La consagración de la hipocresía y oposición política en Venezuela
- Una acotación
necesaria… - ¿Cómo ese
contexto se reproduce en la conducta de nuestros dirigentes y
por derivación en la sociedad?
Más allá del "liderazgo
actual"
¿Por qué la obediencia ciega a esa "casta
dirigente"?
¿No estará la sociedad venezolana utilizando a la
hipocresía como mecanismo de evasión de su
ineludible responsabilidad
histórica?
El "liderazgo" del país no puede mostrar la superioridad
moral que el pueblo reclama
La sociedad venezolana, tiene que clavarse en las calles pero
con un objetico que unifique sus demandas
Punto de Quiebre
"En una de sus obras menos frecuentada,
Cakes And Ale, Sommerset Maugham, hizo una caracterización
de este tipo de conducta: "La
hipocresía es el más difícil de los vicios y
el que exige mayor control nervioso;
precisa de una incesante vigilancia y un nada común
distanciamiento espiritual. No puede como el adulterio o la
glotonería, practicarse de vez en cuando; la
hipocresía es una tarea de tiempo
completo". A cada uno a elegir: ¿es preferible: el
adulterio ocasional o la persistente
hipocresía?
Una
acotación necesaria…
El 22 de mayo de 1994. En un diario económico
capitalino, el filósofo y critico Juan Nuño, en un
ontológico análisis que intitulo "La
Consagración de la Hipocresía", nos advertía
que la política actual esta llena de matices, de
distingos, de sutilezas, de bizantinismos y escondidos recovecos,
que todos en definitiva se reducen y resumen en la doble
hipocresía del "si", pero "no" y del "no" pero
"si".
Igualmente nos relato que hace muchos años en una
España
dominada precisamente por la moral
católica más reaccionaria e hipócrita, hubo
una vez una reyerta callejera entre jóvenes de distintas
tendencias, porque los llamados "hijos de san Luis", activistas
católicos intransigentes, querían impedir a toda
costa que se proyectara una según ellos pecaminosa
película de aquella actriz mas cursi que atractiva,
llamada Maria Méndez. Interrogado uno de aquellos
endemoniados párvulos, al que se le intento hacer ver que
con eso no iban a suprimir el pecado ni
siquiera los malos pensamientos, respondió, lo que parece
ser la clave de toda una conducta regida por la moral de la
hipocresía: "Lo que importa no es que no se haga, sino
que no se sepa".
Observaba en un canal internacional recientemente los
detalles de una investigación seguida a la
Corporación Estadounidense Sea Syster, especialista entre
otras cosas en la comercialización de sofisticados
armamentos, y todo giraba alrededor del hecho de que la
mencionada empresa
había efectuado algunos depósitos de ingentes
cantidades de dólares, al Príncipe de los Emiratos
Árabes, hijo del Ministro de la Defensa y responsable de
las adquisición de una cantidad importante de material
bélico para el equipamiento de sus fuerzas armadas,
después de sesudas pesquisas con el apoyo de toda la
estructura
burocrática de la eficiente justicia
norteamericana, no se ha podido llegar a una etapa conclusiva de
confirmación de el delito de
corrupción, pero lo que quiero destacar son
tres elementos importantes, primero: uno de los CEO de la
poderosa, Sea Syster, al ser entrevistado con el mas absoluto
descaro hipócrita, expreso que en este tipo de negocios hay
que ser muy cuidadoso y guardar con celo extremo el
undécimo mandamiento que reza "nunca dejes que se
sepa", segundo: quien guío estas investigaciones y
es de presumir que hizo todo el esfuerzo posible por el
esclarecimiento de los hechos, fue el flamante Director en ese
momento de el Buro de Investigaciones Federales, (FBI), hoy es
para sorpresa de incautos el abogado defensor de el
Príncipe Saudí, y tercero: el señalado
en una entrevista
respondió con franqueza y creo que el menos
hipócrita, explicó que el monto de los recursos, sobre
los que se quería aviesamente arrojar un manto de dudas,
fueron apenas, 400 mil millones de dólares, autorizados
por el Rey, el Ministro de la Defensa, y el Ministro de Finanzas, que
ellos se apoyaron en una Empresa
emblemática con gran experiencia en el sector como es La
Sea Syster, y que en esas adquisiciones hayan quedado 50 mil
millones en comisiones, era absolutamente normal.
¿Cómo ese contexto se reproduce
en la conducta de nuestros dirigentes y por derivación en
la sociedad?
Se imita, tanto en los dirigentes como en la sociedad en
general, y abona a la decadencia de valores
universales.
Santo Tomás distingue entre peccatum y crimen. En
su enfoque particular no cabe el planteamiento trágico
estilo Antígona, con su fatal contraposición entre
lo justo natural y lo justo legal. La ley divina busca
guiar al homo viator hacia la felicidad de la patria definitiva.
La ley humana, busca por el orden justo, la armonía
social. La ley humana nunca debe aprobar lo que la ley divina
prohíbe, pero necesariamente debe regular todo lo que ella
ordena. Santo Tomás y San
Agustín coinciden en que no es deber de la ley humana
hacer bueno al hombre. Al
Cesar lo que es de el Cesar, y a Dios lo que es de Dios. Un
romano pagano pensaba que el Cesar era Dios. Un Musulmán
fundamentalista piensa que Dios es el Cesar.
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