Necesidad del trabajo político e ideológico en la universidad cubana de hoy
El socialismo en las
nuevas condiciones del siglo XXI: una opción
viable
Resumen
El primero de enero de 1959 marcaba el fin de una etapa
histórica y el comienzo de otra. La vanguardia
revolucionaria había conquistado el poder
político contando con el apoyo de la inmensa
mayoría de los cubanos. Ahora se imponía convertir
en combatiente activo a cada patriota, en el campo
político y el de la lucha armada, ante lo que el propio
avance de la revolución
hacia inevitable: el choque directo con el imperialismo
norteamericano, en cuanto se comenzara a cumplir el compromiso
contraído con el pueblo. Hoy, en las nuevas condiciones
del siglo XXI debemos evaluar con celeridad de una forma
desapasionada, con todo rigor y objetividad, nuestras fortalezas
y debilidades; además de estudiar profundamente las
experiencias de pueblos hermanos, junto a las derivadas de
conflictos
recientes y de nuestras propias luchas. Todo ello
permitirá delinear una concepción política-ideológica y defensiva
original, creativa y autóctona: la batalla de ideas y la
guerra de todo
el pueblo.
En Cuba tenemos
una fuerte raíz de conocimientos políticos
aprovechémoslos desde Cuba y para nuestra América. El socialismo es la única
opción real, viable, frente al capitalismo, y
el espíritu de lucha como única forma de avanzar en
esa dirección. Es urgente la necesidad de dar
adecuadas respuestas, teóricas y practicas a los nuevos y
complejos problemas que
enfrenta y debe resolver el movimiento
revolucionario en las actuales condiciones históricas, de
ahí la necesidad de la unidad en la diversidad, sin
sectarismos ni dogmatismos, como única forma de
estructurar alternativas viables para la lucha contra el enemigo
común. No hay un modelo
único de construcción socialista, pues diversas han
de ser las vías y escenarios en que ello tenga lugar,
siempre acorde a la realidad nacional, aunque debe primar el
interés
en la defensa de los principios del
marxismo y el
leninismo desde una óptica
que conjugue la no renuncia a sus principios básicos, con
la necesidad de abrir paso a los nuevos desarrollos que la
situación y coyunturas en el presente y el futuro
demandan, consecuentes con su carácter dialéctico, su
oposición a dogmas y su virtud de constituir una
guía para la acción
en la superación definitiva del capitalismo y la verdadera
emancipación de los trabajadores del yugo del capital. La
universidad
cubana se integra a este esfuerzo de toda nuestra sociedad.
Introducción
En las actuales condiciones internacionales, se reafirma para
nosotros que el socialismo es un imperativo provocado no solo
como resultado lógico del desarrollo de
las fuerzas productivas a escala
internacional, sino además como única alternativa
para garantizar la supervivencia humana. La constante
agudización de los problemas globales pone hoy en
evidencia, más que cualquier otro argumento y a gran
escala, la limitación histórica del
capitalismo.
Resulta evidente que ya hoy son precisamente los problemas
globales factores de gran peso a escala mundial para estimular,
unido a las contradicciones internas de clase, la
lucha por un nuevo régimen social. Se internacionaliza de
forma creciente la contradicción capital-trabajo, lo
que obliga a profundizar en el socialismo también
más allá de las fronteras y las contradicciones
nacionales, y ratificar la vigencia de aquella consigna del
marxismo clásico: ¡Proletarios de todos los
países, uníos!, que lejos de perder vigencia
pudiera ampliarse, incluyendo a otros sectores y movimientos
sociales que también sufren la barbarie del capital.
Los principios socialistas se resumen en lo ideales excelsos
de libertad,
igualdad y
fraternidad, los mismo que la burguesía levanto antes que
ninguna otra clase social en la historia y pronto lo arrojo
al suelo,
levantado después por el proletariado para reivindicarse
de la explotación asalariada.
Aunque el socialismo tiene sus raíces en los hechos
materiales,
económicos; al nacer hubo de empalmar con las ideas
revolucionarias de los grandes pensadores del siglo XVIII que
impulsaron a la burguesía a combatir la injusticia, el
privilegio, la superstición, la opresión.
También los grandes utopistas, al igual que los
enciclopedistas estigmatizaban el feudalismo, sin
proponerse emancipar primeramente a una clase determinada, sino
al mismo tiempo a toda
la humanidad.
Los principios socialistas tienen de portador material a la
clase obrera, la masa explotada en el capitalismo y cuyo objetivo
supremo es que su victoria conlleve la desaparición de
todas las clases
sociales.
Los principios socialistas no son el descubrimiento casual de
un genio, sino el
producto
necesario de la lucha entre dos clases formadas
históricamente: el proletariado y la burguesía.
Como Engels señala, su misión no
consiste en elaborar un sistema lo
más perfecto posible de la sociedad, sino investigar el
proceso
histórico económico del que forzosamente
tenían que brotar esas clases y sus conflictos y descubrir
los medios para la
solución de este en la situación económica
así creada.
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