La formación de emprendedores conscientes y la educación holista
Actualmente la mayoría de las instituciones
educativas del nivel superior, ante el grave desempleo que
enfrentamos en nuestra sociedad,
aceptan que es necesaria la formación de jóvenes
que al integrarse al mercado de
trabajo sean
ellos mismos los creadores de su medio vida, algunas
instituciones plantean cambiar esa idea de que al egresar sus
educandos, se incorporen a los sectores productivos buscando un
empleo, ya sea
en las empresas de su
región o país, pues es conocido que no existe la
suficiente oferta de
empleo para atender la demanda y en
respuesta a tal problemática, los currículos de
algunas carreras profesionales, incluyen en su perfil formativo
desarrollar la capacidad emprendedora, como por ejemplo la del
Licenciado en Administración que se ofrece en el Sistema Nacional
de Educación
Superior Tecnológica.
Lo anterior, es un objetivo muy
loable, pero desafortunadamente no se logra cabalmente, ya que
una gran mayoría de egresados se incorpora a la actividad
productiva como empleado o subempleado y en el peor de los casos
a engrosar los índices del desempleo; son contados los
egresados que tienen éxito
en la creación de su propia empresa, razones
que aclaren tal problemática pueden existir varias, sin
embargo, es un hecho que desde la visión de la educación holista,
los programas
académicos siguen proporcionando una formación
parcial, materialista, por lo que los futuros egresados del nivel
superior carecen de una formación integral, una
formación que les permita evolucionar su consciencia y ser
feliz en esta experiencia humana, enfrentando la incertidumbre
con seguridad en
sí mismos, desarrollar verdaderamente la creatividad y
resolver exitosamente las vicisitudes del ámbito laboral y en
particular de los negocios como
un emprendedor consciente.
La finalidad esencial de la educación es
evolucionar la consciencia del ser humano, y en la visión
de la educación holista un aspecto es precisamente, que el
ser humano evolucione a niveles superiores de consciencia, para
que en última instancia el ser humano utilice todo su
potencial al servicio de la
sociedad y de experimentar su verdadera esencia que es ser
felicidad. Un emprendedor consciente es feliz y se siente
plenamente satisfecho de su actuar sirviendo a la sociedad y como
consecuencia a él mismo, como lo expresa Marci Shimoff "la
felicidad no tiene nada que ver con tener todo aquello que se ha
soñado con poseer y tampoco consiste en simplemente negar
la necesidad de las comodidades materiales en
esta vida. Lo que en realidad buscamos todos es la felicidad que
sale de dentro y no depende de las circunstancias externas, la
del tipo que yo llamo felicidad porque sí" (Shimoff, M.
2008, 19).
Es la felicidad que experimentamos cuando ponemos al
servicio de la sociedad nuestra creatividad y todo aquello, ya
sea grande o pequeño, pero que sirve al bien común,
esa potencialidad llamada por el Dr. Ramón Gallegos
"inteligencia
espiritual", de tal forma que el emprendedor consciente
"encuentra la manera de disfrutar ese tipo de felicidad,
independientemente de dónde estuviera y de qué
estuviese haciendo" (Shimoff, M. 2008, p. 19).
En particular, la formación de profesionistas
emprendedores conscientes, felices, solamente se logrará a
través de una educación integral, que abarque las
seis dimensiones humanas y se prepare a los jóvenes para
que sean ellos mismos, los generadores de su propio medio de vida
y de los empleos que necesita su comunidad o
región, pienso que esto puede llegar a ser un detonante de
un desarrollo
más sustentable, pero para esto se requiere que esa
formación integral se sustente en la visión de la
educación holista.
¿Qué
entendemos por emprendedor consciente?
El concepto de
emprendedor consciente toma como base la visión del
paradigma de
la educación holista, que en sus principios
plantea que el propósito de la educación es
evolucionar la consciencia; también se origina a partir
del concepto de "Capitalismo
Consciente". (Aburdene, P. 2006).
Capitalismo consciente, es un
término acuñado por Patricia Aburdene en su
libro
Megatendencias 2010, que hace referencia a la emergencia de un
capitalismo con rostro humano, basado en la espiritualidad,
ético, que hace realidad el ideal de un mercado orientado
a la evolución de la conciencia.
En ese sentido, el emprendedor consciente, es un
individuo que
se sirve de su potencial espiritual interior, para hacer realidad
la creación de una o más empresas exitosas, con las
características que presentan las del capitalismo
consciente, tales como desarrollarse dentro de un marco
ético y de respeto del
entorno natural, social, político y cultural.
La formación integral del ser humano, es con la
finalidad esencial de que sea feliz, Marci Shimoff dice que
existen "dos barreras que se interponen entre nosotros y la
felicidad", y que esas barreras son el miedo y la ansiedad, el
miedo y la ansiedad producidos por el apego a todo aquello que
nos produce placer y tememos perder; por la aversión a
todo aquello que nos produce dolor y como tal lo rechazamos, pero
además también es causa de nuestro sufrimiento la
ignorancia de nuestra verdadera naturaleza
humana, que es felicidad y amor
puro.
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