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El fenómeno cultural de indumentaria evidencia el proceso político trasnacional de colonialidad (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

La indumentaria cambia en función de
las preferencias de los poderosos, tienden a simbolizar una
personalidad,
un estado de
ánimo, un sentimiento individual, se convierte en signos y
lenguajes de igual importancia que las divisas

(Lipovetsky, 2004: 49).

Para seguir con la óptica
de Lipovetsky debemos aceptar que en la ciudad de Puebla no se
crea Moda; por el
contrario, es solamente una imitación de la Moda que se
acostumbra en los países poderosos y las clases altas de
las sociedades
modernas. Los jóvenes universitarios de la BUAP
están dispuestos a intentar la imitación; el lugar
que eligen para comprar la ropa de marca es el
centro comercial Angelópolis y podemos considerarlo un
lugar de reunión para estos jóvenes. Al estudiante
Aldo Jair Navarro se le preguntó sobre sus sitios
favoritos para visitar en su tiempo libre y
esto fue lo que contestó:

Aldo– ¡Ange! (apocope de
centro comercial Angelópolis), no vas a llevar a tu
novia a "zocalear", Ange está bien porque está
padrísimo, en Internet ví que es
una de las plazas más bellas de México,
que ni en Cancún hay plazas
así.[13]

La gran mayoría de las marcas que se
venden en el centro comercial Angelópolis son extranjeras;
sin importar si fueron hechas en alguna maquiladora cercana los
jóvenes hacen uso de los diseños de moda con la
intención de búsqueda de estatus en estos
artificios identitarios. La
personalidad que los jóvenes intentan revelar se
encuentra descifrada en los catálogos de ropa que las
marcas proporcionan con objeto de difundir las nuevas
tendencias.

Las clases inferiores, a la búsqueda de
respetabilidad social, imitan las maneras de ser y de aparecer de
las clases superiores. Estas, para mantener la distancia social y
destacarse, se ven obligadas a la innovación, a modificar su apariencia una
vez alcanzada por sus competidores. A medida que las capas
burguesas, gracias a su prosperidad y su audacia, consiguen
adoptar tal o cual distintivo prestigioso, en boga entre la
nobleza, se impone el cambio desde
arriba para resituar la diferencia social. De ese doble movimiento de
imitación y de distinción nace la mutabilidad de la
moda
(Lipovetsky, 2004: 57).

Se afirma, entonces, que desde los países
periféricos se imita las costumbres de los
países modernos occidentales; los jóvenes observan
las tendencias de los países del norte y las desean casi
con el ansia que expresaba Frantz Fanon en su libro Los
condenados de la tierra

sobre el sentimiento de inferioridad de los colonizados,
sentimiento que solamente se compensa con la imitación de
la forma de vida de los colonizadores y el desprecio por las
costumbres vernáculas.

El filósofo Martín-Barbero y el
psicólogo Germán Rey tienen otra teoría
sobre el consumo de
moda desde los países periféricos; estos escritores
creen que los medios masivos
de comunicación atienden los deseos de las
grandes corporaciones e invaden culturalmente los imaginarios de
los jóvenes. La innovación
tecnológica supone una mayor participación de
los medios incluso en la política y otras
esferas de la vida pública.

Las televisiones por cable han permitido surgir
audiencias especializadas mientras que cadenas musicales como MTV
producen sugestivas identificaciones generacionales,
vinculaciones muy fuertes entre estéticas emergentes y
estilos de vida. Como afirmó hace años Umberto Eco
para la lectura,
todo texto genera
su lector modelo.
Canales y programas crean
audiencias modelo que son mucho más que televidentes
fortuitos; se trata de grupos o tribus
identificables, tanto por sus preferencias mediáticas como
por sus decisiones vitales
(Martín-Barbero y Rey,
1999: 54-55).

La moda es una industria que
choca fuertemente con las fisonomías de los pueblos
latinoamericanos ya que desde occidente se propone un tipo de
erótica que simplemente es incompatible para la población que proviene de una raza no
caucásica. Los problemas que
enfrenta este choque de estéticas es el
desaliñamiento de los valores
estéticos y eróticos que aunque no provengan del
pasado indígena precolombino se han formado al paso de la
construcción del concepto de
Latinoamérica como región cultural.
La intrusión de la moda en los imaginarios cotidianos
latinoamericanos representa más una ofensa por las
condiciones de trabajo en que
se encuentran las costureras de las maquiladoras instaladas en
varios países de América
Latina.

4. 2. LA PUBLICIDAD
IMPRESA.

La publicidad impresa son los catálogos de ropa
de marca que reúnen sesiones fotográficas dedicadas
a la propagación de tendencias para el consumo de ropa. La
mayoría de las marcas tienen catálogos propios que
regalan a los consumidores en cada tienda, pero también
hay anuncios en revistas comerciales, es decir, no hay en
revistas literarias o científicas y también
están los mega-anuncios de las avenidas más
importantes de las ciudades; toda esta publicidad es
urbana.

La importancia de la publicidad impresa son dos momentos
de la propagación de las pautas de comportamiento
pertinentes
de la estética y la erótica. Proponemos,
en esta tesis, el
concepto de "pautas de comportamiento pertinentes" para entender
las representaciones mentales que se hacen sobre el correcto
ser-estar en el mundo diseñados desde occidente
sobre la erótica y la estética. El primer momento
de la propagación de las pautas es la programación de un tipo ideal de
personalidad que los encargados de mercadotecnia
de cada marca dirigen por medio de situaciones visuales
imaginarias de las fotografías publicitarias. El segundo
momento es la actuación (performance) de los
jóvenes que asimilan la conducta
presentada por la publicidad y la recrean como parte de su vida
social. La actuación puede ser percibida como la
expresión de enajenación que viven quienes recrean las
pautas de comportamiento presentadas por la
publicidad.

El primer momento puede ser considerado el de
programación de un "grupo de
referencia" según la definición de Johnson y Sprott
quienes atendieron en 1968 la relación de
representación mental de los grupos
sociales. El segundo momento de la publicidad dirigida puede
ser atendida desde el proceso de
colonialidad de la erótica, concepto señalado por
Enrique Dussel en su Filosofía de la
Liberación
(Dussel, 2001).

4. 2. 1. EL GRUPO DE
REFERENCIA.

La psicología
social es la que ha dotado a las ciencias
sociales de la categoría de "grupo de referencia"
(Johnson y Sprott, 1968). El grupo de referencia puede ser un
grupo real o imaginario que influye en determinados aspectos
sobre la vida de algún otro grupo social y permanece en el
imaginario de éste. Para los jóvenes universitarios
que acuden al centro comercial angelópolis el grupo de
referencia más notable es un grupo imaginario que vive en
los catálogos de la ropa de marca, las revistas y los
anuncios publicitarios.

El grupo de referencia al que nos referimos es un grupo
imaginario de jóvenes, adultos, niños y
toda clase de
personas que, dentro del contexto del catálogo
publicitario de ropa de marca, vive y se desenvuelve en
situaciones de la vida cotidiana con lo que intenta una recreación
de la realidad. Los catálogos presentan, o representan, a
esta gente en la escuela, el trabajo y
la calle, haciendo algunas actividades cotidianas con el sello
distintivo de la ropa de marca y la intención de la
temporada que tiene la compañía diseñadora
de ropa de "estética correcta" para el uso de ropa durante
algunos meses.

A lo largo de las fotografías presentadas en el
catálogo se hace alusión a un contexto
significativo: una temporalidad y un espacio determinado. Los
catálogos de ropa de hombre pueden
presentar a un sujeto manejando un auto convertible en las calles
de Roma y los
catálogos de mujer a una chica
paseando en Campos Elíseos. La ropa determina la
temporalidad pues hace alusión a modas anteriores (trajes
estilo 1920 o faldas del rock
&roll).

Los anuncios publicitarios urbanos son los mega-anuncios
de las avenidas importantes en la ciudad; miden alrededor de
cinco metros de alto por diez de largo y se encuentran sostenidos
por increíbles torres que los elevan a más de 20
metros de altura sobre las avenidas. Las fotos que
presentan son las mismas de los catálogos y con letras
señalan la marca de procedencia; no hay créditos para el fotógrafo, pero si
a los modelos que
posan, pues al ser algunos actores de cine o
músicos ya poseen estatus entre los pobladores: son gente
a quienes se desea imitar. Indagamos sobre la influencia de los
catálogos para elegir la ropa en los jóvenes. La
charla fue el día 11 de marzo en las instalaciones de la
Universidad de
Puebla con estudiantes de Derecho y Sociología.

Entrevistador– ¿Qué me
dicen de los catálogos de ropa?

Guadalupe (Estudiante de
sociología) ¿Qué si tengo
catálogos?

Laura– (Risas) ¡Los
tiene todos!

Guadalupe (Risas) pues vas
pasando y te los dan.

Laura– Y la pendeja los guarda
todos.
(Risas)

Entrevistador (Dirigiendo la
mirada a Álvaro, estudiante de Derecho)
¿Tú tienes catálogos?

Álvaro– Pues sí, ves
que se ve bien y te lo compras
(la
ropa), o ves las combinaciones y tratas de que te
quede.

Entrevistador– ¿Qué
ven en los catálogos, además de la ropa, ustedes
creen que las situaciones en que se presentan los modelos influye
en la personalidad de los clientes?

Laura– Pues yo no creo, porque a
veces te ponen a la chava enseñando mucho y yo no me voy a
vestir así.

Guadalupe (Dirigiendo la
mirada a Laura) porque no estás así, si
estuvieras así de buena seguro si
andarías enseñando todo.

Laura (Risas) eso
sí.
[14]

La personalidad de los sujetos en las fotos de
catálogo es resuelta; cumple la función de crear un
estereotipo sobre la conducta de los sujetos que utiliza la ropa
de marca presentada. Un estereotipo es la representación
mental de una personalidad específica que puede ser
comprendida, en tanto que imaginario social, sobre la importancia
de la personalidad. Al ser comprendida como imaginario, la
representación mental puede ser entendida también
como un forma ideal de la actuación de los géneros
sexuales, las edades, las situaciones, la maternidad, el flirteo,
en otras cuestiones.

La alusión simbólica que hacen los
catálogos de ropa de marca demuestra una iniciativa de
programación mental sobre la actitud de los
sujetos a la vez que incita al consumo y a entrar en
armonía con los elementos propuestos por la publicidad. La
publicidad relata la cotidianidad de un mundo imaginario que vive
en el catálogo y es por medio del consumo de la ropa que
se invita al sujeto real a participar en este mundo
imaginario.

La publicidad no solo está dirigida a un sector
social específico; más allá, intenta la
creación de grupos específicos. La publicidad crea
a su consumidor ideal;
lo inventa. Cuando los espectadores asimilan los estereotipos
presentados por la publicidad hacen una alianza con la marca: el
pacto de respetar los principios de la
marca: ser un cowboy de Levi"s, una pink
princess
de Barbie, o un motociclista Harley
Davidson
al estilo de James Dean.

Este grupo de personas "estereotipadas" que viven en el
imaginario de la gente, y la publicidad impresa, es el grupo de
referencia para los jóvenes universitarios de la ciudad;
es un grupo que tiene influencia sobre las acciones de la
"sociedad de
masas" (Johnson y Sprott, 1968) y representa un grupo de estatus
para los jóvenes. Podemos afirmar lo anterior pues el
grupo de referencia crea un marco comparativo para el segundo
grupo. El marco comparativo es la ponderación sobre "lo
deseable" entre situaciones que vive cada grupo y que el segundo
grupo se sirve para equiparar su relación, semejanza o
diferencia del grupo de referencia.

Para los miembros de un grupo determinado, otro
grupo es un grupo de referencia si prevalecen algunas de las
siguientes circunstancias:

1. Algunos o todos los miembros del primer grupo
aspiran a pertenecer al segundo (grupo de
referencia).

2. Los miembros del primer grupo se esfuerzan por
ser como los miembros del grupo de referencia en algún
sentido, o por hacer que su grupo se parezca en algún
aspecto al de referencia.

3. Los miembros del primer grupo obtienen cierta
satisfacción de ser diferentes de los miembros del grupo
de referencia en algún aspecto y se esfuerzan por mantener
esa diferencia entre los grupos o entre ellos mismos y los
miembros del grupo de referencia.

4. Sin un necesario esfuerzo para ser parecidos o
distintos del grupo de referencia o de sus miembros, los miembros
del primer grupo aprecian su propio grupo o a sí mismos,
utilizando al grupo de referencia o a sus miembros como punto de
comparación
(Johnson y Sprott, 1968:
86-87).

Podemos apreciar que el grupo imaginario de los
catálogos presenta un tipo ideal de personalidad para el
grupo de los jóvenes universitarios, que compra ropa de
marca en el centro comercial; por lo tanto, los primeros dos
puntos para conceptuar a un grupo de referencia quedan
satisfechos. Los siguientes puntos se refieren a la
distinción con otros grupos sociales específicos
que a mí parecer hacen alusión a referencias
diferentes. Podemos llamar al grupo de referencia de los primeros
dos puntos "grupo de referencia ideal" por marcar los límites de
acción
y las pautas de comportamiento que debe seguir el otro grupo. Por
otro lado, está el "grupo de referencia de
exclusión" y define las pautas de comportamiento cuyas
respuestas serían punitivas; es decir, los grupos de
referencia de exclusión contienen los tipos de
personalidad no apropiados para el mundo propuesto por el orden
consumista: los nacos, los pobres, los desadaptados, los
desviados, los resentidos con la sociedad, los locos, y la anomia
(nótese que, además de ser vocabulario coloquial,
son términos recurrentes en las ciencias
sociales; ya explicaremos el porqué).

La marca publicitada por medio de los catálogos
presenta al grupo que hemos llamado "grupo de referencia"; las
diferencias entre los grupos de jóvenes, y el de
referencia en primer lugar, son naturalidades asociativas del
fenotipo racial. El fenotipo de las personas del grupo de
referencia no proviene de los pueblos originarios, la
mayoría de las personas presentadas en los
catálogos son modelos escogidos por "la pertinencia" de
sus rasgos para el modelaje: altos, delgados, la mayoría
caucásicos. La erótica, por otro lado, es un
tópico importante; la sexualidad y
el flirteo son situaciones recurrentes en los temas de la
fotografía de los catálogos de ropa.
El galanteo de los hombres hacia las mujeres, y la actitud
dominante de las mujeres, expresa una confrontación de
personalidades que desean (sexualmente) la tensión de
competencia. Al
ser un hombre un sujeto "decidido" no cederá
fácilmente en la relación hombre-mujer, y la mujer ensaya
el juego de
seducción apremiante para el contacto. Un aspecto
importante es que no hay relaciones homosexuales en la
presentación de catálogos de ropa de marca pese a
que la mayoría de los diseñadores son homosexuales
declarados, ya que la homosexualidad
no se ha permitido en las pautas de comportamiento pertinentes.
La erótica también es dirigida en la publicidad
impresa, puede la Moda interferir con los consensos sobre ropa
varonil y femenil.

La identidad de
los jóvenes universitarios que gustan comprar ropa en el
centro comercial Angelópolis regularmente está
dictada en la ropa de marca. Las marcas de ropa utilizan una
explicación para publicitar su mercancía con los
jóvenes, se hace creer mediante comerciales de televisión que su estilo de ropa expresa
verdaderamente la identidad que estaban buscando. Los
jóvenes absorben las decisiones de expresión de las
grandes marcas difundidas también por los grupos musicales
que tienen contratos con las
grandes marcas de ropa; las llamo decisiones de expresión
pues son propuestas sometidas a inspección para el
diseño
de temporadas de ropa de marca y venta de modas en
las tiendas departamentales. Son las industrias
culturales que articulan estrategias
ideológicas para "comercializar" las identificaciones
particulares de los grupos sociales en seductores objetos de
consumo como la ropa y sus accesorios.

Reconocidos en la mismidad es la idea uniformada que se
hace creer a los jóvenes a partir del consumo de música de moda y la
que crea grupos sociales estrictamente identificados por su
imagen
corporal sin recurrir a la justificación
ideológica: es el caso de los "emos" o "emotional punks"
que compran su ropa en el centro comercial Angelópolis y
son influenciados por grupos de música que rotan sus
videos varias veces al día en canales de acceso privado
como MTV, VH1, Soundtrack channel, WB channel. La identidad en el
juego de seducción de la publicidad no se refiere a
aspectos ideológicos, solamente al diseño de la
imagen corporal.

El reconocimiento al que aspiran los jóvenes, con
base en la imagen corporal, es un reconocimiento artificial pues
son las grandes marcas las que esperan reconocimiento por parte
de los jóvenes; es decir, el reconocimiento está
dado en tanto que los consumidores se presentan satisfechos y lo
único que queda es que los consumidores sean publicidad
andante de las expectativas identitarias de la ropa de
marca.

4. 2. 2. LA ACTUACIÓN EN
GRUPO.

Después de observar detenidamente la publicidad
de los catálogos de la ropa de marca, los jóvenes
universitarios pueden dirigir su atención al consumo y uso de la ropa que se
vende en el centro comercial. El centro comercial
Angelópolis es el único en la ciudad con tiendas
como Zara; Pull&bear; Liverpool; Palacio de Hierro, una
tienda que ofrece las marcas Burberry, Criteria, Lacoste,
Dockers, entre otras.

Los catálogos publicitarios de cada marca
proponen un tema relacionado con la ropa y la intención de
la temporada de ropa que quieren dar a conocer. Por medio de las
fotografías esta suerte de expresión establece
pautas de comportamiento pertinentes para cada uso de las prendas
que se ofertan junto con el producto. Las
pautas de comportamiento pertinentes son programaciones mentales
que se hacen por medio de los mensajes publicitarios y llevan al
consumidor a actuar de acuerdo a la intención de la marca:
la publicidad no busca que un grupo social particular compre su
mercancía; busca crear un grupo social particular para que
use su ropa.

La actitud que acompaña el uso de ésta
ropa es importante y los jóvenes así lo afirman.
Usar ropa de marca da estatus social, y eso es todo lo
que se puede tener si se acude al antro los fines de semana por
la noche. El derecho de admisión al antro es la prueba
fehaciente del estatus que distingue a los "ricos", de
los "pobres" (para los jóvenes cuyas referencia
estética única es la dicotomía fresa/naco,
rico/pobre). El uso de ropa de marca otorga prestigio y es pieza
importante para la exclusión
social de quien no puede pagarla; la vergüenza de
quienes no pueden entrar al antro es atendida por
psicólogos interesados en la competencia juvenil urbana y
los imaginarios sociales producidos por corporaciones de ropa; lo
más destacable es el sentimiento de ansiedad que provocan
las situaciones para los jóvenes. El antropólogo
estadounidense, Jules Henry, habló sobre algo parecido en
los años cincuenta en su obra Culture against
man
: las preocupaciones de los jóvenes sobre su
imagen corporal los lleva a fuertes depresiones cuando no pueden
satisfacer las pautas de comportamiento pertinentes del uso de la
Moda y el estatus.

La erótica propuesta en los artículos
publicitarios también es aprendida y recreada en los
eventos
públicos. La publicidad impresa presenta en su
mayoría modelos de origen caucásico portando la
mercancía de las marcas. Incluso en recurrentes ocasiones
son actores de Hollywood o músicos de MTV y "artistas" de
Estados Unidos
quienes posan para la publicidad. El interés
por la imagen corporal exportada desde el país vecino del
norte radica en el ánimo de recreación del pueblo
latinoamericano.

Los estudiantes jóvenes cada vez padecen
más enfermedades como bulimia y
deben ser tratadas en centros psicológicos para ayuda de
la autoestima. La
autoestima es el apego y el reconocimiento de sí mismo
como alguien importante; esta concepción del sí
mismo es afectada cuando el grupo de referencia parece
inalcanzable. La publicidad impresa es la invitación a
participar a un mundo "ideal"; sin embargo, la forma de llegar a
él es consumiendo el producto en cuestión; los
jóvenes estudiantes consumen desmedidamente los productos que
se ofertan en el centro comercial Angelópolis pero no
logran nunca alcanzar los satisfactores de las pautas de
comportamiento pertinente sobre el fenotipo racial: no elevan su
estatura; no completan los tratamientos de blanqueamiento de las
pieles morenas; no pesan 50 kilogramos, como las ufanas modelos
de belleza.

Los jóvenes que compran en el centro comercial
Angelópolis no acuden con ropa de manta; portan la ropa de
moda porque compiten por el estatus con otros jóvenes, el
estatus les otorga el derecho de admisión en los antros:
los cubre de gloria como guerreros victorioso; incluso, para
quienes compran ropa de marca continuamente las cuestiones de
flirteo y galantería son ínfimas. Las
eróticas y estéticas satisfechas desde el uso de
ropa de marca y los fenotipos raciales caucásicos
embelezan la mirada de los paseantes dotando de estatus a quienes
pueden cumplir estas pautas de comportamiento
pertinentes.

Entrevistador– ¿Conocen los
huipiles?

Pamela y Natalia
Sí.

Entrevistador– ¿Los
usarían para ir al antro?

Pamela– Si están de moda
sí.
(Risas)

Natalia– Yo no creo que se pongan de
moda nunca.

Entrevistador– ¿Por
qué lo dices?

Natalia– Porque están
culerísimos. [15]

Las pautas de comportamiento también son
exportadas por medios de expresión artística como
el cine y la música. La alianza que hacen las grandes
corporaciones de ropa de marca con otros medios es preocupante.
Ahora, las películas y los eventos musicales se vuelven
publicidad para los estereotipos ideales de comportamiento
según los designios de occidente, la alianza con los
canales de televisión
de paga como MTV, VH1, Fashion TV, establece las normas en esta
nueva expansión cultural de las marcas. Naomi Klein
propuso un estudio exhaustivo sobre ésta expansión
y en 2000 publicó su libro No logo (Sin
etiqueta
) en Canadá. Klein es una reportera
interesada en el impacto cultural de la publicidad y la economía del subdesarrollo
que encubre, (entendemos subdesarrollo no como una fase de la
economía nacional, sino como una relación social de
explotación). Klein afirma:

El estado actual de expansionismo cultural de las
marcas va mucho más allá del tradicional patrocinio
que practicaban antes las empresas: el
acuerdo clásico por el que una compañía dona
dinero para la
realización de un evento a cambio de que su logo aparezca
en una bandera o en un programa.
Más bien se trata del enfoque que aplica Tommy Hilfiger
consistente en la ostentación frontal de la marca
aplicándola a los paisajes urbanos, a la música, a
la pintura, al
cine, a las celebraciones comunitarias, a las revistas, a los
deportes y a las
escuelas. Este ambicioso proyecto
convierte al logo en el centro de todo lo que toca: no es
sólo un agregado ni una asociación feliz de ideas,
sino la atracción principal
(Klein, 2001:
57).

La marca es punto central de referencia para el uso de
indumentaria como forma de reconocimiento de los jóvenes
universitarios que acuden a reunirse en el centro comercial
Angelópolis. El centro comercial representa, además
del lugar de reunión y recreación, un campo de
batalla donde los jóvenes que se presentan deben vencer en
la competencia y la lucha por el estatus.

4. 3. EL CENTRO COMERCIAL COMO LUGAR
ANTROPOLÓGICO.

Marc Augé afirma en su libro Los no
lugares
que existen espacios que la antropología no puede estudiar
metódicamente (Augé, 1989); no son lugares
clásicos de los estudios sociales pues el contacto que
mantiene con sus ocupantes es efímero. Desde la
antropología Augé considera éstos como
No-Lugares, o lugares no sociológicos, por carecer de
relevancia teórica para los presupuestos
empíricos de las ciencias sociales.

El no-lugar es definido por sus ocupantes al ser
solamente un lugar destinado para el desplazamiento (aeropuertos,
metro, vialidades), son no-lugares pues su función es
permitir el contacto entre lugares que sí son
antropológicos (ciudades, centros turísticos), que
guardan una historia y son definidos por
la identidad de sus habitantes, que siente un arraigo al
lugar.

Para Augé el anonimato es otra condición
de los no-lugares; quiénes atraviesan el no-lugar se ven
despojados de su identidad al estar lejos de su territorio, no
hay fundamento pertinente en sí mismos para la
justificación de su identidad; quiénes se
encuentran en los lugares de paso no establecen relaciones con
otros paseantes, por lo menos no íntimamente. La rapidez
con que atraviesan los paseantes hace del no-lugar un espacio sin
identidad y fútil para la comprensión
científica. Por último, los paseantes no establecen
ninguna relación con el lugar; no existe la idea de
apropiación más que del aprovechamiento de la
funcionalidad de los espacios. Los no-lugares son también
los centros comerciales y las plazas públicas donde se
vende ropa de marca; Augé afirma en su libro:

Se ve claramente que por "no lugar" designamos dos
realidades complementarias pero distintas: los espacios
constituidos con relación a ciertos fines (transporte,
comercio,
ocio), y la relación que los individuos mantienen con esos
espacios. Si las dos relaciones se superponen bastante
ampliamente, en todo caso, oficialmente (lo individuos viajan,
compran, descansan), no se confunden por eso pues los no lugares
mediatizan todo un conjunto de relaciones consigo mismo y con los
otros que no apuntan sino indirectamente a sus fines: como los
lugares antropológicos crean lo social orgánico,
los no lugres crean la contractualidad solitaria.
¿Cómo imaginar el análisis durkheiminiano de una sala de
espera de Roissy?
(Augé, 1998: 98).

Para Augé, el lugar contiene estas condiciones:
es ocupado por los nativos; en él trabajan sus habitantes;
los habitantes lo defienden; marcan sus puntos fuertes; cuidan
las fronteras; señalan la huella de las potencias
infernales o celestes; señalan la huella de los
antepasados; es un lugar de ofrendas y
sacrificios; es el lugar de culto; es donde el etnólogo
puede describir la repartición de tierras y agua, y trazar
el plano de los pueblos explicando las reglas de
residencia.

Para acercarnos al centro comercial Angelópolis
de la ciudad de Puebla no podríamos hacerlo siguiendo la
explicación de no-lugar de Augé; debemos explorar
este espacio siguiendo la descripción de "lugar antropológico"
de Augé para verificar si es un "no-lugar" o si
definitivamente existe una relación entre los paseantes y
la estructura
física del
centro comercial.

4. 3. 1. EL ENTORNO.

La plaza comercial Angelópolis está
situada en una zona de rápido desarrollo en
la ciudad de Puebla: Boulevard del niño poblano no. 2510,
esquina Autopista Puebla-Atlixco; con una extensión de
25.24 hectáreas, la plaza es la más grande de la
ciudad. La plaza comercial está abierta desde 11:00am
hasta 8:00pm en la zona departamental y desde 12:00pm hasta
12:00am para los restaurantes. La confluencia es variada y se
estima que asisten cerca de un millón de personas al
mes.

Recordemos las características de l lugar
antropológico para Augé. El primer punto que
propone Augé, es el lugar habitado por los nativos.
Si bien se afirma que no hay persona que tenga
su domicilio ahí, podemos asegurar que la recurrencia de
las visitas no es fortuita. Entre todos los sectores que asisten
están son jóvenes universitarios quienes van con
afluencia las tardes entre semana y casi todo el día los
fines de semana.

La plaza tiene un gran estacionamiento alrededor; por
las mañanas, entre semana, se ve mayor acumulación
de automóviles en la entrada de las tiendas Liverpool y
Palacio de Hierro, es porque más amas de casa asisten por
las mañanas a estas tiendas, la mayoría son mujeres
mayores y casi no se observan caballeros, niños o adolescentes.
Al medio día el estacionamiento de la zona de restaurantes
se ve casi igual de poblada por la gente que descansa de sus
trabajos para ir a comer. Por las tardes se reparte la
acumulación de automóviles en el estacionamiento
por todas las entradas de la plaza. Un dato curioso es que las
personas de mayor edad acostumbran automóviles grandes y
los jóvenes autos
compactos, es una generalidad y pocos se salen de la
norma.

Los fines de semana la zona de estacionamiento de
restaurantes y la entrada directa al cine se ve abarrotada de
automóviles; son tantos, que en esa zona se
construyó una zona de estacionamiento en segundo piso
sobre el que ya estaba; los jóvenes universitarios
prefieren esa entrada. Afuera de Sanborns se reúnen para
charlar y esperar a sus amigos para ir a comer o entrar al cine;
al cine van más personas los miércoles porque es
más barato y los fines de semana porque descansan de los
trabajos y la escuela.

Los jóvenes pasean por la plaza cuando ahí
están; también se reúnen por mucho tiempo en
la zona de restaurantes y el comedor de la plaza. Algunos
estudiantes trabajan en el centro comercial cuidando locales y
atendiéndolos; me informan que les gusta mucho su trabajo
porque les hacen descuentos para comprar ropa o mercancías
de las tiendas en que laboran. Quienes trabajan no reciben
prestaciones y
el sueldo varía de $2"000.00 a $4"000.00 al mes; los
requisitos son: "tener certificado de preparatoria, ganas de
trabajar y buena presentación". El requisito de ganas de
trabajar me recuerda el segundo punto que propone Augé
para que sea el centro comercial un lugar antropológico:
es el lugar en que trabajan los nativos. Algunos
jóvenes universitarios que trabajan ahí provienen
de carreras sociales, la excusa que dan es que al ser carreras
poco técnicas
pueden llevar las tareas al trabajo; la mayoría de chicos
que trabaja en las tiendas departamentales, o que vende boletos
en las taquillas del cine, acuden al trabajo con las lecturas que
los profesores piden hacer en la universidad.

La buena presentación que necesita el joven va de
acuerdo a los fines del centro comercial sobre difundir las
tendencias estéticas apropiadas (propuestas desde los
países occidentales), y que identifican lo bueno como "de
moda". Los jóvenes universitarios acostumbran trabajos de
medio tiempo en tiendas pequeñas como: joyerías,
tiendas de zapatos, accesorios, tiendas departamentales medianas
como Zara o Julio. También hay jóvenes que trabajan
tiempo completo en los cines Cinépolis y las tiendas
departamentales grandes como C&A, Palacio de Hierro, Sears y
Liverpool.

El tercer punto que propone Augé es que el
lugar sea defendido por los nativos
. Los trabajadores de las
tiendas de marca pueden ser entrevistados para saber más
al respecto, Carla Amador trabaja en la tienda Lacoste y nos
cuenta sobre la forma de apropiación del espacio del
centro comercial según las preferencias que suponemos
estéticas por no encontrar otro denominador a la
dicotomía fresa/naco:

Carla– Cada quien su plaza,
nosotros
(los fresas) no vamos meternos a plaza Loreto y
los nacos no vienen a meterse a Angelópolis, ya saben que
aquí no los queremos.

Entrevistador
¿Nacos?

Carla– Sí, bueno,
¡pobres!

Entrevistador– Ok, pobres o nacos es
lo mismo. ¿Qué los hace pobres o nacos? ¿El
ingreso económico familiar acaso?

Carla– No, puedes tener todo el varo
del mundo, pero si te vistes mal y eres de esos que hace nacadas,
pues eres un naco, y seguramente te va a gustar más ir a
plaza Loreto donde hay más nacos que Angelópolis
donde la gente es más fresa.

Entrevistador– Estoy desorientado,
por favor explícate más.

Carla– ¡Sí!, los que
vienen aquí es porque son más fresas, les gustan
las cosas de moda y son más del estilo de aquí, y
los nacos son los que oyen cumbias y se visten con ropa naca,
¡son nacos!

Entrevistador– Ok, y decías
que "los nacos" no vienen aquí.

Carla– No, porque no es un lugar
para nacos, es para fresas.[16]

El siguiente punto es los nativos marcan los puntos
fuertes del lugar
. Los puntos fuertes están marcados
como zonas de encuentro entre los paseantes. Los visitantes
mayores de treinta años se reúnen dentro de los
restaurantes; los de entre dieciocho y treinta años, en el
comedor general; por último, los más chicos, desde
10 años en adelante, afuera de Sanborns junto al
estacionamiento; algunos, también, en el primer piso a la
entrada del cine. Los puntos fuertes están marcados por
las tiendas con la intencionalidad del encuentro; es decir, en
los lugares donde se reúnen los jóvenes abundan las
tiendas dedicadas a jóvenes; donde se reúnen
niños hay juegos de
video y
tiendas de dulces. La geografía del lugar
expresa una intencionalidad sobre los puntos fuertes con la
magnitud exorbitante de las tiendas más prestigiosas, que
en este caso son Liverpool y Palacio de Hierro ocupando, cada
una, los extremos de la plaza en inmensos territorios.

El quinto punto de Augé es los nativos cuidan
las fronteras del lugar
. Esta situación puede ser
atendida desde la actitud de los visitantes hacia otros
paseantes, en términos del ya mencionado "derecho de
admisión". Los accesos de entrada están cuidados
por policías municipales que custodian las tiendas y hacen
recorridos en el estacionamiento; sin embargo, hay otro tipo de
barreras que vencer: los prejuicios raciales y las actitudes
despectivas con los menos pudientes. Se nota claramente que los
paseantes habituales dirigen miradas de desprecio hacia quienes
asisten sin vestir ropa "buena": paseantes que no acatan las
formas ostentosas de vestir y por ello se ven menospreciadas por
las miradas de los nativos.

No hay niños pobres en la plaza; no hay gente
pidiendo limosnas porque los policías tienen la
obligación de detener todo tipo de persona non
grata
en la plaza. Quienes entran a la plaza y recorren los
pasajes de las tiendas deben someterse a la minuciosa
exploración de miradas que cataloga su persona con base en
su indumentaria. La estudiante Diana Calderón afirma que
hay más tensión cuando recorre la plaza
pública que cuando hace un examen final en su
universidad.

Diana– Está más
cabrón pasear por Angelópolis a lo largo, ir de un
lado a otro, que ir a una entrevista de
trabajo o hacer un examen profesional, ¡no manches! Para
empezar, la gente que te ve lo hace con ánimos de
encontrar fallas, no les importa nada, solo quieren
despreciarte.

Entrevistador– ¿Te sientes en
franca competencia con las otras chavas que asisten al centro
comercial?

Diana– Yo no, ¡ellas!, pero
sí te das cuenta que lo quieren es criticar nada
más, por eso las chavitas se mueren por la
aceptación, si tienen que ser delgadas se vuelven
bulímicas, si tienen que ser princesas se ligan al huey
con carro, así es la cosa, se vuelven "novias trofeo", eso
quieren ser, eso es su meta en la
vida.[17]

Llamamos de forma irónica "frontera del
imaginario" al umbral de aceptación que los paseantes
necesitan despertar en los visitantes recurrentes. La mirada
quisquillosa que los visitantes recurrentes hacen a los paseantes
se llama "barrer con la mirada": un escaneo con los ojos desde la
cima de la persona hasta los pies recorriendo todo el cuerpo
intentando no perder algún detalle importante. Cuando
"barren" con la mirada se fijan en la combinación de
colores, las
texturas de la ropa, las marcas de ésta, la talla de la
persona, los accesorios, su combinación, la altura de la
persona, su color de piel, la
complexión, y la forma de caminar o tenerse en pie; en
fin, demasiadas exploraciones mentales a las que se someten los
paseantes del centro comercial. Los jóvenes que se
reúnen en las fuentes de la
plaza disfrutan "barrer" a la gente con actitud despectiva a los
más humildes y con actitud arrogante a los más
opulentos. Esta situación nos acerca a la siguiente
lectura sobre
la autenticidad de un lugar antropológico en el centro
comercial y la relación íntima entre los visitantes
y el lugar: el ambiente.

4. 3. 2. EL AMBIENTE.

La relación íntima entre los visitantes y
el lugar está marcada por situaciones que sólo se
pueden explicar desde el imaginario ritual de los visitantes. El
imaginario ritual es la suerte de concepción del lugar que
tienen los "nativos" en su imaginario, y que es reafirmado en la
emotividad de las personas con respecto de la geografía
del centro comercial. El imaginario ritual une explicaciones
racionales con emotividad e irracionalidades en los eventos
itinerarios.

Un punto importante para Augé es que los
nativos señalan la huella de las potencias infernales o
celestes
; considero prudente abordar esta diferencia
según las tendencias de ropa que proponen las marcas sobre
la indumentaria apropiada para la edad y el género de
las personas que asisten al centro comercial, así como las
alusiones culturales sobre la maldad/bondad y sus referentes
concretos inmediatos como el color rojo y el blanco. Los
referentes concretos inmediatos de los imaginarios rituales
intentan explicaciones y fundamentaciones de la imagen corporal
con respecto de los estereotipos arraigados en occidente y sus
significaciones culturales, por ejemplo: la combinación
patriótica de Estados Unidos con la combinación de
colores blanco, rojo y azul; el color rosa para denotar inmadurez
biológica femenina; los colores "secos" que hacen
alusión al ejército y las fuerzas armadas, y
algunos clichés más.

Las potencias infernales o celestes son delimitaciones
imaginarias producto de los departamentos de ropa en las tiendas
y el centro comercial. Los departamentos están divididos
según el género de los compradores y los accesorios
(zapatería de hombre, zapatería de mujer, ropa
interior de hombre, lencería femenina). Los colores usados
para decorar las secciones de las tiendas departamentales y los
restaurantes también han sido elegidos para atraer las
vistas de los sectores sociales a quienes está dirigida la
ropa o la mercancía.

Los jóvenes gustan comprar ropa en un área
especial de la tienda departamental Palacio de Hierro que
considera "Jóvenes Universitarios" como un departamento
particular. Se venden marcas como Life is Good, Diesel, Gap,
Adidas, etcétera. Es un círculo completo con ropa
de hombre y mujer alrededor y en el centro discos compactos de
música y películas. Considerar a los jóvenes
para un nuevo departamento es novedoso y corrobora la
afirmación anterior sobre las delimitaciones de los
imaginarios rituales de sectorización en la
geografía del centro comercial. Ningún joven se ve
en las zonas de tiendas de mujeres mayores, niños o el
departamento de "Ropa Formal". Acuden a las tiendas de Mossimo,
Zara y C&A. sin detenerse en las tiendas de Julio, que es
ropa para mujeres mayores o las tiendas de artículos para
bebé.

Que los nativos señalen la huella de sus
antepasados
es el siguiente requisito de Augé. La
huella de los antepasados me parece reflejada en la indumentaria
"retro" que se acostumbra en algunas temporadas del año:
comúnmente los diseños de ropa destacan influencias
anteriores como la recuperación de cinturones de 1950 a la
cintura y no a la cadera, los moños en las blusas al
estilo de 1940, o algunas otras cuestiones como las
reivindicaciones a modas o diseñadores antiguos; de hecho
la mayoría de las marcas "prestigiosas" tienen
fotografías antiguas de sus tiendas durante los
años 40 y 50 para demostrar los años que tienen
produciendo ropa y con esto "avalar" su permanencia en el
medio.

Sin importar la adscripción a grupos
contraculturales nacidos en consonancia con
géneros musicales como el grunge, el punk, el rock, el
pop, por mencionar algunos, los jóvenes pueden adquirir
ropa que los identifica en estos estilos occidentales de
música. Sin importar tampoco que la esencia de muchos
fueron movimientos contraculturales, o underground, los
aditamentos de su indumentaria se venden hoy en los centros
comerciales y permiten a los jóvenes reivindicar
personalidades particulares como las playeras a rayas
horizontales de Sid Vicius (cantante del grupo de punk "Sex
Pistols") o incluso los pantalones caki Dockers que usó
Jack Kerouac (Klein, 2001), esta es otra forma de señalar
la huella de antepasados de la cultura
occidental que usaron la ropa de las marcas en
cuestión.

Las formas sociohistóricas de consumo actual
representan una nueva problemática pero sabremos
sobreponernos a la ignorancia si consultamos de nuevo las fuentes
sociológicas, antropológicas y económicas de
los latinoamericanistas de años anteriores. Pensadores que
aun trabajan en universidades públicas y privadas o para
organismos internacionales como Rodolfo Stavenhagen,
Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Enrique Dussel, entre
otros, alguna vez propusieron formas de pensar que fueron echadas
en sacos vacíos por los aparatos de gobierno; hoy,
después de casi cincuenta años de diálogo
retomamos las posturas de algunos de los pensadores de esa
época para acercarnos a una propuesta
epistemológica del fenómeno de la Moda y el
reconocimiento de los jóvenes universitarios por su
indumentaria.

CAPÍTULO CUARTO:

La colonialidad y
la antropología como
ciencia
crítica

La epistemología crítica
latinoamericana es la forma socio-histórica de pensar la
realidad y hacer teoría sin justificar entradas violentas
y colonizadoras de ningún tipo. Es epistemología
porque se reconoce como una forma de construir conocimiento.
Es latinoamericana porque privilegia su lugar de
enunciación y por ende el devenir histórico y la
situación geopolítica donde se inaugura y desde donde
dialoga. La epistemología reconoce el lugar de
enunciación considerándolo no solamente
geográfico sino también enmarcado por las
relaciones de poder desde
donde se construye la inter-subjetividad; por lo tanto, es el
PODER última y primera categoría de referencia al
momento de explicar las relaciones sociales y son los estudios
que atraviesan lo político de la vida social
quienes tienen por centro al Poder y como plan de
acción la liberación, entendiendo por proyecto de
liberación la exterioridad del Otro:

El proyecto de liberación de los
oprimidos
y de los excluidos se abre desde la
exterioridad del Otro, más allá (jenseits)
de toda situación dada. La construcción de
alternativas, aún si fuera necesario (lo que no puede
descartarse a priori) la de una utopía
histórica o de una nueva sociedad, no es
"aplicación" de un modelo o situación ideal o
trascendental, ni tampoco el cumplimiento auténtico de un
"mundo de la vida" dado (sea este el moderno u otro), mucho menos
pensando como movimiento indefectible de una lógica
necesaria (la de una teleología o razón
histórica de Hegel o del
marxismo
Standard o staliniano), sino un "des-cubrimiento"
responsable como respuesta a la "interpelación" del Otro,
en un lento proceso prudencial (donde la teoría de una
"comunidad de
comunicación real", que llega racional y procesualmente al
consenso con validez intersubjetiva, nos ayuda para mejor
comprender el desarrollo electivo de la frónesis de
liberación), donde el filósofo (como el
"intelectual orgánico" de Gramsci) debe tomar en serio las
motivación éticas (con Taylor) de la
liberación de los oprimidos y excluidos
(Dussel,
2001: 132).

La epistemología latinoamericana tiene sus
inicios junto al proyecto político latinoamericano nacido
de los idealistas libertarios de la etapa emancipadora de las
colonias. Sin idearios políticos como los de Bolívar y
José de San
Martín no podríamos rescatar una identidad
socio-política-cultural básica para la
relación con los demás países
latinoamericanos y del caribe. Pese a lo que se piense, la
epistemología crítica latinoamericana no refuerza
racismos de ninguna clase; tampoco es un proyecto
económico que siga los lineamientos de socialismos
extranjeros y mucho menos una religión que profese
la liberación del pueblo elegido; retomamos la
definición de Jorge Lora sobre la epistemología
crítica:

La epistemología crítica en América
Latina ha llegado a presentar no una opción cientificista
para una mejor manera de dar cuenta de lo dado, sino que se
centra en cómo lo dado puede ser transformado, en el
tiempo presente y en la posibilidad de conformación de
sujetos alternativos. Esto lleva a transformar la noción
de predicción en construcción del espacio de lo
posible para la acción de los sujetos viables
(Lora,
2005: 85).

Un aspecto inconfundible, y que es el motivo de este
último capítulo, es recalcar que la
Epistemología Crítica Latinoamericana siempre ha
estado en contra de toda irrupción violenta y colonialista
de países extranjeros en territorios de Nuestra
América. La colonialidad percibida como el proceso en que
un ego conquiro desplaza del plano central de la
relación social al otro (al perdedor de la
batalla), a una relación no social, sino material y de
posesión (definición nuestra) siempre ha sido punto
de encuentro, de inicio, de alcance y antagonismos de la
epistemología crítica.

Al abordar el tema de los artificios identitarios nos
detuvimos en detallar los aspectos que hacen identitario a la
objetivación de un saber que se presupone público,
como lo es la indumentaria y sus discursos
implícitos; sin embargo, punto más allá
discutible es la postura de las ciencias sociales con la
estructura de representación y reproducción de la vida social que es la
colonialidad. Esta estructura de representación no es vana
trayectoria de los discursos; por el contrario, establece las
pautas de comportamiento escondidas en la práctica
indumentaria y se reconoce en la retórica fundamental de
los discursos públicos pudiendo ser éstos: orales y
visuales. A lo largo del trabajo de campo se pudieron rescatar
charlas que pasarían como jerga juvenil; empero, la ciencia
crítica disecciona los discursos (tanto visuales como
orales) y alude a la situación política de
dominación para desentrañar sus bases y patrones de
reproducción; pongamos un ejemplo, durante la charla con
las estudiantes Natalia y Pamela nos damos cuenta de un fetiche
revelador sobre el imaginario de la masculinidad y la feminidad,
cuyos pautas de comportamiento se dan gracias al tipo de
indumentaria:

Entrevistador– ¿Generalmente
cómo visten ustedes para salir con sus novios o
parejas?

Pamela– Yo trato de verme bien, o
sea, nada gata ni tampoco enseñando mucho porque luego es
molesto que te estén viendo ahí y tú no
sabes ni que onda y hasta tu huey anda todo apenado porque
tú enseñas mucho.

Entrevistador– ¿Y tú
Natalia?

Natalia– Pues yo a veces ando muy
fresa, digo, si te van a llevar a un buen lugar pues ni modo que
andes toda fachosa, o igual si nada más voy a su casa pues
a veces sí nada más unos tenis y
jeans.

Entrevistador– ¿Importa mucho
a donde vas para elegir el conjunto?

Natalia– ¡Obvio!, ni modo que
vayas de pijama al antro.
(Risas)

Entrevistador– ¡Claro!, me
refiero a los lugares que vas a visitar, me decías de ir a
su casa de tenis, pero a otros lugares si vas
arreglada.

Natalia– ¡Ah! Pues sí,
si vas a un lugar "nice" pues te arreglas.

Entrevistador– ¿Prefieren
algún tipo de ropa?

Natalia– ¿Para arreglarme?
Pues ropa que se me vea bien.

Entrevistador– ¿Bien en el
sentido de combinación?

Natalia– Bien en el sentido de todo,
que esté de moda, que se me vea bien, que combine con el
carro.
(Risas)

Entrevistador– ¿Cómo
les gusta que los hombres vistan?

Natalia– Que se vean bien, ni que
anden marros ni tampoco muy mamones.

Pamela– Que se vean
varoniles.

Entrevistador-.
¿Varoniles?

Pamela– Pues sí, luego usan
la ropa muy pegada y parece de vieja, o las playeritas que se ven
todas mal.[18]

La conceptuación de un tipo de masculinidad y
feminidad es dirigida desde los aparadores y es material para los
diseños de nuevas vanguardias en la Moda, los temas sobre
lo que es apropiado para el hombre y la
mujer es la programación de la erótica siempre
presente en los catálogos de ropa; la Antropología
como ciencia
crítica lo tiene presente: las relaciones de
dominación que invaden los campos culturales y se
pretenden totalizadores, homogeneizadores desde el centro y
homologadores desde la periferia.

Desde la primera concepción de
Latinoamérica hasta la defensa de nuestros países
con bases filosóficas de primera calidad, la
colonialidad como proceso de dominación y dependencia ha
sido el enemigo a vencer de los filósofos comprometidos seriamente. Hoy en
día los filósofos que continúan esta
tradición de pensamiento
están diseminados por todo el globo y se encuentran en
verdaderos debates de distintas áreas de la producción teórica. Desde debates de
política con los escritos de Álvaro de Vita y
Atilio Borón, hasta los diálogos filosóficos
de Santiago Castro-Gómez, Edgardo Lander, Aníbal
Quijano y Walter Mignolo, se pone énfasis en la
colonialidad en distintos espacios de la vida social; desde el
poder, hasta el saber pasando por el
hacer y las prácticas cotidianas de
reproducción de la relación colonial, Arturo
Escobar sustenta lo antes dicho:

Un aspecto final de la persistente
marginalización del lugar en la teoría occidental
es el de las consecuencias que ha tenido en el pensar de las
realidades sometidas históricamente al colonialismo
occidental. El dominio del
espacio sobre el lugar ha operado como un dispositivo
epistemológico profundo del eurocentrismo
en la construcción de la teoría social. Al restarle
énfasis a la construcción cultural del lugar al
servicio del
proceso abstracto y aparentemente universal de la
formación de capital y del
Estado, casi toda la teoría social convencional ha hecho
invisibles formas subalternas de pensar y modalidades locales y
regionales de configurar el mundo

(Escobar, 2000: 116).

La apropiación del espacio público para
los jóvenes que usan ropa de marca parte de la
indumentaria como hecho revelador ante el diálogo cara a
cara de las personalidades preferentes; es decir, llama
más la atención en un espacio público la
persona que viste según los patrones estético y
eróticos propuestos por la Moda (cuyo consenso es positivo
gracias a la publicidad); la charla con Vianey Askins en la plaza
Angelópolis el día primero de abril nos dice
más al respecto sobre los patrones
estéticos:

Entrevistador– ¿Das
algún mensaje con la ropa que utilizas?

Vianey– ¿Cómo
mensaje?

Entrevistador– ¿Te vistes de
acuerdo a sentimientos que expresas, ideas que tienes dentro,
para declarar algo?

Vianey– ¡Ah, claro!, es como a
veces que estoy feliz, quien sabe porque, porque ví a mi
novio y lo quiero mucho, o me siento bien con mi familia y me
visto más de colores más claros, o si ando toda
apurada pues a veces ni me importa como me vista y hasta mis
amigas me dicen que si estoy mal o algo, porque hasta me ven
medio mal.

Entrevistador– ¿No solo
tú expresas una emotividad con tu vestir, también
tus amigas perciben o creen percibir cierta emotividad en tu
indumentaria?

Vianey– Sí, de hecho pues de
eso se trata, porque "los emos" se visten así como tristes
y pues es lo que quieren parecer, que están
tristes.

Entrevistador– Escoge en este
momento a alguien que pase caminando frente a nosotros y dime que
percibes de la persona.

(Pasa una señora vestida con conjunto beige y
bolso blanco, zapatos blancos)

Vianey– Pues de ella nada,
equis.

(Niños con playeras de colores y pantalones de
mezclilla)

Vianey– Ellos, pues equis,
niños, a veces ni escogen ellos su ropa.

(Joven de traje, hablando por celular)

Vianey– Mira, por ejemplo él,
se ve muy seguro de sí mismo, te apuesto a que le va
bien.

Entrevistador– ¿En
dinero?

Vianey– No, en todo, se ve bien
seguro, su traje está padrísimo y se ve muy bien,
como que no se ve estresado.

Entrevistador– Es la tercer o cuarta
persona que pasó por aquí, ¿por qué
lo elegiste a él y no a la señora del
principio?

Vianey– Porque se veía
mejor.

Entrevistador– ¿Por
qué lo dices?

Vianey– Pues estaba más
arreglado como para venir.

Entrevistador– ¿Al centro
comercial?

Vianey– Sí.

Entrevistador– ¿Te
llamó más la atención su ropa y por eso lo
elegiste a él?

Vianey– Cuando ves a una persona lo
primero que ves es cómo camina, cómo se ve,
cómo se viste, y se veía mejor.

Entrevistador– ¿Tú
crees que para ser más visto en un espacio público
como el centro comercial influye mucho como me vista? ¿O
es tema de segunda importancia?

Vianey– ¡No!, pues es muy
importante, de hecho a parte para eso es, para que te vean,
¡ni modo que te arregles para que no te
vean![19]

La centralidad del discurso
visual desde la óptica del joven que consume ropa de marca
está teñida por una serie de artilugios que
varían en forma sobre las pautas de comportamiento con las
que se decide la indumentaria habitual. La entrevistada dio
pistas sobre sus intereses al observar a personas pasear y sobre
todo el recalco a la imagen corporal con base en atuendos que se
consideran de Moda.

La colonialidad de los imaginarios es propuesta como la
programación de pautas de comportamiento difundidas
mediante diversos mecanismos: la música, el cine, la
literatura;
nosotros nos detuvimos en la importancia de los catálogos
impresos de ropa de marca como medios de seducción y como
interiorizadotes de la estética y la erótica cuya
imagen prototipo proviene de caracterizaciones de la vida social
con un grupo de referencia ideal que transmite los patrones de
comportamiento adecuados del serestar-en la
modernidad. De los debates obtenidos desde la
perspectiva crítica de la epistemología
latinoamericana, uno de los más importantes ha sido la
puesta a prueba del "mito de la
modernidad" y por
supuesto de la "post-modernidad", de la emancipación del
conocimiento civilizador ante los pueblos bárbaros y
atrasados. Se superó también el espejismo
esperanzador de las propuestas multiculturalistas que
desdeñaban lo político de las relaciones
"trans-culturales". La colonialidad atendida en sus formas
cotidianas de reproducción en (y para) la vida social son
objeto de análisis de los tres capítulos anteriores
en función de la construcción de un diálogo
serio que se adscriba a la epistemología crítica
latinoamericana.

Nos alejamos significativamente de la aprobación
de las llamadas filosofías posmodernas que aseguran la
interconexión total de todos los puntos de la tierra; ya son
lugar común las aseveraciones del tipo: "desayunar en
Tokio comida tai y cenar en Nueva York pollo orgánico de
las praderas suizas"; estos enunciados que aseguran la entrada
triunfal del capitalismo
surgen desde una posición privilegiada en la
economía de los países del centro; sin embargo,
hasta en Londres hay homeless, y racaille en
París. Lo que deseamos discutir es la posición de
enunciados "enclasados" que no pasan de ser alusiones enajenadas
y aún así se proponen como
"filosóficos".

Las formas de relación de dependencia y
exclusión que se desarrollaron con el capitalismo impulsan
cada vez más a los grupos sociales de los países
periféricos a resguardarse, cuidar con las armas su
tradición y defender su costumbre. Desde el imaginario que
intentamos diseccionar con los jóvenes universitarios nos
damos cuenta de varios elementos que parecen incompatibles con
nuestra sociedad y, sin embargo, son lugar común en la
forma de pensar de los jóvenes: las aseveraciones que se
hace sobre la piel, la erótica y las cuestiones de la
personalidad nos incitan a pensar en la colonialidad como
sinónima de la enajenación del modelo de
producción dependiente en América Latina. Sobre la
representación mental del tono de piel en el imaginario
del joven universitario nos platica Álvaro, joven de la
carrera de Derecho de la BUAP, de 23 años:

(Al hablar sobre los antros y los lugares de
distracción)

Álvaro (Risas)
Bueno, tú puedes andar muy bien vestido pero si estas
muy naco no te van a dejar entrar.

Entrevistador– ¿Cómo
podría estar muy naco?

Álvaro (Risas) Pues
un naco es una persona que escupe en la calle, que no se sabe
comportar: un indio.

Entrevistador– Recurriré en
este momento a la concepción de Indio que intentan trazar
una identidad basada en la identificación étnica,
¿un indio es un naco?

Álvaro– No, así como
lo dices, un indio es una persona que merece respeto; pero
así se les llama a los nacos, indios. Yo no tengo nada en
contra de los indios, pero a los que son nacos se les dice
indios.

Entrevistador– Va de nuevo, creo que
ya te perdiste, ¿cómo es un naco?

Álvaro– Pues mira, tú
puedes ser naco, o sea, te ves equis pero a la hora les gritas a
las chavas y te comportas como albañil, pero aparte si te
ves muy prieto pues te ves muy naco.

Entrevistador– ¿Tiene que ver
mucho el tono de piel para ser apelado naco, o sea, para ser
llamado naco?

Álvaro– Sí, eso
sí, si estas muy prieto eres muy naco.

Entrevistador– En el antro,
¿entran los nacos?

Álvaro– Pues sí, si
llevan varo pues sí, pero es más fácil que
te dejen entrar si vas en tu carro y te ven carita, que si
estás prieto y llegas en camión.

(Risas)

Entrevistador– Ahora el perdido soy
yo, ¿es cuestión inseparable el nivel adquisitivo
del tono de piel?

Álvaro (Risas) Pues
no, pero es más fácil ver a un prieto en la combi,
que a un carita.

Entrevistador– ¿Cómo
es un "carita"?

Álvaro– O sea, un
güerito.

Entrevistador– Deja resumir al naco:
es una persona con actitudes lascivas a las mujeres; que no
respeta los espacios públicos; es decir, que escupe en el
suelo; anda en
transporte público, y sobre todo es de tonos de piel
obscura.

Álvaro– Más o menos,
porque también hay nacos que tienen
carro.[20]

Bajo la óptica crítica
desentrañamos la representación mental y la
alusión de personalidad que surge desde el tono de piel y
que se encuentra arraigado en bastantes jóvenes que viven
día a día bajo la influencia de los patrones de
comportamiento occidentales; los jóvenes se aseguran de
seguir al grupo de referencia ideal desde las bases
estéticas hasta las eróticas. Creemos que la
influencia que se hace con la colonialidad sugiere un tipo de
vida ideal a partir también del tipo de ropa que se usa;
para ello, continuamos la entrevista
con el estudiante y profundizamos sobre sus gustos de
ropa:

Entrevistador– ¿Qué
tipo de ropa usas generalmente?

Álvaro– Pues no tengo un tipo
de ropa que sólo use, me pongo lo que me
gusta.

Entrevistador– ¿Dónde
compras tu ropa?

Álvaro– A mí me gusta
más Palacio de Hierro, tienen más
marcas.

Entrevistador– ¿Qué
marcas usas?

Álvaro– Igual, te digo, si me
gusta pues me la compro y ya.

Entrevistador– ¿Dónde
más compras ropa, el tianguis, Aurrera, boutiques del
centro?

Álvaro (Risas)
¡Sí, de a diez pesos!, no pues, en Liverpool y
Sears, son donde más.

Entrevistador– Esas tiendas
están en Angelópolis.

Álvaro– Sí,
también está Florsheim, de ahí son mis
zapatos (Me muestra sus
zapatos), hay buenas tiendas de trajes, como nos piden mucho usar
traje en "la uni".

Entrevistador– ¿Te basas en
los catálogos de las marcas para elegir tus
compras?

Álvaro– Sí, siempre,
ahí ves que cosas combinan con qué y a veces la
ropa no la tienen tan a la mano y ya preguntas dónde
están y te las traen.

El siguiente paso en esta propuesta es involucrar los
conceptos y categorías de la Antropología
Clásica bajo la mirada de la Epistemología
Crítica con fines de conmensurar las teorías
y ponderar su legitimidad. Desde la Antropología Filosófica algunos
pensadores se han aventurado a pensar la situación del ser
humano en comunidad con fines diagnósticos y propositivos;
sin embargo, hoy nos aventuramos a la propuesta real de
vinculación de dos saberes vigentes, celosos de sus
métodos.

El método que
proponemos para alcanzar una Antropología Crítica
Latinoamericana es la multidimensionalidad entendida
como el proceso de objetivación en los análisis
científicos que nace del reconocimiento de la
complejización en todo aspecto de la vida y, por lo tanto,
como fuente de conocimiento único; es decir, la
multidimensionalidad es el rebaso de todo paradigma, y
por ende de toda suerte o intención de disciplina (en
su sentido científico: disciplina sociológica,
disciplina antropológica).

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