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Aníbal Ponce y "El Bolívar de Marx" (página 2)




Enviado por armando de magdalena



Partes: 1, 2

Es increíble realmente, la sarta de estupideces que
pueden escribirse a partir de una falsa apreciación. Por
eso no es menos importante, la refutación que hace Arze, a
través de sus glosas, tanto a los historiadores
"antimarxistas", como a los "dogmáticos" y yo
agregaría "oportunistas". En realidad lo primero que se
plantea respecto al artículo de Marx, es si el
mismo puede tomarse como un "auto de fe" sobre la figura de
Simón Bolívar.
No es muy difícil percibir un cierto eurocentrismo
en muchos trabajos de Marx, como en los de otros revolucionarios
de la época. No olvidemos que es recién Lenin quien
más profundiza en la problemática del llamado
entonces mundo "periférico", con su trabajo "El
imperialismo
etapa superior del capitalismo" y
que en realidad tanto Marx como Engel se centraron en el estudio
del capitalismo como fenómeno en la Europa altamente
desarrollada de finales del siglo XIX. Muchos coinciden en
afirmar que tanto Marx, como Engel no se preocuparon demasiado
por reivindicar la paternidad de los trabajos en los cuales no
estampaban su firma y no seguramente, porque tuvieran problemas en
reconocer que los habían escrito, sino por que
quizás no tendrían para ellos, la importancia que
posteriormente otros le han dado. El mismo Ponce reconoce en su
comentario al artículo de Marx[5]que
"Bolívar y Ponte" es uno de esos trabajos que
Marx escribía "pane lucrando" (según las
propias palabras del argentino) y en esto Ponce coincide con Arze
y con otros historiadores y analistas, en el sentido que el
citado artículo, al igual que tantos otros, eran trabajos
que Marx escribía por encargo y con los cuales se ganaba
la vida en un momentos de su vida en los que padecía
ciertos problemas económicos. No sería muy
aventurado entonces, decir que el "Bolívar y
Ponte"
de Marx, nunca habría tenido otra
pretensión que la de ser lo que fue, un artículo
encargado por una enciclopedia, acerca de un hombre sobre
el cual se sabía muy poco en la Europa de mediados del
siglo XIX. Tal es así, que después de analizar
profundamente el artículo de Marx, Arze llega a la
siguiente conclusión: "La conclusión general
que se desprende […] es que el artículo de Marx sobre
Bolívar está pleno de errores históricos y
falsas apreciaciones que se deben, en lo fundamental, al influjo
de las fuentes
consultadas por Marx".
[6] Las fuentes a las
que se refiere Arze son: Henri Lafayette Villaume
Ducoudray-Holstein (Alemania
1763/Albany 1839), Gustavus Hippisley (inglés)
y William Miller (inglés 1795-1861). Estos tres personajes
sirvieron como oficiales bajo las órdenes de
Bolívar y en distintos momentos del proceso de
liberación se vieron enfrentados, cada uno a su turno, con
el Libertador. Los tres tienen en común que después
de haber abandonado las filas del Ejército Libertador,
publicaron todos, crónicas y semblanzas acerca de la
guerra y sobre
la figura de Bolívar, trasladando con distinto grado de
intensidad en los relatos sus prejuicios y animadversiones
personales, con los que falsearon la verdad histórica
contribuyendo al nacimiento de una verdadera leyenda negra que
circundó durante décadas la figura del
Libertador.

Arze exhibe en su libro una
fotocopia de la parte referente a Bolívar del
catálogo de 1885 del British Museum (donde habitualmente
Marx realizaba sus investigaciones)
y donde se puede ver claramente que Marx no contaba al momento de
escribir su artículo con una cantidad importante de
documentación sobre el tema y que las obras
de los autores arriba citados, constituían las más
difundidas y aceptadas en Europa por aquellos tiempos, siendo a
juicio de muchos la de Ducudray-Holstein la que más
influyó en la formación del perjuicio
amtibolivariano de Marx. No menos probable es que Marx pudiera
haber visto en Bolívar una expresión del
"bonapartismo"[7], fenómeno al que
había dedicado gran parte de sus reflexiones por aquella
misma época. Fueran cual fuesen, en definitiva, las
razones de peso que expliquen los juicios de Marx sobre
Bolívar, no deben estar muy distantes de las expuestas
ampliamente por Arze en su libro, lo cual nos ayudaría a
entender mejor la incomprensión al menos, del
fenómeno Bolívar por parte de Marx, sobre todo si
tenemos en cuenta además, la dificultad adicional lógica,
que para cualquier intelectual europeo representa el tener que
analizar un fenómeno de un continente que le es totalmente
ajeno tanto en su cultura como
en su psicología
y tradiciones históricas. Pero obviamente ese no es el
caso de Ponce.

Hacia 1936, fecha en que "Dialéctica" publica la
traducción del artículo de Marx
comentada por Ponce, la cantidad de documentación y
trabajos realizados sobre Bolívar y el proceso de la
Primera Independencia
en América, era al menos, aceptable; lo cual
nos lleva a descartar (a diferencia que con Marx) que la falta de
información o de posibilidades de acceder a
estudios sobre el tema, haya sido el origen de los juicios de
Ponce al respecto. En el capítulo Cuatro de su libro
(capítulo dedicado a las FALSAS APRECIACIONES SOBRE EL
"BOLIVAR" DE MARX)
Arze se refiere, entre otros trabajos, a los "Comentarios
Marginales" de Ponce y en determinado momento dice: "Desde
que Ponce escribió sobre Bolívar han transcurrido
varias décadas. A Bolívar se lo conoce ahora mucho,
muchísimo mejor que hace medio siglo. Se reconoce la
complejidad de su carácter, de su pensamiento y
de su acción.
Quién sabe si a la luz de estos
avances, Ponce habría cambiado de opinión. Pensamos
que fue la pasión dogmática la que condujo a Ponce
a juicios tan simplistas,[8] sin menoscabo de la
importancia de este escritor en la historia del pensamiento
político latinoamericano, en general, y del pensamiento
marxista en particular
". Tomando como válido que
seguramente así hubiera sido, tenemos aquí que
atenernos a lo que Ponce escribió y tratar de ahondar en
los fundamentos de sus juicios ya que estos constituyeron y lo
siguen haciendo, un lugar común para muchos otros intelectuales
marxistas y no marxistas. Arce cree hallar en la "pasión
dogmática" de Ponce, la explicación de su prejuicio
antibolivariano. En mi opinión, no creo realmente que
la lectura
dogmática del "Bolívar y Ponte" de Marx sea la
única explicación posible, ni la determinante en
este caso. Si bien es oportuno señalar aquí, lo
expresado por Néstor Khoan en su libro "De Ingenieros al
Che", cuando dice que la publicación del artículo
de Marx por parte de Ponce tuvo por finalidad "contrarrestar" los
artículos de Haya de la Torre "Por la emancipación
de América
latina" y "Bolivarismo y monroísmo" de Vasconcelos,
(lo cual estaría enmarcando sus "Comentarios marginales"
dentro del debate
político de su tiempo), esto
por si solo tampoco alcanza para explicar los juicios del
argentino. Creo que en todo caso, en Aníbal Ponce se
combinan ese "dogmatismo" del que nos habla Arze, con su
visión liberal de la historia. Creo que es más
justo decir, que ese liberalismo,
tan importante en la formación intelectual de Ponce,
encontró, no solo, en el artículo de Marx, sino en
el dogmatismo de los historiadores
soviéticos[9]un sustento, un aval para sus
ya formadas opiniones. Aníbal Ponce, como lo
expresé al principio, va más allá que el
propio Marx, cuando dice: "Terrateniente, hacendado,
propietario de minas y de esclavos, Bolívar no solo
interpretó los intereses de su clase, sino
que los defendió contra la pequeña burguesía
liberal y las todavía inconsistentes masas populares.
Apoyado por Inglaterra, al
igual que todos los restantes revolucionarios del continente, es
difícil comprender como Bolívar puede servir
honradamente al llamado "bolivarismo" democrático y
antiimperialista"[10]

El primer argumento descalificatorio que esgrime Ponce, es la
condición social de Bolívar: "Terrateniente,
hacendado, propietario de minas y de esclavos
…".
Sí, Simón Bolívar al igual que la inmensa
mayoría (por no decir la totalidad) de los líderes
independentistas, pertenecían a las clases propietarias de
nuestro continente y cierto es también que esa clase de
propietarios se hallaba dividida entre quienes se beneficiaban
con el monopolio
impuesto por
la Metrópoli y quienes se veían afectados por no
poder
comerciar libremente. Esta situación no solo explica la
adhesión de parte de estos sectores a la lucha
independentista, sino que también, que no pocos
españoles militaran en las filas patriotas e incluso
comandaran sus ejércitos, como es el caso del General
Arenales. Aunque resulte tedioso, Ponce nos obliga a recordar,
que nos hallamos en estos momentos en el siglo XIX y que el mundo
occidental está tratando de librarse de una vez y para
siempre del absolutismo
monárquico. Esto es posible porque la burguesía ha
tomado conciencia de ser
una "clase en sí y para sí". Marx y Engel lo dicen
claramente en el "Manifiesto": "La burguesía ha
desempeñado en la historia un papel altamente
revolucionario. Donde quiera que ha conquistado el poder, la
burguesía ha destruido las relaciones feudales,
patriarcales, idílicas".
En ese contexto, en la lucha
contra el absolutismo, contra el colonialismo, surge la figura de
San
Martín, de Bolívar y del resto de los
libertadores (sin comillas, porque sí lo fueron). Y
solamente este hecho, habla de la grandeza y la importancia de
estos hombres y constituye a la vez, su principal
justificación histórica (no nos olvidemos que
Cuba
logró su independencia recién en 1898 y que
Puerto Rico
sigue siendo hoy día un enclave colonial). Tampoco es
ocioso decir que no es el origen social, sino la conciencia, lo
que define a un revolucionario; porque ni Marx, ni Engel, ni
Lenin, ni el Che, ni el mismo Ponce, eran proletarios. El
entrecomillado de "familias mantuanas"[11] (a las
que alude Marx en su artículo, como el origen de
Bolívar) no representa en Marx un juicio de valor, como
señala Arze, sino que responde a la costumbre que tienen
muchos escritores, de entrecomillar los términos que son
ajenos a la lengua en la
cual se expresan; en el caso de este artículo, la lengua
de Shakespeare. Por
lo tanto no creo que haya habido segundas intenciones en Marx, al
respecto. Inmediatamente después de la frase
analizada,

Ponce continúa diciendo: "…Bolívar no solo
interpretó los intereses de su clase, sino que los
defendió contra la pequeña burguesía liberal
y las todavía inconsistentes masas populares
".
Aquí las cosas se complican aún más ya que
el termino "pequeña burguesía", parece, a mi
juicio, extrapolado del presente. No se sabe bien a que segmento
de la sociedad
colonial americana, Aníbal Ponce se refiere. Asumo que
"pequeña burguesía liberal" se refiere a los
sectores más progresistas de aquella sociedad.
También es poco claro que entiende Ponce por "liberal", ya
que en esa época la palabra tenía una
connotación muy distinta a la que tenía en tiempos
de Ponce y mucho más aún, a la que tiene en
nuestros días. Bolívar era liberal, pero liberal en
la América de aquellos tiempos y en la misma Europa, era
una palabra demasiado gruesa para definir política e
ideológicamente a alguien. Por ejemplo Rivadavia
también era un liberal y sin embargo estaba en las
antípodas del pensamiento, no solo de Bolívar, sino
también del de San Martín, a tal punto que el
nacido en Yapeyú, lo había retado en duelo de
muerte, por
considerarlo un ser detestable y un acérrimo enemigo.
Tenemos que coincidir entonces, como señalaba Arze, que
los juicios de Ponce son en extremo simplistas. Hernández
Arregui en su libro "Que es el ser nacional", dedica varios
capítulos a desarrollar estos temas. A diferencia de lo
que expresa Ponce, (que no solo entrecomilla en su comentario:
"libertadores", sino también "ideales"), estos hombres
sí tenían ideales y estaban nutridos de lo mejor
del pensamiento de su época. Es muy frecuente reducir esta
influencia al iluminismo francés, cuando en realidad no
menos importante fue la influencia de los pensadores ingleses,
del constitucionalismo norteamericano y a juicio de Arregui, la
más importante de todas, la del liberalismo español y
más precisamente las tesis del
Conde de Aranda.

En ese sentido el pensamiento de
Bolívar, es a mi parecer, uno de los más
eclécticos de la América de
entonces[12]Cuando hablamos de liberalismo,
estamos hablando de antiabsolutismo, ni siquiera de
antimonarquismo (Inglaterra, cuna del pensamiento liberal,
cambió la monarquía absoluta (del rey por mandato
divino) por la monarquía parlamentaria, donde son las
cámaras las que gobiernan). San Martín, Belgrano,
O"higgins y muchos otros, eran liberales, conservadores y
monárquicos; otros eran decididamente republicanos y
dentro de ese bando, los había centralistas o federales y
una última división (a mi juicio la más
importante) entre proteccionistas o
librecambistas[13]La frase de Ponce por ambigua e
imprecisa no deja de ser cierta, Bolívar
defendió los intereses de su clase
pero no en el
sentido que Ponce pretende, porque mal podía defender el
privilegio de los Terratenientes, hacendados, propietarios de
minas y de esclavos
, quien iba libertando esclavos a su
paso[14]sino en el sentido de que al tiempo que
Bolívar iba destruyendo el orden virreynal, iba creando
las condiciones para la liberación de las potencialidades
de esa burguesía que reclamaba su lugar en la historia.
Los Libertadores no solo se enfrentaron a los absolutistas, sino
que también enfrentaron a esa pequeña
burguesía liberal
librecambista (a la cual
pertenecían, en el caso de nuestro país, los
próceres de Ponce: los Rivadavia, los Mitre, los
Sarmiento) que estaban comprometidos con el librecomercio
inglés, en desmedro del incipiente capitalismo americano y
que fieles a él hasta las últimas consecuencias, le
dieron la espalda al Congreso Anfictiónico de 1826,
sumieron a la América toda, en la guerra civil,
desmembraron la unidad político-cultural que
constituía la "América antes española", en
una multitud de pequeños estados, que fueron pasto
fácil del imperialismo anglosajón, primero y del
estadounidense después. La guerra del Paraguay es la
obra cumbre de este pensamiento y de esta política de los
"héroes librecambistas" y una de las vergüenzas
más grandes que nuestro pueblo tendrá que cargar
siempre. En cuanto a las "todavía inconsistentes masas
populares
", de las cuales en otra parte de su comentario
Ponce dice que Bolívar "despreciaba", no sabemos en que se
basa realmente, porque una cosa es decir que el pensamiento de
Bolívar era en cierta forma "aristocrático" (cosa
que habría que discutir seriamente) y otra cosa es el
"desprecio a las masas" del que habla Ponce y que no merece la
menor refutación, porque nadie creerá, me imagino
yo, que el Ejército Libertador, era un ejercito de
"Terratenientes, hacendados, propietarios de minas y de
esclavos
". Lo que realmente llama la atención es que Ponce descubra este
desprecio a las masas en Bolívar, (cuando podríamos
transcribir aquí, infinidad de fragmentos de los escritos
del Libertador que hablan de lo contrario) y no pueda verlo en
Sarmiento que lo proclama a gritos[15]y al que
Ponce se dedicara a ensalzar en gran parte de sus escritos.
Finalmente, el argentino dice: "Apoyado además por
Inglaterra, al igual que todos los restantes revolucionarios del
continente, es difícil comprender como Bolívar
puede servir honradamente al llamado "bolivarismo
democrático y antiimperialista
". Aquí, en ese
"Apoyado además por Inglaterra al igual que todos los
restantes revolucionarios del continente
…", aflora la
influencia sarmientina de la que hablábamos recién
o sea la subestimación a todo lo que es americano. Nadie
puede, por mucho que escriba, por brillante que sea su pluma,
cambiar el hecho irrefutable de que fuimos los americanos los que
derrotamos al absolutismo en estas tierras. El apoyo de
Inglaterra fue real y se explica, no por una cuestión de
ideales, sino porque la erradicación del monopolio
servía a sus intereses y permitió nada más y
nada menos que se convirtiera en la más grande nación
capitalista de la época ya que le permitió colocar
los excedentes, que su mercado interno
no podía ya absorber, en los rincones más
impensados del planeta de los cuales por otra parte
extraía sus materias primas a precio de
despojo. Apoyo sí, pero no subordinación a sus
intereses[16]

Ponce acierta sobre el final en dos cosas Bolívar no
fue ni antiimperialista, ni democrático. No fue
antiimperialista, por la sencilla razón de que es anterior
a ese fenómeno que recién fue analizado a
profundidad por Lenin en las primeras décadas del siglo
XX; lo que sí es cierto (y es una de las tantas cosas que
hacen a Bolívar un ser singular) es que Bolívar no
solo vislumbró este fenómeno, hasta cierto modo
previsible en el caso de los ingleses por su política
hacia nuestro continente, sino que previó que iban a ser
los EEUU "los destinados por la providencia divina para
plagar la América de miserias, a nombre de la
libertad
". Esto si era difícil de vislumbrar en los
tiempos de Bolívar. El Congreso Anfictiónico de
1826 tenía como fin supremo conservar la unidad
político cultural de Hispanoamérica y oponerse a
las ambiciones de los "green go", sintetizadas en lo que
después se conocería como doctrina
Monroe. Con respecto a relacionar al movimiento
independentista americano del siglo XIX con la democracia,
esa es una falsificación que según Hernández
Arregui le debemos a Esteban de Echeverría. Si alguien
puede hablar con autoridad
sobre como se emplea el término "democracia" en el mundo,
somos nosotros, los "inviables" del siglo XXI. Tanto
Bolívar como San Martín no creían (y ese es
otro punto en común entre los Libertadores y los
marxistas) en lo que hoy llamamos "democracia burguesa".
"Libertad,
Igualdad,
Fraternidad", no "democracia".

Cuál era entonces, el ideario "real" de Bolívar
y de los Libertadores? Y hasta que punto ese ideario puede servir
honradamente al (por usar las mismas palabras de Ponce)
"bolivarismo antiimperialista y democrático"?

Primero: Bolívar pertenecía a una comunidad que
era un algo indisoluble con el resto de la Corona
Española. Su oposición era a un régimen
político (el absolutismo), no a una cultura. La
facción a la que pertenecían nuestros libertadores,
nunca renegó del acervo cultural hispano.

Segundo: Bolívar pertenecía, al igual que el
resto de las facciones independentistas, a la logia
masónica con sede en Londres llamada de "La Gran
Reunión Americana", cuya razón de ser era desterrar
definitivamente al absolutismo en América. Lo cual nos
dice dos cosas muy importantes: a) que hubo, por así
llamarlo, un partido de la revolución
u organización revolucionaria (si no queremos
usar ese término) al que estaban subordinados todos
nuestros prohombres y b) que el "partido único" era
coherente a la idea de una sola Patria Americana. "Yo soy del
partido americano"
decía San Martín en medio
de la guerra faccional entre unitarios y federales en nuestro
actual territorio, "Nunca mancharé la espada con la
sangre de mis
hermanos"
y esto no era apatía ni falta de compromiso
con lo que allí estaba en juego, sino
que esto sucedía en medio de la guerra contra el enemigo
principal que era el externo y que de haberse involucrado en ella
nuestros ejércitos libertadores, la independencia no
habría sido posible.

Tercero: la idea de una sola Patria un solo Partido, hecha por
tierra el
argumento de Marx, de Ponce y de la historia oficial escrita por
Mitre, del Bolívar ambicioso, del "dictador" avasallando
el derecho de las naciones (que por otra parte ni
existían), del San Martín argentino y el
Bolívar venezolano, o el Artigas uruguayo. Habría
que preguntarle a los hombres de la historia "liberal" u
"oficial", (que es lo mismo), porqué San Martín no
cruzó los Andes con la bandera argentina? por que creo la
bandera de los Andes? Y es que San Martín no era un
general argentino (cuyo gobierno dicho
sea de paso lo declara "traidor a la patria" en esos momentos),
como Bolívar no era un general venezolano, sino que ambos
eran los conductores de un Ejército Multinacional de
Liberación, que defendía la causa de
América. En torno a esa idea
estaba estructurado el movimiento
"policlasista"[17] que ellos lideraban.

Cuarto: El eclecticismo de Bolívar, al que me
refería anteriormente (y que podemos hacer extensivo a
todos los hombres de esta tendencia) tiene que ver con este
objetivo
supremo que señalábamos en el párrafo
anterior. No había ningún "fundamentalismo" hacia
sistema alguno de
gobierno, sino que había sí, una
preocupación práctica, si se quiere, acerca de cual
era el sistema de gobierno que garantizara la unidad
política para llevar a buen término la guerra y que
garantizara posteriormente (una vez derrotado el enemigo) el
mejor desarrollo de
acuerdo a las realidad sociocultural de la América antes
española. Ese pensamiento fue dinámico en los
libertadores y fue mutando a medida que se iba desarrollando el
proceso y modificado muchas veces por las dificultades y
desafíos que de él surgían.

Bolívar sabía y así lo expreso en varias
oportunidades, que el sistema republicano y federal era el mejor,
(lo mismo podemos decir de San Martín) el más
avanzado, pero sabía también que no se adaptaba a
la realidad que le tocaba enfrentar. Aquí no había
sucedido como en las vecinas colonias del norte, donde se
desarrollaron las artes industriales, y la labranza de los
campos. Aquí se llevó a cabo una conquista y no
una colonización. Aquí no se desarrolló el
derecho individual, ni la cultura cívica, ni la educación popular,
todo aquello que sirve de basamento a la democracia republicana.
Aquí existía una cultura patriarcal,
monárquica y era necesario, para no romper la
cohesión, no solo política y económica, sino
hasta espiritual de las colonias hispanas, reemplazar esa
monarquía metropolitana, por una monarquía
parlamentaria u otra forma de gobierno de características
similares, que permitiera el desarrollo del capitalismo
abriéndose al comercio con
otras naciones pero protegiendo la incipiente industria
nacional del bombardeo de las manufacturas inglesas. Un gobierno
que garantizara la unidad política, cultural y territorial
de las colonias antes españolas, en momentos que el
absolutismo recompuesto a través de la Santa Alianza se
disponía a reconquistar sus territorios de ultramar. Esa
era la tesis inicial de muchos de nuestros libertadores.
Bolívar compartía esta visión pero
desconfiaba de la figura de un rey americano para las ex-colonias
y proponía el reemplazo de esta figura por la del dictador
o como en el caso de la constitución que diseño
para Bolivia, por
la figura de un presidente vitalicio, tomando así
elementos de los dos sistemas tanto el
republicano como el monárquico. Más allá de
los juicios que nos merezcan, podemos ver entonces claramente,
que los libertadores, no eran unos simples señores
feudales, de cabeza hueca, movidos solamente por el ansia
desmedida de poder y riquezas, sino que la cosa era un tanto
más compleja.

Nosotros como marxistas americanos podemos extraer
muchísimas enseñanzas de esta primera gran guerra
de liberación, siempre y cuando no perdamos de vista que
este fue un movimiento revolucionario que se desarrolló en
las primeras décadas del siglo XIX y que por tanto no
excedía el horizonte del pensamiento más avanzado
de su época. La amplitud del movimiento liberador
arquitectado entorno a la lucha contra el enemigo principal. La
unidad monolítica como un arma poderosa e insuperable de
los oprimidos. La mística imprescindible para llevar hasta
las últimas consecuencias el proceso. La convicción
de que no son los medios
materiales
sino la voluntad inquebrantable, lo que vence al enemigo. Eso es
tan válido para el siglo XIX como para el XX o el XXI.

Muchos hombres como Mariátegui, Ugarte, Vivián
Trías, vieron la importancia sustantiva que tenía
el imperialismo en nuestro continente. El mismo Che Guevara,
fue a mi entender, la máxima expresión del
convencimiento de que la lucha revolucionaria por el socialismo,
pasaba en América por la liberación nacional y que
era la radicalización de estos procesos (como
fue el caso de Cuba) de un nacionalismo
que por consecuente, tenía que chocar con los intereses
imperiales de los EEUU y por ende, por antiimperialista, devenir
en anticapitalista o sea, de tránsito al socialismo. En el
mundo globalizado de hoy, esta tesis a mi parecer, está
más vigente que nunca, porque el imperialismo hoy, lejos
de ser un fenómeno superado, es más crudo,
más implacable y soberbio que nunca antes. La
política antiimperialista es lo suficientemente amplia
para cobijar a la inmensa mayoría del pueblo y es en medio
de ese proceso donde los marxistas tenemos que lograr la
comprensión, por parte de los demás sectores
involucrados, de que el imperialismo no es un fenómeno
meramente extrínseco, sino que solo es posible a
través de la existencia de una burguesía nacional
subordinada a sus intereses. Porque el imperialismo es solo una
"fase" del capitalismo, es que la lucha por la segunda y
definitiva independencia en América, pasa por la construcción de la nueva sociedad y la
abolición de las antiguas relaciones
socioeconómicas, políticas
y culturales, del estado
burgués.

Nosotros somos un pueblo victorioso, que hemos derrotado a uno
de los poderes más grandes que registra la historia
reciente de la humanidad: el absolutismo español, pero
para recuperar esa mística tenemos que recuperar nuestra
memoria
histórica y las potencialidades reprimidas de nuestra
propia cultura. La historia "liberal-oficial" a la que
adscribió Ponce, ha sido el principal vehículo de
desinstalación de la memoria de
nuestro pueblo, de domesticación cultural y de
disolución como pueblo-nación.
Los juicios de Ponce tienen su raíz en el pensamiento de
Mitre (el primer gran tergiversador de nuestra historia), en el
menosprecio que el "padre de la educación argentina",
tenía hacia todo lo que no era francés o
anglosajón. Ellos escribieron una historia fraudulenta con
la sangre del indio y del gaucho, "de las todavía
inconsistentes masas populares
". Ellos arquitectaron una
nación transplantada, que por tal, siempre le dio la
espalda a lo americano, que por otra parte siempre los sedujo y
nunca pudieron comprender. De ellos se ocupó entre otros,
la insuperable pluma de Martí.
"Las clases dominantes conocen muy bien la importancia, la
gravitación, que poseen en la conciencia popular ese
pasado histórico y en que medida cada personalidad
individual, aunque ello no sea enteramente consciente y aparezca
difuso, más intuido que comprendido, es vigorosamente
influida y determinada por la forma en que se transmiten las
tradiciones históricas comunes"
Vivían
Trías "Aportes para un socialismo nacional".

El Ponce insoslayable, magistral y creador de
"Educación y lucha de clases", de "Humanismo
burgués y humanismo proletario", del "Elogio al Manifiesto
Comunista" y de tantos otros trabajos, fue víctima de
estas influencias que a mi parecer constituyeron una seria
limitación a su gran inteligencia.
Las palabras de Marinello, en el prólogo a sus obras, creo
que avalan en cierta forma lo dicho hasta aquí:
"Recordemos la carta que
escribe desde México a
su hermana Clarita, en la que confiesa la persistencia de
prejuicios raciales en su enjuiciamiento. No tenía en
verdad que confesarlo, porque cuando discurre sobre los gauchos de su
tierra, se mezcla tal prejuicio con el propósito
justiciero. Mirando las cosas desde la perspectiva más
exacta, pensamos que no podía ocurrir de otro modo.
¿Acaso su mismo maestro Ingenieros no padeció tal
limitación? No había de mojarle la pluma una turbia
marejada de larga presencia en el pensamiento americano –
Sarmiento, Rodó, Justo Sierra…-, y de la que solo,
quedó libre, el genio
clarividente y generoso de Martí.
[…] De traspasar la cuarentena, hubiera vuelto sobre su aplauso
al artículo lamentable de Marx sobre Simón
Bolívar, retirando las comillas con que encerró
siempre el dictado de libertador. Releyendo los papeles de su
juventud
–lo esperábamos mucho- hubiera mantenido
devoción ardorosa por Sarmiento, pero anotándole
ajustadamente la claridad y la sombra de sus opciones
políticas. Por fortuna, los errores de Ponce –hijos
de su origen social, de su formación juvenil y de sus
maestros más cercanos- , pueden ser combatidos con sus
armas y
vencerse en su misma
jurisdicción"[18]

Pero lo importante no es juzgar a un Ponce que lamentablemente
no tiene la posibilidad de contestarnos y que por otra parte, ya
sobre el final de su breve pero fecunda vida, comienza a rever
por propia iniciativa, muchos de sus posicionamientos a
través de artículos como "La cuestión
indígena y la cuestión nacional" escrito en su
exilio mexicano. Lo importante es tratar de desentrañar un
fenómeno de vasta extensión y peso dentro del
pensamiento americano y del que muchos revolucionarios fueron
parte durante muchas décadas y que nos impidió ver
entre otras cosas, por donde pasaba el torrente fundamental de la
lucha de clases, durante dilatados períodos de tiempo. Y
es que ha habido a mi entender, una relación evidente,
entre el marxismo
liberal y el (por así llamarlo) dogmatismo
soviético. Basta leer la "Gran Enciclopedia
Soviética": "La actividad de Bolívar, a pesar
de su lucha progresista contra la dominación
española, estaba enteramente enmarcada en los intereses de
las clases pudientes. Deseó conservar permanentemente el
sistema semifeudal de explotación de los campesinos por
parte de los terratenientes criollos[19]y se opuso
a la activa participación de las masas trabajadoras en su
lucha por la independencia"[20].
Toda esta
línea argumental está en total consonancia con lo
escrito por Ponce. Otro historiador soviético, más
reciente, M. S. Alperovich se refiere al tono de aquellas
publicaciones soviéticas de la época de Ponce y
aún posteriores: "Dicha concepción unilateral
de los problemas debió su origen, indudablemente y en la
mayoría de los casos al culto a la
personalidad de Stalin y las subsiguientes de la época
teniendo estos factores la culpa a la vez, de que tanto se
extendieran las opiniones dogmáticas y sectarias,
así como las interpretaciones erróneas en toda la
literatura
histórica de la Unión Soviética" / "Tomando
como dogma el juicio negativo de la figura y la actuación
del destacado representante sudamericano de la Guerra de la
Independencia, Simón Bolívar, que en su tiempo
formulara Carlos Marx […]
algunos historiadores soviéticos no se satisfacían
con reproducir maquinalmente la mencionada apreciación
incompleta, sino que procedieron a aplicarla incluso con otras
personas del movimiento libertador (San Martín, O"higgins)
y hasta con el movimiento mismo"
[21] Ahora
bien, pregunto: Siguiendo el razonamiento de la "Gran
Enciclopedia Soviética" en lo referente a la
"conservación de las relaciones semifeudales de
explotación
", no podríamos pensar que si
después de la caída del absolutismo español
en América, las relaciones semifeudales de
explotación fueron mantenidas, sería en verdad esta
una revolución burguesa o un simple cambio de amo?
¿Puede ser posible que esta caracterización haya
conservado su vigencia o sea, que haya sido aplicada a la
realidad socioeconómica de nuestros países entrado
ya el siglo XX? ¿Esta negación de la
revolución burguesa en nuestro continente, no tiene nada
que ver con la caracterización de la Internacional
Comunista[22]ni con la polémica del
año "29 protagonizadas por Mariátegui, en torno a
cuales eran las relaciones dominantes, si las semifeudales o las
capitalistas y por ende, sobre cual tenía que ser el
carácter de la revolución, si democrático
burguesa o socialista? Seguramente estas preguntas formen parte
de otro debate, o no, pero está claro que exceden las
posibilidades de este trabajo. Yo creo que si hay una
relación estrecha entre el marxismo liberal y el
dogmatismo soviético, en el sentido de que son funcionales
y se retroalimentan el uno del otro.

Tanto detrás del liberalismo intelectual como del
dogmatismo soviético, yace solapadamente el etnocentrismo,
el menosprecio a nuestra cultura y a las fuerzas que de ella
emanan. Es de manera clara una forma de "colonialismo mental", de
complejo de inferioridad del cual no nos hemos podido librar aun
totalmente. No es estrechez, no es autosuficiencia, ni
negación de lo universal, es, como diría
Martí, injertar lo mejor de lo universal al tronco de lo
americano. Lo fundamental es saber en definitiva (y sobre esto
creo que todos vamos a coincidir) que tan importante como el
estudio del marxismo, es la formación intelectual (en el
sentido más abarcador) de todo revolucionario y que
nuestra historia, al igual que la del resto de nuestro
continente, aun espera ser visitada por un nuevo tipo de
intelectual, uno que sea capaz de superar la mirada
eurocéntrica, mesiánica y descalificadora de los
que aún no han logrado descifrarla.

 

 

 

 

Autor:

Armando de Magdalena

[1] El XVI Congreso del Partido Comunista
Argentino, llevado a cabo en el año 198 marca el inicio
del llamado "viraje", donde el Partido abandona sus posiciones
reformistas.

[2] Prólogo del libro editado por Casa
de las Américas en 1975, Aníbal Ponce "Obras",
compilación y prólogo de Juan Marinello.

[3] José Roberto Arze "análisis crítico del
Bolívar de Marx" Anthrôpos Grupo
Editorial. La Paz, Bolivia, 1998.

[4] Es también asombrosa la
coincidencia de este argumento, con el que se esgrime contra
Hugo César Chavez.

[5] Carlos Marx, Simón Bolívar,
ensayo
comentado por Aníbal Ponce, publicado en el n 1 de la
revista
dialéctica en marzo de 1936.

[6] Ob. cit.

[7] "Se da el nombre de bonapartismo (nombre
derivado de los emperadores franceses de la dinastía
Bonaparte) al gobierno que, esforzándose por aparentar
imparcialidad, se aprovecha de la lucha aguda y extrema
planteada entre los partidos capitalistas y los obreros.
Sirviendo en realidad a los capitalistas…" Lenin.

[8] Subrayado de AdeM.

[9] El artículo de Marx le fue
entregado a Ponce por el director del "Instituto
Marx-Engels-Lenin" de Moscú, profesor
Adoratsky, en febrero de 1935.

[10] Aníbal Ponce "Comentarios
Marginales".

[11] Las mujeres de las castas
aristocráticas eran las únicas que en Venezuela
podían usar manto largo. De donde les vino el nombre de
"mantuanas". Nota de Aníbal Ponce al "Bolívar y
Ponte" de Marx.

[12] La Constitución que escribiera
para la
República de Bolivia es una prueba acabada de
ello.

[13] Esta línea divisoria entre
proteccionistas y librecambistas fue la que más se
proyectó en el tiempo y en realidad constituye la
explicación económica de toda la lucha faccional
en América. Fue la verdadera divisoria de aguas que
atravesó tanto a monárquicos como a republicanos,
federales o centralistas. Esta fue una lucha de los estados
costeños vinculados al monopolio y al contrabando
primero y al librecomercio después y de los estados
interiores que no percibían los beneficios de las
aduanas y que
se veían inundados de manufacturas inglesas, que poco a
poco fueron minando hasta hacer desaparecer, las incipientes
manufacturas americanas. Hay un relato de época muy
significativo que dice que "todo lo que llevaba el gaucho,
desde la tela del chiripá, hasta la hoja de su
facón, eran de fabricación inglesa". Con el
triunfo del librecambismo, se abren las puertas al imperialismo
como un largo proceso de expoliación y saqueo que se
extiende hasta nuestros días. La misma existencia de los
actuales estados nacionales ( Uruguay por
citar un caso) tiene que ver con la prosecución de esos
intereses.

[14] "La estructura
económica social venezolana, con un sistema productivo
cuya base era la hacienda explotada en régimen
esclavista, sector dominado por la aristocracia propietaria,
los grandes cacaos, supone la existencia de grandes dominios
que actuaban como factor de resistencia
frente a las decisiones del poder central" Nelson
Martínez "Simón Bolívar". Bolívar
fue el primero en liberar los esclavos de su familia, aun
antes de prometérselo a Petión líder
de la República de Haití que costeara parte de
los gastos del
ejército de Bolívar.

[15] El odio no solo al indio, al gaucho y al
negro, sino también a los europeos meridionales, se
está presente en casi toda su obra y hasta su
correspondencia. Seguramente la más emblemática
en ese sentido es "Civilización o barbarie".

[16] Los que sí estaban subordinados a
los intereses británicos eran las burguesías
portuarias librecambistas que por ejemplo durante el bloqueo
anglo-francés al Río de la Plata ayudaban desde
Montevideo a los sitiadores en contra de los intereses de su
patria. Subordinación es tener al encargado de negocios
británico como miembro del gabinete, como sucedió
con Mister Thorton, durante la presidencia de Mitre.

[17] Si bien dijimos al principio que la
clase revolucionaria pertenecía a los sectores
propietarios, también es cierto que tomaron las
reivindicaciones de las masas de mestizos fundamentalmente y de
los indígenas, sin cuya incorporación hubiera
sido imposible la victoria sobre los colonialistas.

[18] op. cit.

[19] Subrayado AdeM.

[20] Citado por J.R. Arze en su
"análisis crítico del Bolívar de Marx"

[21] Ibídem

[22] "Para comprender el carácter de
la revolución en América latina, es entonces,
necesario tener en cuenta que la independencia de estos
países, realizada a principios de
siglo pasado, ha sido una independencia de forma, puesto que el
imperialismo ha intervenido directamente en la misma,
impidiendo el desarrollo normal de una burguesía agraria
e industrial independiente, sino que conservando el
régimen de explotación semifeudal, dejando que la
economía se desarrollara en forma
primitiva y de acuerdo a los intereses imperialistas. […]
Hoy, es tal el estado de
deformación de la economía nacional y su
dependencia del mercado exterior, que toda tendencia a crear
una economía nacional dentro de los cuadros de la
legalidad
burguesa, está llamada al fracaso. Unicamente una
revolución democrático-burguesa dirigida contra
el imperialismo y los grandes terratenientes, puede crear las
condiciones para ese desarrollo independiente" Vitorio
Codovilla S.S.A de la I.C. Conferencia del
"29. Bs.As.

Partes: 1, 2
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