Resumen
En el presente artículo se realiza una
caracterización epistemológica del proceso de
formación de la cultura de la
legalidad,
como proceso particular dentro del sistema
educativo. A partir de esta caracterización se puede
establecer un marco
teórico referencial para una futura modelación
del mismo, y en consecuencia estar en condiciones de elaborar
instrumentos que permitan gestionar dicho proceso en los
diferentes niveles de enseñanza de nuestro
país.
Introducción
Al Derecho le han sido reconocidas múltiples
funciones que
transitan desde su concepción como instrumento de legitimación del poder, hasta
aquellas finalidades que se identifican como conformadoras de un
orden social equilibrado. Dentro de esta amplia gama de funciones
tiene singular trascendencia la dimensión social del
fenómeno jurídico, al expresarse como un mecanismo
de integración y regulación de la
sociedad, o
sea como un elemento de dirección y guía de las conductas.
En consecuencia, se entiende que las normas
jurídicas también poseen una naturaleza
educativa, al estar encaminadas a modelar una personalidad
ciudadana o humana en su más alta dimensión
ética1.
El Derecho como conjunto de principios y
normas, es expresión de una idea de justicia y de
orden, y por tanto regula las relaciones
humanas en toda sociedad, su observancia por tanto puede ser
impuesta de modo coactiva. Cualquier sociedad humana,
independientemente del grado de civilización en que se
encuentre, necesita un orden determinado. Este orden no es
arbitrario ni causal, sino el fruto de la observancia de aquellas
normas jurídicas que a los efectos de organizar la vida en
sociedad se crean.
La legalidad por tanto es el requisito de observar ese
determinado orden, ese sistema de normas
jurídicas que conforman al Derecho, todo lo cual asegura
una conducta adecuada
de los ciudadanos y evita las acciones
arbitrarias.
La sujeción a la legalidad por parte de los
ciudadanos no implica una reopción pasiva de la misma.
Genera en ellos ideas, actitudes,
expectativas y opiniones acerca de la ley. Se crea
entonces una red de
valores que
determinan cuándo, porqué y dónde el hombre
apela a la ley o al gobierno o se
aparta de la misma2. El Derecho también genera
pensamientos e ideas que actúan como motivos o incentivos del
comportamiento
legal, el comportamiento orientado hacia o en contra de las
reglas jurídicas, las instituciones
del derecho y el uso o no de la ley.
La legalidad en Cuba
adquirió un nuevo carácter a partir del triunfo
revolucionario en 1959, sustituyendo el contenido burgués
del derecho por un contenido socialista, humanista, avanzado,
igualitario y de justicia social. En el Informe al Primer
Congreso del Partido Comunista de Cuba Fidel Castro
expresó: "Nuestra Constitución será la base de un
desenvolvimiento superior de la legalidad socialista. Su vigencia
nos impone la tarea de ajustar a sus normas toda nuestra
legislación, todos nuestros reglamentos, todo nuestro
ordenamiento jurídico. Debemos pues, impulsar la labor de
eliminar pragmáticas obsoletas del pasado contenidas en
las órdenes militares de los intervencionistas, en
códigos provenientes del período colonial, en
leyes y
decretos de la
república burguesa, y de promulgar los nuevos
códigos, ajustados al carácter socialista de
nuestra sociedad en construcción"3
Sin embargo, 50 años después en nuestra
sociedad aún persisten determinadas conductas negativas
que vulneran el orden social preestablecido por la legalidad.
Estudios preliminares de esta investigación evidencian la existencia de
las siguientes manifestaciones en nuestro país:
• Incremento de los índices
delictivos.
• Incremento de las manifestaciones de corrupción e ilegalidades en las entidades
laborales y económicas.
• Reconocimiento y justificación de
determinadas actividades ilícitas y comportamientos que
vulneran la disciplina
social.
• Poca utilización de las instituciones
jurídicas básicas.
• Desorientación en la tramitación de
asuntos administrativos, civiles y laborales de mayor
trascendencia.
Estas manifestaciones evidencian que en nuestra sociedad
existen insuficiencias en la obediencia y respeto de las
normas que regulan la convivencia social, lo cual es
expresión de la insuficiente relación entre la
valoración del conocimiento
del sistema legal y la conducta del hombre en
sociedad.
El origen de esta situación problémica se
debe a diversos factores condicionados por el acontecer
económico, político y sociocultural del
país. Sin embargo desde el plano educacional resaltan las
deficiencias observadas en la formación del ciudadano a
través de las instituciones de enseñanza, para
cumplir a cabalidad las prerrogativas establecidas por la
legalidad. Se trata entonces de limitaciones que se están
sucediendo en el proceso del conocimiento del sistema legal y su
funcionamiento, así como actitudes y valoraciones que las
personas asumen con respecto a la legalidad. Esto es precisamente
lo que se conoce en el plano jurídico como cultura de
la legalidad.
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