Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las causas de la derrota militar argentina en la Guerra de las Malvinas (página 2)




Enviado por Alfredo Alberto Gaido



Partes: 1, 2

Aunque no sea el objeto del presente trabajo,
resumidamente haré mención a las acciones
heroicas realizadas por nuestros combatientes (soldados,
suboficiales y oficiales) que a pesar de limitaciones materiales, de
entrenamiento,
un clima extremo y
acatando las equivocadas decisiones de sus superiores,
combatieron con un coraje a veces casi fanático y le han
provocado serios problemas a un
enemigo netamente superior, al punto que este mismo lo ha
reconocido en varias ocasiones.

Las causas de la
derrota

Factores generales.

Las guerras se
hacen para ser ganadas en el campo militar. No se concibe
dejarlas libradas al azar de un juego
diplomático. Durante el planeamiento de
las acciones y posteriormente al desembarco del 2 de Abril, el
gobierno de facto
de entonces creía firmemente en el poder de la
diplomacia; en la solidaridad de la
OEA (Organización de Estados Americanos); en el
apoyo de los países del Tercer Mundo; en la fuerza de
convicción en el seno de las Naciones Unidas;
en que luego a la acción
reivindicatoria sobre Malvinas e
islas del Atlántico Sur, podía disponerse de un
tiempo de
negociación de más de una mes hasta
que Gran Bretaña reaccionara alistando una fuerza
expedicionaria de ataque y la hiciera llegar al destino y en que
esta sería muy débil debido a sus compromisos con
la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico
Norte), que no permitiría su alejamiento masivo; en que
podía suponerse con alguna esperanza en que si Estados Unidos no
accediera a apoyarnos, al menos se mantendría neutral por
haber firmado el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia
Reciproca); en que sería un conflicto
provocado fuera de la zona del Atlántico Norte y en
consecuencia no podría preocupar a los países
europeos ni a América
del norte; en que no se había derramado sangre inglesa ni
isleña durante el Operativo Rosario, etc. Todos estos
factores llevaron a pensar al Alto Mando argentino que no
podía sospecharse que se concretaría un
enfrentamiento armado por la posesión de unas islas a las
que Gran Bretaña no asignaba valor
económico, político o militar alguno. Al no existir
interés
por estas islas, el "Imperio Británico" no reaccionaria,
si poseíamos amistades de los países americanos,
supuestamente este se resignaría a aceptar la
negociación evitando una confrontación.

No obstante se ha olvidado que las naciones no se conducen en
la política
internacional por los signos de una
amistad aparente,
sino por sus propios intereses. Además, en el caso
particular de Gran Bretaña, se ha desconocido o
subestimado el potencial, la idiosincrasia de su pueblo y la
historia de aquel
país.

En el campo estrictamente militar pero con relación a
lo anteriormente descripto, la planificación de defensa de las islas
mostró fallas que se manifestaron desde un principio en
situaciones tales como: componer a la fuerza terrestre con una
mayoría de soldados deficientemente entrenados, en muchos
casos provenientes de sectores del país con climas
opuestos al del teatro de
operaciones,
mal armados y pertrechados, y con dificultades logísticas
serias; haber cedido enteramente el mar circundante al
archipiélago a la flota invasora ante la ausencia de
nuestras unidades de superficie y submarinas durante todo el
conflicto y no haber intentado disputar la superioridad
aérea construyendo una pista en las islas que otorgara
mayor autonomía y capacidad de combate a nuestros aviones
de alta performance que, aun sin ella y teniendo que volar desde
el continente castigaron con dureza al invasor.

También sucedió el caso de transportar a las
islas elementos que resultarían inútiles en el
combate como por ejemplo los vehículos "Panhard" los
cuales se hundían en la turba y se volvían
inoperables, dando cuenta con esto de la falta de conocimiento
de las características del terreno donde se iba a realizar
la campaña. Esto sucedió en detrimento de otros
elementos que brillaron por su ausencia o que serían
más que necesarios, como por ejemplo el armamento pesado
del Batallón de Infantería de Marina N° 5, o de
aquellos que fueron llevados en escasa cantidad, como el caso de
los cañones Sofma de 155 mm (solo arribaron tres a las
islas) y su munición, los únicos que estaban a la
altura de los cañones británicos y que los
igualaban en su alcance; entre otras falencias.

Como corolario de todo esto, aconteció la
inexplicablemente nula o escasa coordinación de acciones conjuntas en las
operaciones de combate entre nuestras Fuerzas Armadas, lo cual
fue aprovechado al máximo por el adversario y al mismo
tiempo este empleó la estrategia
opuesta dando cuenta de ello en la versatilidad y cohesión
en su desplazamiento y en las acciones de combate.

El desconocimiento y/o subestimación de las
características del enemigo y su entorno.

Desde hacía ya mucho tiempo y al momento de producirse
el desembarco de nuestros primeros buzos tácticos de la
Armada Argentina en la madrugada del 2 de Abril de 1982 en las
Islas
Malvinas, Gran Bretaña era considerada la tercera
potencia mundial,
detrás de su histórico aliado, los Estados Unidos y
de la entonces Unión Soviética respectivamente.

Gran Bretaña, país con armas nucleares;
una vasta experiencia en guerras (dos de las cuales mundiales);
reconocida mundialmente por su dominio desde
tiempos inmemoriales de los mares del mundo; fuerzas armadas
profesionales, continuamente adiestradas y equipadas con lo
último en tecnología militar y
siendo uno de los miembros principales de la mayor alianza
militar que conociera el hombre, la
OTAN, era nuestro oponente.

Basta con leer parte de su historia reciente y veremos que los
británicos son capaces de combatir al límite de sus
posibilidades, aun cuando lo que defiendan no sea más que
el concepto que
tienen de sí mismos. Para colmo su líder
del momento que nos convoca, la primera ministra Margaret
Thatcher estaba imbuida en la concepción del reparto de
territorios coloniales propia de la era victoriana, creía
en una paz permanente con progresos y gloria continuos, y en el
dominio definitivo de los pueblos "bárbaros" por su
refinada civilización, incluso mediante la fuerza de las
armas. El carácter del pueblo británico se ha
puesto en manifiesto en cuanta disputa o mera cuestión se
ha producido en su historia, una historia llena de prepotencia,
soberbia, intrigas, rapiña, coraje y guerras de
conquistas. Sólo con observar su comportamiento
durante su etapa más crítica
de la última guerra mundial
donde la Luftwaffe había bombardeado y destruido varias de
sus principales ciudades y los submarinos de Karl Dönitz
estaban ya a poco de terminar de estrangular la economía británica y de someterlos
al hambre, aun así seguían combatiendo. Ello
debió ser tenido en cuenta para conocer la
determinación de ese pueblo ante situaciones límites o
adversas.

Al momento de la planificación de la
recuperación de las islas, en nuestras bibliotecas
seguramente habría suficiente información sobre la historia, medios y
tácticas de los británicos que ponen en evidencia
su superioridad. Por otra parte nuestros agregados
militares destacados en los más importantes países
del mundo tenían como misión
principal el envió de información actualizada de
los adelantos en armamentos y de su aplicación.
¿Acaso no se conocían las tácticas
terrestres que aplicarían los británicos y los
medios de los que disponían?

Considero que seguramente se tenía conocimientos de
ellos, así como de la existencia y utilización de
todos los dispositivos, elementos, equipos y artificios que
más tarde, luego de la derrota, fueron señalados
como increíbles, sofisticados, complejos o mágicos,
como ser: las miras y visores infrarrojos, los sistemas de
misiles guiados para uso de la infantería, los lanzadores
individuales, el armamento que se vale del rayo laser para
determinar la puntería, los helicópteros altamente
artillados, los medios de
comunicación, las bombas de racimo,
contramedidas electrónicas y contra-contramedidas
electrónicas, misiles antiaéreos de última
generación, etc. Pero sin olvidar el principal componente
de toda fuerza armada: los infantes, y los británicos
estaban considerados entre los mejores entrenados y equipados del
mundo. ¿Acaso el alto mando argentino no se percató
de la disparidad entre las fuerzas en oposición? Por
nuestro lado como mencioné antes, las fuerzas de defensa
estaban compuestas en un alto porcentaje por conscriptos, en
muchos casos apenas con la instrucción militar
básica, suboficiales y oficiales sin experiencia en todos
los casos y recién egresados en otros. Mientras que las
fuerzas enemigas estaban integradas por los Royal Marines,
Paracaidistas, Comandos, Gurkas,
la Guardia Galesa, la Guardia Escocesa y las fuerzas especiales
SAS (Special Air Service) y el SBS (Special Boat Service) entre
otras unidades. Puntualizo la presencia del SAS, porque a este
grupo se le
adjudica la voladura de varios aviones Pucará en tierra en una
misión comando donde resalto con este ejemplo la
improvisación, la incapacidad de los mandos, la falta de
entrenamiento y previsión en nuestras fuerzas a la que
hago mención en todo momento. Ante la gran cantidad de
efectivos propios apostados en la isla Borbón, solo un
pequeño grupo de comandos británicos dejo
prácticamente sin cobertura aérea cercana a la
totalidad de las fuerzas argentinas en Malvinas.

Supongo que no era la ignorancia nuestra debilidad, si no la
presunción que no utilizarían todos estos recursos
humanos y tecnológicos.

Así mismo resulta incomprensible como la Junta Militar
no previó la actitud de los
Estados Unidos. Sería suficiente con consultar cualquier
libro de
historia contemporánea o información reflejada en
los medios de
comunicación como para advertir que resultaría
más que obvio el apoyo que iba a ser brindado por parte de
ese país a nuestro adversario. De manera que nos
encontramos en guerra contra
la tercera potencia mundial auxiliada por la primera, nada
más ni nada menos. Los motivos por lo que se debió
prever esa actitud del país del norte son, además
de los tradicionales y fuertes lazos que unen a ambas naciones
(históricos, políticos, económicos,
militares y culturales), que jamás permitiría que a
su principal aliado mundial se lo enfrente en condiciones
más favorables y mucho menos aún salir derrotado
frente a lo que mundialmente en ese momento nos consideraban como
una "dictadura
tercermundista", máxime en plena guerra
fría donde de ocurrir la derrota británica o
haber logrado forzarlos a negociaciones hubiera sido un mensaje
muy peligroso en favor los enemigos de la alianza
atlántica, ya sea el Pacto de Varsovia u otros
países en potencial conflicto con Estados Unidos. La ayuda
brindada por este país se materializó en
información satelital, el permitir el uso de las
instalaciones de la base de la Isla Ascensión para el
reaprovisionamiento de la flota y el aporte de cien misiles
aire-aire AIM9-L
Sidewinder de última generación "dispara y
olvídate", con el cual se produjeron varios derribos de
nuestros sistemas de armas Dagger/Skyhawk/Mirage y el
fallecimiento de varios de nuestros bravos pilotos.

Además de lo comentado, hubo varios países,
principalmente europeos, integrantes de la OTAN y de la
Commonwealth (Comunidad
Británica de Naciones) que brindaron apoyo a Gran
Bretaña, condenaron a la Argentina, decretaron embargos de
armas, sanciones comerciales, etc. En el caso Francia, le
aportó información sobre los sistemas de armas
Mirage, Súper Etendar/Exocet (SUE). Este último
adquirido durante 1981 por Argentina y que fue embargado parte
del material restante por llegar a nuestro país luego de
una primera entrega. La Argentina había realizado una
compra de catorce aviones Súper Etendard e igual
número de misiles antibuque Exocet. De ellos, sólo
habían llegado cinco aviones y cinco misiles antes del
inicio de las hostilidades. Considero que hubiera sido
conveniente haber esperado a recibir todo el material comprado y
luego recuperar nuestro territorio ya que con solo lo disponible
se hundieron un destructor (HMS Sheffield), un portacontenedor
(RSA Atlantic Conveyor) y resultó seriamente averiado un
portaaviones (HMS Invencible). Es inevitable preguntarse si se
hubiera contado con el material adquirido completo cuanto
más daño se
le hubiere infligido al enemigo y que consecuencias de esto
resultaría. Nuestro país solo encontró apoyo
de gran parte de Latinoamérica, principalmente por parte del
Perú y en otros países extracontinentales como
Libia y el ofrecimiento de ayuda de la entonces URSS
(Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas).

Otra falta de previsión fue la actitud que
adoptaría Chile, país con el que solo cuatro
años antes de la recuperación de las islas,
habíamos estado a punto
de entrar en guerra por el Canal de
Beagle. Chile terminó siendo muy importante en la
construcción de la victoria
británica ya que al movilizar sus fuerzas durante Abril y
Mayo, mantuvo más que preocupadas a las autoridades
argentinas y que las forzó a cometer un error más:
inmovilizó a nuestras mejores tropas de montaña y
de zonas frías, las cuales estarían en optimas
condiciones de combatir en Malvinas, más que para cuidar
nuestras espaldas. Creo que se trató de un error porque, a
mi juicio, hubiera preferido contar con estas tropas en la guerra
verdadera que se estaba librando en las islas y hubiera dejado en
la zona de cordillera entrenando a algunos de los inexpertos
regimientos que combatían con fiereza pero a un
altísimo costo en los
montes malvinenses. Además es sabido que los movimientos
de tropas chilenas cesaron ni bien la aviación peruana se
concentró en el sur del hermano país.

Los cuestión logística

Una vez llegada la flota británica a la zona de
Malvinas y consumado el bloqueo alrededor del 12 de Abril,
comenzó el estrangulamiento logístico de nuestras
fuerzas destacadas en las islas. Por lo cual a partir de esa
fecha todo lazo con el continente se haría a través
de los aviones de transporte
Hércules de la Fuerza Aérea ante la ausencia de
nuestra flota. Esto implicó como era de esperar que todo
abastecimiento se vea reducido por las características y
prioridades del transporte disponible. Acompañado del
bloqueo impuesto, se
agrega el hecho que desde el desembarco hasta la fecha donde se
materializó el mismo, se perdió un tiempo valioso a
los fines de transportar a las islas elementos que posteriormente
brillarían por su ausencia (cañones pesados y su
munición, vehículos acorde al terreno, repuestos,
víveres, etc.). Así mismo falló la logística entre Puerto Argentino y los
montes donde se combatía (15 a 20 km de distancia
promedio), allí la tropa estaba sometida a todo tipo de
carencias, ya sea de alimentos,
armamentos, municiones y reemplazos. Hay testimonio de ex –
combatientes argentinos que manifestaron la impotencia que
sintieron cuando luego del repliegue veían los
depósitos abarrotados de comida y municiones en la
localidad, los cuales les habían escaseados
angustiosamente en el frente. Ante la cada vez más notoria
merma en la cantidad de helicópteros y la falta de
transporte terrestre adecuado, muchos de los traslados de
abastecimientos se realizaron pie, con el desgaste que ello
implicaba y las limitaciones lógicas de cantidades y
tiempos. Tengamos en cuenta que las fuerzas británicas
fueron capaces de sostener una logística de 12.832 km
existentes entre Gran Bretaña y Malvinas.

La estrategia aplicada

Para la batalla terrestre, el ensamble defensivo argentino
consistió básicamente en estructurar una defensa
rígida mediante la concentración de posiciones en
forma de erizo que rodeaba a Puerto Argentino desde el oeste
hasta el mar. Se agrega además el hecho que la tropa
permaneció durante mucho tiempo en las trincheras sin
relevos, con las carencias ya descriptas, un clima implacable con
frio, lluvias y vientos, además de los temores
lógicos. Es humanamente imposible que todas estas
circunstancias no minaran su moral. Hay que
tener en cuenta además, que el apoyo aéreo era a
cuenta gotas y provenía de bases lejanas, de acuerdo esto
a la postura de nuestras Fuerzas Armadas de la individualidad
ante el combate.

Mientras, la táctica británica consistió
en el envolvimiento y la batalla de aniquilación (este
término no significa la exterminación de las tropas
enemigas, sino la rendición incondicional de un
ejército por la desmoralización de su
organización militar). El cerco era completo y solido para
impedir que las tropas argentinas lo rompieran. En definitiva,
por un lado las fuerzas terrestres británicas estaban en
un frente móvil consolidado, mientras que por el otro se
encontraban sus fuerzas navales, sin la presencia de la flota
oponente, disparando con toda impunidad por
las noches su artillería sobre las estáticas
posiciones argentinas. A todo esto tenemos que agregar el
permanente apoyo aéreo ya sea de helicópteros y
aviones por la relativa proximidad de sus portaaviones.

Breve síntesis
de las falencias de los Altos Mandos de nuestras Fuerzas
Armadas

Ejército Argentino:

  • Se comprometió al Ejército en una guerra sin
    contar con el adecuado entrenamiento y equipamiento en muchos
    casos de las unidades empleadas.

  • Inconveniente selección de los regimientos
    enviados, algunos de ellos con mayoría de soldados que
    no habían completado la instrucción
    básica.

  • Falencias logísticas graves ya enunciadas.

  • Inadecuada distribución de las fuerzas. (RI 5 en
    Puerto Howard y RI 8 en Bahía Fox, estos regimientos
    estaban aislados, sin protección de ningún
    tipo, con logística limitada y no participaron de la
    defensa).

  • Dispositivo defensivo rígido.

  • Falta de adiestramiento y de operaciones conjuntas con la
    Fuerza Aerea Argentina y con la Armada Argentina.

Armada Argentina:

  • Al inicio del conflicto, no se encontraba en condiciones
    de enfrentar operacionalmente a la del Reino Unido.

  • Ausencia total de la flota de superficie en la zona de
    operaciones y fallas detectadas tardíamente en los
    dispositivos de los torpedos en los submarinos.

  • Falta de adiestramiento y de operaciones conjuntas con la
    Fuerza Aérea Argentina y el Ejercito Argentino.

Fuerza Aérea Argentina:

  • Erróneamente centró el ataque sobre unidades
    de combate de la flota enemiga cuando en realidad el objetivo
    primordial debieron ser los buques logísticos (por
    algo los británicos llamaron "el día más
    negro de la flota" al 8 de Junio, por el ataque a los
    transportes Sir Gallahad y Sir Tristam, ocasionándoles
    severas pérdidas.)

  • No materializar el alargue de la pista de Puerto Argentino
    para que operen los aviones de alta performance.

  • No haber acondicionado las bombas (el tren de fuego) por
    lo cual gran cantidad de ellas no explotaron al bombardear e
    impactar sobre los buques enemigos. De haber resuelto esto a
    tiempo, las pérdidas británicas hubieran sido
    significativamente mayores aun a las ya infligidas.

  • Falta de adiestramiento y de operaciones conjuntas con la
    Armada Argentina y el Ejercito Argentino.

Las acciones
más destacadas de nuestras Fuerzas
Armadas

En el caso de nuestro Ejército Argentino es dable
mencionar la actuación de la artillería de
campaña que operó en muchos casos hasta el
agotamiento de la munición o hasta la salida de servicio de
los cañones por el continuo accionar sobre las posiciones
enemigas. Tal tarea fue efectuada a pesar de contar con
cañones de inferior alcance con respecto a los usados por
los británicos y que al final de la contienda, estos
mismos reconocieron la acción de los artilleros
argentinos. También fue digna la actuación de la
defensa antiaérea, el accionar de los pilotos de
helicópteros y de diversos elementos del los Regimientos
de Infantería y comandos que resistieron al avance
británico a pesar de sufrir todo tipo de limitaciones.

Las acciones más relevantes de nuestra Armada Argentina
se vió reflejada principalmente a través de su
componente aéreo. La aviación naval con sus Skyhawk
A4Q, Aermacchi, Grunman Tracker y los Súper Etendard con
sus misiles Exocet, provocaron hundimientos y cuantiosos
daños a la Royal Navy. En la batalla terrestre fue
encomiable la actuación del Batallón de
Infantería de Marina N° 5, siendo la unidad de todo el
arco defensivo en las islas que mejor combatió contra las
fuerzas británicas en su avance hacia Puerto Argentino,
rechazando una y otra vez sus continuos ataques. No es casualidad
su actuación ya que se trataba de efectivos perfectamente
aclimatados por el lugar de su asiento (en el extremo sur
argentino), intensamente entrenados y aceptablemente armados. Aun
así no contó con parte de su armamento pesado por
no ser transportado a las islas. Este batallón
recibió varias menciones en publicaciones militares,
incluidas del propio adversario por su accionar en combate.

Nuestra Fuerza Aérea Argentina fue el arma más
exitosa contra la flota invasora, ganándose la
admiración a nivel mundial por su coraje, lo
frenético de sus ataques, por operar al límite de
su autonomía, por las tácticas empleadas y por no
dudar en enfrentarse a una de las más poderosas defensas
antiaéreas del momento compuestas por modernos sistemas
misilísticos de los buques y de la aviación enemiga
integrada por la letal sociedad
Harrier/Sidewinder. A pesar de contar con aviones ya superados
tecnológicamente al momento del conflicto, los pilotos
argentinos (incluyo a los navales) supieron ganarse el respeto y la
admiración del oponente. Fueron varios los buques hundidos
y averiados de distinta consideración por nuestros
aviadores a los que los británicos tildaban de
"indómitos paladines de las pampas" como decía en
una publicación dominical años después del
conflicto el importante diario británico "The Financial
Times". La artillería antiaérea de la fuerza
logró derribar a varios aviones enemigos y obligó a
efectuar bombardeos a gran altura que por consiguiente eran poco
precisos para evitar ser alcanzados. Los pilotos de
helicóptero varias veces arriesgando sus vidas a merced de
algún avión enemigo se adentraron en el mar o sobre
territorio ocupado por fuerzas británicas para rescatar a
pilotos derribados o comandos de la fuerza luego de haber
realizado misiones detrás de las líneas enemigas.
En cuanto a las dotaciones de los aviones de transporte
Hércules C-130 son también dignos merecedores de
toda la admiración al igual que sus camaradas del aire por
haber traspasado el bloqueo impuesto por los británicos
una y otra vez hasta la misma noche anterior a la
finalización del conflicto, así como también
en tareas de trasporte y reabastecimiento en vuelo de los aviones
de combate. Otra labor destacable tuvieron los pilotos de los
aviones Pucará, manteniendo varias veces bajo fuego al
enemigo en tierra y abatiendo helicópteros.

Así mismo considero justo refrendar la actuación
las fuerzas de seguridad
integradas por nuestras Gendarmería Nacional y Prefectura
Naval Argentina. La primera aportando una fuerza de comandos que
tuvo una más que aceptable actuación en combate,
mientras que la Prefectura aportó diversos medios como
guardacostas, helicópteros y aviones, realizando varias
misiones de transporte de personal y
municiones, incluyendo varias veces la burla del bloque impuesto
con pequeñas lanchas guardacostas provenientes del
continente.

Como ejemplos de las ventajas estratégicas que implican
la conjuntes en las operaciones de combate entre las Fuerzas
Armadas, hare mención de dos situaciones que se dieron en
el conflicto, aunque como ya señalé, esto
sucedió en escasas oportunidades. El primero de ellos
aconteció cuando hombres de nuestras Fuerza Aérea,
Armada y Ejército conformaron el CIC (Centro de
Información y Control) en las
islas. Gracias a esto se logró muchas veces la
anticipación y neutralización de los ataques
aéreos enemigos. El segundo ejemplo tiene que ver con la
arriesgada e impecablemente planificada misión del ataque
al portaaviones HMS "Invencible". En ella se conjugaron hombres y
aeronaves de la Armada y Fuerza Aérea (cazabombarderos
Súper Etendard, Skyhawk y reabastecedores Hércules
C-130 respectivamente) propinando uno de los golpes más
duros a la flota invasora al dañar severamente al buque
mencionado. Dicha acción significó tal sorpresa y
perturbación para el oponente que al día de hoy no
es reconocida por Gran Bretaña por motivos
políticos y de secreto de Estado.

Estos son ejemplos de cuan importantes y necesarias hubieran
sido más de estas acciones conjuntas en el conflicto, en
lugar que cada Arma haga "su" guerra como en realidad
sucedió.

Conclusión

Habiendo sido el objetivo de
este trabajo un resumido análisis de los factores y circunstancias
que determinaron la derrota militar argentina en la guerra de
Malvinas, concluyo que en primer lugar sitúo como
parte de esas causas a las características y
potencialidades del enemigo, las cuales ya fueron a grandes
rasgos expuestas, así como también al apoyo
recibido por este. Si bien el mismo fue de gran importancia pero
igualmente tengo dudas que dicho apoyo haya sido el factor
determinante del triunfo de Gran Bretaña. Considero que en
realidad la columna vertebral de la su victoria se basó
principalmente en la calidad de sus
tropas adquirida en un férreo sistema de
entrenamiento, una adecuada logística al momento del
combate y en la sofisticación de los medios con los que
contaban. Además respondían a un mando eficaz,
profesional y que en todo momento tuvo en claro sus procedimientos y
objetivos.
Todo esto sin nombrar un recurso con el que sabían que
contaban de presentarse una situación extrema y que
utilizarían como haz bajo la manga: la opción
nuclear. Creo que ante la sola advertencia de hacer uso de ella
habría definido igualmente el conflicto, a menos que la
comunidad internacional hubiera intervenido ante tamaña
amenaza. Por último considero también como factor
decisivo toda la gama de imprevisiones, incompetencias,
improvisaciones e inexperiencias inmersas en el seno del alto
mando argentino descripto a lo largo de la presente monografía. Pienso que es muy distinto
planificar una contienda desde cómodos despachos alejados
del combate a sentir los fuegos enemigos en búsqueda del
propio cuerpo. Rescato como positivo para nuestras Fuerzas
Armadas el inmenso valor de la experiencia adquirida y de las
lecciones aprendidas, más cuando se trató de un
enemigo de semejante calibre.

Lo que ocurrió en aquel invierno de 1982
significó el sello definitivo de uno de los grandes
objetivos naciones, la recuperación de nuestro territorio
actualmente ocupado por una potencia que basa su posesión
en la fuerza militar y no en el legítimo derecho como el
que asiste a nuestro país. "Malvinas" es una causa que
rebalsa de justicia y que
además acentuar los medios del reclamo permanente de
nuestra soberanía, la memoria
también lo exige por aquellos que combatieron, por los que
murieron, sus familias y aquellos que a casi tres décadas
de la contienda llevan heridas físicas y anímicas
por la semejante experiencia vivida. Aun así, siempre que
tuve la oportunidad de hablar con ellos no hubo una solo vez que
no manifiesten que volverían. ¡qué ejemplo! y
cuanta falta hacen ante la cada vez más notoria ausencia
de valores que
hoy sufre nuestra Patria.

Bibliografía
consultada

-"EL INFORME
RATTENBACH". Benjamín Rattenbach, Teniente General (R) del
Ejercito Argentino y presidente de la Comisión de
Análisis y Evaluación
de las Responsabilidades en el Conflicto del Atlántico
Sur.

-"GUERRA BAJO LA CRUZ DEL SUR". Eduardo
José Costa, Capitán de Fragata y Aviador Naval (R)
de la Armada Argentina.

-"MALVINAS, GESTA E INCOMPETENCIA". Martin Balza,
Teniente General (R) del Ejército Argentino y Veterano de
Guerra.

-"DESDE EL FRENTE". Carlos H. Robacio,
Contraalmirante (R) de la Armada Argentina y Jorge H.
Hernández, Suboficial Mayor (R) de la Armada Argentina.
Ambos Veteranos de Guerra.

-"PROBADO EN COMBATE". Pio Matassi, Comodoro (R)
de la Fuerza Aérea Argentina.

 

 

 

 

Autor:

Alfredo Alberto Gaido

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter