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El juego del ajedrez (página 2)



Partes: 1, 2

  • La Torre puede moverse horizontalmente (en fila) o
    verticalmente (en columna).

  • La Torre no puede moverse en diagonal, no siendo,
    por tanto, tan fuerte como la Reina.

Ubicación en el tablero

En la posición inicial de la partida, uno de
ellos se ubica junto al rey y otro junto a la dama. En el
sistema
algebraico de notación del ajedrez, las
casillas iniciales de los alfiles son c1 y f1 para los blancos, y
c8 y f8 para los negros.

Movimiento del alfil

El alfil se mueve siempre en diagonal, sin
límite de casillas y tanto hacia adelante como hacia
atrás.

En tanto en cuanto un alfil sólo puede acceder a
32 de las 64 casillas del tablero, su valor es menor
que el de la torre y similar al del caballo

El caballo es una pieza del juego del
ajedrez. (caballero).

Al inicio de la partida cada bando dispone de dos, que
se ubican entre las torres y los alfiles, en las casillas b1 y g1
(caballos blancos), y b8 y g8 (caballos negros) del tablero
(véase Figura 1).

El movimiento del
caballo no es lineal, como el de las otras piezas, sino que
describe una trayectoria en forma de L; es decir, se desplaza dos
casillas en dirección horizontal o vertical y una en
dirección perpendicular a la anterior (véase Figura
2). Es la única pieza que puede saltar por encima de las
demás.

El caballo está bien adaptado para atacar a la
vez a varias piezas enemigas, y es la única pieza que
puede amenazar a la dama quedando fuera de su línea de
ataque. Sin embargo, por la razón contraria, los peones
están bien adaptados para limitar el avance de un
caballo.

El Peón simboliza un soldado de
infantería: el mote significa "(soldado) que va a
pie
". Es la pieza de menos valor y es una figura que
representa una persona
estilizada, de estatura pequeña. Cuando se promueve o
"corona" (cuando un peón llega hasta la última
línea del tablero) el peón puede transformarse en
la pieza que uno desee, exceptuando al rey.

Táctica y
estrategia ajedrecísticas

Normalmente una partida de ajedrez se gana
bien por jaque mate, bien porque el contrario sepa que va a
recibir inexorablemente jaque mate, y, por ello,
abandona.

Sin embargo, ganar una partida muchas veces no implica
intentar dar mate al rey enemigo. Entre jugadores fuertes, basta
en muchas ocasiones con pequeñas consideraciones
inapreciables para un aficionado para estar seguros de la
victoria. Se consideran posiciones ganadoras
aquéllas en las que se puede demostrar que un bando gana
con juego perfecto. Muchas de estas posiciones distan mucho del
mate. Un ejemplo muy simple sería el siguiente: si
eliminamos la dama (o cualquier otra pieza) de uno de los
jugadores antes de empezar la partida, es seguro que con
juego perfecto el bando que tiene la pieza extra tiene
posición ganadora. Llevar la partida hasta jaque mate, sin
embargo, puede requerir decenas de jugadas.

Por tanto, podemos concluir que el objetivo de un
jugador, mucho antes que dar jaque mate, es alcanzar una
posición ganadora. Esto puede conseguirse de muchos modos.
Los más frecuentes pueden englobarse en unas cuantas
clases, caracterizadas por el tipo de ventaja que posee el bando
fuerte:

  • Ganar material sin compensación (de largo el
    más habitual).

  • Conseguir un ataque directo contra el
    rey.

  • Conseguir ventajas posiciónales sustanciales
    como la destrucción de la coordinación de los
    peones o piezas enemigos, debilitación de la
    posición del rey contrario, dejar al contrario con
    piezas muy limitadas en movilidad, etc. Estas ventajas se
    deberán convertir más adelante en alguna de las
    dos ventajas anteriores.

Entre jugadores novatos, las ventajas surgen
espontáneamente por graves errores, tales como colocar un
trebejo en una casilla en donde puede ser capturado, o llevar el
rey a una posición fácilmente atacable. Pero entre
jugadores más avanzados, las ventajas sólo pueden
conseguirse de forma mucho más sutil. Los procedimientos
que se han ido desarrollando para conseguir ventaja se han
englobado en dos grandes tipos: procedimientos tácticos y
procedimientos estratégicos.

Por tanto, todo jugador avanzado sabe que no basta
conocer los elementos básicos del juego (tablero, trebejos
y reglas), sino que es necesario conocer y aplicar correctamente
las tácticas y estrategias
ajedrecísticas.

La táctica

Se entiende por táctica
ajedrecística
, al conjunto de procedimientos,
generalmente implicando una o unas pocas jugadas, por las que un
jugador intenta ejecutar en el tablero una idea sencilla. El
objetivo de una maniobra táctica es obtener algún
tipo de ventaja, entre las cuales la más
característica es ganar material.

La dama blanca está clavada por la dama
negra.

Por la forma en la que se mueven las piezas, surgen
maniobras tácticas características. Por ejemplo, el
caballo es capaz de atacar dos casillas alejadas entre sí
y sin que importe el que haya muchas piezas alrededor. Eso
favorece el que esa pieza pueda realizar con frecuencia ataques
dobles (llamados también horquillas). Como su
nombre indica, un ataque doble es aquél en el que se ataca
a la vez dos piezas, de forma que una de ellas será
necesariamente capturada. Otro ejemplo es la maniobra conocida
como clavada en donde se ataca cierta pieza por una fila
o diagonal y resulta que ésta no puede retirarse
("está clavada"), dado que si lo hace, otra pieza
más valiosa que se encuentra tras la pieza atacada en esa
fila o diagonal quedaría amenazada. También existe
la desviación, en la que una pieza es obligada a abandonar
su lugar, en el que ejercía una tarea defensiva. Existen
muchas otras maniobras típicas semejantes, que se producen
muy frecuentemente y con las que todos los jugadores se
familiarizan pronto. Algunas de las maniobras
características más importantes se detallan en el
artículo sobre tácticas.

Un tipo particular de maniobra táctica se conoce
como combinación en donde uno de los bandos, muchas
veces sacrificando material, fuerza al otro
a realizar una serie de jugadas so pena de perder la partida. El
objetivo de una combinación es obtener a cambio del
material sacrificado ventajas más importantes, tales como
el jaque mate, o bien recuperar con creces el material más
adelante. Algunas combinaciones requieren de un alto grado de
originalidad y fantasía, por lo que son uno de los
aspectos más espectaculares del ajedrez. Por ello, algunos
jugadores, y muy especialmente el ex-campeón mundial
Mikhail Tal, se han hecho famosos principalmente por su capacidad
de realizar combinaciones inesperadas y tremendamente
complicadas.

La estrategia

Se conoce como estrategia ajedrecística al
conjunto de planes que realiza un jugador en una partida a medio
o largo plazo. Las decisiones estratégicas pueden influir
en el futuro de una partida durante muchas jugadas, o incluso en
su totalidad.

Un ejemplo típico de decisión
estratégica es la de eliminar piezas con el fin de
alcanzar un final de partida. Esto puede ser ventajoso en
diversas ocasiones. Por ejemplo, si se tiene ventaja material,
dicha ventaja suele ser más fácil de explotar
cuanto menos piezas existan. Por otra lado, si el contrario tiene
la iniciativa o incluso un fuerte ataque, cambiar piezas puede
también contribuir a que dicha iniciativa o ataque se
disipe. La decisión estratégica de gran alcance
debo cambiar piezas debe entonces llevarse a la
práctica por medios
concretos, tácticos.

En la estrategia
ajedrecística se suelen definir dos tipos distintos de
elementos. Por una parte, están los elementos
estáticos, que influyen en la partida durante largos
periodos de tiempo. Por
otro lado, están los elementos dinámicos, que
influyen durante un periodo más breve. A menudo, las
decisiones estratégicas consisten en elegir cuál
entre todos los elementos es el más importante. Por
ejemplo, a menudo es posible al principio de la apertura
conseguir capturar un peón a cambio de un considerable
retraso en el desarrollo de
las piezas. La pregunta es cuándo la ventaja estática
que supone el disponer de más material se verá
compensada por la ventaja dinámica que confiere el tener un mejor
desarrollo. Esta comparación entre ambas ventajas
será lo que hará que un jugador se arriesgue o no a
realizar la maniobra de captura.

Son típicas ventajas
estáticas:

  • Disponer de más material.

  • Una mejor estructura de peones.

  • Controlar más espacio, especialmente en el
    centro del tablero.

  • Una mejor posición del rey.

  • Piezas móviles contra piezas
    constreñidas por peones fijados.

  • Pareja de alfiles contra alfil y caballo o dos
    caballos.

Mientras que son típicas ventajas
dinámicas:

  • Mejor desarrollo, en la apertura.

  • Ganancia de tiempo.

  • Disponer de la iniciativa o poder iniciar un
    ataque.

  • Piezas mejor coordinadas.

Un concepto
fundamental dentro de la estrategia ajedrecística es la
formulación de un plan de juego en donde el jugador
establece lo que desea obtener de una posición. Es en la
ejecución del plan de juego, es
decir, el paso de las ideas estratégicas generales a la
ejecución táctica, donde surge el conflicto
entre ambos jugadores.

A las decisiones estratégicas se las llama
también decisiones posicionales, y al juego que
se desarrolla sin obvios motivos tácticos, de forma lenta
y progresiva, se le suele llamar juego posicional. Los
jugadores también se suelen calificar como posicionales o
tácticos, según cuál sea su punto más
fuerte.

Relación entre
táctica y estrategia

Para jugadores poco avanzados, la partida es simplemente
una sucesión de episodios tácticos, a menudo no
relacionados entre sí. Las partidas parecen ganarse o
perderse casi por azar, por ejemplo al "hacer una mala jugada"
que pierde material. Al avanzar en el juego, sin embargo, los
jugadores adquieren un control tal que
los errores más graves van desapareciendo. A partir de
entonces, el juego a menudo se define a favor de quien posee una
mejor comprensión de cómo jugar una determinada
posición, un mayor entendimiento
estratégico.

En general, puede decirse que la táctica es lo
más importante para ser un jugador fuerte, dado que el
cálculo
de variantes concretas sin excesivos errores es esencial para
poder jugar a
un alto nivel. Sin embargo, la inmensa mayoría de
posiciones de ajedrez son tan complicadas que el simple
cálculo no basta para orientarse y por tanto, se debe
recurrir en muchas ocasiones a evaluar las opciones existentes
mediante una visión global de cómo va a
desarrollarse la partida a medio-largo plazo. Normalmente un
jugador que es muy fuerte estratégicamente y más
débil tácticamente usará con frecuencia su
intuición en sus decisiones.

Los jugadores muy avanzados son capaces de desarrollar
una intuición ajedrecística que les permite
descartar rápidamente las jugadas erróneas sin
apenas calcular.

Por tanto, un gran jugador será aquél que
obtenga un buen equilibrio
entre táctica y estrategia. Aun así, cada jugador
tiene puntos fuertes y débiles.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Sandra Anccasi Hauyllani

Partes: 1, 2
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