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Análisis de la obra "El Extranjero" de Albert Camus (página 2)



Partes: 1, 2

Al margen de las corrientes filosóficas, Camus
elaboró una reflexión sobre la condición
humana. Rechazando la formula de un acto de fe en Dios, en la
historia o en la
razón, se opuso simultáneamente al cristianismo,
al marxismo y al existencialismo. No dejó de luchar contra
todas las ideologías y las abstracciones que alejan al
hombre de lo
humano. Lo definió como la Filosofía del absurdo, además de
haber sido un convencido anarquista, dedicando parte
importante de su libro
"El hombre
rebelde" a exponer, cuestionar y filosofar sobre sus
convicciones, y demostrar lo destructivo de toda ideología que proponga una finalidad
en la historia.

Camus murió el 4 de enero de 1960, en un
accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin. Entre los
papeles que se le encontraron había un manuscrito
inconcluso, El primer hombre, de fuerte contenido
autobiográfico y gran belleza. Camus fue enterrado
en Lourmarin, pueblo del sur de Francia donde
había comprado una casa.

Biografía extraída de {http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus}

Introducción

La primera novela de Albert
Camus, El Extranjero, publicada en 1937 posee, entre
varias particularidades, la de ser, además la más
ampliamente difundida de las obras del escritor argelino. Expresa
una cierta  peculiaridad hipnótica que, aunada
al ritmo y la brevedad de la narración, logra convertirla
en uno de esos escasos libros que se hacen leer de un tirón.
Desde el primer párrafo Camus nos sumerge en el
terreno de lo absurdo que, sin embargo, nos resulta
siniestramente familiar pues tal absurdo es un fiel reflejo de la
existencia del hombre moderno, en la que lo cotidiano y
lo extraordinario, lo predecible y lo inexplicable se alternan de
manera aleatoria, simplemente suceden y el aparente carácter caótico que determina
y moldea toda esa absurda sucesión de fenómenos
absurdos.

Partiendo del absurdo como condición existencial
primaria y destino ineludible del protagonista, el autor
desarrolla una crítica
elegantemente mordaz e implacable de valores de la sociedad
burguesa, sumando absurdo tras absurdo expresados mediante la
sacralización de la muerte, la
piedad artificial de los ritos funerarios y del propio luto,
así, como las conductas individuales y colectivas que los
legitiman conformando un ineludible círculo vicioso de
prejuicios, hipocresía e ignorancia malintencionada del
cuál, una vez dentro, es absolutamente imposible escapar,
pues de principio a fin, de la cuna a la tumba cada existencia
individual corresponde a la concretización subjetiva de lo
absurdo como rasgo definitorio y definitivo del hombre y del
cosmos.

   Tema recurrente en toda su obra, el sistema Judicial
es la representación última de la más
absurda pretensión del hombre: creerse capaz de
distinguir valor alguno en las acciones de sus semejantes y llegar a la
pretensión de poder ejercer
la justicia.
Así dentro de la teatralidad total que es la existencia
individual se representa un segundo drama: una trágica
pantomima con niveles aún más
patéticamente  perversos de falsedad y
teatralidad. En este teatro de la
crueldad el actor por antonomasia, el histrión
último es el juez, impostor de Dios, representación
de la incurable necedad del hombre que, ciego a la verdad, se
cree capaz de ejercer la justicia.

Resumen del
argumento

El argumento del "extranjero" es muy sencillo: Meursault, un
chico joven recibe un telegrama anunciando la muerte de
su madre, a quien había decidido enviar a un asilo de
ancianos puesto que, como admitirá ulteriormente, ya no
tenían más nada que decirse. El joven Meursault
toma un par de días de descanso de su trabajo, el
autor no da una idea concreta de cual es su trabajo (solo que se
encuentra en una oficina en el
puerto), y asiste al funeral de su madre durante el cual no
siente ni manifiesta congoja alguna y sólo le incomoda
el calor implacable del verano argelino y el no
poder fumar delante del féretro. De vuelta en la ciudad se
encuentra con una antigua compañera de trabajo con quien
inicia una relación y a la que manifiesta estar dispuesto
a casarse con ella a pesar de estar convencido de no amarla (da
la impresión que solo sea una relación de placer
propio.) En esos días traba amistad con
Raymond, un sujeto que aparenta ser un proxeneta y que se halla
en problemas con un grupo de
árabes. En un paseo a la playa el nuevo amigo de Meursault
es amenazado por un grupo de árabes, pasado el incidente
Meursault regresa a confrontar a sus adversarios, revolver
en mano y deslumbrado por el
sol dispara varias veces sobre uno de ellos hasta
matarlo.

Meursault es procesado en una atmósfera absurda y
en el Tribunal se establece que no ha llorado por la muerte de su
madre, que tiene relaciones
sexuales extramaritales con una mujer apenas
dos días tras el fallecimiento de su progenitora y,
según su propio testimonio, que ha disparado contra el
árabe porque le dolía la cabeza y la luz del sol
le había deslumbrado. Es hallado culpable y condenado a
muerte. Frente al capellán de la prisión, la
víspera de su ejecución manifiesta su
ateísmo, su falta de temor ante la muerte y
la conciencia de la indiferencia absoluta entre
morir un día u otro, en aquel momento o cincuenta
años más tarde. Su único deseo, al final, es
acudir al patíbulo rodeado por los gritos de odio de la
multitud enfebrecida.

El
protagonista

Meursault, un juego de
palabras ligado a la relación que tenía con
el clima de su
Argelia natal, (constituido por las palabras mar y sal/meur et
sault.) Es el héroe absurdo prototípico, más
que un solitario, un náufrago desolado a la merced de las
olas de un absurdo mayor que el propio: la sociedad. Carece de la
hipocresía básica necesaria para sobrevivir en la
sociedad burguesa, pero no apela con esto a anhelo alguno de
virtud, su sinceridad y honestidad,
extrema hasta la ingenuidad, es producto de la relación absurda entre
dos entes absurdos: el hombre y el mundo, y nace de la
respuesta natural del sujeto humano ante tal estado de
cosas, la indiferencia. Meursault no es un intelectual amargado,
por el contrario es un joven lleno de vitalidad, con el hedonismo
egocéntrico propio de los veinte y tantos años,
abraza la vida en cuanto se le ofrece con la espontaneidad, tan
natural que parece que tenga una pasividad exultante ante todo.
Así acepta el
amor de Maria, la amistad de Raymond, el regalo ardiente
del sol en medio de la frescura del mediterráneo. Esta
manera de ser cargada de sensualismo marca todos
sus actos, incluyendo los más "trascendentales", en un
mundo en el que nunca se molesta en subrayar dada lo obvio de su
naturaleza,
como son el homicidio y
la propia muerte.{ Meursault prefigura el Sísifo
sonriente que años más tarde concebirá Camus
en su optimista apologética del absurdo Le myth de
Sysiphe.} – Frase extraída de la biografía de las
primeras páginas del libro.

"Mersault pues es considerado desde mi más humilde
opinión como un personaje extraño, intrigante,
misterioso, absurdo ya que no mantiene una relación con la
sociedad dentro de lo que se considera lo normal, su frialdad
despierta curiosidad por saber más, por intentar
escudriñar página a página el por
qué, quien es y que es lo que hace que tenga está
animadversión por la vida. Un ser extraño que crea
una curiosidad insaciable que hace que se lea la novela de un
tirón."

Resumen de la novela por
capítulos

Capitulo I

Los hechos ocurren en Argel. El protagonista,
Meursault recibe un telegrama en el que se le informa que su
madre ha fallecido. Debe partir hacia Marengo, donde se encuentra
el asilo de ancianos, lugar en el que se hallaba su madre. Pide
permiso a su patrón y emprende el viaje.Una vez en el
asilo, él esta centrado en sus preocupaciones, se niega a
ver el cuerpo de su madre y realiza reflexiones que demuestran su
indiferencia ante un hecho de tanta importancia. En lugar de
llorar a su madre, de expresarle su dolor, conversa con el
conserje, sobre Paris. Fuma, se mantiene distante con los amigos
de su madre que vienen a participar del velorio, le molesta el
llanto de una de las mujeres. Se duerme. El entierro le resulta
pesado, tortuoso por el calor de la jornada. Una vez
concluido regresa a Argel con alegría pensando solamente
en dormir. Nada hubo en él que expresara aflicción,
pesar. Había muerto su madre, sin embargo, todo fue un
trámite.

Capitulo II

Al despertar y darse cuenta que es sábado, siente el
gozo de saber que tiene aun dos días de "vacaciones" (en
realidad es el permiso que pidió a su jefe por la muerte
de su madre) y decide ir a bañarse al mar. Se encuentra
con Maria Cardona, antigua mecanógrafa de su oficina,
por la que había sentido deseos en el pasado. La invita
al cine y
luego pasa la noche con ella. Habían transcurrido pocas
horas del entierro de su madre. Sin embargo, no pareció
importante. En cambio, a
Maria le impresionó, aunque no hizo ningún
comentario. Él, entendía que no era su culpa; ya se
había disculpado con su patrón. Con ella no se
disculparía.Llega el domingo, describe la gente que pasa
por la calle, reflexiona acerca de lo que harán y donde
irán y
también expresa el aburrimiento que le provoca ese
día. Pensó que ya era un domingo menos, que su
madre estaba ahora enterrada, que volvería a su trabajo.
Nada había cambiado. El vacío que vive es extremo.
No hay ninguna expresión de sensibilidad en sus
reflexiones. Todo en él acontece como en forma
autómata, fría muy fría.

Capitulo III

Vuelve a su trabajo. Su patrón lo saluda
por el luto y le pregunta por la edad de su madre. No la
recuerda. Da una edad aproximada. Demuestra aquí un gran
desamor por ella. Algo extraño, sus afectos no significan
mucho, pero si el hacho de que la toalla que utiliza para secar
sus manos, esté húmeda por la tarde. Sale a
almorzar con un amigo, duerme un poco y luego regresa a la
oficina. Al regresar a su casa, se encuentra con Salamano, un
vecino viejo que tiene un perro sarnoso e enfermo de la piel. Describe
la relación entre ambos. A continuación se
encuentra con Raymond Sintes, un segundo vecino que lo invita a
comer algo en su habitación. Raymond le cuenta
una historia que ha vivido con una amante. Lo escucha
pero casi sin interesarse por el relato. Por eso, cuando Raymond
le pide consejo, le responde con oraciones breves y ante la
propuesta de escribir la carta,
responde afirmativamente de la misma forma que hubiera
rechazado.

Le era indiferente hacerlo o no. No le molestaba.
Una vez terminada, vuelve a su departamento y escucha gemir al
perro del viejo Salamano. A Meursault le daba lo mismo ser
su camarada que no serlo. Total imparcialidad.

Capitulo IV

Trabajó mucho toda la semana. Fue dos
veces al cine con Emmanuel, el sábado va nuevamente a la
playa y pasan la noche juntos. El domingo almuerzan juntos.
Sienten una discusión en la habitación de Raymond.
Allí le cuenta a Maria la historia del amante del vecino.
Termina interviniendo la policía. Él, debe salir de
testigo, afirma que le "da lo mismo" aunque no sabia que
debía decir. Cuando regresan se encuentran con Salamano
que había extraviado su viejo perro. Su consuelo hacia el
vecino es muy técnico, solo hace mención a
la actitud de la perrera. No es capaz de captar
la soledad y el dolor de Salamano.

Capitulo V

Un día en el que recibió varias
propuestas: Raymond lo invita a pasar el domingo en una
cabaña en la paya de un amigo, cerca de Argel. El
patrón le propone enviarlo a una oficina que
instalará en Paris. Meursault expresa que le da igual.
Ante la pregunta de su jefe si no le interesa un cambio de vida,
responde que nunca se cambia de vida, que todas valían lo
mismo. He aquí la absoluta indiferencia. Su jefe observa
que jamás responde directamente que no tiene
ambiciones. Por la tarde Maria le pregunta si quería
casarse con ella. Nuevamente la respuesta es: "me da igual". No
hay en él "sí" o "no". Pareciera que nada tiene
sentido, nada le importa lo suficiente como para jugarse en una
decisión personal única y responsable. Maria lo
ama y se lo dice; él ciertamente no la quiere y lo dice.
Para él, el matrimonio no es cosa seria. Pero si ella
desea casarse él lo haría cuando ella lo
disponga.Cena en el bar de Celeste, una extraña mujercita
se sentó a su mesa, pidió la cena y extrajo
una revista radiofónica en la que marco
las emisiones. Esto le llamo la atención a Meursault. Por ello al
salir ella, él como no tenia nada que hacer, salió
también y la siguió. Termino por perderla entonces,
volvió a su casa, encuentra a Salamano desolado por la
perdida de su perro. Habla con él, lo escucha, se aburre
pero como no tiene nada que hacer, ni sentía sueño,
se queda con su vecino. No es el afecto ni la preocupación
del otro lo que lo hacen quedar con Salamano. Sólo
para poder dejar pasar las horas.

Capitulo VI

Llego el domingo. Raymond, Maria y él marchan hacia la
cabaña de la playa de Masson. Al salir, enfrente
había un grupo de árabes, entre ellos
estaba el hermano de la joven a la que Raymond golpeo. Sin
embargo, no les dieron importancia. Siguieron su camino. Se
bañan, almuerzan y luego los tres hombres salen a caminar.
Se cruzan con dos árabes, que vienen tras Raymond a vengar
la paliza que le dio a su amante. Raymond es herido. Lo llevan a
un medico. Nuevamente vuelve a salir con Meursault y se encuentra
otra vez con los árabes Raymond saca un arma pero no la
dispara. Meursault se la pide. Regresan, pero él no quiere
encontrarse con las mujeres y decide seguir caminando. El
sol le molestaba, el calor lo sofocaba. Encuentra al
árabe que hirió a Raymond, le muestra su
cuchillo y él dispara. Meursault comprende que
destruyó el equilibrio del día. Por primera vez un
domingo fue diferente para él. Había sido feliz.
Disparo cuatro veces más sobre el cuerpo y reconoce que
así llama a la puerta de la desgracia, ya que esto lo
condenara seguramente.

Segunda Parte

Capitulo I

Es llevado a un juez de instrucción e
interrogado. No había escogido abogado, ja que otra vez
daba muestras de total indiferencia, por lo tanto le
envían un letrado de oficio. El abogado decide ayudarlo,
pero Meursault, absolutamente sincero le afirma que perdió
la costumbre de interrogarse, de reflexionar. Su abogado le
pregunta si sintió dolor el día del entierro de su
madre. Los instructores saben de las muestras de insensibilidad
de ese día y harán hincapié en ello el
día del juicio. El abogado no logró convencerlo de
decir que ese día había reprimido sus sentimientos
naturales. Al poco tiempo,
compadece nuevamente ante el juez. El juez buscaba el
arrepentimiento de él, pero ni siquiera ante el crucifijo,
se conmovió. Afirma no creer y más que culpable o
arrepentido se confiesa aburrido. El juez resultaba ser una
persona muy
exaltada y preocupada por la pasividad de MeursaultLas visitas
del juez continuaron, pero él no le prestaba
atención, estaba cansado de contar siempre lo mismo.

Capitulo II

Maria lo visita por primera y única vez ya
que se lo prohibían por no ser su mujer. Allí
comienza a sentir que está prisionero.Aquí describe
las sensaciones que siente en la prisión: la falta de una
mujer, la prohibición de fumar, la falta de libertad.
Reflexiona sobre el paso del tiempo estando encerrado. Por
primera vez, algo parece importarle. Es el castigo, pero,
confiesa no sentirse desgraciado. El único problema era
matar el tiempo y para ello comenzó a recordar. Así
terminó por no aburrirse. Confiesa que con las horas
de sueño, los recuerdos, la
lectura de una historia seca y la alternancia de
la luz y la sombra discurrió el tiempo.
Habían pasado cinco meses.

Capitulo III

Comienza su juicio. El abogado le informa que no es el
más importante porque hay otro caso: homicidio (este
caso ha atraído a muchos periodistas, Meursault hace
referencia a el ambiente de
desparpajo y normalidad que hay entre los periodistas.) Este
último concentró la atención de los
periodistas, por ello hay mucha gente. Al entrar al juzgado le da
la sensación de estar en un club. Todos se conocen, se
saludan; él se siente un intruso, pero está
tranquilo. Hasta que escucha los nombres de los testigos: el
director y el conserje del asilo, Raymond, Massou, Salamano,
Maria. Comienza a ser interrogado por el fiscal que hace hincapié en el tema de
la madre, porque la llevó al asilo. Luego toma testimonio
al director y al conserje del asilo. Ambos hablaron de su
negación a ver el cuerpo, que no lloró, que se fue
inmediatamente después del entierro sin recogerse ante su
tumba, ni siquiera sabía la edad de su madre. El fiscal
ante estas respuestas experimentó una sensación de
triunfo. Meursault se da cuenta de que las cosas no van
resultando a su favor porque no solo se lo juzga por su crimen
sino también por no haber sido un buen hijo. Maria,
Massou, Raymond, testimoniaron destacando sus cualidades, pero el
fiscal se mantuvo en la misma línea: para desacreditarlo
ante el jurado.

Capitulo IV

Continúa el Juicio. El protagonista siente
que se habla más de él que de su crimen. Se
realizan los alegatos del fiscal y el abogado defensor. El fiscal
insiste en que jamás lamentó haber asesinado al
árabe. Meursault piensa que él jamás
lamentó nada verdaderamente. Cuando el presidente del
tribunal le pregunta si desea decir algo, expresa que no tuvo
intención de matar al árabe, que todo fue por causa
del sol. Todos rieron en la sala. El alegato del abogado defensor
fue menos efusivo. El tribunal se retira de la sala. Delibera.
Regresa y se da la sentencia: culpable de asesinato. Sería
decapitado en una plaza pública y en nombre del pueblo
francés.

Capitulo V

Por tercera vez se niega a recibir al
capellán, no tiene deseos de hablar. Tan solo piensa
en las posibilidades que se le presentan para volver a la
libertad, pero se centra sobre todo en dos cosas: el alba y su
petición de indulto. Paso sus noches esperando esa alba en
la que lo ejecutarían. Cuando el amanecer pasaba y
seguía vivo, reflexionaba sobre el indulto. Deseaba
obtenerlo pero también se imaginaba que la petición
era rechazada y todo volvía a comenzar. Finalmente el
capellán entra en su celda e intenta explicarle porque
necesita el consuelo de Dios. Él, sigue firme en su
incredulidad y sostiene que todos estamos condenados
a muerte, por lo que ese consuelo no tiene sentido, llega a
molestarse mucho y a tomar al sacerdote por el cuello.
Intervienen los guardias. El capellán lloró por
él. Meursault recuperó la calma cuando éste
se fue. Agotado, se durmió. En el límite de la
noche, las sirenas sonaron. Anunciaban su ejecución. Por
primera vez, pensó en su mamá y se abrió
"a la
tierra indiferencia del mundo". Deseaba la presencia de
muchos espectadores que lo acogieran con gritos de odio.

"Me sorprendió el final de la novela,
sinceramente cuando acabe el último párrafo no
podía creer que acabara así, me dejo con más
intriga que antes sobre la actitud del protagonista, esta misma
intriga me hizo pensar sobre la historia aún más.
Creo que Camus hizo esto para intentar hacer pensar al lector,
para que así siguiera preguntándose el valor de la
vida y siguiera enamorado de la actitud de Meursault"

Conclusión

En la primera parte, bueno al menos así lo
propongo yo, se describe a Meursault como un personaje
apático, indiferente de la vida, como desconectado del
mundo, este obrar de Meursault es lo que Camus establece como la
"sensibilidad absurda" (El mito de
Sisifo), es la "vida inauténtica" al decir de Heidegger
(Sein und Zeit) en donde las personas viven para ocultar su
verdadero ser, que es, ni mas ni menos que el hombre
"es-un-ser-para-la-muerte".Explicándolo de otro modo,
estamos destinados a morir, pero esta realidad, el camino hacia
la muerte o sea la nada, nos genera una angustia gigantesca que
tratamos de todos modos de evadirnos de ella. Es por ello que
Meursault tiene este comportamiento
indiferente, no esta enterado, en esta primera parte, de su
verdadero ser, tiene una vida inauténtica, es un verdadero
extranjero de su propio ser. Meursault, no se pregunta por que
vivir, solo vive y con esta actitud frente a la vida se evade de
su propio ser.Esta preso de la vida inauténtica.La segunda
parte seria una especie de salto hacia él "ser autentico",
es la liberación, es el reencuentro con su ser, este punto
es central en la obra, Meursault se topa con la primera certeza
en su vida, que va ha morir ejecutado, después de un
juicio, por haber dado muerte a un hombre, cuando toma al
sacerdote por el cuello, si mal no recuerdo, se produce una
rebelión en el, descubre su ser, su verdadero y autentico
ser, sabe que es un hombre destinado a la muerte y la
aceptación de ella lo hace libre, y es por primera ves en
su vida un hombre libre y dueño de su vida, es tan libre
que ni siquiera el temor a morir ejecutado lo amedrenta, es mas
bien su salvación, su verdadera liberación de
aquella vida indiferente hacia las cosas y evasiva de si mismo, a
partir de ahora Meursault se hace dueño de su vida,
recobra su humanidad, aunque ya no le quede mas tiempo en este
mundo. Albert Camus toma al nihilismo,
como razón del ser (bueno todos los pensadores
existencialistas lo han hecho) y lo plasma en la esta novela de
manera brillante. Como tal se entiende la decisión del
protagonista de rechazar la visita del capellán, ya que
tomando el nihilismo como actitud hacía la vida por parte
del autor no puede aceptar la existencia de una "ley superior" que
determine nuestra vida.

 

 

 

 

Autor:

Rafael López Franco

Partes: 1, 2
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