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Apuntes para el estudio de la historia del Municipio Turén – Estado Portuguesa (página 4)




Enviado por leonel canelon



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PATRÓN Y GUERRERO DE LA LUZ EN
TURÉN

Lic. Leonel Canelón
Meléndez

Cronista del municipio
Turén

 Cuentan nuestros abuelos que Eugenio Báez
era un próspero agricultor encomendero, quien vivió
durante finales del siglo XIX, poseedor de grandes extensiones de
tierras las cuales comprendían desde la actual Parroquia
Canelones hasta la Parroquia Santa Cruz, Municipio Turén,
incluyendo el río Acarigua, del que es dueño y
señor.

Se dice que era un hombre de estatura mediana, de
poblada barba, contextura delgada, ojos claros, vestido siempre
de liqui-liqui blanco con sombrero pelo e" guama y con su eterno
acompañante: un caballo blanco.

Asimismo, tenía una condición humana
excepcional por cuanto era benefactor de los campesinos a quienes
ayudaba en todo momento, en caso de aprietos económicos o
de índole espiritual, ya que era conocedor de los asuntos
espirituales. De igual manera, prohibía la caza de
animales en sus dominios, porque era amante de la naturaleza
exuberante de la "Gran Selva de Turén".

Durante las fiestas de Semana Santa, San Juan y la
Virgen del Rosario, Eugenio Báez organizaba grandes
terneras para el pueblo de Turén, dentro de las cuales
realizaba competencias de lanzar botellas con aguardiente y
bolsas de dinero en el Caño Amarillo, en el paso
denominado "Los Chorros" (en el sitio donde hoy se halla la casa
Comercial "Landini"), para que los participantes lograran
encontrarlas, cosa que casi nunca ocurría. Posteriormente,
él se lanzaba hacia el caño y salía
triunfante con las botellas y el dinero, expresando: "Ustedes no
jayan ná".

Cuentan que murió un jueves santo y cuando fueron
a enterrarlo al día siguiente, el cuerpo había
desaparecido y en su lugar estaban siete auyamas. Otras personas
señalan que un día se internó en la selva y
fue envuelto en una fuerza desconocida que lo llevó a otra
dimensión. A partir de su muerte, nace el culto a su
espíritu cuando prestó atención de las
súplicas hechas por los fieles y el pago de promesas por
éstos al cumplírsele el favor. Debido a la
imposibilidad de conseguir sus restos mortales los devotos le
construyeron una capilla en el cementerio de Villa Bruzual (Av.
6), en donde le veneran y le pagan las promesas.

Los devotos piden a esta ánima que les proteja de
enfermedades, les ayude para obtener buenas cosechas y
protección a sus familias. De acuerdo a lo señalado
por diversos "espiritistas", Eugenio Báez quiso ser eterno
porque nunca quiso morir y abandonar la naturaleza que tanto
amaba. Es un espíritu ejemplar, que da buena
orientación, ejemplo, ánimo, liberación
psicológica a las personas para que evolucionen
positivamente y no se dejen atrapar por el pesimismo.

De igual manera, el poder de Eugenio Báez
está en todo aquel que tiene su fe, su confianza y su
creencia. El es uno y múltiple (omnipresente), porque va a
uno o varios cuerpos, es decir, puede estar en varias partes al
mismo tiempo, dando su fuerza espiritual a personas que tenga
corazón generoso y honesto, que invoquen las fuerzas
espirituales para emplearlas en el bien de la humanidad. Quien
utilice la energía espiritual de Eugenio Báez para
acciones que perjudiquen a los demás, está
rompiendo con una fuerza mayor y está sujeto a soportar un
castigo severo.

Otro aspecto señalado por los "espiritistas", es
que el ánima de Eugenio Báez se enfurece cuando no
le cumplen sus promesas. Una de las formas como ha manifestado su
descontento fue a mediados de la década de 1970, cuando un
grupo de agricultores le ofreció una corona de oro a
cambio de una buena cosecha de ajonjolí.

Debido al incumplimiento por parte de estos
agricultores, Eugenio Báez desató toda su furia e
hizo crecer el río Acarigua, lo cual provocó una
gran inundación que arrastró aproximadamente 20
casas en el paso "Las Tejas", del río Acarigua. Ante esta
situación fue necesario hacer una procesión hasta
su tumba para pedirle perdón, así como ofrenda de
aguardiente, dinero, velas y el rezo de oraciones, lo cual no
bastó para calmar su disgusto. En tal sentido, fijó
como cuota del pago incumplido el sacrificio de personas: el
año de la inundación se ahogaron dos (2) personas y
en los años sucesivos siempre se lleva a una persona, ya
sea a comienzos o finales de cada año.

También señalan los "espiritistas", no
existe ninguna representación de Eugenio Báez,
porque él no lo ha permitido, ya que de ser así
dichas imágenes serán llevadas a diferentes sitios,
tales como: altares, ríos donde se pueden proferir
palabras de irrespeto hacia su condición de guía
espiritual. Por tal razón, el se oculta misteriosamente y
el que crea en él, cree en su nombre, su confianza, su
poder y su energía espiritual.

Eugenio Báez como patrón y guerrero de la
luz, desea que las personas vivan en armonía con la
naturaleza y sus semejantes, y quienes se benefician de él
permitan que esa energía espiritual evolucione por
completo en la liberación de su pueblo para que no haya
desastres naturales ni hambre en los terrenos de su propiedad:
TURÉN.

EL MUERTO DE EL
BAJÍO

Lic. Leonel
Canelón

(Versión del Cronista del
Municipio Turén)

Yo vivía en Banco Libre, a la entrada del
caserío, en una linda casa como ninguna otra del pueblo. A
diferencia de las otras viviendas,la mía era la
única con techo de zinc y a la distancia brillaba como una
joya al lado de las casa de techo de palma.

No es por jactarme, pero mi conuco era uno de los
más fructíferos del cual se sacaba frijoles,
cambures, plátanos, auyama, ñame, ocumo y otros
productos que cada cierto tiempo vendía en Sabaneta de
Turén.

Yo era feliz; bregar cada día la tierra, me
hacía sentir dichoso, al igual que el calor de mi mujer y
las noches de cacería con mis amigos en la selva
infinita.

En las noches, nos reuníamos a la puerta de la
casa a conversar de muertos, de aparecidos y de plata enterrada.
Desde hacía muchos años no hablábamos de
otra cosa, a no ser de alguna pelea sabatina o de nocturnos
corazones traicioneros.

Nuestro mundo era tranquilo, siendo uno de los
acontecimientos más grandes, cuando íbamos en
familia hasta Sabaneta de Turén para las fiestas
patronales a la Virgen del Rosario. Las mujeres y los
niños lucían sus mejores trajes y los hombres
bebíamos más licor que de costumbre.

Teníamos por norma regresar temprano a nuestras
casas, porque una de las cosas que pocos se atrevían a
realizar era la de caminar de noche por la vía hacia
Sabaneta de Turén. En el sitio de El Bajío, un
espanto se había adueñado de las tinieblas y ese
muerto era tan diestro en al arte del garrote, que ni el jugador
más bravo de la tierra de mis ancestros salió
victorioso ante él.

Una noche, mi compadre Monche Meléndez bien
pasado de tragos, hizo caso omiso a los consejos de todos
nosotros y haciendo alarde de coraje alcohólico se fue a
desafiar el espanto y llegó a su casa más muerto
que vivo, sangrante y aporreado por los palos del espanto. Nos
contó mi compadre que era tal la habilidad del muerto, que
ni en El Tocuyo ni en todo el estado Lara había un hombre
capaz de darle frente.

Las mujeres del caserío sentían
simpatía por el espanto, ya que éste obligaba a los
hombres a recogerse temprano para no correr el riesgo de llevarse
una paliza en la oscuridad de El Bajío.

Un día, todos los caseríos a la redonda
amanecieron conmocionados: Mi amigo Eugenio Aponte
apareció muerto a la orilla de El Bajío.

Aponte no era ningún manso con el garrote en la
mano y el exceso de confianza en su pericia fue su
perdición, pues en los primeros momentos del combate
llegó a pensar que podía vencer al
espanto.

El espanto le lanzó los primeros palos que Aponte
lograba esquivar con agilidad, logrando propinarle varios
garrotazos al muerto, que le hicieron quejarse. Así
estuvieron varias horas, lanzándose golpes y buscando el
golpe final, pero Aponte en vez de huir, decidió luchar
hasta lo último, sin imaginarse que los seres del
más allá no se cansan y ya agotado por tanto tiempo
de lucha recibió el garrotazo en la cabeza que puso fin su
vida. Por muchos días, yo no quería saber de tragos
y escapadas a Sabaneta de Turén a correr aventuras en La
Cueva del Sapo, uno de los "mabiles" más famosos de la
región.

Tiempo después de estos hechos, fui a vender mis
productos del conuco, sorprendiéndome la noche de farra
con mis amigos, cuando les dije que me iba para Banco Libre, me
llamaron loco, no se vaya, quédese esta noche en mi casa,
no vaya a ser que lo sorprenda el Muerto de El
Bajío.

Haciendo caso omiso al consejo de todos, me
marché, y un extraño sentimiento se apoderó
de mí al llegar a El Bajío, era una noche
silenciosa y de total oscuridad.

Lo ví, con el garrote en la mano,
estático, como esperándome, mientras yo temblaba,
su voz invitándome al desafío llegó hasta
mí sin hablar, sus pies no tocaban el suelo.

Muy nervioso le dije que si tenía una pena yo le
mandaría hacer varias misas para que se fuera al mundo de
los justos.

Me dejó pasar y al día siguiente, los
habitantes me miraban con asombro al saber que yo había
pasado ileso por los predios del muerto.

Un día decidí marcharme de Banco Libre,
vendí mi lugar: la hermosa casa del techo resplandeciente
para trasladarme con mi familia a la gran ciudad. Muchos
años después, volví. Mi corazón
vió con tristeza que Banco Libre ya no existía, mi
selva infinita había desaparecido y el muerto de El
Bajío ya no era sino un nostálgico rincón de
mis recuerdos.

LA SERPIENTE DE TURÉN

Por Humberto Gallegos
Castillo.

Cronista del Municipio
Esteller

Estado Portuguesa

  La serpiente está vinculada a
grandes sucesos en la historia de la humanidad. Se cuenta de la
que en Paraíso Terrenal representando a la
tentación convenció a Eva para que indujera a
Adán al pecado, de la que mancó a San Pablo;
también de la utilizada por Cleopatra para quitarse la
vida o de la que causó la muerte del Indio Coromoto
días después de la aparición de la
Santísima Virgen, Patrona de Venezuela.

Dentro del reino animal, es quizás la serpiente
uno de los mas temidos aunque existan otros igualmente
peligrosos. Son pocas las personas que se asustan ante la
presencia de una serpiente, éstas a diferencia de animales
feroces pueden ocultarse en cualquier sitio de nuestras viviendas
y atacar cuando menos se espera. En muy contadas ocasiones una
persona es atacada por un animal feroz, por el contrario muchas
fallecen a consecuencia de mordedura de serpiente.

Desde tiempos remotos la serpiente pasó a ser
parte del rico folclore venezolano, por ello sabemos:
"Cuántas coyunturas tiene / la culebra Macaurel / la
chiquita tiene treinta / y la grande tiene treinta y
seis".

Numerosas son las creencias que con la relación a
las culebras tiene nuestro pueblo, lo que de alguna manera ha
contribuido a la formación y enriquecimiento de hermosas
leyendas temerosamente conservadas en la memoria colectiva,
generación tras generación.

Según la desaparecida cronista de Villa Bruzual,
María Díaz Freitez, Turén, en voz cumanagoto
significa "Laguna Azul". Por su parte Adolfo Salazar Quijada en
su articulo denominado "Turén", aparecido en la
página 4 del diario "El Mundo" del miércoles 21 de
agosto de 1991 opina que "Turén es voz de origen
indígena (caribe) con que se denomina a una serpiente no
venenosa, llamada también cazadora negra o terciopelo
(Pseudoboa Cloelia) que se alimenta de otras serpientes
venenosas, de ranas y ratones". Es posible que ambas versiones
tengan alguna vinculación con la serpiente de
Turén.

Desde hace más de dos siglos se cuenta que en la
Gran Selva de Turén existía una inmensa serpiente,
cuyo tamaño y características muchas veces
dependía del criterio del informante: cuerpo cubierto de
plumas, enorme cabeza con dos cachos y una larga cola.
Podía vivir en el agua, igualmente oculta bajo tierra.
Dicen que cuando se muda de sitio se producen inundaciones y que
fue una de sus mudanzas lo que ocasionó el desvió
de cauce del Río Acarigua en el siglo 19. La creencia
popular asegura que la serpiente se aquietó porque
exactamente sobre el sitio donde oculta la cabeza se
construyó la iglesia de Villa Bruzual y el cura la
amarró por los cachos con el Cordón de San
Francisco (protector de los animales), evitando así que
alzara el vuelo. Se ha dicho también que en ciertas
ocasiones al contemplar desde lejos se veía al cura parado
en la puerta de la iglesia y ésta asentada sobre la cabeza
de la serpiente.

De ancestral arraigo popular, la serpiente fue
adquiriendo importancia en la misma medida que el conocimiento de
su existencia iba trascendiendo fronteras. De ella se hablaba
también en jurisdicción del Distrito Esteller donde
igualmente se le temía. En 1928 llegó a
Píritu la noticia de que la serpiente había hecho
su aparición por las inmediaciones de la Misión, lo
que causó la natural alarma y movilización al
mencionado lugar. La gente le siguió temiendo porque cada
día estaba más cerca y no se sabía por
dónde ni cuándo podría aparecer.

Fueron muchas las personas que durante las primeras
décadas de este siglo y en ocasión de la
celebración de las fiestas patronales en honor a Nuestra
Señora del Rosario por primera vez visitaron a Villa
Bruzual, se iban acercando sigilosamente a la iglesia porque le
tenían miedo a la serpiente que estaba
aquí.

Cuando a comienzo de la década de 1950 se
dió inicio a la deforestación de la Gran selva de
Turén para dar paso a la Unidad Agrícola, se
esperaba de un momento a otro la aparición de la
serpiente, esta vez como protesta ante la invasión de sus
predios. La serpiente no apareció; entonces se dijo que se
había escondido asustada por el ruido de los motores de
las máquinas invasoras.

Tiempo después se dijo que la serpiente (que
nunca cruzó el caño El Guamal), tenía la
cola por los lados de La Colonia o El Playón, quizá
por ello cuando se estaba construyendo el Canal Piloto, otra vez
corrió la noticia de la aparición de la serpiente.
Entonces ocurrió una nueva movilización de curiosos
hacia el lugar.

A casi a cuatro décadas de este suceso es poco lo
que se ha dicho de la serpiente. Falta mucho qué
investigar y mucho qué decir. Sin embargo, no hay duda de
su existencia. La serpiente de Turén vive. Si, vive en la
memoria colectiva del pueblo y forma parte del patrimonio
cultural turenense y de Portuguesa.

PRODUCTORES AGRÍCOLAS INDEPENDIENTES:

CAMBIO DE PARADIGMA EN TURÉN

Por Osman Quero

En junio de 1995, veintidós agricultores fundan
en el municipio Turén, Edo Portuguesa, la
Asociación de Productores Agrícola Independientes
(P. A. I. ) Durante ese se sembraron inicialmente 2.975 has de
Maíz. Actualmente se cuentan con 133 asociados que en
conjunto sembraron en el ciclo de invierno 2002, 11895 has de
maíz y 1.755 has de arroz en los ciclos de Verano
2001-2002 y Invierno 2002; todos ubicados en la misma
zona.

Casi todos los asociados son agricultores de segunda
generación, jóvenes profesionales en su
mayoría, hijos de los inmigrantes y venezolanos fundadores
de la Unidad Agrícola de Turén, Primer Granero de
Venezuela. El asociado de P.A.I. se define como un agricultor de
avanzada, poseedor de una unidad de producción en promedio
de 170 has., con la maquinaria y equipos necesarios para aplicar
la mas modernas técnicas de explotación
agrícola. Los principales rubros agrícolas son el
maíz, ajonjolí, sorgo, arroz y frijoles.
Próximamente se incorporará a la producción
la explotación ganadera.

Cabe destacar que P.A.I. recibió de parte de
SERVIFERTIL un reconocimiento por "Promoción de Cultivos y
Tecnologías Alternativas- Región Llanos
Occidentales, 2001", a raíz de su trabajo pionero en el
cultivo de la soya.

Posteriormente, en el año 1996, se crea una
empresa de servicios agrícolas con el fin de agregar valor
a la materia prima producida. En así como nace PAICA,
Productores Agrícolas Independientes, C.A. Con una
capacidad de almacenamiento inicial de 480 Tm., realizando
así una expansión a 4000 Tm., para luego
desarrollar una moderna planta con capacidad de 32000 TM.
adicionales, la cual está en funcionamiento desde
Septiembre de 2002.

Junta Directiva de PAI:

Ingº Ramon Elías Bolotín –
Presidente

Werner Hobener – Vicepresidente

Ab. Martín Pensa Nanni – Director
Finanzas

Ingº Roberto Latini – Director

Gerardo Martin – Director

Elio Magnante – Director

Junta Directiva de PAICA:

Ab. Martín Pensa Nanni –
PRESIDENTE

Werner Hobener – Vicepresidente

Gerardo Martin – Director

Peter Kornett – Director

Elio Magnante – Director

Osman Quero Pérez – Gerente
General

CRÓNICAS PARA OLVIDAR UNA
GUERRA

POR MARCOS BARRIOS
NIEVES

TURÉN

 

Tuvo que ser Dios, quien formó entre sus manos,
un hermoso hilo de verdes infinitos para tejer el inmenso manto
de la Gran Selva de Turén.

  Fue Dios, quien pobló el calor de su
verdor impenetrable, con el dorado relámpago de los
tigres, la hermosa mansedumbre de los venados, la
policromía volátil de turpiales y arrendajos, con
atardeceres rojizos de la astucia de los zorros.

Luego apareció la obra cumbre de Dios: El ser
humano para que viniera a llenarlo todo con la vida de sus manos.
En ese mundo primigenio, las cosas aún no tenían
nombre y de sus labios vírgenes comenzaron a fluir las
primeras palabras.

  Turén, dijo, para ir bautizando las cosas
del mundo y ponerlas en su sitio.

  El significado se nos pierde en las penumbras del
tiempo, pero el mundo Caribe no era ajeno a la poesía y se
cree que representa el azul, como el color del techo infinito que
nos cobija. También fueron prosaicos los Caribes y se dice
que Turén significa barro, que se forma cuando fluye
interminable el agua en el invierno. Al transcurrir de muchas
lunas, el nombre y los hombres de España, comienzan a
abrir los caminos que apenas esbozaron los nativos y nuevas voces
vienen a bautizar el mundo de nuevo, aunque el nombre de
Turén se mantendrá por los siglos.

  No permaneció indiferente nuestra
región al clamor independentista, y nuestros llaneros
indómitos, dejaron huella de su paso hacia la llanura
inmensa donde el catire Páez escribió gestas
maravillosas en nuestra lucha por la libertad.

  Es también Turén, el de los
pioneros de la gran aventura colonizadora: Don Pancho Orsini, Don
Hilarión Graterol, entre otros, quienes abrieron las
puertas a todos aquellos que venían huyendo de una Europa
herida por la más cruel de las guerras y llegaban pobres,
pero ansiosos de conseguir el camino de la esperanza, la cual
consiguieron y muchos de ellos han dejado en esta tierra sus
huesos para que reposen para siempre, en el mundo donde
consiguieron la paz.

 Es Turén, el suelo fértil, donde
crece la semilla que se desgrana generosa, para alimento de su
pueblo, y también el semillero a donde cualquiera puede
venir a sembrar los sueños de construir una patria cada
vez más grande para todos los venezolanos.

  Es Turén, el pueblo abierto a todos los
seres de provecho, y el jardín donde han florecido todos
los corazones que han venido a sembrarse en este vivero del
mundo.

 INTRODUCCIÓN

La historia es inevitable; es lo que ha significado el
ser humano en el transcurrir del tiempo. Desde los albores de la
vida, los seres vivientes han debido posesionarse de un
territorio para sustentarse y defenderlo muchas veces con la
vida.

El ser humano tampoco escapó a esta Ley,
usufructuando un territorio silvestre en un principio, pero luego
comenzó a cultivar la tierra, a criar animales, es decir,
a producir riqueza material con sus manos .Asimismo, Le
dió un doble propósito a las armas: para la caza y
para defenderse de los posibles invasores que iban a la caza de
esa misma riqueza.

 Salvo excepciones, esta ha sido la génesis
de todas guerras, comportamiento a veces inexplicable en un ser
dotado de tanta inteligencia y sabiduría. Estas
crónicas no pretenden ser un análisis, ni un
trabajo de investigación de la Segunda Guerra Mundial,
menos fijar una posición con respecto a la misma; se trata
sencillamente de un recuento de este gran conflicto bélico
narrado por quienes lo vivieron, por los últimos
sobrevivientes que aún habitan en nuestra región y
que llegaron muchos traumatizados por el horror vivido, pero con
el firme deseo de darle otro sentido a la vida, pudiendo decirse
que casi todos lo lograron, pues el crecimiento económico
de la región se le debe en gran parte a ellos.

De antemano decimos, que no compartimos los conceptos
emitidos por las personas que van a narrar los hechos,
serán ustedes los lectores a quienes establecerán
un juicio valorativo con respecto a los mismos.

El tiempo cura las heridas, pero no borra los recuerdos,
gracias a Dios, por que el ser humano es consecuencia de las
experiencias vividas y sería funesto para la humanidad que
se volviera a repetir una catástrofe semejante. A
continuación presento una serie de crónicas que
servirán a unos recordar y para los más
jóvenes un consejo de lo hermoso que es vivir en paz con
nuestros semejantes.

ITALIA

 Italia ha tenido un gran significado en la
evolución de la cultura occidental; es junto a Grecia uno
de los grandes pilares de dicha civilización y gran parte
de lo que nos dejó El Renacimiento provino de allá
y a pesar de todo el refinamiento de su cultura exquisita, no
escapó a la barbarie que envolvió al ser humano en
esta guerra que hoy comenzamos a recontar.

Hombre sencillo, de trabajo como él mismo se
define, con todo el calor de su Sicilia natal, Giovanni Licardi,
es el primero de una serie de sobrevivientes que van a relatarnos
los momentos más significativos de lo que todos conocemos
como la Segunda Guerra Mundial. Sólo esperamos que sean
receptivos a ésta nuestra primera experiencia en estas
lides y que a pesar de sus limitaciones sea de su
agrado.

 

HABLA GIOVANNI LICARDI

 Yo nací en Troina, Sicilia, en el
año 1915. En mi pueblo natal, se producen vinos y mi
familia se dedicaba a dicha actividad. En mi servicio militar fui
destinado a Parma, el 14 de marzo de 1938, siendo enviado al
regimiento de caballería.

En 1939, vi personalmente a Benito Mussolini, en la
ciudad de Trieste, en donde llegó para realizar una
revista de las tropas que allí se encontraban. Para el
año 1940, mi regimiento fue a la invasión de Grecia
y Albania en donde permanecí hasta el 25 de abril de 1941.
Ese mismo año fui operado de apendicitis, por lo cual me
dieron 40 días de licencia y me marché a Parma. Al
reintegrarme al servicio activo, me enviaron a Torino, a recibir
un curso de motociclista militar.

Luego vinieron días muy duros cuando fui
incorporado a un batallón de asalto que enviaron a la
guerra de África, en donde permanecí 14 meses en El
Alamein. En Túnez fui tomado prisionero del
ejército americano y permanecí en Estados Unidos
hasta el año 1945, ya finalizada la guerra que fui
devuelto a Italia.

Uno de los momentos más terribles que yo recuerdo
como soldado, fue un bombardeo de los ingleses en la guerra del
Africa. Duró todo el día y prácticamente no
podíamos siquiera comer. Pero también tengo buenos
recuerdos de la guerra; una prima desde Trípoli me
entretenía con sus cartas y tengo los dulces recuerdos de
una novia que luego sería mi esposa. A pesar de haber sido
prisionero de los americanos, nunca pensé que
América sería alguna vez mi destino y en el
año 1946 cuando me casé con mi novia, luego de seis
años de noviazgo, no podía prever que varios
años más tarde me encontraría en
Venezuela.

Yo trabajaba en la construcción de la represa de
Troina y el año 1951 llegué a Venezuela y
sinceramente me sentí algo desilusionado, porque yo
creía que aquí había el mismo desarrollo de
los Estados Unidos de América y cuando ví las
humildes viviendas de tierra me dieron ganas de
regresarme.

Poco tiempo después fuí invitado hacia la
Colonia Agrícola de Turén, en los tiempos del
general Pérez Jiménez y recibí una parcela
de 30 hectáreas con maquinaria, además de la
vivienda aparte de lo cual recibía un salario para
sufragar nuestros gastos y un plazo de 25 años para pagar
todo. Yo me siento feliz de la vida que he tenido y le recomiendo
a los jóvenes que trabajen duro, como lo hice yo, para
poder dejarle algo de provecho a mis hijos. Yo me siento
orgulloso de haberle servido a mi patria como soldado durante
ocho años de mi vida, en mis mejores años;
sólo quisiera que así como mucho de mis
compatriotas cuentan o reciben una compensación del
gobierno italiano, yo también creo haberla
merecido.

CROACIA

  La República de Croacia se encuentra en la
que fue la desaparecida Yugoslavia, cuyo nombre significa los
esclavos del Sur, para distinguirse de los esclavos del norte
como lo son los polacos, checos y rusos.

Tiene una larga historia que se remonta al siglo X
cuando el país croata se encontraba bajo el dominio del
rey Tomislav I. Al extinguirse la dinastía croata, fue
anexada por la fuerza a Hungría conservando cierta
autonomía. Tuvo períodos de ocupación turca,
francesa y fue anexionada a Austria entre los años 1849 y
1868.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se adhirió
a la nueva República federal de Yugoslavia bajo el mando
de Josip Broz, más conocido como el mariscal Tito. Lo
demás es historia reciente que no forma parte de estas
crónicas.

HABLA MATO BOLOTÍN

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se encontraba en
Austria, en un campo de refugiados en Klagenfurt a cargo de la
UNRA ( United Nations Relif and Rehabilitation Administration)
Recibíamos la alimentación necesaria para no morir,
el pueblo croata se encontraba hambriento, mientras sus
líderes disfrutaban muy lejos de la guerra en hoteles
cinco estrellas. Yo nací en Livno, un valle
agrícola de Croacia, y en las regiones agrícolas
siempre hay de qué alimentarse.

Ya no tenía esperanzas de volver a Croacia, las
guerras hacen desaparecer en uno muchas veces los deseos de
continuar.

Los aliados le habían brindado apoyo a Tito, y
Croacia entraba en otra etapa de su historia. En tiempos de
guerra no hay días bonitos, yo sólo recuerdo largos
días de miedo, miseria y hambre. Me parece imposible
pensar que alguien pueda disfrutar en medio de algo semejante.
Como dije anteriormente, ya no tenía esperanzas de volver
a mi país y recuerdo las penalidades sufridas por
mí y un grupo de paisanos tratando de llegar a territorio
austríaco.

 

Imposibilidades de caminar de día, a riesgo de
morir a manos de los nazis o de los partisanos, durante dieciocho
jornadas caminamos solamente de noche, permaneciendo ocultos
durante el día, comiendo lo que se podía, que no
era mucho. El 8 de mayo de 1945 nos encontrábamos a 100
kilómetros de Austria y el día 26 del mismo mes
llegamos al río Drava. En la otra orilla se encontraba una
balsa que era la única forma de pasar al otro lado, pero
estábamos tan débiles por la caminata y el hambre
que no teníamos fuerzas para nadar.

  Uno de nosotros caminó río arriba y
dejándose llevar por la corriente llegó hasta la
balsa, mientras esperábamos continuaban llegando grupos de
fugitivos que pasaban al otro lado por orden de llegada. Era
desesperante, porque ambos bandos asesinaban a todos los que
huían de aquel horror.

  Tres amigos y yo nos entregamos a los aliados, en
Kiagenfurt, a donde llego un día una comisión de
los Estados Unidos de América buscando trabajadores y unos
compañeros se marcharon y nunca más supe de ellos,
pero a mí el sueño americano no me
tentó.

Llegó una comisión del gobierno venezolano
presidido por Rómulo Gallegos buscando inmigrantes y junto
a dos croatas más llegué a Venezuela el 2 de
septiembre de 1947 al campo de El Trompillo, en donde
permanecimos durante 15 días tratando de acostumbrarnos a
los usos y costumbres del país. Pasado ese tiempo, salimos
del campo, sin ninguna clase de apoyo y desconociendo totalmente
el idioma.

  Llegue a Turén el 4 de abril de 1950 y no
pensaba permanecer mucho tiempo en Venezuela, pero a pesar de
todo me dedique disfrutar de la vida hasta el año 1957. Yo
no recibí facilidades, me hice agricultor por mi propio
esfuerzo, trabajando muy duro logré adquirir las tierras
necesarias por lo cual decidí quedarme.

 En el año 1959 me casé con la
conocida educadora Mercedes Subero, de cuya unión nacieron
cuatro hijos, dos varones y dos hembras, todos realizados
profesionalmente gracias a Dios. El año 1974 fue muy duro
para mi familia. El día 31 de Julio de ese año
falleció mi compañera de toda la vida y el
día 10 del mes siguiente, sufrí un infarto al
miocardio.

 Yo recomiendo a los jóvenes el trabajo con
honradez, que le está haciendo falta a Venezuela y por
encima de muchas cosas no envidiar a los demás.

GRECIA

 La historia de Grecia comienza con el pueblo Egeo.
Luego, Alejandro extiende las fronteras del mundo griego por el
Mediterráneo. En su historia muchas veces se funde la
realidad con la leyenda y Atenas, la eterna capital de la
sabiduría, fue ocupada en el año 1941 por los
nazis. Hablar de Grecia es hablar de conocimientos: Epicuro,
Demócrito, Platón, Aristóteles, etc. Son los
puntales de donde evolucionaría el pensamiento universal.
Aunado a ello, el gran sentido estético de su arte resurge
siglos después en uno de los grandes períodos
creativos del ser humano que fue el Renacimiento.

  Sin embargo, este pueblo de larga
tradición intelectual, lleva en sus venas la sangre de
grandes guerreros de la historia y cuando fue invadido primero
por Italia y luego por Alemania, se defendió con una
valentía increíble y aquí está el
testimonio de Demetrios Koinakis, quien nos narra los hechos tal
cual los recuerda. 

HABLA DEMETRIOS
KOINAKIS

Yo nací en Atenas en el año 1926, de una
familia de clase media dedicada a la construcción que para
el año 1939 construía un aeropuerto en las afueras
de la ciudad. Un día vino mi tío gritando: " Se
prendió la candela, Hitler atacó Polonia". En el
año 1940, cuando comenzaba las clases en la Academia,
Italia atacó a Grecia.

Nuestro país se defendió y de no ser por
los nazis que necesitaban Creta y Grecia para apoyar a Rommel en
la guerra, la historia hubiera sido otra.

Cuando Alemania atacó a nuestro pueblo, la guerra
cambió nuestras vidas para siempre. En medio de la guerra,
la política dividió a los griegos en nacionalistas
y comunistas. Pero al final los nacionalistas ganaron.

Los nazis hacían redadas con griegos traidores y
los capturados eran traidores y llevados unos a los campos de
concentración, otros a los campos de trabajo y algunos
interrogados por los nazis eran torturados hasta
morir.

Yo estuve en un campo de concentración y un
día un judío intérprete nos dijo que los
alemanes se iban, porque veían perdida la guerra y
comenzaron a soltar gente. Yo salí en un lote de
ochocientos prisioneros liberados y un día en el puerto
estaba anclado el barco francés Marigaud, en el cual
venía mi familia liberada de un campo de
concentración alemán, y en una canoa yo fui hasta
el barco. Yo pensaba en América, pero mis deseos eran
llegar hasta el Brasil. Llegué un día al puerto
francés de Marsella y allí me hice marino porque en
un barco necesitaban un muchacho, y yo necesitaba
trabajar.

Llegue a los Estados Unidos de América en el
año 1947 y me opere una hernia y fuí a New York a
cobrar el seguro. En New Jersey con un amigo íbamos a
abrir un negocio pero regresé a Grecia. En Grecia, un
amigo llamado Grigori me invita a Venezuela y me gustó la
idea.

Fui al consulado venezolano, pero Rómulo Gallegos
había caído y a pesar de todo el cónsul
arregló los papeles y me embarqué en un barco
danés casi como un polizón, pero mi comportamiento
me ayudó. El 11 de febrero de 1950 llegamos dos hermanos a
la Guaira. En Caracas arreglamos la cédula de identidad y
nos fuimos a Maracaibo en donde nos esperaba mi amigo Grigori.
Venezuela era una maravilla. Al tiempo me separé de
Grigori y comienzo a comerciar por toda Venezuela.

Un día, observando un mapa del país, vimos
unos puntos llamados Píritu y Turén y decidimos
venir. En Turén había buena venta de
mercancía y decidí volver. En mi segunda venida,
vendí todo y alquilé un local. Había
decidido quedarme.

En el año 1962 me casé con Rosita Barroeta
de Koinakis, educadora de la escuela "Ciudad de Mérida",
para esa época. Venezuela es un país maravilloso y
yo la recomiendo a la juventud que cuiden a nuestro país y
trabajen por el bien de esta bella nación que un
día me recibió con los brazos abiertos.

ALEMANIA

La historia del pueblo alemán se remonta a la
época del Imperio Romano. Dicho territorio estaba habitado
por los germanos. Para los romanos era un pueblo bárbaro
que con Otón el Grande, rey de Germania en la edad media,
lleva a su pueblo por la senda del cristianismo.

Tiene una larga historia de luchas políticas y
religiosas que desembocan en pleno renacimiento con la Reforma
encabezada por Martín Lutero.

A un alemán le debemos en gran parte la
transformación del mundo de la época, con
advenimiento de la imprenta y ha tenido un gran sentido
artístico y literario del que destacamos a Alberto Durero
y Wolfgang Goethe, entre otros y el monumento sonoro de Richard
Wagner.

Este país participó en las dos guerras
mundiales, de consecuencias catastróficas para el pueblo
alemán y es a pesar de ello, una de las naciones de
más alto desarrollo tecnológico y de crecimiento
económico en la actualidad.

HABLA SIGMUND EHRESMANN

 Uno de los momentos más terrible que yo
recuerdo de la guerra fue el 25 de diciembre de 1944 a la 1 a.m.
en la navidad, cuando un caza bombardero enemigo, dejó
caer sobre el hospital, dos bombas, y una de ellas no
estalló, quedó incrustada en el comedor del
personal y mató siete monjas y es muy lógico sentir
temor al tener que compartir un espacio con un artefacto de
esos.

Yo me encontraba en un hospital señalado con la
Cruz Roja porque había sido herido por una granada que me
dejó inutilizadas ambas piernas y no podía moverme,
sintiéndome angustiado en ese momento ya que no
tenía a mi alcance un arma para quitarme la vida. Al
finalizar la guerra, yo me encontraba en Bamberg, un importante
arzobispado de Alemania y el 4 de abril entraron los americanos y
debo decir que se cometieron muchas atrocidades, pero la historia
de la guerra la escribe quien la gana y nosotros, los alemanes,
perdimos.

Yo entré muy joven a la guerra y mis padres
firmaron una autorización para entrar a las filas y
comencé en la marina, pero luego fui enviado a la
infantería. Yo no puedo decir que recuerde momentos muy
bonitos en medio del conflicto, pero cuando estaba herido,
recibí una carta de una amiga de mi hermano, y es muy
bello recibir una comunicación que me reconfortó
mucho.

Recuerdo a Rommel, quien era muy querido por todos, el
pueblo alemán y sus subordinados y después de la
guerra se realizó la película " El Zorro del
desierto". Yo nací en Bilka Bukovina, en el año
1927. Viene a Venezuela de Alemania, Salzgitter, una zona
industrial de Alemania donde se destaca la producción
metalúrgica, pero mis antecesores eran agricultores, y
profesionales, abuelo y papá eran herreros y mi abuelo
paterno Wagner, carpintero.

Yo no pensaba en América, aunque tenía un
tío en los Estados Unidos de América y otro en el
Brasil.

Salí de Munich el 21 de marzo de 1951 en un
avión con la bandera venezolana piloteado por el
capitán Ernesto Colón y luego de un viaje de muchas
escalas, tres días después, el día 23 a las
9 de la mañana arribamos a la base aérea de Palo
Negro en el Estado Aragua. Luego fuimos enviados a El Trompillo,
de donde no podíamos salir. La comida me gustó y no
trabajamos pero escaseaba el dinero.

Llegué a Turén el 24 de abril de 1951 y
recuerdo que no soportaba el calor, porque de donde yo vengo, en
tiempos de invierno la nieve alcanza varios metros de espesor,
pero actualmente no creo soportar temperaturas tan bajas. Yo le
recomiendo a los jóvenes que estudien y trabajen por el
bien de Venezuela, que a pesar de tantos problemas es una gran
nación.

Por último quiero decir, que yo no fui nazi, pero
juré lealtad a la patria y al Führer como soldado, y
mi apellido traducido al español quiere decir hombre de
honor, y yo lo seré hasta el fin de mis
días.

LAS MUJERES: LA OTRA CARA DE LA GUERRA

La mujer, el ser viviente más ensalzado por los
seres humanos, dueña de muchos de los momentos más
brillantes de la creación plástica y literaria,
considerada por la mayoría como el sexo débil,
vivió también los horrores de esta
guerra.

Muchas de ellas sufrieron maltratos, algunas contra su
naturaleza maternal, fueron portadoras de la maldad y crueles
tormentos hacia sus semejantes. Otras escribieron páginas
de heroísmo y valor en la defensa de su patria, pero
muchas humildes mujeres, bajo engaño, les tocó
vivir la humillación de verse convertidas en una especie
de animales de trabajo, y no pocas, vivieron las terribles
consecuencias que las guerras traen a los hogares, como el
racionamiento, la falta de vestido y muchas otras cosas sencillas
que hacen más llevadera la vida a cualquier
persona.

A continuación, uno de los varios testimonios de
mujeres que vivieron los terribles acontecimientos de la Segunda
Guerra Mundial.

HABLA ROSALÍA SERVACEH DE
BILINSKIJ

Al finalizar la guerra, yo me encontraba en Alemania. Yo
nací en Polonia, el año 1925, en Balitze,
región agrícola de mi país; mi madre
tenía 6 hectáreas de tierra, criábamos
cochinos y otros animales, además sembrábamos
diversos productos agrícolas.

Nosotros fuimos llevados bajo engaño para
Alemania; allí nos prometieron trabajo y buen trato,
cuando en realidad nos convertimos en unos prisioneros que
trabajamos sólo por la comida. En un principio, yo
laboraba en una fábrica de pólvora que un
día fue bombardeada, quedando completamente bañada
en sangre. Después del bombardeo me trasladaron a una
planta de gas y recuerdo que nos maltrataban mucho.

Dormíamos en barracas, de donde nos sacaban todos
los días a las 6 de la mañana hasta las 6 de la
tarde. Era muy agotador estar todo el día trabajando para
recibir una sola comida. La alimentación constaba de un
solo plato, generalmente de una sopa de concha de papas o de
restos de repollo y un pedazo de pan de
aserrín.

Siempre estábamos llenos de piojos, no
recibíamos un pedazo de jabón y el olor era
insoportable, porque nos daban una sola braga para trabajar, no
teníamos ropa para cambiarnos y cuando nos venía el
período no teníamos nada que ponernos, aunque a
veces teníamos la suerte de conseguir una hoja.

Algunas veces nos llevaban a las carreteras bombardeadas
para repararlas, marchábamos en fila sin mirar para
atrás y una tarde íbamos a trabajar en una
carretera, ví un huerto de uno de los oficiales y quise
coger un tomate grande para mitigar el hambre y no llegué
a tocarlo, porque inmediatamente me golpearon los soldados con
sus armas.

Los soldados llamaban a grupos de gente para
bañarse, y marchaban contentos hacia lo que creían
baños y luego se oían gritos horribles: eran las
cámaras de gases. A pesar de todos los terribles momentos
que viví, tuve momentos agradables cuando me llevaron a
trabajar a la casa de un oficial de la GESTAPO y su familia me
trató bien y no sufrí más de
hambre.

Yo ví en los campos de trabajo escenas horribles;
era frecuente ver a las otras prisioneras cortándole
pedazos de carne a los cadáveres para
comérselos.

Yo me casé en 1945 y nunca me imaginé que
vendría a Venezuela. Mi esposo quería ir para
Australia y no se decidió. El gobierno venezolano nos
dió alimentos, medicinas y el pasaje en barco.

Llegamos a Puerto Cabello en diciembre de 1950. Me
llamaron mucho la atención los ciudadanos de piel negra,
que eran sumamente amables y nos ofrecían comida, aunque a
nosotros nos tenían prohibido recibir
alimentos.

Fuimos llevados a El Trompillo y llegamos a Turén
el año 1952. Turén era prácticamente una
aldea, la plaza Bolívar estaba llena de burros.

Yo les recomiendo a los jóvenes que se porten
bien, que nunca piensen en la guerra.

Yo crié a mis hijos con mucho trabajo y
sacrificio y pienso que lo más importante en estos tiempos
tan difíciles, es el trabajo.

MEDIO ORIENTE

El mundo árabe, es decir el grupo de naciones que
lo conforman, representa para nosotros, país de
tradición occidental, una concepción completamente
de la realidad.

Aunque de una nación a otra existen
pequeñas diferencias de índole folclórica,
desde el punto de vista lingüístico y cultural,
aparte de sus diferencias dialectales, tiene una homogeneidad
difícil de igualar y para algunos, representa un mundo de
fantasías, de cuentos y fábulas, ya que el pueblo
árabe tiene una hermosa literatura universalmente conocida
por la magia del cine.

Este universo también sufrió los rigores
de la Segunda Guerra Mundial, conociéndose como la GUERRA
DEL DESIERTO y tuvo entre sus grandes protagonistas al Mariscal
Erwin Rommel, militar alemán, brillante en su
concepción de la estrategia y exceptuando este conflicto
ajeno a sus intereses, tiene una larga historia de luchas de
origen religioso y tribal. Ismael Alí Saleh, de origen
sirio, nos comenta los momentos más significativos que
él vivo en la Segunda Guerra Mundial.

  HABLA ISMAEL SALEH

Al comienzo del conflicto bélico en
África, yo era sargento de las Fuerzas Armadas Francesas
que combatían en Libia.

Yo estuve en la Batalla de Tobruk, una extraordinaria
ofensiva militar desencadenada por el ejército
alemán que era conducida por el Mariscal Rommel, que al
final fue quien ganó la batalla.

Los momentos más terribles que recuerdo de la
guerra, fue en julio del año 1942, cuando los
británicos decidieron atacar las líneas de Rommel y
se produjo una de las batallas más duras de la guerra.
Este hecho militar sería conocido más tarde como la
Batalla de El Alamein y fueron momentos que jamás
olvidaré.

Algunos países árabes, entre ellos Siria y
Egipto, enviaron tropas para el frente de Europa y yo
marché con ellos en calidad de intérprete. Le
presté servicios al ejército británico como
traductor y no tenía ningún rango militar, aunque
cumplía funciones como oficial.

El 8 de mayo de 1945 yo me encontraba en Italia,
exactamente en Florencia, y es de allí de donde tengo los
recuerdos más bonitos de la guerra. Ese día, se
organizó una fiesta para todas las tropas aliadas y es de
imaginarse la tremenda alegría que nos embargaba, pues el
sueño de todos los soldados era el ver el fin de aquella
guerra.

En medio del conflicto nunca pensé en
América, ni idea de que algún día
llegaría a Venezuela. Llegue a Turén en el
año 1970 con mi esposa. Ella volvió a nuestro
país y allí lamentablemente murió,
víctima de una enfermedad.

Desde el año 1972 me dediqué a la
enseñanza de idiomas en un liceo de Villa Bruzual,
municipio Turén (Hoy Unidad Educativa "27 de JUNIO"), y
actualmente estoy jubilado por el Ministerio de Educación,
y me siento satisfecho de haber cumplido con mi deber.

Yo le recomiendo a los jóvenes venezolanos que
cumplan con la patria prestando el servicio militar, porque de
esta forma aprendemos a quererla y luego es necesario tratar de
aprender un oficio que nos sirva para sustentarnos y ser
útil a la sociedad.

ESPAÑA

España, la madre nuestra, la de la poesía
dorada y luminosa, la que palpita eternamente en la pintura de
Velásquez, El Greco que sufre y se divierte en la
maravillosa luz de Goya, conoció los rigores de la Segunda
Guerra Mundial antes del inicio de la misma.

Se dice, que el ejército alemán
utilizó la Guerra Civil Española para ensayar la
eficacia de su armamento, y el pueblo español fue un
laboratorio para este terrible experimento, del cual la
histórica ciudad de Guernica fue el más conocido
resultado, que quedó plasmado en el famoso cuadro del no
menos celebrado pintor español Pablo Picasso.

Fue una guerra terrible, aunque todas lo son; pero fue
una guerra entre seres de la misma sangre y no hay nada
más desolador y triste que presenciar una pelea entre
hermanos. Le presentamos el testimonio de un ciudadano
español, que siendo un niño cuando se inició
el conflicto, recuerda con claridad los azarosos momentos que le
tocó vivir junto a su familia.

HABLA RAFAEL ROMO

Yo nací en Barcelona en el año 1929, por
lo cual contaba con siete años de edad al comienzo del
conflicto, el 18 de julio de 1936.

Ese día esperábamos a mi padre para ir a
la playa, cuando de pronto vimos pasar una fila de camiones
llenos de gente armada echando tiros y gritando. Yo recuerdo
mucho el hambre y los asaltos a los almacenes de comida. Los
estudiantes íbamos a los comedores que habían
establecido los republicanos. En la escuela nos enseñaban
a sembrar legumbres para el consumo de la escuela.

No olvido los barcos de los nacionalistas, que
bombardeaban las posiciones de los republicanos en Barcelona, en
donde se encontraba la fábrica de armas Elizalde. Nosotros
vivíamos en el cuarto piso, por lo que corríamos
apresurados a los refugios cuando sonaba la sirena antes de los
bombardeos, pero cansados de tanto correr un día tras
otro, nos sentábamos resignados a esperar la
muerte.

Recibíamos una cartilla de racionamiento y se
hacía cola desde las 5 de la mañana. Los
niños nos divertíamos recogiendo las colillas en la
calle para regalárselas a mi papá.

 De Guernica se supo luego, que fue un error de la
aviación alemana, que tenía como destino otro punto
de bombardeo y lamentablemente la población fue
arrasada.

La muerte de Federico García Lorca pudo haber
sido una venganza de los nacionalistas por la muerte de
José Antonio Primo de Rivera. Fue una guerra terrible,
porque los odios llegaban al seno de una misma familia y se
mataban hermanos contra hermanos, en donde hasta los cementerios
eran profanados: unos y otros enemigos sacaban los
cadáveres de las tumbas.

Al inicio del conflicto, mucha gente adinerada se
marchó al exilio, sobre todo a México, y valiosos
intelectuales españoles se vinieron a esta parte de
América.

Yo nunca pensé en América ni en Venezuela.
Dos cuñados en Caracas, habían llegado en el
gobierno de Pérez Jiménez por un convenio de
reagrupación de familias.

Yo llegué a Venezuela en el año 1961 con
toda mi familia, establecido como maestro industrial en
tipografía. Cuando llegué a Turén, estaba un
exiliado español llamado Don Sixto Rabinat, quién
se encontraba enfermo y quería un encargado para la
tipografía y me vine en el mes de diciembre y en el mes de
abril del año siguiente hicimos el negocio de la venta. Lo
que más me llamó la atención de Venezuela
fue los paisajes y el clima cálido y generoso.

  Yo le aconsejo a los jóvenes que se
preocupen más por el sitio que habitan, en Turén no
hay regionalismo y sería muy bueno que el habitante de
Turén quiera a su pueblo.

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Todas las culturas del mundo dan un tratamiento especial
a los niños, y esa etapa es considerada por muchos como la
más hermosa de la vida.

Es como un hermoso sueño, claro, no siempre;
también es un largo juego de aprendizaje en el cual, nos
preparamos para la vida que llevaremos de adultos.

Es lógico que todo ese mundo que rodea a los
niños, con sus mitos y realidades, en gran parte
desaparezca en medio de un conflicto bélico, por lo que
ese período de formación se transforma en el
conocimiento del horror de lo que los seres humanos llegamos a
convertirnos en una guerra.

HABLA ANGELINO
SCARABELLOTTO

 Yo nací en Treviso, en el norte de Italia,
zona en la que se produce muy buenos vinos blanco y
tinto.

Uno de los momentos que más recuerdo de la
guerra, cuando a mi pueblo llegaron los alemanes, fue el
día que pusieron a toda mi familia a la pared para
fusilarnos y de pronto un superior suspendió el
fusilamiento. En esos días, un habitante del pueblo
permanencia escondido, siendo sorprendido por un soldado
alemán, quién obligó a la madre a que
ahorcara al hijo; luego ella fue fusilada.

 Un mes de octubre los alemanes bombardearon
Treviso y en toda la región hubo más de treinta mil
muertos, eran tantos los aviones, que tapaban el sol. Mi maestra
era prima de mi papá y se llamaba Libereta
Scarabelloto.

 No todos los alemanes eran malos, creo que muchos
recibían órdenes y era lógico que como
militares debían cumplirlas. La comida en nuestra
región era escasa, pero si había de que
alimentarse.

  La culpa de la guerra en Italia fue de Mussolini
y murió como debía, colgado de los pies y luego lo
quemaron. A mi padre se lo llevaron los alemanes para Alemania y
allí trabajó hasta el fin de la guerra, en una
fábrica de armas. Recuerdo la gran alegría en mi
casa cuando regresó y nunca nos dijo que fuera
maltratado.

  Al terminar la guerra, teníamos dos
posibilidades para marcharnos de Italia; mi padre lo
sorteó con la gorra: boca arriba, Venezuela; con la gorra
boca abajo Suiza. Él se vino primero, luego se trajo el
resto de la familia.

Él llegó el año de 1949 y se
llamaba Giusseppe Scarabellotto. Al año siguiente, vino mi
hermano mayor y el año 1951, el resto de la
familia.

Desde un principio nos gustó la zona de
Turén, porque es una región agrícola como la
de nuestro origen.

Mi papá trajo la primera bicicleta de carrera
especial y fue uno de los fundadores de la federación de
ciclismo de Lara. También colaboró con la
organización de la Liga de Ciclismo de Portuguesa.
Ganó dos carreras Caracas-Barquisimeto. En varias
ocasiones ganó la carrera Tocuyo-Barquisimeto. Varias
carreteras en la época no reunían las condiciones
para el desempeño de los ciclistas.

Yo le recomiendo a la juventud que respete a los mayores
de edad; que dejen la tomadera hasta el amanecer y que la palabra
"musiú" no es, en ningún caso, un
insulto.

CASA DE VES 22-2-1950

POR FEDERICO SÁNCHEZ
VILLENA

Este es un pequeño pueblo que está situado
en la provincia de Albacete-España, cuenta con algunos 900
vecinos, pueblo de labradores del campo y cultivadores de
esperanza.

Justamente hoy (22-2-2000), hace 50 años
del pueblito en cuestión, marchamos para América
(Venezuela), 24 familias completando en total 27 agrupados una
familia del pueblo vecino (Alborea) y dos familias de la aldea
colindate (Zulema). Todas estas familias fueron seleccionadas
como buenos agricultores, dando el visto bueno el Gobierno de
España y el Gobierno de Venezuela.

Cabe destacar que esta emigración le la
seleccionó un invitado del Gobierno de Venezuela, el Sr.
Luis Rodríguez Azpúrua quien se puso en contacto
con el señor Gonzalo Gilver para que la emigración
fuera posible.

Despedimos al pueblo y a familiares un 22 de febrero de
1950 a la una de la tarde, y confundidos todo en abrazos y
llantos montamos a los autobuses rumbo a Valencia (España)
donde tres días después enrumbaríamos en un
barco mercante llamado el "SS Portugal", con tripulación
italiana. Cuando estábamos a bordo nos percatamos que no
solamente nosotros estábamos emigrando sino que
también venían familias de Madrid, Salamanca,
Valencia, León, Cuenca y de las Provincias
Vascas.

El 10 de marzo de 1950 llegamos al puerto de La Guaira,
donde pensamos que desembarcaríamos. Subió el
entonces el Ministro de Agricultura, Dr. Armando Tamayo
Suárez y mandó que desembarcáramos en Puerto
Cabello, cosa que se efectuó el día siguiente. Nos
trasladaron a El Trompillo, centro de inmigrantes.

Después de unos meses que ya teníamos
todos los requisitos sanitarios y cedulados, por medio de sorteos
nos fueron distribuyendo en distintas colonias agrícolas
como son Bárbula y Pedernales (Carabobo), Guanare
(Portuguesa), Charaguao y Guayabo (Yaracuy) y La Morena en el
estado Cojedes.

Las once familias que nos asentaron en las colonias de
Charaguao, recibimos del Gobierno de Venezuela una casa con todo
lo necesario, y hasta que empezamos a producir. El representante
del Instituto Agrario Nacional (I.A.N), Sr. Jesús
París y Elva de París nos daban Bs. 2 (dos
bolívares) diarios por cada miembro de familia, dinero
suficiente en aquel tiempo, para comer durante la semana toda la
familia. Nuestras primeras siembras fueron: tomate, repollo,
berenjena, pimentones, cebolla y papas. Todo lo que
producíamos entre las once familias en parte separada se
ofertaba en los mercados libres de Barquisimeto y San Felipe y
cuando lográbamos vender algunos kilos de cada producto
nos sentíamos felices gracias a que los fletes eran gratis
costeados por el I.A.N. Bueno, Venezuela entonces apenas
tenía cinco millones treinta y cuatro mil ochocientas
treinta y ocho personas (1950).

Así trascurrieron dos años, que al termino
del contrato de trabajo (dado que la tierra que
cultivábamos apenas eran dos hectáreas),
solicitamos traslado a la Unidad Agrícola de Turén
(Portuguesa) los primeros en conseguir el traslado fuimos los
Sánchez Martínez.

A nuestra llegada a Turén nos recibió el
capitán (R) Navarro, Director General de dicha Unidad. Nos
ubicaron en la carretera "J", nos entregaron una parcela para
cada familia de 35 hectáreas con sus respectivas casas de
tres habitaciones, cocina, sala comedor y baño. A los
días se nos entregó un tractor nuevo con todos sus
equipos: rastra, arado, cultivadora, sembradora, etc.

Así comenzamos nuestro tercer año de
trabajo en el campo ya de una forma mecanizada y más
productiva, a los pocos días del mes de febrero (finales)
y marzo del año 1952, llegaron 54 familias italianas y no
menos de alemanes, rusos, húngaros, checos, ucranianos,
polacos, etc. nos juntamos en esos meses primeros de 1952, no
menos de 22 nacionalidades. Todas nos entendíamos claro
por señas.

Estos emigrantes españoles, hoy inmigrantes en
Venezuela, siempre la hemos tenido como nuestra segunda patria a
"Venezuela", que gentilmente nos abrió las puertas de par
en par y nos adoptó como sus propios hijos, aprendimos a
quererla, respetarla y honrar el pabellón tricolor con
dignidad, honradez y trabajo: Orgullosos estamos del país
y hemos dado todo lo mejor de nuestro trabajo y
productividad.

Orgullosos se sentirán nuestros padres ya
fallecidos de que sus hijos y nietos nacidos en Venezuela no
sólo están sembrando la tierra, siembran en todos
los campos y profesiones, siendo: Médicos, ingenieros en
todos los ámbitos, profesores a nivel universitario,
licenciados, técnicos superiores en electrónicas y
otros campos, peritos agropecuarios, veterinarios y tantas otras
carreteras más, todo para el engrandecimiento de
éste, nuestro gran país: Venezuela.

"Nuestra querida Venezuela: abrigo de
españoles".

A 54 AÑOS DE LA MADRE
PATRIA

POR JUAN PARDO OCHANDO

MARZO, 2004

Dedicado a la memoria y como testimonio de todos
aquellos Albaceteños (españoles) que arribaron a
Venezuela, en el año 1950.

La historia pequeña, menuda, la historia de todos
los días o de una época en particular, la
mayoría de las veces no la conseguimos en revistas y mucho
menos en los libros, por eso quiero en esta oportunidad hacer a
una de esas historias pequeña que sucedió en
nuestro país en el año 1950.

 Así es como el pasado 11 se celebró
en algunos estados del país entre ellos Yaracuy,
Portuguesa, Lara, Barinas y Cojedes el 54 aniversario de la
llegada a tierras venezolanas de un grupo de españoles
albaceteños ( Casas de Ves) quienes en el año 1950
partieron del puerto de Valencia y después de permanecer
navegando durante 14 días, arribaron a las costas
venezolanas en un buque cargado de ilusiones, esperanzas, temores
y recuerdos. Eran los inmigrantes que terminado el tumultuoso
viaje, llegaba a la nueva cita que en definitiva sería su
segunda patria.

En aquellos años (finales de la década de
los cuarenta, siglo XX), España era un país que
apenas lograba sobrevivir como consecuencia de una cruenta Guerra
Civil (1936-39) que la dejó prácticamente en la
ruina. Los partidos existentes falangistas y republicanos
(derecha e izquierda), anarquizaron y rivalizaron de tal manera
las estructuras sociales y políticas del país, que
al final desembocaron en una guerra entre hermanos divididos en
diferentes bandos armados. Dejando en tres años de odioso
y horrendo conflicto miles de muertos y desaparecidos y
atrás de ellos una inmensa desolación. Aún
más, para completar el deterioro interno de España
para aquella época; la segunda guerra mundial escenificada
en el resto de Europa contribuyó de manera determinante en
el aislamiento total de la península Ibérica con
las secuelas de escasez de alimentos, ropa, medicinas y los
servicios básicos elementales.

En esas condiciones el pueblo español
sufrió muchas penurias, confundiéndose entre si el
atraso, el hambre, la miseria, y el general las más
fundamentales necesidades humanas se mezclaron en aquel ambiente
que exigía enormes sacrificios.

Así vivieron o vivían la mayoría de
estos inmigrantes españoles. Unos fueron simples
espectadores de la guerra, simples trabajadores del campo,
agricultores de oficio y corazón. Otros fueron actores de
la guerra, quizás circunstancialmente, o tal vez
arrastrados por obscuros ideales que en aquel momento quisieron
justificar con los fusiles en los frentes de batalla.

En aquella fecha Venezuela estaba gobernada por la Junta
de Gobierno presidida por el Tte. Coronel Carlos Delgado
Chalbaud, los cuales tuvieron la iniciativa de traer al
país por convenios establecidos con el gobierno del
Generalísimo Francisco Franco, en los cuales se
establecía la contratación con el Instituto Agrario
Nacional para trabajar en colonias agrícolas fundadas en
el país que los acogía. La consigna que trajeron
estos inmigrantes era "A Venezuela se viene a trabajar y a vivir
en paz".

Para todas estas familias españolas (27 en
total), la llegada al país constituyó una luz de
esperanza y de nuevas inquietudes. Venezuela en la década
de 1950 era una estrella en América Latina, lo cual
significaba fuentes de trabajo,respeto, seguridad y grandes
progresos materiales. Realmente toda esta gente vino a trabajar,
a vivir honrosamente con civismo y laboriosidad de acuerdo a sus
costumbres. Venezuela les dió la oportunidad y ellos
cumplieron su cometido.

El arribo fue a través de Puerto Cabello, el
riguroso chequeo y comprobación de los recién
llegados no dejó la menor duda del control implementado.
Desde allí comenzó su distribución a las
diferentes colonias agrícolas. En principio fue Yuma y El
Trompillo en el Estado Carabobo, luego Charaguao y Durute en
Yaracuy y finalmente las colonias agrícolas de
Turén y Guanare en el Estado Portuguesa. El correr de los
años ha demostrado sin lugar a dudas que Portuguesa se
convirtió en el "Granero de Venezuela" por su
extraordinaria producción agrícola y ganadera. De
allí que la idea de traer personas trabajadoras de otras
latitudes, conocedora de la vida del campo tuvo sus frutos y el
estado llanero lo demostró a través del tiempo por
ser asiento en su gran mayoría de ese contingente humano
que llegó hace 54 años para trabajar la tierra,
crecer y morir en ella; dejando y estableciendo grandes
raíces familiares con una gran descendencia distribuida en
todos los estados antes mencionados.

Hoy en día estos cientos de descendientes nos
sentimos orgullosos de haber nacido en la Patria de Simón
Bolívar contribuyendo tan igual como los primeros,
aún con todas las adversidades que nos depara el tiempo
presente, a hacer del país una nación
próspera y grande.

Con esta reseña hemos querido resaltar y
reivindicar los méritos de gente noble y sencilla que
merecen el mejor reconocimiento que país alguno pueda
ofrecerles. Para terminar haremos referencia a un pensamiento de
nuestro Libertador Simón Bolívar: "El hombre de
honor no tiene más patria que aquella en que se protegen
los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter
sagrado de la humanidad: La nuestra es la madre de todos los
hombres libres y justos, sin distinción de origen y
condición."

LA SELVA DE
TURÉN

Por Vicente Giusti

 Selvas tupidas, frondosas, enmarañadas,
ricas en caobas, cedros, samanes, jobos, dragos, mora, pardillo
etc., que constituían una vegetación imponente, que
se conocía como las "LAS SELVAS DE TURÉN", las
cuales aparecían en las geografías universales,
comparable a las selvas amazónicas y a las Selvas de
Darién en Panamá. Impenetrables en el invierno,
peligrosas en el verano. Sobre los Bancos de arena
existían pequeños caminos de bestias que
unían a la Nueva Florida, el Playón, el
Pajón, Campo Alegre con Villa Bruzual, Turén. Tal
era el aspecto de lo que hoy constituye la Unidad Agrícola
de Turén.

La Unidad Agrícola de Turén, es uno de los
experimentos más interesantes que en materia agraria se
han llevado a efecto en Venezuela y América Latina, cuyo
hecho ha significado, además de único, un
desarrollo agrícola moderno, la integración de
costumbres y nacionalidades de distintas latitudes junto con las
del llanero de Portuguesa y con las de los habitantes venidos de
otras partes de Venezuela.

No sabemos de quien fue la audaz idea de dominar "La
Selva De Turén" y transformar su suelo en el Granero de
Venezuela., pero lo cierto es que el Instituto Técnico de
Inmigración y Colonización "I.T.I.C." (Luego
Instituto Agrario Nacional) comienza a hacer realidad esta idea y
se lleva a efecto un contrato entre dicho organismo y en el
Concejo Municipal de Turén, presidido en esa oportunidad
por Don Pancho Orsini, mediante el cual el Ayuntamiento de
Turén hacía entrega de las Tierras y autorizaba el
inicio de esta unidad de producción.

Durante los años 1948 y 1949, se dieron los
primeros pasos y nuestros mayores recuerdan a un agrónomo
húngaro que, con un grupo de trabajadores de nacionalidad
italiana comenzaron las primeras instalaciones en lo que hoy es
el centro poblado de la Unidad Agrícola de Turén
(La Colonia).

En aquellos años eran encargados del "I.T.I.C."
en la Región, del Dr. Rodríguez Silva, el cual
nombró como primer director de la Colonia, al perito
agropecuario Ramón Guédez. Se comenzaron a trazar
los rangos por donde habían de pasar las carreteras y al
mismo tiempo se deforestaron las primeras tierras las cuales eran
explotadas directamente por el "I.T.I.C.", las cuales estaban
divididas por zonas. De aquella época recordamos algunos
nombres: Torres, Colmenares, el Dr. Strebin y Rafael
Colmenares.

El "I.T.I.C." se transforma en Instituto Agrario
Nacional y el Dr. Tamayo lo preside. El 16 de febrero de 1950, es
nombrado director de la Colonia el Capitán (r) Pedro
Arcadio Navarro y es a partir de este momento, que empiezan
aceleradamente los trabajos: Centro poblados con oficinas, silos,
secadoras, escuelas, hospital, iglesia estación
experimental, viviendas para empleados y obreros; centro social,
comedore, restaurante, carreteras, parcelas, drenajes, viviendas
para los parceleros (macro y micros), canales de desagüe
revertidos, el Canal Piloto para controlar las crecientes del
río Acarigua, acueductos,
electrificación.

En el año 1951, llegan los primeros inmigrantes y
continúan llegando en el 1952 y 1953 y ya para el
año 1954, veinticuatro (24) nacionalidades, junto con la
venezolana, habían consolidado el mayor y más
moderno Centro de Producción de Venezuela. Se había
sustituido el latifundio y el minifundio por una agricultura
nacional moderna y mecanizada. Pero éstos eran los
primeros frutos: a partir de 1959, los hijos de la Colonia de
Turén se lanzan a otra tarea no menos ardua: la de
incorporar las zonas marginales a la producción tales como
Chingalí, Chorrerones, El Palmar, Mantecal, Turén
Viejo, Parcelamiento Santo Domingo o La Chaconera, Santa Cruz,
etc .

El milagro de Portuguesa comenzaba a vislumbrarse, como
fruto de una semilla sembrada en la Unidad Agrícola de
Turén. Paralelamente al trabajo privado de sus moradores,
el INSTITUTO AGRARIO NACIONAL construyó más
carreteras y amplió la zona y vinieron los POBLADOS I II
III, lo demás es historia reciente en la actualidad la
Unidad Agrícola de Turén y sus zonas de influencia,
abarcan una extensión aproximada de 220.000
Hectáreas, con un porcentaje bien elevado de kilogramos,
tales como: Arroz, Ajonjolí, Maíz, Sorgo y otros
cultivos.

Entre los directores que han pasado por la Unidad
Agrícola de Turén además de los nombrados
recordamos al Mayor Figarella, Dr. Kerch García, Al Dr.
Berti, Dr. Ramírez, Dr. Rodríguez Silva, Dr. Rafael
Silva Guillén, Arminio González Jordán y
José Remigio Rodríguez.

Pero por encima de los hechos que acabamos de mencionar
esta la realidad que hoy tenemos: una comunidad de hombres de
trabajo, que hombro a hombro han hecho posible "El Granero de
Venezuela".

TURÉN

Por Evaristo Salvá
Pastor

 Está situado el extenso llano de
TURÉN, al pie de la falda de las estribaciones
montañosas del estado Portuguesa que lindan con el estado
Lara y se extiende hasta el río la Portuguesa, al cual se
vierten las torrentosas aguas que bajan por las laderas
montañosas, bañando y empapando sus tierras en el
"invierno", como así le llaman a la época
lluviosa.

Ya los aborígenes de la nación ATATURES,
que vivieron en sus tierras y los colonizadores cristianos que
vinieron después a establecerse en ellas, nos recuerdan de
sus dificultades, amarguras e ilusiones, reflejadas en sus
leyendas y cantares tan adornados con misterios, bravuras y
esperanzas.

Los cauces poco profundos de los ríos, tan
fácilmente cegados por los arrastres (aquí llamados
CARAMAS) que desviaban, seperteando caprichosamente sus aguas,
imposibilitaban junto con sus impenetrables selvas, todo intento
estabilizador. Por eso solo nos quedan de aquellos tiempos las
leyendas que reflejan el vago recuerdo deformado por el miedo y
la exageración. Y también algunos puntos de
referencia que, como islotes, han podido sus nombres llegar hasta
nuestros días tales como Turén Viejo, Villa
Bruzual, Nueva Florida entre muchos otros que pudieron salvarse
de las riadas.

Las Epidemias También Dejaron Sus
Huellas

Hasta que llegaron las máquinas y con su poder
avasallador, inmolaron las selvas y abrieron nuevos cauces que le
han dado su simétrica uniformidad actual. Con ellas
también llegaron las inmigraciones desde lejanas tierras,
trayendo la sedimentación de sus costumbres: sus vicios y
virtudes, más la conmoción psíquico material
que sufrieron sus pueblos, en la última
conflagración mundial y que los había empujado como
resaca de ella.

Y Nació La Colonia Agrícola
De Turén

Sus primeros tiempos enmarcaron la nostalgia de un
pasado que dejaba su resabio y una nueva vida que había
que inventarla, por cuanto los cimientos habían sido
truncados y todo estaba por hacer. Se plantaron árboles, y
se improvisaron galpones, se aprendió a manejar nuevas
máquinas, adaptarlas y hasta inventarlas y a cultivar
aquellas tierras nuevas y por tanto misteriosas. Y todo ello en
medio de una flora y una fauna pletóricas, desconocidas y
llenas de peligros. Y para colmar lo paradójico del
momento, el enredo de lenguas que producían las 24
nacionalidades reunidas. Pero a pesar de todo ello y como nos
necesitábamos, la relación social era interesante.
Dentro del país y para la Venezuela imperante o petrolera,
veníamos a ser un PARQUE BOTÁNICO-ZOOLÓGICO
contenido dentro de unas alcabalas custodiadas por la Guardia
Nacional y visitados como una curiosa presencia.

Hasta que empezaron a salir camiones y más
camiones de productos, lo que despertó el apetito de los
mercaderes y… ¡continuaron tejiéndose
leyendas sobre Turén!

Y se inició la especulación sobre nuestro
esfuerzo y los abusos y humillaciones para quienes
habíamos tenido la decisión de enfrentarnos a lo
desconocido, en medio de inclemencias y dificultades indecibles.
Muy poco se reconoció este esfuerzo y pese a la gran
producción, lo que mereció el título de
GRANERO DE VENEZUELA; Se precisó de fuerte presión
para que asfaltaran la única vía de acceso,
instalaran teléfonos que sólo habían llegado
hasta Villa Bruzual y se medio mantuvieron las vías
internas; que son de tierra y la que es de asfalto (vía el
Playón), se consiguió por una "Viveza".

No nos vamos a referir a las luchas gremiales que
alcanzaron un renombre, ni lo que le ha costado a las fuerzas
negativas para bastardear el gremio hasta dividirlo para
debilitarlo. Ni tampoco comentaremos las iniciativas frustradas o
burladas por la "viveza" y que fueron gestadas por gentes de
Turén. Bastaría con recordar el famoso plan CERVINI
que murió al solo anunciarlo.

Tampoco vamos a cargarle a nadie lo que pudo haber sido
y no fue esta TIERRA ADENTRO.

La dirigencia socio-económica del país ha
estado demasiado atareada en el manejo de la riqueza petrolera y
sobre sus mentes ha pesado muy poco lo que pudo haberse hecho en
Turén. Aún quedan tierras para actuar como los
conuqueros, arrasando selvas para seguir para seguir invirtiendo.
(Por suerte, como el petróleo, también las selvas
tienen su límite y éste como que ya se está
acercando).

Los técnicos poco han podido hacer si no han
estado orquestados al son de los gobernantes de turno y bajo la
batuta desarrollista.

Aún es tiempo y la necesidad de alimentos en el
mundo impone una rectificación: En estas tierras es mucho
lo que se puede hacer. Son inmensas las posibilidades de progreso
y bienestar, si emprendemos la diversificación de la
producción agropecuaria, fundamentadas sobre
programaciones modernas, técnicas, más
lógicas y estructuras sociales más humanas y
armónicas. Por eso es necesario el reencuentro de las
gentes de Turén: nacidos y llegados, obreros,
pequeños y medianos agricultores, aquellos que se
engrandecieron con sus talentos y nuestros esfuerzos y los que
siguen bregando honradamente de alguna forma en el lugar. En fin,
todos los que participamos en esta interesante obra de TIERRA
ADENTRO.

Es necesario, repito, que nos reencontremos, para que
con una mentalidad más humana e inteligente que reparemos
lo hecho y sigamos los senderos que desde siempre la realidad nos
viene trazando.

EN LA ERA DE LAS COMPUTADORAS NO SE PUEDE YA SER
MEZQUINOS Y RESULTA HASTA PELIGROSO SEGUIR SIENDO
EGOÍSTA.

Turén, 22 de noviembre de 1978.

LA COLONIA AGRÍCOLA DE
TURÉN VISTA POR UN INMIGRANTE

Por José
Oprescko

La inmigración de alemanes hacia Venezuela se
compuso principalmente de agricultores, al comenzar en el
año 1.951.

Estos grupos los integraban refugiados alemanes de la
parte oriental, así como en la parte Occidental de
Alemania, organizados en su mayor parte, antes de que los rusos
ocuparan la mitad de Alemania. También había en
estos grupos, personas de otros países europeos tales como
rumanos, checos, y húngaros.

En el año 1.940, cuando se iniciaba la Segunda
Guerra Europea y durante todo el conflicto, Alemania quedaba
destruida en su mayor parte y los alemanes y otros refugiados de
países europeos, comenzaron a inmigrar al Canadá,
Estados Unidos, Argentina, Brasil y Venezuela.

Mi Vida Como Inmigrante

Integrando el grupo de inmigrantes de Alemania, llegue a
este país -Venezuela-, como agricultor y considero que
esta proyección y su ejecución, fue la mejor
organizado en el mundo para por ese entonces. Ello, por la
sencilla razón de que Venezuela ofreció al
inmigrante una patria nueva y trabajo diario para cada uno de
nosotros, los inmigrantes en su propia profesión. Fue por
aquella época, un país que ofreció algo
distinto y más llamativo para el inmigrante europeo y de
ahí, que consideremos a este país, como nuestra
nueva patria, dotados de todos los derechos como los trabajadores
que somos, ofreciéndonos un pedazo de tierra, junto con su
título de propiedad de una casa, además de todo lo
necesario para la vida diaria, junto con nuestras familias la
maquinaria requerida para trabajar estas mismas tierras
así como créditos generosos para las
siembras.

Todo lo anterior, condujo al éxito que se ha
obtenido para ambas partes, siendo por lo tanto el Estado
Portuguesa, el primer de los estados venezolanos que ostenta un
lugar destacado en la agricultura venezolana.

Quiero mencionar las llegadas de las primeras familias
procedentes de Alemania Occidental, quienes fueron contratadas
por el gobierno de Venezuela y traídas por los miembros de
la comisión representativa de este país, que
viajó directamente por aquel entonces a
Alemania.

El propósito de esta comisión fue el de
seleccionar un grupo de inmigrantes para que, con el correr del
tiempo, cultivara parcelas, dotados con títulos de
propiedad, casa, maquinarias necesarias para trabajar y
créditos destinados a las siembras, siendo pagadas todos
las bienhechurías por un lapso de 20 años y la
primera cuota debía ser cancelada después de 2
años, al recibir el título de propiedad, siendo
esto más o menos el tenor del contrato suscrito por los
gobierno de Venezuela y Alemania Occidental , copias del cual
entregaron a los jefes de familias de inmigrantes que llegaron a
Venezuela, a fin de que conocieran sus derechos y sus
deberes.

El primer transporte arribó al día 12 de
marzo de 1.951, en aviones de la aeropostal de Venezuela los
cuales aterrizaron en el campo militar de "Palo Negro", Estado
Aragua, por la sencilla razón de que dicho transporte era
exclusivamente para los inmigrantes.

Posteriormente, de Maracay nos trasladaron a "El
Trompillo", con el propósito de permanecer allí 2
semanas, que se prolongó por nueve semanas, cosa que nos
fue explicado, posteriormente pero que luego supimos que las casa
de la Colonia de Turén no estaban aún terminadas,
sin agua y ni luz eléctrica. En el campo de" El
Trompillo", la comida era escasa y había dificultades, que
nosotros denunciábamos aún sacerdote alemán
de apellido Bensch, quien a su vez transmitía nuestros
reclamos a los jefes.

Finalmente, nuestros pesares concluyeron un día,
cuando se presentaron varios autobuses que nos trasladaron a la
Unidad Agrícola de Turén, a donde llegamos de noche
y allí, en la casa de huéspedes nos dieron comida y
luego nos trasladaron a las parcelas correspondientes.

Como las casas no tenían luz eléctrica,
nos alumbramos con lámparas de kerosén, durante
varios días. También no había agua pero un
camión tanque nos la suministraba diariamente. Sin
embargo, las casas se hallaban amobladas y para cada persona
teníamos una cama y tantos platos y cubiertos como persona
componían las familias.

El primer día que pasamos en nuestra sede de
trabajo nos asombramos mucho, pues se veía claramente que
no había sido desforestada la zona adyacente y
había que hacerlo pronto, porque el monte invadía
las casas. No era como nos habían dicho, que todo estaba
listo para comenzar a sembrar.

Después de transcurridos cinco días, nos
avisaron para que nos presentáramos a las oficinas a fin
de recibir la maquinaria que nos tenían reservada. Nos
entregaron un tractor, un hacha, un arado, y una sembradora de
maíz y otra para arroz, una asperjadora y una cultivadora
para maíz y ajonjolí. Toda esta maquinaria estaba
evaluada en 27.000 bolívares, por aquella época.
Así comenzamos a preparar la tierra y sembramos
maíz.

Se aproximaba el invierno y entonces suspendimos la
siembra y luego nos dedicamos a aporcar 2 veces por semanas y a
fumigar, sin echarle el abono pero al final logramos una buena
cosecha de 4.000 kilos por hectárea, entregándola
toda al Instituto Agrario Nacional, en los silos del Centro
Administrativo de la Unidad Agrícola de Turén. Para
el control, había una alcabala a la entrada vigilada por
la Guardia Nacional y no se podía vender ni un solo grano,
que no fuera para el I.A.N.

Sin embargo, el I.A.N. cobró a los parceleros la
primera cuota de las bienhechurías, no cumpliendo su
promesa con respecto al contrato que firmamos al llegar a
Venezuela, que se refería a que los parceleros pagaran su
primera cuota después de 2 años de recibir su
título de propiedad y en esta situación han quedado
todos los parceleros. Muchos tuvieron que buscarse trabajo de
día y de noche, preparaban sus tierras cuando era
necesario. Varios parceleros se regresaron a sus países de
origen.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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