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El panoptismo según Michel Foucault (página 2)



Partes: 1, 2

Este sitio tiene forma de anillo, con un patio en el
medio. El anillo se divide en celdas, cada una de las cuales da
al exterior y al interior. En la torre central hay un vigilante,
quien, con una mirada, puede observar absolutamente todo lo que
en la celda ocurra sin que nadie pueda verlo, ya que lo hace a
través de persianas o postigos semicerrados.

Theilhard también nota esto. Él plantea el
funcionamiento de una nueva forma de justicia. La función
del procurador es vigilar y perseguir a los individuos antes de
que cometan una infracción. El procurador trasmite las
informaciones al Procurador General y éste le informa al
Ministro de la Policía, quien a su vez las eleva al
Emperador. Todo este sistema constituye una pirámide de
vigilancia a la sociedad.

Una de las fantasías principales del capitalista
consiste en convertir el tiempo libre del obrero en
producción que, en cierta medida, se llevó a la
práctica a comienzos del siglo XIX. Con las reformas de
Owen (en los EE.UU.) se llegó a crear fábricas que
absorbían todo el tiempo del obrero. Pero estos ideales no
sólo se concretaron en fábricas- prisiones, sino
también en escuelas, reformatorios, hospitales, prisiones,
etc. Desafortunadamente, en la realidad, las utopías
capitalistas se realizan con frecuencia mientras que las
utopías socialistas no se concretan nunca.

Las instituciones industriales fueron perfeccionadas, en
cuanto a su construcción y a su organización. Pero
luego se comprobó que acarreaban problemas de tipo
económico. Con la crisis de la producción, estas
instituciones desaparecieron produciendo efectos tales como el
despido de cierto número de obreros.

A pesar de tales desapariciones, se adaptaron algunas
medidas y y técnicas que tenían como fin fijar a la
masa obrera en el aparato productivo.

A comienzos del siglo XIX, la reclusión
tomó una forma fuerte, que se deba en escuelas,
reformatorios, etc., y un forma no tan consistente, dada en la
cooperativa de asistencia, ciudad obrera, etc.

Podemos mencionar dos corrientes, de la que se deriva la
reclusión: la francesa y la inglesa.

En el siglo XVIII, la condición que posee una
persona de vigilar a otras no significa que esté exento de
ser vigilado.

La técnica francesa, en el siglo XVIII, se
caracterizó por marginar al individuo de su ámbito
cuando tuviera determinada irregularidad en su vida y/o conducta.
Esta marginación era aplicada como castigo.

Pero hacia el siglo XIX, las instituciones educativas,
las prisiones, las fábricas, los hospitales generales y
psiquiátricos han cambiado: hoy son instituciones que
hacen uso de la técnica de fijación de las
personas. No las excluye sino que las fija de determinadas formas
según el tipo de institución.

Es decir, en el siglo XVIII, la reclusión se
basaba en la exclusión de los individuos, mientras que
esto cambia en el siglo siguiente, siendo una reclusión
que tiene como objetivo la inclusión o secuestro del o los
individuos en los que se intentaba la
normalización.

El rol del Estado en la reclusión del siglo
XVIII, en Inglaterra, no tuvo intervención puesto que los
grupos religiosos adoptaban una postura y reacción
antiestatales, en cambio, en Francia, el proceso de control
estaba influido totalmente por el aparato estatal.

Hacia el siglo siguiente, el Estado intervino en algunas
instituciones según los países y las condiciones en
las que se hallaran. Lo importante fue que en esta red de
instituciones se confunde la intervención y no
intervención del Estado.

En instituciones pedagógicas, industriales,
penales y médicas se observaba el desempeño del
individuo en el total de su tiempo.

En las sociedades del Medioevo, el poder estaba
vinculado tanto a los hombres que trabajaban la tierra como a la
extensión de la/s misma/s.

Por el contrario, en la sociedad moderna no se tiene
interés por controlar las tierras sino que adquiere
importancia el control sobre los tiempos de los hombres. Es
necesario que ese tiempo sea transformado en tiempo de trabajo y
llevado al mercado, ofrecido a los compradores a cambio de un
salario.

Las instituciones que, en un primer momento
absorbían todo el tiempo del trabajador, comienzan a
multiplicarse, pero ahora no controlan todo el tiempo.

En el transcurso del siglo XIX, se comienza con una
serie de medidas para disminuir el tiempo de descanso y controlar
la economía obrera. En épocas críticas, el
empresario puede despedir personal, asegurándole un
aumento de salarios. Pero debe cuidar que sus empleados no
"malgasten" sus salarios. Entonces, se crea una red de cajas de
ahorro, cooperativas de asistencia, etc., que cumplirán la
función de reserva durante el período de desempleo.
Esta necesidad de controlar las economías del obrero,
permite fijar no sólo su día laboral, sino su vida
entera, a la producción.

Este fin está enmascarado por estas
instituciones: por un lado, brindan una aparente
protección salarial y, por el otro, explotan el tiempo del
trabajador en su totalidad.

La segunda función consiste en controlar el
cuerpo de cada individuo, incluso su existencia. Todas las
instituciones, pese a que están especializadas en una
función en particular. La insubordinación y la
indisciplina del obrero constituyen un gran problema para la
producción. Entonces en las instituciones con
orientación pedagógica, se modela al niño
para obtenerlo dócil para el futuro. Esta función
de control de la existencia modela, valoriza y controla el tiempo
el tiempo del trabajador, según determinadas pautas. El
"producto humano" que se obtiene debe ser hábil para la
producción. Esto significa introducir al trabajador
ciertas cualidades o aptitudes para convertirlo en fuerza de
trabajo.

La tercera función se caracteriza por la
creación de un nuevo poder polivalente, polimorfo.
Está constituido por tres micro-poderes: político,
económico y judicial.

Es económico cuando, en una fábrica, el
proletariado cambia su fuerza de trabajo por un salario,
respondiendo a un aparato de producción que no le
pertenece sino al capitalista. En todas estas instituciones
coexiste también otro poder: el político. El
propietario impone normas y reglamentos. También
está el poder judicial: según la acción, se
castiga o se recompensa, se garantizan funciones, se
clasifica.

Hay un cuarto poder de tipo epistemológico: tiene
como base el poder de extraer el saber de los obreros y someter a
cada uno de ellos a la observación y control de los otros
poderes, este poder epistemológico se da de dos
maneras:

  • a. Extracción del saber obrero. Por
    ejemplo, los obreros de una fábrica comienzan a
    desarrollar adelantos técnicos, mediante invenciones y
    descubrimientos, en su propio trabajo. El poder que se ejerce
    sobre ellos absorbe todos estos elementos y lo vuelca en un
    registro del individuo. Todos estos adelantos sirven para
    redefinir la forma de trabajo. Este saber hace más
    sutil al poder que, sobre los obreros, se ejerce.
    Permitirá un refuerzo del control.

  • b. Saber de observación y
    clasificación de los individuos. Los individuos son
    objeto de un saber, permitiendo, a su vez, nuevas formas de
    control. Este saber se forma de la observación y la
    clasificación del comportamiento de cada individuo.
    Paralelamente a este saber, se orienta otro, que
    permitirá aplicar nuevas formas de control. Por
    ejemplo, los deberes escolares del niño fueron
    observados y su comportamiento fue clasificado por el poder
    que se ejerció sobre él. Estos registros
    sirvieron para constituir la pedagogía –junto a
    otras ciencias del hombre-, convirtiéndose en leyes
    para ser aplicadas en las futuras instituciones. En
    consecuencia, serán nuevas formas de
    control.

En esta tercera función está
también la cadena de transformaciones que comienza con el
tiempo del individuo que se transforma en tiempo de trabajo,
éste se convierte en fuerza de trabajo y ésta, a su
vez, pasa a ser fuerza productiva.

Toda esta serie de transformaciones es posible gracias a
la intervención de las instituciones de secuestro. Su
función es hacer del tiempo, el cuerpo y la vida de los
hombres, una fuerza productiva.

Foucault termina su conferencia desarrollando tres
conclusiones importantes de citar:

  • La aparición de la prisión. Esta
    institución, pese a que surgió de la
    teoría del Derecho Penal, no es tan racional como se
    supone. No desapareció porque es la institución
    de secuestro por excelencia, con todo lo que ello implica. Es
    el ejemplo de institución que surge en el siglo XIX.
    Su función es ser un espejo que refleja a la sociedad.
    Pero esta imagen invertida está transformada en
    amenaza: si bien allí se hace lo mismo que en
    cualquier otra institución, la prisión existe y
    se muestra como la única institución
    válida para aquellos que infringen la ley. Aunque la
    prisión se asemeja al resto de las instituciones, la
    sociedad no la ve como tal porque se presenta como la
    única alternativa para los que cometieron un delito.
    Esta ambigüedad explica su increíble
    aceptación.

  • En segunda instancia, debe dejarse constancia de que
    el trabajo no constituye la esencia o existencia del hombre.
    Si se quiere lograr una vinculación entre
    hombre-trabajo, es necesario idear verdaderas operaciones,
    por las cuales los hombres se sientan parte del aparato
    productivo en el cual se desarrollan. Si la esencia del
    hombre quiere convertirse en trabajo, es preciso poner en
    práctica la síntesis que opera el poder
    político.

Resulta totalmente erróneo admitir el
análisis marxista. Foucault se opone a Marx, porque
considera que es un análisis muy simplista creer que
sólo hay un poder ejercido por la clase dominante. A
Foucault tampoco le interesa plantear si el poder es estatal o
no. Lo que le interesa es el funcionamiento de los
micro-poderes.

En el análisis marxista se expone que el factor
central de la vida social no son las ideas sino los factores de
producción. Cada etapa del proceso productivo, cada modo
de producción, con sus organizaciones económicas y
sociales, entrarán en colisión con las nuevas
relaciones económicas y sociales surgidas en su interior.
En el seno del modo de producción, la base
económica está formada por la naturaleza, la fuerza
de trabajo (energía humana empleada en la
transformación de la materia), los medios de trabajo,
etc.

El valor final del producto se establecerá de
acuerdo al tiempo del trabajo acumulado para su
producción. Las relaciones de producción entre los
"jefes" y los trabajadores determinan las clases sociales que
irán surgiendo.

En el capitalismo, las relaciones entre los propietarios
y la fuerza de trabajo viene definida por el salario, el cual
constituye sólo una parte del producto o valor de su
trabajo; el resto se lo apropia el capitalista, quien extrae una
plus-valía[1]al trabajador.

Los aparatos del Estado (legislativo, educativo,
ideológico) son instituciones controladas por las clases
dominantes para ejercer su dominio, su control, sobre las clases
dominadas.

Para que pueda existir una plusvalía,
sería necesario que ese sub-poder sea puesto al nivel de
la existencia del hombre para poder fijarlo a los aparatos de
producción y convertirlos en agentes
productivos.

Al establecer el sub-poder, nacen paralelamente una
serie de saberes que fueron ramificándose en los aparatos
del Estado. De este modo, Foucault sostiene que surgieron de
acá las ciencias humanas, en las cuales, el objeto
principal de estudio pasa a ser el hombre, como individuo y en
sociedad.

De ninguna manera las ciencias humanas pueden estudiarse
como una ideología que se halla en el mismo plano que el
de las relaciones de producción.

Es falso considerar que, tanto el saber como el poder,
están por encima de los aparatos del Estado, ya que se
encuentran en una estrecha relación con la existencia del
hombre, el cual posibilita el funcionamiento del sistema de
producción. Para hallar relaciones de producción se
vuelve necesaria la existencia de relaciones de poder y formas de
saber en un óptimo funcionamiento.

Tanto la apropiación de bienes que llevaban a
cabo los nobles típicos de las antiguas sociedades
feudales, como la enorme fuerza que ejercía el predominio
del capital como factor de producción y riqueza en las
sociedades capitalistas, forman parte del nivel en el que
funcionan las formas de saber-poder, denominadas
"indagación" y "examen"-

Más concretamente, el examen es un
análisis que tiene en cuenta las virtualidades del obrero;
es un saber sobre el presente del sujeto para predeterminar su
futuro. Se trata de vigilar sin interrupción, por alguien
que ejerce el poder. Éste verifica si un individuo es
"normal" o no, o si realiza una actividad correctamente, etc. Es
decir, constituye un saber sobre aquéllos a quienes
vigila. Se diferencia del saber de indagación,
característico del Medioevo y la Teoría
Jurídica de Beccaria.

La indagación era un procedimiento por el que se
procuraba saber lo que había ocurrido. A través de
testimonios, se trataba de naturalizar un acontecimiento pasado.
Se llama a un testigo clave que, por el hecho de haber
presenciado ese conocimiento, brinda un saber. La
indagación era la base de las grandes ciencias de
observación.

El examen es la base de donde nacen las ciencias
humanas. El panoptismo es una forma de saber: ya no se apoya en
la indagación sino en el examen.

Conclusión

En conclusión, hemos visto cómo se
configuró el panoptismo, y el paso del "que todos vean a
uno" hacia el que "uno pueda ver a todos". Lo interesante del
planteo de Foucault el la paradoja del panoptismo: la
reclusión se caracteriza por el hecho de que "excluye
incluyendo, el encierro, que fija a los individuos a los aparatos
de producción, formación, reforma… (en vez de la
reclusión anterior marginadora)". Otra tema interesante el
control de los cuerpos y del tiempo. Estos aportes siguen
vigentes puesto que nos permiten reflexionar sobre nuestras
relaciones humanas, en todos los ámbitos
sociales

Bibliografía

CORIAT, Benjamin, El taller y el
cronómetro
, México, Siglo XXI, 1982, Cap. I y
II

FOUCAULT, Michel, La verdad y las
formas jurídicas
, Buenos Aires, Gedisa, 1983, Cuarta
y quinta conferencia

___________________Vigilar y Castigar.
Nacimiento de la prisión,
México, Siglo XXI
editores, 1998

 

 

 

 

Autor:

Profesor: Fernando José
Luchetti

Cipolletti (Río Negro –
Argentina)

17 de abril de 2010

[1] Trabajo no pago: es la diferencia del
salario pagado por el capitalista y el valor del trabajo
realizado por el obrero. Se venden mercancías más
caras, así el capitalista recupera el dinero invertido y
suma más. También se lo denomina “plus-
ganancia” o “plus- valor”

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