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Historia del martes 13 (página 2)




Enviado por ramiolra ramiolra



Partes: 1, 2

Primero debemos diferenciar entre las
fechas viernes 13 y martes 13, que por lo general generan
confusión, creyendo que una de ellas es errada, o que
incluso, ambas significan lo mismo. Nada de eso, sucede que el
temor al viernes 13, tiene su origen en las culturas anglosajonas
mientras que el martes 13, pertenecen a la cultura popular de
países como España y Grecia. A esto se debe que en
países de Latinoamérica tomemos la fecha del martes
13 como fecha fatídica y que Estados Unidos, por ejemplo,
adopte el Viernes 13. Una muestra clara de todo esto es que
cuando se presentó a afamada película de terror
Friday the 13th (Viernes 13), tuvo, para su estreno en
Latinoamérica y España, que cambiársele el
título por Martes 13, debido como hemos dicho a la
diferencia de pareceres sobre este día específico.
Los últimos días de los caballeros de
Cristo
Los estudiosos de las supersticiones, indican que
el temor al viernes 13, se debe principalmente a un hecho
histórico en concreto, un evento que con el paso de los
años continúa causando polémica por lo
oculto de las circunstancias en fue envuelto.
trezidavomartiofobia es la palabra que describe la
aversión a realizar cualquier actividad que rompa la
rutina durante un martes 13… mientras que algunos
encienden velas, para otros es un día común y
corriente. Lo cierto es que un martes 13 no es un día
cualquiera, sino que se supone como de mala
influencia.

Cuentas los maestros de la kabalah que fue
justamente un martes 13 cuando la confusión de lenguas en
la antigua babel. Incluso, al igual que los pueblos
nórdicos, consideran que existen 13 espíritus
malignos.

El cristianismo también
aportó lo suyo. Por ejemplo, es en el capítulo 13
del apocalipsis donde se habla del anticristo. Incluso fueron 13
los comensales de la última cena de Jesús de
Nazaret. Por esta razón, los países de origen
protestante atribuyen mala onda al viernes 13 y no al
martes.

El martes, ni te cases ni te
embarques…

El dicho no es en vano. Era una costumbre
casarse por civil los días martes y por iglesia los
sábados. Como muchos matrimonios resultó un
verdadero desastre, la gente se lo atribuyó al día
del civil.

Pareciera que esta popular creencia
proviene desde tiempos anteriores a la edad media porque hasta
los griegos, con toda su cultura, aceptaron que el día
martes, regido por el dios de la guerra, tenía
connotaciones destructivas y hasta violentas.

De la misma manera los egipcios… sin
ir más lejos, la carta número 13 del tarot
está referida a la muerte.

Todo suma…

Los caldeos aportaron lo suyo
también: según la astrología son doce las
casas y los signos, es decir, que +1 sería el
desequilibrio. algo similar creían los hindúes
quienes consideraban que las experiencias vitales del ser humano
eran 1- El yo 2- la posesión 3- el dolor 4- el instinto 5-
la creación 6- el servicio 7- la unión en pareja 8-
la sexualidad profunda 9- espiritualidad 10- el poder 11- la
proyección 12- la comunicación.

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Según los registros
históricos, un viernes 13 de octubre de 1307, bajo las
órdenes del Rey Felipe IV de Francia, un grupo de los
llamados Caballeros Templarios, fue capturado y llevado a la
Santa Inquisición para ser juzgado y condenado por
diversos crímenes en contra de la cristiandad. No se sabe
bien si la decisión del rey francés, se
debió a una decisión meramente religiosa debido a
los rumores que se tejían en torno a esta orden religiosa
(de quienes se decía protegían o custodiaban
secretos íntimos de la Iglesia como el Santo Grial), o por
meras cuestiones económicas. En ese tiempo, los caballeros
Templarios poseían una gran fortuna, eran los principales
prestamistas y acreedores en muchas regiones de Europa, en
especial de Francia. Es más, se dice que el propio Felipe
IV, tenía una gran deuda con esta orden y que por ello
decidió capturarlos y acusarlos ante el Vaticano por
diversos cargos, entre ellos el de herejía, sodomía
y de orinar y escupir en la cruz. Los templarios al ser
capturados fueron condenados a la hoguera, ante la anuencia del
Papa Clemente V, de quienes muchos culpan de no haber llevado un
proceso justo.

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Al parecer, una muestra clara de la
trascendencia de este grupo religioso es sin lugar a dudas, la
sensación que dejó en gran parte de Europa la fecha
de su captura que propició luego su sentencia y
eliminación. Haciendo así que el día viernes
13, fuera más que la fecha de un evento histórico
específico, para ser un símbolo del terror y la
mala fortuna. Hay mucha gente con fobia a este día, que no
viaja a ningún lado por superstición. La fobia a
este día se llama Trezidavomartiofobia o Triscaidecafobia.
El número trece desde la antigüedad fue considerado
como de mal augurio ya que en la Última Cena, trece eran
los comensales; la Cábala enumera a 13 espíritus
malignos; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al
anticristo y a la bestia.

El Martes 13 y el
fin de los Templarios

Los Templarios eran el ejército del
Papa y significaban un importante centro de poder por su fuerza
militar, su dominio estratégico en Europa, especialmente
en Francia, y sobre todo por sus enormes riquezas, lo que les
convierte en el sistema bancario más importante del mundo.
Por eso un rey empeñado en afirmar su autoridad absoluta
tenía que terminar con la Orden del Temple, y no por
ejemplo con la del Hospital, que se comportaba y organizaba de un
modo completamente distinto.

Los "sepultureros" de los Caballeros del
Temple fueron el Rey de Francia, Felipe IV "el Hermoso", el Papa
Clemente V y los dominicos, orden muy experta en estas jugadas.
La tónica del monarca francés fue un intento de
absolutismo, para lo que le estorbaban los Templarios por su
exención jurisdiccional y su poderío
económico, que humillaba a un soberano lleno de
deudas.

Monografias.comFelipe IV

Hasta el momento del proceso sólo se
les achacaba su orgullo, vicio censurado hasta por los
pontífices romanos que en la persona de Nicolás IV
quiso unirlos a los Hospitalarios "para moderar su soberbia".
Felipe IV se aprovechó de esta decantada actitud y
pidió al Papado que los humillara, diciéndole que
no convenía al pontificado una Orden sin control, por su
excesivo poder y el peligro de una rebelión. Quién
mejor ayudó al monarca fue Esquino Floriano, delincuente
habitual que decía haber sido confidente de un templario
en las mazmorras de Tolosa y que se proclamaba conocedor de los
vicios de la Orden. Otros dicen que era un templario expulsado,
sin que hayan trascendido los motivos. El caso es que el rey
acogió con agrado aquel costal de infundios que, vertidos
en los dóciles oídos de Clemente V, consiguieron
que ordenase una inquisición contra los Caballeros del
Temple. Floriano aseguraba que al ingresar en la Orden sus
miembros renegaban del Salvador, pisoteando y escupiendo la cruz.
Que en compensación de su celibato se les permitía
la sodomía, pecado que los maestres absolvían. Que
adoraban ídolos y que sus sacerdotes omitían
intencionadamente en la misa las palabras de la
consagración, etc.

Los intentos del francés comenzaron
en Lyon, en 1305, con motivo de la coronación del
arzobispo de Burdeos, Beltrán de Got, que pasaría a
llamarse Clemente V. El nuevo Papa no dio impotancia al asunto,
preocupado por el problema de Palestina, ocupada por los
árabes, para cuya solución necesitaba de los
Templarios. En 1307, Jacobo de Molay, último maestre del
Temple, secundando los deseos papales de Cruzada, llegó a
Francia para reclutar tropas y abastecerse de vituallas. A su
paso por el país escuchó las calumnias propaladas
contra su Orden y acudió ante el Papa solicitando un
examen formal para comprobar la falsedad de tan burdas calumnias.
Accedió Clemente V a sus deseos y así se lo
comunicó al monarca francés por carta del 24 de
agosto de 1307. Felipe IV, dispuesto a apoderarse de los bienes
del Temple, y aconsejado por su ministro Guillermo de Nogaret,
decidió adelantarse. El 12 de octubre de 1307, a la salida
de los funerales de la condesa de Valois, el maestre Molay y su
quito fueron arrestados y encarcelados, lo mismo que
todos los Templarios franceses, y confiscados sus bienes bajo
pretexto de la inquisición.

Monografias.comJacobo de
Molay

Para mitigar el escándalo y
consternación que produjo el hecho, el Rey publicó
un manifiesto redactado por Nogaret en el que se recogían
todas las injurias, ignominias y abominaciones imaginables contra
la Orden, involucrando al Papa en el acto. Cuando éste se
enteró de la detención y del proceso,
reprendió al monarca y envió dos cardenales,
Berenguer de Frédol y Esteban de Suisy, para reclamar las
personas y bienes de los encausados. Los purpurados, que
debían sus cargos al monarca francés, consiguieron
convencer a Clemente V de la buena fe real y enconar su
ánimo contra los procesados. Felipe IV consiguió la
facultad de juzgar a los miembros franceses de la Orden del
Temple y administrar sus bienes. Por medio de la tortura, la
Inquisición obtuvo las declaraciones que deseaba, pero
estas confesiones fueron revocadas por los acusados en la hora de
su muerte en el suplicio, lo cual echa por tierra su
probatoriedad. Sin embargo las confesiones obtenidas convencieron
al venal Clemente V, quién ordenó un proceso en
todo el mundo. Sin embargo se alzaron tantas voces de protesta,
que el pontífice, por la bula Faciens misericordiam, del
12 de agosto de 1308, mandó formar comisiones diocesanas
en toda la Cristiandad presididas por el obispo, dos
canónigos y dos parejas de dominicos y franciscanos, para
escuchar a los Templarios que desearan defender su
Orden.

Las comparecencias debían dar
comienzo el 12 de abril de 1309, en París, aunque tardaron
varios meses en comenzar, hasta el 22 de noviembre de ese mismo
año. La ausencia de torturas y un encarcelamiento
más propio de religiosos, provocó que una tras otra
todas las acusaciones fueran desmentidas por los caballeros
sometidos a interrogatorio, pues las retracciones nacían
de la reflexión y no del miedo, lo que comenzó a
poner a las gentes a su favor. Pero Felipe IV y sus compinches no
podían permitir esa situación, por eso recurrieron
a todas sus influencias, para que se organizase con la mayor
urgencia un concilio ecuménico de Sens. Lo consiguieron en
cinco meses, y fue anunciado por el Papa en la bula Regnan in
coelis, la celebración de un concilio en Sens, donde se
trataría el problema de los Templarios.

Monografias.comTemplarios en la
hoguera

Se inició en Abril de 1310, pero
días más tarde empezaron a ser llevados a la
hoguera cincuenta y cuatro templarios en las proximidades del
convento de Saint-Antoine, por orden del monarca de Francia. Los
inocentes fueron llevados a la muerte más atroz sobre unas
pilas de leños, elegidos para que ardieran lentamente. De
esta forma el suplicio resultó más inhumano.
Testigos de este crimen múltiple dejaron escrito que las
víctimas murieron proclamando su inocencia, reconociendo
la injusticia que se cometía con su Orden y, por
último, se pusieron en manos de Dios.

Además, siguieron quemándose
a templarios por distintos puntos de Francia, sin esperar a que
se dictaran sentencias definitivas. Unas veces eran los obispos
los que firmaban las órdenes, y otras el inquisidor
general Guillermo de París, fiel servidor de Felipe el
Hermoso. ¿Por qué se dejaron apresar los miembros
de la más formidable fuerza militar del mundo occidental?
Una de las razones fue sin duda la avanzada edad de la
mayoría de los Templarios que vivían en Francia.
Después de servir un tiempo en Oriente, muchos
habían regresado a Europa para ocupar puestos en la
administración. Las caballeros más jóvenes
habían sido enviados a Chipre, y en 1307, más del
setenta por ciento de la fuerza templaria había sido
reclutada en los últimos siete años. En Chipre se
preparaban para la acción militar: habían peleado
con los sarracenos por Tortosa y esperaban una invasión de
la isla por parte de los mamelucos.

En el Concilio de Vienne, entre el 16 de
octubre de 1311, y el 3 de abril de 1312 el Papa anunció
la supresión del Temple. Los teólogos del concilio
eran casi todos franciscanos y dominicos, y ambas órdenes
se distinguían por su animosidad y envidia contra los
acusados. Antes, los secuaces del rey francés
habían recurrido de nuevo a las torturas y nuevamente
afloraron las confesiones de adoración demoníaca,
prácticas sodomitas y de otros pecados demenciales. La
pantomima se había preparado meticulosamente, con ensayo
previo incluido y no parecía que nada pudiera fallar a la
hora de llevarse a cabo ante el público. Sin embargo, los
primeros acusados que se presentaron ante el tribunal defendieron
al Temple y amenazaron con poseer un ejército de dos mil
Templarios escondido y listo para liberarles, pero ningún
ataque se produjo, y por ello los siguientes meses, como nadie se
ponía de acuerdo para escoger a los defensores de los
Templarios (Jacobo de Molay renunció a ello por ser
analfabeto) se parecieron más al teatro que deseaban los
detractores de la Orden. A puerta cerrada, los "actores"
representaban los papeles que se les habían asignado, sin
despertar ninguna emoción. La bula de supresión,
Vox in excelso, se firmó el 22 de marzo y se leyó
el 3 de abril públicamente.

Por la bula Ad providam, el 2 de mayo de
1312, Clemente V otorgó los bienes de la extinta orden a
los caballeros de San Juan de Jerusalén, es decir los
Hospitalarios, pero no pudo evitar la depredación por
parte de Felipe el Hermoso, quien no sólo no
devolvió el dinero que debía al Temple, alegando
que cánones prohibían pagar deudas a los herejes,
sino que se presentó cínicamente como acreedor de
grandes sumas, por lo que los Sanjuanistas hubieron de entregarle
200.000 libras tornesas. El día 6 de ese mes, el Papa
dictó bulas para que los "reconciliados y arrepentidos"
serían confinados en monasterios y condenados a cadena
perpetua. A los cuatro máximos dirigentes del Temple se
les reservaba otro juicio más severo, que se
celebró el 18 de marzo de 1314.

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En esa fecha, fueron colocados Jacobo de
Molay (maestre) Godofredo de Charney (maestre en
Normandía), Hugo de Peraud (visitador de Francia) y
Godofredo de Goneville (maestre de Aquitania) encima de un
patíbulo alzado delante de Notre-Dame, donde se les
comunicó la pena de cadena perpetua. Pero cuando estaba
dando comienzo la ceremonia, y mientras los delegados pontificios
leían los crímenes y herejías, los
máximos representantes de la Orden, los cuales ya llevaban
siete años en prisión, se adelantaron para
dirigirse abiertamente a las gentes de París, y fue Jacobo
de Molay el que exclamó: "¡Nos consideramos
culpables, pero no de los delitos que se nos imputan, sino de
nuestra cobardía al haber cometido la infamia de
traicionar al Temple por salvar nuestras miserables
vidas!"

Así habló el último
maestre del Temple, con voz alta y firme, ante los cardenales,
frente a los representantes del rey y delante de las gentes. Los
"arrepentidos" habían dado un vuelco total a la
situación. Todo París no hablaba de otra cosa y se
había provocado un escándalo que no podía
ser tolerado. Incluso se temió el estallido de un
motín.

Monografias.comClemente V

Aquel mismo día, con la puesta de
sol, se alzó una enorme pira en un islote del Sena,
denominado Isla de los Judíos, donde los cuatro dirigentes
fueron llevados a la hoguera. Según se cuenta, antes de
ser consumido por las llamas, Jacobo de Molay convocó al
Rey y al Papa ante el tribunal de Dios para antes de que
transcurriera un año, con las palabras "Dios conoce que se
nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia.
No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos
que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia.
Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte.
Yo pereceré con esta seguridad".

Casualidad o no, la verdad es que antes de
un año, tal y como aseguró el maestre templario
antes de morir, fallecieron tanto Felipe IV como Clemente V. El
primero que falleció fue el Papa, a los 37 días. Ya
estaba enfermo, pero una noche fue presa de "un dolor insufrible
que le mordía el vientre". Sus galenos comunicaron que
había muerto "a merced de unos horribles sufrimientos". El
rey francés murió el 29 de noviembre, al chocar con
la rama de un árbol mientras montaba a caballo por el
bosque de Fontainebleau. El golpe fue tan grave que el monarca
pereció de una parálisis general, con gran
padecimiento hasta su minuto final. ¿Se había
cumplido la amenaza de De Molay? Lo cierto es que de esta forma,
los Templarios salieron de la Historia y entraron en la
Leyenda.

Desde el punto de vista de las acusaciones
y los procesos montados contra ellos por los consejeros del rey
de Francia, los Templarios son completamente inocentes. Los
procesos son nulos de pleno derecho, alevosamente parciales,
incluso aquellos que prescindieron de la tortura. Pero
históricamente, la degradación sufrida por su
adicción al dinero, al poder y a la política, los
condena irremediablemente como culpables. No por haber
traicionado a la Iglesia o a la Monarquía, sino por
haberse traicionado a ellos mismos, a sus ideales y a sus
orígenes

 

 

 

 

Autor:

Ronald Ramírez
Olano

Partes: 1, 2
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