarla, con sentido oportunista, para
servir a sus propios intereses.

Así, ¿cómo lograr que los
gerentes ejecuten correctamente la tarea delegada por los
accionistas?

Sobre la base de la teoría de la agencia, las
organizaciones
diseñaron contratos
compensatorios para paliar la información
asimétrica. En las relaciones contractuales, se
establecieron una serie de "buenas prácticas" que
incluían el uso de herramientas
de compensación basadas en los resultados como las
opciones sobre acciones (stock options) o las gratificaciones
mediante valores de
renta variable (equities). Estas medidas se han convertido en
moneda corriente en el entorno empresarial hasta el punto de que,
con frecuencia, se aplican simplemente para no quedarse
atrás respecto a la competencia.

Los riesgos de los sistemas de compensaciones de
altos ejecutivos

Un ejecutivo recompensado con opciones sobre acciones
obtiene beneficios cuando aumenta el valor de la
compañía. En caso de un aumento de
capitalización bursátil, la "stock-option" le
otorga el derecho de comprar acciones a un precio
más bajo prefijado y venderlas inmediatamente al valor de
mercado,
embolsando una jugosa diferencia. Sin embargo, la riqueza del
ejecutivo no disminuye si cae el valor de mercado de la
compañía. En este caso, el gerente no
ejecutará su opción a comprar acciones. De esta
forma, nos encontramos ante una curiosa paradoja: el agente,
tradicionalmente considerado reacio al esfuerzo y al riesgo,
reacciona arriesgando demasiado, pues no tiene nada que perder y
sí mucho por ganar. Precisamente, en la
investigación "Current global financial crisis: An
incentive problem", el profesor del
IESE Pascual Berrone señala que ésta es la
razón principal por la que los altos directivos de
entidades financieras se han atrevido a realizar inversiones
inciertas como las relativas a títulos
hipotecarios.

Los paracaídas de oro

La misma paradoja reside en cláusulas de
cancelación contractual como los llamados
"paracaídas de oro", que
establecen para el ejecutivo determinados beneficios (en capital o en
acciones) en caso de que la relación se dé por
terminada (por adquisición, bancarrota o fin de contrato).
Habitualmente, estos paracaídas se han justificado en el
sentido de que protegen a los directivos de riesgos que
están más allá de su control y les permiten
concentrarse en la maximización de beneficios para los
accionistas. No obstante, en ocasiones, los "paquetes de salida
garantizados" son tan elevados que sencillamente parecen animar
al fracaso. Al fin y al cabo, ¿los paracaídas
dorados no recompensan al directivo en caso de quiebra?

Algunas lecciones para el futuro

El caso de la crisis financiera nos brinda dos lecciones
importantes sobre los peligros de un sistema equivocado de
incentivos.

1) ¿Qué sabemos de riesgos? En primer
lugar, debemos tomar conciencia de lo
poco que sabemos sobre riesgos. Las estrategias de
retribución que animan a los ejecutivos a aventurarse sin
evaluar las consecuencias pueden resultar fatales para la
supervivencia de las compañías a largo plazo. Y, lo
más grave, las actuales herramientas de "risk management"
no captan enteramente las características del riesgo y la
incertidumbre. Así, es crucial que sean revisadas, dada la
naturaleza entrelazada del sistema
financiero que puede conducir a conflictos en
cadena.

2) Los riesgos de la opinión
pública. En segundo lugar, desde el comienzo de la
crisis, las prácticas de compensación han
despertado airadas críticas en la opinión
pública y los líderes políticos. El debate
suscitado por actuaciones irresponsables, como la escapada de
ejecutivos de la aseguradora estadounidense AIG a un complejo
turístico de lujo menos de una semana después del
plan de
rescate aprobado para la firma por el gobierno federal,
imposibilita aplazar por más tiempo el
examen del actual sistema de incentivos. No existe una
solución fácil para una ciencia tan
inexacta como el diseño
de compensaciones, tan ligada al método de
prueba y error. Sin embargo, las carencias del modelo imperante
animan a profesionales y académicos a unir fuerzas para
repensarlo a fondo"

Los anteriores obstáculos y buen término
del contrato de empleo y
directivo pueden tratar de atenuarse a través de
mecanismos de diversa naturaleza, aunque en ningún caso se
tiene asegurada la desaparición de todas las conductas
desviadas de alguno de los participantes.

  • 1. El problema de selección adversa o
    información oculta o conducta oportunista
    pre-contractual,
    puede reducirse con herramientas, tanto
    de naturaleza contractual (costos de formalización),
    como de naturaleza informativa (señales,
    filtración y mercados de trabajo).

Por un lado, el tiempo y recursos dedicados a formalizar
el acuerdo contractual (costos de formalización) pueden
reducir este problema en la medida que se consiga una
manifestación más explícita en el contrato
de las verdaderas expectativas e intereses que tiene cada
parte.

Por otro, dado que el contexto que envuelve el proceso de
negociación del contrato es muy incierto se
pueden utilizar mecanismos que ofrezcan información
adicional sobre el candidato al puesto de trabajo.
Así, se pueden utilizar ciertas señales
o variables que
la empresa puede
asociar al potencial productivo del individuo o
futuro empleado o directivo de la empresa. Como destaca Spencer
(1987) la contratación de personal es una
inversión con incertidumbre para la empresa
y, por eso, es necesario obtener la máxima
información sobre el candidato en cuestión. Lo
típicos ejemplos de indicadores de
productividad
son el nivel de educación o la
experiencia profesional del individuo; sin embargo, no hay que
olvidar que a éste le ha supuesto unos costos adquirir
estas señales (ejemplo: viajes, pagos
de cursos, horas adicionales de trabajo, asistencia a congresos,
etc.) que espera compensar con los salarios que le
ofrezcan las empresas; por
ello, las retribuciones deberán ser lo suficientemente
atractivas para cubrir los costos soportados por el empleado
previamente. Este tipo de señales se emiten en el mercado
de trabajo, pero suelen percibirse con más claridad para
empleados de cierta posición en la empresa como los
directivos.

Otra posibilidad para atenuar este problema
pre-contractual es utilizar los sistemas de criba o
auto-selección. En ellos la empresa oferta varias opciones
retributivas para que el candidato elija la que más se
adecue a sus necesidades. Ese menú de contratos tiene dos
grandes extremos, el que retribuye exclusivamente los resultados
obtenidos en el trabajo
(totalmente variable) y el que sólo compensa el tiempo que
el trabajador está a disposición de la empresa
(totalmente fijo). Entre uno y otro tiene cabida todo un continuo
de fórmulas retributivas mixtas. Las preferencias del
individuo de una retribución más fija o más
variable, le informa a la empresa sobre ciertas
características de los candidatos, así como de su
capacidad de riesgo, su necesidad de autonomía en el
trabajo, etc. El uso de este mecanismo es más frecuente
para el caso directivo donde se le ofrece la posibilidad de
negociar su retribución y elegir entre varias opciones
contractuales. Por último, también los mercados de
trabajo pueden ser una fuente de información sobre los
candidatos a un puesto de la empresa porque permite observar su
trayectoria profesional en otras empresas -a las cuales se les
puede solicitar referencias o antecedentes de los mismos De
nuevo, este mecanismo suele utilizarse fundamentalmente para
empleados que van a ocupar puestos de bastante responsabilidad en la empresa, como los de alta
dirección.

El problema de riesgo moral también puede
atenuarse con herramientas tanto de naturaleza contractual
(costes de formalización, la supervisión y la retribución), como
informativas (mercados, reputación y relaciones
duraderas). Respecto al contenido del contrato debe
diseñarse adecuadamente para incentivar al empleado a no
desviarse, en exceso, de lo estipulado. En la medida que se
incrementa la formalización del mismo (se cierra
más el contenido) más difícil será
para el agente incumplir sus tareas. Además, puede incluir
aspectos relacionados con la supervisión de la
actuación del empleado o del directivo (a través de
controles mutuos entre individuos de un mismo rango en la
empresa, control de supervisores, control del consejo de administración o control de accionistas
mayoritarios).

Por otro lado, el contrato suele incluir una parte
dedicada a la compensación económica de los
empleados, de la que habrá que definir tanto la cantidad a
pagar como el contenido. En principio, parece que incluir una
parte variable en la retribución, es decir, una parte
dependiente de los resultados que obtenga el individuo,
podría mejorar su comportamiento como agente de los
propietarios o empleador ya que su riqueza depende de los
resultados que obtenga con su trabajo o, dicho de otro modo,
podría reducir los posibles comportamientos oportunistas
del agente en busca de satisfacer sus propios intereses. No
obstante, antes de tomar la decisión de elegir una
retribución de naturaleza contingente habrá que
sopesar tanto sus ventajas como sus inconvenientes.

En lo relativo a la obtención de
información adicional sobre el individuo en
cuestión, se puede acudir tanto a los mercados, como a la
reputación como a las relaciones contractuales de larga
duración, sobre todo en el caso directivo, ya que para un
empleado genérico los mercados no informan sobre su
trayectoria profesional, ni se suele percibir su
reputación en el exterior de la empresa, ni en todos los
casos está vinculado a la empresa con contratos
indefinidos.

La disciplina
externa que pueden imponer los mercados se consigue a
través de las señales que éstos emiten sobre
la valía del directivo para gestionar la empresa. En
particular, cabe destacar la influencia del mercado de
capitales, del mercado de trabajo directivo y del mercado de
tomas de control societario. Si el directivo está mal
valorado en ellos – por una inadecuada gestión
empresarial- su riqueza actual o futura podría verse
perjudicada, y al contrario. Muy vinculado a los mecanismos de
control anteriores, sobre todo al mercado directivo, se encuentra
otro elemento de disciplina directiva conocido como
reputación profesional. En tal sentido, un directivo con
una mala reputación podría ver mermados sus
ingresos
futuros, ya sea en la empresa actual u en otras empresas. En la
misma línea, se considera que la reputación puede
actuar como un "guardián de los contratos", facilitando la
buena actuación por parte del directivo.

Pero, además, para que el efecto de la
reputación como elemento de disciplina directiva sea
realmente efectivo el horizonte temporal del acuerdo contractual
propietario-directivo debe de ser lo suficientemente largo como
para comprobar los resultados obtenidos en varios
períodos. Cuando existe información privada y, por
tanto, asimetrías informativas entre las partes, las
relaciones contractuales deben plantearse de larga
duración. Este tipo de relaciones mejoran la
implicación de éstas en el cumplimiento del
contrato, facilitando la satisfacción de los objetivos de
ambos. De igual manera, el uso de contratos de largo plazo reduce
la posibilidad de aparición de problemas de riesgo moral.
Tanto las relaciones
laborales de larga duración como la reputación
profesional juegan un papel importante en las relaciones cooperativas
entre individuos, sobre todo, cuando los contratos son
incompletos, con elementos implícitos, con conocimientos
específicos de una de las partes, etc., como es el caso
del acuerdo contractual directivo.

  • Conflictos en las Relaciones de Agencia

En los párrafos anteriores se han esbozados los
aspectos relacionados a los contratos, a las relaciones
principal-agente, a los costos de agencia e incluso a problemas y
mecanismos de solución surgidos entre dichas relaciones;
sin embargo, consideramos necesario señalar algunos
conflictos que pueden emerger entre los diferentes elementos que
componen la relación de agencia dentro de las
organizaciones, tal como lo señala
Pérez-Iñigo (1999).

Entre Directivos y Accionistas

Estos conflictos surgen dada las circunstancias del
accionista (principal) para mantener controlado a los directivos
(agente)., ya que este seguimiento es realizado a distancia y de
forma incompleta a través de una variedad de fuentes de
información (estados
financieros, políticas
financieras, información publicada). Entre los conflictos
más frecuentes se tienen:

  • El Grado de Esfuerzo de los Empleados: es
    referido al grado en que el agente se esfuerza en cumplir los
    objetivos del principal, esperando siempre un pago
    adicional.

  • Los Beneficios Adicionales del Puesto de
    Trabajo:
    son las retribuciones que lleva
    implícitas el puesto de trabajo, y que incluyen
    beneficios directos e indirectos. Estas acciones proporcionan
    ganancias al directivo disminuyéndolas del valor de la
    empresa, y su costo está inversamente relacionado con
    la participación que tenga en el capital social de la
    misma. Los accionistas sufren una pérdida en sus
    derechos residuales sobre los flujos de caja de la empresa si
    los empleados están en disposición de
    aprovecharse excesivamente de esos beneficios
    implícitos.

  • La No Diversificabilidad del Capital
    Humano:
    debido a que los directivos tendrán ideas
    diferentes sobre que tipo de proyectos debe realizar la
    empresa al tener una actitud con respecto al riesgo muy
    distinta de la que tienen los accionistas. Estos
    últimos son casi indiferentes a las oscilaciones que
    se puedan producir en los resultados de las inversiones,
    puesto que su riesgo lo tendrán bien diversificado y
    tales oscilaciones tienden a contrarrestarse unas con otras a
    lo largo del tiempo. Por el contrario, los directivos pueden
    ser despedidos por una de esas oscilaciones. Si, por ejemplo,
    existe una amenaza real de quiebra, el impacto que ello
    provocará en los directivos y empleados será
    mucho mayor que el que causará en los accionistas.
    Esta situación predispondrá a los empleados
    contra aquellos proyectos de inversión que tengan una
    cantidad significativa de riesgo diversificable, aunque
    dichos proyectos tuvieren un valor presente neto
    positivo.

  • Los Productos o Servicios
    Específicos:
    cuando una empresa genera productos
    o servicios únicos, los accionistas deberán
    pagar un sueldo superior a los empleados en
    comparación con el que pagarían si éstos
    tuviesen un tipo de habilidades más genéricas y
    que pudiesen utilizarse en otras compañías.
    Esta prima a pagar es el costo de agencia necesario para
    inducir a los empleados a trabajar en un proyecto de
    inversión tan exclusivo como sería este tipo de
    compañía.

  • La Información Privilegiada: los
    directivos manejan toda la información de la empresa
    (son responsables de la gestión), por tal, los
    accionistas deben estar al pendiente de reducir la
    asimetría de información, interpretando toda
    aquella información que la empresa hace
    pública.

Entre Accionistas y Acreedores

Existen zonas donde se plantean conflictos de intereses
entre accionistas-acreedores; en las que los acreedores
actúan como principales y los accionistas toman el papel
de agentes. Los primeros desean protegerse contra las acciones
que toman los accionistas-agentes, quienes, a su vez,
actúan a través de sus propios agentes, los
directivos.

  • El Problema de la Sustitución de
    Activos:
    surge cuando los accionistas sustituyen los
    actuales activos de la empresa por otros más
    arriesgados con lo que sustraen valor a los acreedores. Esto
    puede realizarse a través de nuevas inversiones, o
    mediante la venta de unos activos y la subsiguiente compra de
    otros con mayor riesgo. Aunque el valor del mercado de la
    empresa varíe o se mantenga constante, el valor de las
    deudas descenderá debido al aumento del riesgo
    económico. El descenso del valor de las deudas causa
    un aumento en el valor de las acciones de la misma magnitud,
    debido a la condición del juego de suma cero existente
    entre ambas partes.

  • El Problema de la Subinversión: una
    empresa endeudada podría tener un incentivo para
    renunciar a la realización de proyectos de
    inversión poco arriesgados que aumentasen su valor de
    mercado (VAN>0). Si el riesgo económico se mantiene
    constante, cualquier aumento en el valor de mercado debe
    repartirse entre los accionistas y los acreedores. Este
    problema es, en cierta forma, el contrario al punto anterior,
    puesto que aquí los accionistas estarían menos
    predispuesto a realizar los proyectos menos arriesgados
    (Subinversión) porque ello redundaría en un
    aumento del valor de las deudas y en el consiguiente descenso
    del valor de las acciones.

  • La Dilución de los Derechos a
    través de la Nueva Deuda:
    un aumento sustancial
    del coeficiente de endeudamiento traerá como
    consecuencia un aumento del riesgo de insolvencia de la
    empresa, lo que implicará un descenso en su
    calificación crediticia y, por ende, una bajada del
    valor de mercado de su deuda. Esto se produce debido a la
    posibilidad de que la empresa declare la suspensión de
    pagos e, incluso, acabe entrando en quiebra. Si este fuese el
    caso, además de los previstos costos de quiebra, el
    valor de las obligaciones antiguas descenderá en el
    mercado debido a que los derechos sobre los activos que
    poseen los acreedores existentes podrían verse
    mermados al tener que compartirlos con los nuevos acreedores.
    Y, nuevamente, debido al juego de suma cero y a los derechos
    contingentes, los accionistas se beneficiarán de la
    pérdida de valor de las deudas. Es conveniente
    observar que mientras que una empresa puede cambiar
    deliberadamente su estructura de capital con objeto de diluir
    los derechos, un cambio en la misma puede ser una
    consecuencia obvia de las malas condiciones económicas
    imperantes en vez de una elección de la empresa, por
    ejemplo: el valor de mercado de las acciones suele oscilar
    más que el de las obligaciones, así que si se
    produce un descenso generalizado del mercado, el valor de las
    acciones caerá más rápido que el de las
    obligaciones y como sabemos que el coeficiente de
    endeudamiento se puede expresar como Deuda entre Acciones,
    éste aumentará al descender más
    rápido el denominador que el numerador.

  • La Dilución de los Derechos a
    través de la Política de Dividendos:
    los
    accionistas pueden reducir la riqueza de los acreedores al
    decidirse repartir suculentos dividendos. Esta
    situación se produciría si el valor de los
    dividendos repartidos fuese mayor que el descenso del valor
    de mercado de las acciones ordinarias de la empresa producido
    por dicho reparto. La razón de este menor descenso
    radicaría en que no sólo descendería el
    valor de las acciones sino que también lo haría
    el de la deuda y por ello el descenso del valor de las
    acciones no sería tan acusado.

  • Los Activos Únicos: una empresa que
    tenga activos muy especializados deberá pagar unos
    cupones superiores si quiere endeudarse utilizándolos
    como garantía con objeto de compensar el mayor riesgo
    de los acreedores.

Entre El Consumidor y La
Empresa:

Esta relación bajo el esquema de
principal-agente, en las que la empresa hace el papel del agente
cuando se trata de ofrecer servicio y
garantías, mientras que en el caso del imitador es el
consumidor el que se convierte en agente, se tiene:

  • Servicio/Garantía: la
    consideración de la confianza introduce el papel de la
    reputación de la empresa en la propia decisión
    de compra del consumidor. Si el consumidor cree que la
    empresa está realmente comprometida con su
    misión en la sociedad, entonces la
    compañía verá aumentar el valor de sus
    productos y servicios.

  • El Problema del Imitador: surge cuando los
    consumidores pueden duplicar y vender los productos/servicios
    de la empresa sin un acuerdo previo. En esta situación
    es el consumidor quien hace de agente y la empresa ejerce el
    papel de principal.

Tal como se han descrito en los párrafos
anteriores, los problemas financieros pueden animar a varios de
los inversores de la empresa a coaligarse con objeto de conspirar
contra otros grupos. De tal
manera que cada grupo de
inversores favorezca, o se oponga, a la liquidación de la
empresa sobre la base del resultado que percibirá y no
sobre la base de maximizar el valor total de la
empresa.

En un ambiente de
insolvencia financiera, los accionistas pueden tomar acciones que
vayan en detrimento de los acreedores como pagarse grandes
dividendos antes de que la deuda venza, con lo que se reducen los
flujos de caja disponibles por los acreedores. Es importante
tener en cuenta los altos costos que conlleva la quiebra. Los
costos directos de la misma incluyen los costos judiciales,
minuta de los abogados, gastos contables
y otros gastos administrativos. Los costos indirectos se refieren
a la pérdida de la clientela, la renuncia de los proveedores a
conceder créditos de provisión, y la
reducción de la productividad de los empleados. Las
alternativas en el sistema de incentivos de los inversores,
provocadas por la mala situación financiera de la empresa,
se producen porque los derechos de opción
(toma de
decisiones) de las diversas partes intervinientes pierden
valor, cuando no carecen totalmente de él.

La Gestión
de los Contratos Financieros.

A lo largo de este capítulo, se ha
señalado lo complejo que resulta un contrato financiero,
así mismo, las diferentes alternativas que se presentan
con el mismo, implicando para ello, la información
imperfecta
; por dicha razón se puede modelar como una
relación principal-agente. Sin embargo, es importante
resaltar que a pesar de la complejidad del mismo, existen una
serie de alternativas de actuación de seguimiento con
costos razonables, que pueden ser efectivos de cara a reducir el
problema de la asimetría de la información. Entre
dichas actuación, se pueden señalar:

  • 1. Los accionistas tienen el derecho a elegir a
    los directivos.

  • 2. Los planes de incentivos: bonificaciones,
    derecho de apreciación de las acciones, pagos en
    acciones, opciones sobre acciones, acciones gratuitas de
    venta restringida.

  • 3. Los accionistas pueden deshacerse de sus
    acciones.

  • 4. La competencia en el mercado del control
    corporativo.

Investigadores como Jorge Tarzijan y Marcelo Bianconi,
mencionados por sus trabajos en los capítulos anteriores,
han elaborado estudios en los que se resumen las conclusiones de
investigaciones y trabajos que tratan de
determinar la validez de las Teorías
de la Firma, destacando que muchas de estas solo son de tipo
teórico y su cantidad sobrepasa los esfuerzos de las
investigaciones empíricas. Los conceptos que respaldan y
dan origen a la teoría de la firma son muy importantes
para la administración estratégica. La
capacidad de entender la existencia y los límites de
la firma ayuda a tomar decisiones tales como: cuándo abrir
una firma y cuándo realizar ajustes a su límite y
ámbito de acción. Así, cuando un empresario
decide establecer una firma lo hace, porque estima que la
producción interna de un bien o servicio
puede ser más eficiente (principalmente en términos
de costos) que la obtención de este bien o servicio a
través del mercado. Un razonamiento similar surge cuando
un empresario decide expandir o aminorar la integración vertical de su empresa o entrar
en una nueva línea de negocio.

Los resultados de investigaciones empíricas que
han tratado de determinar el poder explicativo de estas
teorías están recopilados en el trabajo de Jorge
Tarzijan[25]A continuación se mencionan los
más destacados:

Poppo y Zenger (1998). Elaboran un estudio relacionado
con el desempeño, tipo de gobierno de las
actividades (donde los tipos corresponden a desarrollo
interno
o adquiridas en el mercado) y
características de los servicios de
información necesarios por la empresa ya sean producidos
internamente o comprados en el mercado. Los resultados de este
estudio sugieren que las firmas que usaron el mercado
(proveedores externos a la
organización) para obtener servicios e insumos que
eran específicos a la empresa obtuvieron significativas
pérdidas en desempeño, respaldando la
explicación central de las teorías basadas en los
costos de transacción. Al mismo tiempo, los resultados de
esta investigación no apoyan la hipótesis de la teoría de la firma
basada en el
conocimiento, ya que, contrariamente a las predicciones de
esa teoría, los efectos de una mayor especificidad de los
servicios realizados internamente no tuvieron un efecto
significativo en el desempeño de la firma, sino que
más bien, cuando se encontró un efecto
estadísticamente significativo, éste resultó
ser negativo. Adicionalmente, encontraron que a medida que era
más dificultoso evaluar el desempeño de una
actividad realizada internamente, peor era el desempeño de
esa actividad cuando se realizaba dentro de la organización. Este resultado está de
acuerdo con las predicciones de modelos
principal-agente, donde las dificultades para medir
desempeño restringen la capacidad de los incentivos para
premiar a los agentes, lo que consecuentemente limita su
desempeño.

Shelanski y Klein (1995) realizan una revisión de
la evidencia empírica de la teoría de la firma
basada en los costos de transacción, encontrando amplio
respaldo a la hipótesis de que la elección de los
límites de la firma es determinada, en parte importante,
por la especificidad de los activos
involucrados en la transacción, donde una mayor
especificidad muestra estar
positivamente asociada con la mantención de ese activo
dentro de los límites de la firma.

Woodruff (2002) evalúa empíricamente la
teoría basada en los derechos de propiedad y en
costos de transacción utilizando datos acerca de
la integración entre manufactureros y distribuidores en la
industria del
calzado mexicana. El encuentra que, en general, los modelos de
integración son consistentes con las predicciones, tanto
de la hipótesis de los derechos de propiedad como de la
teoría basada en los costos de
transacción.

Baker y Hubbard (2003) investigan cómo los
contratos inconclusos afectan la propiedad de los activos en el
mercado de camiones de EE.UU. Los autores encuentran evidencia de
que los choferes de camiones son más frecuentemente
dueños de los camiones que manejan cuando sus
posibilidades de búsqueda de rentas son mayores, lo que
ocurre, por ejemplo, cuando pueden llevar y contratar carga tanto
de ida como de vuelta. Estos autores concluyen que existe una
mayor probabilidad
de que los choferes sean los propietarios de los camiones que
conducen cuando un manejo no óptimo, por ejemplo, en
términos del cuidado y velocidad del
camión, sea más difícil de detectar.
Asimismo, la existencia de computadores a bordo incrementa los
incentivos para que una firma (distinta del chofer) sea su
dueño a través de la reducción, por un mejor
monitoreo, del costo de agencia
en la relación dueño-chofer. Las conclusiones a que
llega este trabajo están de acuerdo a la visión que
parte con Coase (1937) y que, de una manera u otra, siguen
Williamson (1975, 1985), Klein, Crawford y Alchain (1978) y
Grossman y Hart (1986).

Hubbard (2001) testea la teoría de los derechos
de propiedad basada en Grossman y Hart (1986) y la teoría
de la firma basada en su capacidad para otorgar incentivos
(Holmstrom y Milgrom, 1994, y Holmstrom, 1999) utilizando datos
acerca de la decisión de los contratantes de transporte
para utilizar sus propios camiones para sus fletes o de contratar
los fletes con terceros. Los resultados del estudio de Hubbard
respaldan las principales conclusiones de ambas teorías.
Se encontró que, consistente con el trabajo de Holmstrom y
Milgrom (1994), el patrón de propiedad de los camiones
refleja aspectos del diseño del trabajo, donde los
camiones tienden a ser de propiedad de las empresas que tienen
que transportar la carga cuando el transporte requiere,
adicionalmente al solo traslado de la carga, altos niveles de
servicio, y que las empresas contratantes de fletes tienden a
subcontratar el servicio con terceros ("usar el mercado") cuando
los niveles de servicio requeridos son menores. De acuerdo a este
estudio, un mayor nivel de servicio dificulta el establecimiento
de incentivos y el monitoreo, haciendo relativamente más
atractiva la propiedad de los camiones. Asimismo, y de manera
consistente con la teoría basada en los derechos de
propiedad, se encontró que el patrón de propiedad
influenciaba los incentivos para encontrar usos rentables para
los camiones. Así, los camiones de terceros tienen una
mayor tasa de utilización, en términos de
frecuencia de viajes y nivel de carga por camión, y
muestran más interés en la búsqueda de
fletes complementarios a su carga.

La literatura de los problemas
de agencia es muy extensa y ciertamente no fue un objetivo del
trabajo de Tarzijan sin embargo cita los siguientes
trabajos:

Shepard (1993) y Slade (1996) han estudiado el problema
de agencia en la industria de venta de gasolina
al detalle en EE.UU., donde hay estaciones de servicio que son de
propiedad de la propia empresa refinadora de la gasolina y otras
que son de propiedad de operadores individuales. Ambas autoras
concluyen que la principal variable que explica la diferencia en
la propiedad observada está en los servicios anexos que
presta cada estación de servicio. Concluyen que el
ámbito de la firma es menor cuando es más
difícil monitorear el desempeño de los trabajadores
y el nivel de esfuerzo que colocan los empleados en los diversos
productos que
venden, por lo que los límites de la firma se explican, al
menos en parte, por el problema de agencia que existe entre el
principal (en este caso el dueño de la franquicia) y
el agente (en este caso, el que trabaja en la estación de
servicios).

Holmstrom y Roberts (1998) subrayan la debilidad de las
teorías de la firma existentes a través de un
estudio de caso en que analizan la relación entre las
empresas fabricantes de automóviles en Japón y
sus proveedores. Los fabricantes de automóviles tienen
relaciones de largo plazo con un número muy limitado de
proveedores independientes. Los proveedores esperan recuperar los
costos del diseño y de las inversiones específicas
que realizan a través del precio que cobran por su
producto al fabricante de automóviles. En estas relaciones
entre fabricantes de autos y
proveedores generalmente no existen contratos y, cuando existen,
éstos son muy vagos y de corto plazo. Dada la
inversión altamente específica de los proveedores
se podría esperar, de acuerdo a las teorías basadas
en los costos de transacción, que los fabricantes de
automóviles tengan importantes incentivos para comportarse
oportunísimamente con los proveedores una vez que las
inversiones estén realizadas. Asimismo, dado el bajo
número de proveedores entre los que pueden elegir los
grandes fabricantes de automóviles japoneses, los
proveedores también estarían en posición de
intentar comportarse oportunísimamente con los
fabricantes, amenazándolos con dejarlos sin las necesarias
partes y piezas si no pagan un mayor precio por ellas. Sin
embargo, la relación entre fabricantes y proveedores
parece haber marchado adecuadamente. La clave de este éxito
es, según Holmstrom y Roberts, la interacción repetida en el tiempo que
existe entre los fabricantes de automóviles y los
proveedores. Cada parte intenta cumplir su porción en el
acuerdo, porque de otra manera existe la probabilidad de que las
empresas no sigan realizando transacciones entre ellas. La
situación planteada por Holmstrom y Roberts (1998) es
equivalente a la de un juego
relativamente tradicional, donde hay ciertos pagos esperados por
seguir la cooperación y otros pagos esperados por
desviarse, donde desviarse significa comportarse
oportunísimamente con la contraparte. En un juego de este
tipo se deben comparar los pagos que se obtienen por cooperar con
los que se obtienen por desviarse, donde estos últimos se
descomponen en los (mayores) pagos que se pueden obtener en el
período de desviación y los (menores) pagos que se
obtendrían a futuro por un menor nivel de negocios
esperado con esa contraparte y con otras, en la medida que este
quiebre del acuerdo influya negativamente en la reputación
de la firma. En el caso de la relación
proveedores-manufactureros en Japón el castigo por
desviarse del acuerdo era muy importante, debido a que el gran
crecimiento que experimentaba ese país hacía muy
costoso perder el flujo futuro de negocios.

El enfoque de agencia aplicado al comportamiento de las
organizaciones empresariales surge de una doble necesidad de
orden externo e interno. El establecimiento conciso de sus
fundamentos conceptuales puede ser utilizado atendiendo a la
delimitación de los siguientes elementos: relación
de agencia, tipos de costos, factores determinantes y
proposición analítica básica. Es necesario
seguir insistiendo en el conocimiento
del complejo entramado humano de las organizaciones, en las
relaciones contractuales entre agentes individuales, en los
problemas informativos que dificultan su desarrollo y,
sobre todo, en las diversas vías posibles que pueden
aplicarse para favorecer la incentivación de los
individuos para el desarrollo y buen término de los
contratos de naturaleza laboral.

En las organizaciones actuales los individuos establecen
diversas relaciones contractuales con el fin de cooperar y
satisfacer sus respectivas funciones de
utilidad. Ahora bien, el tipo de relación contractual
diferirá dependiendo de las funciones que debe
desempeñar en la empresa cada empleado. Podemos destacar
un diferente perfil profesional del empleado y del directivo, lo
que lleva a la definición de diversos acuerdos
contractuales que permitan el intercambio de derechos de
propiedad. Aunque en ambos casos pueden emerger problemas de
agencia que obstaculicen su desarrollo, las consecuencias para la
empresa son mucho más graves en el directivo. Esto supone
que sea necesario contar con diversos mecanismos que
atenúen la aparición de estos problemas, siendo
mayores las alternativas disponibles para incentivar el
comportamiento directivo.

Las organizaciones transformadoras que persiguen la
calidad y la
eficiencia, poseen completos cuadros de mando que les ayudan a
maniobrar en el presente y les proporcionan una amplia
información de cómo han de prepararse para competir
en el futuro. Los indicadores concretos dependen de la estrategia, de
las circunstancias e intereses de la organización.
Enlazando con los controles de los profesionales en las
relaciones de agencia, podemos concluir, que el control
burocrático a través de los controles y encuestas del
comportamiento, y el conocimiento específico invertido en
un cliente, son
aspectos novedosos en el cuadro de mandos. De esta forma las
organizaciones relativizan su rendimiento y comprueban la
adecuación de su misión a
los requerimientos cambiantes del entorno, a la vez, que vigilan
las relaciones de agencia internas en la organización. Por
tanto, los cuadros de mando se caracterizan por su mayor amplitud
(mayor número de indicadores, incluyendo los que miden el
capital
intelectual y las relaciones de agencia), su profundidad
(comparaciones) y su dinamismo (cambian al cambiar los
requerimientos del entorno).

Los modelos de información asimétrica
constituyen una ruptura radical con la teoría
neoclásica de los precios al
postular microfundamentos de competencia imperfecta en donde
otras funciones económicas determinan el resultado
macroeconómico global. Lo anterior ocurre siempre que: (i)
exista una fuerte relación entre la calidad y el precio de
los bienes, el
crédito
y la tasa de
interés, la productividad del trabajo y la tasa de
salario real (salario de eficiencia); (ii) los incentivos y el
proceso de screening influyen en las decisiones
económicas; (iii) el papel de factores distintos del
mecanismo de precios determina la asignación de los
recursos productivos, particularmente capital y trabajo y, en
general, (iv) cuando la determinación de la escasez y de la
información relevante es ajena a los precios, salarios y
tasas de
interés porque depende de los contratos, la
reputación y la ausencia de suficientes mercados de
futuros. En todos estos casos, el mercado induce racionamiento de
demanda en el
mercado de bienes, de empleo en el mercado de trabajo
(ésta es la verdadera explicación del desempleo
involuntario) y de crédito en los mercados
financieros.

  • 1. Akerlof, G. A., "The Market for Lemons",
    Qualitative uncertainty and the market mechanism". Quarterly
    Journal of Economics, N° 86. 1970.

  • 2. Bianconi, Marcelo. "Financial Economics,
    Risk and Information,: An Introduction to Methods and
    Models".2006.

  • 3. Bolton, P., y D. Scharftein, "Corporate
    Finance, The Theory of The Firm and organizations", The
    Journal of Economic Perspectives, 12:4, 1990.

  • 4. Coase, Ronald, "The Nature of the Firm",
    Económica, 4.1937.

  • 5. Holmstrom, B. "The Firm as a Subeconomy",
    Journal of Law, Economics and Organization, 15:
    74-102.1999.

  • 6. Holmstrom B., y P. Milgrom. "The Firm as an
    Incentive System". American Economic Review, 84:
    972-991.1994.

  • 7. Jensen, M. y W. Meckling, "The Theory of the
    Firm: Managerial Behavior. Agency Costs and Ownership
    Structure". Journal of Financial Economics. 3:305-360.
    1976.

  • 8. Joskow, P. "Vertical Integration and Long
    Term Contracts: the case of coal burning electric generating
    plants", Journal of Law, Economics and Organization,
    33, Fall.1985.

  • 9. Perrontini, Ignacio, "La economía de
    la información asimétrica: microfundamentos de
    competencia imperfecta". Revista de la Facultad de
    Economía-BUAP. Año VII. N°.19.

  • 10. Poppo, L., y T. Zenger. "Testing
    Alternative Theories of the Firm: Transaction Cost, Knowledge
    Based, and Measurement Explanations for Make or Buy Decisions
    in Information Services", Strategic Management
    Journal
    , 19: 853-877. 1998.

  • 11. Shelanski, H., y P. Klein. "Empirical
    Research in Transaction Cost Economics: a Review and
    Assessment", Journal of Law, Economics and
    Organization
    , 11(2): 335-361. 1995.

  • 12. Baker, G. y T. Hubbard. "Contractability
    and asset ownership: on board computers and governance in
    U.S. Trucking", American Economic Review, 93: 3,
    551-572. 2003.

  • 13. Shepard, A. "Contractual Form, Retail
    Price, and Asset Characteristics", Rand Journalof
    Economics
    , 24: 58-77.1993.

  • 14. Slade, M.. "Multitask Agency and Contract
    Choice: An Empirical Assessment", International Economic
    Review
    , 37: 465-86. 1996

  • 15. Tarzijan, Jorge, en "Revisando la
    Teoría de la Firma", ABANTE, Vol. 6, N° 2,
    2003.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Ing. Igor José
Colmenares

Febrero 2009

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS
ECONOMICAS Y SOCIALES

DOCTORADO EN GERENCIA

[1] Coase, Ronald, "The Nature of the Firm",
Económica, 4. 386-405.

[2] Tarzijan, Jorge, en "Revisando la
Teoría de la Firma", ABANTE, Vol. 6, N° 2,
2003,pag.150

[3] Tarzijan, Jorge. Profesor, Escuela de
Administración, Pontificia Universidad
Católica de Chile.

[4] Jensen, M. y W. Meckling, "The Theory of
the Firm: Managerial Behavior. Agency Costs and Ownership
Structure". Journal of Financial Economics. 3:305-360.

[5] Por ejemplo, en el caso de un insumo muy
específico que deba ser hecho a la medida, los costos de
encontrar y negociar con un proveedor pueden llegar a ser tan
altos, que finalmente convenga más fabricar el insumo
internamente

[6] La imposibilidad de tener contratos
completos surge a partir de que no es posible que los agentes
económicos sean capaces de anticipar todos los posibles
estados futuros de la naturaleza, y los derechos y obligaciones
de cada una de las partes en cada uno de estos posibles
estados, por último, debido a que la mente humana posee
límites en su conocimiento y capacidad de
predicción (concepto de racionalidad limitada,
Williamson, 1975).

[7] Tarzijan, J. Op. Cite.

[8] Cuando en la inversión está
involucrado un comprador C y un vendedor S, las cuasi rentas
totales creadas por esta relación son iguales a V
€“ VC €“ VS, donde V es el valor presente
de la inversión controlada conjuntamente por ambas
partes en una relación continua y VC y VS son los valores
de la inversión controlada individualmente, en el caso
de que el comprador y el vendedor estén separados. Por
ejemplo, si una de las partes es dueña de una planta
generadora de electricidad y
la otra parte es dueña de una mina que requiere
electricidad para operar, entonces la relación entre
ambas partes generará cuasi rentas si es que el valor de
la mina y la generadora eléctrica, operadas en conjunto,
genera un mayor valor que la suma del valor que genera la mina
y la generadora de electricidad operadas
independientemente.

[9] Como lo hizo notar un árbitro de
este artículo, esta argumentación presupone la
existencia de un mercado que permita el traspaso del activo
hacia el agente que más lo valore.

[10] Tarzijan, J., Op cite.155.

[11] Joskow (1985) provee un muy buen ejemplo
acerca de los arreglos contractuales entre empresas generadoras
de electricidad que se ubican cerca de las minas de
carbón, donde se tienden a confirmar las teorías
de la firma basadas en los derechos de propiedad.

[12] La desintegración de los
conglomerados altamente diversificados puede ser un interesante
ejemplo en esta dirección.

[13] Holmstrom, B., "The Firm as a
Subeconomy", Journal of Law, Economic and Organization, 17,
Págs. 74-102.

[14] Holmstrom, B., y P. Milgrom, "The Firm
as an Incentive System", American Economic Review, 84,
Págs. 972-991.

[15] Tarzijan, J., Op Cite. Pag.158.

[16] Bolton, P., y D. Scharftein, "Corporate
Finance, The Theory of The Firm and organizations", The Journal
of Economic Perspectives, 12:4, 95-114. 1990.

[17] Traducción libre con algún
énfasis del autor de este artículo, Jorge
Tarzijan.

[18] Perrontini, Ignacio, La economía de la información
asimétrica: microfundamentos de competencia imperfecta.
Revista de la Facultad de Economía-BUAP. Año VII.
Num.19.Pag. 59 a 67.

[19] Akerlof, G. A., "The Market for Lemons",
Qualitative uncertainty and the market mechanism". Quarterly
Journal of Economics, 86, Págs. 488-500. 1970.

[20] Perrontini,I.,Op cite.62.

[21] Jensen, M., y W. Meckling, "Theory of
the Firm: Managerial Behavior, Agency Costs, and Ownership
Structure. Journal of Financial Economics, 3: 305-360.
1976.

[22] Bianconi, Marcelo. Financial Economics,
Risk and Information,: An Introduction to Methods and Models.
Págs. , 241 a 243.

[23] Bianconi, Marcelo, Op cite. Pag.243

[24] Bianconi, M. Op cite. Pág.
244.

[25] Tarzijan, J. Op cite. Pág.
168.

Partes: 1, 2, 3
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