Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Los valores como una alternativa de cambio en la actitud docente (página 2)




Enviado por joel ching Meletz



Partes: 1, 2

3.2. Fundamento Teórico

No es nuevo el cuestionamiento de los valores en
materia
educativa. Sus raíces proceden de la Grecia
clásica y sus frutos empezaron su instauración de
la ciencia
moderna. Ahora   vivimos más historia, más
crisis con
valores menos
estables, por lo que se trata en la actualidad, ver en la educación un
camino hacia la virtud, o la virtud misma, como pensaba Sócrates,
y no de reconocer en ella un instrumento de poder, o el
poder mismo como proponía Bacón en sus aforismos ya
clásicos. Una axiología específica de la educación
superior podría delimitar o entrelazar las
órbitas de la virtud y el poder; mas, el poder del
conocimiento
no tiene la simplicidad cristalina de los aforismos, sino la
densa complejidad de su estructura y
de sus consecuencias históricas y sociales. Por ello, en
una reflexión crítica, el poder de la educación será
siempre objeto de valoración. Esta consideración
podrá ser útil en la armonización de los
ideales del humanismo
contemporáneo con los valores de la cultura
científica, cultura del poder, en cuyo ámbito se
desarrolla la educación superior

Actualmente la educación se ha convertido en
preocupación generalizada y dominante. El Estado y
las instituciones
enfrentan la necesidad de  producir, distribuir y utilizar
más educación, según los requerimientos del
desarrollo
social y según la adecuación del ser humano a
los nuevos valores de la revolución
tecnocientífica. Esta situación sin precedentes en
la historia conduce al convencimiento de que la educación
es una tarea que compromete a todos. Los planes nacionales y los
convenios de carácter regional y mundial son indicios
fehacientes de esta tendencia que, en el fondo, revela un
criterio de racionalidad histórica orientado a atenuar el
choque de la modernidad con el
atraso.

Una axiología específica, fundada en el
análisis crítico del papel que tiene
la educación superior en el seno de la cultura
científica, llevaría  a una
consideración objetiva de los nuevos valores de este tipo
de cultura  
y del poder de la ciencia en un
mundo dividido y ya fatigado por una  crisis sin
solución inmediata, siendo entonces las aulas
universitarias un medio, una alternativa para propiciar cambios
en la concepción de valores.

3.2.1. Condiciones Epistemológicas de los
Valores

El hecho de tratar de simplificar un fenómeno
complejo por esencia, como lo es el estudio de los valores, es
dañino por lo que se recomienda llevarlo a cabo de forma
rigurosa. No en pocas ocasiones se ha pretendido investigarlos, e
incluso aplicar criterios que, en aras de las urgencias de la
práctica educativa, han provocado su vulgarización,
y por ende, errores en su pretendida formación con los
consiguientes resultados totalmente opuestos a los
esperados.

La vía más rigurosa y científica de
profundizar en el mundo de la educación de los valores
dentro del proceso
docente-educativo, es partir de posiciones epistemológicas
que reafirman su carácter multifacético, complejo y
contradictorio. Multifacético porque posee muchas aristas,
las cuales deben ser tenidas en cuenta en su interpretación, investigación y en la práctica
profesional pedagógica. Complejo porque no lo podemos
reducir a los elementos que lo integran o intervienen en su
formación, so pena de perder su propia esencia. Y
contradictorio porque con mucha frecuencia se obtienen resultados
empíricos y teóricos que se niegan entre sí,
lo que dificulta la obtención de regularidades
fácilmente aplicables a la
práctica.[4]

Lo anterior exige, ante todo, dejar bien delimitadas las
posiciones teóricas de las cuales se parten para una
conceptualización de este problema que evite los riesgos de la
simplificación, del empirismo y de
la vulgarización en la formación de los
valores.

El estudio científico de los valores debe
preceder a su investigación y a su educación en los
estudiantes. Se pueden considerar los siguientes
elementos:[5]

  • El enfoque ontogenético porque los maestros
    universitarios educan jóvenes que han seleccionado una
    carrera y su futura labor profesional constituye el centro
    alrededor de la cual se deben diseñar las influencias
    instructiva y educativa. La etapa juvenil plantea
    determinadas características generales que se deben
    conocer por los profesores y constatar si cada alumno nuestro
    es portador de ellas o no.

  • Valores posee ese joven universitario. Hay que
    asumir que ese joven (casi adolescente todavía), que
    ingresa en los recintos universitarios trae de los niveles
    educativos precedentes un nivel de desarrollo de su
    personalidad, y por tanto, determinados valores, los cuales
    hay que conocer antes de plantearse educarlos.

  • El nivel de motivación profesional. Como
    parte del diagnóstico inicial a cada estudiante debe
    conocerse el motivo o los motivos que lo impulsaron a
    seleccionar esa carrera y no otra.

  • Cuáles valores educar. Ante todo hay que
    delimitar los valores trascendentes, los esenciales, de
    acuerdo con el modelo del profesional con que se trabaje,
    para evitar de esa forma concentrar las influencias y no
    perder esfuerzos ni tiempo al intentar educar demasiados
    valores al unísono. Además, hay

  • que compatibilizar el enfoque analítico de
    los valores, considerarlos cada uno por separado, con el
    enfoque sintético; buscar la condicionalidad interna
    entre ellos, porque algunos se presuponen, al estimular la
    aparición de otros.

  • Cómo concebir a la personalidad. Es necesario
    adoptar una concepción científica de la
    personalidad porque las influencias educativas están
    dirigidas a desarrollar un profesional con determinadas
    características personales, dentro de los cuales se
    insertan los valores, concretados como cualidades de la
    personalidad que autorregulan conscientemente su conducta de
    manera permanente. Al valor hay que vivenciarlo, o sea,
    conocerlo y sentirlo como importante por parte del que lo
    posee, de lo contrario no se forma ni llega a regular la
    conducta.

  • Principios psicopedagógicos. La ausencia de
    principios que guíen la práctica educativa
    provoca un desmedido empirismo que lastra cualquier esfuerzo
    por obtener resultados en la educación de valores. Los
    siguientes principios son fundamentales: de la Personalidad,
    de la Unidad de la Actividad y la Comunicación, de la
    Unidad de lo Cognitivo y lo Afectivo, la Unidad de las
    Influencias Educativas, la Unidad de lo Colectivo y lo
    Individual y de la Unidad de lo Instructivo y lo Educativo.
    Los cuales permiten diseñar el proceso
    docente-educativo de una manera más coherente y
    efectiva.[6]

3.2.2. Exigencias Prácticas para
la Formación de Valores en los Estudiantes
Universitarios

No se puede educar una personalidad
que se desconoce, por lo que resulta imprescindible realizar un
diagnóstico inicial y recurrente para ir
constatando los resultados. Pero el carácter complejo de
los valores impide que ese diagnóstico sea inmediato y
directo, hay que involucrar a los alumnos en este proceso porque
la formación de valores exige de la autoconciencia de los
estudiantes, el criterio de ellos es fundamental mediante una
comunicación franca y cotidiana con los
profesores y hay que observar de manera sistemática a los
educandos en los diferentes contextos de su actuación. Es
decir, la observación y la entrevista
devienen herramientas
científicas del profesor en su
labor diagnóstica, la mejor de otras técnicas
que se puedan aplicar.

Todo el diseño
del proceso de enseñanzaaprendizaje,
así como de los proyectos
educativos debe poseer la coherencia necesaria para que
contribuyan a la educación de los valores en las
dimensiones curricular, extensionista y socio-política. Hay que
partir desde la clase con un
enfoque novedoso, creativo, con una sólida
preparación psicopedagógica por parte del claustro
de profesores para que los resultados se correspondan con los
esfuerzos realizados. La clase será el núcleo
fundamental para la formación de valores, a partir de la
cual se produzca la irradiación hacia las otras dimensiones y
actividades docentes y
educativas.

El proceso de E-A debe sufrir todas aquellas
modificaciones que sean necesarias para salir de la rutina y el
esquematismo, de acuerdo con las aspiraciones del proyecto
educativo.

Es imprescindible comparar el diagnóstico de
entrada con el de salida y constatar si se han producido cambios,
con la limitante que los avances en la educación de
la
personalidad no son inmediatos, requieren de tiempo para
que se afiancen en los alumnos.

3.2.3. Experiencia Universitaria en el Tema de
Valores

Es necesario conocer qué se está haciendo
en otros centros de educación superior para beber de las
mejores experiencias y resultados de investigaciones
realizadas. El intercambio de experiencias y de resultados
investigativos es muy importante, sería poco
científico y hasta peligroso intentar trabajar de manera
aislada. La búsqueda de bibliografía actualizada
sobre el tema debe ser una labor constante del claustro de
profesores, así como propiciar encuentros e intercambios
con especialistas y colegas. Existen experiencias interesantes en
otras universidades que deben ser tenidas en cuenta y aplicables
con las adecuaciones correspondientes. Algunas de los resultados
más interesantes son:[7]

  • La necesidad de enfocar el proceso docente-educativo
    con una su visión ética, comunicativa,
    holística e interdisciplinaria.

  • Problematizar los contenidos de la enseñanza
    con situaciones conflictivas que revelen las contradicciones
    reales de la sociedad actual y el papel de los valores en su
    dilucidación.

  • El alumno como sujeto del aprendizaje que logre
    vivenciar los contenidos de la enseñanza (unidad de lo
    intelectual y lo emocional), a través de un
    diálogo cotidiano entre el profesor y el alumno y de
    ellos entre sí, así como que se estimule su
    auto perfeccionamiento y su educación.

  • Necesidad de una capacitación
    específica a los profesores universitarios para la
    formación de valores en los jóvenes, a partir
    de la introducción en su práctica de
    estrategias tales como la orientación profesional, el
    aprendizaje grupal y el empleo de métodos
    participativos, así como el desarrollo de la
    competencia comunicativa de los docentes, y la
    redimensión de su rol.

  • Los valores no se pueden imponer, inculcar ni
    adoctrinar, los alumnos deben asumirlos y hacerlos suyos por
    su propia construcción y
    determinación.

  • En el profesor universitario debe provocarse la
    autorreflexión y autoevaluación sobre la
    competencia de su labor en la formación de
    valores.

  • La ejemplaridad del claustro de profesores y del
    funcionamiento de la universidad

  • Se destacan los valores responsabilidad, fidelidad,
    solidaridad, autenticidad, patriotismo, laboriosidad y
    algunas vías para educarlos.

  • Enfatizar en la clase como vía fundamental
    para la educación de los valores, junto con las
    demás actividades

  • .Vincular de manera coherente los paradigmas
    cualitativos y cuantitativos de
    investigación.

  • Se involucran fenómenos psicológicos
    complejos, tales como los intereses, necesidades, motivos,
    intenciones, aspiraciones, ideales, convicciones,
    etc.

  • La obligatoriedad de hacer siempre un
    diagnóstico de cada alumno al entrar a la universidad
    y la constatación de su evolución en cada
    año.

Conclusiones

  • La educación de los valores en la
    educación superior constituye un tema de gran
    actualidad y trascendencia en la formación de los
    profesionales que necesita la sociedad.

  • Su carácter complejo, multifacético y
    contradictorio exige del claustro de profesores una especial
    preparación teórica y metodológica en el
    campo psicopedagógico para su investigación y
    en la labor docente-educativa.

  • Como objeto de investigación está
    siendo estudiado en las universidades de muchos
    países, con la obtención de resultados muy
    interesantes y promisorios, los cuales deben ser estudiados e
    introducidos en la práctica educativa con las
    adecuaciones correspondientes.

Recomendaciones

  • Las autorices administrativas de las universidades
    deben elaborar el perfil del maestro universitario, porque
    dichos docentes vienen a ser modelos a imitar por los
    estudiantes.

  • Se recomienda que la selección de docentes
    universitarios se lleve acabo, mediante un perfil que refleje
    las necesidades morales y científicas de
    formación estudiantil a este nivel.

  • Es necesaria la formación y
    actualización docente en lo que se refiere a valores,
    puesto que existen nuevas modalidades en la
    metodología de enseñadaza de los
    valores

  • Siendo los valores un tema de actualidad debe
    dársele la atención que merece, procurando su
    estudio, sistemático y científico por medio de
    programas especiales.

Bibliografía

Achaerandio Suazo, L. (2000) Introducción a la
Investigación.

Aldana Mendoza, (2000) Educar para la Ciudadanía Plena. Asociación
Cristiana de Jóvenes. Guatemala.

Álvarez, N.; Cardoso, R.; Moreno, M.
(2000) La educación en valores del estudiante
universitario a través del proceso docente- educativo.
Universidad 2000,
La Habana

Cardoso, R. (1999) Monografía
La formación integral del estudiante universitario.
Revista
pedagogía universitaria, No. 1, Vol. 4.
Publicación electrónica
de la
dirección de formación de profesionales.
Ministerio de Educación Superior, México

Microsoft® Encarta® (2008) ©
1993-2007 Microsoft
Corporation.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Lic. Ma. Joel Ching
Meletz

[1] · Álvarez, N.; Cardoso, R.;
Moreno, M. (2000) La educación en valores del estudiante
universitario a través del proceso docente- educativo.
Universidad 2000, La Habana pág. 4 y 5

[2] Microsoft® Encarta® 2008. ©
1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos

[3] Achaerandio Suazo, L. (2000)
Introducción a la Investigación. Pág. 211
4

[4] Álvarez, N.; Cardoso, R.; Moreno,
M. (2000) La educación en valores del estudiante
universitario a través del proceso docente- educativo.
Universidad 2000, La Habana pág. 67

[5] · Cardoso, R. (1999) Monografía La formación integral
del estudiante universitario. Revista pedagogía
universitaria, No. 1, Vol. 4. Publicación electrónica de la dirección de formación de
profesionales. Ministerio de Educación Superior,
México 7

[6] Cardoso, R. (1999) Monografía La formación integral
del estudiante universitario. Revista pedagogía
universitaria, No. 1, Vol. 4. Publicación
electrónica de la dirección de formación
de profesionales. Ministerio de Educación Superior,
México. Pág. 81. 8

[7] Cardoso, R. (1999) Monografía La
formación integral del estudiante universitario. Revista
pedagogía universitaria, No. 1, Vol. 4.
Publicación electrónica de la dirección de
formación de profesionales. Ministerio de
Educación Superior, México, Pág. 83 10

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter