Es un sistema
constituido por planetas,
asteroides, satélites,
cometas y polvo interestelar que giran alrededor de una estrella,
el Sol. Sus
características son las siguientes:
Está integrado por ocho planetas, 32
satélites que giran en torno a los planetas (uno
corresponde a la Tierra, dos a Marte y a Neptuno, cinco a
Urano y 12 a Júpiter), 1600 asteroides, 55 cometas
periódicos y cerca de medio centenar de cometas no
periódicos.El Sol es una estrella en torno a la cual se mueve todo el
sistema solar.El Sol por sí sólo abarca el 98.8% de la
masa total del sistema.El Sol y los planetas giran alrededor de su eje.
Los movimientos de los planetas alrededor del sol se
realizan de acuerdo con las leyes de Kepler.
1. Primera ley de Kepler.
Las orbitas de los planetas tienen forma elíptica y el
Sol ocupa uno de sus focos.
2. Segunda ley de Kepler.
Los planetas se mueven más rápido cuando
están más cerca del Sol (perihelio) y más
lento cuando se encuentran lejos del Sol (afelio).
3. Tercera ley de Kepler.
El tiempo que
tardan los planetas en dar una vuelta completa alrededor del Sol
es proporcional a su distancia con respecto a éste.
Así se pueden entender que los planetas más
cercanos al Sol tiene un movimiento de
traslación más rápido que los planetas que
se encuentran más alejados (movimiento de
traslación más lento).
Teorías
sobre el origen del sistema
solar[1]
A pesar de sus diferencias, los miembros del Sistema Solar
forman probablemente una familia
común; parece ser que se originaron al mismo tiempo.
Entre los primeros intentos de explicar el origen de este
sistema está la hipótesis nebular del filósofo
alemán Emmanuel Kant y del
astrónomo y matemático francés Pierre
Simón de Laplace. De
acuerdo con dicha teoría
una nube de gas se
fragmentó en anillos que se condensaron formando los
planetas. Las dudas sobre la estabilidad de dichos anillos han
llevado a algunos científicos a considerar algunas
hipótesis de catástrofes como la de un encuentro
violento entre el Sol y otra estrella. Estos encuentros son muy
raros, y los gases
calientes, desorganizados por las mareas se dispersarían
en lugar de condensarse para formar los planetas.
Las teorías
actuales conectan la formación del Sistema Solar con la
formación del Sol, ocurrida hace 4.700 millones de
años. La fragmentación y el colapso gravitacional
de una nube interestelar de gas y polvo, provocada quizá
por las explosiones de una supernova cercana, puede haber
conducido a la formación de una nebulosa solar primordial.
El Sol se habría formado entonces en la región
central, más densa. La temperatura es
tan alta cerca del Sol que incluso los silicatos, relativamente
densos, tienen dificultad para formarse allí.
Este fenómeno puede explicar la presencia cercana al
Sol de un planeta como Mercurio, que
tiene una envoltura de silicatos pequeña y un
núcleo de hierro denso
mayor de lo usual. (Es más fácil para el polvo y
vapor de hierro aglutinarse cerca de la región central de
una nebulosa solar que para los silicatos más ligeros.
A grandes distancias del centro de la nebulosa solar, los
gases se condensan en sólidos como los que se encuentran
hoy en la parte externa de Júpiter. La evidencia de una
posible explosión de supernova de formación previa
aparece en forma de trazas de isótopos anómalos en
las pequeñas inclusiones de algunos meteoritos. Esta
asociación de la formación de planetas con la
formación de estrellas sugiere que miles de millones de
otras estrellas de nuestra galaxia también pueden tener
planetas. La abundancia de estrellas múltiples y binarias,
así como de grandes sistemas de
satélites alrededor de Júpiter y Saturno,
atestiguan la tendencia de las nubes de gas a desintegrarse
fragmentándose en sistemas de cuerpos
múltiples.
1.1. TEORIA NEBULAR
Planteada por Enmanuel Kant y Pierre Simón de Laplace,
con ellos surge el primer intento por dar una explicación
sobre el origen del SPS.
Plantean que el elemento inicial se da con la existencia de
una nube gaseosa cuyas dimensiones eran muy superiores al
estado actual
del Sol. Dicha masa gaseosa poseía un lento movimiento
giratorio que se va contrayendo. Pero al ir contrayéndose
se genera un aumento de velocidad en
la zona ecuatorial, esto a su vez permitirá que la parte
periférica de la nebulosa empiece a formar anillos, los
cuales se irán
desprendiendo. Dichos anillos desprendidos, posteriormente
seguirán girando hasta su contracción y es
así como se han formado los planetas. La parte central de
la nebulosa formará el Sol.
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