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Manual de procedimientos del servicio de transfusión de la Clínica universitaria de APS (página 2)



Partes: 1, 2

El Centro Nacional de la Transfusión
Sanguínea (CNTS) tiene como misión
garantizar un abasto suficiente y seguro de
sangre y sus
componentes conforme a lo establecido en la legislación
sanitaria, es un organismo desconcentrado por función,
dependiente y con funciones
establecidas en el Reglamento Interior de la SSA (artículo
42). De acuerdo a lo anterior, nuestra misión es
contribuir a proteger la salud de la población, garantizando que la
disposición de sangre humana, sus componentes y células
progenitoras hematopoyéticas con fines
terapéuticos, se lleve a cabo con la máxima
seguridad,
inocuidad, disponibilidad y racionalidad, conforme a lo
establecido por la legislación sanitaria.

Las principales actividades que lleva a cabo el Centro
Nacional de la Transfusión Sanguínea

_ Estudio y análisis del 100 por ciento de las unidades
de sangre captadas.

_ Prevención de las posibles complicaciones
debidas a la transfusión de sangre.

_ Creación de una base de datos
fidedigna y permanente actualizada que incluya a los donadores de
fenotipo poco común.

_ Validación de 180 000 plasmas anualmente y su
envío a la industria
procesadora de hemoderivados.

_ Actualización de la legislación,
normatividad y su reglamentación respectiva.

_ Fortalecimiento de la capacitación en el ámbito de la
medicina
transfusional en todo el país.

_ Organización de campañas de
donación altruista de sangre en todo el
país.

Antecedentes
históricos

La primera transfusión en nuestro país se
realizó en 1925, en el Hospital General de México,
por el Dr. Abraham Ayala González. Hacia 1930 aparecieron
los primeros bancos de sangre
y, en 1956, se introdujo el empleo de las
bolsas de plástico.
El CNTS se creó en 1982 con el fin de vigilar, desde el
punto de vista sanitario y técnico, a todos los bancos de
sangre y servicios de
transfusión del país. Con la aparición del
SIDA, la
donación remunerada se prohibió. Finalmente, en
1993, el Comité interinstitucional de medicina
transfusional (integrado por representantes de las instituciones
oficiales de salud, la iniciativa privada y la Cruz Roja
Mexicana), creó la NOM-003 para la disposición de
sangre humana y sus componentes con fines
terapéuticos.

El proporcionar sangre, componentes sanguíneos y
Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) seguras
y eficientes es un objetivo
prioritario de la OMS y la OPS por lo que dedicaron el Día
Mundial de la Salud del año 2000 a la seguridad de la
sangre. El ¿por qué debe seguirse considerando un
tema prioritario el de la seguridad de la sangre en la agenda del
estudio del VIH/SIDA
cuando hace más de 15 años que contamos con las
herramientas
tecnológicas para el escrutinio de los donantes de
sangre?,

Primero: porque la transfusión de la sangre y sus
componentes es la forma más eficiente de
transmisión del VIH;

Segundo, porque es la forma de transmisión
más susceptible de prevenirse en forma eficaz, siempre y
cuando se cuente con la infraestructura de laboratorio,
personal
capacitado, presupuesto y
voluntad política para dar
cabal cumplimiento al programa de
Sangre Segura;

Tercero: Porque hoy día la OMS estima que entre
el 5 y el 10% de las infecciones por el VIH son transmitidas por
la transfusión sanguínea.

Mientras que el riesgo es
mínimo para los países desarrollados, que cuentan
desde hace décadas con leyes, programas y
presupuesto para proveer de sangre segura a sus enfermos; para
algunos en vías de desarrollo
como México, Brasil, Tailandia
o Uganda, esta es una acción
hasta cierto punto nueva.

Lo contrario ocurre en muchos otros países donde
este riesgo es inaceptablemente alto, ya que el porcentaje de
productos
sanguíneos transfundidos sin tamizaje para agentes
infecciosos susceptibles de ser transmitidos por esta vía,
es alto. Sólo 9 de los 19 países de América
Latina estudian el 100% de la sangre transfundida para la
detección del VIH y los virus de hepatitis B y C.
La OMS/OPS señalan cuatro puntos fundamentales para
abastecer de sangre segura a la población, los cuales
están en función de proporcionar una atención con calidad y fomento
al trabajo en
equipo, por lo tanto es importante establecer un servicio
coordinado de transfusión sanguínea en el
país, así como racionalizar el uso de la sangre,
sus componentes y los hemoderivados. Es vital recolectar la
sangre de donadores voluntarios no remunerados con una selección
estricta de los mismos, y tamizar toda la sangre para VIH,
hepatitis B y C, sífilis y
otros agentes infecciosos.

La OMS/OPS, señala, como un factor de gran
relevancia, el aprender de las experiencias y emular los logros
de otros países. Desde este punto de vista, la experiencia
de México y el esfuerzo tanto político como
económico y sanitario que ha realizado nuestro gobierno para
establecer el programa de Sangre Segura, deberían ser
reconocidos y emulados por todos los países en los que
aún presentan una prevalencia inaceptablemente alta de
agentes infecciosos transmitidos por la vía
transfusional.

En México, el comercio de la
sangre jugó un papel fundamental en el crecimiento
explosivo de la epidemia del VIH a mediados de la década
de los ochenta y, a su vez, la legislación que
prohibió el comercio de la sangre tuvo un papel medular en
la lucha contra esta epidemia. La dinámica de la epidemia del VIH/SIDA en
México, se modificó a mediados de los ochenta,
cuando se inició el tamizaje obligatorio de toda la sangre
transfundida en el país. En mayo de 1986, la
seroprevalencia en donadores pagados (personas que vivían
de vender su sangre y plasma) era del 7%; esto es, casi 100 veces
mayor que en donadores familiares.

En ese entonces, el comercio de la sangre era una
práctica común en México a tal grado que la
tercera parte de la sangre transfundida provenía de
donadores remunerados y que acudían a los centros de
plasmaféresis comercial. Esta categoría de riesgo
para la infección por el VIH (donación pagada de
sangre y plasma) fue reconocida por CONASIDA y, para finales del
1997 se habían informado 366 casos de SIDA en este
grupo de
riesgo.

El impacto de la prohibición del comercio de la
sangre/plasma en la dinámica de la epidemia en
México, fue muy importante en la prevención del
SIDA en México; por encima del tamizaje obligatorio de la
sangre para el VIH, ya que la mayor parte de la epidemia en
donadores remunerados y en receptores de transfusiones tuvo lugar
cuando la serología para el VIH era ya
obligatoria.

Normatividad

Las acciones
relacionadas con la disposición de la sangre, componentes
sanguíneos y células progenitoras
hematopoyéticas para fines terapéuticos, se
encuentran contempladas en la Ley General de
Salud, en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de
control sanitario
de la disposición de órganos, tejidos y
cadáveres de seres humanos y en la Norma Oficial Mexicana
para la disposición de sangre humana y sus componentes con
fines terapéuticos NOM 003-SSA2-1993.

Las actividades de regulación sanitaria son
responsabilidad del CNTS, organismo creado por
Decreto Presidencial y desde los inicios de la década de
los ochenta ha llevado a cabo las funciones de órgano
rector en estas acciones.

La creación de la NOM en la materia y su
actualización es responsabilidad del CNTS quien tiene como
asesores a los representantes de las instituciones
públicas, privadas y sociales relacionadas con el manejo
de la sangre, constituidos en el Comité Interinstitucional
de Medicina Transfusional.

RESPONSABILIDADES

  • Es responsabilidad de la Dirección del Banco
    garantizar los recursos indispensables para la
    realización de éste proceder.

  • Es responsabilidad del director del Banco implantar
    este procedimiento.

  • Es responsabilidad del personal técnico a
    cargo aplicar las disposiciones contenidas en el presente
    documento.

  • Es responsabilidad de Aseguramiento de la Calidad
    establecer los controles que sean necesarios para chequear el
    cumplimiento de éste procedimiento.

CONDICIONES DE
SEGURIDAD

  • Use guantes quirúrgicos y bata
    sanitaria.

Equipamiento,
locales,
materiales y reactivos

  • Baños de María 37ºC
    con agua destilada

  • Soporte de sueros

  • Algodón
    estéril

  • Alcohol 70 %

  • Esparadrapo

  • Equipo de transfusión de sangre
    (con filtro)

  • Agujas 20, 16, 10.

  • Filtros para leucocitos
    (opcional)

  • Ligaduras

  • Unidades de sangre y/o
    componentes

  • Tarjetas de indicación de
    transfusión del paciente

  • Solución salina
    fisiológica al 0,9 %

  • Solución de albúmina
    bovina 25 %

  • Suero de Coombs
    poliespecífico

  • Sueros Hemoclasificadores (Anti B, Anti
    A y AB, Anti D)

  • Gradillas

  • Tubos para ensayo

  • Centrífuga de mesa

  • Aglutinoscopio

  • Láminas portaobjetos

  • Pinzas

  • Termómetro para reportar
    temperatura del refrigerador

  • Lancetas

  • Anticoagulante (heparina o
    EDTA)

Procedimiento

  • El proceso de transfusión
    comienza con la evaluación médica de la
    necesidad del paciente y una solicitud por escrito de la
    misma en el modelo oficial de orden de transfusión
    (modelo 44-23).

  • La orden de transfusión debe ser
    llenada completamente y de forma legible por el médico
    de asistencia.

  • La transfusión puede ser
    electiva o urgente, si es urgente debe ser especificada por
    el médico.

EL TRANSFUSIONISTA DEBE REFLEJAR EN
ELLA LO SIGUIENTE:

  • Anote la hora en que llega al servicio la solicitud
    de transfusión.

  • Escriba de forma legible el nombre del ó los
    técnicos responsabilizados con la toma de muestra y
    selección del componente indicado mediante la
    realización de las pruebas pretransfusionales
    correspondientes.

  • Identificación de la muestra por el Servicio
    de Transfusiones

  • Llene correctamente los datos referentes a la
    transfusión que aparecen al dorso de la orden una vez
    terminada la selección de la sangre o
    componente

TOMA Y MANEJO DE LAS MUESTRAS
HEMATOLÓGICAS Y ANTICOAGULANTES

Para obtener resultados válidos, la muestra debe ser
tomada, procesada y reportada adecuadamente. Al seleccionar el
lugar de la extracción sanguínea es preciso tener
en cuenta el tipo de análisis solicitado, el volumen de sangre
que se precisa y la edad del paciente. La sangre para pruebas de
laboratorio puede ser capilar, periférica o
venenosa.

Para la mayoría de los exámenes
clínicos, incluyendo los recuentos de células y
determinaciones de la concentración de la hemoglobina, es
mejor extraer la sangre de una vena, pero para realizar
fórmulas leucocitarias como para conteo de los elementos
celulares, puede extraerse del lóbulo de la oreja, de la
yema de un dedo, tratándose de niños,
de la yema del dedo gordo del pie o del talón. Para ello
se cuenta con diferentes técnicas.

  • A. Punción venosa:

Las venas han adquirido importancia en la
práctica de la medicina moderna por dos razones: por ser
la fuente de la sangre para un número mayor de
análisis sanguíneos y como vía de introducción de diversos agentes
terapéuticos, entre ellos la sangre misma. Una buena
puncion implica tres factores: el operador, el paciente y sus
venas y el instrumento.

Para esta punción, es mejor que el paciente
esté acostado y si está sentado deberá
apoyar bien el brazo. En ningún caso debe atenderse a un
paciente de pie o sentado en un taburete alto, ya que aunque son
pocos los pacientes que se desmayan por el efecto de una
punción venosa, debe tenerse en cuenta siempre este
riesgo.

  • 1. Lugar:

Las venas del antebrazo, en especial las del pliegue del
codo, la mediana basílica, la mediana cefálica y la
cubital o la radial, que en la mayoría de los casos, las
más fáciles para la obtención de las
muestras. Ocasionalmente, puede utilizarse las venas de la
muñeca, del dorso de la mano, la yugular externa y
femoral.

  • 2. Equipo

  • a) Jeringas de material desechable
    (preferentemente). El calibre de la aguja ideal son los
    números 20 a 21, ya que calibres más
    pequeños se tapan con facilidad y obligan a repetir la
    punción. De preferencia deben usarse agujas
    cortas.

  • b) El empleo de tubos vacutainer es conveniente
    en casos de tener que hacer extracciones en gran
    número. Dichos tubos vienen al vacío y se les
    coloca un adaptador (camisa) y una aguja especial, se hace la
    punción y se empuja el cabo de la aguja para que
    atraviese el tapón del tubo, la sangre fluye
    espontáneamente.

  • c) Alcohol

  • d) Ligadura, ésta debe de tener como
    mínimo 2.5cm. de ancho.

  • e) Algodón

  • f) Tubos o frascos adecuados para la
    colección de la sangre.

  • g) Curita

  • h) Guantes desechables

  • 3. Preparación:

  • a) Lavarse las manos con agua y
    jabón

  • b) Etiquetar el tubo de
    recolección.

  • c) Inspeccionar aguja y punta, ésta debe
    ser lisa y brillante.

  • d) Inspeccionar la jeringa, que el
    émbolo corra libremente.

  • e) Tanto la aguja como la jeringa deben estar
    estériles y secas para evitar hemólisis de las
    células y dilución de la muestra.

  • 4. Procedimiento:

  • a) Colocar la ligadura alrededor del brazo del
    paciente 2 pulgadas arriba del codo, apretando lo suficiente
    para impedir la circulación venosa pero sin impedir la
    circulación arterial. Se puede chequear en el pulso de
    la muñeca para asegurarse que la circulación
    arterial no se ha cortado. Se debe tener la precaución
    de no mantener el torniquete por más de dos
    minutos.

  • b) Instruir al paciente para abrir y cerrar la
    mano varios veces a fin de aumentar la
    circulación.

  • c) Por inspección o palpación
    localizar la vena deseada, determinar la dirección de
    su curso y estimar su tamaño y profundidad.

  • d) Limpiar el área seleccionada con un
    algodón con alcohol. No contaminar el área
    después de desinfectada.

  • e) Hacer que el paciente cierre el puño
    y estire el brazo.

  • f) Con los dedos índice y pulgar fijar
    la vena elegida, luego introducir la aguja, formado un
    ángulo agudo con la superficie, paralela y al lado de
    la vena, insertarla rápidamente debajo de la piel y
    luego en la vena. No debe moverse la aguja horizontalmente ya
    que causa molestias y pueden dañarse los
    nervios.

  • g) Aspirar la sangre por un suave tirón
    de émbolo. Extraer la cantidad deseada.

  • h) Retirar el torniquete. Colocar un
    algodón con alcohol en el lugar de la punción y
    sacar la aguja simultáneamente al hacer presión
    en el área.

  • i) Indicarle al paciente que mantenga doblado
    el brazo por 2 ó 3 minutos, y luego colocarle un
    curita.

  • 5. Causas de error:

  • a) Uso del torniquete por más tiempo del
    debido.

  • b) Hemólisis de los eritrocitos, por uso
    de jeringas húmeda, agujas de calibres inadecuados.
    Etc.

  • c) Lipemia.

  • d) Contaminación bacteriana

  • e) Usos equivocados de
    anticoagulante

Marco
teórico

La sangre se obtiene actualmente por donación
altruista. De cada donante se obtienen 450 cc de sangre total,
sin embargo en nuestro medio ya no se utiliza la sangre total,
sino que se usan sus diversos componentes (hematíes,
plaquetas, plasma) y los hemoderivados (albúmina, factores
de coagulacion, …) obtenidos por procedimientos
industriales, según necesidades de cada paciente. Los
hemocomponentes y hemoderivados sanguíneos son un recurso
limitado y además pueden tener efectos secundarios
importantes, sobre todo la posibilidad de transmisión de
enfermedades
infecciosas, por lo cual deben ser utilizados solamente cuando su
indicación sea clara.

COMPOSICIÓN DE LA SANGRE

Como todo tejido, la sangre se compone de células
y componentes extracelulares (su matriz
extracelular). Estas dos fracciones tisulares vienen
representadas por:

  • Los elementos formes —también
    llamados elementos figurados: son elementos
    semisólidos (es decir, mitad líquidos y mitad
    sólidos) y particulados (corpúsculos)
    representados por células y componentes derivados de
    células.

  • El plasma sanguíneo: un fluido
    traslúcido y amarillento que representa la matriz
    extracelular líquida en la que están
    suspendidos los elementos formes.

Los elementos formes constituyen alrededor del 45 por
ciento de la sangre. Tal magnitud porcentual se conoce con el
nombre de hematocrito (fracción "celular"), la cual
corresponde casi en totalidad a la masa eritrocitaria. El otro 55
por ciento está representado por el plasma
sanguíneo (fracción acelular).

Los elementos formes de la sangre son variados en
tamaño, estructura y
función, y se agrupan en:

  • las células sanguíneas, que son
    los glóbulos blancos o leucocitos,
    células que "están de paso" por la sangre para
    cumplir su función en otros tejidos; y

  • los derivados celulares, que no son
    células estrictamente sino fragmentos celulares;
    están representados por los eritrocitos y las
    plaquetas; son los únicos componentes
    sanguíneos que cumplen sus funciones estrictamente
    dentro del espacio vascular.

Glóbulos
rojos

Los glóbulos rojos (eritrocitos) están
presentes en la sangre y transportan el oxígeno
hacia el resto de las células del cuerpo.

Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos
constituyen aproximadamente el 96 por ciento de los elementos
figurados. Su valor normal
(conteo) en la mujer promedio
es de alrededor de 4.800.000, y en el varón, de
aproximadamente 5.400.000 hematíes por mm³ (ó
microlitro).

Estos corpúsculos carecen de núcleo y
orgánulos. Contienen algunas vías
enzimáticas y su citoplasma está ocupado casi en su
totalidad por la hemoglobina, una proteína encargada de
transportar oxígeno. El dioxido de carbono,
contrario a lo que piensa la mayoria de la gente, es transportado
en la sangre (libre disuelto 8%, como compuesto carbanimicos 27%,
y como bicarbonato, este ultimo que regula el pH en la
sangre).En la membrana plasmática de los eritrocitos
están las glucoproteínas (CDs) que definen a los
distintos grupos
sanguíneos y otros identificadores celulares.

Los eritrocitos tienen forma de disco bicóncavo,
deprimido en el centro; esta forma aumenta la superficie efectiva
de la membrana. Los glóbulos rojos maduros carecen de
núcleo, porque lo expulsan en la médula ósea
antes de entrar en el torrente sanguíneo (esto no ocurre
en aves, anfibios
y ciertos animales). Los
eritrocitos en humanos adultos se forman en la médula
ósea.

HEMOGLOBINA

La hemoglobina —contenida exclusivamente en los
glóbulos rojos— es un pigmento, una proteína
conjugada que contiene el grupo "hemo". También transporta
el dióxido de carbono, la mayor parte del cual se
encuentra disuelto en el plasma sanguíneo.

Los niveles normales de hemoglobina están entre
los 12 y 18 g/dL de sangre, y esta cantidad es proporcional a la
cantidad y calidad de hematíes (masa eritrocitaria).
Constituye el 90 por ciento de los eritrocitos y, como pigmento,
otorga su color
característico, rojo, aunque esto sólo ocurre
cuando el glóbulo rojo está cargado de
oxígeno.

Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos
son destruidos y extraídos de la sangre por el bazo, el
hígado y la médula ósea, donde la
hemoglobina se degrada en bilirrubina y el hierro es
reciclado para formar nueva hemoglobina.

Glóbulos
blancos

Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de
los efectores celulares del sistema
inmunológico, y son células con capacidad
migratoria que utilizan la sangre como vehículo para tener
acceso a diferentes partes de la anatomía. Los
leucocitos son los encargados de destruir los agentes infecciosos
y las células infectadas, y también secretan
sustancias protectoras como los anticuerpos, que combaten a las
infecciones.

El conteo normal de leucocitos está dentro de un
rango de 4.500 y 11.500 células por mm³ (o
microlitro) de sangre, variable según las condiciones
fisiológicas (embarazo,
estrés,
deporte, edad,
etc.) y patológicas (infección, cáncer,
inmunosupresión, aplasia, etc.). El recuento porcentual de
los diferentes tipos de leucocitos se conoce como "fórmula
leucocitaria".

Según las características
microscópicas de su citoplasma (tintoriales) y su
núcleo (morfología), se dividen en:

  • los granulocitos o células
    polimorfonucleares
    : son los neutrófilos,
    basófilos y eosinófilos; poseen un
    núcleo polimorfo y numerosos gránulos en su
    citoplasma, con tinción diferencial según los
    tipos celulares, y

  • los agranulocitos o células
    monomorfonucleares
    : son los linfocitos y los monocitos;
    carecen de gránulos en el citoplasma y tienen un
    núcleo redondeado.

Granulocitos o
células polimorfonucleares

  • Neutrófilos, presentes en sangre entre
    2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más
    numerosos, ocupando entre un 55% y un 70% de los leucocitos.
    Se tiñen pálidamente, de ahí su nombre.
    Se encargan de fagocitar sustancias extrañas
    (bacterias, agentes externos, etc.) que entran en el
    organismo. En situaciones de infección o
    inflamación su número aumenta en la sangre. Su
    núcleo característico posee de 3 a 5
    lóbulos separados por finas hebras de cromatina, por
    lo cual antes se los denominaba "polimorfonucleares" o
    simplemente "polinucleares", denominación
    errónea.

  • Basófilos: se cuentan de 0,1 a 1,5
    células por mm³ en sangre, comprendiendo un
    0,2-1,2% de los glóbulos blancos. Presentan una
    tinción basófila, lo que los define. Segregan
    sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes,
    y la histamina que contribuyen con el proceso de la
    inflamación. Poseen un núcleo a menudo cubierto
    por los gránulos de secreción.

  • Eosinófilos: presentes en la sangre de 50 a
    500 células por mm³ (1-4% de los leucocitos)
    Aumentan en enfermedades producidas por parásitos, en
    las alergias y en el asma. Su núcleo,
    característico, posee dos lóbulos unidos por
    una fina hebra de cromatina, y por ello también se las
    llama "células en forma de antifaz".

Agranulocitos o
células monomorfonucleares

  • Monocitos: Conteo normal entre 150 y 900
    células por mm³ (2% a 8% del total de
    glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi siempre
    por infecciones originadas por virus o parásitos.
    También en algunos tumores o leucemias. Son
    células con núcleo definido y con forma de
    riñón. En los tejidos se diferencian hacia
    macrófagos o histiocitos.

  • Linfocitos: valor normal entre 1.300 y 4000 por
    mm³ (24% a 32% del total de glóbulos blancos). Su
    número aumenta sobre todo en infecciones virales,
    aunque también en enfermedades neoplásicas
    (cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los
    linfocitos son los efectores específicos del sistema
    inmunológico, ejerciendo la inmunidad adquirida
    celular y humoral. Hay dos tipos de linfocitos, los
    linfocitos B y los linfocitos T.

Los linfocitos B están encargados de la
inmunidad humoral, esto es, la secreción de anticuerpos
(sustancias que reconocen las bacterias y se
unen a ellas y permiten su fagocitocis y destrucción). Los
granulocitos y los monocitos pueden reconocer mejor y destruir a
las bacterias cuando los anticuerpos están unidos a
éstas (opsonización). Son también las
células responsables de la producción de unos componentes del suero de
la sangre, denominados inmunoglobulinas.

Los linfocitos T reconocen a las células
infectadas por los virus y las destruyen con ayuda de los
macrófagos. Estos linfocitos amplifican o suprimen la
respuesta inmunológica global, regulando a los otros
componentes del sistema inmunológico, y segregan gran
variedad de citoquinas. Constituyen el 70% de todos los
linfocitos.

Tanto los linfocitos T como los B tienen la capacidad de
"recordar" una exposición
previa a un antígeno específico, así cuando
haya una nueva exposición a él, la acción
del sistema inmunológico será más
eficaz.

Plaquetas

Las plaquetas (trombocitos) son fragmentos celulares
pequeños (2-3 µm de diámetro), ovales y sin
núcleo. Se producen en la médula ósea a
partir de la fragmentación del citoplasma de los
megacariocitos quedando libres en la circulación
sanguínea. Su valor cuantitativo normal se encuentra entre
150.000 y 450.000 plaquetas por mm³.

Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que
pudieran afectar a los vasos sanguíneos. En el proceso de
coagulación (hemostasia), las plaquetas contribuyen a la
formación de los coágulos (trombos), así son
las responsables del cierre de las heridas vasculares. Una gota
de sangre contiene alrededor de 250.000 plaquetas

Plasma
sanguíneo

El plasma sanguíneo es la porción
líquida de la sangre en la que están inmersos los
elementos formes. Es salado y de color amarillento
traslúcido y es más denso que el agua. El
volumen plasmático total se considera como de 40-50 mL/kg
peso.

El plasma sanguíneo es esencialmente una
solución acuosa de composición compleja conteniendo
91% agua, y las
proteínas el 8% y algunos rastros de otros
materiales
(hormonas,
electrolitos, etc.). Estas proteínas son:
fibrógeno, globulinas, albúminas y
lipoproteínas. Otras proteínas plasmáticas
importantes actúan como transportadores hasta los tejidos
de nutrientes esenciales como el cobre, el
hierro, otros metales y
diversas hormonas. Los componentes del plasma se forman en el
hígado (albúmina y fibrógeno), las
glándulas endocrinas (hormonas), y otros en el
intestino.

Además de vehiculizar las células de la
sangre, también lleva los alimentos y las
sustancias de desecho recogidas de las células. El suero
sanguíneo es la fracción fluida que queda cuando se
coagula la sangre y se consumen los factores de la
coagulación.

Los componentes del plasma se forman en el hígado
(albúmina y fibrógeno) y en las glándulas
endocrinas (hormonas).

El plasma es una mezcla de proteínas,
aminoácidos, glúcidos, lípidos,
sales, hormonas, enzimas,
anticuerpos, urea, gases en
disolución y sustancias inorgánicas como sodio,
potasio, cloruro de calcio, carbonato y bicarbonato.

Características
físico-químicas

  • La sangre es un fluido, con movimiento perpetuo y
    pulsátil, que circula unidireccionalmente contenida en
    el espacio vascular (las propiedades del flujo son adaptadas
    a la arquitectura de los vasos sanguíneos). El impulso
    hemodinámico es proporcionado por el corazón en
    colaboración con los grandes vasos
    elásticos.

  • La sangre suele tener un pH entre 7,36 y 7,42
    (valores presentes en sangre arterial). Sus variaciones
    más allá de esos valores son condiciones que
    deben corregirse pronto (alcalosis, cuando el pH es demasiado
    básico, y acidosis, cuando el pH es demasiado
    ácido).

  • Una persona adulta tiene alrededor de 4-5 litros de
    sangre (7% de peso corporal), a razón de unos 65 a 71
    mL de sangre por kg de peso corporal.

Qué
contienen las unidades procesadas

La sangre es una mezcla de células y
líquido, y cada componente tiene una función
específica:

  • Los glóbulos rojos llevan el
    oxígeno a los tejidos corporales y recogen el
    dióxido de carbono. Los glóbulos rojos
    representan entre el 40% y el 45% por ciento de la sangre de
    una persona y viven 120 días.

  • Los glóbulos blancos forman parte del
    sistema inmunitario y constituyen su principal defensa contra
    las infecciones. Los glóbulos blancos representan
    menos del 1% de la sangre de una persona.

  • Las plaquetas son fragmentos de
    células encargadas de los procesos de
    coagulación, lo que ayuda a prevenir y controlar las
    hemorragias. Representan en torno al 5% de la
    sangre.

  • El plasma es una mezcla amarillenta de agua,
    proteínas, electrólitos, hidratos de carbono,
    colesterol, hormonas y vitaminas. Aproximadamente el 55% de
    la sangre es plasma.

Las células sanguíneas se fabrican en la
médula ósea, una sustancia esponjosa contenida en
el interior de muchos de los huesos del
cuerpo. Un adulto maduro tiene casi 5 litros de médula
ósea en el cuerpo.

INDICACIONES DEL CONCENTRADO DE
HEMATIES:

Una unidad de concentrado de hematíes eleva la
hemoglobina 1.3 g/dl y el hematocrito alrededor de un 3 %, y
contiene cada una aproximadamente unos 250 ml. Salvo situaciones
especiales en las cuales se podría producir una sobrecarga
(bajo peso, cardiopatía, gestantes) se suele transfundir
de dos en dos unidades (en niños se transfunden de 10 a 15
ml/Kg). La indicación de transfusión de concentrado
de hematíes viene indicada por la existencia de anemia, nunca
solamente por la reposición de volumen.

ANEMIA AGUDA:

El grado de anemia a partir del cual se debe transfundir
a un paciente debe ser determinado por la clínica que
presenta (disnea, cifras de tensión arterial, taquicardia,
mareos, angor…) no por una determinada cifra de
hemoglobina aunque esta pueda ser orientativa, teniendo en cuenta
que las manifestaciones clínicas y datos
analíticos iniciales de una pérdida aguda
están relacionadas fundamentalmente con la hipovolemia
brusca y no con el descenso de los hematíes
circulantes.

El tratamiento irá dirigido en primer lugar a
reponer la volemia con soluciones
cristaloides y coloides

ANEMIA CRÓNICA:

En pacientes sin riesgo: transfundir con hemoglobina
inferior a 7 g/dl. En pacientes con riesgo (intervención
quirúrgica, embarazo, enfermedad coronaria…)
transfundir con hemoglobina inferior a 9 g/dl. De todos modos
antes de solicitar la transfusión valorar si existen
alternativas a la misma con posibilidad de respuesta a corto
plazo y el paciente está en condiciones de esperar esa
respuesta (p.e. hierro en la ferropenia pura)

Una vez que el clínico decide transfundir al
paciente debe cumplimentar el escrito de petición de
transfusión al Banco de Sangre
indicando en dicha solicitud el volumen que debe ser transfundido
y la urgencia de la transfusión: Debe de prestarse
especial atención a si el paciente en sus informes o
historia
clínica tiene alguna indicación de especial
interés
para la transfusión (existencia de anticuerpos conocidos u
otras indicaciones acerca de las características de los
productos a transfundir). Así mismo, debe de figurar en la
petición el número de historia clínica si se
conoce y si no debe constar por si procede otro número de
identificación por parte del Banco. Recordar que la
correcta cumplimentación de todos los datos es una de las
claves más importantes de la seguridad
transfusional.

TRANSFUNDIR CON EXTREMA
URGENCIA

El enfermo necesita hematíes en cuestión
de minutos. No se realizan pruebas de compatibilidad completas
sino que se pone una unidad de O negativo. Tiene el inconveniente
de que al no realizar estas pruebas hay mayor riesgo de
reacciones transfusionales, además de consumir un tipo de
sangre que es escasa, por lo que debe ser valorada adecuadamente
antes de solicitarla.

TRANSFUNDIR CON
URGENCIA.

Se realizan pruebas de compatibilidad completas y se
tarda un mínimo de una hora en realizar la
transfusión. Generalmente se puede cubrir de esta forma
casi todas las urgencias, sin apenas tener que recurrir a la
petición de extrema urgencia

TRANSFUNDIR EN EL
DÍA

Se realizan pruebas de compatibilidad completas. Se
transfunde normalmente en el turno de trabajo o como
máximo en las próximas ocho horas.

Cruzar y reservar:

Cuando el paciente no necesita transfusión pero
puede necesitarla de forma urgente dentro de las próximas
24 a 72 horas. Se selecciona sangre y se realizan pruebas de
compatibilidad completas de forma que si es necesaria se puede
transfundir en pocos minutos.

SANGRE TOTAL

Se conoce por sangre total aquella que no ha sido
separada en sus diferentes componentes. Una unidad tiene un
volumen de 450 a 500 mL y es recolectada en una solución
con anticoagulante y conservante —CPD
(citrato-fosfato-dextrosa) o CPDA- 1
(citrato-fosfato-dextrosa-adenina)— que permite la
supervivencia de sus elementos. El hematocrito (Ht) de cada
unidad se corresponde con el Ht del donante (como mínimo,
38%) (3). La temperatura de
almacenamiento es
de 1 a 6 °C. La sangre modificada se obtiene devolviendo a la
unidad de GR el plasma que queda después de extraer las
plaquetas o el crioprecipitado.

INDICACIONES.

Su indicación fundamental, para muchos la
única, es el tratamiento de pacientes con hemorragia
activa que presenten una pérdida sostenida de más
de 25% de su volumen sanguíneo total y que puedan llegar a
sufrir choque hemorrágico. Sus indicaciones son
controvertidas. Para muchos, puede ser sustituida por el uso de
componentes como GR y plasma, mientras que otros argumentan que
el uso de estos componentes en lugar de sangre total para tratar
el choque significa un mayor riesgo de enfermedades transmisibles
por la transfusión, ya que se están usando
componentes de varios donantes. En general se recomienda que en
caso de no existir sangre total se administren GR con soluciones
cristaloides o GR con plasma fresco congelado (PFC),
supliéndose así la capacidad de transporte de
oxígeno y restaurándose el volumen
perdido.

DOSIS Y ADMINISTRACIÓN.

En el adulto, una unidad de sangre total aumenta el Ht
en un 3 a 4% y la hemoglobina (Hb) en 1 g/dL. En pacientes
pediátricos, la transfusión de 8 mL/kg puede
proporcionar un aumento de la Hb de aproximadamente 1
g/dL.

La velocidad de
infusión depende del estado
clínico del paciente, pero por razones de seguridad, su
tiempo de
administración no debe ser mayor de 4
h.

El reajuste del volumen puede ser prolongado o anormal
en pacientes con insuficiencia
renal crónica o insuficiencia
cardíaca congestiva. La sangre total debe
administrarse a través de un filtro.

CONTRAINDICACIONES Y
PRECAUCIONES.

No se debe administrar a pacientes con anemia
crónica que estén normovolémicos y
únicamente necesiten un aumento de su masa de GR. En tal
caso se recomienda usar concentrados de GR. En pacientes que
reciban grandes cantidades de sangre almacenada se puede
presentar una coagulopatía dilucional por
disminución de los factores lábiles de la
coagulación

y de las plaquetas; los factores estables se mantienen
en las unidades de sangre. El almacenamiento origina
también una disminución de la concentración
de 2,3-difosfoglicerato, que es la molécula que facilita
la liberación de oxígeno de la Hb.

SANGRE FRESCA

El término es bastante controvertido, al igual
que el tiempo que la define; para algunos es aquella que tiene
menos de 6 h de extraída, y para otros la que tiene menos
de 24 a 48 h, plazo en el que comienzan a deteriorarse ciertos
elementos y componentes de la sangre, como las plaquetas, los
leucocitos y los factores lábiles de la
coagulación, como el factor VIII. El volumen, el Ht, la
duración y el almacenamiento son iguales que los de la
sangre total. No hay datos que indiquen que el uso de sangre
fresca se asocie a una mejor evolución clínica en las hemorragias
agudas, en comparación con la sangre

Total.

INDICACIONES DE CONCENTRADO DE
PLAQUETAS:

De cada donante se obtiene una unidad de concentrado de
plaquetas. Se suele transfundir una unidad por cada 10 kg de peso
del paciente. En nuestro hospital se utilizan "pooles "de
plaquetas, de manera que cada pool contiene 6 unidades
(procedentes de 6 donaciones diferentes), siendo la cantidad
estándar que se transfunde a un adulto de un "pool ". Tras
la transfusión de un pool la elevación en el
recuento de plaquetas en el receptor es muy variable, sobre todo
en función de la patología de base, sin embargo se
da como cifra aproximada la de 30 a 50000 plaquetas por ml. En
situaciones de normofuncionalismo plaquetar, con cifras
superiores a 50.000, no hay riesgo de hemorragia
espontánea.

TRANSFUSIÓN
TERAPÉUTICA.

Cuando hay trombopenia (cifras inferiores a 50.000/mm3)
o trombopatía, teniendo en cuenta la gravedad del
sangrado, la patología de base y agotadas las medidas de
hemostasia local. Se debe esperar una buena respuesta en
trombopenias de origen central (aplasias, quimioterapia). Sin
embargo en trombopenias periféricas como la
coagulación intravascular diseminada (CID) la
púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) o
las hepatopatias, aunque no existe contraindicación
absoluta, la respuesta es mínima debido a la rápida
destrucción de las plaquetas transfundidas.

TRANSFUSIÓN
PROFILÁCTICA.

Las indicaciones de profilaxis son las
siguientes:

– Más de 100.000 plaquetas/mm3, no procede
profilaxis.

– De 60 a 100.000 plaquetas/mm3, sólo en
cirugía mayor.

– De 20 a 60.000 plaquetas/mm3, en cirugía mayor
y menor.

– De 10 a 20.000 plaquetas/mm3, en intervenciones y en
situaciones de riesgo elevado (fiebre,
infección, hipertensión arterial).

– Menos de 10.000 plaquetas/mm3, siempre en trombopenias
reversibles. No se realiza profilaxis en aquellos pacientes con
trombopenias no reversibles (PTI, hepatopatías) si no se
va a someter a una intervención quirúrgica o prueba
invasiva con riesgo elevado de sangrado. La principal
indicación de la transfusión de plaquetas
profiláctica son las trombopenias
post-quimioterapia.

La solicitud de transfusión tendrá en
cuenta todo lo indicado para los concentrados de hematíes
en lo referente a los datos que deben de figurar en la
misma.

INDICACIONES DE PLASMA FRESCO
CONGELADO:

Se utiliza por su alto contenido de factores de
coagulación, hoy en día no está aceptado su
uso como expansor de volumen ni como nutriente.

La transfusión de Plasma Fresco es
eficaz para el tratamiento de los déficit de Factores II
– V – VII – X – XI y XII. Para la
reposición de factor VIII – IX y Fibrinógeno es
recomendable utilizar los concentrados de factores
específicos disponibles.

Dosis de 10 – 15 ml/Kg. de peso
produce un incremento del 30% de la concentración de los
distintos factores de coagulación.

12.3. Los prematuros y neonatos de 15 a 30
días de vida, tienen tiempos de protrombina y
tromboplastina parcial más prolongados que los
niños de mayor edad.

Históricamente el Tiempo de
Protrombina (PT) y el Tiempo Parcial de Tromboplastina Activada
(APTT), fueron asumidos como reflejo de la integridad del Sistema
de Coagulación, y las anormalidades encontradas en los
mismos justificaban la indicación de la transfusión
de Plasma Fresco; en la actualidad estos datos deben ser
complementados con manifestaciones clínicas de
sangrado.

Distintos parámetros relacionados
con los factores de coagulación presentes en el Plasma
Fresco.

INDICACIONES ABSOLUTAS.

-Púrpura trombótica
trombocitopénica.

-Púrpura trombótica neonatal por
déficit de proteína C o S coagulantes.

-Exanguinotransfusión en neonatos cuando no se
dispone de sangre total.

Indicaciones relativas.

En las siguientes ocasiones, siempre que exista sangrado
importante y alteración significativa de las pruebas de
coagulación.

– Coagulación intravascular
diseminada.

– Transfusiones masivas de hematíes, que superen
el total del volumen corporal en menos de 24 horas.

– Pacientes en tratamiento con anticoagulantes orales
que precisan una reversión en pocas horas de su efecto por
hemorragia, o cirugía inminente, con INR mayor de
1.7.

– Hepatopatías graves.

– Déficits factoriales congénitos si no se
dispone de factor específico.

-Cirugía cardiaca con circulación
extracorpórea, descartadas otras causas de
sangrado.

La solicitud de transfusión tendrá en
cuenta todo lo indicado para los concentrados de hematíes
en lo referente a los datos que deben de figurar en la
misma.

Reacciones
transfusionales

Ante una sospecha de reacción
transfusional:

  • Parar la transfusión.

  • Mantener la vía con suero fisiológico
    (salino isotónico.)

  • Avisar a Banco de Sangre.

REACCIÓN
HEMOLÍTICA.

Se produce tras la transfusión de hematíes
o plasma incompatible. La forma más importante es la
hemólisis aguda debido a un error de reconocimiento,
transfundiendo al paciente hematíes no compatibles. Se
caracteriza por la aparición de forma súbita de
fiebre, escalofríos, vómitos, dolor lumbar,
hipotensión y si es grave puede progresar
rápidamente al shock, fallo renal y CID.

Ante la sospecha de un cuadro hemolítico se debe
interrumpir inmediatamente la transfusión. Se extrae una
muestra de sangre y se envía junto a la unidad de sangre
que se estaba transfundiendo de forma urgente a Banco de Sangre
para su confirmación. De forma simultánea se debe
iniciar medidas de mantenimiento,
principalmente mantener una abundante hidratación que
junto al uso de diuréticos aseguren el mantenimiento de la
función renal.

SOBRECARGA DE VOLUMEN O INSUFUCIENCIA
CARDIACA.

Por transfusión muy rápida en pacientes
con problemas
cardiovasculares y gestantes. En estos casos transfundir
lentamente (una unidad hasta en 4 horas) y se pueden dar
diuréticos.

Reacciones
inespecíficas.

Son las más frecuentes, pero a veces se pueden
confundir con el inicio de una crisis
hemolítica. Pueden aparecer fiebre, escalofríos,
prurito, urticaria y distrés respiratorio. Suelen
producirse al final de la transfusión o a las pocas horas
de ésta. De todas formas ante la duda se debe proceder
como si de una reacción hemolítica se tratara,
hasta que se descarte. Suelen mejorar con enlentecimiento de la
transfusión o con tratamiento con paracetamol,
antihistamínicos o con corticoides. Los cuadros más
graves de este tipo son el edema pulmonar
no cardiogénico que puede llegar a precisar
intubación y ventilación y la Reacción
anafiláctica.

TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES
INFECCIOSAS.

Es la complicación más importante, por lo
que se deben evitar las transfusiones no necesarias.

CRIOPRECIPITADO

Es un concentrado de proteínas plasmáticas
de alto peso molecular que se precipitan en frío y se
obtiene a partir de la descongelación (4 a 6 °C) de
una unidad de PFC, que deja un material blanco (crioprecipitado)
que permanece en la bolsa después de transferir a otra
unidad la porción de plasma descongelado.

Su volumen es de aproximadamente 15 a 20 mL
después de eliminar el plasma sobrenadante. Se vuelve a
congelar a temperaturas de –18 a –20 °C en la
hora siguiente a su preparación y tiene una vida media de
1 año. Contiene concentrado de factor VIII:C (actividad
procoagulante), 80 a 120 U; factor VIII:vWF (factor de von
Willebrand), 40 a 70%; fibrinógeno, 100 a 250 mg, y factor
XIII, 20 a 30%. También es fuente de fibronectina, una
proteína que participa en la fagocitosis.

La introducción del crioprecipitado
revolucionó el tratamiento de la hemofilia por ser una
fuente de factor VIII fácilmente disponible. Indicaciones.
Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand cuando no se dispone
de concentrados liofilizados, déficit congénito o
adquirido de fibrinógeno y factor XIII, y tratamiento de
hemorragias asociadas con la uremia, específicamente en
pacientes que no responden a la desmopresina.

Junto con la trombina, también se usa como fuente
de fíbrinógeno para preparar cola de fibrina para
la hemostasis quirúrgica tópica.

Contraindicaciones y precauciones. No se debe usar en el
tratamiento de pacientes con déficit de factores
diferentes de los presentes en el crioprecipitado.

No son necesarias pruebas de compatibilidad, pero debe
usarse en pacientes que tengan compatibilidad ABO. El riesgo de
transmisión de enfermedades infecciosas es el mismo que
con el PFC.

Dosis y administración. La dosis depende de la
enfermedad que se vaya a tratar. Se debe administrar a
través de un filtro estándar. Una vez descongelado,
si no se usa inmediatamente puede almacenarse durante un
máximo de 6 h. En la reposición de factor VIII:C,
se da por sentado que una bolsa contiene aproximadamente 100 U de
factor VIII y 150 a 200 mg de fibrinógeno. En el adulto,
cada unidad puede aumentar el fibrinógeno en 5 mg/dL; el
nivel hemostático del fibrinógeno es < 100
mg/dL.

En la enfermedad de von Willebrand se puede usar una
dosis de 1 U/10 kg de peso.

CONCENTRADOS DE
GRANULOCITOS

Son preparados por procedimientos de aféresis o
centrifugación (buffy coat). Cada unidad contiene = 1,0
1010 granulocitos y cantidades variables de
linfocitos, plaquetas y GR, suspendidos en 200 a 300 mL de
plasma. Su recolección es facilitada por el uso previo de
hidroxietilalmidón, esteroides o factor estimulante de las
colonias de granulocitos. Los granulocitos deben almacenarse a
temperaturas de 20 a 24 °C y transfundirse no más de
24 h después de su recolección.

Indicaciones. Actualmente su uso es poco
frecuente.

Los nuevos antibióticos, los efectos adversos
atribuidos a su administración y el advenimiento de los
factores estimuladores de colonias han contribuido a reducir su
uso. Sin embargo, en ciertos pacientes, la transfusión de
granulocitos puede producir resultados satisfactorios.Para
decidir su administración, los pacientes deben cumplir los
siguientes criterios: neutropenia (recuento de granulocitos <
500/L); fiebre de 24 a 48 h que no responde a los
antibióticos apropiados o sepsis bacteriana que no
responde a los antibióticos apropiados u otros
tratamientos; médula ósea con hipoplasia mieloide y
posibilidades razonables de recuperación de la
médula ósea. No se recomienda la transfusión
profiláctica. La transfusión de granulocitos a
dosis mínimas de 1 1010/transfusión es beneficiosa
en ciertos pacientes.

CONTRAINDICACIONES Y
PRECAUCIONES.

Se mantiene la opinión de que los
antibióticos y los factores de crecimiento
hematopoyéticos pueden ser más eficaces que la
transfusión de granulocitos en pacientes infectados. Los
riesgos
incluyen la transmisión de enfermedades virales,
especialmente CMV, y la inmunización por antígenos
HLA y antígenos eritrocitarios.

La transfusión de granulocitos tiene un valor
terapéutico dudoso, las reacciones alérgicas son
frecuentes, puede aparecer EICH o insuficiencia pulmonar y no se
ha demostrado que sea eficaz en pacientes con infecciones
localizadas o por agentes no bacterianos.

DOSIS Y
ADMINISTRACIÓN.

Aún no se han establecido la dosis y la
duración del tratamiento. Sin embargo, son necesarios al
menos 4 días de transfusiones diarias para demostrar un
beneficio. Más recientemente se ha replanteado su papel en
los pacientes granulocitopénicos, considerando que se
puede aumentar el número de leucocitos recolectados con el
uso de factores de crecimiento hematotopoyéticos
recombinantes, así como las mejoras de las técnicas
de recolección. Su administración requiere
el uso de un filtro estándar.

Requisitos para
donar sangre

En principio, puedes ser donante de sangre si tienes
entre 18 y 65 años, pesas más de 50 kilos y gozas,
en general, de buena salud.

Requisitos:

  • Edad: entre 18 y 65 años

  • Peso: superior a 50 kilos

  • Tensión diastólica (baja): no superior
    a 10

  • Tensión sistólica (alta): no superior
    a 18

  • Pulso: regular, entre 50 y 110
    pulsaciones

  • Valores hemoglobina hombre: superior a 13,5
    gr./dL.

  • Valores hemoglobina mujer: superior a 12,5
    gr./dL.

  • No se debe donar en ayunas.

  • No haber viajado, en el último año, a
    zonas endémicas de paludismo (algunos países de
    Hispanoamérica, África y Asia)

  • No realizar prácticas de riesgo que faciliten
    el contagio de hepatitis o Sida.

  • No haber tenido infecciones víricas (catarro
    o faringitis) en los últimos 7 días.

  • El antecedente de enfermedades, operaciones o tomar
    medicamentos deben ser valorados por el médico
    responsable de la unidad de donación.

Consideraciones:

  • Frecuencia de la donación en hombres:
    máximo cuatro veces al año.

  • Frecuencia de la donación en mujeres:
    máximo tres veces al año.

  • Periodo mínimo entre donaciones: dos
    meses.

Autoexclusión:

  • Tú o tu pareja trabajáis en el
    ámbito de la prostitución.

  • Tú o tu pareja os habéis inyectado
    droga alguna vez.

  • Tú o tu pareja sois enfermos de Sida o VIH
    (+) o pensáis que necesitáis analizaros. Alguno
    de vosotros es portador del virus de la hepatitis B o
    C.

  • Tú o tu pareja habéis tenido alguna
    relación sexual con una persona dedicada a la
    prostitución.

  • Has tenido relaciones sexuales con una persona que
    no sea tu pareja y no has usado preservativo.

  • Tú o tu pareja habéis tenido
    relaciones sexuales con una persona portadora de VIH o
    Sida.

  • Tú o tu pareja habéis tenido
    relaciones sexuales con una persona que se ha drogado alguna
    vez.

(En las 4 últimas situaciones, no se debe donar
durante al menos un año)

PASOS PARA DONAR:

  • Acudir a un centro de transfusión, banco de
    sangre hospitalario o unidad móvil.

  • Inscripción administrativa (llevar siempre el
    DNI).

  • Lectura del cuestionario con las condiciones para
    donar.

  • Entrevista con el médico y chequeo
    (tensión arterial, pulso, análisis) para
    verificar la condición de salud del
    donante.

  • Donación de sangre.

  • Reposo mientras se toma un refrigerio.

Y DESPUÉS DE
DONAR:

  • Presionar en la zona de punción al menos
    cinco minutos.

  • Reposar durante diez minutos.

  • Comer o beber algo.

  • Aumentar el consumo de líquidos durante las
    siguientes 24 horas.

  • No fumar hasta después de media
    hora.

  • No consumir alcohol hasta después de
    comer.

Los trabajadores que deban realizar grandes esfuerzos o
trabajen a gran altura deben esperar un mínimo de 12 horas
antes de reanudar su actividad.

FLUJOGRAMA DE
ACTIVIDADES

Abreviaturas y
acrónimos

CNTS. Centro Nacional de la
Transfusión Sanguínea.

CMV.
Citomegalovirus.

VIH. Virus de la
Inmunodeficiencia Humana.

FDA. Food and Drug
Administration.

CONASIDA. Consejo Nacional
para la Prevención y Control del VIH/SIDA.

SIDA. Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida.

OMS. Organización
Mundial de la Salud.

OPS. Organización
Panamericana de la Salud.

VHC. Virus de la Hepatitis
C.

PED. Programa de Educación a
Distancia.

CETS. Centros Estatales de
la Transfusión Sanguínea.

AABB. Asociación
Americana de Bancos de Sangre.

NOM. Norma Oficial
Mexicana.

ETTS. Enfermedades Transmisibles por
Transfusión Sanguínea.

UNAM. Universidad Nacional
Autónoma de México.

IPN. Instituto Politécnico
Nacional.

SECODAM. Secretaría de la
Contraloría y Desarrollo Administrativo.

DOF. Diario Oficial de la
Federación.

BS. Banco de Sangre.

BCPH. Banco de Células
Progenitoras Hematopoyéticas.

CS. Componentes
Sanguíneos.

VHB. Virus de la Hepatitis
B.

SSA. Secretaría de Salubridad
y Asistencia.

PNS. Plan Nacional de Salud.

Bibliografía

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    J.J.VERDÚ VERDÚ. CAPITULO 45.
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    JULIO DE 1994. ACTUALIZACIÓN-ENTREGA. ABRIL 2000, 85%
    AVANCE.

  • 3. REGLAMENTO DE LA LEY GENERAL DE
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  • 9. ESTÁNDARES DE TRABAJO
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    CARIBBEAN EPIDEMIOLOGY CENTRE (CAREC).

  • 11. CRITERIOS PARA BANCOS DE
    SANGRE Y SERVICIOS DE TRANSFUSIÓN. XX EDICIÓN.
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    BIOLOGÍA MOLECULAR A LA VIROLOGÍA.
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  • 14. SANGRE, SEGURIDAD Y
    DONACIONES, ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (JUNIO DE
    2008).

 

 

 

 

 

 

Autor:

Joaquín González
Zarate

Partes: 1, 2
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