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Aplicación del procedimiento del análisis de coyuntura en el campo de las ciencias jurídicas (página 7)




Enviado por Donkan Fenix Davila



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Es importante señalar que de igual forma se
encuentra dentro de la comunidad un
importante número de habitantes que si bien no pertenecen
al Partido Oficialista; si obtienen beneficios (educación, salud, alimentación, etc.)
producto de
las Misiones Sociales implementadas por el Gobierno
Nacional.

Así mismo dentro de la comunidad existe un Liceo
Bolivariano "Rafael Medina Jiménez" quien tiene en su
matricula escolar estudiantes de diferentes comunidades del
estado
Barinas, estos estudiantes pudieron obtener por diversos medios
(Celular, Internet, etc.) el video antes
mencionado (como ejemplo de la manipulación
mediática amarillista). Sorprendentemente este video no
causo alarma a nivel educativo-comunitario, tampoco a nivel
familiar, sino, a nivel estadal.

Las personas criticaban incluso a los padres por no
inculcar valores y
principios a
esos niños;
pero olvidan los valores y
principios de ellos y la corresponsabilidad y solidaridad que
debe existir en cada individuo de
la sociedad para
de esta manera poder formar a
los futuros arquitectos de la vida social, ideológica,
política,
religiosa, etc.… que será la base fundamental de
los aparatos del Estado.

De tal manera que se define al aparato de Estado como el
sistema
conformado por las diversas instituciones,
las cuales son dotadas de centros y servicios de
información para efecto de las funciones
estatales (políticas,
económicas e ideológicas) que el complejo
institucional lleva a cabo para controlar el poder de
Estado.

Sin embargo, la concepción marxista de la
noción aparato de Estado la comienza a formular
resueltamente Lenin, quien, basándose en Marx/Engels,
entiende por este tipo de aparato al entramado de instituciones
que forman el aparato represivo de Estado, a saber: el
ejército y la policía, además de sus
aditamentos materiales
tales como los cuarteles y las cárceles.

Por esto, para los clásicos del marxismo
el Estado es
fundamentalmente "el órgano de dominación de una
clase", o bien
es el "órgano o la máquina de violencia de
una clase sobre otra". Pero Lenin, en el marco de la función
económica que desempeña la superestructura
político-jurídica, hace alusión al aparato
de contabilidad
(bancos,
consorcios, bolsas de valores, hacienda pública, etc.) que
la máquina estatal, en el caso capitalista, tiene para
efecto de "una vasta labor de cálculo y
registro".

En esta tesitura, podemos inferir que dentro de la
comunidad funciona como institución del Estado la Junta
parroquial, como también por parte organizativa y de
integración socio-política el
Consejo Comunal; pero existen medios de comunicación a nivel estadal (TV, Radio, Prensa), que
realizan una función económica pura y no solamente
en sentido metafórico o indirecto, como a menudo se aduce
respecto a que el uso de todo género de
estos recintos de comunicación por parte de la población influyen en la prosperidad
económica del individuo y de la sociedad.

No hay duda que esta segunda interpretación tiene alguna dosis de
verdad, pues en cierta forma esta es otra cara del poder social
de los medios de
comunicación; pero los medios al servicio del
"cálculo y registro", esto es, aquéllos que sirven
al capital
industrial y financiero son los que principalmente influyen
ideológicamente sobre la sociedad, por ende, son los
causantes y creadores de la conocida sociedad de consumo y son
quienes crean matrices de
información o desinformación en contra del poder
económico que desarrolla las relaciones de producción en la esfera de la estructura
económica estatal.

Poder que no está divorciado de la función
ideológica del Estado, pues en torno de este
poder, además del político, gira la posibilidad del
funcionamiento de los diversos aparatos ideológicos del
Estado. Como aparato o superestructura de aparatos, el Estado es
una variedad de organización de aparatos o estructuras
concretas, caracterizados por las funciones específicas
que desempeñan. Las categorías de éstos
varían en cuanto a tipo y denominación de un autor
a otro, sin embargo, en términos generales el discurso
marxista menciona que el Estado está estructurado en
cuatro grandes aparatos:

– el represivo

– el gubernativo

– el administrativo

– el jurídico

Cabe mencionar que en el marco del concepto de
aparato de Estado, los aparatos ideológicos no
están considerados en los escritos de Marx, Engels y
Lenin. Tan sólo se hallan algunas referencias relacionadas
con este problema, pero no encontramos una exposición
sistemática o más o menos
explícita.

Pensamos que este conjunto de aparatos merecen un
análisis aparte, toda vez que resultan ser
un tópico fundamental para identificar a los medios de
comunicación como circuitos
materiales e intelectuales
de información documental organizada dentro de los
diversos aparatos ideológicos del Estado; o bien,
refiriéndonos a una red de medios
públicos, dado el carácter autónomo del que gozan
respecto de otros tipos de medios (escolares, académicas,
comunitarios y especializadas), como aparato ideológico
propiamente dicho del Estado. Siendo así se deberá
implementar políticas orientadas a la creación de
espacios y programas
educativos, culturales, sociales, etc.… que fomenten
valores y principios y se difundan a través de los
distintos medios de comunicación del estado
Barinas.

En conclusión, la expresión
político-marxista «aparato de Estado» puede
orientar los nuevos profesionales de los medios de
comunicación para distinguir la compleja distribución que existe de instituciones
(medios comunitarios) en el conjunto de aparatos que forman el
aparato de aparatos, es decir, la superestructura política
identificada como Estado.

Asimismo, esa categoría conceptual puede
ayudarnos a comprender, desde otros ángulos, las
diferentes funciones que desempeñan los diversos tipos de
medios, esto es, sistemas y
servicios informativos y culturales en el tejido político
de esta superestructura.

2.2.4.2. Diagnostico Ideológico
Nacional.

Los medios, en un régimen de libertades, son los
entes que procuran brindar una perspectiva más justa del
acontecer diario.

Ellos intentan que los diferentes puntos de vista que se
presentan sea la representación más fiel de la
realidad y de esta manera, instituir al ciudadano de forma
integral.

En nuestro país, Los medios de
comunicación permiten a las personas estar informados,
satisfaciéndoles su derecho. En cuanto a esa
información o noticia, actúan en dos planos: uno
general, donde deben emitir información veraz, oportuna e
imparcial, donde se evita la difusión de la noticia falsa,
o manipulada con medias verdades; uno de la desinformación
que niega la oportunidad de conocer la realidad de la noticia; o
de la conjetura o información parcializada para lograr un
fin específico contra algo o alguien.

Este derecho
constitucional, a favor de toda persona, crea en
los medios la obligación de información veraz,
oportuna e imparcial, que da derecho a réplica o
rectificación, el cual puede ejercerse mediante un
amparo, si la
situación jurídica de la persona se ve afectada por
la información inexacta (así no esté
referido a ella), que le impide recibir y difundir informaciones
o ideas que le permitan ejercer correctamente su derecho a la
libertad de
pensamiento o
expresión.

Cabe revisar esta situación en el ámbito
local; pues aun cuando esta consagrado como un derecho y una
obligación, no se aplican correcciones a los medios que
violentan o no acatan la Ley
RESORTE.

La libertad de
expresión es una de los más representativos y
característicos derechos de los sistemas
democráticos. Este principio se basa en la facultad que
posee el individuo de exponer sus ideas, pensamientos y opiniones
por medio de la palabra, por escrito o cualquier otro medio de
reproducción sin inconvenientes, consignas,
autorizaciones previas o censura por parte de la autoridad.

La libertad de expresión es resultado de las
libertades de pensamiento y de opinión; pero como
éstas constituyen un derecho absoluto y sin limitaciones,
la libertad de expresión conlleva a manifestar lo que se
piensa u opina, y por ello tiene una restricción que las
leyes se
encargan de establecer. Estas demarcaciones son los derechos que
poseen los demás ciudadanos, que implica el respeto hacia su
honor, intimidad y fama, así como también los
derechos que posee la sociedad en conjunto a que no se divulguen
opiniones o pensamientos que amenacen el orden público o
el orden de convivencia ya establecido.

Esto, aunque puede parecer una discordancia a la
libertad de expresión no es así, sino que
simplemente por el hecho de tener la facultad de exponer
libremente opiniones o pensamientos no se van a transgredir los
derechos de las demás personas y mucho menos ir en contra
de principios establecidos en la sociedad en la cual el individuo
se desenvuelve.

De esta forma, la libertad de expresión no puede
habilitar la propagación incontrolada de expresiones que
vayan en contra de una persona o de una institución, o que
se consideren como una intromisión ilegítima en la
vida privada de los individuos; Pero tampoco puede permite la
difusión de ideas que constituyan o que conlleven a una
practica del terrorismo, o
que supongan una agresión contra la infancia.

Desde nuestra perspectiva, los medios de
comunicación que hacen vida comercial en la ciudad de
Barinas, responden a intereses económicos personales por
encima de los intereses colectivos, por cuanto se preocupan
más por un lugar en audiencia, que por el contenido de sus
programaciones.

Creemos necesario aplicar políticas de estado
para impulsar la creación de medios alternativos con
contenidos educativos que fomenten valores y principios dentro de
la sociedad. Considerando objetivamente que los propietarios de
los principales medios de comunicación en el estado
Barinas, pertenecen a un selectivo grupo de
familias de gran poder económico y por tanto sus intereses
son particulares y no colectivos; podemos concluir que la
influencia de estos medios esta orientada en contra de los
verdaderos principios de la información, como ejemplo de
lo antes expuesto podemos nombrar a "La Piedrita Llanera",
programa
radial que tiene como prioridad, criticar destructivamente todo
lo referente al sistema de gobierno local, y así para con
sus funcionarios y colaboradores.

Aun cuando gran parte de la sociedad Barines utiliza el
medio y programa para otros fines tales como: hacer denuncias en
contra de malas políticas y funcionarios que atentan
verdaderamente contra el actual proceso
social, reclamos a organismos incompetentes por fallas en sus
funciones y servicios, etc. Esto demuestra la conciencia y
nivel critico que ha alcanzado la ciudadanía, quien sabe utilizar los medios
para los fines que aporten soluciones y
no para causar diatribas.

"La ignorancia como la inocencia nos hace vulnerables a
la manipulación y nos condena a actuar como títeres
o como instrumentos para que otros consigan aquello que por
sí mismos no han podido lograr."
villegastere[arroba]yahoo.es.

Seria muy atrevido que en momentos en los que se
están iniciando procesos de
consolidación de redes y movimientos sociales
para la defensa popular concluir alguna cosa, sobre todo cuando
de lo que se ha tratado este análisis es de presentar una
propuesta para desarrollar estrategias y
mecanismos para la construcción de la defensa integral, no
obstante pensamos que es posible recapitular en algunos puntos
como es el hecho notorio que la triada Seguridad,
Defensa Integral y Desarrollo
Integral supone el reto de repensar y rescribir lo hasta ahora
escrito y pensado sobre el tema en contextos muchos mas amplio
que solo el militar o social.

Por otra parte, este ejercicio de pensar estos temas
desde nuestras nuevas realidades y marco
teórico jurídico que nos da nuestra nueva
constitución nos obliga a aventurarnos en
la tarea de construir conceptos nuestros, para no seguir usando
en lo posible términos descontextualizados que como
sabemos poseen una pesada carga epistémica no fácil
de soportar cuando se trata de adelantar un nuevo proyecto de
sociedad.

En este sentido, se hace urgente entender la
relación existente entre los actores sociales tanto
civiles como militares que a través de sus organizaciones y
redes sociales, le dan vida a los conceptos de
corresponsabilidad, defensa integral, y defensa popular, para
garantizarnos un país con justicia y
equidad social
dentro de una democracia
participativa y protagónica.

De igual manera se hace necesario contemplar mediadas
que representen una formación e información
pertinente para logra llevar la ideología socialista a todos los rincones
del ámbito territorial; siendo la base las comunidades y
tomando en cuenta que en espacial la comunidad analizada (Urb. El
Milagro, Parroquia Corazón de
Jesús, Municipio Barinas, estado Barinas), según lo
expuesto en el ámbito social "No permite o acepta la
incursión o participación de actores
políticos o politiqueros dentro de su estructura
organizativa (consejo comunal)". Motivo por el cual podemos
concluir afirmando que es aquí donde radica la causa de
sus conflictos. Al
respecto Dice John Holloway: "Comenzamos desde el desacuerdo.
El desacuerdo puede tomar muchas formas: un murmullo inarticulado
de descontento, lágrimas de frustración, un grito
de furia, un rugido confiado. Un desasosiego, una
confusión, un anhelo, una vibración
crítica
."

La desobediencia a lo establecido y la rebeldía
al poder dominante, sin duda el principio de lo que hoy llamamos
Revolución
Bolivariana. En Venezuela este
comienzo se descubre la crisis de
legitimidad del modelo de
sociedad dominante, injusta y excluyente que significa el
capitalismo,
que intentaba implantar en el país su nueva fase, la del
neoliberalismo. Es así, como surge el 27 de
Febrero de 1989, como un referente histórico donde un
impulso político movilizó al pueblo en contra del
poder.

De esta manera, comienza a generarse en la sociedad
venezolana una expresión autónoma, rebelde y
desobediente que crecía en contra del modelo establecido y
que en su día a día iba construyendo una contra
hegemonía que tenía voz en los combates callejeros,
en las asambleas de barrios, en nuevas organizaciones
políticas, etc.

Esta contra hegemonía estaría cargada de
nuevos valores que después se convertirían en un
referente cultural de la clase dominada. Nuevas formas para
entender y practicar el hecho político (Nueva Cultura
Política) impregnaba a estas expresiones libertarias que
se extendían por todo el país, con una suerte que
muy pocas veces estaba ligada a los partidos y estructuras
políticas de izquierda para aquella época y que sin
embargo demostró una movilización permanente en
contra del régimen, bajo una consigna articuladora "Fuera
CAP".

Ahora bien, en el seno de los movimientos sociales en
Venezuela se ha venido construyendo un nuevo referente cultural,
que pudiera referirse a la reivindicación de valores como
Autonomía, Autogestión, Horizontalidad y
Desobediencia a todo aquello que huela a cogollo, burocracia y
usurpación.

Estas expresiones se convertirían en nuevas
formas de plantearse el mundo fuera de las reglas del capital y
sus instituciones, rompiendo con los valores de la racionalidad
dominante, y así ir fundando nuevas relaciones sociales
basadas en los valores del apoyo mutuo, de la solidaridad y de la
equidad. Todo esto es el resultado de la acumulación de
esfuerzo de los hombres y mujeres del pueblo, de las ganas de
hacer y construir una nueva patria, en síntesis
lo que hemos llamado Poder Popular que sería la contra
hegemonía al poder dominante, un poder que no oprime, mas
bien se nutre de la construcción de nuevas relaciones
libertarias y que se plantea sobre valores realmente
democráticos participativos y justos.

Todos estos esfuerzos nos han traído hasta donde
estamos hoy día sorteando infinidad de obstáculos,
represiones, asesinatos, desprestigios y manipulación,
todos los intentos del poder dominante para frustrar las
posibilidades de cambio que
recaen en la Revolución
Bolivariana. Estos esfuerzos llevaron y mantienen al Presidente
Hugo
Chávez Frías en la presidencia de la
república como la viva expresión de una
construcción colectiva que expresa los anhelos y
esperanzas de los dominados. En este sentido, el poder popular ha
construido desde la base a una referencia colectiva llena de
valores libertarios y emansipadores y que nunca olvida su camino
contra el poder dominante.

Hoy, la lucha contra hegemónica continua en su
crecimiento dibujada dentro de la Revolución Bolivariana,
en los Movimientos Sociales, en su creatividad,
frescura y visión alternativas de las cosas, demostrando
que la fuerza que
impulsa esta proceso transformador se encuentra en el conjunto de
nuevos actores sociales que se movilizan, comunican y construyen
nuevas relaciones sociales en la búsqueda de una nuevo
modelo civilizatorio. Estos nuevos actores sociales inmersos en
los Movimientos Sociales construyen nuevos espacio de poder
popular, en los barrios, escuelas, en el campo y en las
fábricas, dinámica que llena de contenido de clase al
proceso revolucionario y que demuestra que abajo es donde esta el
poder avanzar popularmente hacia la conquista de
un nuevo modelo político "la democracia participativa y
protagónica".

Esta dinámica es alcanzada por los Movimientos
Sociales y no por la suerte de partidos y estructuras de poder
dominante como las instituciones del Estado ya que estos tienden
hacerse reproductores del poder dominante y por ende atraviesan
una crisis de legitimidad, siendo grandes referentes de
burocracia, fetichismo, usurpación y autoritarismo y hoy
la gran mayoría del pueblo venezolano ha reivindicado sus
valores rebeldes y desobedientes en contra de estos valores del
viejo y podrido régimen.

Sin embargo, la perduración en el tiempo y
espacio del poder dominante sigue obstaculizando el avance de su
antagónica contradicción el anti poder, el poder
hacer, El Poder Popular que a subes continua caminando, creciendo
y fortaleciéndose como alternativa a la crisis del poder
dominante.

Los Movimientos Sociales, están llamados ha ser
los sujetos de la Revolución Bolivariana, en estos
momentos se lidian entre la lógica
cerrada de las instituciones y los partidos, pero convencidos que
su articulación real y programática será
quien marque la profundización de la revolución y
así el destino libertario de este proceso.

No cabe la repetición de la vieja cultura
política, las instituciones gastadas y corruptas, no calan
en este proceso y seguirán agotándose a medida en
que el pueblo constituido en Poder Popular construya una nueva
institucionalidad basada en los valores de la democracia
participativa y la nueva cultura política, al momento en
que el pueblo ejerza el poder para definir su presupuesto, el
destino de este y evalué su distribución, va ir
desmoronando el poder de estas, así muchos ejemplos mas,
pero es allí donde esta la clave que nos indica,
así como el 13 de Abril, que el pueblo constituido en
fuerza revolucionaria, en poder popular destruye los
obstáculos del poder dominante.

En fin, toda expresión de poder subscrita en las
instituciones y estructuras del capitalismo comprenden
dominación, exclusión y usurpación; y en ese
sentido es inminente un grito de desacuerdo, de negación,
que termina siendo la fiel expresión de la resistencia digna
a este, el anti poder, el poder hacer, el Poder Popular de los
Movimientos Sociales.

El tema del desarrollo está ligado al
ideológico que ha sido y es sin duda fundamental. En ese
sentido se debe tener siempre presente que, de acuerdo a un
análisis materialista de la historia, la
ideología dominante no es más que la estructura de
creencias y perspectivas sociales vigente (o decadente) que se
establece como producto del modo de producción o modelo
productivo. Entonces, lo fundamental es el modelo productivo y
para su transformación (que debe ser la meta
fundamental para la revolución) se requiere una
renovación teórica de la interpretación
social y política de nuestra nación
y sus relaciones sociales y de producción, es decir, el
proceso de transformación nacional es dialéctico en
cuanto a ideología y transformación del modelo
productivo.

La cabida dentro del imaginario colectivo venezolano a
la idea del llamado "socialismo del
siglo XXI" se debe a la decadencia de la ideología
capitalista dominante en el país y esto a su vez es
consecuencia del fracaso del modelo productivo, es decir, la
ideología capitalista en Venezuela ha perdido vigencia
como consecuencia de su divorcio y
enemistad con los intereses de las mayorías nacionales y
nada más, esto es fundamental comprenderlo!.

En Venezuela durante la guerra
revolucionaria de independencia
el anhelo de la mayoría de los venezolanos era el de la
mejora de sus condiciones económicas de vida y poco
más. El modelo monárquico de explotación
colonial basado en una ideología religiosa-semifeudal ya
no daba respuestas a los intereses de las mayorías y como
consecuencia el discurso del Libertador enciende en el pueblo la
llama de la guerra revolucionaria de independencia, hoy debemos
enfocar el proyecto nacional de desarrollo y la ideología
asociada al mismo (o teoría
social socialista) desde esa misma perspectiva, la perspectiva de
una teoría socialista asociada a un modelo productivo que
dé respuestas a las necesidades populares de desarrollo
económico y cultural.

En Venezuela hemos nacido como república hace
alrededor de 180 años, la historia anterior a esa es la de
una colonia española explotada salvajemente y empobrecida
hasta el extremo… negros, indios, mestizos y blancos
poblamos esta tierra antes y
después de la independencia y somos la expresión de
venezolanidad como consecuencia de una mezcla de culturas que
debe entenderse como cualitativamente distinta a la suma de sus
culturas componentes y así lo entendió y
manifestó el Libertador.

Venezuela debe buscar su identidad y a
partir de ella construir su propia teoría de desarrollo
socialista sin complejos derivados de una comparación con
Europa o América
del Norte. El modelo de desarrollo venezolano requiere de
premisas propias, como propias y genuinas son las mezclas
culturales que dan origen a nuestra república.

El desarrollo industrial de Venezuela será
exitoso en la medida que comencemos a medir nuestros
éxitos de acuerdo a la respuesta efectiva a las
necesidades reales de la nación
y no con comparaciones de indicadores
que reflejan modelos
exógenos y ajenos a nuestras realidades. En Venezuela
existen necesidades de desarrollo propias que podrían
parecer extrañas a las economías "desarrolladas" de
Europa o Asia pero que son
las nuestras y a las que nuestro desarrollo debe dar respuestas
sin complejos.

Estamos acostumbrados, como consecuencia de nuestra
colonización ideológica, a recibir servilmente
consejos extranjeros sobre lo que debe ser nuestro desarrollo
pero así como somos cualitativamente distintos a la mezcla
que dio origen a nuestra república, así
también nuestro modelo de desarrollo económico debe
entenderse como un producto ajustado a las necesidades nacionales
de una república sur americana con ingentes recursos
naturales, con un pueblo disciplinado y dispuesto al trabajo
(así es el pueblo venezolano, duélale a quien le
duela!) con una cultura legítimamente distinta, con una
historia heroica, con una ubicación geográfica
excepcional y con una liderazgo
regional natural heredado de los libertadores de América
del sur.

Nuestro modelo de desarrollo nacional socialista debe
construirse sin complejos ajustándose a las necesidades y
características propias del país. Hay países
con los que tenemos afinidad política pero ninguna
afinidad cultural, otros con los que tenemos afinidad cultural
pero ninguna afinidad política (por ahora..!),
países con los que tenemos amplias oportunidades de
negocios y
poca afinidad tanto política como cultural… esa es
la realidad que da origen al reto revolucionario de
construcción del modelo de desarrollo nacional. Lenin al
inicio de la revolución socialista soviética dio
cuenta de esta visión teórica al afirmar que
Rusia
debía asumir su realidad cultural con lo que gustaba y lo
que no gustaba a los postulados clásicos del marxismo y
asumir esa realidad como base concreta sobre la cual construir su
propio socialismo y eso mismo debemos entender nosotros
hoy.

En Venezuela las condición subjetivas son
particulares, así como particular es nuestro clima, nuestras
tierras, nuestros ríos en Venezuela hay que construir un
modelo socialista que tome en cuenta que dentro de la mezcla
cultural que da origen a nuestra república no solamente
hay cultura indígena y negra (que si lo hay y mucho,
aunque no debamos considerarnos absurdamente una república
indígena o negra) sino que también por razones
históricas tenemos profunda influencia cultural europea
(sin ser europeos) y norteamericana (sin ser norteamericanos)
pero toda esa mezcla es lo que somos los venezolanos y así
ha sucedido en todos los países del mundo.

En España,
Francia,
Portugal e Italia el
imperio romano
transformó la cultura aborigen de los celtas, vascones,
los iberos, los galos, etc. a algo cualitativamente distinto,
luego los moros agregaron algo más al mix cultural
español
y hoy estos países no son ni celtas, ni galos, ni francos,
ni vascones, etc, ni tampoco romanos ni moros, son pueblos
cualitativamente distintos, unas mezclas culturales que han dado
origen a lo que hoy son esos países.

La influencia cultural de las conquistas y los imperios
anteriores no se puede negar, y tratar de borrarlo es igualmente
absurdo a tratar de borrar la influencia indígena, y en
ambos casos el enfoque conduce a un análisis
erróneo de la realidad social.

Es un absurdo racista tratar de reivindicar una pureza
étnica latinoamericana que no existe ni ha existido nunca
pues incluso los pobladores indígenas primigenios no
constituían una raza homogénea, la "pureza
étnica" venezolana es precisamente la diversidad que
además nos convierte en un país con altísima
capacidad de convivencia y una visión privilegiadamente
adecuada para la mundialización (por no decir globalización…) inevitable del
planeta
tierra. Así la ideología venezolana adecuada a
la transformación del modelo productivo debe tener
presente esos aspectos y de ahí derivará un modelo
productivo socialista propio y genuino.

El materialismo
histórico y el pensamiento de los clásicos del
socialismo científico no se basa en establecer modelos de
desarrollo, ni recetas para la construcción del socialismo
sino que, al contrario, son reflexiones para promover el pleno
desarrollo cultural y la diversidad de pensamiento de acuerdo a
las condiciones concretas de cada pueblo para la
maximización del bienestar social colectivo e individual
entendido como respuesta a las verdaderas necesidades propias y
no a las impuestas de acuerdo a intereses imperiales
extranjeros.. la libertad es la comprensión a la que
llegan los pueblos de sus necesidades reales sin complejos
respecto a las necesidades exógenas, entendiendo que cada
nación y cultura debe responder a sus necesidades de
acuerdo a su propia cultura y a sus condiciones históricas
y económicas propias.

Podríamos decir que la 1ra Internacional
permitió la "toma de conciencia" de ese sector social
producto de la Revolución
Industrial, es decir, los obreros, que se contraponían
a aquella burguesía industrial y comercial-internacional
que se venía desarrollando gracias al mismo proceso
histórico. La 2da Internacional permitió la
"maduración" del proceso político que se
comenzó a gestar en aquella primera e importante
reunión de intelectuales, políticos y masa obrera
que absorbió los contenidos básicos del Manifiesto
Comunista y las actitudes
anti-obreras de una burguesía más consolidada tanto
económica como política.

La 3ra Internacional se celebró en el
Moscú bolchevique como respuesta no solo ideológica
sino como propuesta de políticas a ser ejecutadas en el
mundo occidental capitalista. Pero en ese escenario se
presentaron dos propuestas sobre la "revolución en los
países coloniales y semi-coloniales"; una de ellas
propuesta por Lenin y la otra por M.N. Roy que no vamos ni a
describir ni a analizar en este corto trabajo. En el marco de la
celebración se presentaron dos casos interesantes: la
"Huelga de los
caucheros" en Indonesia cuyo protagonista sería,
años después, figura importante en los comienzos de
la Revolución China
(1924-1927). El segundo tema fue, precisamente, el desarrollo de
las realidades nacionales que se venían presentando en
China a partir del 4 de mayo de 1919.

Como es del conocimiento
general, China a partir de la Primera Guerra del Opio (1839)
había sufrido las imposiciones de las testas coronadas
imperialistas europeas con las incorporaciones, posteriores, de
los EEUU de América y el Japón
gracias a los titulados "Tratados
Desiguales" que desarrollaron una matriz de
opinión a lo interno de la sociedad china que
representó "caldo de cultivo" para movimientos
nacionalistas anti-extranjeros, anti-imperialistas y
nacionalistas. Larga es la lista de movimientos de intelectuales,
obreros, estudiantiles, comerciantes e industriales chinos que se
manifestaban en contra de la presencia extranjera en suelo patrio
chino.

En el desarrollo de ese escenario nacionalista, se
presentó con fuerte impacto las realidades de la
Revolución Bolchevique por estar sustentada en el poder de
obreros y campesinos titulando al novel gobierno ruso como el
Gobierno de los Obreros y Campesinos. Quizás en la
distancia no se logre comprender, en ciertos círculos y
por rechazo, esa fuerte influencia de la Revolución
Bolchevique en las realidades socio-políticas china pero
cualquier investigación, aun en documentales
fotográficos, explican la sobre-explotación que
sufría el pueblo chino por imposiciones de intereses
capitalistas de potencias foráneas y de ese emergente
sector capitalista "cuadrado" con el imperialismo
capitalista internacional.

Esas objetivas realidades plus las realidades a lo
interno de la sociedad china, la influencia de estudios del
marxismo proveniente de Japón gracias a estudiantes chinos
en el país nipón, gracias a intelectuales como
Bertrand Russel y Rabindranath Tagore, entre otros,
principalmente, en círculo de profesores y estudiantes
universitarios se fue desarrollando un movimiento
nacionalista contra aquella presencia extranjera y la
explotación de la mano de obra china. En ese movimiento,
sectores de la pequeña burguesía nacionalista se
sintieron "tocados en la dignidad"
nacionalista incorporándose al movimiento nacional por el
rescate de la "dignidad nacional".

En líneas generales, esas realidades obligaron a
los participantes de la 3ra Internacional a discutir el
carácter de la revolución en China no precisando,
mas por falta de información objetiva sobre las realidades
socio-políticas que se estaban desarrollando en China que
por dogmatismo encerrado en un "cul de sac", el carácter
de la revolución, es decir, si debía ser "copia
textual" de la bolchevique y/o debería tomarse en
consideración las realidades de los crecimientos de la
economía tanto la impuesta por el
Imperialismo como por aquella economía mezcla de la
tradicional-histórica como por la emergente
limitada.

Tanto la dispersión interna
socio-económica y política impuesta por los
países imperialista como quien se reparte un botín
de guerra por parte de las Potencias y las soberbias y
egoísmos de ciertos sectores nacionales chinos,
presentaban un "cuadro de caos" difícil de entender tanto
como de proposición de políticas que permitieran el
rescate de la dignidad nacional como para el rescate de un
Gobierno nacionalista.

La 3ra Internacional se preguntó ¿es la
revolución en China un diseño
de una revolución en un país colonial y/o
semi-colonial? ¿Es una revolución de "obreros y
campesinos" y/o una revolución donde se deberían
incorporar todos los sectores nacionalistas incluyendo a la
pequeña burguesía, comerciantes e industriales
nacionalistas y sectores de las finanzas
nacionalistas? ¿Cuál es el movimiento
político organizado con el cual se pueden desarrollar
políticas nacionales y nacionalistas buscando alcanzar el
Poder constituido para lograr el rescate tanto de la dignidad
colectiva como por la consolidación de un "estado
nacional" anti-imperialista, democrático y
nacionalista?

Sobre la marcha y según datos aportados
por representantes militantes de la izquierda china, en el
más amplio sentido político, presentes en la 3ra
Internacional, se decide, en pocas y rápidas palabras,
apoyar dos movimientos nacionalistas que apenas estaban presentes
y organizados en forma incipiente como partidos
políticos; nos referimos al partido nacionalista
chino, Guomindang, posteriormente, en el tiempo, se
transformó en un partido socialdemócrata, y el
novel movimiento comunista que se transformó en el Partido
Comunista Chino. Ambos noveles partidos políticos
decidieron con la colaboración y sugerencia de la 3ra
Internacional, conformar un Frente Único Nacionalista con
un reconstituido ejército producto de las montoneras
seguidoras de los "señores de la guerra" (caudillos
locales y provinciales).

No vamos a explicar las tesis de
"unidad a lo interno" y "unidad a lo externo", ni desarrollar
extensamente sus implicaciones a lo largo del desarrollo
revolucionario en el periodo mencionado, es decir, entre 1924 a
1927, pero si precisamos que en el año 1924 se constituyen
en sus estructuras ambos partidos políticos mencionados
decidiéndose la constitución del Frente Unido
Nacional tanto a nivel de Gobierno asentado en la ciudad de
Cantón como en la conformación del ejército
revolucionario a partir de la Academia de Whampoa donde su
presidente fue Chiang Kaishek y su comisario político,
Zhou Enlai.

La
organización disciplinada de ambos partidos con la
orientación de la 3ra Internacional y la importante
colaboración del judío Mihail Borodin y una
estructura militar disciplinada, vertical y militarmente
preparada donde los comisarios políticos permitieron
desarrollar la educación en temas
estrictamente históricos chinos, conjuntamente con un
Gobierno donde figuras nacionalistas y nacionales y de ambos
partidos constituyeron en núcleo de desarrollo de un
proceso militar que fue derrotando y conquistando espacios
geográficos hacia la frontera
natural geográfica china representada en el rio Yangtze.
Entonces ¿Por qué fracasa el Frente y los cuadros
del partido comunista chino fueron masacrados por las tropas
leales al derechista Chiang Kaishek? En nuestra modesta
opinión, los cuadros diligénciales del partido
comunista chino por su misma falta de preparación
ideológica conjuntamente con las diferentes tendencias a
lo interno del partido comunista y las actitudes
egoísta-personalistas de aquellos dirigentes y su
dogmatismo exacerbado y disperso perdieron el control de los
diferentes cuadros militares que, disciplinadamente, iban siendo
dirigidos por el militar estudiado en academias militares tanto
de China como de Japón, Chiang Kaishek.

Cuando las derechas nacionales chinas adscritas a los
proyectos
imperialistas de la economía, el comercio
internacional (los compradores), la política
corrompida, la droga (opio),
la banca asociada a
las bancas instaladas en China (Hong Kong & Shanghai Bank) y
las bandas criminales: blanca y verde (aunque usted no lo crea
así eran conocidas ambas bandas criminales dedicadas al
tráfico de opio, prostitución, juego, etc.),
la adhesión de Chiang kaishek a la banda verde complotaron
para eliminar a los cuadros principales comunistas de la ciudad
de Shanghai, ciudad obrera por excelencia (Masacre de Shanghai,
12 de abril, 1927). Como consecuencia de ello, se produjeron una
serie de reacciones "putchista" por parte de miembros dirigentes
del partido comunista chino que concluyeron con la "Comuna de
Cantón" (14 de diciembre, 1927) Producto de esa derrota,
Mao Zedong analizó con la característica de la
cultura china,
la composición social china redactando una tesis titulada:
"¿Por que puede existir el poder rojo en China?" Texto que, en
el marco del pragmatismo
histórico de Mao Zedong, fue fundamental para comprender
las características de la revolución en
China.

Pero lo importante, en última instancia, son las
contradicciones que se presentaron a lo interno del proceso
revolucionario en el periodo referido (1924-1927), permitir dejar
en manos de "revolucionarios pequeño-burgueses" el
liderazgo y la conducción de la revolución china,
la falta de preparación ideológica de tanto de la
dirigencia del partido comunista chino como descuidar la
educación revolucionaria de las masas de obreros y,
particularmente, del sector campesino, no
haber sabido manejar políticamente a la pequeña
burguesía, los comerciantes y los sectores nacionalista,
básicamente, a consecuencia del dogmatismo "cul de
sac".

Después de leer y reflexionar sobre el
artículo de José Vicente Rangel en "Últimas
Noticias" en
su columna ElEspejo titulado "Danzar con el diablo" (Caracas, 01
de febrero, 2010, pág. 17) hemos visto la "acera de
enfrente", es decir, el comportamiento
de las derechas nacionales bien precisadas por José
Vicente con las cuales nunca se podrán alcanzar acuerdos
políticos alguno.

Calificarlas de "apátridas" es un grave error
político. Esas derechas exacerbadas son nacionalistas, es
decir, quieren y desean quedarse en Venezuela pero bajo los
paradigmas que
ellos, esas derechas nacionales, decidan cuáles son esos
paradigmas que representan sus intereses en el marco del sistema
capitalista; esas derechas como capitalistas se aúnan al
movimiento internacional capitalista para la defensa de sistema
capitalista internacional y contra de cualquier movimiento
social-popular que represente no solo alterar la
correlación de las fuerzas sociales en expresión
político-económica sino también por los
efectos de políticas sociales y económicas que
beneficien a esos sectores sociales menos favorecidos por la
distribución de las riquezas nacionales, es decir, se
niegan, por conciencia, permitir la distribución
equitativa de las riquezas nacionales.

Cuadros de la Revolución Bolivariana mencionan
hasta el cansancio que la economía venezolana es rentista,
verdad no les falta, pero la pregunta que nos debemos hacer para
comprender realmente a esas derechas serían: ¿Por
qué no desarrollaron el sistema capitalista durante la 4ta
República permitiendo quedarse en la retaguardia del
capitalismo global? ¿Por qué esas derechas no
tomaron la decisión de reformar la Constitución del
61, como nos consta efectivamente? ¿Por qué
Piñerua Ordaz propuso en la Universidad
Simón Bolívar el
regreso a la bodega y al conuco considerando que aquel líder
adeco para nada era ignorante de las realidades políticas
que se vivían en Venezuela? ¿Por qué Gonzalo
Barrios se opuso a la descentralización?

Al respecto podemos citar las palabras del Presidente
Chávez: Los venezolanos y venezolanas tenemos un
lineamiento estratégico en el cual debemos poner todo
nuestro esfuerzo y talento: "Convirtamos este trienio 2010, 2011
y 2012 en la nueva Campaña Admirable, porque admirable va
a ser en su ejecutoria, en sus resultados y en su avance, para
que nos admiremos todos con esta campaña
estratégica que permitirá consolidar el Socialismo del
Siglo XXI", Comandante Hugo Chávez Frías el 21
de Noviembre 2009.

No es una campaña para hacer una caravana de
Cúcuta a Caracas, es una Campaña Admirable para
aplicar el ideario de Bolívar en nuestro
tiempo.

Es una Campaña Admirable en toda la patria que
debe emular la campaña de 1813, pero esta vez para
destruir el Estado burgués, instaurar un gobierno popular
revolucionario, expulsar de nuestras mentes al capitalismo y
crear las bases para la edificación del Socialismo del
Siglo XXI.

Serán miles y miles de batallas
ideológicas y políticas, con grandes batallas
electorales como la de la Asamblea Nacional en Septiembre 2010.
La mejor artillería del pensamiento decidirá cada
batalla. En la Campaña Admirable el objetivo
estratégico es liberar a Venezuela del Imperialismo y del
Capitalismo.

Hacernos Libres y Soberanos. Hay que organizarse en
millones de patrullas territoriales, laborales y estudiantiles:
patrullas energéticas, Contra la especulación, Por
Haití, Contra las bases gringas, por moral y luces,
del PSUV y muchas más: La ofensiva tiene que ser comunal y
debe desplegarse primordialmente en 5 direcciones:

1. La Ideológica cuya misión es
alcanzar la practica de los principios y valores socialistas,
producto de la toma de conciencia revolucionaria. Es Luchar
contra el Nepotismo, Compadrazgo, Burocratismo y Corrupción en cada comunidad.

2. La Educación para garantizar la puesta en
práctica de la Nueva Ley Orgánica de
Educación en todos los espacios (escuelas, liceos y
universidades; publicas o privadas) y también para echar
de esos espacios a los Pitiyanquis como Leopoldo López que
están invadiendo las escuelas bolivarianas.

3. Los Centros de Salud para mantener el ritmo y
cobertura de la Misión Barrio Adentro y activar el Sistema
de Salud Socialista que día a día instala nuestro
Comandante Chávez.

4. Empresas
Básicas para convertirlas en Empresas de Producción
y Propiedad
Social que protejan la Empresas Comunales que están
naciendo y no a las transnacionales que se llevan la materia prima
por 2 centavos.

5. El Campo Agrícola asegurando que todos los
recursos
financieros que entrega el gobierno nacional para la agricultura se
conviertan en alimentos que
lleguen al resto del pueblo de manera oportuna, suficiente y a
precio
solidario.

La movilización en la Campaña Admirable es
Ideológica y Comunal. El 23 de Enero 2010 comenzó
la Campaña Admirable en la plaza O"Leary de Caracas, con
Hugo Chávez Frías a la cabeza. En lugar de 3 meses
como en 1813, serán 3 años de lucha con el pueblo
consciente del rumbo y unido en la calle.

Hay que reagrupar las fuerzas revolucionarias y
rearmarlas ideológicamente para desechar las tendencias,
identificar y combatir los verdaderos enemigos de la
revolución, reconocer los cuadros revolucionarios, ganar
elecciones, reproducir zonas socialistas y mantener a
Chávez comandando.

Solo la movilización del pensamiento hacia el
socialismo hará posible que la Campaña convocada
por nuestro Comandante Chávez termine siendo
Admirable.

2.2.4.3. Diagnostico Ideológico
Internacional.

Félix Guattari "Las tres ecologías": Una
ecosofía de nuevo cuño, a la vez práctica y
especulativa, ético-política y estética, debe reemplazar a las antiguas
formas de compromiso religioso, político,
asociativo…"

A lo largo de la presente reflexión, se han
considerado los movimientos sociales desde una doble perspectiva:
como un fenómeno social contradictorio y
heterogéneo que se manifiesta de muy diversas formas, y
como un término o concepto utilizado por la izquierda para
tratar de describir dicho fenómeno sin renunciar a las
categorías esenciales propias del pensamiento
"emancipador" occidental.

El hilo conductor de la primera parte es la
constatación de que se ha producido una quiebra
fundamental y definitiva en los referentes que servían
hasta ahora para explicar los movimientos sociales como
fenómeno social. La proposición esencial contenida
en las otras dos partes es que un momento de desconcierto como es
el presente puede ofrecer una oportunidad inigualable para llevar
a cabo un proceso de contrastación, de ruptura de
códigos, de ampliación de perspectivas por parte de
todos aquellos que consideran imprescindible una
"reestructuración orgánica de la sociedad"
(Martín Buber).

Los movimientos sociales: Breve historia de una idea: El
concepto de "movimientos sociales" se fue gestando tal como se
usa actualmente a lo largo de los años setenta, y su
consolidación corrió pareja con el fracaso de las
formas organizativas tradicionales del movimiento obrero en su
objetivo declarado de destruir el capitalismo, y con el
desprestigio definitivo del "socialismo real" como opción
deseable por parte de quienes anhelaban una transformación
social. Ambos procesos se hicieron patentes a partir del mayo
francés, y darían carta de naturaleza a
la denominada vagamente Nueva Izquierda, en oposición
tanto a la izquierda socialdemócrata como a la izquierda
heredera del bolchevismo en todas sus formas. En dicho concepto
confluyen los planteamientos teóricos
espontaneístas y anti-partidistas de la izquierda no
marxista y del marxismo heterodoxo (Luxemburgo, Korsch,
Pannekoek, Castoriadis, Lefebvre, la Internacional Situacionista,
etc.) así como las experiencias históricas
producidas durante los años cincuenta y sesenta de
"desbordamiento" de las autoproclamadas vanguardias
revolucionarias tanto por parte del movimiento obrero tradicional
como de sectores cada vez más alejados del
mismo.

Tampoco es ajeno como concepto a los fenómenos de
organización social producidos durante estos años
principalmente en torno a la guerra de Vietnam
y a los conflictos raciales en los Estados Unidos,
donde el poco arraigo del comunismo al
estilo europeo propició la aparición de movimientos
de contestación más pragmáticos y
descentralizados, e incluso "despolitizados", muy acordes con las
formas tradicionales de asociacionismo
anglosajón.

Todo este cúmulo de fenómenos, unido al
incuestionable anhelo de una teoría global de la historia
y la sociedad, ante la paulatina pérdida de potencia del
marxismo como herramienta capaz de cumplir esa función, es
lo que lleva a la sociología
política de izquierdas europea a acuñar el
término de "movimientos sociales", con el que se busca
englobar toda una plétora de fenómenos de muy
diversa índole.

La aparición del término puede
interpretarse así como un intento de "aggiornamento" del
modelo de interpretación de la sociedad y de los
fenómenos de transformación social que ha regido
todos los planteamientos teóricos desde la
consolidación del socialismo "científico" a partir
de la Segunda Internacional. En este sentido, el concepto
sería el heredero directo del concepto de "movimiento
obrero" y su implantación no buscaría sino
preservar desde el punto de vista teórico dos paradigmas
consustanciales a dicho modelo interpretativo: la
concepción de la transformación social como un
proceso lineal, sujeto a la ley de la causalidad y, por tanto,
susceptible de ser "explicado" mediante su reducción a
leyes de segundo rango, siguiendo el modelo de la mecánica newtoniana. Esta concepción
de la transformación social está en estrecha
relación con el concepto racionalista de "progreso", base
de toda la ideología de la modernidad.

La creencia en un "sujeto de la transformación
social" o sector de la sociedad cuyas "condiciones objetivas" lo
sitúan en una posición privilegiada para
convertirse en el "motor" de dicha
transformación social, siempre que sea capaz de dotarse de
una teoría global de lo social que le permita desvelar las
claves de dicha transformación.

El término "movimientos sociales", sin embargo,
nunca ha podido ser objeto de una definición
unívoca y "objetiva" como es el caso del movimiento obrero
y, al quedarse en una mera extrapolación del mismo, ha
estado siempre sumido en la ambigüedad. Esto ha obligado a
utilizarlo de forma extensiva, casi taxonómica,
aplicándolo a aquellos fenómenos sociales que
pudieran tener en comúnel carácter de "movimiento",
en el sentido de "voluntad de transformación social".
Así, se habla de movimiento ecologista, movimiento
feminista, movimiento pacifista, términos todos que
podrían describir fenómenos sociales de la misma
índole, es decir, conjuntos
diversos de experiencias, teorías
y agrupamientos sociales en torno a determinadas ideas-fuerza.
Pero también se habla de movimiento campesino y de
movimiento estudiantil, definidos, al igual que en el caso del
movimiento obrero, por el papel social de sus protagonistas; de
movimiento ciudadano o vecinal y de movimiento "okupa", en el que
la categorización se refiere al espacio físico en
el que se da el proceso social; etcétera.

Sin embargo, y paradójicamente, parece que esta
misma ambigüedad es la que ha permitido alimentar la
esperanza en un nuevo sujeto de transformación, por mucho
que el juego de muñecas rusas en que se convierte el
análisis de la realidad a partir de la perspectiva de los
movimientos sociales, complique enormemente la elaboración
de la anhelada teoría global.

En cualquier caso, lo que sí parecía
medianamente claro durante los años setenta desde el punto
de vista político, era la estrategia a
adoptar ante aquella reestructuración aparentemente nueva
de la dinámica social: Para los partidos de la izquierda
parlamentaria, que ya habían asumido el concepto, los
movimientos sociales podían convertirse en fuente de
votantes, asumiendo algunas de sus reivindicaciones
básicas, aunque fuera únicamente sobre el papel.
Para los partidos y organizaciones extraparlamentarias eran
principalmente foros en los que había que "intervenir",
concebidos como canteras que habrían de proveerles de
militantes fogueados en la lucha social.

Por otra parte, el concepto de movimientos sociales,
impregnado de matices libertarios, de resonancias de
"espontaneidad revolucionaria" y acción
directa, permitía alimentar las esperanzas
"insurreccionales" del anarquismo. Y a este respecto, no cabe
duda que la propia historia parecía dar razón a los
planteamientos más organicistas que mecanicistas del
movimiento libertario, que ya en su mismo nombre revelaba una
vocación globalizadora de todos los demás
movimientos, heredera de los planteamientos de los "socialistas
utópicos" y de la Primera Internacional.

Este conjunto de ideas, muchas de las cuales se han ido
generalizando posteriormente, podrían haber jugado un
papel aglutinador y vivificador en un momento clave como fueron
los años setenta y principios de los ochenta, pero los
aspectos más dogmáticos y mesiánicos del
anarquismo como ideología impidieron que cumpliera
plenamente esa función.

Durante estos años de crisis económica se
produce en Europa una auténtica eclosión de
fenómenos sociales que parecen confirmar las esperanzas en
la existencia de un conglomerado de movimientos que, con una
dinámica común, podrían tomar el relevo del
movimiento obrero como "sujeto revolucionario". Proliferan las
respuestas colectivas, organizadas y no organizadas, los foros de
debate, los
medios de expresión, las agrupaciones de toda
índole…

La fulgurante consolidación del movimiento verde
en Alemania
supone el culmen de estas esperanzas. La fuerza arrolladora de
esta formación ejerce sobre la izquierda europea una
fascinación no exenta de cierta perplejidad: el movimiento
verde alemán, en su dinámica, parece dar la
razón a todas y a ninguna de las corrientes que en aquel
momento participan en el debate de la izquierda europea; su
presencia se hace patente al mismo tiempo en la calle y en el
parlamento, es electoralista y asambleísta,
anticapitalista e interclasista, toma sus ideas indistintamente
del marxismo, del anarquismo, del humanismo y
del cristianismo,
pone sobre el tapete como cuestión primordial las
relaciones Norte-Sur e incorpora a su discurso teórico una
plétora de conocimientos científicos al socaire de
la visión ecológica de la realidad, aportando una
nueva dimensión al debate ideológico. No
está de más recordar que este fenómeno
social se produce en un país en el que la oposición
armada al estado, como expresión máxima de la
estrategia de una "vanguardia"
separada del cuerpo social, ha demostrado su
futilidad.

No cabe duda de que la experiencia del movimiento verde
alemán es de las de mayor madurez y alcance
político dentro de esta segunda mitad de siglo, y
aún tiene mucho que aportar como tal experiencia, pero el
desarrollo posterior de la misma no hace sino confirmar el
callejón sin salida con el que se enfrenta una parte de la
izquierda europea.

Simultáneamente a la consolidación del
movimiento verde alemán, las movilizaciones en el resto de
Europa proliferan y adoptan los aspectos más diversos: la
experiencia de "Solidaridad" en Polonia parece apuntar hacia una
salida "progresista" para los países del bloque oriental.
Sin embargo, el papel de la Iglesia
Católica en dicha experiencia revela ya que no se pueden
aplicar de forma simplista los mismos esquemas que al otro lado
del "telón de acero"; los
movimientos nacionalistas europeos se separan cada vez más
de los planteamientos socialistas que habían abrazado
durante un par de décadas, y adquieren ribetes cada vez
más autoritarios y estatalistas, confiando cada vez
más en la lucha armada como instrumento político;
y, dentro de otro orden de cosas, proliferan las sectas de todo
tipo, e incluso algunos equipos de fútbol
y grupos de
música
parecen aglutinar en torno suyo a muchos más seguidores
que cualquier reivindicación social.

En el Sur, mientras tanto, el panorama está cada
vez menos claro. En aquellos países donde no son las
dictaduras las que restringen las posibilidades de
participación social, es la miseria la que reduce a una
lucha desesperada por la subsistencia a amplios sectores de la
sociedad. En estas sociedades
profundamente dualizadas y desgarradas, no queda mucho espacio
para los movimientos sociales en el sentido que se le da en el
Norte al término.

Aún así, a principios de los años
ochenta, es en el Sur donde se van produciendo muchas de las
experiencias más renovadoras de resistencia y
participación social, muchas de ellas relacionadas, y no
accidentalmente, con aspectos ecológicos: el movimiento de
mujeres Chipko de la India, la
lucha de los seringueiros de Brasil,
etc.

Sin embargo, es la aparición del movimiento
integrista islámico, que había de conducir al
triunfo de la revolución iraní contra el Sha y
extenderse como un reguero ideológico por todo el mundo
árabe a principios de la pasada década, el
fenómeno que más iba a hacer tambalearse muchos de
los conceptos esgrimidos por la izquierda occidental.

El primero de ellos, naturalmente, el de movimientos
sociales. Este movimiento parecía no encajar dentro de
ninguna de las categorías taxonómicas existentes y
puso en evidencia que la denominada izquierda no escapaba ni
mucho menos al discurso etnocentrista imperante en el
Norte.

En un esfuerzo por evitar su colapso definitivo, se
multiplican las categorizaciones, se buscan las pautas y
criterios para distinguir los movimientos sociales progresistas
de los que no lo son y se aplican con ahínco el microscopio y el
bisturí a la realidad social a la búsqueda del
"sujeto de la transformación social" perdido.

Mientras tanto, el capitalismo se ha recuperado, a
expensas del Tercer Mundo, y sus exégetas, que han
conseguido cambiarle el nombre por el de "economía de
mercado", se
alborozan ante el inminente "fin de las
ideologías".

Los adalides de la izquierda "desencantada" se unen al
coro y contribuyen al mismo con un remedo de pensamiento,
construído aceleradamente a base de materiales de desecho,
la denominada filosofía posmoderna. Este alborozo es
más bien fugaz y, en menos de una década, hasta los
más vocingleros de entonces niegan haber sido
partícipes del mismo.

A partir de 1989, con el aplastamiento del
contradictorio movimiento estudiantil chino en la plaza de
Tiannamen, el vertiginoso desmoronamiento del bloque socialista
y, sobre todo, la Guerra del Petróleo, se va produciendo la paulatina y
definitiva quiebra de muchas de las certidumbres teóricas
de la izquierda occidental.

Las luchas intertribales en Sudáfrica, las
organizaciones guerrilleras como Sendero Luminoso o el
ejército de Charles Taylor echan por
tierra muchas de las concepciones más simplistas de los
procesos de transformación social en el Sur; lo mismo
ocurre con las sangrientas guerras
civiles en la antigua Yugoslavia y la antigua Unión
Soviética con respecto a las elucubraciones
teóricas de los setenta sobre los movimientos
nacionalistas; y así podrían seguir
multiplicándose los ejemplos de procesos sociales que
hacen palpable la insuficiencia de las herramientas
hasta ahora utilizadas para analizar la realidad social por
quienes pretendían transformarla.

Superar los lenguajes cerrados para salir de la
perplejidad: A un nivel global, esta quiebra de referentes puede
entenderse como una manifestación más de la crisis
ideológica que aqueja a todo el pensamiento occidental
tras la dislocación de un orden mundial basado en el
equilibrio de
bloques.

Sin embargo, puede ser más revelador a la hora de
buscar salidas a la perplejidad darle la vuelta a dicha
proposición y considerar el conjunto de procesos que han
llevado, entre otras cosas, a dicha dislocación, como el
resultado y el síntoma de una crisis profunda en la forma
de ver, interpretar y codificar el mundo impuesta desde
occidente.

Uno de los rasgos más representativos de esta
"lectura" del
mundo es la hipertrofia de una forma de conocimiento basada en el
desmenuzamiento de la realidad. Detrás de esta
concepción se halla otro de los paradigmas fundamentales
del pensamiento occidental, junto con la ley de la casualidad: el
todo es igual a la suma de las partes. Esta proposición es
causa de un estallido del conocimiento, y de una acelerada
fragmentación y atomización del mismo en infinidad
de parcelas especializadas, de disciplinas, cada una de ellas
generadora de un lenguaje
cerrado y, sin embargo, cada una de ellas con pretensiones de
globalidad.

Éste es un proceso del que no se ha librado, ni
mucho menos, la izquierda a la hora de interpretar lo social y
ofrecer propuestas para su transformación.

A medida que se iba institucionalizando de una forma u
otra, ya fuera configurándose en organizaciones
políticas, entrando a formar parte del poder o
constituyéndose en poder, el pensamiento emancipador ha
ido estrechando sus perspectivas y desprendiéndose de todo
un bagaje rico y creativo de formas de ver el mundo que le eran
consustanciales. Dichas formas de ver el mundo, de interpretarlo
y de transformarlo han ido a su vez cristalizando en otros
pensamientos y lenguajes cerrados.

La sociología de izquierdas se ha centrado en
aquellos fenómenos que pueden generar "movimiento" en el
plano de lo social, es decir, aquellos fenómenos
perceptibles a corto plazo, mensurables de alguna forma,
reductibles a algún esquema de representación
política, descuidando todos aquellos que se refieren a la
mente o al individuo, a los terrenos del placer y el deseo, de
los sueños y de la muerte, del
dolor y el miedo. Después de setenta años, la
izquierda aún no ha sabido incorporar a su práctica
los ingentes conocimientos que ya se poseen sobre el
funcionamiento de la mente y sobre el "imaginario social"
(Cornelius Castoriadis).

Desde este punto de vista, el fracaso evidente de los
procesos emancipadores globales ya no se leería
únicamente como el producto de una batalla desigual entre
fuerzas contrapuestas (en este sentido, es interesante recordar
lo impregnado de vocabulario bélico que ha estado siempre
el lenguaje
emancipador: vanguardia, estrategia, lucha…), sino
también como el resultado de la incapacidad por parte de
los sectores que se han erigido en representantes de las
mayorías sociales tanto de saber proveerse de instrumentos
de conocimiento adecuados como de conectar con las pulsiones y
las inquietudes más profundas del ser humano. En
definitiva, los planteamientos predominantes que consideraban la
transformación social como solamente una cuestión
de cambio de poder o de mejor distribución de la riqueza
han hecho que la izquierda se haya visto arrastrada en la debacle
del pensamiento occidental. De alguna manera, estaba defendiendo
la misma forma de ver el mundo que había dado lugar al
modelo de poder y de distribución de la riqueza al que
decía combatir.

A pesar de la fragmentación dominante, el
pensamiento "abierto" no ha desaparecido, y se ha ido generando
en las periferias de esas mismas disciplinas e ideologías
cerradas, en los márgenes y flecos del tejido
supuestamente bien urdido de las mismas, dando lugar a nuevas
perspectivas.

La salida a la perplejidad, a la situación de
bloqueo mental en que se encuentra el pensamiento occidental ante
la explosicón de la realidad en toda su complejidad, no
está, pues, en elaborar una nueva teoría global,
omnicomprensiva, que incorpore mediante las correspondientes
etiquetas todos los nuevos fenómenos y que gener, en suma,
un nuevo lenguaje cerrado y tautológico.

Por el contrario, se cifra en la superación de
dichos lenguajes cerrados desde dentro de ellos mismos,
saltándoles las costuras, haciendo hincapié en lo
que los relaciona, no en lo que los separa. Para hacer frente a
la complejidad, no se pueden usar instrumentos simplificadores,
sino que hay que aplicar múltiples instrumentos
simultáneamente. La clave ya no está en los
aspectos parciales de la realidad que cada uno de esos
instrumentos nos revela, sino en las relaciones entre esos
aspectos parciales, y es de esa cambiante red de relaciones de donde
puede surgir una visión más global.

Para expresarlo por medio de dos proposiciones
complementarias, hay que ser conscientes al mismo tiempo de que
"el mapa no es el territorio" (Alfred Korzybski; o, tal como lo
expresa Gregory Bateson: "el nombre no es la cosa designada") y
de que "el medio es el mensaje" (Marshall, McLuchan). Se trata,
por tanto, de usar muchos mapas, teniendo
en cuenta a la vez que los mapas constituyen en sí mismos
nuevas realidades parciales.

De los movimientos sociales a las redes informales:
Dentro de la doble perspectiva desde la que hemos considerado los
movimientos sociales, hemos aprovechado su faceta de concepto
para ahondar en la insuficiencia de las herramientas hasta ahora
empleadas por el pensamiento "emancipador" dominante para tratar
de entender y de incidir sobre lo social; es necesario recalcar
que dicha constatación no debe convertirse en una
declaración de impotencia ni en un elogio "posmoderno" del
eclecticismo y de la imposibilidad última de conocer, sino
en una ocasión para tomar consciencia de que cualquier
cambio social trascendente lleva siempre aparejada, ante todo,
una transformación en la forma de "leer el mundo"
(Paulo
Freire).

En esta última parte, se consideran los
movimientos sociales desde la otra perspectiva, como un conjunto
de fenómenos sociales heterogéneos, para tratar de
dilucidar qué nuevos puntos de vista nos ofrecen de cara
al objetivo de entender y transformar la sociedad.

En este sentido, quizás sea más revelador
considerar estos fenómenos desde la perspectiva de las
"ideas-fuerza" y de los "conflictos" o "vacíos" que los
han generado.

Así pues, más que hablar del movimiento
ecologista, el movimiento feminista o el movimiento pacifista,
por nombrar los tres que suelen agruparse como pertenecientes a
una misma "familia",
habría que referirse a las ideas-fuerza que han guiado el
conjunto variopinto de manifestaciones (formaciones
políticas, obras literarias y artísticas,
movilizaciones puntuales, instituciones, actitudes individuales,
etc) que se engloban en cada caso bajo la etiqueta de
"movimiento": la "igualdad entre
el hombre y
la mujer", la
"igualdad entre las razas", la "armonía del hombre con la
naturaleza", el "rechazo de la violencia". Hay otras
ideas-fuerza, como la "necesidad de pertenencia del individuo a
un ente colectivo", o el "anhelo de trascendencia" cuyas
manifestaciones se solapan a menudo y, en general, son mucho
más heterogéneas. Tanto los nacionalismos como los
movimientos religiosos pueden interpretarse desde esta
perspectiva.

En el caso de los grandes movimientos globales, su
carácter ideológico permite también
interpretarlos desde el punto de vista de las ideas-fuerza que
los conforman: "propiedad colectiva de las riquezas",
"oposición a toda forma de poder constituido", "el amor como
fuerza transformadora"; y también: "la autoridad como
principio máximo", "la superioridad racial",
etcétera. Toda idea-fuerza genera su contraria y, en
determinados momentos históricos, son éstas las que
han producido expresiones sociales de mayor
envergadura.

Estas ideas-fuerzas pertenecen a categorías y
niveles de la realidad diferentes y, por tanto, la
comprensión de los fenómenos sociales asociados a
las mismas requiere el uso de instrumentos de conocimientos
diversos. La riqueza de solapes, impregnaciones e
interpenetraciones que se producen entre las mismas no es sino
una manifestaicón de la complejidad de relaciones entre la
naturaleza, la sociedad y la mente.

En el campo de lo político, la aparición
de movimientos autónomos asociados a muchas de estas ideas
no indica sino el abandono o la ignorancia de las mismas por
parte de las formas organizativas tradicionales de "lo
político", que no las incorporan sino a partir del momento
en que pueden servir a los intereses propios de dichas formas
organizativas, y siempre convenientemente codificadas para
adecuarlas a las reglas del juego político.

Hay otro conjunto de fenómenos que suelen
englobarse también bajo la etiqueta de movimientos
sociales y que no responden a ideas-fuerza, sino a conflictos y
vacíos en áreas específicas de la realidad,
ya sea la del espacio físico (movimiento ciudadano,
movimiento "okupa") o la de la actividad productiva (movimiento
obrero, estudiantil, campesino…), en cuya expresión
social pueden intervenir o no cualquiera de las
ideas-fuerza.

Dentro de este conjunto de fenómenos se
podrían incluir también todos aquellos que se
producen dentro del área difusa de lo "espectacular" en
relación con el entorno urbano (tribus urbanas,
"hooligans", fans, etc), en los cuales confluyen tanto la
"necesidad de pertenencia a un ente colectivo" como el
vacío de cultura participativa en las grandes
metrópolis.

Considerados bajo este enfoque los movimientos sociales,
se hacen patentes dos conclusiones: la primera, que no tiene
sentido hablar de "viejos y nuevos" movimientos sociales.
Cualquiera de las ideas-fuerza que hemos nombrado puede ser
rastreada a lo largo de la historia, y en todo momento
encontraremos que, en torno a la misma, se han producido
formaciones sociales y culturales, obras de arte y de
pensamiento, actitudes individuales, etc.

En ese sentido, no basta más que repasar la
historiografía de cualquiera de tales movimientos o
ideologías: el fascismo no
sólo se "reconocía" en el imperialismo romano, sino
que tenía realmente muchas ideas-fuerza en común
con él; se pueden encontrar auténticas expresiones
de "comunismo" primitivo en movimientos campesinos medievales; la
lucha de Espartaco ha sido para los anarquistas siempre una
demostración de que la Idea es imperecedera. Y lo mismo
puede decirse de cualquiera de las demás ideas-fuerza,
ecologistas, feministas o pacifistas.

Lo que sí se han producido son separaciones y
divergencias entre ideas-fuerza que, en determinado momento, han
estado unidas o cercanas. Un ejemplo de esto es la divergencia
que produjo entre las corrientes dominantes "socialistas" y los
planteamientos "proto-ecologistas", que en un principio
habían confluido en las propuestas del mal llamado
socialismo primitivo o utópico, algunas de cuyas
soluciones sólo hoy comienzan a ser consideradas en toda
su importancia.

Con respecto a los movimientos generados en torno a
conflictos, la constatación de que, con la
aparición de nuevos problemas y
nuevas actividades sociales, se generan movimientos "nuevos" es
equivalente a la afirmación de que cada nuevo sector
social que aparece trata siempre de mejorar sus condiciones de
vida dentro del modelo productivo, dotándose para ello de
los instrumentos que tiene a su alcance, sean nuevos o no. En ese
sentido, está clara la aparición de nuevos
movimientos en el Sur producidos al socaire de una
división internacional del trabajo al servicio de la
"economía-mundo", que genera un "nuevo" tipo de
super-explotación y una aguda degradación
ecológica.

La segunda conclusión es que ninguna de estas
ideas-fuerza, ni ningún conflicto en
torno a un tema o actividad específica puede producir, por
sí solo, un cambio en el modo de ver el mundo, o dicho de
otro modo, ningún "movimiento social" por sí solo
tiene capacidad de generar una transformación social a
nivel global. Y, por supuesto, tampoco la tiene una mera "suma"
de dichas ideas o movimientos. Lo que sí puede afirmarse
es que algunas de estas ideas-fuerzas parecen tener un mayor
grado de "transversalidad", una mayor capacidad de producir
asociaciones espontáneas con otras ideas, dando lugar a
conexiones entre los movimientos generados por las
mismas.

En cualquier caso, cada una de estas ideas mantiene
siempre un grado de "autonomía", al margen de su capacidad
de conexión transversal. Esto está especialmente
claro en el caso del "ecologismo": una idea como la
"armonía entre el hombre y la naturaleza" puede generar
desde agrupaciones conservacionistas de carácter
marcadamente reaccionario hasta planteamientos
místico-religiosos al modo de la "deep ecology", desde
planteamientos radicales extraparlamentarios hasta partidos
verdes institucionalizados, desde quienes hablan de que la
ideología verde está "más allá de la
derecha y la izquierda" hasta quienes propugnan una alternativa
eco-socialista. La confusión aparece cuando todo esto se
engloba dentro del vago término descriptivo de "movimiento
ecologista".

Con respecto a los movimientos generados en torno a
conflictos por sectores específicos de la sociedad, la
historia ha demostrado que las expectativas de Marx con respecto
al papel que había de cumplir el proletariado como motor
de la transformación social, realizadas en base a una
trasposición mecanicista del papel que había
cumplido la burguesía, estaban basadas en una
visión de la realidad firmemente atada al espíritu
de su época, una visión que había pasado por
alto demasiados aspectos de crucial importancia. Ya hemos visto
cómo la trasposición de este concepto de "sujeto de
la transformación social" al campo de los movimientos
sociales no ha contribuido sino a incrementar la
perplejidad.

Estas conclusiones, por supuesto, no invalidan la
importancia de ese conjunto de fenómenos sobre el que se
ha encajado la plantilla de los movimientos sociales, pero pueden
ayudar a situar muchos de ellos en su justa perspectiva, y pueden
contribuir a reinterpretar muchos fenómenos
particulares.

Un ejemplo palpable de esto es la visión que
tiende a meter en el mismo saco, a considerar siempre "casadas"
ideológicamente algunas de estas ideas-fuerzas entre
sí. De esta forma, se considera "incoherente" que un
votante de un partido de derechas pueda estar a favor del
aborto, que un
cristiano milite en una formación comunista, o que un
grupo de extrema derecha pueda declararse ecologista.

Este tipo de actitudes individuales, bajo las anteojeras
de "lo social" tienden a considerarse excepciones, cuando el
microscopio de "lo mental" nos puede dar las claves para entender
que realmente el cerebro humano es
mucho más complejo en su funcionamiento y que ese tipo de
procesos son la norma más que la excepción. Estamos
de nuevo ante el error de creer que el todo es la suma de las
partes.

Una perspectiva como ésta de los fenómenos
sociales nos permite entender de una forma diferente la tarea de
la transformación social. Ya no se trata tanto de detectar
cuál es el fenómeno, la idea o el sector social que
"posee" la capacidad de transformación de lo social, sino
de llevar a cabo un proceso de "elección continua"
individual y colectiva entre aquellas manifestaciones de lo
social que más corresponden a nuestros anhelos de
transformación social, contribuyendo a su extensión
con toda la gama de instrumentos disponibles.

Desde este enfoque global vamos a contemplar ahora ese
conjunto vivo y cambiante de fenómenos heterogéneos
que se han venido en llamar movimientos sociales, nuevos o no,
para tratar de buscar en ellos aquellos síntomas, claves y
criterios comunes, que han aflorado en el pensamiento y la
práctica social al margen de los cauces
institucionalizados, "eligiendo" los que más responden a
la visión de la transformación social descrita en
estas reflexiones.

En primer lugar, una concepción holística
de la realidad, en la que el hombre se considera parte
indisoluble de la naturaleza, unido a la suerte de la misma. Una
atención especial a los flujos de materia y
energía entre sociedad humana y naturaleza, expresados a
través del concepto de entropía.

Un replanteamiento del concepto de "necesidades humanas"
en función de los recursos del planeta. Rechazo de los
conceptos de crecimiento y progreso entendidos como consumo
creciente de recursos.

Concepción de la transformación social no
como un momento, sino como un proceso, como una forma de
corrección continua de rumbo por medio de aquellas ideas
que, en sí mismas, poseen un "embrión de
armonización" del hombre consigo mismo y con la
naturaleza.

Énfasis en el
conocimiento como herramienta de transformación, no
limitado al pensamiento científico. Revalorización
de los aspectos positivos de la duda, la incertidumbre, la
perplejidad y la contradicción como acicates para el
conocimiento. Constatación de que "dos descripciones de un
mismo fenómeno son siempre mejor que una sola" (Gregory
Bateson).

En relación con lo anterior, ya no se trata de
buscar teorías globales ni sujetos históricos de
transformación, sino vías de impregnación de
las ideas transformadoras al cuerpo social.

Constatación de que no existe una
"solución" única para cada "problema", ni una sola
vía de transformación social. Fomento de la
diversidad. Revalorización de la ética como
criterio de análisis y proposición: Rechazo de la
violencia como forma de transformación.
Constatación de que el uso de la misma no favorece nunca
los cambios en la forma de ver el mundo. Concepción
defensiva antes que ofensiva. Concepción de la
"radicalidad" como ruptura de códigos, como
decodificación de lenguajes cerrados, no como
creación de lenguajes "radicales". Énfasis en el
diálogo.

En relación con la lucha contra una injusticia
concreta, se busca no crear una nueva injusticia en otro plano de
la realidad. Revalorización del contenido de las
movilizaciones frente a la magnitud de las movilizaciones mismas.
Coherencia de fines y medios.

Contra las "fuerzas oscuras" (racismo, xenofobia,
brutalidad), la principal herramienta para combatirlas es la
aportación de claves para entenderlas, frente al
énfasis que siempre se ha hecho en simplemente
"destruirlas". Constatación de que todo individuo y toda
colectividad llevan siempre dentro la posibilidad de generar
tales fuerzas negativas.

Una visión de lo social más
"biológica", que lo concibe como un magma mucho más
rico, en el que las ideas se comunican por impregnación,
por ósmosis, por medio de conexiones fluidas, en
contraposición con la visión mecanicista de
conjunto de piezas interconectadas con vías
unívocas de comunicación.

La concepción "organizativa" que se genera es la
de una maraña de redes interconectadas, dinámicas,
un tejido vivo en el que cobran más importancia los
vínculos que las barreras, las interconexiones que las
separaciones, en el que, frente al énfasis tradicional en
todas las dinámicas de transformación social de
delimitar territorios, crear frentes, abrir brechas, se fomenta
una dinámica de contagio y copulación entre las
ideas y las experiencias.

No se trata de hacer coincidir objetivos a la
fuerza, sino de crear las suficientes redes de relación
para que se puedan producir tales confluencias. No se trata de
fomentar unas formas de participación social frente a
otras, sino de buscar en cada momento las formas de
vinculación más adecuadas. Un tejido vivo es el que
se dota de organizaciones propias para las funciones más
diversas.

La constatación de que el concepto de "eficacia" a corto
plazo aplicado a cualquier organización humana conduce a
la división de funciones y a la jerarquización. Se
trata de buscar el equilibrio entre la eficacia, la
reflexión y la participación, de potenciar la
función "didáctica" del grupo.

Una nueva concepción del individuo en su
relación consigo mismo y con el grupo. Frente al
determinismo social y el activismo, una revalorización del
papel transformador de la voluntad individual guiada por una
"visión propia del mundo". Revaloración del deseo y
del placer. "Feminización" de la sociedad (Ramón
Fernández Durán).

En relación con lo anterior, la conciencia de la
imbricación entre las instituciones, la sociedad civil y
los organismos profesionalizados de participación política (sindicatos,
partidos) hace que cobre especial
importancia la función del individuo como sujeto de
transformación. Responsabilidad individual de los
profesionales.

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