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La ideologia del fin de la ideologia (página 2)




Enviado por Tony Toledo



Partes: 1, 2

Así las cosas, el nuevo modo de ser del
capitalismo se enfrenta a sus propias contradicciones, ha
sustituido a su enemigo externo, por sus enemigos internos: las
desigualdades crecientes entre quienes concurren al mercado, la
caída de los ingresos reales que dificultan la competencia
arruinando cada vez más a un mayor número de
competidores, y por ultimo, la contradicción entre el
discurso democrático de igualdad política y la
realidad desigual que vive el hombre.

No se puede perder de vista que el neoliberalismo es, no
sólo una concepción económica, sino, sobre
todo, un sistema de valores ideopolíticos, que
tipifica al capitalismo. Es una ideología coherente, que
además de rechazar la intervención reguladora del
Estado en el libre mercado, contiene una valoración
ética sobre la sociedad, el hombre y la
historia.

Confrontar al liberalismo con una simple crítica
al mercado es una empresa condenada al fracaso. La tarea consiste
en descubrir y mostrar lo que está detrás del velo
del mercado, en las actuales circunstancias, sin incurrir en la
trampa que nos introduce el neoliberalismo con la artificial
división entre los que estén a favor o en contra
del mercado.

Hoy día la corriente neoliberal marcha de la mano
con la globalización económica, son inseparables,
así lo exige la creación de una economía
global que para afianzarse requiere de los valores del mercado.
La globalización es un proceso objetivo, regido por las
grandes empresas transnacionales que dominan todo el mercado y la
producción mundial, apoyadas en las conquistas
tecnológicas, así como los nuevos medios de
información y el transporte, entre otros.

Este fenómeno es consecuencia de las
profundas transformaciones en las bases tecnológicas e
ideológicas del sistema,
en particular de las
telecomunicaciones que permiten movilizar, trasladar e invertir
el capital en cualquier parte del mundo en escasos minutos sin
que los dueños de las grandes corporaciones tengan que
dejar sus asientos. De esta manera la globalización
neoliberal representa, el dominio económico e
ideológico mundial por parte de las grandes potencias
industrializadas, armónicamente estructurada,
especialmente por Estados Unidos. Desde el punto de vista
teórico han (re)aparecido diversas doctrinas que se
presentan como la fundamentación científica y
novedosa de los cambios ocurridos en el "nuevo
imperialismo".

Estas doctrinas acerca del "fin de la historia y de
las ideologías
" representan formas ideológicas
del capitalismo monopolista desarrollado actual que pretende
promover la pasividad y el distanciamiento ante la
práctica revolucionaria y, de esta manera contribuir a
mantener la hegemonía imperial. Según sus
teóricos dado el alto nivel científico y
tecnológico alcanzado por la "sociedad
industrial
" la ideología ya no tiene sentido y su
lugar lo asume la "tecnología social" capaz de
poner en practica los ambiciosos programas de reforma
social."[1]

Sus principales exponentes aducen que las exigencias de
la organización racional de la sociedad industrial
requieren un enfoque científico –
tecnológico
de los problemas sociales libre de
toda ideología
. De manera que las ciencias sociales
liberadas de la influencia perturbadora de la ideología se
conviertan en una "ingeniería social". El
postulado de Weber sobre una "ciencia libre de valores" es
retomado por la tesis de una "Ciencia libre de ideologías"
para lograr así, el rango de verdadera ciencia.

Al parecer fue por los años 50 del siglo pasado
cuando se empieza a tratar, por primera vez, acerca del " fin de
las ideologías", pero no es hasta 1960 en que esta
doctrina se convierte en una tendencia influyente dentro el
pensamiento burgués actual con las obras de D.
Bell[2]S.M. Lipset[3]y
otros.

El supuesto entierro de las ideologías por la
ciencia y la técnica intenta encubrir el carácter
reformista del sistema capitalista que insiste en eliminar
cualquier solución que afecte sus fundamentos
estructurales así como la intervención subversiva
de los trabajadores por medio de una acción independiente.
Cuando se estudian los fundamentos teóricos de los
postulados del "fin de las Ideologías" la
"desideologización", o la "neutralidad
ideológica
", estamos en presencia de una nueva forma
ideológica que asume la dominación capitalista y
no de un capitalismo que aparenta estar más
allá de cualquier ideología.

La pretendida neutralidad ideológica es
falsa por el simple hecho de no existir una visión
ingenua, desinteresada, de las ciencias sociales en el
investigador, por tanto su presencia e influencia es inevitable
en el contenido interno y el uso práctico de la
teoría misma. Aceptar la opinión de que para hacer
ciencia (Durkheim) debemos dejar de lado la política, la
subjetividad y la ideología es en sí misma una
ideología. Pretender ser "neutral" en aras de lograr
objetividad es un sofisma pues para ser objetivo en cualquier
análisis serio hay que partir de la propia subjetividad y
las opiniones políticas de las cuales no se puede
desembarazar el sujeto .Es imposible abandonar la
ideología (Kohan), y la mejor manera de controlarla, de
someterla a discusión, es haciéndola
explícita. El científico que declara estar al
margen de una posición política en el fondo la
está asumiendo, consciente o no en sus
acciones.

Para Aristóteles, que no pretendía aportar
una definición de ideología, consideraba que la
democracia es también un «sistema de
ideologías», de ideas confusas, por no decir
erróneas, que figuran como contenidos de una falsa
conciencia, vinculada a los intereses de determinados grupos o
clases sociales, en tanto se enfrentan mutuamente de un modo
más o menos explícito o encubierto.

Existe consenso en atribuir la paternidad del
término ideología a Destutt de Tracy, quien la
formula por primera vez en 1796 y la sistematiza mas adelante en
su obra, "Elementos de ideología". Igualmente se reconoce
como uno de los antecedentes más lejanos de la
teoría de la ideología a F. Bacon quien
señala la existencia de determinados "ídolos" que
obstaculizaban el conocimiento científico. En "El
Príncipe" de Maquiavelo se introduce la idea de
ideología cuando dice que las "clases dominantes manipulan
la verdad en función de sus intereses".

Hasta los empiristas franceses encabezados por Tracy, el
concepto tenia una significación positiva por
considerar que las ideas se derivan de las sensaciones,
sin embargo, al perder el apoyo de Napoleón
Bonaparte[4]los ideólogos comienzan a ser
considerados como opositores a los "ideales de la bella Francia"
y representantes de la "metafísica tenebrosa". El gran
emperador los comienza a llamar peyorativa y despectivamente
"ideólogos". A partir de entonces el
"ideólogo" se identifica con aquel que no conoce
cómo es la realidad y que, además, tiene una
visión deformada de la misma
. Según afirma
Alvin Gouldner, es aquí "donde por primera vez se usa
con ese sentido (…) y adopta una significación
negativa".[5]
Una opinión coincidente
en esta dirección la aporta S. Vázquez al decir que
"…Napoleón la había arrojado, con un
ademán despectivo, al rostro de los ideólogos por
volverse de espaldas a la
realidad"[6]

Larga ha sido la polémica en torno a la
posibilidad de obtener un reflejo acertado de la realidad por las
ciencias "ideológicas." El fundamento principal del debate
surge de la interrogante epistemológica siguiente:
¿El conocimiento teórico, por ser
ideológico, obstaculiza y deforma la realidad que refleja
(falsa conciencia)? O por el contrario, ¿puede aportar un
reflejo que "corresponda" con el objeto que valora, afirma o
rechaza? Con independencia de los matices que presentan las
diferentes respuestas a estas interrogantes se pueden resumir en
dos tendencias esenciales:

  • a) Una, que niega la
    objetividad[7]de las teorías e
    hipótesis en las ciencias sociales que postulan
    determinada posición política e
    ideológica, exigiendo del científico la
    "liberación respecto de los valores"(Weber),la
    "neutralidad ideológica", "el corte
    epistemológico" (Althusser),"el fin de las
    ideologías" (Bell, Lipset, Fukuyama) y todas las
    variantes de corte positivista.

  • b) Otra, considera que la veracidad de una
    teoría no depende de la ideología que
    esté presente en su contenido interno sino de la
    objetividad históricamente condicionada capaz de
    reflejar adecuadamente la realidad social (y la capacidad de
    trascencendencia del sujeto). La ideología que no
    cumpla con los requisitos de objetividad, no es efectiva y
    verdadera.

Los partidarios de la primera variante parten del
presupuesto teórico de que la ciencia se guía por
la verdad y la ideología nos conduce al error. La ciencia
nos permite la reflexión de la realidad tal como es,
mientras la ideología obstaculiza, impide y deforma el
conocimiento real de la realidad.

Los antecedentes de estas ideas se encuentran en los
neokantianos de la "Escuela de Baden"[8]
(Windelband y Rickert) a finales de Siglo XIX y en Max Weber de
modo explícito, como "ciencia libre de
valores"
[9] En el centro de la
filosofía posmoderna está presente la idea del fin
de la historia "como pérdida de todo fundamento y
alternativa al cambio histórico"
[10] y
su sustitución por la "ontología
hermenéutica" libre de toda valoración.

El concepto de razón técnica,
según Marcuse,[11] es ya
ideología
. No sólo su aplicación sino
que la técnica misma es dominio sobre la naturaleza y
sobre los hombres: un dominio metódico, científico,
calculado y calculante. Para Habermas la ciencia y la
técnica son racionales con respecto a fines y, por lo
tanto, no necesitan de ningún discurso
(ideología) para legitimarse sino que su propia eficacia
es su autoridad
. Este desplazamiento ha sido una de las
causas del empuje que posee el capitalismo tardío. No
serviría de nada entonces ante las injusticias de este
capitalismo denunciar el carácter "ideológico" de
la ciencia y la técnica, sino que es necesario, en cambio,
oponerle cierta ideología, una opinión
pública que afirme una nueva racionalidad
simbólicamente mediada: una acción
comunicativa.[12]

Otra manera de interpretar el problema lo encontramos en
las obras de Marx, Gramsci, Lukács, Lenin y sus
continuadores que parten de la premisa de considerar la
Ideología no solo como una concepción
epistemológica, restringida, sino en su comprensión
más amplia que incluye, como función
principal
, la argumentación y defensa de los
intereses (sean falsos o verdaderos) de las clases y grupos
sociales. En este sentido, vale la pena insistir en que el
objetivo principal de la ideología no radica en la
diferenciación entre ciencia
y valor, (lo que por
supuesto no significa restarle la importancia) sino el vinculo
concreto con la práctica de la transformación
social, como guía y justificación de la practica y
la actividad del sujeto.

Determinada forma de interpretación unilateral
del pensamiento de Marx acerca de la ideología ha
considerado que en su obra predomina la tesis de la
ideología como sinónimo de "falsa
conciencia
", como obstáculo que impide el
conocimiento adecuado de la sociedad teniendo en cuenta la
formulación que hiciera (junto a Engels) en "La
ideología Alemana"[13] Es precisamente de
este texto que se retoma por Althusser la idea sobre la
ideología en su valoración peyorativa y falsedad de
la conciencia.

El término que empleado por Destutt adquiere
diversas acepciones en las obras de Marx y Engels, pero siempre
se contemplan desde el enfoque de una «crítica de
las ideologías». En general es una
«inversión» o una mala interpretación o
una «deformación» de un conjunto de ideas,
cuyo origen es social. Marx la utiliza para referirse la sociedad
burguesa, y más precisamente a la estructura
económica y política de esta sociedad, la
encarnación y perpetuación de todos los aspectos
ideológicos criticables: filosofía,
religión, Estado, política, arte,
básicamente.

Todos estos aspectos ideológicos coinciden en que
son expresión y resultado de una "falsa conciencia", o una
mala interpretación, hecha desde los intereses sociales y
económicos egoístas y particulares de la clase
dominante, y un "reflejo invertido de las relaciones reales". De
esta manera definida, no cabe duda en considerar a determinadas
ideologías como falsas a partir de la
interpretación equivocada de la realidad.

Vale recordar que el criterio epistemológico de
ideología es válido siempre que se tenga en cuenta
que sirve para hacer una diferenciación entre lo que es
ciencia (que conduce a la verdad) y aquello que nos desvía
de ella, aunque la teoría de la verdad en la
epistemología actual se encuentra cuestionada. Sin
embargo, es insuficiente si no se hace extensivo este
reconocimiento a la ideología como una visión
ética y práctica del mundo, ambos puntos de vista
se complementan y presuponen.

Las ciencias sociales no pueden eludir los requisitos de
la cientificidad y para no quedar descalificadas deben tener como
premisa la unidad entre sistema y método objetivo
tanto en el proceso de investigación como de
exposición y verificación de sus resultados. La
integralidad de sus resultados radica en la objetividad que
refleja su teoría que reproduce, o reconstruye la realidad
a través del pensamiento conceptual. Una valoración
de la ideología debe tomar en consideración varios
rasgos de su contenido que permitan, en conjunto, aportar una
visión totalizadora y precisa del concepto como
expresión teórica y práctica de la actividad
del sujeto que promueve o impide el cambio social.

El concepto de ideología contiene un elemento
teórico-gnoseológico pues el sujeto, al reflejar la
realidad a través de su actividad, origina un conjunto de
ideas y postulados que valoran (de forma parcial, adecuadamente,
o no) la realidad. En toda reflexión ideológica
(incluso en las más reaccionarias) pueden existir momentos
de objetividad a pesar de ser falsas en general. En la
crítica a la ideología burguesa que Marx hiciera en
su tiempo, había un reconocimiento explícito de la
contribución de aquellas en aspectos verdaderos que
servirían mas tarde para la elaboración de su
teoría política y económica del
capital.

La ideología, siendo un reflejo adecuado o no de
la realidad, contiene una valoración crítica de lo
existente que pretende transformar, subvertir o justificar. Sus
enunciados producen un enjuiciamiento de los problemas reales del
referente social y ejerce una función práctica del
sujeto social en su actividad práctica.

La ideología es un reflejo mediatizado, indirecto
y profundo que tiene como precedente todo el material
teórico existente sobre el cual se desarrolla. Es una
generalización del objeto social que se logra mediante la
reelaboración crítica del pensamiento y la
conciencia que la antecede a diferencia de la conciencia
común, cotidiana y directa que se plasma en el curso de la
vida y la actividad cotidiana sobre la base de los intereses y
necesidades inmediatas de los sujetos. De manera que no deben
identificarse, pues son generalizaciones de diferentes
órdenes.

Precisamente para lograr una generalización
mediata de la realidad aparecen los ideólogos encargados
de producir estructurar y sistematizar los intereses del grupo
social que representan a través de una síntesis
ideológica de su cosmovisión. Su función
principal es la legitimación de un ideal que se define
así mismo, como la única vía correcta y
posible de la actividad del sujeto social que
representa.

En cualquier investigación que se realice
relacionada con la política, los límites
fronterizos entre los objetos de estudio de la teoría
filosófica de la política y las ciencias concretas
que la abordan (ciencias políticas, sociología
política y otras) constituyen un obstáculo
difícil de superar. En principio seria suficiente
señalar que la diferencia entre una u otra se debe al
grado de generalización en que refractan la realidad. Si
bien la ciencia política tiene sus métodos
específicos para estudiar el organismo tal y como es; la
filosofía política investiga la relación
entre la justicia y la libertad en la cual recae el objeto de
esta indagación.

El concepto de ideología como totalidad que
contiene en si misma, no solo a una ideología
política en especifico, sino que además está
presente en las mediaciones y redes con otras formas de la
conciencia social como son la ideología, la conciencia
ética, jurídica y la propia ciencia. La
ideología política es una mediación
necesaria y es un concepto más próximo a la ciencia
política, sin embargo, no pretendo abstraerme de la
relación íntima que en una sociedad no consolidada
o transicional como la nuestra posee con otras formas
ideológicas. Por otra parte, es necesario aclarar que
también la filosofía política cuenta con su
historia epistemológica propia.

Es sabido que en ocasiones se confunde o identifica el
concepto de ideología como totalidad (el todo), con una de
sus expresiones mas concretas, la ideología
política (la parte). En su momento
Marx,[14] advertía la necesidad de
distinguir entre la ideología como totalidad y aquellas
que se fijan en la superestructura, es decir, entre el conflicto
que refleja la totalidad y las formas ideológicas
especificas a través de las cuales se lucha por
resolverlo.

En la presente pesquisa se adopta una definición
de ideología que comprende en su contenido los rasgos
siguientes: Conjunto de ideas, opiniones, y creencias que de
manera sistematizada fundamentan de forma integral las
concepciones teóricas de los sujetos sociales interesados
en justificar la validación de determinado proyecto
social, por medio de la defensa o crítica radical del
régimen social imperante. Lo anterior presupone un
conocimiento de la realidad que se pretende
transformar.

El concepto de ideología que se formula contiene
un elemento teórico-gnoseológico presente en el
sujeto que al reflejar la realidad a través de su
actividad origina un conjunto de ideas y postulados que valoran
(de forma parcial, adecuadamente, o no) la realidad. El reflejo
ideológico puede ser un conocimiento adecuado del objeto
si reproduce la realidad correctamente, cuando existe
"correspondencia"[15] entre imagen y realidad y
que se verifica en la práctica.

La veracidad de la ideología tiene un
carácter histórico y concreto lo cual presupone
tener en cuenta las condiciones, la época y el momento en
que se intenta legitimar y hacer ver como nueva visión de
la totalidad que se recrea por el sujeto. No haber tenido
presente este principio metodológico originó una
forma de pensamiento que condujo al dogmatismo y a la crisis en
el movimiento revolucionario contemporáneo.

La experiencia empírica del uso ilegitimo y
extemporáneo de la teoría para justificar
posiciones y coyunturas políticas, la vulgarización
y aplicación mecánica de determinados postulados,
el escolasticismo en la academia, hizo (todavía hace) un
profundo daño al desarrollo de la teoría. Semejante
versión deformadora indujo a la creencia fatalista del
triunfo inevitable de la nueva sociedad sobre el Capital a partir
de la tendencia inexorable del progreso social que,
conducía a la pasividad y a cierta conformidad del sujeto
con respecto a la teoría.

 

 

Autor:

Dr. José A Toledo

Universidad de la Habana.

Facultad de Filosofía e Historia.

[1] Popper Karl "Utopía y Violencia"
Sociología de la Utopía. Hacer, Barclona,1992.p
83

[2] Bell Daniel " The end of Ideology" On The
Exhaustation of Political,Ideas in The fifties,Glencoe,
Illinois, 1960. p.102

[3] Lipset S. M. "Political Man" The Social
Bases of Politcs, Garden City, Nueva York, p.34,1960

[4] "La ideología metafísica
tenebrosa, busca con sutileza las causas primeras, y quiere
sobre estas bases fundar la legislación de los pueblos
en vez de apropiar las leyes al conocimiento del corazón
humano y a las lecciones de la historia(…)Es a ala
ideología a quien se deben atribuir todas las desgracias
que experimente nuestra bella Francia" Tomado de la obra de Ma.
Del Pilar Díaz Castañón en
"Ideología y Revolución" Cuba, 1959.1962 Ed.
Ciencias Sociales.2a Ed.P.37. La Habana, 2004.Esta obra
constituye un referente imprescindible para cualquier
análisis profundo de la Ideología de la
Revolución Cubana.

[5] Ver: Kohan Nestor "El Capital" Historia y
Método- una introducción Ciencias
Sociales,2004.Pag,4.En este trabajo se realiza un profundo
análisis sobre formación de la teoria de la
ideología desde sus inicios hasta la actualidad

[6] Sánchez Vázquez, Adolfo. "A
tiempo destiempo" Ciencias Sociales, 2004. P.506

[7] Esta noción puede entenderse de
diversas maneras a los efecto de este análisis la
objetividad se refiere sobre todo al hecho de disponer de
razones comprobables y discutibles por todos, en las que se
apoya una creencia que se considera verdadera.

[8] Estos teóricos establecían
una línea de demarcación infranqueable entre las
ciencias naturales (generalizadoras), y las Ciencias de la
Cultura (con su método individualizador.)

[9] Weber, Max Ver: "La objetividad del
conocimiento en las ciencias y las política sociales" y
"El sentido de la libertad de Valoración en las Ciencias
Sociales y Económicas" en "Sobre la Teoría de las
Ciencias Sociales", Ed. Península, Barcelona,1971.

[10] Vattimo, G. "Ética de la
Interpretación", Paidos,1991 Barcelona,pag. 110

[11] Habermas, Jürgen. Ciencia y
técnica como "ideología" Traducido por Manuel
Jiménez Tecnos, Madrid, 1986 http:/ /letrae
.iespana.es

[12] Habermas, Jürgen " La sociedad
Capitalista ha cambiado de tal forma que dos de las
categorías claves de Marx, a saber, la de la lucha de
clases y la de Ideología ya no pueden ser aplicadas sin
mas" o.cit. pag.8

[13] Marx, C. Engels, F." La Ideología
Alemana", Pueblos Unidos, 1985. Obra inédita que fue
publicada en 1932, donde se retoma este concepto de los
empiristas Franceses del S XVIII.

[14] Marx, C. "Prologo de la
Contribución a la critica de a Economía
Política." O.E. Editorial Progreso p.518

[15] Acerca de lo verdadero o adecuado
existen diferentes puntos de vistas: el simple sentido
común considera que un enunciado es verdadero si
corresponde con los hechos”lo mismo es el pensar y el
ser” (Parmenedis) “conformidad de lo que se dice,
piensa y cree sobre la realidad”( Herder)
“Adecuación entre entendimiento y cosa”.
(Tomas de Aquino) “Ideas verdaderas son las que podemos
asimilar, hacer válidas, corroborar y verificar; ideas
falsas son las que no. Ésta es la diferencia
práctica que supone para nosotros tener ideas
verdaderas” (James). Para la Teoría clásica
de la verdad un enunciado es verdadero si hay adecuación
igualdad o correspondencia, entre lo que afirma el enunciado y
el hecho a que se refiere, expresión que procede de la
definición medieval de verdad entendida como
adecuación, o correspondencia, entre el objeto y el
pensamiento. El uso del termino, a pesar de toda la carga
polisémica que tiene en la epistemología actual,
no afecta en lo esencial la idea que expresa el párrafo,
no obstante aparece entre comillado para llamar la
atención sobre su carácter justamente
polémico.

Partes: 1, 2
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