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Arqueología e historia en el pueblo de San Martín Cuautlalpan (página 2)



Partes: 1, 2, 3

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Las poblaciones importantes aledañas al pueblo de
San Martín, son: la población de Ixtapaluca (lugar
de las salineras) al noroeste; Chalco (En el lugar
del chalchihuite
), San Lucas Amalinalco (En el lugar de
la hierba torcida
) y San Gregorio Cuautzingo (En el
lugarcito del águila) al oeste; Cocotitlan
(En donde abundan las tórtolas), Santa
María Atoyac (En el río), y La Candelaria
Tlapala (Donde abunda la tierra de color), al suroeste,
Santa María Huexoculco (En el sauce torcido) al
sur; San Marcos Huixtoco (En el lugar de espinas); San
Jerónimo Cuatro Vientos al norte y Río Frío
al Noreste. .

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Figura 2. Ubicación de la ex
Hacienda de los González, en el pueblo de

San Martín Cuautlalpan.
INEGI.

El terreno se ubica en la ladera sur de la loma en la
cual se asienta el poblado de San Martín, sobre una serie
de terrazas de cultivo, y continúa en una zona de
planicie, limitada al norte y al sur por dos barrancas. El
área total del predio es de unas 47.5 hectáreas
(475,000 m2).

Las coordenadas geográficas del pueblo, a partir
de la parroquia son: 19º 16´ 00 ´´ de
Latitud Norte y 98° 50´00´´ de Longitud
Oeste. Las coordenadas UTM son: 5 17 000 mE – 5 18 000 mE y
21 30 000 mN – 21 31 000 mN.

La altitud del pueblo desde el barrio de Santa
María, alcanza los 2,300 m/ snm y va descendiendo hacia el
oeste y sur, teniendo una altura en el predio, que va de los 2,
275 aproximadamente, desde la Parroquia de San Martín,
hasta los 2,257 m / snm, en la parte más baja de la
planicie. Su superficie es casi plana en gran parte al sur del
terreno, mientras que en el noreste, es la ladera de una loma,
con una pendiente de alrededor de 40°.

Clima

El clima predominante en toda la región es el
templado subhúmedo, con lluvias en verano C
(w).

La temperatura media anual oscila entre los 12° C y
los 16° C, con un promedio anual de precipitación
pluvial de 900 y 1000 mm[1]

Geología

Nuestra área de estudio se ubica en el denominado
Eje Volcánico Transmexicano. Formado por rocas
volcánicas del Plioceno y el Holoceno, de
composición dacítico andesíticas y rocas
basálticas. [2]

El pueblo de San Martín se encuentra asentado
sobre una brecha sedimentaria o toba (tepetate) de color
café claro y en algunas partes más altas, se pueden
observar afloramientos de tobas basálticas y andesita.
[3]En las barrancas se encuentran cantos rodados
grandes y medianos, de toba basáltica y andesita, y
algunos basaltos, arrastrados por las venidas de agua desde las
partes más altas; en la parte al este, sobre la barranca
Atlamaxa, en el llamado Parque de Las Piedras, se observa un
afloramiento de grandes bloques de andesita. (Figura
3).

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Figura. 3. Parque de Las Piedras, en San
Martín Cuauhtlalpan.

Orografía

San Martín se encuentra sobre una zona de lomas
al pie de monte, entre el Valle de Chalco y la serranía.
Destacan diversas elevaciones cercanas, como el C. Tlapipi, de
2,400 m; el C Ixtaltetlac, de 3,400 m; el C. Papayo, de 3,620 m.;
el C. La Teja de 3, 620 m; el C. El Guajolote de 3,600 m; y el C.
La Trampa, de 3,720 m, todos al este. Al oeste, se observa el C.
del Elefante, de 2,400 m y el Xico (Lugar del ombligo),
de 2,300 m., y el C. de Cocotitlan, de 2,300 m. Al noreste, el C.
Tezoyo de 2,660 m; el C. Tejolote, de 3,020 m; Los potreros, de
3,600 m; el Telaron, de 4,060m y más lejos, el C. Tlaloc,
de 4,120 m. Al este, se observa toda una serie de cañadas,
y al este, el llano Xonacatla (En donde abundan las
cebollas
). [4]

Edafología

Los suelos predominantes en San Martín, con
referencia en el Punto de Verificación No. 66 de la Carta
Geológica de Chalco [5]es de tipo de
aluvión, asociado a lomeríos; su edad es del
cuaternario; de intemperismo somero; permeabilidad mediana, de
uso actual industrial, principalmente usados en la
fabricación de ladrillos y para la agricultura. Se trata
de arcillas, limos y arenas finas.

Hidrografía

La fuente fluvial más importante, cercana a San
Martín, es el río San Rafael, que pasa entre
éste y San Gregorio. Existen también algunas
cañadas con corrientes intermitentes que atraviesan el
poblado, como la de San Francisco, la de Ocotenco, la Zopilotera,
la Ortizco, la Atlamaxa y el arroyo de El Cedral, todas desaguan
en el río San Rafael.[6]

Flora y Fauna

En las partes altas, es posible observar aun densos
bosques mixtos con varios tipos de árboles, como encino
(Quercus), arce (Acer), pino y ocote (Pinus), abeto y oyamel
(Abies), nogal (Juglans), huizache (Acacia), tepozan (Buddleia),
y algunos cuantos ahuehuetes (Taxodium), alisos (Alnus), fresnos
(Fraxinus), olmos (Ulmus), también copalme (Liquidambar) y
lames (Celtis); En las partes más bajas y laderas, se
pueden observar ahuejotes (Salix) y especies introducidas como el
pirul (Schinus Molle) y el eucalipto (Eucalyptus); otras plantas
y arbustos son alacle (Malvastrum), chilacayote (Cucurbita
ficifolia), colorín chiquito, encino amarillo, mezquite
(Prosopis), laurel (Lauraceae); también diversas hierbas,
como chilacatole (Argemone mexicana), tabaquillo (Nicotiana),
helechos (Polypodium), ortiga (urtica), verbena (Verbena),
exocatzin (Sida), toloache (Datura), costipactli (Thalictrum),
quelite (Amaranhaceae), epazote (Chenopodiaceae), tomatillo
(Physalis), tules (Cyperus, chilillo (Polygonum) y carrizo
(Arundo donax).[7]

La agricultura en la zona, se limita a la siembra de
diversas plantas tradicionales como calabazas (Cucurbita), chile
(Capsicum), nopal (Opuntia), tomate (Lycopersicum), maíz
(Zea mayz), frijol (Phaseolus), cempaxochilt (Tagetes), maguey
pulquero (Agave) y diversas hierbas medicinales y árboles
frutales como pera (Pyrus), naranja, limón y toronja
(Citrus), aguacate (Persea) y zapote.

La fauna está constituida por conejos (Sylvilagus
cunicularius y S. floridanus), liebres (Lepus mexicanus), tuzas (
Pappogeomys), pécaris (Dicotyles tajacu), mapache (Procyon
lotor), tlalcoyote (Taxidea taxus), zorrillo (Mephitis),
comadreja y hurón (Mustela), ardillas (Sciurus), ratones
de campo (Microtus), cacomixtle (Bassaris), armadillo, tlacuache
(Didelphus virginiana), zorrillo (Spilogale) y zorro (Vulpes). En
las partes altas y boscosas, incluso aún se pueden
observar venados (Odocoileus virginianus y O. hemionus) y coyotes
(Canis)

Entre las aves podemos encontrar águilas (Aquila,
Accipitridae, Buteo jamaicensis), buitre (Cathartes),
gavilán (Accipiter), codorniz (Cyrtonyx), huilota
(Zenaidura), tecolote (Buho), correcamino (Geococcxis), diversas
variedades de patos (Aythya, Spatula clypeata, Anas acuta, A.
Platyrhynchos), colimbos (Podiceps caspicus, Podilymbus,
Aechmophorus), agachadizas y cochines (Scolopecedae) y
fúlicas (Fulica americana).[8]

De igual manera, en los campos de cultivo existen
algunas variedades de culebras, serpientes de cascabel
(Crotalus), cincoatl (Pityophis deppei), lagartos escorpiones y
lagartijos (Lacertilios), ranas y sapos (Rana, Bufo) y alacranes
(Scorpionida).

Actividades
económicas

La agricultura ha dejado de ser la actividad más
importante entre los habitantes de San Martín, y solamente
algunos cuantos pobladores se dedican a realizarla. Los cultivos
preferidos son el maíz, trigo, sorgo, hortalizas y plantas
medicinales, así como otras utilizadas como forraje de
animales. La mayoría de las veces, está limitada al
cuidado de pequeños huertos de autoconsumo, ubicados en el
interior de las viviendas.

Otra actividades a la que muchos de los habitantes del
pueblo se dedican, es trabajando para dueños de
ladrilleras, por sueldos ínfimos, actividad que se remonta
al siglo XIX. Estas aprovechan los suelos arcillosos y arenas
locales, excavando grandes zanjas de hasta 5 o 6 metros de
profundidad, llegando hasta la capa dura de tepetate. Dichas
excavaciones ubicadas en la zona de planicie al oeste y sur del
poblado, entre los límites entre San Martín con
Santa María Huexoculco y San Gregorio Cuautzingo han
dejado extensas cicatrices en la parte oeste del pueblo, y son
causa de innumerables hallazgos de objetos arqueológicos,
que no son registrados y que quedan en propiedad de quien los
encuentra, o son vendidos por unas cuantas monedas a
coleccionistas, o son destruidos por quienes los extraen del
subsuelo, como es el caso de las vasijas, ya que se tiene la idea
errónea muy arraigada, de que estas contienen objetos de
valor, joyas o monedas de oro.

Estas grandes zanjas, son rellenadas en la actualidad
con desechos de construcción, basura y aguas pestilentes,
procedentes de los desagües que van a dar a las barrancas
locales, y que terminan en estas fosas.

Los trabajadores de las ladrilleras, en su
mayoría proceden de San Martín y de Huexoculco, y
son quienes realizan la mayor parte del trabajo
prácticamente artesanal de fabricación de ladrillo
rojo cocido. Esta actividad es realizada tanto por hombres, como
por mujeres y niños, ya que la falta de fuentes de trabajo
no les permite realizar otras labores. En primera instancia, se
extrae la arcilla del yacimiento, con pico y pala, la cual es
procesada en montículos pequeños, moliendo los
terrones y revolviéndolos con agua y arena que
también es extraída del mismo yacimiento de
arcilla, la cual se encuentra en lentículas o en capas de
sedimentos y que fue depositada por las crecientes y venidas de
los arroyos locales.

Posteriormente, es amasada y moldeada sobre el piso de
tepetate, y vaciada a mano en moldes de madera, para darles la
forma rectangular, donde se dejan secar al sol por varios
días, tras los cuales se recogen y se apilan para ser
transportados a los hornos de quema, que cuales están
construidos con bloques de tepetate y adobe. En este lugar, los
ladrillos sin cocer son colocados y quemados con llantas viejas y
trozos de madera. La quema de ladrillos ocasiona una vista muy
característica de la zona, ya que durante todo el
día se levantan altas columnas de humo negro y
gris.

La otra actividad a la que se dedican algunos de los
habitantes del pueblo, en algunas ocasiones de manera ilegal, al
corte de madera de los bosques cercanos ubicados en la zona
más alta. Aunque existen permisos para la tala moderada
por parte de las autoridades ejidales para los vecinos del
pueblo, algunas personas inconscientes y con afán de
lucro, cortan ilegalmente la madera de los árboles,
actividad que ellos mismos denominan "el trozo", ya que la
reducen a pequeños fragmentos que son vendidos a las
ladrilleras para abastecer los hornos.

En mucho menor cantidad, se realiza la ganadería
y la cría de animales domésticos, como vacas,
chivos, cerdos y aves de corral, como pollos, gallinas y
guajolotes; también caballos, mulas, y burros que son
utilizados para el autoconsumo, los primeros o como animales de
carga, los segundos.

Así también, unos pocos pobladores se
dedican al cultivo de nopal para su venta al mercado, y a la
siembra de maguey para la extracción de aguamiel y la
preparación de pulque, que aun se consume como bebida
preferida entre muchas personas, principalmente las de mayor
edad, para acompañar la comida o en ocasiones importantes
como fiestas o reuniones, mientras que los más
jóvenes prefieren bebidas procesadas comerciales como
alcohol y cerveza. Solamente unas cuantas mujeres de mayor edad
se dedican, como actividad complementaria a las labores del
hogar, a la elaboración de tlacoyos y tortillas elaboradas
a mano, para vender en el mercado o para intercambiar en el
mercado principal de Chalco mediante el trueque por otros
productos de la canasta básica.

Muchos de los habitantes han decidido establecer locales
comerciales donde se expenden artículos de primera
necesidad, herramientas, objetos de uso cotidiano alimentos
procesados y artículos domésticos, ropa, etc… El
abasto local es complementado con el tianguis importante que se
celebra los días lunes, en la plaza principal del
pueblo.

Las demás personas, realizan su labor en las
poblaciones aledañas más importantes,
principalmente en Chalco, Iztapaluca y el D. F. Como empleados en
empresas, oficinas, industrias y comercios. También como
trabajadores generales de la construcción en dichos
lugares, o en las empresas constructoras establecidas
recientemente en toda el área. Es característico
del lugar el fuerte sonido del claxon que anuncia el paso de los
camiones de pasajeros que comienzan su actividad desde las 5 a
m.

Fiesta
principal

La fiesta principal y la más importante es la
celebración del santo patrono del lugar, San Martín
Obispo de Tours, quien se festeja el día 11 de noviembre.
Dicha fiesta tiene una duración de toda una semana, siendo
la fiesta grande celebrada el primer fin de semana siguiente al
día 11. La celebración se realiza durante toda la
semana con misas en la parroquia principal. (Figura4).

La imagen del santo patrono es objeto de
veneración en todo el pueblo, ya que es sacado en andas y
en procesión por todos y cada uno de los barrios, donde es
recibido con júbilo y celebración de rezos,
música de banda, cohetes y tamales de chile y jitomate con
epazote y carne, atole, pan y café. Las calles son
adornadas con flores y papal multicolor cortado, y un altar es
preparado especialmente para recibir al santo y celebrar la misa,
tras la cual nuevamente es regresado a la parroquia.

 

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Figura 4. Una de las muchas procesiones
durante las cuales la imagen de San martín recorre el
pueblo para visitar sus diferente barrios.

Antes de ser sacada la imagen recibe en la parroquia a
sus padrinos o mayordomos, quienes se encargan de llevar y
cambiar la vestimenta que llevará el santo durante las
procesiones; esta consiste de una mitra, un báculo y el
hábito y capa característicos de su rango de
obispo, la cual se cambia diariamente. El cambio de vestimentas
del santo es actividad exclusiva del sacerdote y de los
mayordomos varones, y no se permite la entrada de mujeres a la
iglesia porque se tiene la idea que el santo "se avergüenza"
y "no se deja" cambiar ante la presencia femenina.

Estas procesiones duran hasta el primer sábado
siguiente al 11 de noviembre, día en el cual se celebra la
procesión y la celebración más grande de
todas. Durante todo ese día, los festejos en la parroquia
consisten en misas para bautizos y confirmaciones,
acompañadas con bailables de grupos de banda y chinelos.
Al anochecer nuevamente se cambia el vestuario del santo y
comienza la procesión principal acompañado por todo
el pueblo, con música de banda y cohetes.

En esta ocasión no se limita a la capilla o casa
principal del barrio, sino que ahora se extiende a visitar todas
las calles y las casas principales, donde es recibido con gran
festejo de juegos pirotécnicos, toritos y música.
La imagen recorre todo el pueblo, desde las zonas más
sencillas, hasta los lugares donde viven las familias de
posición económica acomodada. Es
característico de esta procesión ver a las personas
cubiertas por cobijas y coloridos gabanes de lana gruesa, que
usan para protegerse de los cohetes, los toritos y para continuar
y resistir el frío durante toda la noche,
acompañados con botellas de tequila, mezcal, cerveza y
garrafas de pulque natural o curado.

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Figura 5. Retablo estilo Estípite
dorado, del siglo XVIII, en el altar mayor de la parroquia de San
Martín Obispo de Tours.

Esta celebración se extiende durante toda la
madrugada y el domingo siguiente, ya que bien entrado el
día aún continúa la procesión y
recibimiento del santo en los últimos y más
alejados lugares del pueblo. Se concluye la fiesta el día
domingo con celebraciones en todas las casas, con comidas y
reuniones familiares, y por la noche un gran baile, bandas,
grupos musicales, y la feria frente a la parroquia. (Figura
5).

A estas celebraciones acuden también los
pobladores de otras localidades cercanas, como Huexoculco,
Río Frió, Cuauhtzingo, Huixtoco y Chalco, ya que
junto con la del Sr. Santiago Apóstol, en Chalco, la de
Santa María en Huexoculco y las de La Candelaria y Santa
Cecilia, en Tlapala, son las festividades más grandes en
la zona.

Sitios
Históricos

La Parroquia de San Martín Obispo de
Tours

En el pueblo de Cuauhtlalpan, una pequeña
estancia sujeta a Tlalmanalco y después a Temamatla, los
frailes franciscanos erigen en el siglo XVI una pequeña
capilla de visitación, que dedican a San Martín
Obispo de Tours, la cual será ampliada y modificada
durante los siguientes siglos XVII, XVIII y XIX,
agregándosele nuevas construcciones como una capilla
adosada dedicada al Señor del Sacromonte, del siglo
XVII-XVIII, y un convento erigido en el siglo XIX.

La primera capilla del siglo XVI, mantiene toda la
simbología franciscana, ya que sobre su fachada que es de
forma cuadrangular, se puede observar un arco de medio punto, de
andesita rosa labrada, sostenido por dos pilastras simples, con
pedestales, que conforman la entrada principal a la parroquia;
sobre el arco una cornisa, y a los costados del arco de la
entrada dos pilastras decoradas con símbolos marianos de
flores de cuatro pétalos o quincunces. Rodea todo el
conjunto de la entrada el listón con nudos que indica su
filiación franciscana.

Toda la fachada se encuentra recubierta con ladrillo
rojo barnizado y colocado a manera de petatillo; entre estos se
intercalan mosaicos blancos decorados con flores azules. Remata
la fachada un imafronte piramidal que sostiene una base con una
cruz; sobre el imafronte se observan los elementos que designan
al santo al cual está dedicada la capilla, como son el
báculo y la mitra de San Martín Obispo. La
construcción fue realizada en su mayoría con cantos
rodados y piedra careada. En el interior se puede observar un
retablo de estilo barroco estípite dorado de dos cuerpos,
que tiene al centro la imagen del santo patrono y otras de santos
y arcángeles; este retablo fue recientemente intervenido
por la Coordinación de Restauración CNRCPC para su
limpieza y estabilización. (Figura 6).

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Figura 6. Dos vistas del área
donde se localizaba la antigua Hacienda de los Gonzáles;
al fondo, la parroquia de San Martín Obispo.

Al costado derecho de la capilla se erigió otra
capilla dedicada a devoción del Señor del
Sacromonte, cuyo culto es de tradición franciscana, en la
cual se puede observar una torre con dos campanarios y un remate
de forma prismática decorado con mosaicos. La fachada
está constituida por un arco de piedra rodeado por dos
pilastras que sostienen una cornisa; sobre esta, dos remates de
pedestal que enmarcan el frontón y la ventana. Corona el
conjunto un frontón triangular con nicho y cuatro remates
de pedestal. Su interior muestra remodelación moderna,
donde se puede observar una imagen del Señor del
Sacromonte. A diferencia de la capilla de San Martín, esta
se construyó usando adobes sobre un soporte de piedra, y
fue cubierta con un aplanado de cal y arena. Sobre la torre se
observa la fecha 1942 que se refiere a su
reconstrucción.

Del lado izquierdo se ubica el convento y
galerías, también elaborado con cantos rodados y
piedra careada, compuesto de dos pisos, su fachada esta formada
con amplios arcos sostenidos por columnas; cuatro arcos de medio
punto en el primer cuerpo y cuatro arcos mixtilíneos en el
segundo. Remata el conjunto el imafronte con una imagen moderna
de un cristo y la fecha 1938.

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Figura 7. Antiguo retablo de estilo
Barroco temprano, dorado, al interior de la Parroquia de San
Martín Obispo.

Otra construcción se ubica al interior del
convento, y adosada a la capilla principal es la
sacristía, que fue construida también en su
totalidad con piedra, la cual ostenta en una piedra grabada la
fecha de dedicación de 1840.

Rodea todo el conjunto de construcciones un amplio
atrio, sobre el cual se observan algunas lápidas labradas
en piedra de finales del siglo XIX y principios del
XX.

Durante mucho tiempo y hasta la segunda mitad del siglo
XX, al poblado se les conocía con el mote de San
Martín de las "torres mochas", debido a que la torre
principal de la capilla del señor del Sacro Monte, fue
derribada durante la Revolución por un grupo de soldados,
quienes practicaron el "tiro al blanco" con cañón
en el pueblo, destruyendo la torre. Otra versión es que
cayó un rayo sobre la torre derribándola. Esta fue
reconstruida hasta la segunda mitad de la década de los
40"s.

La Hacienda de
los González

Hasta hace unas dos décadas, como se puede
observar en las fotos aéreas[9]y por los
relatos de los habitantes, aún se podían apreciar
los restos del casco de la antigua hacienda de Los
González, constituidos principalmente por restos de muros
construidos con adobe, pisos de cantos rodados y remates de
cantera y basalto labrados de puertas y ventanas, restos de los
cuartos de la casa grande, asoleadero de animales, un camino y un
gran estanque de agua de gruesos muros, conocido como "la
alberca", así como un acueducto elaborado con ladrillos
cocidos y bloques de basalto tallado del siglo XIX.

Los restos de la hacienda fueron totalmente arrasados
hasta sus cimientos por uno de los propietarios, quien
arrancó las piedras y derribo los muros, dejando
totalmente plano el terreno. Algunas versiones locales
señalan que buscaba el "tesoro" de la hacienda, otras que
se saco beneficio de los restos vendiendo las piedras y la
cantera de los muros como cascajo. Finalmente el terreno de 47.5
hectáreas, fue adquirido por una empresa constructora que
lo destinó al proyecto de construcción de vivienda
de interés social, denominado Villas de San
Martín.

La Hacienda de San Martín Cuautlalpan o de los
González, según relatos de los propios pobladores
que la conocieron,[10] tenía una planta
casi cuadrangular, orientada con un eje que iba de noroeste a
noreste, siguiendo la traza de un camino artificial construido en
la base de la loma; este camino estaba construido con cantos
rodados, y con fragmentos de tepetate y ladrillos de arcilla
cocida. El camino conducía directamente a la puerta
principal de la hacienda, la cual estaba flanqueada por dos
grandes árboles; la puerta principal estaba construida con
bloques de cantera labrada que formaban un arco.
(Figura8).

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Figura 8. Dibujo en planta del casco de
la ex Hacienda de los González.

Este camino continuaba atravesando la hacienda de lado a
lado, y separaba al noreste los cuartos de la casa grande y la
troje de almacén de granos; al suroeste del camino y en el
interior de los muros de la hacienda, se encontraba una gran
cisterna de agua que se conocía localmente como "la
alberca", construida con gruesos muros de piedra de alrededor de
un metro; flanqueaban las esquinas gruesos contrafuertes de
pedestal con remates piramidales. Toda la construcción se
encontraba recubierta por un aplanado de cal y arena.

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Figura 9. Dibujo reconstructivo del
área de la Hacienda de los González en el siglo
XIX.

Al costado sureste de esta cisterna se ubicaban el
asoleadero y los corrales del ganado; los pisos del asoleadero
estaban construidos con cantos rodados de tamaño mediano.
El camino atravesaba la hacienda por el medio y continuaba al
sureste cruzando otra puerta, también con arco de cantera.
La hacienda estaba rodeada en su totalidad por gruesos muros de
adobes, asentados sobre una base de piedras careadas y cantos
rodados y sostenidos de tramo en tramo por contrafuertes adosados
a manera de pilastras; como remate, estos muros estaban decorados
con un chaflán que los protegía de la
erosión por el agua de lluvia.

Toda la construcción fue erigida sobre una gran
base artificial de relleno de cascajo, tepetate, piedras y
fragmentos de ladrillos, que le daban soporte. Las excavaciones
arrojaron restos de ladrillos cocidos rojos, losetas de barro,
fragmentos de vidrios de ventanales y una gran cantidad de tejas
de barro cocido, así como ganchos para sostener las vigas
sobre las cuales se colocaron las tejas. Esto nos da una idea de
los materiales usados en la construcción de la casa
principal, cuyos restos fueron reutilizados como
relleno.

Sobre el camino corría un acueducto elaborado en
ladrillo rojo, construido en el siglo XIX, según una
inscripción que lo ubica en 1810. Este acueducto
conducía el agua directamente desde la cisterna hasta las
tierras de cultivo, ubicadas al sur en la parte baja.
También en la zona alta sobre la loma, se excavó un
canal que conducía el agua desde el pozo a la zona de
cultivo sobre la loma, y quizá se continuaba hacia el
pueblo. Este canal ya existía a principios del siglo XX.
(Figuras 9 y 10).

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Figura 10. Restos del antiguo acueducto
de ladrillo rojo de la hacienda, y dibujo en corte

del sistema constructivo.

Al momento de realizar la investigación
histórico-arqueológica, la hacienda había
desaparecido en su totalidad desde hacia ya décadas, y los
pocos vestigios que quedaban, como la alberca y el acueducto ya
habían sido destruidos por la maquinaria que
emparejó el terreno. Algunos vestigios de los rellenos de
la base de la terraza sobre la cual se construyo la hacienda, se
recuperaron durante la excavación de las cepas de drenaje,
consistentes en cerámicas, objetos de metal y restos de
materiales constructivos.

Hasta hace unas dos décadas, como se puede
observar en las fotos aéreas,[11] y por los
relatos de los habitantes, aún se podían apreciar
los restos del casco de la antigua hacienda de Los
González. (Figura 11).

Figura 11. Antigua Fotografía
aérea del Pueblo de San Martín Cuautlalpan, y vista
de los restos de la Hacienda de los González.

Antecedentes
históricos y de
investigación
arqueológica

Antecedentes Históricos.

El topónimo

El antiguo nombre con el cual se conoce desde la
época prehispánica al actual pueblo de San
Martín Obispo es el de CUAUHTLALPAN. Tiene sus
raíces en la lengua náhuatl y
etimológicamente significa "En la tierra de las
águilas" o "En la tierra del águila".

Se compone de:

cuauh (tli) ………….. águila.

tlalli …………………. tierra.

pan …………………… locativo en,
sobre.

Figura 12. Glifo prehispánico de
Cuauhtlalpan, basado en el glifo del

Códice de Coatlinchan.

El glifo se puede encontrar como tal en el Plano de
Coatlinchan, pero haciendo referencia a otro pueblo
homónimo llamado Santiago Cuauhtlalpan. El glifo
está compuesto por un rectángulo de color
café, dentro del cual se pintaron puntos y
semicírculos que indican que se trata de tierra; sobre
éste, la cabeza de un águila o cuauhtli. Este
conjunto de glifos indígenas nos da la lectura
"Cuauhtlalli" a la cual se le agrega el locativo o distintivo que
señala un lugar "pan", para formar la palabra o el
toponímico CUAUHTLALPAN. (Figura 12).

Las fuentes
etnohistóricas

Son varios los documentos, tanto indígenas como
novohispanos, que nos hablan sobre la historia de la
región en la cual se localiza el área que estamos
estudiando: la cuenca del antiguo lago de Chalco, cuyo nombre
significa "En el lugar del chalchihuite", como lo indica el glifo
del lugar, o "a la orilla del espejo del agua". (Figura
13).

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Figura 13. Glifo prehispánico de
Chalco, "lugar del chalchihuite".

Los datos históricos más antiguos que se
tienen sobre la ocupación de Chalco, se remontan a finales
del periodo tolteca, durante el Posclásico temprano, hacia
el año 900-1150 d.C.; En San Martín Cuauhtlalpan,
son los restos arqueológicos los que nos remontan a
épocas mucho más antiguas, al periodo
Preclásico, a las fases Zacatenco (700-400 a.C.) (figura
14), y Ticoman (400-200 a.C.). (Figura15).

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Figura 14. Antiguo brasero con la
representación de un roedor y vasija de forma de calabaza,
del periodo Zacatenco.

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Figura 15. Cajete trípode rojo,
del periodo Ticoman.

La evidencia arqueológica también nos
ofrece información sobre una ocupación en la parte
este del pueblo, entre San Martín y Huexoculco, que data
del periodo Clásico. Esta ocupación presenta una
filiación teotihuacana, y presenta los elementos
estilísticos en la cerámica de las fases
Tlamimilolpan tardío y Xolalpan temprano (250-450 d.C.),
típicos de Ciudad de los Dioses; seguramente este
asentamiento teotihuacano estaba emparentado con la
ocupación del la parte noreste del cerro Cocotitlan.
(Figura 16).

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Figuras 16. Figurillas y jarra de estilo
teotihuacano, elaboradas en arcilla.

No se encontraron en la Hacienda de los González
otras evidencias posteriores a la caída de Teotihuacan,
hacia el año 650 d.C. aunque es bien conocido que en otras
partes de Chalco, como en la isla de Xico, se estableció
una importante ocupación que pertenece al grupo que
habitó la cuenca y el Valle de México, en los
años 700-900 d.C. los Coyotlatelco, que son el antecedente
directo de la cultura tolteca.

Durante el periodo de florecimiento de los toltecas, en
Tula, en San Martín Cuauhtlalpan, un grupo Mazapa, de
filiación tolteca, habitó en San Martín
Cuauhtlalpan durante los años 900-1200 d.C., como lo
demuestran los restos localizados en el lugar, como
cerámicas domésticas y rituales, y figurillas.
(Figura 17).

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Figura 17. Cerámicas toltecas de
los tipos Joroba y Mazapa líneas ondulantes.

Tras la caída de Tollan, capital del Estado
Tolteca, hacia finales del siglo XII d. C. toda el área
central del altiplano quedó desolada y solamente unos
cuantos centros sobrevivientes, mantenían viva la
tradición tolteca. Entre ellos, algunos en Yucatán,
Guatemala, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, y otros como
Cholula en Puebla; dentro de la cuenca, se encontraba Culhuacan,
y otros puntos situados al norte y al sur del valle de
México, donde sobrevivían algunos pequeños
grupos de familias de origen tolteca. (Figuras 18 y
19).

Al llegar Xolotl y su hijo Nopaltzin al valle de
México guiando a las hordas chichimecas del norte en busca
de un lugar donde asentarse, se encuentra con este panorama
desolador: ciudades y pueblos abandonados y grupos de toltecas
dispersos en varias partes a las orillas de los grandes
lagos.

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Figura 18. Cerámicas Azteca I del
tipo de Chalco, de tradición culhuacana y cholulteca.
Fechadas entre el periodo final del Imperio Tolteca y los
primeros años del siglo XIII.

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Figura 19. Cerámicas
domésticas del tipo Chalco, de la fase Azteca
I.

El cronista Alva Ixtlilxochitl nos dice sobre esta
situación que:

"Los toltecas se habían destruido y estaba la
tierra despoblada, cuando vino a ella el gran chichimeca Xolotl a
poblarla, teniendo noticia por sus exploradores de su
destrucción… Y habiendo entrado por los términos
y tierra de los toltecas hasta llegar a la ciudad de Tollan,
cabecera del imperio, en donde halló muy grandes ruinas
despobladas y sin gente, por lo que no quiso hacer asiento en
Tula, sino que prosiguió con sus gentes enviando siempre
exploradores por delante para que viesen si hallaban alguna de
las gentes que hubiese escapado de la destrucción y
calamidad de esta nación, y cuales eran los mejores
puestos y lugares para su habitación y
población".
[12]

Xolotl se asienta primero en Xoloc, cerca de Xaltocan y
poco después toma como cabecera de su
señorío a la ciudad de Tenayuca Oztopolco, situada
en la parte norte del valle, desde donde reparte las tierras a
los diversos grupos que lo acompañan, quedando en
Azcapotzalco los tepanecas, en Xaltocan, los otomazahuas y en
Coatlinchan, los acolhuas; también establece alianzas
matrimoniales con los pobladores descendientes del linaje
tolteca. Esto ocurrirá durante el siglo XIII. (Figura
20).

El príncipe Nopaltzin, hijo y sucesor al trono
chichimeca de Xolotl, se casa con una Princesa culhuacana de
estirpe tolteca llamada Azcatlxochitzin, hija de Pochotl,
descendiente directo del linaje de Topiltzin y de Toxochipantzin,
hija de Nauhyotl, señor de Culhuacan; de esta
unión, nacerá el siguiente señor chichimeca,
llamado Tlotzin, quien funda su señorío en las
cercanías de Coatlinchan, al cual denomina Tlatzallan-
Tlallanoztoc.[13]

Figura 20. Cerámica Azteca II de
tradición de Chalco, ubicada para el periodo de
fundación y apogeo de Tenayuca y Azcapotzalco, en los
siglos XIII-XV.

Según nos cuenta el códice texcocano
conocido como Mapa de Tlotzin, durante un recorrido que este hace
por sus tierras de Coatlinchan, tiene ocasión un encuentro
con un personaje de Chalco, de los últimos descendientes
de la estirpe tolteca, llamado Tecpoyo Achcautli, quien
tenía su casa y familia en Xico. Este personaje se
convertirá en su ayo y desempeñará el papel
de educador y civilizador de los chichimecas,
enseñándole a Tlotzin la lengua náhuatl, a
asar los alimentos y a gustar comidas preparadas; le muestra las
ceremonias y las formas de culto a los dioses y a sembrar la
tierra.

Tlotzin había ido allá a Coatlinchan,
iba a cazar. Por ahí se le acerca un chalca, de nombre
Tecpoyo Achcauhtli. Este como que tuvo temor cuando vio a Tlotzin
con su arco y su flecha. Tecpoyo Achcauhtli dijo entonces a
Tlotzin: "¡oh hijo mío, déjame vivir a tu
lado!.

Tlotzin no comprende su lengua porque es chichimeca.
Sin embargo, desde este momento, el chalca acompañó
a Tlotzin en sus cacerías. Los venados, conejos,
serpientes y aves que este cazaba, Tecpoyo Achcauhtli los levaba
a cuestas.

Entonces por primera vez Tecpoyo Achcauhtli se puso
a asar lo que había cazado Tlotzin. Por primera vez le dio
a comer alimentos cocidos, porque antes Tlotzin comía
crudo lo que había cazado.

Tecpoyo Achcauhtli largo tiempo vivió al lado
de Tlotzin. En una ocasión le dijo, le pidió
permiso: "¡Oh hijo mío! Deja que vaya a decirles a
tus ciervos, los chalcas, los cuitlatecas; deja que vaya a
decirles como he llegado a verte y como he vivido a tu
lado.

Entonces Tlotzin comprendió ya un poco la
lengua del chalca. Con el envió conejos y serpientes en un
huacal.

Pero Tecpoyo Achcauhtli regresó al lado de
Tlotzin. Le dijo: "¡Oh hijo mío, ven a visitar a los
chalcas, que son tus servidores!

…Cuando llegó Tlotzin, salieron a recibirlo
los chalcas. Le hicieron sentarse, le trajeron presentes. Le
dieron tamales, atole… Entonces Tecpoyo Achcauhtli hablo a los
chalcas, les dijo: "¿acaso no se ha hecho ya Tlotzin como
un príncipe, como un hijo?

Enseguida se disponen a hacer ceremonias; ellos
veneraban así a sus dioses. Tlotzin, como era chichimeca,
no sabía como eran las ceremonias de los chalcas en honor
de sus dioses. …ellos solo tienen por dios al sol, al que
llaman padre. Así veneran al sol, cortan la cabeza a las
serpientes, a las aves. Hacen agujeros en la tierra,
rocían con sangre el pasto. Tienen también por
diosa a la tierra, la llaman madre de ellos.

[14]

Con este contacto se inicia el intercambio cultural
entre los grupos toltecas y los chichimecas. Tlotzin se
unirá también a una señora de linaje tolteca
llamada Tocpachxochitzin, hija de Cuauhtlalpal, quien junto a
Acatomatl, Cozcaquauh y Chalchiuhtlatonac habían sido
nombrados por Xolotl señores de la provincia de
Chalco.[15] De esta unión nacerán
los siguientes señores que conformarán la
dinastía texcocana, como Quinantzin, Techotlala e
Ixtlilxochitl, quienes continuarán en el siguiente siglo
XIV, con la labor de civilización de los grupos
chichimecas, que heredarán la tradición de los
grupos toltecas situados en el área sur de la cuenca, en
Culhuacan y en Chalco y de otros llegados de la Mixteca, llamados
tlailotlaques y chimalpanecas.

Jurado Quinatzin, y estando en sus ciudad, de
allí a cuatro años que el era jurado, llegaron los
tlaylotlaque de delante de la Misteca, los cuales eran del linaje
de los tultecas; y llegados a Chalco, preguntaron por el monarca
de la tierra en donde era su corte. Los de Chalco les dijeron
como era Quinantzin, que en Texcuco, no muy lejos de allí
estaba.
[16]

Sobre lo que ocurría en la zona sur de la cuenca
en esta época, nos dice el cronista Chimalpahin que la
región de Chalco o Chalcayotl fue poblada hacia la primera
mitad del siglo XIII, por grupos de inmigrantes procedentes del
norte, como los xochimilcas y los chalcas quienes fundaron cuatro
señoríos: Amaquemecan, Tlalmanalco,
Tenanco–Tepopollan y
Xochimilco–Chimalhuacan.[17]

Eran varios los grupos que conformaban la etnia chalca,
pero los primeros en llegar a Chalco Atenco Chalchiuhtepec,
fueron los acxotecas hacia 1229 d.C. [18]Siguieron
los teotenancas, que fundaron cerca de Ayotzingo a Tepalcatetelco
y Tenanco en 1238 d.C. y Tepopolan en 1260 d.C. Los totolimpaneca
amaquemeque llegan y se asientan en Tepotoniloyan cerca de
Atenco-Chalco en 1241. Los tecuanipantlacas, arribaron en 1295 a
Tecuanipan Amaquemecan y en 1297 se asientan en Huixtoco
Amaquemeca bajo el mando de Ocelotzin. Los nonualca, los
teotlixca y los tlacochcalca se asientan en Tlacoculhuacatepec en
1296, quienes en 1297 se ponen en camino y se asientan en
Tultitlan. Finalmente, los nonohualcas fundaron en 1299 d.C.
Xallipzahuacan en Iztapalapa, y los nonoalcas poyauhtecas o
panohuayantlacas en 1304 d.C. se asientan en
Amaquemecan.[19]

Según Chimalpahin hacia 1229 llegaron de Tulla
los acxotecas:

Y estos mencionados acxoteca, ciertamente son ellos
los que primeramente se dieron el nombre de chalca. Y la
razón de esto, según se dice, fue la chalchiuhcalli
con la que vinieron a dar por aquí en tierras de Chalco…
que una vez aquí, sobre la ribera del agua, en llegando lo
tomaron los acxoteca por su relación con el lugar en donde
esta el gran espejo de agua, ya que ha mucho tiempo… daban por
nombre al agua Chalchiuhmatlalatl, y al gran espejo del agua lo
llamaron Chalchiuhtlicue. Fue así… como se hicieron
llamar chalca y así como queriendo significar "gente de
las orillas del agua" o acaso "gente de las orillas del
Chalchiuhmatlalatl"… otros dos grupos más que
allí vinieron a dar… son los amaquemeque y tlacochalca,
los que ahora ya se llaman tlalmanalca, también… tomaron
el nombre de chalca.[20]

Para 1238 llegan los tenancas:

Aquí en este cumplieron 10 años en
Cuitlatetelco los tenanca chichimeca cuixcoca temimilolca
ihuipaneca. … de nueva cuenta vinieron a partir de allí;
luego que se marcharon, solamente dos, habiendo entrado a Xicco,
salieron precipitadamente de allí y vinieron a otro lugar;
llegaron a la ribera, por sobre la orilla del agua, en las
inmediaciones de Ayotzingo… y allí también
trajeron a los hijos de los viejos tenancas, los que nacieron
allá en Cuitlatetelco… Éstos ya jóvenes
vinieron a mudarse allí por la orilla del agua, en
Tepalcatetelco… Y Tenanco se construyó en la ribera;
allí estuvieron agrandando la casa del que tenían
por dios los tenanca…[21]

En 1241 llegan los totolimpanecas amaquemeque que
también se harán llamar chalcas:

Aquí en este llegaron y con ello vinieron a
establecerse los antiguos teochichimeca totolimpaneca
itztlacozauhque amaquemeque allí en el lugar de nombre
Tepotoniloyan, por la orilla del agua, en
Chalco.
[22]

En 1295 llegan los tecuanipan:

… dignamente mencionado huehue Tzihuhtlacauhqui,
Tzompahuacateuhtli, que vino llegando a Tecuanipan
Amaquemecan.

Y en 1297:

Aquí en este vino a dar con la gente la
persona de Ocelotzin, teuhctli, que vino fungiendo como
tlahtohuani de Huixtoco Tecuanipan… vino a dar con el
mencionado huehue Tziuhtlacauhqui, Yaopol allá en
Tecuanipan Amaquemecan Chalco; fue así mismo cuando vino a
asentarse en Huixtoco.
[23]

También ese año se asientan los
nonualcas:

Y también en ese año 12 tecpatl
mencionado, allí por donde está el lugar de nombre
Tlacoculhuacatepec llegaron a asentarse los nonualca, los
teotlixca, los tlacochcalca; allí tardaron dos
años.[24]

En 1304:

7 Tecpatl, 1304. En este año llegaron los
nonohualcas poyauhtecas llamados panohuayantlacas; los
venía conduciendo Tlotliteuctli, y se asentaron en
amaquemecan.
[25]

El Códice Ramírez menciona lo siguiente
acerca de la tribu chalca:

El segundo linaje es el de los chalcas, que quiere
decir gente de las bocas, por que challi significa un hueco a
manera de boca, y así, lo hueco de la boca llaman
camachalli, que se compone de camac, que quiere decir la boca, y
de challi, que es lo hueco, y de este nombre challi y de esta
partícula ca se compone chalca, que significa los
poseedores de las bocas.[26].

Sobre la llegada a la región de los grupos
chalcas nos dice el padre Durán:

Los segundos que llegaron, no mucho después
(de los xochimilcas), fueron los de la parcialidad y
generación chalca, el cual en su llegada se juntó
con el de Xochimilco y partió términos con
él quieta y pacíficamente: tomó por cabecera
y principal asientos a Tlalmanalco y de ahí se
dividieron… a vivir en… Amecamecan, Tenanco … Ayotzinco,
Chalco Atenco, San Martín … lo cual es mucho
menos que lo que Xochimilco ocupó por ser más la
gente de la de aquel tribu que la deste otro.
[27]

La provincia chalca se localizaba en el extremo sudoeste
de la cuenca del Valle de México, teniendo por un lado los
límites con los xochimilcas hacia la parte del oeste y la
sierra y los volcanes al este. Los Anales de Chalco indican que
dicha provincia tenía una influencia de menor
extensión que la de Xochimilco. La región chalca se
extendió en un tiempo a Coatepec y Chimalhuacan Atenco al
norte y a Mixquic en el noroeste.[28]

A fines del siglo XIV los chalcas conquistaron a los
pueblos matlazincas del Valle de Toluca. También
mantenían frecuentes guerras con varios pueblos de
Tlaxcala, Huejotzingo, Tepeaca y Cuauhtinchan, y otros del sur
como Atlatlauhca y Totolapa. Dentro del Valle de México
los tepanecas, acolhuaque y tenochcas emprendieron diversas
campañas militares para derrotar a los chalcas. Los
tepanecas los atacaron en el siglo XIV sin lograr dominarlos; a
fines del siglo XIV y principios del XV hay un estado de guerra
que los Anales de Chalco describen como
Xochiyaoyotl.[29]

1 Tecpatl, 1324. En este año se
enseñoreo Huehue Acamapichtli como tlatohuani de
Colhuacan. También en este año comenzaron las
guerras floridas en Chalco; las hicieron los chalcas y los
tlacochcalcas.

1 Tecpatl, 1376. En este año, según
dejaron pintado algunos, se enseñoreó Acamapichtli
en Tenochtitlan. También en este año llegó
la guerra a Chalco Atenco; durante ocho años hubo guerras
floridas: los chalcas liberaban a los principales mexicas que
capturaban y, de la misma manera, los mexicas liberaban a los
principales chalcas que capturaban, pues solo los macehuales eran
sacrificados.

1 Acatl. 1415. En este año finalmente
degeneró la guerra; los chalcas ya no liberaban a los
principales mexicas que capturaban, y, de la misma manera, los
mexicas tampoco liberaban a los principales chalcas que
capturaban. En este año terminaron las llamadas guerras
floridas, que duraron 40 años.

[30]

A fines del siglo XIV y las primeras décadas del
siglo XV, la lucha por la hegemonía y el poder sobre la
cuenca se inició entre el soberano de Texcoco
Ixtlilxochitl y Tezozomoc, soberano de Azcapotzalco, nietos de
Xolotl. Ambos soberanos se adjudicaban el título de
Chichimeca Tecuhtli, que les confería el dominio sobre los
demás pueblos del valle de México. Además el
señor aculhua no había querido tomar como esposa a
la hija del soberano tepaneca, sino que se había unido a
una hija de Huitzilihuitl señor mexica.

Tezozomoc inició las hostilidades contra
Ixtlilxochitl, atacando y destruyendo primero unos poblados cerca
de Iztapalucan, y dejando en los lugares cercanos gente lista
para enfrentarse a Ixtlilxochitl. por lo cual, el señor
acolhua coloca sus fronteras y defensas entre Ixtapalocan y
Chalco y convoca a sus aliados de Huexotla, Cohuatlinchan,
Cohuatepec, Iztapalocan, Tepepulco, Tlalmanalco y Chalco, para
enfrentarse a los tepanecas.

Nos cuenta el cronista Alva Ixtlilxochitl que en el
año ce tochtli 1370, el señor de Texcoco
fue jurado como soberano de toda la tierra por sus
súbditos y su hijo Netzahualcoyotl, como príncipe
heredero. Ixtlilxochitl solicitó a Tezozomoc el
reconocimiento y la obediencia bajo la amenaza de guerra, a lo
cual respondió el señor tepaneca negándose y
levantando su ejército contra Texcoco.

Tezozomoc entonces hace tratos con los señores de
Otumba y de Chalco, quienes se unen a su ejército en
contra de Ixtlilxochitl, quien será capturado y muerto en
Tepanohuayan por los ejércitos chalcas y
otumpanecas.[31]

Muerto Ixtlilxochitl, Tezozomoc se jura como
señor de toda la tierra, colocando como señores a
Tlacateotzin en Tlatelolco, a Chimalpopoca en Tenochtitlan, e
instalando como cabeceras del vencido reino acolhua a Acolman con
Teyolcocohuatzin y a Quetzalmaquiztli en Coatlinchan. Para Chalco
señaló a Tocitecuhtli y para Otumpan a
Quetzalcuixtli.

Tras la muerte de Tezozomoc hacia 1427, nuevamente la
lucha por el poder dará origen a un nuevo conflicto, ahora
entre el sucesor tepaneca Tayautzin, y Maxtla señor de
Coyoacan quien se apodera del trono.

Maxtla asesina a su hermano Tayautzin y al señor
mexica Chimalpopoca. Es aquí donde entra a escena
Netzahualcoyotl, heredero del trono acolhua. Este, solicita la
ayuda del señor de Chalco para levantarse contra Maxtla, y
atacar y destruir la cabecera de Coatlinchan. El nuevo
señor mexica Izcoatl, viendo los atropellos de los cuales
era objeto el pueblo mexica por el usurpador Maxtla, decide
unirse a Netzahualcoyotl en contra de los tepanecas. Los chalcas,
viendo esta alianza con los mexicas, a quienes tenían como
odiados enemigos, retiran el apoyo que habían dado al
señor de Texcoco.

Tras una cruenta guerra, Maxtla y el imperio tepaneca
caen en manos de los aculhuas y mexicas hacia 1428,
determinándose nuevas cabeceras con Izcoatl en
Tenochtitlan, Netzahualcoyotl en Texcoco y Huehue Totoquihuatzin
en Tlacopan, quienes se repartirán los pueblos
anteriormente sujetos a Azcapotzalco.[32] (Figura
21).

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Figura 21. Cerámica Azteca III
perteneciente al periodo de apogeo del Imperio Azteca encabezado
por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan.

Entre 1446 y 1465 d.C., los mexicas lanzan una ofensiva
militar contra la región conquistando las cabeceras de las
cuatro divisiones políticas (Altepetl) de la provincia de
Chalco (Chalcayotl) y sus 13 señoríos (Altepetl
Tlayacatl o Tlahtocayotl):

* Tlalmanalco-Tlacochcalco (Opochhuacan, Itzcahuacan y
Acxotlan).

* Amaquemecan (Itztlacozauhcan, Tlaltotlacan,
Tzaqualtitlan Tenanco, Tecuanipan y Panohuayan).

* Tenanco-Tepopollan (Tenanco Tepopollan, Tenanco Atenco
Ayotzinco y Xochitepec)

* Chimalhuacan (Xochimilco y
Tepetlixpan).[33]

Bajo el gobierno de Motecuhzoma Ilhuicamina la provincia
de Chalco entra al sistema imperial mexica, quedando como sujetos
y tributarios; sin embargo, los chalcas intentaron en varias
ocasiones liberarse de este dominio. Debido a esta acción
militar, durante 22 años no hubo un gobierno
legítimo en ninguna de las cuatro partes de la
región de Chalco, siendo estas gobernadas por los
cuauhtlatoque o jefes militares mexicas; no sería sino
hasta 1486 que el gobernante mexica Ahuizotl designo para
Tepetlixpa a Quetzaltototzin como su nuevo
tlatoani.[34]

De los 13 señoríos de la provincia
sólo 10 recuperaron sus tlatoque, pero no les fue
permitido organizarse bajo el sistema tradicional en el que
había dos tlatoque, uno para la política exterior y
otro para el gobierno.[35]

Chimalpahin nos dice que:

6 Tochtli, 1446…. En este mismo año…
comenzó la guerra en que vencieron a los chalcas;… y
Chalco estuvo asediado durante 20 años. Así
comenzó la guerra; los señores (mexicas) enviaron a
Chalco a cuatro principales….fueron enviados por Huehue
Moteuczoma Ilhuicamina y por el cihuacohuatl Tlacaelel para que
fueran a solicitar maderos grandes, vigas y tablas, que se
necesitaban para techar el templo de Huitzilopochtli… a los
tlatoque de Tlalmanalco… a los tlatoque de Amaquemecan… A
estos tlatoque de Chalco… suplicaron con humildad, porque por
entonces, estos eran sus iguales y no sus
sujetos.

Pero cuando los tlatoque de México
presentaron sus peticiones a los tlaloque de Chalco, a
éstos les molestó que quisieran imponerles
obligaciones, porque aún no estaban sujetos al mexica
tenochca, sino que eran sus iguales. Por esta causa
comenzó la guerra y Chalco fue asediada…

2 Acatl, 1455… En este año llovió
mucho…. También por primera vez fueron derrotados los
chalcas.

11 Tecpatl, 1464. En este año los mexicas
llegaron por primera vez a Chalco, sobre el amaquemeque….Hacia
el final de este año… pereció la ciudad de
Chalco, la destruyeron los mexicas; la ciudad estuvo primeramente
en Chalco- Atenco, pero en ese año se mudo, cuando los
chalcas fueron a establecerse donde ahora esta la ciudad de
Tlalmanalco.

12 Calli, 1465. En este año pereció la
ciudad de Amaquemecan, la traspasaron los mexicas cuando nos
conquistaron; al atardecer hicimos las paces con los mexicas.
Desde el amanecer nos estuvieron combatiendo, a las cuatro
ciudades de Chalco: Amaquemecan, Tlalmanalco, Tenanco y
Xochimilco Chimalhuacan.
[36]

El Códice Ramírez nos dice que durante la
coronación de Motecuhzoma I :

… fue en persona a hacer guerra a la provincia de
Chalco, que se les habían declarado por enemigos, donde
peleó valerosamente y trajo muchos cautivos con que hizo
un solemnísimo sacrificio el día de su
coronación, aunque no dejo rendida la provincia de Chalco,
por ser la gente más esforzada y valerosa que hasta
entonces habían encontrado los mexicanos…. La guerra en
que más dificultad tuvo fue la de la provincia de
Chalco… y así estuvieron mucho tiempo en rendirlos… Y
así fue que acudiendo este rey en persona a la guerra con
todo su poder destruyó aquel reino tan valeroso…
[37]

Ixtlilxochitl menciona que tras su conquista en
1465:

…comenzaron los chalcas a edificar salas y
aposentos de increíble grandeza en las casas y palacios
del rey, y en los demás de los señores y caballeros
de su reino y en las de los otros dos reyes y cabezas del
imperio, por castigo de su obstinación y rebeldía,
trayendo de su provincia madera, piedras y los demás
materiales para los edificios referidos, con tan grave y excesivo
trabajo suyo que más no podía ser en el mundo ,y
como con las guerras pasadas que ellos habían tenido
tantos años, se había muerto la mayor parte de los
varones, era aún hasta las mujeres compelidas a este
trabajo. El rey Netzahualcoyotzin acertó a ver esta
calamidad que padecían los chalcas y lo peor de todo que
padecían de hambre,…mando que hiciesen unas muy grandes
casas…que llaman jacales, y que en ellas… tuviesen
grandísima máquina de comida para los chalcas que
andaban ocupados en los
edificios…"[38]

Según la Matrícula de los Tributos y el
Códice Mendocino, la provincia de Chalco-Amecameca, junto
con otros pueblos como Tecmilco, Tepuztlan, Xocoyoltepec,
Malinaltepec y Cuauhxomulco, tributaban a la Triple
Alianza:

800 cargas de mantas grandes cada 6 meses y

2 trajes de guerrero.

2 escudos o rodelas de plumas ricas.

4 trojes de maíz desgranado.

2 trojes de frijoles.

2 trojes de chían.

2 trojes de huauhtli una vez al
año.[39]

Después de la conquista de la provincia,
Axayacatl (1469-1481) asignó dos unidades de tierra con
una extensión de 400 por 80 medidas para el huey tlatoani
de Tenochtitlan Moctezuma II (1502-1520); les exigió
además otros tributos destinados a gastarse en las fiestas
estatales, las conquistas y las obras públicas.

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Figura 22. Cerámicas Azteca IV,
usadas durante el periodo final de existencia del Imperio Azteca,
poco antes de la Conquista.

El hueytlatoani de Tenochtitlan puso calpixque en la
provincia de Chalco, la cual se dividió en tres redes
distintas de calpixcazgos. La red de Chalco cuya cabecera era
Tlalmanalco, con seis calpixcazgos: Chalco-Tlalmanalco, Tecmilco,
Tepuztlan, Xocoyoltepec, Malinaltepec y Quauxumulco, ubicados al
oriente de la provincia. La red de Petlacalco tenía otros
cinco: Cocotitlan, Tepopollan, Ayapanco, Atoyac y Tecalco. La red
de Citlaltepec, incluía a Chalco-Atenco, y la
obligación de esta era contribuir con servicios
militares.[40]

Al llegar los españoles a la región en
1519, fueron recibidos por los habitantes de
Xochimilco–Chimalhuacan, Tlalmanalco, Amecameca y
Ehcatzinco, en el puerto de Ayotzingo,[41] y como
primer tributo ofrecieron a Cortés el pago de 2400 fanegas
de maíz,[42] que le tributaban con
anterioridad a Motecuhzoma Xocoyotzin.[43] (Figura
22).

Desde mediados del siglo XVI hasta el periodo Virreinal
Tardío, Chimalhuacan y Tenango fueron las principales
comunidades que continuaron pagando el tributo de maíz al
marqués del valle.

Esta región se alió a los españoles
durante la Conquista para sitiar a la Ciudad de México;
también vencieron a la guarnición mexica de
Huaxtepec en marzo de 1521, al mando del Cptan. Gonzalo de
Sandoval; y en abril, unidos a Cortés conquistan Yautepec,
Tepoztlan y Cuernavaca, con una guarnición de 20,000
guerreros de Chalco, Texcoco, Huexotzinco y
Tlaxcala.[44]

Hacia 1520 la encomienda de Chalco, que incluía
Tlalmanalco, Amecamecan, Tenango y Chimalhuacan,
pertenecía a Cortés, pero para 1528 se apropian de
ésta Nuño de Guzmán y otros, cuando
éste viaja a España. En 1533 la encomienda pasa a
manos de la Corona.[45]

Al terminar la conquista y durante los siglos XVI y
XVII, la enfermedad y la peste asolaron la región, por lo
cual, la población antes numerosa se redujo
drásticamente en todos los poblados de la provincia de
Chalco, que era hacia principios del siglo XVI una de las
regiones más pobladas de la cuenca; Cortés reporta
unos 20,000 habitantes tan solo para Amecameca, a mediados del
siglo se reportan unos 45,000 habitantes; hacia 1570 en Chalco se
reportan 13,050 tributarios. En 1644 Chalco ya tenía solo
2,910 y en 1692 solo había 2,689. Chalco fue asolada y la
población acabada por epidemias como viruela y zahuatl en
1532; matlazahuatl entre 1545 y 1548; sarampión y otras
entre 1563-1564-1570: cocoliztli en 1592, 1629
–1631.[46]

Tras la conquista militar la conquista espiritual de los
pobladores indígenas estuvo a cargo de tres
órdenes: los franciscanos, los dominicos y los agustinos.
Los conventos religiosos se convirtieron en el núcleo
organizador y concentrador de la población y en el centro
de los recorridos evangelizadores hacia otros poblados de la
región. Así, Los franciscanos visitan Cuitlahuac y
Mizquic; en Tlalmanalco fundan un convento desde el cual dirigen
sus recorridos hacia Tenango y Amecameca, que terminan hacia
1533; En Chalco fundan otro convento cuya importancia radicaba en
estar ubicado en el punto de desembarco de todos los productos
procedentes del valle de Cuernavaca y Cuauhtla; y en Coatepec
para realizar recorridos por Iztapaluca y Tlapacoya.

Por su parte los dominicos fundaron en 1528 el convento
de Chimalhuacan – Chalco; en 1550 fundan el de la
Asunción Amecameca; en1568 se aceptan los conventos de San
Pedro Cuitlahuac y el de Coatepec Chalco; Para 1570 se establecen
en San Juan Bautista Tenango. Mientras tanto, los agustinos se
sitúan hacia el extremo sur de la provincia y hacia 1536,
ocupan San Andrés Mixquic, y fundan Santa Catarina
Ayotzingo en 1580. [47]

Los franciscanos fundaron en 1524 un sitio de visita en
la localidad de Ozumba, y en San Lucas Amalinalco hacia 1534; los
dominicos fundaron otros más en Tepetlixpla, Ecatzingo,
Atlautla y Juchitepec.[48]

Como ya se mencionó, hacia 1532-1535 se establece
una misión franciscana que funda el pueblo de Chalco, la
cual, en los años siguientes, construye un primer convento
y parroquia en el lugar dedicada al Apóstol Santiago; a
partir de ésta, comienzan la evangelización de los
pobladores de algunas localidades de la región,
construyendo capillas de visita. Los frailes se encontraban bajo
la guía de fray Martín de Valencia.

El convento franciscano del señor Santiago
Apóstol de Chalco puede marcar el sitio de lo que fue un
centro ceremonial ubicado en el eje del antiguo camino de
Tenochtitlan, que cruzaba Chalco y proseguía hacia los
demás pueblos ubicados en la margen sur del
lago.[49] Sin embargo, el lugar no aparece
señalado como un sitio importante en la época
prehispánica, y fueron pocos los poblados congregados a su
entorno.

Hacia 1585 en una visita del padre Ponce se dice
que:

El convento es moderado, acabado con su iglesia,
claustros, dormitorios y celdas, su vocación es de
Santiago y residían en el dos frailes, tiene una buena
huerta en que se dan muchas hortalizas, muchos duraznos, higos y
ciruelas de Castilla y muchos espárragos… y ahí
junto al convento está el
embarcadero.[50]

Hacia 1558, los franciscanos de la Provincia de
Tlalmanalco realizan la congregación de los pueblos de San
Martín Cuautlalpan, San Lucas Amalinalco, San Marcos
Huixtoco, San Gregorio Cuauhtzingo, Santa María
Huexoculco, Santo Tomás Atzingo, Cocotitlan, Temamatla,
San Mateo Huitzilzingo, Tlapala, San Cristóbal Puctla, San
Francisco Centlalpa y Ayapango.[51]

A fines del siglo XVI, se realiza una nueva serie de
congregaciones de pueblos y comunidades indígenas en la
región. Muchas de las anteriores estancias sujetas a la
provincia franciscana de Tlalmanalco, se redistribuyeron ahora
entre Tlalmanalco, Santiago Chalco y una nueva fundación
en San Juan Temamatla.

Para Tlalmanalco quedaron sujetas las estancias de San
Jerónimo, Contla, Tlaylotlan, San Bartolomé
Mihuacatzingo y el barrio de Xoloapa; en el pueblo de Centla se
congregaron las estancias de La Visitación Chalma, San
Esteban y Santiago Ayapango, y el pueblo de San Cristóbal
Puctla.

Santiago Chalco tenía hacia 1570 once visitas,
algunas de las cuales estaban subordinadas a otras cabeceras,
teniendo para 1570 solo cinco. En el siglo XVII, al poblado lo
componían los barrios de Coyatitlan, Chichihuatepec,
Tizapan, Ometusco y San Pablo, y sus pueblos sujetos eran San
Lucas Amalinalco, San Marcos Huixtoco, San Mateo, San Juan
Bautista Tlapizahuac, San Lorenzo Chimalpa y
Tlapacoya.

Mientras que a la Provincia de Temamatla quedaron
incorporados los pueblos de San Martín Cuautlalpan, Santa
María Huexoxculco y
Cocotitlan.[52]

En el pueblo de Cuauhtlalpan, una pequeña
estancia sujeta a Tlalmanalco y después a Temamatla, los
frailes franciscanos erigen en el siglo XVI una pequeña
capilla de visitación, que dedican a San Martín
Obispo de Tours, la cual será ampliada y modificada
durante los siguientes siglos XVII, XVIII y XIX,
agregándosele nuevas construcciones como una capilla
adosada dedicada al Señor del Sacromonte del siglo
XVII-XVIII, y un convento erigido en el siglo XIX. La primera
capilla del siglo XVI, mantiene toda la simbología
franciscana.

Para 1743, la cantidad de familias de indios casados en
San Gregorio Cuautzingo ascendía a 49; en San
Martín Cuautlalpan ascendía a 78 familias, y en
Santa María Huexoculco a sólo 19 familias. Mientras
que en un censo efectuado entre 1769-1760 se reportan 77 indios
casados, 22 indios solteros, 4 no indios casados y 1 no indio
soltero en Cuautzingo; 136 indios casados, 18 indios solteros, 32
no indios casados y 18 no indios solteros en Huexoculco, mientras
que en San Martín la población ascendía a
125 indios casados, 22 indios solteros, 7 no indios casados y 2
no indios solteros.[53]

Según un documento fechado para 1764, en el
pueblo de San Martín Cuautlalpan se realizaban ya
elecciones para escoger oficiales y gobernantes para el
pueblo.[54]

Durante el siglo XVIII, la jurisdicción de la
provincia de Chalco-Tlalmanalco, comprendía desde la
sierra nevada hasta Tlayacapan, a lo largo de la cual
existía una gran variedad de climas y suelos, así
como una diversidad étnica en la población
residente. La provincia de Chalco destacó como una de las
más importantes productoras de cereales, maíz y
trigo, y además también se explotaban los bosques
en las zonas altas y los recursos de la ciénaga. Otros
productos de la provincia eran cebada, paja, leña,
carbón, frutas y legumbres, y materiales de
construcción como madera, tezontle y piedra. Todos estos
recursos eran enviados a la ciudad de México desde el
pueblo de Chalco y el puerto de Ayotzingo, desde donde
partían canoas que realizaban el transporte lacustre.
También tenía cierta importancia el cultivo del
maguey, con el cual se producía pulque y otros
artículos derivados de sus fibras. Otros productos que
llegaban a la provincia eran maíz, azúcar y miel,
procedentes de tierra caliente, desde Cuauhtla y
Puebla.[55]

Según una relación geográfica de
1743, existían en la región de Chalco, unas 46
haciendas y ranchos de labor de trigo, maíz y cebada, de
las cuales, solo cuatro eran de riego y las demás de
temporal, las cuales producían alrededor de 250,000
fanegas de maíz y 30,000 cargas de trigo, con las cuales
abastecían tanto a la ciudad de México como a los
poblados de la región.[56] Y para 1792
ascendían a 77 haciendas y ranchos.[57]
Estas haciendas se dedicaban, además del cultivo de
granos, cereales, magueyes y a la explotación de los
bosques, a la cría de ganado como vacas, cerdos, reses,
cabras y borregos, además, de animales de
carga.

En Chalco:

La hacienda procuró siempre funcionar con
núcleo de trabajadores permanentes reducido a lo
indispensable, y utilizó a la población de las
comunidades como un inmenso ejército de
reserva.

La articulación de la comunidad
permitió a la hacienda tener disponible esta masa de
trabajo sin costa para ella, y emplearla cuando hacía
falta a un costo mínimo.

La comunidad indígena permitió
asegurar la alta eficiencia económica de las
haciendas.
[58]

Hacia principios del Siglo XVIII, existía ya en
el lugar la Hacienda de San Martín Cuauhtlalpan. Un
documento fechado para 1699-1718, adjudica la propiedad de la
hacienda de San Martín a Don Antonio Domínguez
Samudio, quien fue demandado por Diego Sarmiento de Luna y Juana
de Luna, dueños de las haciendas de San Jerónimo y
Nextipac, debido a un problema sobre posesión de
tierras.[59] A fines del Siglo XVIII, la hacienda
pertenecía ya a Don José González Cevallos y
Monterde; dicha hacienda se adjudicaba la posesión de los
montes cercanos, y algunas tierras, impidiendo el corte de madera
a sus pobladores.

Don José González Cevallos y Monterde,
igual que otros dueños de haciendas en Chalco,
pertenecía a una de las familias más importantes de
la oligarquía de la ciudad de México. Era nieto,
igual que Pedro Gil de Rosas, dueño de la Hacienda de
Guadalupe, de Don Luis Monterde y Antillón y de
Doña Catalina Lazo, fundadores de un mayorazgo valuado
hacia 1717 en más de 450,000 pesos. Este mayorazgo
incluía haciendas ganaderas en Santa María de los
Lagos y León, así como una casa en Veracruz y otra
en la ciudad de México. También eran primos de los
primeros condes de la Prensa de
Jalpa.[60]

Según un documento de 1774, los naturales del
pueblo de San Martín Cuautlalpan se quejan y levantan una
demanda contra José González, dueño de la
hacienda, ya que este les impedía cortar los
árboles de los bosques de Pinahuac, ubicados en el monte
de Río Frío.[61] En varias ocasiones
se presentaron quejas por parte de los pobladores por propiedad
de tierras y despojo de los montes.[62]

Para 1777, los pobladores levantan otra demanda contra
los arrendatarios y exactores del ramo de alcabalas, solicitando
que no se les exigiera el pago de las contribuciones en especie,
sobre los productos que en sus tierras
producían.[63]

Otro documento fechado para 1780-1821, nuevamente
señala los problemas existentes entre los pobladores y los
dueños de las haciendas, por la posesión de las
tierras; en este caso, se cita a Ignacio Herrera, Luis Paradela,
Francisco Monterde y otros, de las haciendas de Chalco, La
Compañía, Los Jardines y San Martín
Cuautlalpan.[64] (Figura 23).

Para 1790, el pueblo de San Martín levanta otra
queja por propiedad de tierras contra Julián Lezaun,
administrador de la hacienda de San José de
Chalco.[65]

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Figura 23. Mayólicas virreinales
de los siglos XVII-XVIII, periodo de auge de la Hacienda de los
González.

Otros problemas locales sobre propiedad de tierras se
registraron entre los mismos pobladores de San Martín,
como en el caso de la demanda en 1776 de Teodoro Martín,
tributario, contra Diego Martín sobre la propiedad de un
pedazo de tierra de repartimiento que se nombraba
Ahuguatitlan.[66] Otro caso es el de Ángel
Antonio y Bernarda María, tributarios, en 1801 sobre la
propiedad de la tierra nombrada Tequitlali, y una casa
vieja.[67]

En un documento que abarca los años desde 1808
hasta 1866, se señala que la hacienda de San Martín
nuevamente se ve involucrada en otra queja que hacen los
habitantes del pueblo, ya que esta vez se apropia del
monte,[68] así como en otros conflictos por
la propiedad de las tierras de los indígenas de
Cuautlalpan entre 1824-1890.[69]

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Figura 24. Antiguos objetos de metal
recuperados entre los restos de

la antigua Hacienda de los
González.

Para el 16 de abril de 1875, se erige la municipalidad
de San Gregorio Cuautzingo que quedaba como cabecera de los
pueblos aledaños, como San Martín Cuautlalpan, La
Candelaria Tlapala, La Asunción de Santa María
Huexoculco, y Río Frío. Así como las
Haciendas de Guadalupe, el Moral, Los González, La
Compañía y Atoyac. Toda la municipalidad
tenía una extensión de 364 Km.
cuadrados.[70] Para el 7 de septiembre de 1894, es
derogado el Decreto No. 8 del 16 de abril de 1875 que
erigió el municipio de San Gregorio Cuautzingo, del
distrito de Chalco, quedando finalmente agregado a la
Municipalidad de Chalco.[71] (Figura
24).

Hacia 1867, durante un breve tiempo se da en Chalco y
Texcoco un movimiento armado encabezado por un campesino de la
región y ex soldado del ejército liberal llamado
Julio López, quien junto con los demás grupos
oprimidos, se levantaron en contra de las grandes haciendas que
explotaban a los pueblos y despojaban a sus legítimos
dueños indígenas de sus tierras.

Los pueblos todos estamos prontos a levantarnos en
masa, apropiarnos de nuestros terrenos a la viva fuerza y
hacerles la guerra a muerte a los verdaderos opresores, a los
tiranos hacendados.
[72]

Según las noticia de la época, Julio
Chávez y su tropa atacaron e invadieron diversas haciendas
en Chalco, Texcoco, San Martín Texmelucan, Tlalpan y
Morelos, tomando los caballos, las armas y repartiendo las
tierras a los campesinos. Para defender sus intereses, los
dueños de las haciendas de La Compañía,
Miraflores, Los González, y otras más de la
región se organizaron por su cuenta con las autoridades
locales, para enfrentarse en caso necesario, a los insurrectos,
quienes ya se encontraban hacia Tlalmanalco en
1868.[73].

El Gobierno Federal, el general Rafael Cuellar nombrado
jefe de operaciones contra la rebelión campesina, el
prefecto de Texcoco, las autoridades locales y los hacendados,
organizan entonces una campaña de represión contra
los pueblos y los campesinos de la región, debilitando el
movimiento revolucionario. La madrugada del 7 de julio de 1868,
Julio López es capturado en el pueblo de San
Nicolás del Monte, y al día siguiente pasado por
las armas.[74]

Hacia fines del siglo XIX, la hacienda de
González pertenecía a un español de nombre
Cantero M.[75] Hacia 1890, la hacienda
producía 6,000 fanegas de maíz, 1,000 fanegas de
cebada, y 1,000 barriles de pulque. Contaba con 110 trabajadores
residentes y 50 peones no residentes que recibían un
salario diario de 31 centavos.[76] (Figura
25).

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Figura 25. Ganchos de metal utilizados
para sostener las vigas de madera que sostenían las tejas
de barro del techo de la casa principal de la Hacienda de los
González.

Datan de finales del siglo XIX y
principios del siglo XX.

Hacia 1867, la población de Chalco
ascendía a 47,000 personas, mientras que para 1900
alcanzaba casi las 70,000. Dentro de la población, entre
1878 y 1885, el 75% u 85% de la población residente en
Chalco era de filiación indígena, o de habla
nahuatl.[77]

Hacia 1890, Iñigo Noriega, prominente hacendado
de la región, adquiere el rancho de Xico al Sr., Carlos
Rivas en 20,000 pesos, con la intensión de
adueñarse de los terrenos sobre los que se asentaba el
lago; por esta razón, en 1894 solicita al Secretario de
Estado y del Despacho de Comunicaciones y Obras Públicas
del gobierno de Porfirio Díaz, un permiso para abrir un
canal que vertiera las aguas del antiguo lago de Chalco hacia el
de Texcoco, con el fin de desecar el lago y crear nuevas tierras
y áreas de cultivo para sus nuevas fincas en Xico, que
tenían derechos sobre la posesión de sus aguas.
Iñigo Noriega practicó este sistema de
desecación y creación de ricas y fértiles
tierras de desecación en otra de sus propiedades: la
hacienda de La Compañía en Cuautzingo, muy cerca de
San Martín Cuautlalpan.

En 1895, finalmente es aceptada su solicitud y se le
concede canalizar las aguas del lago y la de los manantiales que
lo alimentan, para desecar el lago de 10,000 hectáreas.
Para 1903, el hacendado traslada a los 200 habitantes de San
Martín Xico Viejo a un terreno comprado a la hacienda de
San Juan de Dios; allí construyó una capilla y
ubico el poblado de San Martín Xico Nuevo. Con la
desecación del lago, desaparecieron las carpas, los patos,
las chinampas y solo se tenía el agua de la
lluvia.[78]

Entre 1870 y 1910, Chalco experimentó una
combinación de expansión económica que
beneficiaba a los terratenientes, y presionaba a los campesinos.
La expansión comercial, la presión social y la
desintegración familiar, conduce a muchos a unirse a la
insurrección revolucionaria. La transformación del
paisaje, motivada por la intensificación de una
economía capitalista, se aparejaban con la creciente
situación aflictiva para los campesinos, ambos elementos
fueron centrales para explicar el levantamiento en armas de los
campesinos de los pueblos ribereños de
Chalco.[79] (Figura 26).

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Figura 26. Antiguos cartuchos percutidos
de balas y un pequeño proyectil, que datan del periodo de
la Revolución Mexicana.

Después de 1910, los aldeanos de Chalco se
unieron a los zapatistas establecidos al sur, para atacar las
grandes fincas que dominaban la economía agraria
regional.[80] El levantamiento armado en Chalco
tuvo un inicio lento, con poca movilización, hasta 1913,
tras el derrumbe del Estado nacional, cuando la
insurrección armada se extendió y sostuvo en la
región. Para 1914-1915, la mayoría de las fincas se
encontraban bajo el control zapatista. Hacia 1916, los
administradores de las haciendas se enfrentaron a una
rápida disminución en el número de sus
trabajadores, y a una demanda de salarios más altos a los
pagados antes del conflicto.[81]

Antecedentes de Investigación
Arqueológica.

Son diversos los trabajos de investigación que se
han llevado a cabo en la región de Chalco y sus
alrededores, contándose con toda una serie de proyectos y
de salvamentos y rescates arqueológicos; así
tenemos que:

Las primeras investigaciones arqueológicas
llevadas a cabo en la región, son las realizadas por Don
Manuel Gamio en 1911, quien realiza un recorrido de superficie
para el reconocimiento de vestigios arqueológicos en la
"Hacienda de Zavaleta", en Tlalmanalco.
[82]

Para 1952-1953, la Universidad de Columbia, de New York,
realiza investigaciones en Chalco y en Xico, para establecer una
secuencia cerámica en el área sur del valle de
México. [83]

En 1955, Beatriz Barba excava en el sitio de Tlapacoya,
localizando un asentamiento que ubica cronológicamente,
tras la identificación de los materiales
arqueológicos y las estructuras, para el Periodo Formativo
Tardío-Terminal (500 –150 a.C.)
[84]

En 1960, el Departamento de Prehistoria inicia
investigaciones que se enfocan al estudio de la época
prehistórica; dentro de éstas se encuentran los
trabajos de Lorena Mirambell de 1967 en
Tlapacoya,[85] sitio en el cual se localizaron
restos de antigua fauna plehistocénica, hogares y
artefactos líticos que fueron fechados en 22,000 y 21,000
años antes del presente.

Otros trabajos de investigación son los de
Cristine Niederberger (1969-1976) en el sitio de Zohapilco, cerca
del pueblo de Tlapacoya, donde encuentra evidencia de
ocupación humana pre cerámica durante las fase
Playa, (5500 – 3500 a. C.) y Zohapilco (2500-2000 a. C.), y
cerámica de la fase Nevada (1400 – 1200 a.C.) hasta
la fase Ticoman (400 – 200 a. C.) así como una
antigua figurilla de barro que fecha para niveles Zohapilco.
[86]

En 1967, Muriel Porter realiza el análisis del
material arqueológico obtenido al construirse la autopista
México- Puebla. [87]

Hacia 1969 y 1972, la Universidad de Michigan realiza un
importante proyecto de reconocimiento arqueológico de
superficie a gran escala para analizar el patrón de
asentamiento en la Región de Chalco – Xochimilco,
bajo la dirección de Jefrey R Parsons
[88]Este reconocimiento tuvo como objetivo, el
registro de sitios y el análisis del patrón de
asentamiento en la región,

En 1973, Jürgen Bruggeman realiza trabajos de
registro y delimitación del sitio de Tlapacoya.
[89]

En 1973, Tolstoy realiza excavaciones en Coapexco, en la
zona oriente de Amecameca, donde localiza estructuras
habitacionales. [90]

Para 1986, Noel Morelos y Mari Carmen
Serra,[91] Luís Barba y
Serra.[92] y Valadez,[93] realizan
trabajos de prospección y excavación
arqueológicas y estudios de fauna en el sitio de
Temamatla, donde se localizan dos grandes estructuras alargadas
del Formativo Medio de 65 metros de largo y 10 de
ancho.

En el Atlas Arqueológico Nacional del Registro
Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas,
aparece registrada el área aledaña a nuestro sitio,
con la clave E14B31-15-002, denominado "La Ladrillera"; este
sitio fue registrado con base en bibliografía y
verificación en campo en 1987. (Figura 27).

En la década de los 90, diversos trabajos de
salvamento y rescate arqueológico son llevados a cabo en
Xico, como los de Salvador Pulido, en El Mirador, quien localiza
varios entierros y restos de estructuras como muros y apisonados
que datan para el Formativo Final, [94]y otros
como los de Castillo y Aranda, en el sitio El Naranjo, que
también ubican para el Formativo
Superior.[95]

Figura 27. Ubicación de los restos
arqueológicos situados en san Martín Cuautlalpan y
Santa Maria Huexoculco.

Para 1991, del 3 al 14 de septiembre, se realizó
un salvamento arqueológico, por Ulises Ortega y
José María Lawrence en el predio denominado "La
Mina de Santa María Atoyac", Municipio de Chalco, Estado
de México. El lugar de excavación se encuentra
ubicado en el poblado de Cocotitlan, que esta asentado en el
cerro localizado en el kilómetro 4.5 de la carretera
federal a Cuautla, denominado como cerro Santa María
Atoyac.[96] En el predio se hicieron recorrido de
superficie y pozos de sondeo, pero los trabajos fueron
suspendidos por problemas suscitados entre la
compañía Giroc y la población de Cocotitlan;
sin embargo las excavaciones mostraron que el material
arqueológico se encuentra a una profundidad de 1.00 m,
pero debido a la extensión del terreno y las limitantes
del tiempo no se excavo en su totalidad el predio.
[97]

A partir de 1992, en el Art. 27 Constitucional y con la
promulgación de la Ley Agraria, se establece el Programa
de Certificación de Derechos Ejidales y de
Titulación de Solares (PROCEDE), integrando al Estado de
México en 1996. Queda bajo la coordinación de la
Arqlga. Olivia Torres Cabello, del Centro INAH Estado de
México, la verificación del patrimonio
arqueológico en las propiedades ejidales y
comunales.

Los trabajos de salvamento en La Mina Santa María
Atoyac, se reanudaron en marzo de 1992, a cargo de Olivia Torres
Cabello y Juan Carlos Alvarado Villamar, después de
formalizarse las platicas entre autoridades del CRINAH Estado de
México y la empresa Giroc; cuando se llevo a cabo la
excavación el cerro de Santa María Atoyac se
encontraba dividido al sur, por el poblado de Cocotitlan y al
norte por la empresa Giroc. [98]Los trabajos
concluyeron en febrero de 1993. En esta ocasión se
realizó un recorrido de superficie y se recolecto material
cerámico, lítico y figurillas con el objetivo de
conocer su filiación cultural y la cronología del
lugar.

Partes: 1, 2, 3
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