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¿Cómo educar a mi paciente hipertenso? (página 2)




Enviado por Yda Zambrano



Partes: 1, 2

Esta visión está en la práctica
diaria condenada al fracaso. Una aproximación más
lógica
resulta del considerara que la dieta indicada a nuestro paciente,
es básicamente una dieta sana, y por lo tanto puede ser
administrada al conjunto del grupo familiar
ya sea como tratamiento (para aquellos miembros hipertensos), o
bien como prevención (para aquellos miembros aún
normotensos). Si toda la familia
come mejor, el beneficio es más amplio y se facilita el
cumplimiento de la dieta a quienes más lo
necesitan.

La experiencia local e internacional confirma que la
aproximación al cuidado integral de la familia resulta
mucho más exitosa, que la simple indicación
dietaria a un paciente en forma aislada.

¿Cuántos adultos conocen la
presión arterial de sus hijos?

La realidad demuestra que muy pocos padres y
médicos pediatras controlan la presión
arterial de niños y
adolescentes,
pese a que diversos estudios han demostrado que la prevalencia de
valores
anormales de presión arterial a edad temprana es elevada.
Se recomienda enfáticamente indicar el control anual o
bianual de todos los hijos de hipertensos, independientemente de
su edad.

Un método de
difusión sencillo es el colocar carteles en áreas
visibles con una leyenda de este tipo: "¿Sabía Ud.
que sus hijos pueden ser hipertensos? Contrólelos".
Algunas acciones
exitosas en otros países están siendo
progresivamente adoptadas en nuestro medio. A modo de ejemplo, la
Fundación Cardiológico Argentina, órgano
comunitario de la Sociedad
Argentina de Cardiología, está desarrollando a lo
largo de todo el país, el programa
"Educando", que consiste en la formación, en el
área cardiovascular, de los docentes que
actúan en las escuelas primarias y secundarias, a fin de
transformarlos en educadores en salud de la población escolar, y por esta vía
(los niños) generar cambios de pautas de conducta en sus
respectivas familias. La educación para la
salud no empieza con el individuo
enfermo, ni siquiera en el adulto sano, sino que debe empezar en
el jardín de infantes, según demuestran
experiencias previas en todo el mundo.

¿Dr., mi
presión está loca?

Este es otro motivo frecuente de consulta o al menos una
preocupación adicional en el sujeto hipertenso. Nuestra
población no tiene conciencia del
fenómeno de la variabilidad de la presión arterial,
y frecuentemente resulta difícil explicar las
significativas fluctuaciones que la presión arterial
muestra a lo
largo del día.

Una forma práctica de educación consiste en
informar al paciente que a razón de una frecuencia
cardíaca de 60 o 70 latidos por minuto, en una hora esta
persona tiene
3.600 o 4.200 latidos/hora y en 24 hs, 86.400 o 100.800
latidos/día. Más allá de cierto grado de
perplejidad del paciente acerca de la cantidad normal de latidos
cardíacos por día, ahora resultará
más sencillo que comprenda que la presión arterial
cambia con cada latido cardíaco, resultando que el sujeto
tiene por lo tanto 80.000 o quizás 100.000 presiones
distintas cada día. Asimismo, resultará más
sencillo explicar que toda actividad humana como despertar,
hablar, trabajar, discutir, comer, caminar, ver TV, la vida
familiar, el sexo, dormir,
etc., modifican significativamente la presión arterial de
momento a momento, y por ende un registro aislado
de presión arterial no necesariamente representa la
presión habitual del individuo. Esta secuencia educativa
nos lleva a otro punto importante. El fenómeno de la
variabilidad de la presión arterial durante su medición. Es bien conocido que por un
efecto de consultorio o de guardapolvo blanco (Figura 2 y 3), o
bien por el mero hecho de la colocación de un brazalete en
el brazo, la presión arterial se modifica, y con
frecuencia lo puede hacer de forma significativa.

¿Dr., tengo
que tomar medicación toda la vida?

Frecuente causa de inquietud para el paciente, ya que
muchos de ellos malentienden que por el hecho de indicar una
medicación, la deberán tomar el resto de la vida.
En nuestra experiencia, si el paciente comprende que la hipertensión arterial esencial es una
entidad con una base genética
que se manifiesta en algún momento de la vida y que
usualmente no es curable, sino tan solo controlable, entonces el
sujeto entenderá que su tratamiento debe ser constante a
lo largo de toda la vida. Paralelamente, esta educación
ayudará al paciente a comprender que sus hijos
están en alto riesgo de
desarrollar en el futuro la enfermedad, ya que los padres
transmiten al 50% de sus descendientes la carga genética
predisponente.

¿Dr., por qué tengo que tomar
más de una pastilla?

Aproximadamente el 70% o más de los hipertensos
requieren de una combinación de al menos 2 drogas
antihipertensivas para lograr la normotensión. En grupos
particulares de mayor riesgo (diabéticos, ancianos,
vasculares, coronarios, etc.), los objetivos
terapéuticos son más estrictos y por ello requieren
usualmente de una combinación de 3 o 4 fármacos
para lograr el objetivo
deseado de presión arterial. Esta situación implica
para el paciente un problema en cuanto a la cantidad de pastillas
a consumir, costo de
medicación y el efecto sicológico de sentirse
más enfermo por el hecho de tener mayor medicación.
En este sentido, si el paciente no comprende que se encuentra en
un grupo de alto riesgo (mayor al 20 o 30%) de sufrir un evento
cardiovascular invalidante o fatal, dentro de los próximos
10 años, difícilmente mostrará una adecuada
adherencia al tratamiento. Dr., si mi presión se
normalizó, ¿Por qué debo seguir tomando la
medicación? No siempre es fácil para el
médico explicar y para el paciente comprender, que si su
presión arterial ahora es normal, es porque toma la
medicación, y que si la abandona es altamente probable que
su presión vuelva a elevarse.

No obstante en algunos pacientes es posible reducir
progresivamente la medicación y en infrecuentes

condiciones suspenderla, manteniéndose la
normotensión a largo plazo (proceso
denominado Step-down o bien reducción progresiva de
medicación). Los factores productores de éxito
en la reducción o suspensión de la
medicación incluyen: menor edad, hipertensión de
menor severidad, menor duración de la
hipertensión,

buena respuesta a la terapéutica, excelente
adhesión a las medidas higiénico-dietéticas,
menor requerimiento de dosis o número de fármacos
para lograr la normo tensión y ausencia de comorbilidades.
Otro problema en la educación del paciente es el concepto de
enfermedad plurimetabólica.

Dr.,
¿Porqué tengo la desgracia de tener presión
alta, colesterol alto, gota y no
poder bajar de
peso?

En muchos pacientes resulta de gran importancia una
sencilla, pero clara explicación acerca de este problema.
En nuestra experiencia los pacientes comprenden (aunque a veces
niegan) que la hipertensión arterial forma parte de una
entidad mayor que incluye varias anomalías
metabólicas (mayor propensión a la
insulino-resitencia, diabetes tipo 2,
dislipidemia, hiperuricemia, sobrepeso con obesidad
central, etc.). La Figura 6 muestra la frecuencia de
asociación de hipertensión arterial con otros
factores de riesgo cardiovascular en el seguimiento de
Framingham.

Si bien este hecho plantea una dificultad para la
comprensión y sobretodo la aceptación por parte del
paciente de su enfermedad, también crea una oportunidad
para que tome conciencia de que sólo un tratamiento
conjunto de sus distintos factores de riesgo cardiovascular,
será adecuado para la reducción de su riesgo
cardiovascular.

Hay que recordar que al paciente no le importa mucho que
un número (presión colesterol, glucemia, etc.) baje
o se normalice, sino que lo que realmente le interesa es evitar
la invalidez y/o la muerte
prematura. Por ello recomendamos reiterar periódicamente
al paciente que su control y tratamiento buscan precisamente
proteger su salud y evitar su sufrimiento o el de su
familia.

¿Dr., Mi
presión es nerviosa?

Consulta cotidiana que requiere de una adecuada
explicación. A lo largo de los años los propios
médico hemos divulgado y sobreenfatizado que la
hipertensión arterial se asocia al estrés
cotidiano. Por ello muchos pacientes menosprecian la
elevación de su presión arterial argumentando que
sólo está relacionada con sobreexigencia laboral o
dificultades transitorias de cualquier tipo. Con ciertas
limitaciones, en general los pacientes llegan a comprender que
las situaciones de tensión cotidiana influyen sobre la
presión arterial en forma transitoria, pero no son causa
directa de hipertensión arterial. Resulta clave explicar
que una cosa es una fluctuación transitoria de la
presión debida a un suceso puntual ya sea de signo
positivo o negativo (Ej. Relación sexual o
situación traumática), y otra cosa bien diferente
es la elevación perpetua de la presión arterial a
lo largo de toda la vida.

Un elemento de ayuda es el monitoreo ambulatorio de
presión arterial de 24 hs que con frecuencia demuestra
normotensión nocturna o bien discrepancias notorias entre
los niveles de la presión arterial en distintos momentos
del día y el grado de tensión emocional que el
paciente anota a esa hora en el hoja de registro de
actividades.

¿Dr. Las
drogas antihipertensivas reducirán mi
calidad de
vida?

Como cualquier otro tipo de fármacos, las drogas
antihipertensivas conllevan beneficios (la reducción de la
presión arterial, protección de órganos
blanco y otros tipos de efectos favorables), así como
potenciales inconvenientes (efectos adversos). Con el progreso de
la farmacología estos efectos indeseables son
cada

vez menos importantes, pero no pueden ser
menospreciados. Cada vez que se indique un fármaco
antihipertensivo, se agregue uno nuevo o bien se modifique la
dosis, es deseable solicitar al paciente que ante cualquier tipo
de problema lo comunique a su médico, quien será en
última instancia quien mejor podrá evaluar si el
inconveniente observado puedo o no ser atribuible a la
medicación, y si fuera así reemplazarla con otro
fármaco. Es altamente conveniente informar al paciente de
posibles efectos adversos (sin entrar en detalladas listas de
efectos conocidos), ya que con alta frecuencia ante una molestia
o inconveniente de cualquier tipo

(Relacionado o no a la medicación), los pacientes
tienden a suspender la medicación sin consultar nuevamente
a su médico, ni a ningún otro
facultativo.

¿Dr., cada
cuanto
tiempo debo venir a control?

La frecuencia de las consultas variará en
función
de la severidad de la hipertensión arterial y del conjunto
de factores de riesgo o co-morbilidades que presente el
paciente

La dieta es uno de
los pilares básicos en la prevención del riesgo
cardiovascular

NO HAY ALIMENTOS
"PROHIBIDOS" EN LA

DIETA DE LOS PACIENTES HIPERTENSOS

?? Se recomienda llevar una dieta equilibrada,
apetecible y variada,
procurando reducir la
ingesta de los alimentos ricos en calorías.

?? Aunque el consumo de sal
no debe ser superior al de 2 gramos al día,

muchas personas, incluso hipertensos, toman 9 y hasta 20
gramos
diariamente.

?? Siempre que se pueda, se deben consumir los
alimentos crudos, como
ensaladas y frutas,
sin someterlos a ningún proceso de
cocción.

Sevilla, 6 de marzo de 2007.- La alimentación es
indudablemente uno de los pilares básicos para la
prevención del riesgo cardiovascular. Una buena
alimentación, equilibrada y completa consigue reducir la
incidencia de la obesidad, de hiperlipemia y de
hipertensión arterial. Y es que, aunque todos debemos
tener en cuenta estas premisas, aún más aquellos
que padecen hipertensión y, por tanto, una enfermedad
cardiovascular. "No existe ningún alimento absolutamente
prohibido en estos casos, ni ninguno que haya que comer en
exclusiva. Por el contrario, hay que hacer dieta variada,
procurando reducir la ingesta de los alimentos ricos en
calorías", explica la doctora Nieves Martell, con motivo
de la celebración de una mesa dirigida a la
población que, bajo el título "Prevención de
los factores de riesgo cardiovascular a través de los
cambios en el estilo de alimentación",

La ecuación es sencilla "tener una dieta
equilibra, apetecible y variada". Según el experto, hay
tres normas
básicas que deben ser tenidas en cuenta por cualquier
persona y, aún más, cuando tienen un mayor riesgo
cardiovascular: "la primera es que aquellos que tomen una dieta
rica en vegetales (ensaladas, frutas y verduras)
consumirán una dieta más saludable; la segunda es
que todo aquel alimento que provenga del mar es bueno, y, por
último, hay que disminuir el consumo de alimentos que
provengan de animales que
andan sobre cuatro patas".

¡Comemos demasiado!

"Nuestra alimentación actual es excesiva", afirma
el doctor García Luna. Lo cierto es que comemos mucho
más de lo que necesita nuestro organismo, desde la
infancia y
hasta la edad adulta. Este exceso ha aumentado significativamente
la prevalencia de obesidad en nuestro país y, como
consecuencia, las enfermedades
cardiovasculares. "Toda esta situación se agrava
aún más en aquellos pacientes que padecen
hipertensión", destaca el experto. Diversos estudios
señalan que no es lo mismo la ingesta de las
calorías que provengan de carbohidratos,
de proteínas
o de grasas, tal
como se pensaba hace años. De hecho, el riesgo de
desarrollar obesidad es mucho mayor cuando éstas provienen
de los alimentos grasos que cuando lo hacen de los hidratos de
carbono. Una
dieta cardiosaludable debe estar compuesta por no más de
un 30% de grasas repartidas en: 10% de grasas de origen animal,
10% de grasas poliinsaturadas y otro 10% de aceites
monoinsaturados. El aporte proteico debe estar en torno al 15% y el
de hidratos de carbono, sobre todo los cereales, las patatas y
las legumbres, debe alcanzar el 60%.

Mucha fibra y poca sal

Los pacientes hipertensos deben llevar una dieta rica en
fibra, con un aporte aproximado de entre 25 y 30 gramos al
día. Y si a la hipertensión arterial sumamos una
obesidad, hay que tenerlo mucho más en cuenta.
Según la doctora Martell, "los alimentos ricos en fibra
suelen tener menos contenido energético y aumentan la
sensación de saciedad al necesitar más tiempo para su
masticación y generan más salivación".
Además, la fibra retrasa el contenido gástrico
contribuyendo a tener mayor sensación de plenitud
gástrica y disminuyendo el consumo energético;
reduce a nivel intestinal la absorción de nutrientes;
incrementa el bolo fecal, ayudando a combatir el
estreñimiento tan frecuente en el obeso, sobre todo,
cuando se hace dieta hipocalórica, y disminuye la
hiperglucemia (exceso de glucosa en
sangre) y la
dislipemia (exceso de colesterol).

Tampoco es necesario eliminar totalmente la sal de la
dieta. De hecho, ésta resulta indispensable para tener un
buen equilibrio
alimentario. "La necesidad de sal debe ser muy reducida, de unos
2 gramos diarios, lo que equivale a la cantidad de sodio que cabe
en un cucharilla de té rasa". A pesar de ello, el consumo
habitual de sal, incluso entre los hipertensos, es de unos 9
gramos y en algunas zonas el consumo llega a superar los 20
gramos de sal al día. Además, hay que recordar que
el sodio que consumimos no procede únicamente de la
acción
directa de añadir sal en las comidas, sino que
determinados alimentos llevan sal en su propia composición
y algunos la utilizan como conservantes.

Los métodos de
cocción también deben de ser tenidos en cuenta a la
hora de elaborar una dieta saludable. "No hay que olvidar –
añade el doctor García Luna – que todo
alimento que se pueda consumir crudo, debemos tomarlo así.
Tal es el caso de las ensaladas y la frutas, fundamentalmente".
Ahora bien, cuando tengamos que cocinar lo mejor es hacerlo con:
la plancha, el horno, hirviendo o al papillote. "Se
deben utilizar todos aquellos procedimientos
que añadan pocas grasas en su
preparación".

La hipertensión esencial por lo general es
asintomática hasta que se presentan complicaciones. Los
síntomas dependen entonces de los órganos
afectados.

Los profesionales de la salud también pueden
recomendar modificaciones en el estilo de
vida, como una reducción de peso moderada y una
disminución en el consumo de sal. Aunque la
hipertensión esencial no se cura, el tratamiento puede
modificar su curso y reducir el riesgo de
complicaciones.

Suplementos nutricionales

  • Coenzima Q10 (CoQ10) (50 mg dos veces al día
    durante al menos diez semanas): Se ha visto en varias pruebas
    clínicas que la CoQ10 reduce considerablemente la
    presión sanguínea en personas con
    hipertensión.

  • Aceite de pescado (10 gramos de aceite de pescado al
    día): El EPA y el ADH, los ácidos grasos
    omega-3 del aceite de pescado, bajan la presión
    sanguínea, según un análisis de los
    resultados de 31 estudios.

  • Potasio (Para personas que no toman
    diuréticos ahorradores de potasio): La mejor manera de
    consumir potasio es comer más fruta, que contiene
    más mineral que los suplementos de potasio. Sin
    embargo, la fruta contiene tanto potasio que las personas que
    toman medicamentos ahorradores de potasio (como ocurre con
    algunos hipertensos) pueden terminar con un exceso de potasio
    si comen demasiada fruta al día. Por tanto, las
    personas que tomen diuréticos ahorradores de potasio
    deben consultar con su médico antes de aumentar su
    consumo de fruta.

  • Calcio (De 800 a 1,500 mg diarios): Sólo
    pueden esperarse resultados modestos.

  • Fibra

  • Magnesio (Para personas que tomen
    diuréticos): De 350 a 500 mg diarios.

Cambios en el estilo de vida

  • Dejar de fumar: Fumar es especialmente nocivo para
    las personas con hipertensión. La combinación
    de hipertensión y tabaquismo aumenta el riesgo de
    padecer enfermedades cardiacas y morir por ello.

  • Consumir alcohol con moderación: El consumo
    de tres o más bebidas alcohólicas al día
    incrementa la presión sanguínea en
    proporción a la cantidad de alcohol que se
    consuma.

  • Ejercicio: El ejercicio diario puede bajar la
    presión significativamente. Un programa de ejercicios
    de 12 semanas de Tai Chi chino fue casi tan efectivo como el
    ejercicio aeróbico para reducir la presión
    sanguínea en personas mayores sedentarias con
    hipertensión.

  • Pérdida de peso: Muchas personas con
    hipertensión tienen sobrepeso. Bajar de peso puede
    reducir la presión significativamente en pacientes que
    son tanto hipertensos como obesos.

Efectos de la hipertensión
arterial

Aparato electrónico para la toma de la
tensión arterial. La hipertensión arterial, o
tensión alta, es un factor importante en la
aparición de problemas
renales en personas diabéticas. Tanto los antecedentes
familiares de hipertensión como su presencia misma parecen
aumentar las probabilidades de que el paciente presente una
enfermedad renal. La hipertensión también acelera
la evolución de la enfermedad renal cuando
ésta ya está presente.

La hipertensión se puede considerar no
sólo como una causa de la enfermedad renal sino como
resultado del daño
ocasionado por la misma. A medida que la enfermedad renal avanza,
los cambios físicos de los riñones provocan un
aumento de la tensión arterial. De esta manera se crea una
espiral peligrosa, en la que se combinan la hipertensión y
los factores que la producen. La detección y el
tratamiento precoces de la hipertensión, incluso de los
casos leves, son de suma importancia para las personas
diabéticas.

Además de los problemas renales produce
alteraciones a nivel de la microvasculatura y macrovasculatura de
todo el organismo, produciendo repercusiones a nivel
general.

Alimentos para
Rebajar la Presión Arterial

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Entre los principales alimentos que deberían
estar presentes en la alimentación de los enfermos de
hipertensión mencionaríamos los
siguientes:

Acerca de la dieta

El sodio es un mineral que, aunque se necesita en
pequeñas cantidades en el organismo, juega un papel muy
importante en el buen funcionamiento del cuerpo. Los
requerimientos diarios en adultos son de 500 mg y en niños
de 225 a 500 mg.

Una dieta restringida en sodio ayuda en el manejo de
varias complicaciones como son:

  • Hipertensión

  • Afecciones cardiacas

  • Retención de líquidos

El sodio interviene en la regulación
de líquidos en el organismo; un exceso de éste
provoca retención de agua,
así como ganancia de peso y/o presión arterial
alta. Generalmente uno consume mayor cantidad de sodio que la que
realmente se necesita; un adulto llega a consumir de 4 a 5 gramos
de sodio, que equivale a 2 cucharaditas de sal. Recordemos que el
gusto por la comida salada es una conducta aprendida; por esta
razón el proceso de ajuste de alimentos bajos en sal,
tardará algo de tiempo. La sal añadida a los
alimentos no es la única fuente de sodio, existen por lo
menos 60 diferentes aditivos o conservadores que lo contienen y
que generalmente se añaden en la industrialización
y preparación de productos
comestibles. Una dieta saludable trata de reducir el consumo de
sal, entre 1/2 a 1 cucharadita al día. Para poder lograrlo
es conveniente seguir con la dieta establecida y tener de
referencia todos aquellos alimentos restringidos en este plan
nutricio.

A continuación se detalla una
guía de alimentación que debe tomarse en cuenta
para llevar mejor el plan de alimentación.

Fuentes de Sodio

  • Productos para cocinar: bicarbonato de sodio
    así como polvo para hornear

  • Sazonadores: sal, salsa de soya, sal de ajo,
    sal de cebolla, sal de apio, ablandador de carne y vino de
    cocina.

  • Aditivos y conservadores: glutamato
    monosódico, fosfatos de sodio, caseinato de sodio,
    ascorbato de sodio y nitrato de sodio.

  • Medicinas: antiácidos, laxantes,
    pastillas para dormir y aspirinas

  • Comida rápida

  • Otros: pasta de dientes y enjuague bucal (no
    deben ser tragados)

Alimentos Permitidos y Prohibidos

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Haciendo ejercicios

Las personas que no hacen ejercicio
físico asumen el doble de riesgo en comparación con
las personas activas. Con la falta de movimiento el
organismo está menos preparado para adaptarse a un
esfuerzo repentino.

Por lo tanto, el ejercicio físico
tiene muchos beneficios, como por ejemplo:

  • Mejora y aumenta la función del
    corazón.

  • Retrasa el envejecimiento
    prematuro.

  • Disminuye la presión
    sanguínea.

  • Combate el exceso de peso.

  • Disminuye las grasas de la sangre.
    Aumenta la efectividad del colesterol protector
    (HDL).

El ejercicio practicado regularmente, no
necesariamente debe ser un deporte. Aunque es considerado el
ideal, también existen ejercicios que sirven y son
eficaces, como por ejemplo: salir a caminar o
jardinear.

Puede caminar una hora diaria, distribuidos
en media hora en la mañana y media hora en la tarde, en
forma regular y mantenida.

 

 

 

 

 

Autor:

Yda Zambrano

Partes: 1, 2
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