La Formación de Valores a través de la Tutoría en el Nuevo Modelo Pedagógico Universitario
Solo la moralidad de
los individuos conserva el esplendor de las
naciones.
Introducción
La tutoría universitaria no es algo nuevo, un
análisis del surgimiento de esta
práctica confirma que la función
tutorial, entendida como el acompañamiento, la
relación estrecha con los estudiantes en su
formación, es parte consustancial de la propia tarea
docente y educativa desde los albores de la Universidad.
Parte del reconocimiento de teoría
educativa cubana desde fines del siglo XVIII hasta la actualidad
donde precisa entre sus fines que la educación tiene
que estar encaminada a la formación del hombre en su
más amplio y elevado concepto,
el hombre
integral que piense, sienta, valore, haga, actúe y que
sobre todo ame, que posea valores y los
aplique.
En tal sentido puede caracterizarse el valor como un
concepto cuya esencia es su valer, el ser valioso, es decir, el
valor se refiere a aquellos objetos y fenómenos que tienen
una significación social positiva y juegan una doble
función: como instrumento cognoscitivo y como medios de
regulación y orientación de la actividad humana,
donde el hombre, el ser social es lo fundamental, donde se
concentra el valor en su sentido más amplio y por lo tanto
con el hombre es con quien tenemos que trabajar,
accionar.
Como constante en el proceso
formativo se debe considerar la estrecha y necesaria
relación entre la actividad del maestro y la del alumno en
el proceso de aprendizaje, al
analizarla como unidad dialéctica y no por separada.
Cuestión indispensable también es la
relación con su medio, con su familia, para
lograr lo expresado anteriormente.
En el documento de la universidad del siglo XXI donde
traza la política educativa se
hace una decisiva apuesta por la creación de la figura del
tutor como un servicio
especial en la universidad: "La tutoría es un componente
inherente en la formación universitaria, comparte sus
fines y contribuye a su logro a través de facilitar la
adaptación a la universidad, el aprendizaje y
el rendimiento académico, la orientación curricular
y la orientación profesional"
A partir de los criterios brindados anteriormente es que
se pretende cada día más perfeccionar el proceso de
tutoría, lograr a cabalidad el cumplimiento de los
objetivos que
se proponen con esta importante modalidad de atención y proceso integrado.
Cuando nos enfrentamos a un grupo de
alumnos rápidamente nos percatamos de que cada uno posee
características que lo distinguen y que lo hacen peculiar.
Este hecho pone, indudablemente al profesor, ante
el reto de asumir la educación de cada uno
de ellos desde una posición que le permita ajustar su
respuesta a la diversidad de necesidades educativas que estos
presentan, teniendo como fin último el desarrollo
integral de su personalidad,
a través del trabajo
colectivo e individual a la vez.
Las experiencias acumuladas en el contexto universitario
cubano respecto al trabajo del profesor guía en el curso
regular diurno así como aquellas relacionadas con el papel
del Tutor en la universalización los reafirman como
figuras educativas esenciales cuya razón de existencia es
precisamente la plena individualización de la
educación.
Podemos entonces llegar al concepto de tutoría y
es: "Conjunto de apoyos técnicos, dirigidos tanto los
alumnos como a los agentes educativos. Su objeto es lograr el
máximo ajuste entre las potencialidades individuales y las
exigencias educativas con el fin de conseguir una mayor
formación de los alumnos en su desarrollo
personal como en el aprendizaje".
De esta manera, la tutoría debe ser entendida en
término de ayudas que deben ser ofrecidas al alumno y a
los agentes educativos en función de estimular el
desarrollo integral de la
personalidad de este, la formación y
profundización en los valores
humanos que aspiramos.
En tal sentido Nuestro Héroe Nacional y
Apóstol de Nuestra Independencia
sentenció:
"Yo abrazo a todos los que saben amar".
Desarrollo
"El deber debe cumplirse sencilla y
naturalmente".
Con esta palabras de José Martí,
inspirador y orientador en la formación de valores, nos
llevó desde su magnífica oratoria a
concientizarnos acerca del cumplimiento del deber respecto a la
formación integral del hombre nuevo,
no solo con conocimientos sino con cualidades ejemplares, es
decir valores, los cuales deben ser trabajados para su
adquisición, enraizamiento y puesta en práctica en
nuestra vida, desde las edades más tempranas, aún
antes de que el niño entre en la escuela y que no
se debe renunciar a trabajar con ellos nunca.
Por todo lo anteriormente expresado es que consideramos
la labor de tutoría en el nivel universitario como tarea y
misión
de primer orden.
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