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La estimulación de la cualidad moral amistad en niños y niñas del grado preescolar (página 2)



Partes: 1, 2

Al respecto, Petrovski (1980: 28) en el manual
didáctico para los Institutos de Pedagogía plantea: "la amistad no se
reduce solo a la ayuda mutua, al apego, al interés
común, este sentimiento de amistad se manifiesta en el
apego a un compañero, en la necesidad de verlo y hablar
con él, de compartir sentimientos y pensamientos".

La amistad es una cualidad importante entre los seres humanos,
son relaciones afectivas y desinteresadas entre dos o más
personas. (Grijalbo enciclopedia 1999).

En los momentos actuales la formación de la cualidad
moral amistad
juega un importante valor en
educación
de las nuevas generaciones, para lograr las máximas
aspiraciones de la educación. Sin
embargo en la práctica pedagógica queda demostrado
a partir de la observación a actividades del proceso
educativo realizada al grado preescolar de
la escuela primaria
"Paquito González Cueto", del municipio de Taguasco que
las relaciones afectivas entre niño – niña y
niño – niño no son las más
idóneas, pues existen conflictos
entre ellos, no comparten sus pertenencias, se arrebatan los
juguetes con
frecuencia, no se prestan los materiales de
trabajo. No
reciben ni prestan ayuda mutua, ni se identifican con otros
niños
de diferentes grupos. Tampoco
se socializan en el juego y las
actividades demostrando lasos de amistad.

Desarrollo

En tal sentido ha sido necesario profundizar en el objeto de
estudio identificado como: el proceso educativo de la Educación
Preescolar, esta profundización ha exigido un
recorrido por los principales referentes teóricos que se
presentan en la literatura pedagógica
en relación con el tema, que permita comprender las
posiciones de partida que se asumen en esta investigación, hasta llegar a
particularizar en la estimulación de la cualidad moral
amistad en los niños y las niñas del grado
preescolar, como campo sobre el cual se pretende accionar. Los
principales resultados de esta tarea se muestran en el presente
capítulo.

El proceso educativo en la Educación
Preescolar

El proceso educativo debe estar encaminado a solucionar tareas
de la educación comunista. La más importante de
ella, es la formación de una personalidad
activa, con elevadas cualidades morales, con un alto nivel de
desarrollo
físico e intelectual. Sobre esta base debe organizarse el
proceso educativo, de tal forma que el niño no sea
sólo un objeto pasivo de la influencia educativa, sino que
también sea activo, pueda actuar de diversas maneras y
formarse en un proceso de práctica dinámica. En la literatura
pedagógica se han podido encontrar importantes reflexiones
sobre este tema.

A. S. Makarenko (1999:174) señalaba: "el trabajo
educativo es ante todo un trabajo de organización y por eso en ese asunto no
existen pequeñeces".

En la Revista
Iberoamericana de educación, artículo: "La dirección del proceso educativo y la
evaluación del aprendizaje" se
expresa que la
organización del proceso educativo tiene como objetivo
establecer un orden interno y coherente que permita el
funcionamiento del proceso como una unidad, por lo que implica la
estructuración y el ordenamiento interno de los
componentes personales educador – niño.
(Pérez, O. L., 2000: 10).

Otro de los artículos sobre este tema fue: "La
participación como proceso educativo" donde se plantea
que: Proceso educativo porque todos aprenden (más cuando
se participa), incorporando la participación, aprendemos
en nuevas formas de hacer las cosas, y aprender en valores y
actitudes.
(Carmona, M. y otros., 2000: 9).

El DrC. Carlos Álvarez de Zayas (1996:43) declara que:
"el proceso educativo se desarrolla en la institución
infantil y este puede ser llevado a cabo también por
la familia,
los medios de
comunicación masiva u otras que de manera
espontánea, menos sistemática, realizan la función de
educar las nuevas generaciones".

Las doctoras en Ciencias
Pedagógicas Josefina López Hurtado y Ana
María Silverio Gómez expresan que: "El proceso
esencialmente educativo, está fundamentalmente dirigido al
logro de las formaciones intelectuales,
socio – afectivas, actitudinales, motivacionales y
valorativas. No quiere ello excluir e ignorar los conocimientos
que el niño aprende, que adquiere, simplemente destacar
que en las edades de 0 a 6 años ellos no constituyen un
fin en sí mismo, sino un medio que contribuye al
desarrollo y crecimiento personal de los
niños y las niñas".

Todo momento en la vida de cada niño y cada niña
constituye un momento educativo, cuando adquieren conocimientos,
especialmente concebidos conforme a las características de
cada etapa, cuando se apropian de procedimientos de
actuación, de forma de comportamiento
social, se debe tener en cuenta sus intereses, sus motivos, es
decir que lo que se haga tenga para ellos un sentido
personal.

Cuando el niño/a juega o realiza otro tipo de actividad
cognitiva, constructiva, productiva, cuando se asea, se alimenta
y aún cuando duerme, todo ello constituye un momento para
influir en su desarrollo y formación, en el que se da la
unidad inseparable entre lo instructivo y lo formativo.

Josefina López Hurtado (2006: 10) expresa además
que: "el proceso educativo de los niños de 0 a 6
años debe estar dirigido fundamentalmente al logro de un
desarrollo integral, que generalmente se plantea como el fin de
la educación. Cuando se habla de desarrollo integral en la
primera infancia, se
hace referencia a su desarrollo físico, a las
particularidades, cualidades, procesos y
funciones
psicológicas y a su estado
nutricional y de salud".

El proceso educativo en la educación preescolar no se
dirige (este término se rechaza) pues el niño/a no
debe estar limitado a escuchar y hacer y el adulto no dice y
hace. Sobre la base del conocimiento
pleno de los niños, de sus propias posibilidades y el
dominio de los
objetivos, es
posible poder
organizar, estructurar y conducir el proceso de su
educación en el cual el niño en su propia
actividad, inmerso en un sistema de
interrelaciones y comunicación con los demás se
apropia de los conocimientos, construye sus habilidades, adquiere
la normas deseables
de comportamiento, y sienta las bases de aquellas cualidades
personales y valores sociales que lo caracterizarán como
hombre del
futuro.

Para desarrollar un proceso educativo de calidad se deben
tener presente una serie de requerimientos. Un requerimiento de
carácter psicológico y
pedagógico se refiere al necesario conocimiento por el
educador, del desarrollo ya alcanzado por los niños y las
niñas para desde su plataforma moverlo a un nivel
superior, teniendo en cuenta las potencialidades de cada uno.

-Todo proceso educativo concebido para la primera infancia
debe ser ante todo contextu En tal sentido ha sido necesario
profundizar en el objeto de estudio identificado como: el proceso
educativo de la Educación Preescolar, esta
profundización ha exigido un recorrido por los principales
referentes teóricos que se presentan en la literatura
pedagógica en relación con el tema, que permita
comprender las posiciones de partida que se asumen en esta
investigación, hasta llegar a particularizar en la
estimulación de la cualidad moral amistad en los
niños y las niñas del grado preescolar, como campo
sobre el cual se pretende accionar. Los principales resultados de
esta tarea se muestran en el presente capítulo.

El proceso educativo en la Educación
Preescolar

El proceso educativo debe estar encaminado a solucionar tareas
de la educación comunista. La más importante de
ella, es la formación de una personalidad activa, con
elevadas cualidades morales, con un alto nivel de desarrollo
físico e intelectual. Sobre esta base debe organizarse el
proceso educativo, de tal forma que el niño no sea
sólo un objeto pasivo de la influencia educativa, sino que
también sea activo, pueda actuar de diversas maneras y
formarse en un proceso de práctica dinámica. En la
literatura pedagógica se han podido encontrar importantes
reflexiones sobre este tema.

A. S. Makarenko (1999:174) señalaba: "el trabajo
educativo es ante todo un trabajo de organización y por
eso en ese asunto no existen pequeñeces".

En la Revista Iberoamericana de educación,
artículo: "La dirección del proceso educativo y la
evaluación del aprendizaje" se expresa que la
organización del proceso educativo tiene como objetivo
establecer un orden interno y coherente que permita el
funcionamiento del proceso como una unidad, por lo que implica la
estructuración y el ordenamiento interno de los
componentes personales educador – niño.
(Pérez, O. L., 2000: 10).

Otro de los artículos sobre este tema fue: "La
participación como proceso educativo" donde se plantea
que: Proceso educativo porque todos aprenden (más cuando
se participa), incorporando la participación, aprendemos
en nuevas formas de hacer las cosas, y aprender en valores y
actitudes. (Carmona, M. y otros., 2000: 9).

El DrC. Carlos Álvarez de Zayas (1996:43) declara que:
"el proceso educativo se desarrolla en la institución
infantil y este puede ser llevado a cabo también por la
familia, los
medios de
comunicación masiva u otras que de manera
espontánea, menos sistemática, realizan la
función de educar las nuevas generaciones".

Las doctoras en Ciencias Pedagógicas Josefina
López Hurtado y Ana María Silverio Gómez
expresan que: "El proceso esencialmente educativo, está
fundamentalmente dirigido al logro de las formaciones
intelectuales, socio – afectivas, actitudinales,
motivacionales y valorativas. No quiere ello excluir e ignorar
los conocimientos que el niño aprende, que adquiere,
simplemente destacar que en las edades de 0 a 6 años ellos
no constituyen un fin en sí mismo, sino un medio que
contribuye al desarrollo y crecimiento personal de los
niños y las niñas".

Todo momento en la vida de cada niño y cada niña
constituye un momento educativo, cuando adquieren conocimientos,
especialmente concebidos conforme a las características de
cada etapa, cuando se apropian de procedimientos de
actuación, de forma de comportamiento social, se debe
tener en cuenta sus intereses, sus motivos, es decir que lo que
se haga tenga para ellos un sentido personal.

Cuando el niño/a juega o realiza otro tipo de actividad
cognitiva, constructiva, productiva, cuando se asea, se alimenta
y aún cuando duerme, todo ello constituye un momento para
influir en su desarrollo y formación, en el que se da la
unidad inseparable entre lo instructivo y lo formativo.

Josefina López Hurtado (2006: 10) expresa además
que: "el proceso educativo de los niños de 0 a 6
años debe estar dirigido fundamentalmente al logro de un
desarrollo integral, que generalmente se plantea como el fin de
la educación. Cuando se habla de desarrollo integral en la
primera infancia, se hace referencia a su desarrollo
físico, a las particularidades, cualidades, procesos y
funciones psicológicas y a su estado nutricional y de
salud".

El proceso educativo en la educación preescolar no se
dirige (este término se rechaza) pues el niño/a no
debe estar limitado a escuchar y hacer y el adulto no dice y
hace. Sobre la base del conocimiento pleno de los niños,
de sus propias posibilidades y el dominio de los objetivos, es
posible poder organizar, estructurar y conducir el proceso de su
educación en el cual el niño en su propia
actividad, inmerso en un sistema de interrelaciones y
comunicación con los demás se apropia de los
conocimientos, construye sus habilidades, adquiere la normas
deseables de comportamiento, y sienta las bases de aquellas
cualidades personales y valores sociales que lo
caracterizarán como hombre del futuro.

Para desarrollar un proceso educativo de calidad se deben
tener presente una serie de requerimientos. Un requerimiento de
carácter psicológico y pedagógico se refiere
al necesario conocimiento por el educador, del desarrollo ya
alcanzado por los niños y las niñas para desde su
plataforma moverlo a un nivel superior, teniendo en cuenta las
potencialidades de cada uno.

-Todo proceso educativo concebido para la primera infancia
debe ser ante todo contextualizado: tiene que proyectarse
teniendo en cuenta las condiciones concretas en que ha de
desarrollarse, de forma tal, que se relacione con sus
experiencias y tradiciones, entre otros, lo que contribuye al
logro de su identidad y
facilita la realización del propio proceso que no se ve
como algo ajeno descontextualizado.

-Debe ser un proceso en el cual el niño y la
niña ocupen el lugar central, protagónico, que
significa que todo lo que se organice y planifique debe estar en
función del niño y tener como fin esencial su
formación.

-El proceso debe considerarse participativo. Si el constituye
el eje central de la actividad, es lógico que de ello se
derive su participación en todos los momentos que la
conforman.

-No debe faltar el carácter colectivo y cooperativo,
cada niño al interactuar con otro, le brinda ayuda,
cooperación, le ofrece sugerencia, contribuye a sus
reflexiones y toma de
decisiones.

-El clima socio
– afectivo: mientras más pequeños son los
niños mayor afecto tienen sobre ellos la
satisfacción de las necesidades afectivas. Sentir esa
afectividad expresada en sonrisas, en los gestos, en el nivel de
aceptación, constituye fuente de implicación
personal, de comportamiento, de motivación para un hacer mejor.

-El enfoque lúdico de todo proceso educativo: el juego
constituye la actividad fundamental en preescolar y, mediante sus
distintas variantes: juego de imitación, de movimientos,
de mesa, didácticos y, especialmente, el juego de roles
los niños sienten alegría, placer y
satisfacción emocional, lo que al mismo tiempo
enriquece sus conocimientos, sus representaciones, su motivación, sus intereses, contribuye a la
formación de sus actitudes, de sus cualidades, en fin, a
todo su desarrollo y crecimiento personal. Por ello el juego
constituye una forma organizativa crucial del proceso
educativo.

El proceso educativo incluye una serie de principios y
componentes como:

1-El centro de todo proceso educativo lo constituye el
niño.

2-El adulto desempeña un papel rector en la
educación del niño.

3-La vinculación de la educación del niño
con el medio circundante.

4-La integración de la actividad y la
comunicación en el proceso educativo.

5- La unidad entre lo instructivo y lo formativo

6-La vinculación del centro infantil y la familia.

7-La sistematización de los diferentes componentes del
proceso educativo y la atención a las diferencias
individuales.

Las formas organizativas del proceso educativo en la
educación preescolar según Franklin Martínez
Mendoza (2004: 74) son:

1-La actividad pedagógica propiamente dicha.

2-La actividad libre o independiente.

3-La actividad complementaria.

4-Los procesos de satisfacción de necesidades
básicas y organización racional de la vida.

5-El juego, como forma organizativa en sí misma.

La actividad pedagógica propiamente dicha (Actividad
Programada). Están especialmente concebidas para las
distintas áreas de conocimiento y desarrollo. Estas
actividades tienen un tiempo determinado en el horario, de
acuerdo con la edad de los niños y constituyen la base
esencial para el aprendizaje de
los contenidos en los diferentes programas y para
la formación de las premisas de la actividad docente, que
realizarán los niños en los primeros grados de la
escuela primaria. La estructura,
orientación y dirección de estas actividades
programadas deben responder a las características del
niño preescolar y a los métodos,
procedimientos y medios
didácticos de este nivel de educación.

La actividad programada es una forma de organización
del grupo de
niños para cumplimentar distintas actividades – dibujo,
cuentos,
etcétera.

Las actividades programadas como una forma de
organización de la enseñaza están
supeditadas a la diversidad de su contenido. Esto solamente es
posible con la condición de que dicha forma tenga bastante
flexibilidad y que corresponde a su contenido. A esto se debe que
el principio de la enseñaza es el trabajo con todo el
grupo al mismo tiempo, por eso las actividades programadas por su
organización, deben responder a estas exigencias.

La actividad libre o independiente ocupa un tiempo y un lugar
importante en el proceso educativo del centro infantil. Debe
propiciar especialmente la toma de decisión de los
niños acerca de qué, cuándo y cómo
hacer, desarrollando así su independencia.
Para que cumpla realmente sus objetivos debe haber una gran
flexibilidad en su concepción y realización; todo
esquematismo desvirtúa sus objetivos.

La actividad independiente tiene la función de crear un
balance en la carga intelectual que el niño o la
niña pueden tener, su principal función consiste en
lograr que el niño se sientan libres y manifiesten sus
posibilidades de una forma espontánea, lo cual contribuye
al desarrollo de su independencia y creatividad.

El contenido de la actividad independiente puede ser variado
atendiendo a los intereses, gustos y necesidades de los
niños y niñas que la seleccionan, pero
indispensablemente la educadora ejerce también su
influencia de una forma muy indirecta, incluyendo entre los
materiales que los niños tienen a su disposición,
algunos que resultan sugerentes y cuya utilización puede
contribuir a alcanzar los objetivos propuestos.

Entre las variadas alternativas a ofrecer a los niños y
las niñas durante la actividad independiente están
el juego de roles, las actividades de dibujo, modelado, construcción, entretenimientos, juegos
didácticos, de movimiento,
dramatizaciones, juegos musicales, paseos y todo lo que la
educadora pueda crear para enriquecerlas. No se ofrece un esquema
de contenido de estas actividades, porque ello iría en
contra de su propia esencia, en la cual la libre elección
del niño, entre las múltiples opciones que se le
brindan, constituye un elemento importante.

La actividad complementaria es una forma de trabajo particular
con los niños y niñas, pueden entenderse como
complemento de la actividad programada y también como
complemento del programa
educativo, constituye además una vía esencial para
la atención a las diferencias individuales.

Los procesos de satisfacción de necesidades
básicas y organización racional de la vida.
Están dirigidos a garantizar la cumplimentación de
los requerimientos fisiológicos de la actividad del
organismo (sueño, alimentación, aseo e
higiene, entre
otros). Al satisfacer las necesidades básicas, se
contribuye a la formación de hábitos, por lo cual
están dispuestos en el programa los contenidos a trabajar
en cada uno de ellos.

El juego de roles es una forma particular de actividad de los
niños que surge en el curso del desarrollo
histórico de la sociedad y
cuyo contenido esencial es la actividad del adulto, sus acciones y
relaciones personales. Esto significa que no es la
manifestación de instintos hereditarios –como
algunos pretenden demostrar-sino un producto
socialmente adquirido. Es la actividad fundamental en la edad
preescolar.

En este tipo de juego los niños asumen papeles de
adultos y reflejan de manera creadora las actividades de estos y
las relaciones sociales que ellos establecen entre sí. Se
considera una actividad fundamental en la edad preescolar, porque
los pequeños resuelven en este juego una
contradicción propia de su edad: quieren ser como los
adultos y hacer todo lo que estos hacen, aun cuando sus
posibilidades reales no se lo permiten.

El proceso educativo en el contexto de la institución
infantil requiere del análisis y estudio del programa educativo
para su planificación, organización,
ejecución y control.

La
estimulación, su importancia

En la medida en que la estimulación se propicia se da
un salto cualitativo en el desarrollo. Así, el proceso de
enseñanza conduce al desarrollo, lo trae
tras de sí, en una espiral ascendente de niveles
inferiores a superiores. Esto implica decididamente un buen
conocimiento de las particularidades del niño o
niña, para garantizar que la estimulación sea
oportuna.

Estimular: es incitar, excitar con viveza a la
ejecución de una cosa, o avivar una actividad,
operación o función. (Microsof Office Encarta
2008).

La estimulación contribuye a formar conceptos y
convicciones relacionadas con la disciplina y
hacer cumplir al educando las normas y reglas establecidas. En la
estimulación se expresa la evaluación positiva del
comportamiento del escolar o del colectivo de alumnos.

La importancia educativa de la estimulación consiste en
contribuir a desarrollar y consolidar los rasgos positivos del
carácter y en general de la conducta de los
escolares, no solo de los alumnos a quienes se estimulan sino
también del colectivo al que ellos pertenecen. La misión
psicológica de la estimulación es la de provocar en
el niño vivencias que le hagan reflexionar sobre su
comportamiento lo cual es condición indispensable para el
perfeccionamiento moral de la
personalidad.

La estimulación origina en el niño sentimientos
de satisfacción, tales como la alegría, el
entusiasmo, la seguridad en sus
posibilidades. Dicho sentimientos fomentan la disposición
y el deseo de repetir las acciones morales buenas intensificando
la actuación positiva.

Está demostrado que la aplicación correcta de la
estimulación refuerza la eficacia de otros
métodos educativos tales como la persuasión, el
ejemplo y otros, por eso, al aplicarla hay que tomar en
consideración una serie de circunstancias vitales y las
cualidades individuales de la personalidad de los sujeto a quien
se aplica para obtener las facetas deseadas por esta razón
deben utilizarse con precaución y reflexión, es
decir, con conocimiento de causa. La estimulación debe
aplicarse en situaciones oportunas y lo más cercano
posible al momento de la acción
del niño que motivó su uso.

La estimulación educativa es el conjunto de acciones y
sistemas de
estímulos seleccionados, programados con vista a la
activación del sujeto como un todo y de sus sistemas
funcionales para el aprendizaje en particular de su sistema nervioso
y de su utilidad
funcional, la neurona.

La estimulación educativa provoca respuesta de diversas
índoles y se manifiesta en la forma de pensar, sentir y
actuar de niños, jóvenes y adolescentes.
Y les brinda la posibilidad de descubrir, crear, razonar y
discutir.

Los principios de un modo teórico – metodológico
para desarrollar la estimulación educativa son los
siguientes:

Enfoque personológico: El alumno debe sentir
motivación, seguridad, voluntad y orgullo por realizar el
trabajo independiente, debe sentir confianza en si mismo. Este
enfoque no se dirige solo a lo cognitivo sino a lograr estos
rasgos de la personalidad.

La enseñanza centrada en el alumno: el alumno debe ser
centro de su conocimiento y participar en todo momento en el
proceso de desarrollo y aprendizaje.

El maestro tiene que ser facilitador, conductor del
aprendizaje. El maestro tiene que ser sincero tal y como es con
el alumno, que le de tiempo suficiente para que desarrolle la
actividad que se planifique con múltiples alternativas de
solución y elección, que la atención del
maestro no se centre en los resultados del aprendizaje sino en el
proceso.

Enseñanza productiva: Debe reinar un ambiente
agradable, actividades grupales, donde se apliquen técnicas
para el aprendizaje, la creatividad.

Para lograr una estimulación educativa activa es
necesario tener presente las siguientes reglas:

El aprendizaje libre de tensión.

Participación activa, comprometida y responsable de los
alumnos.

Elevada interacción (profesor
alumno) (alumnos profesor).

Variedad de oportunidades, opciones y alternativas.

Sistematicidad, exigencia y dirección pedagógica
acertada.

Ambiente favorable de afecto, cariño y amor.

Lograr la estimulación es movilizar fuerzas del
desarrollo intelectual, devoción del interés,
aumento de la concentración, asimilación de
conocimientos y habilidades y todo esto desemboca en mejores
resultados.

Papel de la estimulación en la formación de
valores.

La formación de valores desde el punto de vista
psicológico tomará en cuenta que cualquier educador
debe insertarse en el todo que constituye la labor del maestro y
de la escuela. Si el todo fracasa en la formación de
valores cualquier educador tendrá muy limitados
efectos.

Se parte de la existencia y empleo de dos
tipos de estímulos: los extrínsecos (los premios y
los castigos) y los intrínsecos.

Los extrínsecos presionan y obligan al cumplimiento con
la exigencia y valores sociales; y los intrínsecos no
presionan ni obligan sino que favorecen una
autodeterminación bien orientada del estudiante.

En la formación
política e ideológica actúan
también los estímulos extrínsecos de manera
muy importante, pero lo fundamental es lograr que el maestro
manifieste honrada y sinceramente sus convicciones políticas
e ideológicas, traten de persuadir y ofrecer información a los estudiantes y favorezca
una comunicación franca y profunda y comprensiva con sus
alumnos. Sobre la base de aceptar y tratar de comprender las
posiciones de los alumnos, el profesor podrá influir
realmente sobre ellos en una dirección positiva.

La estimulación debe estar presente en todo el proceso
educativo, ya que mediante actividades, juegos y procesos se
puede incitar el desarrollo de la cualidad moral amistad.
(Crestelo, L., 2008: 18-20).

La educación
moral. Las cualidades morales en la Educación
Preescolar

La moral es el fenómeno social que está presente
en todas las actividades humanas.

En consecuencia con esto, Juan Marí Lois y Marcela
González Pérez (1989:1) expresan: "moral, proviene
del latín mores – uso, costumbre, carácter,
conducta, propiedad,
naturaleza
interna, ley, orden".

En la comunidad
primitiva, cuando el escaso desarrollo de las fuerzas productivas
provoca la división social del trabajo y los hombres
comienzan a tener actividades diferentes, el individuo deja
atrás su actitud como
miembro de una manada y se inicia la formación de la
personalidad con intereses individuales, pues hasta ese momento
solo existían los intereses del colectivo. Al aparecer
intereses diferentes dentro de un mismo colectivo es necesario
regular la conducta del hombre a partir de que los intereses
individuales se supeditaran a los intereses sociales, así
surge la moral como
resultado de una necesidad histórica. (Marí, J. y
González, M., 1989: 9 -10).

La ética
materialista – leninista explica la moral como un
fenómeno social complejo, como una esfera de la
superestructura social que tiene sus especificidades. La
superestructura está formada por: la superestructura
política,
jurídica, moral, artística, religiosa,
filosófica y científica. (Marí, J. y
González, M., 1989: 5).

Moral: Es un conjunto de ideas, sentimientos,
puntos de vista y concepciones, que reflejan la vida material de
la sociedad en forma de principios, normas y conceptos morales,
que orientan y regulan la conducta de los hombres, en el sistema
de las relaciones sociales, histórico-concretas.
(Marí, J. y González, M. 1989: 6).

Estos dos autores citados anteriormente exponen
un conjunto de funciones, como: la reguladora, la cognoscitiva,
educadora, orientadora, valorativa, imperativa, y otras. Estas
funciones actúan sistemáticamente dentro de un
sistema.

La función reguladora actúa siempre
con mucha fuerza, ya que
la moral controla la conducta de los hombres, a partir de
patrones establecidos históricamente y de las exigencias
de cada sociedad.

La función cognoscitiva es muy importante, cuando el
sujeto moral refleja la realidad aprehende la necesidad moral y
puede actuar como propulsor del progreso moral. Aquí,
el hombre se
acerca a la libertad
moral, que solo se logra con el
conocimiento de la necesidad moral y una actividad
práctica consecuente de este individuo, que le ayude a
lograr el desarrollo en correspondencia con las leyes
morales.

La función educadora de la moral incide sobre la
individualidad, prescribiéndole por qué y para
qué se vive, el sentido de su vida y a partir de estos
elementos esenciales el individuo decide cómo debe
actuar.

La función orientadora – valorativa está
muy relacionada con la función reguladora. El hombre
elabora una escala de valores
que se orientan en el mundo social a partir del conocimiento que
sobre este mundo moral tiene (unidad con la función
educativa – cognoscitiva).

La función imperativa está subordinada a las
anteriores, fundamentalmente a la valorativa y a la cognoscitiva,
pues ese conocimiento que pasa por una escala de valores y que
establece las exigencias morales, se convierte en un imperativo
interior, es decir, el individuo reconoce emocionalmente una
conducta obligatoria para sí. (Marí, J. y
González, M., 1989: 10 – 11).

Respecto a la moral V. G. Necháeva y otros autores
(1976: 1) plantean que desde la infancia se comienza a asimilar
las normas de la moral comunista. En esta etapa de la edad
readquieren las premisas del humanismo, de
las interrelaciones amistosas entre los niños, del
respeto a los
mayores, de la laboriosidad, del amor a la patria.

La educación moral ocupa uno de los primeros lugares de
la educación integral; es la influencia sistemática
y planificada dirigida a formar en los niños cualidades
morales sobre la base del cumplimiento de las normas y reglas de
comportamiento que corresponden a las exigencias de la moral de
la sociedad en la que viven y que se encamina a lograr un
comportamiento caracterizado por la estabilidad de los motivos de
conducta y por el deseo de actuar correctamente. (Cruz,, E. 1982:
77).

En consecuencia con esto Nancy Chacón Arteaga (2002:3)
expresa que la moral es un reflejo en la conciencia de las
condiciones materiales en que viven los hombres, a partir de la
forma histórica en que se han relacionado entre sí,
de las actitudes y conductas asumidas en el transcurso de sus
vidas, que se expresan en forma de principios, normas,
sentimientos y representaciones sobre el bien y el mal, el deber,
lo justo o injusto, que en su conjunto, regulan y orientan la
elección moral de cada individuo y el comportamiento
humano en general. (Chacón, N. 2002: 3).

En esta definición, se aprecia que la moral tiene una
estructura conformada por: la conciencia moral (unidad de lo
racional y lo afectivo volitivo) núcleo esencial de los
principios, normas y valores en formas de escalas y de
convicciones y con un carácter valorativo, orientador y
regulador, las relaciones morales (carácter humano, la
sensibilidad y nivel de afectividad o indiferencia) que se
establecen entre las personas, y la actividad moral, abarca el
amplio campo de las actitudes y actuaciones concretas, las
costumbres y tradiciones, las influencias educativas o negativas,
es la concreción del acto de conducta moral, en todo tipo
de actividad que realiza el ser humano.

En la vida espiritual de la sociedad, la moral constituye un
elemento integrador. Esto está dado, porque la moral,
tiene como componentes a las necesidades, intereses, motivos,
aspiraciones y fines del acto de conducta, el cual tiene una
determinada significación, buena o mala, dañina o
beneficiosa, de ahí el rango de valor o de antivalor que
puede tener, para sí mismo y para los demás, lo que
a su vez, provocará una reacción de
aceptación o de rechazo, que como parte de la opinión
pública, constituye un mecanismo externo de control y
regulación.

Por su parte la doctora María Teresa Burke
Beltrán (1989: 4) expone que la educación moral
consiste en hacer que las exigencias morales de la sociedad se
conviertan en estímulos internos de la personalidad de
cada niño. El desarrollo moral es el resultado de la
educación, de la influencia del medio circundante y de la
experiencia moral que el niño o la niña adquiere en
la actividad que realiza.

Muchos autores ven el desarrollo moral como parte del desarrollo
social, y lo explican como una formación que incluye
el conocimiento de como se debe actuar, el sentir la necesidad de
actuar y la propia conducta o actuación moral.

En la edad preescolar se forman las bases de la moralidad, la
subordinación de motivos, se desarrollan las
representaciones, los sentimientos y las costumbres morales que
determinan el desarrollo futuro de la personalidad.

En consecuencia con esto Maidelín López Delgado
(2002: 7) expresa: la moral es la forma de la conciencia social
que representa el conjunto de principios, requisitos, normas y
reglas que regulan la conducta del hombre en todas las esferas de
su vida social y personal.

-Su actitud ante la sociedad.

-Hacia el grupo social que representa hacia sí
mismo.

Atendiendo a los criterios antes expuestos la autora de este
trabajo considera que la moral es la forma de manifestarse en la
sociedad, por ello decidió acogerse a lo planteado por la
doctora María Teresa Burke Beltrán en el texto "Temas
de psicología
pedagógica para maestros II" (1989).

En la edad preescolar surgen las instancias morales como
consecuencia del juego de roles y la relación nueva que
aparece entre el niño y el adulto. Las instancias
éticas o morales constituyen habilidades que posee el
niño al actuar, no solo por motivos morales, sino incluso
de apartarse de aquello que lo atrae directamente. El
pequeño de manera consciente no trata de actuar de acuerdo
con las exigencias de los mayores paulatinamente, asimilar reglas
y valoraciones que provienen de ellos.

Posteriormente la aparición de las instancias morales y
por la influencia sistemática que recibe la actividad
docente y del maestro, comienzan a aparecer en los preescolares
las cualidades morales de la personalidad.

En los preescolares comienzan a aparecer las cualidades
morales de la personalidad. Cuando se da el vínculo entre
la norma asimilada, comprendida, aceptada y la necesidad de
conducirse de acuerdo a esa norma. (López, M., 2002:
8).

Las cualidades morales: son los caracteres inherentes de la
personalidad que se expresan sobre la base del cumplimiento de
las normas de comportamiento y principios de la sociedad en la
que viven. (Bravo, K., 2008:29).

En el desarrollo de las cualidades morales se ponen de
manifiesto la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo que es
realmente una forma de educar la personalidad. La estabilidad de
las cualidades morales en el niño se caracterizan, por los
siguientes indicadores
fundamentales: cumplimiento de las normas y reglas de conducta
conocidas por propia iniciativa o por advertencia u orden del
adulto; su conducta, actitud y actividad en presencia de los
adultos (diferentes) y sin ellos; comportamiento, relación
con el medio y con la actividad en condiciones normales,
cambiantes y nuevas.

La cualidad moral incluye tres componentes fundamentales:
sentimientos morales, hábitos de conducta y
representaciones morales (sobre lo bueno o lo malo, sobre los
fenómenos de la vida social). Para formar cualquier
cualidad moral el pedagogo debe recordar que cualquier tarea
moral, la más simple o la más compleja, puede ser
solucionada solo mediante la formación de sentimientos
infantiles, los hábitos y las representaciones.
(Zaporozhetz, A. V. y Markoba, T. A., 1987: 137 – 138).

Las cualidades morales que esencialmente se trabajan en la
Educación Preescolar son:

Honestidad: Decir la verdad.

Honradez: No tomar lo que no es suyo, no robar.

Laboriosidad: Tener disposición para cumplir las
tareas, querer ser trabajador, respetas el trabajo de los
demás.

Responsabilidad: Esforzarse, comportarse bien, ser
persistente, ser ordenado, alimentarse, ser limpio, hacer
valoraciones de sí mismo y de los demás, ser
obediente.

Amor y respeto a lo que nos rodea: A la familia, al
círculo infantil o la escuela, a la naturaleza, a los
héroes, figuras relevantes, a los símbolos de la patria, monumentos, a la
historia de la
comunidad.

Amistad: Ser amigo, ayudar a sus compañeros, compartir
sus pertenencias, servir a los demás, identificarse con
otros niños aunque no lo conozca.

La realización de actividades, estratégicamente
encaminadas a la educación en valores
humanos, permite desarrollar sentimientos emocionales
positivos y vivencias. En este sentido, los conocimientos por
sí mismos no garantizan la formación del valor, sin
o que han de acompañarse de vivencias y de emociones, que
expresan en este plano la unidad de los procesos
afectivos y cognoscitivos.

Conclusiones

El desarrollo de las siguientes tareas de la
investigación permitió cumplimentar el objetivo
propuesto y arribar a las siguientes conclusiones:

  • La determinación de los fundamentos
    teóricos-metodológicos que sustentan el tema:
    "La estimulación de la cualidad moral amistad en
    niños y niñas del grado preescolar"
    demostró la existencia de documentos que norman y
    orientan el trabajo con la problemática;
    permitió comprender además, su importante valor
    para el desarrollo de futuros valores en los educandos.

  • En el diagnóstico realizado durante la etapa
    inicial, a los niños y niñas del grado
    preescolar de la escuela primaria "Paquito González
    Cueto", se constataron limitaciones, los coetáneos no
    se ayudan entre sí, no comparten sus pertenencias, ni
    se identifican con otros aunque no los conozcan.

  • La concepción del enfoque lúdico y el rol
    participativo de los sujetos pueden constituir elementos
    dinamizadores del cambio en las actividades variadas
    dirigidas a estimular la cualidad moral amistad en
    niños y niñas del grado preescolar de la
    escuela primaria "Paquito González Cueto".

  • La valoración positiva, como resultado de la
    aplicación del criterio de experto, considera que es
    factible las actividades variadas propuestas para estimular
    la cualidad moral amistad en niños y niñas del
    grado preescolar de la escuela primaria "Paquito
    González Cueto", a partir de las posibilidades para su
    instrumentación, por su creatividad y los contenidos
    que se abordan,

Recomendaciones

  • Aplicar las actividades variadas que se han propuesto para
    constatar sus potencialidades transformadoras en
    relación con el problema al cual se le da
    tratamiento.

  • Socializar los resultados en diferentes contextos de
    comunicación, a través de la actividad
    científica.

Bibliografía

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    los valores una necesidad e todos los tiempos. Camaguey.
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    Enciclopédico Ilustrado. Barcelona, S A: Editorial
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    formación de valores morales: Una tarea
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  • 7. Báxter Pérez, Esther. (2007).
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    La Habana:
    Editorial Pueblo y Educación.

  • 10. Bravo Camacho, K. (2008). Actividades
    metodológicas dirigidas a los profesionales del quinto
    año de vida de la Educación Preescolar para el
    tratamiento de cualidades morales en la actividad
    independiente.
    Tesis en Opción al Título
    Académico de Máster en Ciencias de la
    Educación. Sancti Spíritus: ISP. Capitán
    Silverio Blanco Núñez.

  • 11. Burke Beltrán, M. T. (1989)
    Cuándo se inicia la Educación Moral en
    niños preescolares, en temas de Psicología y
    Pedagogía para maestros
    . Número 2. Ciudad
    de La Habana. Editorial Pueblo y Educación.

 

 

 

 

Autor:

Lic. Arley Echevarría
Castellón

Lic. Manuel Enrique Rodríguez
Exposito

CENTRO DE TRABAJO: SEDE UNIVERSITA
MUNICIPAL, TAGUASCO

CURSO: 2008-2009

Partes: 1, 2
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