¿Existe alguna terapia de choque contra la crisis? ¿Y para prevenir las futuras? – Desconstruyendo los Informes del FMI (Parte 2)
- La "doble vida" del FMI
(¿Bello en la crisis?) - El cochero
de Drácula (Rentabilizando la
hipocresía) - Un llamado
a la acción - ¿Se
puede detener la especulación en el mercado? (El huevo
de la serpiente) - Credit
Crisis Watch: Thawing – noteworthy progress - Anexo: Versiones resumidas de Informes
del FMI y otros Estudios específicos
Simulación: "Algo tiene que
cambiar para que todo siga igual"
La "doble vida"
del FMI (¿Bello en la crisis?)
Efectos colaterales, según los "amos del universo". Hechos
de la naturaleza,
según el FMI. Así
explican (negando la evidencia) la crisis
financiera, los "sospechosos habituales" y los "vigilantes de la
playa" (todos a una…). Cortinas de humo.
¿Qué ha ocurrido con el FMI? El "Santo
Grial" de la macroeconomía, el "guardián" de las
esencias ortodoxas del capitalismo
financiero (y comercial), el "profeta" del superávit
fiscal, el
"auditor" implacable de las economías subdesarrolladas
¿ha pasado de doberman a chihuahua?
Todo demasiado "notorio" como para hundirse en la fosa
de sus propios errores… (de dudas y desconfianzas). Farsas
peligrosas… (¿un remedio peor que la
enfermedad?)
Una recesión global tiene un enorme poder de
destrucción, como atestiguan las crecientes listas de
paro y el
aumento de la pobreza. Y
también tiene la facultad de desatascar decisiones
largamente aplazadas por el persuasivo método de
colocar la economía al borde del precipicio. La
segunda cumbre mundial contra la crisis, celebrada en Londres, ha
forzado (supuestamente) la revalida de los países
emergentes en el poder multilateral, la resurrección del
Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el diseño
(supuestamente) de un nuevo orden financiero.
La propuesta de cambiar las normas
internacionales que rigen las finanzas,
nacida del particular protagonismo del descalabro de la banca en esta
crisis, es la más ambiciosa y también la que genera
más escepticismo.
En el corazón de
este nuevo sistema, donde la
autorregulación imperante en los últimos
años cedería terreno al control
público, el G-20 ha colocado al Consejo de Estabilidad
Financiera, aprovechando la estructura y
el nombre del foro nacido
hace diez años para reunir de forma ocasional a ministros
de Finanzas y gobernadores de bancos centrales
de varios países avanzados.
Bajo la premisa de que hay que compensar la caída
del consumo y la
inversión con más gasto
público, el FMI concluyó en noviembre que los
nuevos estímulos fiscales debían inyectar recursos
públicos por un importe equivalente, al menos, al 2% del
PIB de cada
país (¡quien te ha visto y quien te ve!). China, EEUU,
Arabia Saudí y España lo
han conseguido.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), considerado en
gran medida irrelevante hace seis meses, fue el mayor ganador de
la cumbre de líderes del Grupo de los
20. Los líderes mundiales acordaron cuadriplicar la
capacidad financiera del FMI a US$ 1 billón (millón
de millones) para manejar las crisis en los países en
desarrollo y
le encargaron al Fondo monitorear si los países del G-20
están estimulando sus economías suficientemente y
reformando sus sistemas
regulatorios. Además, le pasaron otra tarea: dar señales
de alerta tempranas de problemas
financieros que se agravan. "El FMI está de vuelta", dijo
el director gerente del
FMI, Dominique Strauss-Kahn. "Hoy tenemos la prueba".
Las tareas asignadas sin dudas pondrán a prueba
la capacidad del FMI para reprender a sus 185 países
miembro. El FMI generalmente emite advertencias privadas, no
públicas, que los gobiernos de países poderosos
suelen ignorar.
Más recientemente, por ejemplo, cuando el FMI ha
hecho campaña para que los gobiernos aumenten sus gastos de
estímulo en 2% del Producto Interno
Bruto, omitió señalar cuáles
países no habían cumplido con la
meta.
Esta exposición
pública "podría producir una respuesta defensiva",
afirmó el funcionario número dos del FMI, John
Lipsky, antes de la cumbre del G-20. "Para ser efectivo, tal vez
sea necesario ser visto como constructivo". Strauss-Kahn
aseguró que les advirtió a los líderes del
G-20 que quizás no les gusten las "advertencias" (sic) que
el FMI hará en el futuro (y Obama se echó a
temblar…).
En el frente financiero, el FMI tenía US$ 250.000
millones en fondos para préstamos antes de la crisis, y
desde entonces ha prestado US$ 50.000 millones. Strauss-Kahn
quería duplicar esa cantidad, pero el G-20 fue más
generoso.
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