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Importancia de la práctica de valores (página 3)




Enviado por Juan Sarabia



Partes: 1, 2, 3

Tampoco parece que disponer de un gran talento o gozar
de muy buena salud sean el punto clave.
Son cosas que pueden favorecer, que pueden crear un clima propicio
para sentirse feliz, pero no siempre es así, pues todos
hemos visto muchos ejemplos de personas muy inteligentes que han
arruinado completamente sus vidas, o de otros que, por el
contrario, con ocasión de la enfermedad han descubierto
una nueva dimensión de su vida y han madurado y sido mucho
más felices.

Por ejemplo, muchas veces sufrimos, o nos embarga como
un sentimiento de desánimo, o de agobio, o de fatiga
interior, y no hay a primera vista una explicación externa
clara, porque no hemos tenido ningún contratiempo serio,
ni tenemos hambre, ni sed, ni sueño, ni nos faltan la
salud o las comodidades que son razonables.

Sin embargo, hay que pensar que es precisamente la
decepción es la que nos brinda la oportunidad de mejorar y
ser más felices. Igual que el dolor físico tiene la
inestimable utilidad de
avisar de que algo en nuestro cuerpo no va bien, esos dolores de
que hablamos nos advierten de que algo en nuestro interior debe
cambiar. Es positivo —además de natural— que
notemos con intensidad el peso de nuestros errores: si no fuera
así, sería muy difícil que nos
corrigiéramos.

Quizá el aprendizaje
más duro de la vida sea el de la decepción: aceptar
que las cosas, empezando por la realidad de nosotros mismos, no
son como las queríamos, como las pensábamos, o como
nos las habían contado; que las cosas no son tan
sencillas, que la vida no es tan fácil. Pero, como ha
escrito Enrique Rojas[14]La conquista de
la felicidad no es algo a lo que se llega de modo improvisado o
casual; se alcanza tras un largo esfuerzo sobre nosotros mismos,
es como una obra de ingeniería personal
continuada.

d- Acertar en el estilo de vida

Vistos retrospectivamente, muchos pequeños
objetivos que
en un momento de nuestra vida nos parecieron importantes y
seductores, ahora, pasado el tiempo, los
vemos como algo insustancial y de poco valor.

Cuando somos engañados y dejamos de lado otros
valores
seguros para
claudicar ante el espejismo del placer, o ante la inercia de la
comodidad y el egoísmo, al final siempre acabamos por
advertir —si somos sinceros con nosotros mismos— que
aquello no nos condujo a nada.

Son estilos de vida que, en sus comienzos, suelen
presentarse ante nosotros con gran esplendor, y son enormemente
atractivos y seductores. Pero sus consecuencias, los efectos que
producen en el interior de las personas, pocas veces se dan luego
a conocer con la crudeza que realmente tienen (a las
víctimas de un engaño suele costarles
admitirlo).

Las personas que centran su vida en el placer o el
egoísmo acaban por aburrirse de cada uno de los sucesivos
niveles que van alcanzando, pues constantemente piensan en uno
mayor y más excitante, en una cima más alta. Y esto
es algo que sucede no sólo con los placeres propiamente
dichos, sino también con la tendencia a rehuir el
esfuerzo: cuando el hombre
busca siempre el camino de mayor comodidad y menor exigencia,
entonces su vida se va erosionando gradualmente: sus capacidades
se van adormeciendo, su talento no se desarrolla, su
espíritu se aletarga y su corazón se
siente cada vez más insatisfecho, desencantado por lo
fugaces que finalmente resultan sus efímeros
logros.

Es cierto que la mayoría de la gente procura
vivir conforme a unos principios,
aunque estén un poco difusos, y que son pocos los que se
plantean formalmente vivir centrados en el placer. Pero si esos
principios son difusos, es fácil que esas personas acaben
un poco a merced de los estados de ánimo, acudiendo a
arreglos transitorios para las crisis que se
presentan en sus vidas, buscando evadirse mediante
gratificaciones fugaces que les hagan olvidar un poco que aquello
no va bien. Pero cada vez que sube la tensión en sus
vidas, todo aquello que no funciona sale a la superficie, y
quizá entonces se muestran hipercríticos,
malhumorados, pesimistas, ensimismados, y la levedad de sus
valores y principios acaba por llevarles, casi inadvertidamente,
a una vida muy centrada en la comodidad y el
egoísmo.

La realidad de la vida es muchas veces dura y dolorosa,
y cualquier esfuerzo nuestro por hacerla más habitable es
siempre una aportación importante, para nosotros y para
los demás. Cada vez que nos sacudimos la inercia y
mantenemos el pulso de los valores y
principios que nos inspiran, estamos contribuyendo —vayamos
a favor o en contra de la corriente— a nuestra felicidad y
a la de los demás. Lo que no podemos es abandonarnos en el
regazo cálido y adormecedor de las inercias de la vida y
luego quejarnos de su amargura.

e- El riesgo del
autoengaño

La lectura de
testimonios históricos, como el caso de Hitler, nos
brindan ejemplos asombrosos y extremos del modo en que un
hombre puede
llegar a encerrarse en un mundo propio, hasta trasladarse por
completo al reino de lo imaginario. Aquel triste y trágico
episodio de la historia del siglo XX
nació marcado por el autoengaño de negar la
existencia de principios morales superiores que limitaran el
poder y la
persecución de sus inmorales objetivos, y puede servirnos
para detenernos un instante y hablar de ese gran peligro del
autoengaño, que, en diversa medida, nos acecha a todos en
pequeñas cosas del acontecer ordinario de cada
día.

El hombre, al ser batido por la adversidad, se siente
con frecuencia tentado a huir. Sin embargo, cualquier vida es
difícilmente gobernable si no hay un constante esfuerzo
por estar conectado a la realidad, si no se permanece en guardia
frente a la mentira, o frente
la seducción de la fantasía cuando se presenta como
un narcótico para eludir la realidad que nos cuesta
aceptar.

La tentación de lo irreal es constante, y
constante ha de ser la lucha contra ella. De lo contrario, a la
hora de decidir qué hay que hacer, no nos enfrentaremos
con valentía a la realidad de las cosas para calibrar su
verdadera conveniencia, sino que caeremos en algún
género
de escapismo, de huida de la realidad o de nosotros mismos. El
escapista busca vías de escape frente a los problemas. No
los resuelve, se evade. En el fondo, teme a la realidad. Y si el
problema no desaparece, será él quien
desaparezca.

El autoengaño puede presentarse en formas muy
variadas. Hay personas, por ejemplo, que caen en él porque
necesitan continuas manifestaciones de elogio y
aprobación. Su sensibilidad al halago, al continuo "tiene
usted razón" sin tenerla, hace desplegar a su alrededor
servilismos capaces de idiotizar a cualquiera. Son personas
difíciles de desengañar, pues exigen que se les
siga la corriente, que se mienta con ellos, y acaban por enredar
a los demás en sus propias mentiras. Son presa
fácil de los aduladores, que los manejan a su antojo, y
aunque a veces adviertan que se trata de una farsa, no suele
bastarles para salir de ella.

La verdad, y en especial la verdad moral, no debe
acogerse como una limitación arbitraria al obrar libre de
las personas, sino, por el contrario, como una luz liberadora
que permite dar una buena orientación a las propias
decisiones. Acoger la verdad lleva al hombre a su desarrollo
más pleno. En cambio, eludir
la verdad o negarse a aceptarla, hace que uno se inflija un
daño a
sí mismo, y casi siempre también a los
demás. La verdad es nuestro mejor y más sabio
amigo, siempre dispuesto y deseoso de acudir en nuestra ayuda. Es
cierto que a veces la verdad no se manifiesta de forma clara,
pero hemos de esforzarnos para que no resulte que esa falta de
claridad sólo se da en nuestro pensamiento,
al que aún no hemos impulsado lo necesario en
búsqueda de la verdad.

2.4- EDUCAR DESDE LA COHERENCIA

Romano Guardini[15]El factor
más eficaz para educar es cómo es el educador; el
segundo, lo que hace; el tercero, lo que dice. Son importantes
los consejos que se dan, o las cosas que se mandan, pero mucho
antes está lo que se hace, los modelos que
presentan, las cosas se valoran, cómo unos y otros se
relacionan entre sí. Y hay personas que en esto son
auténticos maestros, mientras que otros, por el contrario,
son un verdadero desastre.

La vida familiar es la primera escuela de
aprendizaje
emocional. El modo en que los padres tratan a sus hijos (ya sea
con una disciplina
estricta o con un desorden notable, con exceso de control o con
indiferencia, de modo cordial o brusco, confiado o desconfiado,
etc.), tiene unas consecuencias profundas y duraderas en la vida
emocional de los hijos, que captan con gran agudeza hasta lo
más sutil.

Algunos padres, por ejemplo, ignoran habitualmente los
sentimientos de sus hijos, por considerarlos algo de poca
importancia, y con esa actitud
desaprovechan excelentes oportunidades para educarles.

Otros padres se dan más cuenta de los
sentimientos de sus hijos, pero su interés
suele reducirse a lograr, por ejemplo, que su hijo deje de estar
triste, o nervioso, o enfadado, y recurren a cualquier medio
(incluido el premio material inmerecido o inadecuado, y a veces
hasta el engaño o el castigo físico), pero rara vez
intervienen de modo inteligente para dar una solución que
vaya a la raíz del problema.

Otro tipo de padres, de carácter más autoritario e
impaciente, suelen ser desaprobadores, propensos a elevar el tono
de voz ante el menor contratiempo. Son de esos que descalifican
rápidamente a sus hijos, y saltan con un « ¡No
me contestes!» cuando su hijo intenta explicarse. Es
difícil que logren el clima de confianza que exige una
correcta educación de los
sentimientos.

Hay, por fortuna, muchos otros padres que se toman
más en serio los sentimientos de sus hijos, y procuran
conocerlos bien, y aprovechar sus problemas emocionales para
educarles. Son padres que se esfuerzan por crear un cauce de
confianza que facilite la confidencia y el desahogo. Y saben
hablar en ese plano de igualdad al
que se refería aquel alumno mío: se dan cuenta de
que con el simple fluir de las palabras se alivia ya mucho el
corazón de quien sufre, pues exteriorizar los sentimientos
y hablar sobre ellos con alguien que esté dispuesto a
escuchar y a comprender, es siempre de gran valor educativo.
Manifestar los propios sentimientos en una conversación
confiada es una excelente medicina
sentimental.

Los niños
que proceden de hogares demasiado fríos o descuidados
desarrollan con más facilidad actitudes
derrotistas ante la vida. Si los padres son inmaduros o
imprevisibles, crónicamente tristes o enfadados, o
simplemente personas distantes o sin apenas objetivos vitales, o
con vida caótica, será difícil que conecten
con los sentimientos de sus hijos, y el aprendizaje emocional
será forzosamente deficiente.

Padres imprevisibles son aquellos que tratan a sus hijos
de manera arbitraria. Quizá cuando están de mal
humor los maltratan, pero si están de buen humor les dejan
escapar de sus deberes o su responsabilidad en medio del caos; y así
está claro que será difícil que logren
nada.

Si el reproche o la aprobación pueden presentarse
indistintamente en cualquier momento y lugar, dependiendo de si
les duele la cabeza o no, o si esa noche han dormido bien o mal,
o si su equipo de fútbol
ha ganado o perdido el último partido, de esa manera se
crea en el hijo un profundo sentimiento de impotencia, de
inutilidad de hacer las cosas bien, puesto que las consecuencias
serán difícilmente predecibles. Por eso suelen
fracasar aquellos padres que alternan imprevisiblemente el exceso
de benignidad con el de severidad.

Práctica
democrática

3.1- LA DEMOCRACIA.
ASPECTO HISTÓRICO. CONCEPTO

a- Antigua Atenas

La palabra griega "democracia" ("el gobierno del
pueblo") fue inventada por los atenienses para definir un
sistema de
gobierno de la ciudad en el cual las decisiones eran tomadas por
la asamblea de ciudadanos, y no por un rey o emperador como en
otras ciudades o imperios de la antigüedad.

Sin embargo la mayor parte de la población de Atenas estaba integrada por
esclavos, y ni estos ni las mujeres eran considerados ciudadanos.
Por esta razón la democracia ateniense tiene pocas
similitudes con la democracia moderna, íntimamente
vinculada a la abolición de la esclavitud y a
los derechos
humanos.

La democracia ateniense estaba basada en la selección
de representantes por sorteo y las decisiones en otros casos por
mayoría. La asamblea compuesta por todos los ciudadanos
varones de Atenas votaba directamente. Los electos no tomaban las
decisiones — los atenienses consideraban que dar el poder
de tomar decisiones a los representantes electos era
retirárselo al pueblo, convirtiendo el estado en
una oligarquía. La democracia significaba (y para algunos
aún significa) la igualdad ante las decisiones y ante la
elección de decisiones y no la elección de personas
encargadas de decidir (ver democracia representativa).
Existían pocos mecanismos de control del poder de la
asamblea o límites al
mismo, con la notable excepción llamada Graphe Paranomon
(también votada por la asamblea), que hacía ilegal
aprobar una ley que era
contraria a otra.

Por otra parte, la democracia moderna tiene sus propias
limitaciones en comparación al modelo
antiguo, ya que para la mayor parte de los ciudadanos se reduce a
votar, y el hecho de votar se limita a una única
ocasión cada cierto número de años, los
votantes sólo pueden elegir sus representantes en los
ámbitos legislativo o ejecutivo (con la ocasional
excepción de algún referéndum) y son esos
representantes y no los votantes quienes tienen el poder de
decidir los asuntos de estado. Sin
embargo, en su época y para las sociedades
euroasiáticas, no se había alcanzado nunca una
proporción tan grande gente interviniendo en el gobierno,
de modo que esa ampliación de personas participando del
poder político era efectivamente visualizada como una
democracia.

Durante la edad dorada de la Atenas clásica, en
el siglo V a. de C., en el que fue la ciudad-estado
hegemónica en la Hélade, los atenienses
promovían la democracia en el exterior. Ello condujo a la
adopción
de formas de
gobierno democráticas o quasi-democráticas en
varias ciudades aliadas o dependientes de Atenas. Sin embargo, el
siglo V a. de C. vio la división del mundo griego a causa
de las Guerras del
Peloponeso, en las que Atenas se enfrentó a una liga de
ciudades dirigida por Esparta. Esparta venció y la
democracia fue abolida en todas las polis griegas que la
habían adoptado. Aunque los atenienses restauraron su
democracia en menos de un año, no se encontraban ya en
situación de promoverla en el exterior y la democracia
comenzó su declinar.

Posteriormente, pero también en el periodo
conocido como mundo antiguo, la
República Romana elegía a sus dirigentes y
aprobaba leyes mediante
asambleas populares. Sin embargo, el sistema había sido
manipulado en favor de los ricos y los nobles, por lo que no se
suele considerar a la República Romana como una
democracia.

b- La antigua Roma

La democracia romana era similar a la ateniense, aunque
concediese a veces la ciudadanía a quienes no eran de origen
romano. El estoicismo romano, que definía a la especie
humana como parte de un principio divino, y las religiones
judía y cristiana, que defendían los derechos de los menos
privilegiados y la igualdad de todos ante Dios, contribuyeron a
desarrollar la teoría
democrática moderna.

La República romana degeneró en el
despotismo del Imperio. Las ciudades libres de las actuales
Italia, Alemania y
Países Bajos siguieron aplicando algunos principios
democráticos durante la edad media,
especialmente, en el autogobierno del pueblo a través de
las instituciones
municipales. Los esclavos dejaron de constituir una parte
mayoritaria de las poblaciones nacionales. A medida que el
feudalismo
desaparecía, surgía, a su vez, una clase media
comercial y rica que disponía de los recursos y tiempo
necesarios para participar en los asuntos de gobierno. Resultado
de esto fue el resurgimiento de un espíritu de libertad
basado en los antiguos principios griegos y romanos. Los
conceptos de igualdad de derechos políticos y sociales se
definieron aún más durante el Renacimiento,
en el que se vio potenciado el desarrollo del humanismo, y
más tarde durante la Reforma protestante en la lucha por
la libertad religiosa.

3.2- Origen y etimología

El término democracia proviene del antiguo griego
(d?µ???at?a) y fue acuñado en Atenas en el siglo V
a. C. a partir de los vocablos d?µ?? («demos»,
que puede traducirse como «pueblo») y ???t??
(krátos, que puede traducirse como «poder» o
«gobierno»). Sin embargo la significación
etimológica del término es mucho más
compleja. El término «demos» parece haber sido
un neologismo derivado de la fusión
de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori). El
historiador Plutarco señalaba que los geomoros y
demiurgos, eran junto a los eupátridas, las tres clases en
las que Teseo dividió a la población libre del
Ática (adicionalmente la población estaba integrada
también por los metecos, esclavos y las mujeres). Los
eupátridas eran los nobles; los demiurgos eran los
artesanos; y los geomoros eran los campesinos. Estos dos
últimos grupos, «en
creciente oposición a la nobleza, formaron el
demos». Textualmente entonces, «democracia»
significa «gobierno de los artesanos y campesinos»,
excluyendo del mismo expresamente a los ilotas (esclavos) y a los
nobles.

3.3- VALORES
DEMOCRÁTICOS

La democracia es más que un sistema de gobierno,
pues está comprendida de valores y principios que
estimulan las estructuras de
la sociedad y se
reflejan en la vida cotidiana de todos y todas, que implica la
conciencia
ciudadana y la libertad para actuar y asumir una responsabilidad,
ofreciendo garantías, respeto y
tolerancia.

Tanto los gobernantes como los ciudadanos y las
ciudadanas deben asumir los principios de la
democracia.

3.3.1- ¿Cuáles son los
valores democráticos?

Los valores democráticos son:

  • a. Integridad

Significa el tipo de vida que una persona lleva en
concordancia con su estado de conciencia. Esta palabra implica
rectitud, honradez: alguien en el que se puede confiar. Por
ejemplo, aquella persona que siempre cumple con la promesa
hechas.

La recompensa por la «integridad» demostrada
enriquece, pues las personas que están alrededor se dan
cuenta de que pueden «confiar» en ellas y en sus
acciones; de
esta manera se convierten en personas dignas de
confianza.

  • b. Honestidad

Cualidad de una persona razonable, justa, que no miente,
que es decorosa y decente, que cumple con sus obligaciones y
responde con claridad ante las demandas de la ley del
Estado.

Cuando se carece de honestidad, surge
la incertidumbre, la desconfianza y el debilitamiento de los
lazos sociales.

  • c. Libertad

El ser humano es capaz de decidir por sí mismo.
Esta condición le permite optar, elegir entre distintas
alternativas, es considerada como sinónimo de
autonomía.

  • d. Respeto

En la democracia es de vital importancia el respeto a
las leyes, pues éstas constituyen parámetros de
conducta para los
ciudadanos y para la acción
del Estado. La ley es objetiva, va más allá de los
intereses personales.

  • e. Transparencia

Es la capacidad de dejar a los demás mirar su
interior sin sentir invadida su intimidad. Es necesaria para
crear confianza en la democracia, condición que permite a
una sociedad trabajar buscando objetivos comunes.

Además de estos encontramos múltiples
valores que, en definitiva, son necesarias a la hora de vivir una
democracia propiamente dicha. Algunos de ellos son: el servicio, la
solidaridad, el
compromiso cívico, la responsabilidad,
participación, pluralidad, etc., que conjugándolas
forman un hombre democrático, coherente e
íntegro.

3.4PARTICIPACIÓN Y DEMOCRACIA
(DEMOCRACIA PARTICIPATIVA)

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De acuerdo con Pasquino[16]la
participación
puede definirse como aquel conjunto
de actos y de actitudes dirigidos a influir de manera más
o menos directa y más o menos legal sobre las decisiones
de los detentadores del poder en el sistema
político o en cada una de las organizaciones
políticas, así como en su misma
selección, con vistas a conservar o modificar la estructura del
sistema de intereses dominante.

La participación implica una actitud
activa
manifestada en una serie de comportamientos ante o en
relación a la vida política y las
decisiones tomadas por el poder político. Además de
ello, implica también un proceso
relativamente espontáneo y autónomo.

La participación supone un valor
democrático en sí mismo considerado, en la medida
en que constituye una expresión de la autonomía y
de la libertad del ser humano. Ella tiene como objeto principal
la democratización del espacio público.

Pero también el ejercicio de la
participación puede llevar a excesos que perjudiquen en
vez de favorecer el desarrollo democrático. Pero la
existencia de excesos en determinadas circunstancias no puede
impedir la ampliación de campos y la
intensificación de niveles de participación. La
participación no debe ser necesariamente identificada ni
con a actuación de grandes masas, ni mucho menos con su
movilización; una participación y un conocimiento
básico de los hechos políticos, y asimismo unas
reglas de procedimiento.

Por eso es importante identificar cuales son los
espacios donde la participación sea a favor del
crecimiento democrático y no sea causa de retroceso. Los
espacios en donde puede haber una participación justa son,
por ejemplo, en las elecciones o en el referéndum de una
ley, etc.

Con ellos se plantea "la participación
democrática",
que en gran medida a veces resulta un
tanto impreciso y susceptible su concepción debido a las
interpretaciones en función
del contenido otorgado al mismo por los diferentes
autores.

Para algunos, la democracia participativa resulta
equiparable en la práctica a la democracia. La democracia
participativa no supone tanto la participación directa en
el acto final de la adopción de decisiones
políticas, sino participación en los procesos de
decisión que conllevarán posteriormente a las
acciones definitivas.

3.5- PRACTICA DE LOS VALORES DEMOCRÁTICOS.
NECESIDAD

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En Paraguay, luego
de la transición de un estado de gobierno dictatorial,
despótico, absolutista e imperialista, por así
decirlo, en donde la opinión
pública era la menos importante y hasta nula, cuyo
representante de aquella gran desventura paraguaya por un periodo
no menor que 35 años, mantuvo al país en un estado
de "retraso mental" del cual hasta hoy se hace difícil
salir pues las secuelas de los actos de vandalismos practicados
por aquellos que deberían haber conducido al país
al progreso y no al retroceso como lo hicieron, marcó
profundamente los vivencias en valores y democracias. Ha creado
una mentalidad arraigada en la idea de inferioridad, de pesimismo
y desolación durante un largo periodo después de la
caída de aquel sistema de gobierno unipersonal y
acaparador.

Pero tampoco buscamos restar méritos a aquel
gobierno que de algún modo ha traído al país
algunos progresos técnicos y materiales,
pero la deshumanización es mayor a cualquier sistema
materialista con que se haya intentado cubrir el retroceso
intelectual, moral, espiritual, estructural, en gran parte de la
población paraguaya. Los sueños trucados, la
esperanza perdida, los ideales apagados y los pensamientos
cercenados, fueron otras de las grandes descompensaciones
sufridas.

El sistema de gobierno actual, Democracia Representativa
y Participativa, ha intentado paliar en, por los menos una parte,
todo aquel desnivel socio-político y educativo imperante
en ese entonces. La política de gobierno actual es la
igualdad en los derechos, libertad en las opiniones y
compromiso social y personal
a la que cada ciudadano
democrático está llamado a vivir y a manifestar
dentro de su contexto social y personal.

Aunque muchas de las personas de la generación
pasada actualmente opinen que en aquellos tiempos la vida era
mucho mejor a la actual, seria difícil concebir un
estado de
derecho sin libertad y oportunidades, en las que cada uno
pueda explorar sus propias ideas y vagar en ella sin temor a ser
tachados de conspiradores o revolucionarios; una sociedad en la
vivir es un derecho y no un obstáculo, donde la felicidad
se hace patente en cada uno y el compromiso social es en verdad
una luz para los que andan tras ella; una sociedad que vive en
democracia es una sociedad que cuenta con las posibilidades de
progresar, de recoger los frutos de una buena cosecha que aquello
que se había cultivado con sangre y muerte, con
sudor y lagrimas, con pérdidas y sacrificios, pero donde
se pudo ver la luz al final del camino.

Quizá pensemos que no es la democracia que
esperamos, pero es la que tenemos y esta hay que vivirla, y hacer
de ella el sueño que esperamos.

Una democracia no la hace ni los representantes gobierno
solo, ni el pueblo solo, sino en la conjugación de ambos,
con los valores como cimiento, con la educación como
pilares y el desarrollo como meta.

Por ello la gran necesidad de vivenciar cada uno de los
valores, reflejadas en las actitudes de todo el pueblo, en la
manifestación del compromiso mutuo y la gran
satisfacción de ser libres.

Ahora podemos hablar de una esperanza sincera, un
sueño con fundamento, los ideales y pensamientos abiertos,
con miras al bien y la realización social del
Paraguay.

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Conclusión

Al iniciar el esbozo de este trabajo
había planteado la situación en las que nos pone
como docentes, o
futuros docentes, el curriculum de
la educación paraguaya y la gran importancia que conlleva
todo eso dentro de nuestro inicio de formación profesional
como educadores de toda una sociedad y una cultura.

Todo aquello encuentra su sentido en importancia de
la práctica de los valores y de la coherencia de vida y la
necesidad de las prácticas democracias.

Pero además si nos ponemos a reflexionar respecto
a todo los temas ya expuestos por los compañeros referente
a la Crisis existencial o falta de un proyecto de vida.
Características de los jóvenes de hoy, Abuso sexual,
Aborto,
Prostitución, Falta de comunicación con los mayores (desarraigo
familiar y/o social), Alcoholismo,
Drogadicción, Suicidio,
Liderazgo y
empatía. Manejo de conflictos,
Opción sexual
, etc. nos damos cuenta que todo ellos
es por una crisis de valores y por una falta de sentido en sus
vidas y por lo general las consecuencias que ellas traen suelen
tener un gran impacto dentro de la persona, dentro de la comunidad,
dentro de la sociedad, dentro del país y también a
nivel mundial.

Pero como todo tiene su fundamento en el sujeto, con
libertad, autonomía, razón, el que el mundo sea
cada vez mejor es también subjetivo. La práctica de
valores, llevar una vida sin contradicciones, buscar una sociedad
mas democrática es lo que hará de este mundo, de
este país, de esta sociedad y del propio sean cada vez
mejores.

Pero el rol del docente desde esta perspectiva viene por
partida doble, es decir, que no solamente debe vivenciar esos
valores sino también enseñar a vivir esos valores
dentro y fuera del ambiente
escolar. Por ellos la importancia de que el educador no ceda el
paso a la pasividad o al relativismo sino que esté en un
constante reflexionar sobre sus acciones, sus conocimientos, sus
actitudes y si es necesario, pulirlas todas las veces que sea
necesario y desde ahí educar, formar, guiar, a
los educandos.

"Dar ejemplo no es la única manera de influir
en los demás"
(Dra. Ana María Polo)

Bibliografía

  • 1- ABC Estudiantil 2001/2. Nros. 18, 20, 21, 22
    y 23

  • 2- Carreras Llorenç y otros,
    "Cómo educar en Valores" 8ª Ed. 2001.
    Pág.19 – 24

  • 3- CETUC, Revista de Investigación y
    Reflexión Filosófica y Teológica.
    Año V. 2001. Pág.4 – 6

  • 4- Formación Ética y Ciudadana.
    Brígido Aguilera Vera. Primer curso. Año 2002.
    Pág. 166 – 175

  • 5- Ministerio de Educación y Cultura.
    Ciencias Sociales y sus Tecnologías. Plan
    Común. Tercer curso. Unidad 3. Año 2007.
    Pág. 124

  • 6- Ministerio de Educación y Cultura.
    Ciencias sociales y sus Tecnologías. Plan
    Común. Primer Curso. Año 2007. Pág.
    92

  • 7- Páginas Web: ; www.wikipedia.com; www.wikiwik.com; www.labla.org

Anexos

1. Experiencias previas

a. De este listado de valores, elige 7 y
ordénalas según lo consideres
importante:

Vida 1.
____________________________

Libertad

Autonomía 2.
____________________________

Respeto

Responsabilidad 3.
____________________________

Generosidad

Solidaridad 4.
____________________________

Confianza

Verdad 5.
____________________________

Paciencia

Fidelidad 6.
____________________________

Amistad

Liderazgo 7.
____________________________

Compromiso

b. Has un listado de 5 valores que más se
observan en la actualidad con sus respectivos
antivalores.

VALOR ANTIVALOR

1.________________________
_________________________

2.________________________
_________________________

3.________________________
_________________________

c. Has un listado de antivalores que más observas
en el presente y colócale sus antivalores.

ANTIVALOR VALOR

1.______________________
_________________________

2.______________________
_________________________

3.______________________
_________________________

d. Anota 3 valores que consideras que posees.

1.________________ 2._______________
3.________________

d. Anota 3 valores de la persona quien esta a tu
lado.

1._________________ 2._________________
3._______________

2. Informe de
Entrevistas
realizadas

 

 

 

 

Juan Gavriel Sarabia
Barreto

[1] Filósofo griego considerado como
uno de los más grandes tanto de la filosofía occidental como universal y
como precursor de Platón y
Aristóteles. Afirmaba insistentemente,
lo, único que sabía, era que no sabía
nada. Su divisa reproducía la máxima
"conócete a ti mismo".

[2] El término estoicismo proviene del
lugar en el que Zenón comenzó a dar sus lecciones
en el año 301 a.C., a saber, la Stóa
poikilé (en griego St?a, stoa, pórtico), que era
el "Pórtico pintado" del ágora de Atenas. Los
estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la
tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades
materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida
guiada por los principios de la razón y la virtud (tal
es la idea de la imperturbabilidad o ataraxia).

[3] Tomas Hobbes:
Filósofo materialista mecanicista, pensador,
político: El "estado de naturaleza"
el hombre vive una guerra de
todos contra todos. «El hombre es un lobo para el
hombre» (Homo homini lupus)

[4] Max Ferdinand Scheler: Filósofo
alemán. Durante toda su vida desenvolverá de
forma original su interés por los problemas
éticos y de la vida del espíritu. La
teoría más llamativa y esencial de este
filósofo alemán se conoce como la "Teoría
de los valores", con su nuevo planteamiento de la ética
fundada en la doctrina de los valores.

[5] Reforma Joven. Ciencias
Sociales y sus Tecnologías. 2º curso Vol. 2.
Plan
Común. 2008. Pág.262

[6] Filósofo español. Su pensamiento, plasmado en
numerosos ensayos,
ejerció una gran influencia en varias generaciones de
intelectuales.

[7] Raciovitalismo: Teoría de
José Ortega y Gasset que plantea una forma de vida
radical de acuerdo con la razón y con la realidad

[8] Ciencias
Sociales y sus Tecnologías. Segundo Curso. Vol. 2.
Unidad 8. Pág. 264

[9] Emmanuel Kant:
nació en 1724 y murió en 1804, filósofo
alemán, considerado por muchos como el pensador
más influyente de la era moderna.

[10] Hábitos operativos, infundidos
por Dios en el alma para
disponerla a obrar según el dictamen de la razón
ilustrada por le fe. Por ejemplo: amor, fe,
esperanza, caridad.

[11] Jean Paul Sartre (1905
– 1980), filósofo y escritor francés, principal
propulsor del existencialismo y el dualismo; literato de gran
trayectoria, para una mejor representación de su
pensamiento incursionó en el teatro y en
la
novela.

[12] Filósofo griego, de la escuela
estoica, que vivió parte de su vida como esclavo en
Roma. Más que un filósofo, fue un moralista

[13] Autor de A Theory of Cognitive
Dissonance (1957), obra en la que expone su teoría de la
disonancia cognitiva, que revolucionó el campo de la
psicología social, y que ha tenido
múltiples aplicaciones en áreas tales como
la
motivación, la dinámica de grupos, el estudio del cambio
de actitudes y la toma de
decisiones, etc. En su teoría, señala que en
la mente de los sujetos se puede distinguir una serie de
conocimientos o elementos (cogniciones) "… es decir todo lo
que una persona sabe acerca de sí misma, de su conducta
y de sus circunstancias" y que algunos de estos conocimientos
pueden ser contradictorios, no sólo desde el punto de
vista lógico, sino también desde el
psicológico, entre sí, p. ej., la idea de que el
código de la circulación ha de ser
respetado puede estar en contradicción con el
conocimiento de que en este momento me estoy saltando un
semáforo rojo.

[14] Enrique Rojas Montes (Granada, 1949) es
un psiquiatra español. Sus trabajos de investigación se centran en tres temas:
las depresiones, la ansiedad y los trastornos de la
personalidad.

[15] Teólogo católico
alemán. Estudiante de química y de
economía en Tubinga y en Berlín,
cursó los estudios eclesiásticos y fue ordenado
sacerdote. Fue profesor de
dogmática en Bonn (1922), de filosofía
católica en Berlín (1923) y maestro en el
arte de la
interpretación; ejerció una
considerable influencia en la juventud
católica alemana después de la I Guerra Mundial.
Su cátedra fue suprimida en 1939 por el régimen
nacionalsocialista.

[16] Gianfranco Pasquino (Italia) Profesor de
Ciencia
Política en la Universidad
de Bolonia y Presidente de la Conferencia
Política Italiana, fue Senador en 1983. Actualmente es
miembro del Comité de asuntos constitucionales en
Italia. (www.lablaa.org (biblioteca
virtual)

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