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Referentes teóricos de la educación a distancia (página 2)



Partes: 1, 2

La planificación de los cursos, la
organización racional de todo el proceso y la
formalización de todas y cada una de sus fases, se
conforman como elementos paralelos a los de la producción industrial.

El continuo control a que son sometidos todos los productos
ordinarios de consumo tiene paralelismo con la
sistematización de las continuas evaluaciones del proceso
y del producto en la educación a distancia con miras a
incrementar su eficacia haciendo así un mejor uso de
personas y de tiempo.

Todos los procesos en este sistema alcanzan un alto grado de
objetivación, comparándose con la diferencia que
existe entre la producción industrial y la manual. En la
enseñanza a distancia la mayoría de las funciones
son objetivadas, no dándose situaciones de
subjetivación, más propias de las instituciones
presenciales donde efectivamente el docente tiene constantes
oportunidades de influir de manera más o menos subjetiva
en sus estudiantes.

La centralización y monopolización de la
producción hacen rentable económicamente este
sistema, aunque fuese escaso su número de estudiantes. Si
por otra parte los cursos son redactados por eminentes
catedráticos y técnicos en educación a
distancia, el éxito parece asegurado.

    Otto Peters establece que la base fundamental de su teoría
    se sostiene sobre la división del trabajo, al
    argumentar que (Taboada Delgado, R. 2003:4):

    • El desarrollo de los cursos a distancia es tan importante
      como el trabajo preparatorio antes de pasar al proceso de
      producción.

    • La efectividad del proceso de enseñanza depende
      particularmente de la organización y planeamiento.

    • Los cursos deben ser formalizados y las expectativas de
      los estudiantes estandarizadas.

    • Demanda de capacidades diferenciadas entre profesores
      tradicionales y los de distancia.

    • La educación a distancia debe combinar
      económicamente los recursos mediante una
      administración centralizada.

    En primer lugar se destaca el paralelismo establecido por el
    autor entre la enseñanza-aprendizaje a
    distancia y el proceso industrial, como supuestos elementos
    conexos que tienen en cuenta la tecnología, la
    división del trabajo, los principios
    organizativos, la estandarización, la
    racionalización, la preparación del trabajo, la
    formalización, el cambio de
    funciones y la
    centralización, entre otros, buscando
    finalmente la obtención de un mismo producto con
    máxima calidad.

    En la práctica docente, de ser así, el profesor se
    convierte en el eje productor del proceso y el alumno
    pasa a ser un elemento pasivo, incapacitado para retroalimentarse
    e interactuar con sus compañeros. Se concibe solo el
    proceso de enseñanza y este se estructura
    cual si fuera una fábrica o empresa que
    produce en grandes cantidades, en este caso, material de
    enseñanza que permita solo aumentar en cantidad el
    número de personas a instruir al mismo tiempo. Por
    otra parte, categorizar el proceso de enseñanza solo como
    método,
    mutila toda la riqueza de la
    comunicación y el sistema
    evaluativo que se propone se convierte en regulador de la
    conducta del
    individuo.

    Peters concibe la educación a
    distancia actual como producto de la sociedad
    industrial (Amudsen, C. 1993:1), algo que de cierta forma es
    indudable, por cuanto el impacto del desarrollo
    tecnológico en la educación es
    palpable; por ello ha tenido que poner en práctica
    conceptos como la eficacia y
    eficiencia, al
    igual que capacitar y preparar a alumnos y maestros para
    interactuar con la novedosa técnica, pero esto no
    significa que pueden identificarse una a otra en igualdad de
    condiciones.

    A pesar de la incidencia del pensamiento de
    Peters en el resto de las teorías
    que más adelante se explicarán, la educación a
    distancia no puede ser un proceso mecánico que por
    anticipado se organiza, planifica y programa para
    conseguir un resultado predeterminado, único e
    inalterable, cuando se enfrenta ante una gama de procesos
    lógicos de pensamientos, lenguajes, niveles de creatividad,
    vivencias, estados de ánimos, motivaciones y experiencias
    que obligatoriamente conducen a respuestas diversas. Tampoco debe
    verse como un medio lucrativo, ni excluyente de la comunidad de
    educadores que no poseen titulaciones ilustres, pero que
    día tras día aportan lo mejor de sí y parte
    de sus economías personales para mantener en pie la
    enseñanza-aprendizaje de sus alumnos.

    Los conocimientos, habilidades y actitudes son
    solo una pequeñísima muestra de lo que
    el profesor debe ser capaz de impartir a sus alumnos. Es
    importante también la transmisión de valores,
    normas de
    conducta, principios y normas éticas, vocación,
    ideología, deberes y derechos ciudadanos.
    El hombre
    tiene derecho a ser educado en plena integralidad para con
    él y la sociedad que le rodea, conociendo cada
    porción, discutiendo, debatiendo, aportando, discerniendo
    y transformando.

    Como cuestiones positivas dentro de esta teoría deben
    señalarse algunos de los elementos que sustentan la
    división del trabajo. El autor de este artículo
    considera atinado la lógica
    organización, planeamiento y
    desarrollo de los cursos a distancia como antesala del complejo
    proceso que vendrá luego, el que no puede ser forzado,
    padecer de improvisaciones y mucho menos, como se dijo
    anteriormente, mecanizado.

    Teoría del
    estudio independiente

    La siguiente, Teoría del estudio
    independiente
    , desarrollada en los años 60 por el
    profesor norteamericano Charles Wedemeyer, desvía su
    atención un poco más hacia el alumno
    y su rol dentro del aprendizaje por correspondencia.

    Este importante teórico de la
    enseñanza-aprendizaje a distancia planteó las ideas
    que se muestran a continuación (Taboada Delgado, R.
    2003:4):

    • El sistema debe ser capaz de operar en cualquier lugar
      donde hayan estudiantes.

    • La mayor responsabilidad de aprender recae en el
      estudiante.

    • La facultad debe dedicar más tiempo a tareas
      educativas que al seguimiento de los estudiantes.

    • Ofrecer a los estudiantes y adultos mayores opciones de
      cursos, formatos y metodologías.

    • Emplear todos los medios de enseñanza y
      métodos probados favorablemente.

    • Combinar los medios y los métodos para optimizar la
      enseñanza.

    • Ajustar y desarrollar cursos en función de los
      medios disponibles.

    • Adaptabilidad a las diferencias individuales.

    • Lograr que los estudiantes avancen al ritmo que mejor
      facilite su aprendizaje.

    Estos renglones dejan ver intrínsecamente relevantes
    aportes a la educación a distancia
    para aquella época y que en los tiempos actuales mantienen
    vigencia. Desde los primeros momentos aparecen los actores o
    componentes del proceso que se articulan entre sí:
    estudiantes, profesores, objetivos,
    contenidos, métodos y
    medios, y en
    otra arista asoman otros factores como la operabilidad del
    sistema, la autonomía del aprendizaje, la
    optimización de la enseñanza, la comunicación y por último, la
    diversidad asociada a la correspondencia.

    Es singular la connotación que Wedemeyer le atribuye a
    la interrelación profesor-alumno, para lograr que este
    último gane en libertad,
    responsabilidad, compromiso, control y
    dirección de sus actos de aprendizaje; sin
    embargo no fructifica la idea de obviar un tanto el seguimiento
    de este, puesto que los maestros necesitan diagnosticar
    constantemente el progreso de sus alumnos en cualesquiera de las
    materias que imparta. Igualmente esta teoría carece de la
    necesidad que tiene el estudiante de saber cómo
    aprendió el nuevo conocimiento y
    la posibilidad de intercambio con el resto de sus
    compañeros.

    Teoría de
    la distancia transaccional y la autonomía del
    educando

    Una década más tarde, el Profesor y Director del
    Centro Americano para estudios de Educación a Distancia,
    Michael Moore, se encuentra con Charles Wedemeyer y comparte los
    postulados de este acerca de la relación entre educador y
    educando en la educación a distancia (García
    Aretio, L. 2006:3). Es así como surge la Teoría
    de la distancia transaccional y la autonomía del
    educando
    .

    Moore define la educación a distancia como "el tipo de
    método de instrucción en que las conductas docentes
    acontecen aparte de las discentes, de tal manera que la
    comunicación entre el profesor y el alumno puedan
    realizarse mediante textos impresos, por medios
    electrónicos, o por técnicas"
    (citado por González Aretio, L. 1987:5).

    Esta teoría enriquece las ideas de Wedemeyer acerca de
    la autonomía del aprendizaje y a su vez incorpora un nuevo
    concepto:
    distancia transaccional, heredado en parte de John Dewey
    (Graham Moore, M. 1997:1) y definido por Moore de la siguiente
    manera:

    "La transacción que nosotros llamamos educación
    a distancia ocurre entre individuos que son maestros y
    aprendices, en un ambiente que
    tiene la característica especial de la separación
    entre uno y otro, como un consecuente conjunto especial de
    conductas de enseñanza y aprendizaje. La separación
    física es
    la que conduce a una laguna psicológica y de
    comunicación, un espacio de mal entendimiento potencial
    entre las entradas del instructor y del aprendiz, y esto es la
    distancia transaccional" (citado por Amudsen, C. 1993:2).

    En función de
    comprender con mayor claridad estas ideas, será necesario
    recurrir a la segunda acepción del significado del
    término transacción: "Trato, convenio,
    negocio" (Academia Española, R. 1995), lo que supone
    entonces que ambas partes ya están vinculadas y han
    llegado a un acuerdo según sus necesidades y
    posibilidades.

    Evidentemente Moore llama la atención sobre la
    distancia más allá de la separación
    geográfica, la identifica como un factor pedagógico
    a tener en cuenta dentro del proceso y la corona como un espacio
    psicológico y de comunicación que por demás
    depende de los estatus de transacción; a esta
    última la iguala con la educación a distancia, en
    virtud de destacar un modelo de
    interacción dialógico que toma en
    cuenta las diferencias individuales, transcurre bajo condiciones
    espacio-temporales no necesariamente idénticas y obliga a
    una transformación en los modos de actuación
    tradicionales de profesores y alumnos.

    La transacción no se comporta como un concepto limitado
    o rígido, todo lo contrario, dinamiza el protagonismo del
    estudiante con relación a la autonomía de su
    aprendizaje en la medida en que este es capaz de interactuar con
    los programas de
    estudio, los contenidos y los medios de enseñanza para
    transformar sus estructuras
    cognoscitivas (interacción alumno-contenido), se relacione
    con sus compañeros, intercambie experiencias, sensaciones,
    emociones y
    conocimientos que emergen una vez más reconstruidos por el
    colectivo (interacción alumno-alumno), y asimile el apoyo,
    la orientación, la
    motivación, la guía y los recursos que
    propicia el maestro sin olvidar las características
    individuales de sus discípulos, con objetivos
    correctamente definidos y en medio de un ambiente adecuado
    (interacción alumno-maestro) (Graham Moore, M. 1989:1-6;
    Barberá, E. 2007:52).

    Esta reflexión da lugar a las variables
    reguladoras de la distancia transaccional: dialogo y
    estructura. Poner en marcha un curso a distancia donde:
    a) el material de aprendizaje no es diverso, b) las
    posibilidades de retroalimentación de forma general son
    escasas
    , c) sus objetivos, modelos de
    evaluación, estrategias de
    enseñanza y ritmo de trabajo no están correctamente
    delimitados
    , d) existen fechas rígidas de
    comienzo, entregas de tareas y final
    , genera poco dialogo y posee
    una estructura poco flexible, lo que contribuye a aumentar la
    distancia transaccional y el alumno va cediendo poco a poco sus
    niveles de autonomía, es decir "la medida en la que en la
    relación de enseñanza y aprendizaje es el
    estudiante, más que el profesor, quien determina las
    finalidades, las experiencias de aprendizaje y las decisiones de
    evaluación" (citado por Barberá, E. 2007:53).

    Entre otros aspectos, la Teoría de la distancia
    transaccional y la autonomía del educando

    desarrollada por Moore, comienza a definir explícitamente
    algunas de las características que identifican a la
    educación a distancia, en este caso la
    separación física entre profesores y
    estudiantes
    .

    Teoría de
    la reintegración de los actos de enseñanza y
    aprendizaje

    Por su parte el reconocido investigador Desmond Keegan
    advertía además una separación entre el
    proceso de enseñanza y el de aprendizaje
    , lo que dio
    lugar al surgimiento de la Teoría de la
    reintegración de los actos de enseñanza y
    aprendizaje
    , la cual asimila ideas esbozadas anteriormente
    por Otto Peters.

    Keegan define la educación a distancia mediante rasgos
    que considera fundamental dentro de la misma (citado por
    González Aretio, L. 1987:3):

    • La separación del profesor y el alumno que la
      distingue de las clases cara a cara.

    • La influencia de una organización educacional que
      la distingue del estudio privado.

    • El uso de medios técnicos usualmente impresos, para
      unir profesor y alumno y ofrecer el contenido educativo del
      curso.

    • La provisión de una comunicación
      bidireccional de modo que el estudiante pueda beneficiarse y
      aún iniciar el diálogo, lo que la distingue de
      otros usos de la tecnología educacional.

    • La enseñanza de los estudiantes como individuos y
      raramente en grupos, con la posibilidad de encuentros
      ocasionales con propósitos didácticos y de
      socialización.

    • La participación de una forma más
      industrializada de educación basada en la
      consideración de que la enseñanza a distancia
      es caracterizada por: división de trabajo,
      organización, automatización, aplicación
      de principios organizativos, control científico,
      objetividad de la enseñanza, producción masiva,
      concentración y centralización.

    Dentro de estos aspectos pueden destacarse otras
    características de la enseñanza-aprendizaje a
    distancia como son la organización educacional,
    es decir, la planificación intencional del proceso, con
    objetivos, contenidos y metodologías definidas, y el
    carácter semipresencial en
    función de facilitar una mayor orientación,
    motivación, guía y estímulo
    para los estudiantes que comparten criterios, valoraciones,
    juicios, opiniones, sugerencias, críticas y reflexiones
    acerca de la materia de
    aprendizaje.

    Keegan defiende la autonomía e independencia
    del alumno para lograr un aprendizaje
    significativo, pero no concuerda con Moore en considerar la
    separación como ventaja. Argumenta que las bases
    de la educación a distancia se encuentran en la
    teoría general de la educación y por tanto la
    educación a distancia debe ser capaz de recrear
    artificialmente
    el vínculo tradicional de la
    enseñanza y el aprendizaje
    mediante la comunicación bidireccional que se establece
    entre los participantes del proceso, mediada por la
    tecnología. No se trata de reproducir fielmente la
    clase
    convencional, sino de ser creativos para mantener la
    intersubjetividad profesor-alumno y alumno-alumno que
    favorece la comunicación interpersonal y por ende, el
    aprendizaje individual y colectivo en un ambiente de aprendizaje
    que posee nuevas características (Amudsen, C. 1993:4).

    Teoría de
    las tres dimensiones

    Considerando la educación de adultos, los criterios de
    D. Keegan sobre la comunicación bidireccional y las
    dimensiones diálogo, estructura y
    autonomía significadas por Moore, J. Verduin y T.
    Clark edificaron su Teoría de las tres
    dimensiones
    (Collazo Delgado, R. 2004:17).

    Cada una de las dimensiones mencionadas adquiere un
    carácter dualista y se amplía en su alcance. Es
    así como el dialogo establece una correspondencia
    con el concepto soporte en función de incluir en
    él elementos afectivos, motivacionales y emocionales.

    Asimismo, se habla de
    estructura-especialización a partir de que
    "algunos campos en el estudio a distancia, de adultos, e incluso
    de educación pre-adulto, en donde la competencia puede
    ser sólo materia de comprensión básica de
    principios o problemas,
    necesitan sólo una estructura mínima. Un alto nivel
    de estructura se necesita en otros campos, donde muchos
    años de estudios pueden necesitarse antes que un aprendiz
    sea lo suficientemente competente para fijar objetivos y métodos de
    estudio o tomar parte en la evaluación" (citado por
    Amudsen, C. 1993:5).

    Igualmente Verduin y Clark aportan un criterio muy personal acerca
    de la idea original de estructura que poseía Moore,
    sinónimo de flexibilidad; esta vez se asocia claramente a
    la experiencia del individuo en su interacción con
    el
    conocimiento y esta a la competencia. Entiéndase por
    competencia en un campo o competencia
    especializada
    para estos autores, como "un atributo
    situacional que puede ocurrir entre adultos o niños
    que estudian a distancia o convencionalmente, con base en la
    experiencia del aprendiz o su ausencia, lo cual es usualmente una
    función de la estructura de la materia de estudio" (citado
    por Amudsen, C. 1993:5).

    La tercera dimensión se denomina
    competencia-autodirección general, fundamentada
    en la autonomía que proponía Moore pero agregando
    que "una mejor aproximación para decidir los niveles
    apropiados de autodirectividad o autonomía puede ser
    determinar si el estudiante es competente en el campo en ese
    nivel, para estimar la competencia general del estudiante, y para
    ver si se han presentado la estructura y diálogo
    apropiados, dada la formalidad o su ausencia en ese campo"
    (citado por Amudsen, C. 1993:6).

    El autor del presente trabajo considera que esta teoría
    posee algunos elementos positivos, al referirse a conceptos tan
    importantes para la
    investigación pedagógica como lo es el
    área motivacional-afectiva, la
    experiencia, la competencia y la
    autodirección dentro de la
    enseñanza-aprendizaje. La correcta armonía entre
    cada uno de ellos contribuiría no solo a la efectividad y
    eficiencia del proceso, retomando los supuestos de Peters, sino
    también al crecimiento personal, social y cultural de
    profesores y alumnos que construyen mutuamente nuevos
    conocimientos y proyectos
    educativos.

    Teoría de
    la conversación
    didáctica guiada o de la
    interacción y comunicación

    El tema de las relaciones
    interpersonales, la comunicación bidireccional, la
    conversación y la interacción entre los
    participantes del proceso, fue tomado en cuenta por el profesor
    alemán Börje Holmberg para constituir la
    Teoría de la conversación didáctica guiada o de la interacción
    y comunicación
    .

    En su definición de educación a distancia
    Holmberg plantea:

    "El término de "educación a distancia" cubre las
    distintas formas de estudio a todos los niveles que no se
    encuentran bajo la continua, inmediata supervisión de los tutores presentes con
    sus estudiantes en el aula, pero que sin embargo, se benefician
    en la planificación, guía y seguimiento de una
    organización tutorial" (citado por González Aretio,
    L. 1987:2).

    En otro de sus trabajos relaciona, según su criterio,
    las características que identifican a la educación
    a distancia (citado por González Aretio, L. 1987:2-3):

    La característica general más importante del
    estudio a distancia es que se basa en la comunicación no
    directa. Las consecuencias que trae aparejada esta
    característica del estudio general a distancia pueden
    agruparse en seis categorías:

    • 1. La base del estudio a distancia es normalmente un
      curso pre-producido, que suele estar impreso pero
      también puede ser presentado a través de otros
      medios distintos de la palabra escrita, por ejemplo las
      cintas de audio o vídeo, los programas de radio o
      televisión o los juegos experimentales. El curso
      apunta a ser autoinstructivo, esto es, a ser accesible para
      el estudio individual sin el apoyo de un profesor. Por
      motivos prácticos, empleo la palabra curso para
      significar los materiales de enseñanza antes que el
      proceso enseñanza-aprendizaje.

    • 2. La comunicación organizada de ida y vuelta
      tiene lugar entre los estudiantes y una organización
      de apoyo. El medio más común empleado para esta
      comunicación de ida y vuelta es la palabra escrita,
      pero el teléfono se está convirtiendo en un
      instrumento de importancia creciente en la
      comunicación a distancia.

    • 3. La educación a distancia tiene en cuenta el
      estudio individual. La educación a distancia sirve
      expresamente al estudiante individual en el estudio que
      realiza por él mismo.

    • 4. Dado que el curso producido se utiliza
      fácilmente por un gran número de estudiantes y
      con un mínimo de gastos, la educación a
      distancia puede ser –y lo es a menudo- una forma de
      comunicación masiva.

    • 5. Cuando se prepara un programa de
      comunicación masiva, es práctico aplicar los
      métodos del trabajo industrial. Estos métodos
      incluyen; planeamiento, procesamientos de
      racionalización, tales como la división del
      trabajo, mecanización, automatización, control
      y verificación.

    • 6. Los enfoques tecnológicos implicados no
      impiden que la comunicación personal en forma de
      diálogo sea medular en el estudio a distancia. Esto se
      da incluso cuando se presenta la comunicación
      computarizada. Considero que el estudio a distancia
      está organizado como una forma mediatizada de
      conversación didáctica guiada.

    Esta propuesta teórica llama la atención sobre
    tres elementos fundamentales para el proceso de
    enseñanza-aprendizaje a distancia: la comunicación
    bidireccional, las implicaciones de las relaciones
    interpersonales y emocionales, y el aprendizaje individual.

    "(.) desde este punto de vista, un proceso de educación
    a distancia de calidad se debería desarrollar como una
    conversación didáctica guiada que, a partir de un
    conjunto de rasgos distintivos, orienta y facilita el
    aprendizaje" (citado por Barberá, E. 2007:61).

    En primer lugar, Holmberg destaca que el proceso de
    enseñanza-aprendizaje es a la vez un proceso de
    comunicación que se establece entre profesores y
    estudiantes, así como entre el mismo grupo de
    estudio; utiliza el término comunicación no
    directa
    (conocida también como
    comunicación no contigua) para enfatizar la
    interacción que se establece entre profesores y
    estudiantes que comparten momentos espacios-temporales distintos
    (conversación real), y la que se establece entre
    el estudiante y los materiales
    didácticos (conversación simulada),
    quienes de acuerdo a su calidad posibilitarán una
    conversación interior entre el contenido y los
    conocimientos previos del estudiante (Taboada Delgado, R. 2003:4;
    Graham Moore, M. 1989:1-6; Amudsen, C. 1993:3; Barberá, E.
    2007:61).

    La conversación didáctica guiada es
    otro de los conceptos significativos para la comunicación
    bidireccional y que a su vez guarda relación con las
    implicaciones que tienen para el aprendizaje las relaciones
    interpersonales y emocionales. Así lo demuestra lo
    expresado por Holmberg en los siguientes postulados (citados por
    Barberá, E. 2007:63):

    • 1. Los sentimientos de relación personal entre
      los profesores y los estudiantes promueven el placer de
      estudiar y la motivación.

    • 2. Estos sentimientos pueden ser impulsados por
      materiales autoinstructivos bien desarrollados y por la
      comunicación bidireccional a distancia.

    • 3. El placer intelectual y la motivación para
      el estudio son favorables para alcanzar los objetivos de
      aprendizaje y el uso de los procesos y metodologías de
      estudios apropiados.

    • 4. La atmósfera, el lenguaje y las
      convenciones de una conversación cordial favorecen los
      sentimientos de relación personal, de acuerdo con el
      primer postulado.

    • 5. Los mensajes dados y recibidos a través de
      la conversación son, comparativamente,
      fácilmente entendidos y recordados.

    • 6. El concepto de conversación se puede
      traducir en buenos resultados con el uso de los distintos
      medios disponibles en educación a distancia.

    • 7. La planificación y guía del trabajo,
      tanto si provienen de la institución de
      enseñanza como si dependen del estudiante, son
      necesarios para el estudio organizado, que se caracteriza por
      su concepción finalista explícita o
      implícita.

    Como se ha planteado anteriormente, Holmberg considera que el
    aprendizaje tiene un carácter individual. Esto se debe,
    según él, a los procesos de interiorización
    y asimilación del nuevo conocimiento que ocurren en el
    estudiante teniendo en cuenta su experiencia cognitiva previa;
    por tanto comparte con Moore la idea de establecer sistemas de
    enseñanzas con estructuras más abiertas y flexibles
    que transfieran libertad y autonomía al aprendizaje; le
    atribuye a todos los responsables de programas y cursos a
    distancia, por encima de la enseñanza, la función
    de orientar, apoyar, guiar y conducir a los estudiantes hacia una
    actividad de aprendizaje verdaderamente consciente e
    independiente (Taboada Delgado, R. 2003:4; Amudsen, C. 1993:3;
    Barberá, E. 2007:64).

    El cuerpo teórico que propone este autor resulta
    interesante en cuanto al tratamiento que hace sobre los procesos
    de comunicación que tienen lugar en la
    enseñanza-aprendizaje a distancia y en cómo estos
    son decisivos en la formación autónoma del
    estudiante mediante las emociones y motivaciones; pero a la vez
    queda inconclusa al no revelar cómo se originan,
    desarrollan y regulan los mecanismos que guían los
    diferentes tipos de conversaciones, así como la naturaleza
    sociocultural del conocimiento, las interacciones, la
    enseñanza y el aprendizaje, entre otros aspectos.

    Teoría de
    la comunicación y control del educando

    Randy Garrison fue otro de los teóricos que
    consideró a la comunicación como núcleo del
    proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia. Así
    lo expresa en su definición de educación a
    distancia formulada junto a D. Shale y en la cual hacen otras
    anotaciones:

    "El rasgo más importante para poder
    caracterizar la educación a distancia no es su morfología, sino el modo en que facilita la
    comunicación entre el profesor y el alumno. Debido a que
    estos están físicamente separados, la
    educación a distancia tiene que depender de la
    tecnología para que actúe como mediadora en el
    proceso de comunicación. Y sin embargo, aunque se ha
    prestado una gran atención al uso de los medios
    tecnológicos, se ha hecho mucho menos hincapié en
    la naturaleza del proceso de comunicación y en el papel de
    la tecnología que le sirve de apoyo" (citado por Evans, T.
    y Nation, D. 1999:6)

    En ese sentido está dirigida su Teoría de la
    comunicación y control del educando
    cuya
    génesis puede decirse que se encuentra en los análisis realizados a los supuestos de
    Moore y Wedemeyer con relación al autoaprendizaje.

    Desde la propia definición de educación a
    distancia que Garrison aporta a partir de sus estudios, se va
    perfilando la idea de que el complejo proceso de
    interacción que se produce en el contexto educativo a
    distancia debe ser analizado en profundidad; reconoce que la
    independencia es parte importante y finalidad del mismo pero al
    unísono planteaba que esto no resultaba suficiente, era
    necesario superarla, ir más allá del mero concepto,
    considerado restringido.

    Es así como se introduce el control del
    aprendiz
    , definido por Garrison como "la oportunidad y
    habilidad para influenciar y dirigir un curso de eventos…,
    control dentro de un ambiente educativo, sin embargo, no puede
    establecerse por una sola parte cuando la dirección del
    curso de eventos debe ser inherentemente colaborativa" (citado
    por Amudsen, C. 1993:4-5).

    Este concepto se ajusta a la idea de interdependencia dentro
    del proceso sin que este se oponga al de independencia, todo lo
    contrario, se está proponiendo una independencia
    asociada a la competencia y al apoyo, en
    estrecho vínculo con el maestro, el aprendiz y el
    contenido.

    Según lo cita Elena Barberá en su obra La
    incógnita de la educación a distancia

    (Barberá, E. 2007:50):

    • El término independencia se refiere a la
      libertad para dirigir el propio proceso de aprendizaje, a la
      capacidad de escoger y conseguir objetivos de aprendizaje
      propios, sin dirección o apoyo externo alguno.

    • La competencia constituye la dimensión
      psicológica del control y se refiere a las variables
      de tipo intelectual y de actitud, a los aspectos relacionados
      con la motivación que proporcionan la capacidad para
      aprender independientemente.

    • El concepto de apoyo se refiere a los recursos
      humanos o materiales que facilitan el proceso de
      aprendizaje.

    Reconocer como característica incuestionable del
    proceso la separación física entre maestro y
    aprendiz, hacia que Garrison se cuestionara si esto realmente
    favorecía a la independencia de este último al no
    poder controlarse los contenidos y métodos de aprendizaje
    utilizados, agregando incluso que la independencia per se no era
    confiable para lograr ese control.

    "El estudiante autónomo no puede ser entendido como un
    Robinson Crusoe intelectual, náufrago y aislado en la
    autosuficiencia" (citado por Barberá, E. 2007:49).

    Ciertamente, en cualquier contexto educativo nadie aprende por
    sí solo, aislado, todos necesitan, como se ha expresado en
    otros momentos de este trabajo, de un mínimo de
    orientaciones, guías, apoyos, impulsos, motivaciones y
    sugerencias que le permitan, en primer lugar acercarse a las
    fuentes de
    información necesarias, en segundo lugar, saber
    enfrentarse al nuevo contenido y adaptarlo a su experiencia
    cognitiva, y por último, asimilarlo, transfórmalo y
    socializarlo en función de las necesidades personales y
    colectivas. Debido a esto la teoría de Garrison valora
    positivamente la noción de transacción que
    aporta Michael Moore en sus argumentos, aunque continúa
    marginando otros componentes del proceso de
    enseñanza-aprendizaje que necesariamente se involucran en
    él y lo constituyen sistema (categoría
    didácticas).

    Teoría del
    diálogo didáctico mediado

    Hace algunos años los académicos
    españoles, liderados por García Aretio, intentan
    presentar una nueva propuesta teórica acerca de la
    educación a distancia, en la cual se integran los
    postulados de Peters, Wedemeyer, Holmberg, Garrison y las
    aportaciones hechas por otros autores[2]sobre el
    aprendizaje
    colaborativo a través de la comunicación
    mediada por computador.

    Aretio al agrupar las características que, según
    él, identifican y hacen única a la educación
    a distancia, la define como "un sistema tecnológico de
    comunicación masiva y bidireccional, que sustituye la
    interacción personal en el aula de profesor y alumno como
    medio preferente de enseñanza, por la acción
    sistemática y conjunta de diversos recursos
    didácticos y el apoyo de una organización tutorial,
    que proporcionan el aprendizaje autónomo del estudiante"
    (García Aretio, L. 1987:8).

    Este planteamiento, trabajado desde la década de los
    años 80 y 90, se denomina Teoría del
    diálogo didáctico mediado
    . En él juega
    un papel fundamental la comunicación síncrona o
    asíncrona que pueda establecerse entre la
    institución educativa y los estudiantes, quienes
    tendrán la posibilidad de desarrollar un aprendizaje
    flexible.

    Aretio coloca como centro del proceso al diálogo
    didáctico donde la figura del profesor se intercambia con
    la de la institución (se refiere tanto a la que organiza
    como a la que apoya), responsable de la enseñanza y de la
    producción de los materiales de aprendizaje. Establece una
    conexión en paralelo entre el diálogo simulado
    asíncrono con estructura más o menos rígida
    y el diálogo real síncrono-asíncrono, en los
    que intervienen toda una serie de elementos que se reflejan en el
    siguiente esquema[3]como síntesis
    de su teoría.

    Monografias.com

    A partir de la lectura
    crítica
    realizada al texto
    Diálogo didáctico mediado, de
    García Aretio[4]el autor considera que el
    cuerpo teórico que se propone resulta interesante y
    coherente por lo que se adscribe a él, no sin antes
    añadir otros comentarios que lo irán
    ajustando aun más a los intereses de este artículo,
    debido a que la concepción de un proceso de
    enseñanza-aprendizaje a distancia desarrollador en toda su
    extensión desde una visión histórico
    dialéctico materialista y marxista-leninista del mundo,
    aun no queda del todo satisfecha. Por ello es prudente realizar
    un análisis del mismo desde la perspectiva que propone el
    enfoque histórico-cultural de Vygotsky.

    En primer lugar, suponer que el dialogo que se establece en el
    proceso pedagógico es únicamente didáctico,
    es apreciar el fenómeno educativo desde un sentido
    estrecho. Para comprender claramente esta afirmación, es
    necesario remitirse al objeto de estudio de la Didáctica
    como rama de la Pedagogía.

    La Didáctica estudia el "proceso de instrucción
    y de educación que se da en la escuela (en la
    clase) o en otras formas de organización" (Chavez
    Rodríguez, J. 2007:4), mientras que la Pedagogía
    "es la ciencia que
    tiene por objeto de estudio a la educación conscientemente
    organizada y orientada a un fin, de carácter escolarizado
    o no" (Chavez Rodríguez, J. 2007:14).

    La educación a distancia rompe los esquemas
    tradicionales de la enseñanza-aprendizaje, incorpora
    nuevas formas de organización del proceso que resultan de
    la utilización de medios de
    comunicación entre los participantes, quienes
    comúnmente no comparten la estructura escolarizada, sino
    que convierten su hogar, la oficina o el
    puesto de trabajo en ese espacio de constante desarrollo y
    formación que se subordina a un sistema de objetivos
    previamente establecidos por la institución competente.
    Estas ideas no presuponen en ningún momento el divorcio entre
    Pedagogía y Didáctica, sino que vienen a reforzar
    su interdependencia, "no se puede prescindir de la
    pedagogía general para analizar la didáctica. La
    didáctica posee sus leyes, sus
    principios y sus categorías propias y sus métodos de
    investigación propios, que se relacionan con los de la
    pedagogía" (Chavez Rodríguez, J. 2007:4). En fin,
    la Pedagogía es la ciencia que
    mejor puede comprender, estudiar, analizar y sustentar
    teórica y metodológicamente al proceso de
    enseñanza-aprendizaje a distancia.

    En segundo lugar, la mayoría de los teóricos de
    la educación coinciden en señalar que dentro de
    esta tiene lugar un proceso de comunicación
    mediante el cual se interrelacionan todos sus participantes y al
    unísono trasciende la frontera del
    diálogo. Estos dos conceptos podrían
    parecer equivalentes pero en realidad distan de serlo.

    La Real Academia de la Lengua
    Española los define entre sus acepciones (Academia
    Española, R. 1995):

    • Diálogo: plática entre dos o más
      personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o
      afectos.

    • Comunicación: hacer a otro partícipe de lo
      que uno tiene.

    La comunicación internamente se estructura en forma de
    diálogo, pero desde las propias definiciones queda claro
    lo espontaneo y lo intencional de una y otra idea. En realidad el
    proceso de educación en cualesquiera de sus
    manifestaciones pretende implicar, comprometer y responsabilizar
    a cada uno de sus participantes en función de alcanzar,
    como se ha dicho en otras ocasiones, lo objetivos trazados, mucho
    más cuando el desdibujar la estructura clásica de
    la enseñanza puede representar para algunos la
    disfuncionalidad del proceso.

    La comunicación (término utilizado por Holmberg
    en su teoría) que puede establecerse de diversas maneras y
    entre diferentes participantes en la educación a distancia
    es esencialmente pedagógica, que al mismo tiempo comprende
    lo didáctico. Ello conduce a la reformulación del
    nombre de la teoría que se analiza, sin pretender
    construir una nueva, solo a los efectos de este trabajo:
    Comunicación pedagógica mediada.

    Continuando con la lógica del razonamiento, la
    educación en sentido general tiene un carácter
    histórico-concreto por
    lo que se debe ajustar al contexto en el que tiene lugar; no es
    negar el pasado ni obviar situaciones futuras sino todo lo
    contrario. Principalmente su sistema de objetivos y contenidos
    deben ser el reflejo del desarrollo alcanzado por la sociedad
    hasta ese momento, proyectándose al mismo tiempo hacia lo
    que potencialmente puede estar por alcanzarse. Igualmente el
    hombre es un
    "ser social por naturaleza, un producto de la sociedad y un
    sujeto de las relaciones sociales" (Educación, R. 1998:3)
    que lo hacen acumular experiencias y su expresión es el
    resultado de las transformaciones cualitativas y cuantitativas
    que él mismo ha producido en la esfera social.

    La educación a distancia para docentes y estudiantes,
    es mucho más que la relación o diálogo que
    pudiera entablarse flexiblemente entre ellos, como lo considera
    Aretio. Ambos son objeto de la enseñanza y el aprendizaje,
    por supuesto, en ellos uno prevalece más que otro, no solo
    por sus funciones sino también por la preparación
    profesional especializada y la experiencia acumulada, pero el
    enfrentarse a un proceso dinámico complejo los hace
    establecer un conjunto de relaciones con otros elementos que
    redundarán positivamente sobre estas categorías de
    la educación. Por ejemplo, un profesor antes de llevar a
    cabo la enseñanza de un curso a distancia debe
    interactuar (en este caso como sinónimo de
    aprendizaje) con la comunidad académica, las
    fuentes de
    información, los medios de
    comunicación y enseñanza, el entorno
    socio-cultural, las instituciones
    responsables del proceso, el personal de apoyo a las actividades
    docentes, la experiencia pedagógica acumulada generalmente
    recogida en la memoria
    escrita y sobre todo con los estudiantes; estos últimos,
    conservarían su interacción con la mayoría
    de estos elementos y agregarían a las comunidades
    virtuales de aprendizaje, la experiencia en las prácticas
    laborales y la comunicación que establecen entre ellos
    mismos (como aproximación a la idea de
    enseñanza).

    "En definitiva, este diálogo didáctico mediado
    pretende producir un aprendizaje pero no en solitario sino guiado
    por el docente y, según los casos, compartido con los
    pares, gracias a las tecnologías. Esta forma de aprender
    con los otros, está enfatizando las ventajas del
    grupo como elemento potenciador de aprendizajes de calidad"
    (García Aretio, L. 2008:6) y es que esto es coincidente
    con el enfoque vygotskiano, a diferencia de otras teorías,
    cuando concibe el aprendizaje a partir del sistema de relaciones
    sociales del cual forma parte el ser humano y en el que juegan un
    papel relevante los llamados mediadores, cuestión que no
    deja de ser vital para un proceso de enseñanza-aprendizaje
    donde uno de los canales de interacciones entre los participantes
    son las tecnologías de la información y las
    comunicaciones.

    De alguna manera la idea de Keegan que planteaba la necesidad
    de reintegrar los actos de enseñanza y aprendizaje
    tradicionales recreándolos artificialmente, se sustentaba
    sobre el riesgo que
    representa para el desarrollo del proceso la supuesta
    separación física entre profesores y alumnos. En
    realidad esto no es así. La educación a distancia a
    nivel mundial ha logrado establecer un sistema de
    enseñanza donde el estudiante durante su proceso de
    aprendizaje nunca se encuentra aislado del personal calificado
    que constantemente interactúe con él, lo oriente,
    lo guie, lo apoye, lo motive y le ofrezca ciertos niveles de
    ayuda que le permitan finalmente alcanzar los resultados deseados
    (mediación social). Las relaciones sociales en la
    educación a distancia no desaparecen, solo encuentran otra
    forma de manifestarse y al mismo tiempo se amplían, debido
    a que un mayor grupo de personas con objetivos comunes pueden
    interactuar entre sí. Si bien es cierto que los
    estudiantes no se encuentran en contacto directo con los
    profesores o las instituciones que dirigen los programas de
    estudio, esto no significa que el tan necesario proceso de
    comunicación sea nulo. En este caso la tecnología
    viene a ser el mediador instrumental al cual se
    refería Vygotski (Educación, R. 1998:4), que no
    solo constituye una herramienta para construir o intercambiar
    contenidos, sino que al mismo tiempo es fuente de conocimientos,
    por cuanto introduce al individuo en nuevos espacios de
    aprendizaje relacionados específicamente con el campo de
    las Ciencias de la
    Computación, algo de lo que sin duda
    también ha sacado provecho la educación.

    Aretio alude a los medios como aquellos que únicamente
    permiten la flexibilidad del aprendizaje de los estudiantes
    (García Aretio, L. 2008:5), sin embargo se coincide con
    Moore en la extensión de este concepto hasta la estructura
    misma del curso: "cada curso puede tener un nivel diferente de
    estructuración, es decir, de flexibilidad o rigidez, para
    adaptarse a las características o necesidades de cada
    estudiante" (Barberá, E. 2007:53). Dichos medios almacenan
    toda una serie de materiales de aprendizaje que certeramente
    deben lograr desde un primer momento establecer una
    conversación didáctica interna (para
    Aretio, diálogo simulado), término
    planteado por Holmberg, donde los estudiantes "se hablan a
    sí mismos sobre la información y las ideas que se
    encuentran en un texto, un programa de televisión, una clase magistral y otros"
    (Moore, M. 1989:1-6).

    Uno de las propuestas teóricas que se tomaron en cuenta
    para concebir la Teoría del diálogo
    didáctico mediado
    , fue la realizada por Simonson,
    relacionada con la equivalencia de los resultados, "al
    margen del entorno de aprendizaje de cada uno" (García
    Aretio, L. 2008:9). El proceso de enseñanza-aprendizaje a
    distancia se enfrenta a una diversidad de personalidades con
    variadas capacidades, habilidades y ritmos de aprendizaje que al
    mismo tiempo están condicionados por el entorno donde se
    desenvuelve cada uno. Esto provocará sin dudas, diversidad
    de resultados para nada equivalentes, sino singulares,
    distintivos, individuales, solo coincidentes en el cumplimiento
    de los objetivos.

    Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje a
    distancia sea verdaderamente productivo, independientemente de
    que cuente con la más moderna tecnología y esta
    permita tener acceso a variadas fuentes de conocimientos y de la
    misma forma comunicarse de un extremo a otro del planeta, este
    debe poseer sentido y significado para los participantes
    del mismo (Chávez Salas, A. 2001:2). En esta máxima
    vygotskiana son protagónicas las motivaciones, los
    intereses, las necesidades, las aspiraciones, las experiencias,
    las estimulaciones, las emociones, los estados de ánimo,
    el reconocimiento personal y social, la contextualización
    sociocultural del proceso. El individuo necesita saber qué
    hace y por qué lo hace, sentirse reflejado antes, durante
    y después de la tarea a realizar y comprometerse mucho
    más allá del discurso;
    encontrar en los resultados obtenidos la satisfacción
    individual y social ya sea desde el punto de vista material o
    espiritual. Solo así la formación del ser humano se
    alejará de esquemas o modelos rígidos que pretenden
    moldear personalidades al estilo de las sociedades
    capitalistas donde el hombre es enajenado de la realidad en que
    vive.

    Aunque en la mayoría de la literatura se pretenda
    insistir que maestros, alumnos e instituciones educativas
    estén separados físicamente, existe una triada muy
    necesaria para la educación en cualquiera que sea su
    contexto, y es precisamente la relación escuela-familia-comunidad. Cada uno de ellos se articula
    armónicamente en función de la
    enseñanza-aprendizaje, reflejo de la necesidad
    socio-histórico-cultural; esto permite identificar a los
    individuos como sujetos activos y
    responsables de su experiencia cognoscitiva ante la
    interacción con sus semejantes y la transformación
    del entorno que le rodea. El alumno, estudiante, discente o
    aprendiz, como quiera que se le identifique, necesita de todos
    para desarrollar habilidades, actitudes y cualidades que lo hagan
    reconocerse socialmente valiosos; necesita aprender a aprender,
    saber con qué cuenta, qué le falta, qué
    herramientas
    necesita y cómo adoptarlas y adaptarlas a sus estructuras
    cognitivas precedentes para lograr lo que desea; necesita
    reconocer sus demandas personales y las sociales para actuar
    acorde a ellas y tratar de satisfacerlas; no importa cuán
    diestro sea en el manejo de la técnica si la utiliza para
    reproducir, plagiar, fusilar, "copiar y pegar", y no para
    producir, crear, innovar y, lo más importante, pensar y
    ser auténtico, original. La responsabilidad es de todos,
    la tecnología no aísla, no relega, todo lo
    contrario, plantea nuevas vías de interacción, cada
    vez enlaza a miles de personas con diversas personalidades,
    lenguajes, formas de pensar, valores, normas, culturas,
    ideologías, conocimientos, metodologías,
    estrategias de aprendizaje que deben ser socializadas, sin
    entender esto como imposición o globalización forzada, sino como el
    verdadero camino hacia la independencia, la autonomía. La
    comunicación, mediante cualquier vía, engrandece a
    la especie humana, la sensibiliza, la estimula, la motiva, la
    moviliza, la obliga a meditar, a generar nuevas ideas, por tanto
    la enriquece, la hace universal.

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    Autor:

    Lic. Enrique Verdecia Carballo.

    [1] Taboada Delgado, R. 2003; Noa Silveiro,
    L. 1998; Collazo Delgado, R. 2004; García Aretio, L.
    1986, 2001, 2006; Amudsen, C. 1993; Bravo Reyes, C. 1999;
    Malagón Hernández, M. 2000; Brenes Espinoza, F.
    2004; Sangrá Morer, A. 2002.

    [2] "Henri (1992), Slavin (1995), Conrad
    (2002), Stacey y Rice (2002) y otros muchos autores"
    (García Aretio, L. 2008:3).

    [3] Tomado de García Aretio, L.
    2008:7.

    [4] Publicado por la Editorial BENED en junio
    de 2008.

    Partes: 1, 2
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