La coerción sexual de la hembra entre los primates y los seres humanos: Lo nuevo
Cuando el libro, A
Natural History of Rape: Biological Bases of Sexual Coercion
fue publicado, hacen unos diez años, muchas personas se
enojaron con los argumentos que los autores
presentaron.
El rapto de las sabinas por
Jacques-Louis David
Los autores, Randy Thornhill y Craig T.
Palmer, argüían que los violadores de mujeres eran
hombres carentes de talentos sociales o limitados en su capacidad
de aparearse con mujer
alguna.
Pero, que, a pesar de ello, estaban dotados
con un programa
desarrollado en el pleistoceno que les dicta que cualquier
atentado a procrearse, es mejor que no propagarse.
Expertos y eruditos apilaron
críticas y diatribas sobre el libro, porque en
ningún lugar, los autores presentan ningunos datos para
respaldar su punto de vista.
Muchos repudiaron la idea de que el estupro
puede ser considerado como un acto de reproducción atentada, en lugar de una
forma de violencia,
como casi todos lo consideramos.
Aquí reseñamos otro libro
dedicado al mismo tema: Sexual Coercion in Primates and
Humans, editado por Martin N. Muller y Richard W.
Wrangham.
Este libro reemplaza previas ideas, sin
corroboración alguna, con el análisis y pruebas de las
hipótesis que avanzan. Por lo que creo que
este libro, tendrá una recepción más
positiva.
Los contribuidores, enfocan en la selección
sexual — en la forma de patrones de coerción sexual como
se evidencian en primates no-humanos — y en sus implicaciones
para la evolución del comportamiento
de nuestra especie.
Aparentemente, la agresión sexual de
machos hacia hembras es algo muy extendido entre los mamíferos sociales.
Ejemplo de selección
sexual
En el primer artículo en el libro,
Muller, Sonya M. Kahlenberg y Wrangham definen
terminología para establecer "una taxonomía
básica de coerción".
La coerción directa, que "involucra
el uso de la fuerza para
superar la resistencia al
apareo por parte de la hembra", resulta ser muy difundida
taxonómicamente, y una que puede tomar la forma de
copulación forzosa, acoso, o
intimidación.
La coerción indirecta, que es mucho
más prevalente, está diseñada para que una
hembra tenga menos oportunidades de aparearse con otros
machos.
Esta puede tomar la forma de arriar las
hembras si fueran manadas (usando la agresión hacia ellas
para separarlas de otros machos), (retribución física contra hembras
que se asocian con otros machos), o secuestro (la
separación forzada de hembras de su grupo).
Cuando un chimpancé macho, trata de
monopolizar una hembra cuando ella está ovulando, esto se
considera coerción sexual.
Cuando un babuino macho (usualmente uno que
es nuevo al grupo o que es nuevo como mono dominante) acosa o
mata el bebé de una hembra en el grupo (para acortar el
período durante el cual ella estará sexualmente
indisponible, porque está lactando), esto constituye otra
forma de coerción sexual, ya que la madre es agredida
reproductivamente, en lugar de serlo
físicamente.
Los machos que son coercitivos no lo hacen
simplemente para tener relaciones
sexuales con ciertas hembras, sino que lo hacen para
controlar la sexualidad de
las hembras en general.
Darwin entra en la
escena
La ciencia que
nos permite entender la coerción sexual por los machos,
deriva directamente de los trabajos de Darwin acerca de
la selección sexual.
Babuino macho dominante
Pero, existe, sin embargo otro asunto que
se debe de considerar en este respecto, porque no se puede hablar
de la evolución de la agresión sexual, en primates
machos, sin ponderar las consecuencias sociales de los mismos
comportamientos en nuestra especie.
Nos preguntamos, si la violencia
doméstica y el asalto sexual son, esencialmente,
homólogos humanos de la misma conducta que
exhiben los chimpancés y los babuinos.
Muchos científicos sociales, se
erizan cuando escuchan esta sugestión, con sus
invocaciones de determinismo psicológico.
Los editores de este volumen, muchos
de entre ellos, mujeres, hacen un trabajo
excelente en la exploración de los límites
que existen entre el fenotipo y el entorno, que es donde el
comportamiento
humano, últimamente origina.
El libro se divide en cuatro
secciones.
Página siguiente |