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Historia política argentina (página 5)




Enviado por Vanina Riva



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El peronismo era
percibido como un fenómeno inherente e irremediablemente
adverso a las instituciones
y valores
democráticos.

A partir de 1966 se da surgimiento a defasajes significativos
entre los intereses socioeconómicos, se visualizó
la formación de nuevos movimientos sindicales peronistas
con características nuevas que lo constituyeron como una
actor político independiente. Y finalmente el ingreso de
los militares a las arenas políticas.

ARGENTINA POS 1955: UNA COMUNIDAD
POLÍTICA
DESARTICULADA

El corolario de exclusión del peronismo, tanto en el
plano electoral como del correspondiente a la acción
política legal, fue particularmente complejo. Esto
introdujo una profunda diyuntiva entre la sociedad y el
funcionamiento de la política, que resultó en la
emergencia paulatina de un sistema
político dual.

El sector popular, especialmente de la clase obrera,
que se había expresado a través del peronismo,
quedó privada de toda representación tanto en las
instituciones parlamentarias como en la maquinaria institucional
del estado.

Las presiones ejercidas por el sector popular, fueron en su
gran mayoría de carácter extra institucional. El movimiento
sindical peronista se transformó progresivamente en la
expresión organizada más poderosa del sector.

A partir de 1956 fueron emergiendo gradualmente tres
posiciones dirigentes en campo antiperonista:

  • 1. Populismo reformista

  • 2. El desarrollista

  • 3. El liberal.

El populismo
reformista sostuvo que las políticas de Perón
habían desalentado la producción agropecuaria. La consiga de esta
rama fueron promovidas por el radicalismo, se había
transformado en la única oposición partidaria desde
1946.

En 1956 el partido se dividió, por el lado radical
intransigente o frondizista y por otro lado los radicales del
pueblo.

Cuando el líder
de los intransigentes, Frondizi, es elegido presidente en 1958,
redefinió radicalmente la orientación del
partido.

Los desarrollistas sostuvieron que el estancamiento
económico de Argentina se debía principalmente a un
retardo del crecimiento de la industria de
base. También sostuvieron que se requería una
incorporación masiva de capitales extranjeros a la
economía. El desarrollismo no
presentó en apoyo irrestringido al modelo
conciliación de clase, sino que lucho por las introducción de significativos ajustes del
mismo.

A partir de 1955 los partidos
políticos, organizaciones
corporativas y corrientes ideológicas a través de
las cuales se expresaban los reformistas populares, el
desarrollismo y los liberales, entraron en numerosas alianzas y
conflictos.

La complejidad de la política argentina en el
período 1955-1966 se debió en gran medida a que las
adhesiones y oposiciones políticas generadas, por una
parte, por las predicciones acerca de los efectos que
tendrían la aplicación de las políticas
económicas alternativas sobre lo que cada grupo
percibía como "sus intereses", y por otra parte, las
reacciones de los distintos grupos como
respecto a las estrategias de
exclusión o reincorporación del peronismo.

Excluido el peronismo, los dos partidos radicales agotaban el
espectro de fuerzas electorales significativas a fines de la
década de 1950 y principios de
1960.

La coherencia interna del programa liberal
se equipaba de una tremenda debilidad electoral. La síntesis
pragmática liberal, es decir, su propuesta era:

  • 1. Erradicar definitivamente el peronismo y
    pulverizar los sindicatos peronistas.

  • 2. Producir el intervencionismo del estado.

  • 3. Eliminar los sectores industriales ineficientes,
    obtuvo la adhesión de la burguesía.

LOS SINDICATOS
PERONISTAS EN LA OPOSICIÓN:

El intento del régimen militar de 1955-1958 de fundar
un régimen político basado completamente en los
partidos y en el fortalecimiento de los mecanismos parlamentarios
fracasó completamente.

En primer lugar, el estilo de control
político de clase obrera establecido durante la
época peronista fue radicalmente modificado. Y en segundo
lugar, el frustrado proyecto de los
militares creó las condiciones para el surgimiento del
movimiento sindical peronista enteramente diferente que
ganó cierta independencia
frente a Perón y fue capaz de desarrollas su propia
estrategia
política.

El poder del
movimiento sindical peronista se amplió después de
1955. Asimismo, este poder se apoyó en bases bastante
diferentes.

Los sindicalistas peronistas de época posterior a 1955
actuaron en una sociedad que cada vez se parecía menos a
la Argentina de 1945-1955. A partir de 1959 la economía
fue gradualmente transformada por la expansión de los
sectores industriales productores de bines de intercambio y de
consumo
durables.

Las prácticas políticas del movimiento sindical
conjugaron dos elementos esenciales:

  • 1. Un patrón de esporádicas
    penetraciones en los mecanismos de representación
    parlamentaria que se manifestó a través de la
    limitada capacidad de los líderes sindicales de
    influir sobre la conducta electoral.

  • 2. Una acción de desgaste a largo plazo que
    ejerció contra el régimen político que
    excluyó al peronismo, al costo de ser altamente
    vulnerable a ataques cuestionadotes de su representatividad y
    legitimidad.

La estrategia del movimiento sindical peronista tuvo una
ventaja importante: su poder se materializó, en buena
medida, a través de las acciones de
otros actores.

En resumen, el despliegue exitoso de las acciones de
contraataque del movimiento sindical impidió la completa
ejecución y consolidación de los proyectos de
estabilización y crecimientote fines de la década
del "50 y principios de la del "60, pero no pudieron revertir las
significativas trasformaciones sufridas por la
economía.

LOS MILITARES DEL PERÍODO POSTERIOR A 1955. NUEVOS
ESTILOS DE INTERVENCIÓN POLÍTICA

Los militares constituyeron el tercer elemento a partir de
1955 en las arenas de lo político.

A partir de 1955, estos modificaron gradualmente el
patrón de intervención. Durante la primera etapa
desarrollaron un estilo de intervención tutela que
resultó en:

  • 1. La exclusión del peronismo del proceso
    electoral y de las instituciones representativas del
    estado.

  • 2. El ejercicio de la presión y de su poder de
    veto en las medidas e iniciativas políticas del
    gobierno constitucional instaurado en 1958, con el
    propósito de imponer sus propias preferencias en los
    asuntos públicos.

A principios de la década del "60, importantes sectores
de las Fuerzas Armadas comenzaron a darse cuenta de que los
beneficios obtenidos mediante la intervención tutelar eran
inferiores a los costos
ocasionados por esta.

Las Fuerzas Armadas concluyeron, que eran percibidas por la
opinión
pública como responsables de las distorsiones de las
prácticas democráticas, sin siquiera obtener un
beneficio compensatorio.

La fragmentación militar alcanzó su punto
más crítico entre los años 1959 y 1963, a
raíz de confrontaciones entre facciones opuesta que, en
dos ocasiones, terminaron en conflictos armados.

El diagnóstico formulado por las facciones
militares predominantes en 1966 tuvo profundas resonancias en el
conjunto de la sociedad Argentina.

En 1966 Onganía decide llevar a cabo un nuevo golpe de
estado.

Economía y
política en la
crisis argentina (1958-1973). Juan Carlos
Portantiero

EL EMPATE ARGENTINO

El derrocamiento del primer experimento nacionalista popular
de Perón, en septiembre de 1955, había de implicar,
en varios sentidos, el cierre de un ciclo histórico. En lo
que se refiere a lo económico, quedando atrás,
agotado, el modelo de acumulación, iniciado con la
crisis del "30
y reforzado en la década del "40, que el peronismo
modificó socialmente introduciendo un patrón de
distribución. En lo político, el fin
del primer peronismo arrasaba con el orden legítimo,
sosteniéndose en una alianza de intereses expresada en el
bloque populista del poder que perón había
articulado entre las Fuerzas Armadas, el sindicato y
las corporaciones patronales que representaban al capitalismo
nacional.

Durante diez años, el peronismo había conseguido
dar una expresión política coherente a una etapa de
desarrollo
social en Argentina. A partir de su caída, ninguna
experiencia gubernamental logró satisfacer los recursos
necesarios para sostener un orden estable.

Entre 1955 y 1958 se colocan las bases institucionales para
proceder a lo que sería la clave última del
proceso que se
abriría con Frondizi, pero el capitalismo argentino
venía reclamando desde la primera mitad de los años
"50: la sustitución de trabajo por
capital en el
desarrollo
industrial.

La irrupción buscada por un fracción de clase
que pasa a controlar los núcleos más
dinámicos de la economía no podía sino
alterar las correlaciones de fuerza en el
interior de la burguesía.

El alcance ejemplar del período 1966-1973, años
de la "Revolución
Argentina", derivada de que entonces se puso en marcha el
experimento más coherente y en las mejores condiciones de
facilitar el desplegado por la facción dominante en la
economía para separar el "empate" a su favor y trasformar
su predominio en hegemonía.

No cabe dudas que el empate político en Argentina esta
articulado con el empate social y en ese sentido resulta
insostenible los análisis de las causas estructurales de esa
capacidad de bloqueo diseminada en la sociedad que provoca un
efecto melancólico sobre el poder.

Las Fuerzas Armadas se encontraban permanentemente tensionadas
entre el nacionalismo y
el liberalismo.

LOS PRELUDIOS DEL CAMBIO

Entre 1962 y 1963 la Argentina atravesó por uno de sus
recurrentes momentos de recesión, su detonante habitual
fue el déficit incontrolable de la balanza de pagos.
La receta para conjugar la crisis no salió tampoco de los
carriles comunes, se trató, otra vez, de estimular a la
burguesía agraria a través de la devaluación del peso, con el objeto de
modificar a su favor la relación de los precios con la
industria.

En el plano de la política tampoco se apreciaron
modificaciones: la crisis arrastró a una crisis
institucional y las Fuerzas Armadas decidieron el derrocamiento
de Frondizi, encendiendo los fuegos virulentos antiperonistas, al
estilo de 1955 y 1956.

El crecimiento del papel del sindicalismo y
el reflejo sufrido de los partidos políticos,
colocó también en un primer plano institucional a
las organizaciones corporativas empresarias de los intereses
económicos directos de las distintas fracciones del
capital, pero también articuladora de proyectos
políticos de mayor alcance.

Desde 1964 en adelante el proceso económico en
Argentina se caracterizó por:

  • 1. El crecimiento ininterrumpido de el PBI

  • 2. El crecimiento sostenido del producto
    industrial

  • 3. Aumento de la capacidad del sector industrial para
    ocupar mano de obra

  • 4. Participación de las grandes y medianas
    empresas en los mayores crecimientos de los montos de
    ventas

  • 5. Atenuación de los ciclos originarios del
    sector externo

  • 6. Estabilidad de los patrones de distribución
    del ingreso y progresiva atenuación de las diferencias
    internas de los salarios

  • 7. Descenso del nivel de desocupación

El estado
burocrático autoritario y el retorno a la
democracia:
Argentina desde 1966 hasta 1976

Observando los resultados que trajo la intervención
tutelar, importante sectores de las Fuerzas Amadas visualizaron
que los beneficios obtenidos eran inferiores a los costos
ocasionados por esta.

Al respaldar las alternativas democráticas, los
militares estabas restringidos a lo que estas proponían.
Percibieron además que eran vistos por la opinión
pública como responsables de la distorsión de las
políticas democráticas, sin siguiera obtener el
beneficio compensatorio de que sus objetivos se
cumplieran, además como referentes públicos
debían adquirir posiciones ante los diferentes asuntos de
gobierno. Lo que
generó una fragmentación en las Fuerzas Armadas
sobre que posiciones había que asumir y hasta que punto
había que influir en los gobierno democráticos.

Enfrentamientos que tuvieron su momento más
crítico el cruce entre los azules y los colorados. La
victoria de los Azules (Onganía) trajo aparejado el
abandono de las prácticas de intervencionismo tutelar y
dio lugar a las practicas de las doctrinas de seguridad
nacional.

El fracaso de los gobiernos constitucionales, hizo que se
pierda la fe en la democracia en
cada uno de los sectores de la sociedad y que las voces para
romper el empate empezaran a multiplicarse, todos reclamaban
más autoridades y menos orden, unos con tradición y
otros con eficacia.

El gobierno de Illía estaba cada vez peor y era cada
vez más criticado por las personas, a la vez que resaltaba
a través de campañas publicitarias y
periodísticas la figura de Onganía, mariano
Grondona escribió: "Onganía, última
alternativa de eficacia, orden y autoridad".
Para este momento parecía
que el gobierno de Illía solo esperaba el Golpe que se
concretó en 1966, el 28 de junio, terminando de esta
manera el empate correspondiente al anterior período.

El golpe fue apoyado o viste de buena manera por todos los
ámbitos de la sociedad, este tuco crédito
amplio y variado, y esto tenía que ver con la
indefinición inicial entre las diversas tendencias que
coexistían en el gobierno.

El comienzo de la aplicación de la doctrina de
seguridad nacional se caracterizó por un shock
autoritario:

  • 1. Se disolvió el parlamento y la actividad
    política

  • 2. Se redujeron a 5 los ministerios y se creó
    el Estado Mayor de presidencia, donde se unificaron las
    decisiones de distinta índole.

El golpe de esta que se llevó a cabo en 1966,
colocó a onganía al poder, caracterizando al ESTADO
BUROCRÁTICO AUTORITARIO de la siguiente manera:

  • 1. Su principal base social es la gran
    Burguesía trasnacional ligada a los capitales,
    asentándose sobre una clase social restringida
    trasnacional. Diseño que favoreció a un grupo
    minoritario.

  • 2. Se caracterizó por la utilización de
    mecanismos coercitivos, instaurándose el terrorismo de
    estado, herramienta que le permitió llevar a delante
    sus objetivos.

  • 3. La necesidad de normalizar la economía.

  • 4. La organización del estado estaba pensada
    en tres tiempos:

Se buscaba suprimir la política a través de
la
administración. Solo luego de los estos tres tiempos,
sería cuando la sociedad estaría disciplinada como
para volver a abrir las puertas de las arenas
políticas.

Hay una visión retórica asociada al fascismo. La
sociedad debe organizarse en el estado,
para que este tenga control absoluto sobre la
organización.

  • 5. Se suprime lo popular, tratando de controlar lo
    ideológico. Se visualiza la exclusión
    económica de los sectores populares.

Se despolitiza los asuntos públicos. A los largo de
1966 hasta 1969 las motivaciones de la clase media cambian, en
una primera instancia se creía que la revolución
argentina era la única forma de reorganizar el caos pero
con el paso del tiempo se
dieron cuenta de que esto no fue así, lo que
complicó a Onganía.

  • 6. Se comienza un debate acerca de levantar o no la
    proscripción al peronismo. El movimiento peronista a
    su interior contiene facciones ideológicas distintas
    que lo complejizan aún más.

  • 7. Las Fuerzas Armadas se encontraban fracturas por
    la cuestión del Peronismo, por la económica a
    seguir y por la cuestión política entre
    otras.

  • 8. El movimiento sindical estaba dividido entre los
    duros y los blandos. La situación política
    parecía un polvorín que podrían estallas
    por cualquier flanco. Se da un paulatino debilitamiento del
    Estado.

Acallado cualquier ámbito de expresión de
tensiones en la sociedad y aún de la misma opinión
pública, se podía diseñar su política
con tranquilidad y con un instrumento estatal poderoso en sus
manos – la revolución no tiene plazos-.

En cuento a la
reforma económica, estuvo ampliamente influencia y
dirigida hacia los intereses liberales, por esto:

  • 1. A corto plazo se busco lograr una estabilidad
    prolongada que eliminara las causas de pujas sectoriales.

  • 2. A largo plazo se proponía racionalizar el
    funcionamiento de la economía toda y facilitar
    así el desempeño de las empresas más
    eficientes.

Así la nueva política modificaría
profundamente los equilibrios de la etapa de empate y volcaba la
balanza a favor de los grandes empresarios. Además el
estado realizó un gran gasto en obras públicas para
fomentar el contexto que alentara el aumento de la eficacia en la
producción nacional.

Esta política
económica generó un descontento creciente en la
sociedad, ya que se le prestaba poca atención a los reclamos sindicales como a
los distintos sectores de la producción nacional. A todo
esto se sumo el creciente sentido de oposición al
régimen de censura de impuestos por los
militares.

Todos esos reclamos se materializaron en una de las más
grandes protestas que tuvo nuestra nación
"el cordobaza", que además simbolizó el inicio de
una ola de manifestaciones sociales que se prolongo hasta
1975.

La ola que estalló en Córdoba se expresó
de diferentes maneras. Una de ellas fue el activismo sindical que
era producto de la
nueva orientación sindical surgida en las grandes industrias, para
la discusión de temas relacionados a cuestiones de
trabajo. El marco de estos sindicatos permitía tratar
temas relacionados a las relaciones sociales y a la misma
sociedad, entono a la cual estaban muy disconformes.

A esta disconformidad se le unieron los estudiantes,
productores rurales, sectores de la industria nacional y la
iglesia
–movimiento de sacerdotes del tercer mundo-. Todos estos
sectores se unieron formando un único grupo,
heterogéneo pero unido.

Todos estos eran desencadenados muchas veces por hechos sin
importancia, ya que lo que se buscaba era criticar al sistema vigente y
a los sectores que lo apoyaba. Reclamos que manifestaban en
protestas callejeras y cotidianamente en acciones de reclamos en
barrios o villas miserias.

También en esta corriente influyeron los prospectos de
alanzas para el progreso, donde se predicaba que si el poder
autoritario era fruto de la autoridad nacional, habría que
recurrir a la revolución.

En 1971 SITRAC-SITRAM, propusieron una unidad de toda la
izquierda, pero descubrieron que los trabajadores no los
acompañarían en un reclamo políticosocial
ante el estado, ya que estos políticamente seguían
siendo peronistas.

En este escenario surgen las guerrillas que se caracterizaron
por:

  • 1. Tenían la profunda convicción que
    para derrotar al régimen militar no había otra
    alternativa que la guerra.

  • 2. Aspiraban a transformar la movilización
    espontánea de la sociedad en un alzamiento
    generalizado.

  • 3. La lógica de exclusión era llevada
    hasta las últimas consecuencias: "el enemigo
    debía ser aniquilado".

  • 4. El verdadero caldo de cultivo fue la experiencia
    autoritaria.

  • 5. Los principales grupos en Argentina fueron:

  • ERP –Ejército revolucionario del pueblo-

  • Montoneros: quienes fueron los que mejor se adaptaron a la
    situación del país, ya que eran los que menos
    atados estaban a una ideología definida. Triunfaron en
    el peronismo en la lectura estratégica de Perón
    durante su ausencia, ganando espacio para su acción
    autónoma y el reconocimiento del líder.
    Buscaban apoyo en los amplios sectores marginales
    –asesinato de Aramburu-. A la vuelta de Perón se
    lanzaron a conquistar su apoyo y el de las amplias
    estructuras de partido.

Los militares dieron cuenta que la figura de perón cada
vez estaba más presente en la sociedad y ocupando en la
política un lugar tan importante como el del Presidente.
Estos advirtieron también que su salida estaba cerca y que
debían negociar con las fuerzas políticas y
sociales y con Perón mismo.

Las crecientes protestas sociales y el asesinato de Aramburu
fueron suficientes para la destitución de Onganía
quien ya no podía conservar el orden.

Su sucesor, Lewinston, trató de movilizar al pueblo a
un transformación en el sistema del el gobierno militar,
pretensión algo ingenua. Por lo que fue rápidamente
depuesto.

Lanusse anunció el reestablecimiento de las actividades
partidarias y el llamado a elecciones. La vuelta de la
democracia, se debía hace sobre las bases del GAN, un
acuerdo para asegurar un verdadero gobierno democrático,
en que participaran todos los partidos políticos, pero
terminó en un "tira y afloje" entre Perón y
Lanusse.

Teóricamente el acuerdo tenía que ser
condición para convocar a las elecciones, pero viendo que
era imposible negociar con Perón, se decide pactar una
condición mínima, que Perón no sea candidato
en las elecciones.

El movimiento peronista se hace heterogéneo gracias al
carácter que había adquirido la figura ideal de
Perón, que reemplazaba a su figura real, fenómeno
que el mismo Perón había alentado apoyándose
en su carisma personal. Para
todos sus seguidores perón expresaba un sentimiento
nacional y popular, de reacción contra la reciente
experiencia de desnacionalización y privilegios, y para
unos era un líder histórico –que traía
bonanza-, para otros era un líder del tercer mundo, otros
pensaban que era quien acabaría con la subversión y
otros lo veían como el retorno del líder
pacífico de la clase medias y bajas.

Ante este escenario el elegido fue Campora, su principal
títere y representante, que ganó las elecciones en
1973. El día que Perón regresa al país se da
un enfrentamiento entre distintos grupos del peronismo lo que
ocasionó la renuncia de Campora. Por lo que se convoca a
elecciones nuevamente, donde gana la Fórmula:
"Perón-Perón"

Su gobierno se basó en:

  • 1. Un pacto social: que procuró solucionar el
    problema clásico de la economía. La capacidad
    de los distintos sectores, empeñados en la puja
    distributiva para enfrentarse mutuamente. Se proponía
    solucionar el problema a través de un
    concertación -hubo sectoriales y una mayor que
    subsumía a todas-. Para que esto tuviera resultado el
    estado debía disciplinar a los actores conjugando
    persuasión y autoridad.

Como las primeras medidas para que este comience a funcionar
se congelaron los precios, la supresión de dos años
de convenciones colectivas o partidarias. Este efecto que
perjudicaría a los trabajadores fue contrarrestado por un
aumento del 20% de los salarios.

Al principio trajo buenos resultados, pero al ser violados por
uno u otro lado por la poca intención de cumplir el
acuerdo que había en ambas partes, cayó en una
profunda crisis que lo llevó a la ruina.

  • 2. Un pacto político: -proyecto inédito
    del peronismo- Su propósito era convertir el
    parlamento en un ámbito real de negociación
    partidaria, revirtiendo así la tendencia del peronismo
    a conferirle un aura de legitimidad tanto a las tendencias
    autoritarias tradicionales en el peronismo los principales
    apoyos a esta medida de Perón.

  • 3. Conducción más centralizada del
    movimiento: o sea de los sindicatos. A través de una
    modificación de la ley de Asociaciones Profesionales,
    que tenía como objeto centralizar su poder y alargar
    sus mandatos. Además se buscó apoyar a los
    sindicalistas tradicionales que habían sido
    desplazados por la izquierda peronista.

Dentro del peronismo se llegaron a pelear, en los grandes
actos públicos para ocupar los lugares más cercanos
al líder.

Entre las culturas políticas incorporadas al peronismo
podrían concentrarse dos grandes concepciones:

  • 1. Una se apoyaba en la vieja tradición
    peronista, nacionalista y distribucionista, alimentada
    durante la larga exclusión por la ilusión del
    retorno del líder, y con él mágicamente
    los tiempos de justicia social y un estilo autoritario
    verticalista. Fue un grupo de montoneros quienes se
    identificaron con esta corriente.

  • 2. Otra menos precisa –parte importante de los
    sectores populares- pero sobre todo en quienes se
    incorporaron tardíamente al peronismo, incorporando la
    crítica radical de la sociedad, en la consigna
    "dependencia o liberación". Fue representada por
    sindicalistas y grupos de extrema derecha.

El Ejército revolucionario del Pueblo no creía
en Perón, ni en la democracia misma, así que pasada
una breve tregua en 1973 retomó su activismo.

Los Montoneros que habían crecido
identificándose con el líder y tratando de encarnar
su discurso
durante se éxito o
reinterpretar el discurso de Perón argumentando que estas
desviaciones tácticas eran propias de la genialidad de
Perón.

Además la guerra de
aparatos se desarrolló bajo la terrible forma de terrorismo.
Para reprimir a esta surgió una organización paramilitar –AAA-

En 1975 perón convoca al ejército para
encargarse de la represión subversiva y el genocidio se
pone en marcha. Tras la muerte de
Perón, el gobierno de Isabel iba en un declive constante
por su falta de autoridad, la lucha faccionista, el accionar de
la guerrilla, el caos económico y el terror creado por
AAA, provocaron la caída de la democracia nuevamente.

Economía y
política en la crisis argentina (1958-1973)

JUAN CARLOS PORTANTIERO

EL TIEMPO DE LA EUFORIA: ONGANÍA

En 1966 las Fuerzas Armadas sostuvieron que interpretando el
más alto interés
común, asumen la responsabilidad irrenunciable de asegurar la
unión nacional y posibilitar el bienestar general,
incorporando al país los modernos elementos de la cultura,
la ciencia y
la tecnología.

Los ideólogos de la "Revolución Argentina"
intentaron esquematizar sus objetivos a través de una
dialéctica de tres tiempos: el tiempo económico, el
tiempo social y el tiempo político.

La totalidad del período 1966-1973 puede ser claramente
pragmatizada en tres etapas, aunque ellas disten mucho de la
tripartición ideal propuesta por los militares en su hora
de gloria. Ellas serían:

  • 1. 1966-1970: intento de modificar el modelo de
    acumulación en una realidad de fuerzas sociales
    básicas y un modelo político.

  • 2. 1970-1971: intento de formular un modelo con mayor
    participación del capitalismo nacional, pero bajo los
    mismos modelos autoritarios.

  • 3. 1971-1973: Intento de salida para la
    situación, mediante la congelación de la
    iniciativa estatal sobre la economía y la
    pretensión de controlar a futuro el modelo
    político.

Córdoba se había convertido en la capital de la
industria del interior. En ella estaban instaladas la
mayoría de las fábricas de automóviles como
Fiat y Renault. Esta última adquirió las industrias
de Káiser Argentina de origen norteamericano radicada en
Córdoba desde 1955 y dedicada a la producción
automotriz.

Los obreros industriales que trabajaban en esa planta
recibían salarios más altos que el salario promedio
en otras provincias. Como resultado todos los factores, en la
provincia de Córdoba profundizaron el proceso de
urbanización.

Al mismo tiempo también se anunció un
conglomerado de los convenios colectivos de salarios.

En Córdoba las regionales de SMATA –Sindicato de
mecánicos de automotores y transportistas- Luz y Fuerza y la
UTA -Unión de tranviarios argentinos- convocaron a una
asamblea general. La conducción de estos tres sindicatos,
cuyos trabajadores recibían los salarios más altos
del país, lideraron la protesta. La sesión de esa
jornada terminó en un enfrentamiento con la policía
y a un llamamiento de huelga
general.

El 29de marzo, los obreros y estudiantes cordobeses salieron
unidos a las calles de Córdoba. Ante la magnitud de la
movilización, Onganía ordenó a las Fuerzas
Armadas se hiciera cargo de la represión. La protesta fue
un hecho localizado en la ciudad de Córdoba y como
resultado de los enfrentamientos hubo presos, decenas de heridos
y 16 muertos.

La protesta se extendió a otras provincias. Rosario fue
declarada zona de emergencia y colocada bajo la
jurisdicción militar. También se profundizaron los
conflictos en la provincia de Tucumán. El cordobazo
fue el inicio de la agudización de la protesta social y de
la lucha armada que desde entonces y por varios años se
desarrollo en la sociedad argentina.

Después del cordobazo, el clima de violencia
social se agravó. El 30/07/1969, el gobierno
declaró el "Estado de sitio" en todo el país. Esta
medida que significaba la suspensión de las
garantías constitucionales de los ciudadanos fue
justificada para "dotar al gobierno del instrumento legal para
asegurar la paz y el orden en todo el territorio del
país".

Sin embargo, entre 1969 y 1970 se produjo una serie de
acontecimientos violentos y movilizaciones sociales que tuvieron
profundas repercusiones en toda la sociedad y que terminaron en
debilitar el gobierno de Onganía.

Sin duda, el hecho decisivo que precipitó la
caída de Onganía fue el secuestro y
asesinato de Aramburu por los montoneros en 1970.

El 08/07 la Junta de Comandantes dio a conocer un comunicado
en el se anunciaba que las Fuerzas Armadas no estaban dispuestas
a otorgar un cheque en
blanco al poder
ejecutivo nacional. Finalmente, esa noche, Onganía
presentó su renuncia.

Período
1976-1983: El modelo Autoritario

El 24/03/1976 la Junta de Comandantes en Jefe, Integrada por
Videla, Masera y el Brigadier Agosti se hicieron cargo del poder,
dictando los instrumentos legales del llamado "Proceso de
Reorganización Nacional" y designando a Videla como
Presidente.

Económicamente durante este proceso se aplicó
una reforma financiera que dio lugar s grandes devaluaciones y a
la especulación financiera. Con esto se benefició a
los grandes grupos del insipiente establishment nacional, que
creció de manera más que considerable en esta
época, y se vio beneficiado por esta política y por
la capacidad de negociación del Estado.
Constituyéndose así un factor de poder, que hasta
hoy en día no se puede negar ni dejar de escuchar.

La Propuesta de los militares consistía en ir
más allá de la sociedad: Buscaban eliminar la
raíz del problema, su diagnóstico se encontraba en
la sociedad misma y en la naturaleza de
sus conflictos. Para terminar con estos conflictos se
aplicó el terrorismo de Estado, técnicamente
hablando. Los militares plantearon una cuidadosa operación
de represión de carácter clandestina. Para ello,
cada arma se encargó de un ámbito distinto, y la
planificación general y la supervisión táctica estuvo en manos
de los más altos niveles de conducción castrense, y
los oficiales no se desempeñaron en la
participación de las tareas de ejecución, poniendo
de relieve el
carácter institucional de la acción y el compromiso
colectivo.

  • a) Las etapas del terrorismo de Estado

El acto terrorista estuvo dividido en cuatro etapas
principales:

  • 1. Secuestro –Falcón verde/ las
    patotas-

  • 2. Tortura –Distintas tácticas, como por
    ejemplo, picana eléctrica o violación sexual
    entre otras-. Se complementaban además con la tortura
    psicológica: como el hecho asistir a simulacro de
    fusilamiento de padres. El objetivo era obtener
    información sobre la estructura de la guerrilla, pero
    más en general buscaban quebrar a la resistencia del
    detenido anulando sus defensas, acabando con su dignidad y
    personalidad.

  • 3. Detención: los sobrevivientes a las
    torturas eran llevados a los "Chupaderos", donde estaban
    detenidos por un tiempo más o menos determinado en
    algunos centros clandestinos –ESMA por ejemplo-.

  • 4. Ejecución: -traslado- era el destino final
    de los detenidos. Este paso no era dado sin la expresa
    autorización de los más altos rangos del
    ejército, utilizando distintas formas para hacer, pero
    en cada una de ellas lo cuerpos de las victimas eran
    desaparecidos.

Pese a que la junta estableció la pena de
muerte, esta nunca la utilizo de forma oficial.

La mayoría de los cadáveres eran enterrados en
un cementerio sin nombre, quemados en fosas colectivas, arrojados
al mar con bloques de cemento o en
fosas cavadas por las propias victimas antes de morir. Así
de esta manera solo habría desaparecidos y no muertos.

La mayoría de las desapariciones se produjeron entre
1976 y 1978, y luego se fueron reduciendo a un a expresión
mínima. Así el ERP fue
diezmado, y si bien, siguió operando tuvo que vincularse
sólo a acciones terroristas sin complemento en lo
político.

Lo cierto es que aún acechadas estas organizaciones, la
represión continúo su marcha. Cayeron así
líderes de grupos
sociales y civiles, abogados defensores de los Derechos Humanos
o personas sólo por ser parientes de alguien, aparecer en
una agenda o haber sido mencionadas en una tortura.

Pero el verdadero objetivo eran
los vivos, el conjunto de la sociedad que, antes de emprender su
transformación profunda debían ser controlados y
dominados por el terror y la palabra, es por esto que el Estado
se desdobló en:

  • 1. Una parte clandestina y terrorista que
    practicó la represión sin responsables eximida
    de responder a reclamos

  • 2. Una parte pública apoyada en el orden
    público que ella misma estableció, silenciando
    cualquier voz.

Solo quedó la voz del Estado, dirigiéndose a un
conjunto de habitantes. El terror cubrió toda la sociedad,
clausurando los espacios donde los individuos podían
identificarse en sectores colectivos más amplios, cada uno
de ellos quedó solo e indefenso ante el estado
aterrorizador.

Algunos no aceptaron estas condiciones y emigraron al exterior
o se refugiaron en el exilio del interior. La mayoría
adoptó por la ignorancia de los que estaba sucediendo,
justificando lo que no podía ignorar con el popular
dicho:"por algo será", o se refugiaban en la deliberada
ignorancia.

El gobierno militar se caracterizó por su gran corrupción –durante esta época
aumento de una manera extraordinaria su deuda externa e
interna-, la cual se extendió a la administración
pública.

El gobierno se caracterizaba por estar dominado por las tres
Armas,
más o menos con el mismo poder cada una, lo que ocasionaba
la falta de autoridad que se encuentre sobre ella, que
tradicionalmente era el Presidente.

Lo que faltaba era un acuerdo ante una determinada
cuestión ocasionaba una situación anárquica.
A pesar de eso el orden pudo mantenerse durante cinco
años.

El período de silencio de la sociedad se fue acabando a
medidas de que el gobierno fue demostrando falta de autoridad
para imponer el silenciamiento de esta:

  • 1. Empresario regionales

  • 2. Sindicatos – en 1980 se reconstituye la
    CGT-

  • 3. Estudiantes

  • 4. Iglesia: la corriente que apoyaba el proceso, fue
    dejando paso a otra que propuso renunciar a la injerencia
    directa de la iglesia en cuestiones sociales y volver a
    preocuparse por evangelizar a la sociedad crecientemente
    laica. Las preocupaciones por la moral y los derechos humanos
    se vieron expresadas en el documento de la iglesia y la
    comunidad nacional.

  • 5. Grupos defensores de los Derechos Humanos: madres
    de plaza de mayo, fueron el símbolo que habían
    empezado a marchar en medio de lo más profundo de la
    represión, en búsqueda de sus hijos o nietos.
    Su discurso fue ético y testimonial. Se atacó
    durante el proceso, el nombre de los principios de la
    maternidad, sentimiento que los militares no podían
    englobar dentro de la subversión.

Así estas marchas, ante de escasa concurrencia, se
tornaron multitudinarias, corcovando a la sociedad y puniendo a
los derechos humanos
en el centro del debate en la
sociedad.

Así comenzó el gobierno militar a sentir que era
inevitable una vuelta al sistema democrático. Las
críticas empezaron a crecer y se volvieron insostenibles
después de la forma en que se perdió la Guerra de
Malvinas –último intento de lograr la
aceptación del proceso-.

Y el gobierno no tuvo otra alternativa que levantar la veda
política, y convocar a elecciones, con la condición
de que no se investiguen los hechos del proceso.

El plan
económico tenía como objetivo explícito
detener la inflación y estimular la inversión
extranjera. Se inició una reducción arancelaria
que llegó a su máximo nivel en 1978, con la
finalidad expresa el incrementar la competitividad
de la economía argentina y promover sus «ventajas
naturales».

El resultado fue un proceso de importaciones
masivas y un efecto desastroso sobre la industria. Grandes
empresas
industriales cerraron sus plantas: General
Motors, Peugeot, Citroen y Chrysler, Siam, Decca (Deutz-La
Cantábrica), la planta de vehículos utilitarios de
Fabricaciones Militares, Aceros Ohler, Tamet, Cura, Olivetti, y
otras miles de empresas industriales medianas y pequeñas.
Para 1980 la producción industrial había reducido
un 10% su aporte al PBI, y en algunas ramas como la hasta
entonces extendida industria textil, la caída
superó el 15% (Gerchunoff, 373). Sin embargo hay que
destacar que el desempleo alcanzo
el 2% a fines de los '70 y comienzos de los '80.

Apoyado en una política laboral que
produjo una profunda reforma de las leyes laborales
como:

la prohibición de la huelga

La intervención militar de los sindicatos

La política represiva de «guerra
sucia»,

Martínez de Hoz decretó el congelamiento de
salarios y contuvo el descontento general, ante una caída
del nivel de vida de la población sin precedentes. El salario real,
sobre una base 100 en 1970, había subido a 124 en 1975. En
1976, en un solo año, cae bruscamente a 79, el nivel
más bajo desde los años '30.

Con el objetivo de controlar la demanda de
divisas y
mantener una política de atraso cambiario, Martínez
de Hoz implementó a fines de 1978 un sistema de
devaluación programada, apodado «la
tablita».

Junto con la Ley 21.526, de
entidades financieras, la tablita promovería la
especulación financiera desmedida. La medida se
tomó para intentar compensar las pérdidas
ocasionadas a los ahorristas por la diferencia entre la tasa de
interés pagada a los depósitos a plazo fijo y
la inflación; para proteger a las entidades financieras,
el Estado se hizo responsable del pago de los depósitos.
El costo de estas
medidas, que ocasionaron el cierre de más de 25 entidades
crediticias, cuyos pasivos debió asumir el Estado, fue
enorme; también lo fue para los consumidores, que debieron
hacer frente a un mercado de
crédito liberalizado, cuyas tasas aumentaron parejamente a
las pagadas por los depósitos. Los créditos hipotecarios alcanzaron una tasa
de interés del 100% anual, que resultó impagable
para numerosos deudores, y condujo a una gran parte de la
población a perder la propiedad de
sus viviendas.

Política cultural y educativa

El Proceso de Reorganización Nacional tuvo una
política cultural y educativa en sintonía con su
política represiva de «guerra sucia». Esta
política incluyó una estricta censura previa. El
gobierno militar creó un grupo especial encargado de
controlar y censurar todo tipo de producción
científica, cultural, política o
artística.

La idea de que "Todos" eran
subversivos

Durante el Proceso, la conducción militar
definió en un sentido sumamente amplio el concepto de
"subversión". Para la Junta Militar y sus principales
personeros, todo aquel que no estuviera alineado con los
criterios y objetivos de los golpistas, estaba "infiltrado" por
el "germen" subversivo. Los principales jefes de las Fuerzas
Armadas compartían esta posición y lo explicitaron
en sucesivas declaraciones públicas, que potencialmente
ubicaban dentro del espectro "subversivo" a gran parte de la
población:

."Para obtener sus objetivos [los subversivos] han usado y
tratan de usar todos los medios
imaginables: la prensa, las
canciones de protesta, las historietas, el cine, el
folclore, la literatura, la
cátedra universitaria, la religión"…
Almirante Armando Lambruschini

."El teatro, el cine y
la música
se constituyeron en un arma temible del agresor subversivo. Las
canciones de protesta, por ejemplo, jugaban un papel relevante en
la formación del clima de subversión que se
gestaba: ellas denunciaban situaciones de injusticia social,
algunas reales, otras inventadas o deformadas". Teniente General
Roberto Viola

."En nuestros días, se ha consumado lo peor que
podía ocurrir y de las más funestas consecuencias:
la infiltración de las ideologías marxistas en el
sentido nacional y, más aún, en el nacionalismo
argentino y en la Iglesia Católica Apostólica
Romana". General Manuel Bayón, director de la Escuela Superior
de Guerra, 1977

."Hasta el presente, en nuestra guerra contra la
subversión no hemos tocado más que la parte alta
del iceberg […] Ahora es necesario destruir las fuentes que
forman y adoctrinan a los delincuentes subversivos, y esta fuente
se sitúa en las universidades y en las escuelas
secundarias. La influencia más peligrosa es la ejercida
por los universitarios formados en el extranjero, y más
precisamente en la Sorbona, Dauphine y Grenoble, que de inmediato
transmiten el veneno con el cual intoxican a la juventud
argentina". General Acdel Edgardo Vilas, comandante de la V
Región Militar, 1976

."A partir de una simple composición sobre las
estaciones del año, un maestro subversivo o un idiota
útil comentará a sus alumnos la posibilidad de
combatir el frío según los ingresos de cada
familia (.)
Para los educadores: inculcar el respeto por las
normas
establecidas; inculcar una fe profunda en la grandeza del destino
del país; consagrarse por entero a la causa de la Patria,
actuando espontáneamente en coordinación con las Fuerzas Armadas,
aceptando sus sugerencias y cooperando con ellas para
desenmascarar y señalar a las personas culpables de
subversión, o que desarrollan su propaganda
bajo el disfraz de profesor o de
alumno (.) Para los alumnos: comprender que deben estudiar y
obedecer, para madurar moral e
intelectualmente; creer y tener absoluta confianzas en las
Fuerzas Armadas, triunfadoras invencibles de todos los enemigos
pasados y presentes de la Patria"… Luciano Benjamín
Menéndez, general juzgado por violaciones a los derechos
humanos

Conflictos internacionales

La cuestión del Canal del Beagle
durante el Proceso

En 1971 los presidentes Salvador Allende de
Chile y Alejandro Agustín Lanusse de Argentina
habían acordado someter el diferendo por las islas al sur
del Canal Beagle formalmente al Reino Unido, pero en su contenido
a un tribunal arbitral compuesto por jueces elegidos
consensuadamente por ambos gobiernos, todo esto en el marco del
derecho
internacional y los tratados
vigentes.

El 22 de mayo de 1977 se da a conocer en Londres el laudo
arbitral de 1977 que otorga a Chile las islas Picton, Nueva y
Lennox junto a las islas adyacentes.

Argentina obtiene la mitad norte del canal y las islas
correspondientes. La junta militar argentina declaró la
sentencia «insanablemente nula» e inició la
planificación de una guerra de agresión contra
Chile para revertir el laudo arbitral.

Los comandantes de las fuerzas armadas argentinas pusieron en
marcha la Operación Soberanía la noche del 21 al 22 de
diciembre de 1978, que fue abortada horas después cuando
la junta aceptó la mediación papal en el conflicto.
Ninguno de los dictadores dio solución al conflicto
desatado con el desconocimiento del laudo arbitral.

La Guerra de las Malvinas

Durante el Proceso de Reorganización Nacional, el 2 de
abril de 1982, el gobierno militar, a cargo del presidente
Leopoldo Fortunato Galtieri, ocupó militarmente las
Islas
Malvinas, cuya soberanía es ocasión de
diferendos con Gran Bretaña desde el siglo XIX; dando
así comienzo a la Guerra de las Malvinas.

La guerra finaliza el 14 de junio de 1982 con la
rendición de Argentina. Su saldo final fue la
reocupación de las Malvinas por el Reino Unido y la
muerte de 649
soldados argentinos, 255 británicos y 3 isleños. En
Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la
caída de la Junta militar que gobernaba el país y
la asunción del general Reynaldo Bignone quien
iniciará un proceso de restauración del sistema
democrático.

Actualmente Argentina reclama la soberanía sobre las
islas
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur (Constitución Nacional: Disposiciones
Transitorias, Primera: La Nación
Argentina ratifica su legítima e imprescriptible
soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y
Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares
correspondientes, por ser parte integrante del territorio
nacional).

Fin y consecuencias del Proceso

Jaqueado por las crecientes protestas sociales, la presión
internacional por las violaciones a los derechos humanos, y la
derrota en la guerra de las Malvinas, el autodenominado Proceso
decidió finalmente entregar el poder en 1983. Bignone, el
último líder de la Junta Militar, se vio obligado a
llamar a elecciones.

La campaña presidencial de 1983 opone el candidato
peronista Ítalo Luder, quien rechaza una revisión
de lo sucedido durante la dictadura
otorgando legalidad a la
ley de autoamnistía dictada por los militares, y al
radical, Raúl Alfonsín, favorable al enjuiciamiento
de los máximos responsables del terrorismo de estado
(establecía tres niveles de responsabilidad).

El 30 de octubre Alfonsín vence con el 52% de los votos
provocando la primera derrota electoral del peronismo en la
historia.

Apenas asumida la presidencia el 10 de diciembre de 1983,
Alfonsín (1983–1989), firmó los decretos
de creación de la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas para investigar las violaciones a
los derechos humanos ocurridas entre 1976 y 1983. Su investigación, plasmada en el libro Nunca
más fue entregada a Alfonsín el 20 de septiembre de
1984.

El gobierno radical ordenó el juzgamiento de los
principales responsables del terrorismo de estado en el llamado
Juicio a las Juntas, con la participación destacada del
fiscal, Julio
César Strassera. Su sentencia condenó a los
integrantes de las Juntas Militares a severas penas corporales
por delitos de
lesa humanidad, incluyendo la reclusión perpetua a los
principales responsables. Era la primera vez que se
enjuició a quienes detentaron la suma del poder
público sin más armas que las leyes. Se los
enjuició por los mismos tribunales que pueden enjuiciar a
cualquier ciudadano, aplicando el código
penal vigente en la
república desde 1922.

Éste fue un hecho único en el mundo que
sentó precedentes para que se incluyera en el
Código Penal la figura de la desaparición forzada
de personas, imitada por varios países y que logró
a la vez que la ONU la declarara
delito de lesa
humanidad.

Sin embargo, cediendo a las presiones de sectores militares (y
también de algunos sectores civiles) el gobierno de
Alfonsín promulgó las leyes de Obediencia Debida y
Punto Final, las cuales extinguieron las acciones penales contra
los mandos intermedios participantes de la llamada «guerra
sucia».

En 1990 el presidente Carlos Menem
concedería el indulto a los líderes militares, como
Jorge Videla y Eduardo Massera, condenados a cadena perpetua; no
obstante, quedarían en prisión domiciliaria por
otros crímenes no alcanzados por el indulto, como la
apropiación de hijos nacidos durante el cautiverio de sus
padres.

El 15 de abril de 1998, por la ley 24.952, se derogaron las
leyes de Punto Final (N.º 23.492) y Obediencia Debida
(N.º 23.521), que posteriormente, el 2 de septiembre de
2003, fueron declaradas «insanablemente nulas»
(Artículo 1.º) por la Ley 25.779. El 14 de junio de
2005, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación declaró la inconstitucionalidad de las leyes
mencionadas anteriormente, además de establecer la validez
de la ley de nulidad. En la actualidad se encuentran en proceso
de apelación para su revocación los indultos de
1990.

Las herencias de la
dictadura y la crisis de la democracia

Raúl Alfonsín se convirtió en el la
primer figura presidencial luego del declive de la Dictadura militar
en 1983. La temática de su gobierno estuvo regida por las
tendencias heredadas de la dictadura y la agenda de la
transición a la democracia, es decir, que hacer con la
herencia:

  • 1. Civilidad: era el punto de apoyo de
    Alfonsín y se identificaba con la idea de
    construcción de un estado de derecho, en el cual los
    poderes corporativos debían someterse.

  • 2. Modernización cultural y educativa: se
    desarrolló un programa de alfabetización
    masiva, se atacaron los mecanismos represivos y se abrieron
    los canales de discusión de mecanismo y formas, lo que
    debía de terminar en un desarrollo plural y amplio. El
    punto culmine de la modernización cultural fue la ley
    de Divorcio vinculante y la Ley de patria potestad
    compartida.

  • 3. Discurso ético: -basado en la democracia y
    la paz-, se encararon los diferentes conflictos
    políticos exteriores. Se creía que discurso era
    el único que podía adoptar un gobierno
    democrático, y eliminar así la situación
    de conflicto que podría mantener vivos a los
    militares.

  • 4. Fuerzas Armadas: el gobierno compartía los
    reclamos de la sociedad de justicia, pero también se
    preocupaba por dominar a las fuerzas armadas al poder civil,
    de una vez y para siempre, para ello propuso separar el
    juzgamiento a las personas del de la institución, es
    decir, poner límites a los juicios, deslindando
    responsables y distinguiendo entre jefes y subordinados. Se
    procedió a juzgar a la cúpula del proceso de
    las organizaciones de la guerrilla. Primero por la justicia
    militar y segundo por el fuego civil. Este proceso no
    terminó ahí, ya que la justicia continúo
    activa, por lo que el gobierno trató de terminar ese
    tema a través de dos leyes.

  • Punto final, la cual establecía que pasada
    determinada fecha no se podía enjuiciar a
    ningún militar por esta causa.

  • Obediencia debida, por la cual solo se juzgaba a los
    militares de alto rango.

  • 5. Los sindicatos se encontraron debilitados por la
    derrota del peronismo en las eyecciones y en una precaria
    situación institucional. La puesta del gobierno
    consistió en democratizarlos, para incorporar otras
    corrientes, pero la ley no fue aprobada. El gobierno
    arrió la bandera y puso en funcionarios más
    flexibles en la negociación con los trabajadores. El
    gobierno pudo retener la presión de la CGT, en tanto
    contó con el apoyo de la civilidad y escasa
    presión de los sectores corporativos, tratando de
    dialogar con estas pero sin poner en duda los principios del
    plan económico. Después de la victoria del
    peronismo en 1987, el gobierno prescindió de su
    ministro-sindicalista, pero mantuvo sus compromisos. Con la
    nueva legislación, el poder sindical se
    reconstituyó, y sin que la civilidad social los
    pudiera dominar.

  • 6. Política económica: EL Plan Austral.
    Este fue lanzado en 1985 con el objeto de superar la
    coyuntura, adversa en un corto plazo, para luego encarar las
    reformas profundas. Los resultados a corto plazo fueron muy
    buenos, ya que se estabilizó la situación sin
    causas grandes efectos, y por el apoyo recibido de todos los
    sectores. Se trataba del plan de todos, fruto de la
    realización democrática entre todos, con
    solidaridad y sin dolor que pudiera solucionar los problemas
    más complejos.

Esto generó un apoyo al gobierno. La novedad esta en
que de ahora en adelante la preocupación central
pasaría por lo económico.

Finalmente esto se visualizó en el costo
político que tuvo que pagar el gobierno por la
situación económica de los años
siguientes.

  • 7. Sistema democrático: El levantamiento de
    que tuvo lugar en "Semana Santa" generó una fuerte
    pérdida de fe en el poder ilimitado de la democracia,
    esto generó, que cada vez que hubiera un atentado se
    supusiera un posible problema en el sistema, todos los
    sectores de la sociedad civil se manifestaron y salieron en
    defensa de este. Esto demostró un afianzamiento del
    sistema democrático en la política
    argentina.

  • 8. Los Grandes financieros nacionales, siguieron
    siendo un factor importante de poder.

  • b) La configuración del Plan Austral

El Plan Austral fue iniciado en junio de 1985, siendo un tipo
de "política de shock" y logró contener la
inflación rápidamente sin frenar el crecimiento
económico. El programa terminó en los hechos
cuando hacia 1988 un rebrote inflacionario forzó a crear
un nuevo programa, conocido como "Plan Primavera", que no
lograría evitar la hiperinflación de 1989, que
terminaría en la renuncia de Alfonsín y en una
transición adelantada al presidente electo Carlos
Menem.

El Plan Austral es un caso atípico en los planes de
estabilización monetaria acordados entre el FMI y
países latinoamericanos. Mientras que el FMI recomendaba
planes gradualistas de ajuste ortodoxos (control del gasto
público, congelamiento de salarios, con sustento
teórico en la teoría
cuantitativa del dinero) la
parte monetaria del plan fue marcadamente heterodoxa, basada en
la teoría de las expectativas y buscando un "efecto
shock". La medida política central fue el cambio del
signo monetario, quitando tres ceros al Peso Argentino para crear
el Austral. Para evitar la fuerte transferencia de riquezas de
deudores a prestatarios que ocurre cuando la inflación
baja abruptamente (y otras distorsiones debidas a la existencia
de contratos
fuertemente indexados) se estableció el llamado "desagio",
por el cual, formalmente, el peso argentino se depreciaba frente
al austral a la tasa de inflación anterior a la entrada en
vigor del plan. Paradójicamente, se requirió una
fuerte expansión de la base monetaria M1, dado que
mientras hubo inflación elevada el público buscaba
deshacerse de sus pesos cuanto antes, o bien comprando
dólares o bien haciendo depósitos de plazo
fijo.

Por otra parte se buscó un fuerte control de precios.
Las tarifas de los servicios
públicos (por entonces en manos del Estado) se
congelaron, y se establecieron listas de precios máximos
para los bienes de la
canasta básica (que eran administrados por privados).
También se buscó limitar el aumento de los salarios
del sector privado, pese a lo cual el salario real tuvo un alza
importante, en parte por la propia reducción de la
inflación (no había más un "retraso" del
salario respecto de los precios) y en parte por el impacto del
desagio en las tarifas.

Los ingresos fiscales mejoraron considerablemente al
desaparecer el efecto Olivera-Tanzi (el rezago fiscal), con lo
que el esquema resultó sostenible en el mediano plazo.

El plan logró el objetivo de reducir la
inflación de un día para el otro (en los primeros
meses de aplicación la inflación rondó el 1%
mensual) con lo que el gobierno logró recuperar mucho de
su popularidad inicial. También logró el objetivo
de no frenar el crecimiento típico en los planes
gradualistas que recomendaba el FMI (estanflación),
llegándose a crecer al 5% anual al mejorar los precios de
las materias primas hacia 1986.

Hacia 1987 se inició una fase de descongelamiento
gradual de precios; en ese período la inflación
tuvo un ligero incremento, llegando hasta el 3% mensual. La
situación desmejoraría notablemente al aumentar
fuertemente el tipo de interés internacional y reducirse
nuevamente el precio de las
materias primas, que llevaría a una nueva crisis
macroeconómica vía restricción externa

  • c) La crisis final del estado centrismo

Esta tendencia se había iniciado en la década de
1970 y tuvo su momento culmine en el gobierno de Carlos
Saúl Menem a partir de 1989.

Fue parte de un plan convenido con el FMI, los grupos de
capital extranjero –especialmente norteamericanos- y el
establishment nacional, con el objeto de aplicar el recetario
neoliberal.

A esta medida Menem la denominó como "cirugía
mayor, sin anestesia", culminó con la tendencia ya
mencionada y fue una verdadera revolución respecto de los
que había sido el Estado Benefactor instalado en
década de 1940.

El estado abandonó su intervención en buena
parte, en rubros esenciales como la educación y la
salud.
Además se desprendió de numerosas empresas, que
fueron transferidas a grupos económicos con títulos
de deuda externa y a los grupos de establishment nacional. Se
produjo una verdadera reforma del Estado.

El Jefe de estado concentró gran poder en su
época, y lo usó sin restricciones. La
apelación a los decretos con el pretexto del recurso de
necesidad y urgencia "fue constante".

El sindicalismo, que tradicionalmente había expresado
los reclamos de los sectores trabajadores y populares peronistas,
experimentó una profunda crisis, en parte por los efectos
de los cambios en las estructuras
ocupacionales y por parte en la caída de números
afiliados, pero principalmente porque su principal líder
había desaparecido.

Fue sorprendente el vuelvo de un gobierno tradicionalmente
popular hacia los intereses de la industria, no estuvo volcada a
toda la estructura
industrial sino a un pequeño círculo que
había adquirido gran poder desde la última
dictadura.

Todo esto se hizo bajo el argumento de que todos lo problemas de
la sociedad tenían una raíz económica, todos
estos problemas se resolvían en la estabilidad y para
lograrla no había otro camino que la formula neoliberal
ensayada.

 

 

 

 

Autor:

Vanina Riva

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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