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Paper Los riesgos de China cierta duda razonable (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

"Luego de dos días de la cumbre del Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico
(APEC).el plan para comprometerse a reducir emisiones
contaminantes hacia el 2050 fue dejado fuera de la
declaración final. Los líderes mundiales reunidos
en Singapur dijeron que no será posible alcanzar un
acuerdo sobre cambio climático en la conferencia de
Naciones Unidas en Copenhague"… APEC abandona metas
medioambientales (BBCMundo – 15/11/09)

Los líderes prometieron que van a trabajar hacia
un "resultado ambicioso" en Dinamarca, una cita que, sin embargo,
ya no es considerada corolario de esfuerzos, sino otra
reunión más, según señalaron
funcionarios.

El fracaso en llegar a un pacto para reducir las
emisiones contaminantes fue visto como "evidencia de lo
difícil que es superar el vacío existente entre
países desarrollados y en vías de desarrollo, entre
ricos y pobres, Oriente y Occidente", señaló Rachel
Harvey, corresponsal de la BBC, desde Singapur.

"Estados Unidos y China, los mayores contaminantes del
mundo, han hecho oficial el fracaso de la conferencia del clima
que se celebrará el mes próximo en Copenhague. Los
líderes de ambos países, apoyados por algunas de
las principales naciones emergentes del mundo, han comunicado
este domingo en Singapur al Gobierno de Dinamarca que no
será posible conseguir en esa ocasión un acuerdo
vinculante que permita la reducción de emisiones de
dióxido de carbono"… EEUU y China hacen fracasar
Copenhague (El País – 16/11/09)

En su lugar, se intentará lo que se ha llamado
retóricamente acuerdo en dos etapas, y que, en realidad,
consiste en hacer en Copenhague una mera declaración de
intenciones, pero se postergarán los compromisos
obligatorios para un momento posterior, quizá para otra
conferencia que debe de celebrarse el próximo año
en México.

Consciente de que estaban aquí los dos
gobernantes que tienen la última palabra en el asunto
climático, el presidente norteamericano, Barack Obama, y
el líder chino, Hu Jintao, junto a otros países que
son protagonistas destacados de este debate, como Indonesia,
Japón, Rusia o México, Rasmussen se trasladó
este domingo por sorpresa a Singapur en busca de una
solución desesperada para salvar la cumbre de
Copenhague.

Pero sólo obtuvo, según fuentes
norteamericanas, un compromiso de todos los participantes,
incluido China, de respaldar en la capital danesa un documento
que establezca objetivos ambiciosos, e incluso algunos
procedimientos para alcanzarlos, pero sin exigir que los
países contaminantes reduzcan sus emisiones, lo que era el
objetivo inicial de la conferencia patrocinada por Naciones
Unidas.

Obama no quiere firmar ningún acuerdo que, como
ocurrió con el de Kioto, suscrito por Bill Clinton, no sea
después refrendado por el Congreso. China, por su parte,
no está dispuesta a hacer movimientos relevantes en ese
campo que no vayan acompasados por Washington. Lo mismo puede
decirse del tercer mayor contaminante, Indonesia. Y Japón,
cuyo nuevo Gobierno había anunciado recientemente la
voluntad de reducir las emisiones de gases, tampoco quiere
hacerlo sin acciones recíprocas por parte de China y
Estados Unidos.

De esta manera, con toda probabilidad, otras grandes
naciones en desarrollo, como India y Brasil, se negarán a
respaldar acuerdos que no estén apoyados por esos cuatro
países, y Copenhague puede quedar reducido a un ejemplo
más de voluntarismo infructuoso.

Y mientras tanto, el planeta tierra "pierde sus
constantes vitales"

"Desde hace 15 millones de años, el Ártico
tiene una cubierta de hielo permanente, más extensa en
invierno y menos en verano, pero siempre presente alrededor del
Polo Norte. Por eso, la perspectiva actual de deshielo completo
de ese mar septentrional, dentro de un par de décadas tal
vez, debido al calentamiento global del planeta, preocupa a los
científicos, alarmados ante un cambio tan drástico
y rápido. De hecho, el deshielo registrado en la
región recientemente es mucho más acentuado que las
predicciones más pesimistas que se venían haciendo:
ya se ha alcanzado una reducción de cobertura helada del
Ártico que los modelos de proyección
climática situaban en torno a 2020"… El Ártico
amenaza con fundirse por primera vez en 15 millones de
años (El País – 23/11/09)

"El océano Ártico empezó a
congelarse hace 47 millones y medio de años
estacionalmente, es decir, que se formaba el hielo en invierno y
se fundía en verano; sin embargo, durante los
últimos 14 o 15 millones de años, la parte central
del Ártico ha estado permanentemente helada. Ahora, debido
al cambio climático, se espera que vuelva a la
situación de deshielo completo en verano. Esto significa
que el calentamiento en el Ártico, desde una perspectiva
temporal geológica, es extremadamente dramático",
explica Nalan Koc, investigadora del Instituto Polar Noruego. Koc
es especialista en paleoclima y una de las científicas
principales del programa internacional Acex que ha reconstruido
la historia del Ártico de los últimos 56 millones
de años.

Para descifrar la secuencia de hielo y deshielo en el
mar más septentrional del planeta, los científicos
leen las páginas del pasado escritas en el subsuelo del
fondo marino. "Hay fósiles como diatomeas asociadas al
hielo y microfósiles de aguas abiertas preservados en los
sedimentos acumulados", explica Catherine Stickley, investigadora
del proyecto, también del Centro Polar Noruego, con sede
en Tromso. "Remontarnos a 47 millones de años, cuando
empieza la cobertura helada estacional, nos ayuda a comprender lo
que está pasando ahora en el Ártico", añade.
Las conclusiones de la investigación se han publicado en
Nature recientemente.

"Si logramos averiguar lo que sucedió en el
pasado geológico, podemos empezar a utilizar ese
conocimiento para explorar el futuro", afirma Jan Backman, de la
Universidad de Estocolmo y uno de los científicos del
consorcio Ecord, en el que participan 13 países europeos
-incluido España– más Canadá.

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La reducción del glaciar
Blomstrandbreen, en el Ártico, se aprecia en las
fotografías de hace un siglo (arriba) y de 2002. –
Instituto Polar Noruego / Greenpeace / Aaslund

Pero si no es fácil leer el registro de los
sedimentos acumulados en el subsuelo marino, mucho menos es
obtenerlo. Hubo que recurrir a un buque perforador especial y dos
rompehielos de acompañamiento (uno ruso atómico)
para sacar las muestras del fondo marino en forma de cilindros
mediante una cala vertical, de hasta 428 metros de profundidad,
con 1.300 metros de agua encima. La campaña, denominada
Acex, se llevó a cabo en verano de 2004, durante mes y
medio, y el lugar elegido para la perforación fue la
cresta Lomonosov, una cadena montañosa submarina que cruza
el Ártico desde Siberia hasta Groenlandia y que pasa a 250
kilómetros del Polo Norte.

El rompehielos ruso Soyuz y el sueco Oden fueron
abriendo camino por el mar helado al buque perforador noruego
Vidar Viking (un rompehielos adaptado) hasta el lugar elegido
sobre la cresta Lomonosov. Lo protegieron durante las tres
semanas de perforación durante las que se logró
hacer un agujero de muestreo en el fondo marino de 428 metros y
otros cinco de menor profundidad. Así fueron extrayendo
cilindros formados por capas aplastadas de sedimentos del fondo
oceánico del pasado abarcando 56 millones de años
de historia climática. "Es el primer registro temporal
largo del Ártico", afirma Stickley. Acex costó 12,5
millones de euros, contando la operación de los tres
buques, añade Stickley.

La clave en las muestras ha sido la presencia de unas
diatomeas (plantas unicelulares) específicas del
género Synedropsis, similares a las que se encuentran hoy
en día en el Ártico y adaptado para vivir a
temperaturas muy bajas y en la oscuridad, es decir, en
condiciones de superficie del mar helada. Al hacer correlaciones
temporales en las capas sucesivas de sedimentos acumulados en los
cilindros de muestras, los científicos pueden reconstruir
la historia climática.

El Acex ha proporcionado valiosa información
científica, pero los investigadores están ya
pensando en futuros objetivos. Más de 500
científicos de todo el mundo, expertos de perforaciones
profundas -no sólo de Ecord, sino también equipos
estadounidenses y japoneses- se reunieron a finales de septiembre
en Bremen (Alemania) para diseñar la continuación
del actual Programa Integrado de Perforaciones Oceánicas
(IODP), que termina en 2013. Entre los objetivos definidos
destaca la investigación del papel de los gases de efecto
invernadero en la transición entre periodos fríos y
templados de la historia climática del planeta y la
magnitud, velocidad y localización de los correspondientes
cambios en el nivel del mar.

Además, se emprenderán perforaciones en el
suelo oceánico mucho más profundas que las
actuales. El buque japonés Chikyu ya es capaz de hacer
sondeos de hasta 7.000 metros en el fondo marino.

Pero tranquilos, que viene China con "las
Rebajas"… (el gran contribuyente)

"China ha anunciado que se comprometerá a reducir
entre un 40 y un 45% la intensidad energética
(emisión de dióxido de carbono por unidad de PIB)
en 2020 con relación a los niveles de 2005. Entre 2006 y
2010, el Gobierno chino se había comprometido a reducir
esta intensidad energética un 20% (lo que equivale a 1.500
millones de toneladas de CO2), por lo que el nuevo compromiso,
que llega diez días antes de que se celebre la cumbre de
Copenhague, supone doblar los esfuerzos del país
más contaminante del mundo junto a EEUU"… China se
compromete a reducir casi hasta la mitad su intensidad
energética en 2020 (La Vanguardia
26/11/09)

En un comunicado a través de la agencia oficial
Xinhua, el Consejo de Estado aseguró que el compromiso "es
una acción voluntaria del Gobierno chino, teniendo en
cuenta sus actuales condiciones nacionales" y lo calificó
de "gran contribución a la lucha internacional contra el
cambio climático".

La intensidad energética es un concepto algo
más vago que una reducción concreta de emisiones,
lo que permite al Gobierno chino un mayor margen de maniobra, y
aun con todo no está claro si Pekín logrará
en 2010 ese objetivo del 20% que había prometido en su
plan quinquenal.

El anuncio de China llega después de un
año de negociaciones, especialmente con EEUU, para que el
país asiático asumiera mayores compromisos en la
lucha contra el cambio climático, pese a que, al ser un
país en desarrollo, no está obligada a reducir
emisiones de acuerdo con el Protocolo de Kioto.

El presidente, Hu Jintao, ya había adelantado en
septiembre que China iba a reducir su intensidad
energética en la próxima década "en un largo
margen", aunque la cifra concreta había sido una
incógnita.

Minutos antes de anunciarse el nuevo porcentaje, el
Ministerio de Asuntos Exteriores había informado de que el
primer ministro, Wen Jiabao, encabezará la
delegación china que participará en la cumbre sobre
cambio climático que tendrá lugar en la capital
danesa entre los días 7 y 18 de diciembre.

La presencia de Wen "demuestra la gran importancia que
el Gobierno chino da al cambio climático y su voluntad
política de trabajar con la comunidad internacional en
este asunto", señaló un portavoz del
Ministerio.

Corta alegría: China no contaminará
más, pero tampoco menos (el gran simulador)

"A diez días de la conferencia internacional de
Copenhague contra el calentamiento global, China, uno de los
mayores países contaminantes del mundo y el principal
emisor de gases de efecto invernadero, puso ayer sus cartas sobre
la mesa. Por primera vez, Pekín cuantificó un
objetivo para paliar su responsabilidad en el cambio
climático, pero no disminuirá sus emisiones de
dióxido de carbono, sino que las frenará. Es decir,
no contaminará más, pero tampoco menos"… China
frenará, pero no reducirá, sus emisiones para no
dañar su economía (ABC –
29/11/09)

Con respecto a los niveles de 2005, el gigante
asiático reducirá en 2020 del 40 al 45% sus
emisiones contaminantes, pero no totales, sino por unidad del
Producto Interior Bruto (PIB). Tal y como reconoció a la
agencia estatal de noticias Xinhua Qi Jianguo, un economista
especializado en política medioambiental perteneciente a
la Academia China de Ciencias Sociales, "en 2020 el PIB del
país doblará al de ahora, al igual que las
emisiones de gases de efecto invernadero. Pero la
reducción fijada significa que dichas emisiones
tendrán que ser las mismas que ahora".

Otros expertos consideran que China seguirá
aumentando su contaminación a un ritmo más lento
que el de ahora gracias a la disminución de la "intensidad
carbónica" (emisiones por unidad del PIB).

Para ello, el coloso oriental tendrá que hacer un
gran esfuerzo ahorrando energía o utilizándola de
forma más eficiente. Con el propósito de ir
librándose de la dependencia del carbón, con el que
se produce el 75% de la electricidad del país, el Gobierno
chino pretende que la cuota de la energía nuclear y las
renovables suba hasta el 15% en 2020.

El "dragón rojo" intenta que su reducción
de emisiones no dañe a su crecimiento económico. La
oferta se produce sólo un día después de que
la Casa Blanca anunciara que Obama participará en la
cumbre de la capital danesa, donde desgranará la propuesta
de EEUU de reducir sus gases de efecto invernadero en un 17 por
ciento en 2020.

La Rebaja de las Rebajas (heredarás el
viento)

"El gobierno chino ha diseñado un plan para
aumentar el uso de energías renovables hasta representar
una tercera parte del consumo energético del país
en el año 2050"… China planea que un tercio de su
energía sea renovable en 2050 (El Mundo –
7/12/09)

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Turbinas de energía eólica
en Urumqi, Xinjiang. | AP

Así lo ha anunciado al diario oficial "China
Daily" Han Wenke, director general del Instituto de
Investigación de la Energía, un centro
perteneciente al mayor órgano económico del
país, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo
de China.

El nuevo proyecto "contribuirá al objetivo de
protección ambiental y a combatir el cambio
climático", agregó el funcionario, días
después de que Pekín anunciara una reducción
de sus emisiones de carbono de hasta un 45% en 2020, en
vísperas de la cumbre contra el cambio climático de
Copenhague la próxima semana.

Según Han, este plan reducirá en gran
medida la dependencia del carbón, que actualmente suma
más del 70% del consumo energético chino,
convirtiendo al país en uno de los más
contaminantes del mundo junto con Estados Unidos.

Las exportaciones chinas de carbón disminuyeron
un 50,6% interanual hasta los 18,9 millones de toneladas en los
diez primeros meses de 2009, mientras que las importaciones casi
se triplicaron hasta los 97,68 millones de toneladas.

China ha establecido cuotas de exportación y
reducido los aranceles de importación del carbón
con el fin de contrarrestar la caída de la
producción nacional y la creciente demanda
doméstica de este mineral fósil.

Un plan en tres fases

El nuevo plan chino de energías renovables consta
de tres plazos, el primero de ellos en 2020, cuando estos
recursos tendrán que alcanzar el equivalente a 600
millones de toneladas de carbón estándar, o un 15%
del consumo total de energía del país
asiático para esa fecha.

El siguiente paso será aumentar la
producción de renovables hasta el equivalente a 1.000
millones de toneladas de carbón estándar en 2030,
un 20% del consumo chino para entonces; y en 2050 ese nivel
tendrá que superar un tercio del consumo, es decir, el
equivalente a 2.000 mil millones de toneladas de
carbón.

El director Han se mostró optimista acerca del
cumplimiento de este objetivo, ya que la tercera economía
mundial tiene un gran potencial para el desarrollo de
energías renovables, como la eólica.

Líder en energía solar, superado en
eólica

China es en la actualidad el cuarto mayor productor de
energía eólica, por detrás de Estados
Unidos, Alemania y España, después de que entre los
años 2000 y 2008 el sector chino registrara un crecimiento
anual del 52%, hasta los 12,17 millones de kilovatios.

En cuanto a la energía solar, China lidera la
producción mundial con una capacidad equivalente a 1,7
billones de toneladas de carbón estándar al
año en la actualidad (la producción en 2008 fue de
2,6 millones de kilovatios).

De los 30 países productores con esta fuente de
energía renovable, China cuenta con la mitad de la
producción de módulos de baterías para
aplicaciones fotovoltaicas y planea la construcción de
instalaciones a gran escala en el norte de su
territorio.

En cuanto a la bioenergía, Han Wenke
señaló que el plan energético incluye el
desarrollo de bioetanol y biodiesel a partir de productos no
cereales a corto plazo, mientras investigan el desarrollo de una
segunda generación de productos a medio y largo
plazo.

Shanghai y más allá la
inundación… (¿un 40% del PIB bajo las
aguas?)

"La subida del nivel del mar amenaza con inundar la
ciudad, motor económico del país – Cientos de
kilómetros de diques intentan proteger la gran
urbe"… Shanghai se amuralla (El País –
7/12/09 Por José Reinoso – Shanghai)

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Las Tres Gargantas en el río
Yangtsé en Yichang, en la provincia china de Hubei.
REUTERS

El agua color chocolate se agita sin dirección
aparente bajo la luz del atardecer. Las barcazas navegan
corriente arriba sobre el Huangpu, el afluente del Yangtsé
que secciona Shanghai. Las banderas nacionales rojas ondean sobre
los edificios neoclásicos del malecón del Bund. Las
obras traquetean, el tráfico zumba. La capital
económica y financiera de China se acicala a marchas
forzadas para celebrar la Exposición Universal el
año que viene y ocupar su turno en los televisores de todo
el planeta, como el año pasado hizo Pekín con los
Juegos Olímpicos. El lema para el gran evento: "Mejor
ciudad, mejor vida".

Pero sobre esta megalópolis de 20 millones de
almas pesa una grave amenaza: ser engullida por las aguas. No
ocurrirá mañana, pero sí podría pasar
en un futuro si no toman medidas y no se pone freno al cambio
climático.

Inundaciones, sequías, olas de calor y graves
tormentas de nieve han aumentado la frecuencia en el
último medio siglo y cada vez serán más
habituales en el Yangtsé, según el mayor estudio
realizado hasta la fecha sobre los efectos del alza de las
temperaturas en la cuenca de este río, en la que viven 400
millones de personas, y donde se origina el 40% del PIB (producto
interior bruto) chino.

"El cambio climático hará a ciudades
costeras como Shanghai más vulnerables a las subidas del
nivel del mar, fenómenos climáticos extremos y
desastres naturales o inducidos por el hombre. Tendrá un
gran impacto sobre su seguridad", afirma Ma Chaode, experto de la
organización no gubernamental WWF (Fondo Mundial para la
Protección de la Naturaleza) y uno de los dos principales
coautores del informe, que ha sido redactado por una veintena de
investigadores, entre otros, de la Academia de Ciencias china y
la Administración Meteorológica.

El estudio, hecho público a mediados de
noviembre, asegura que las temperaturas medias en la cuenca, que
ocupa una superficie más de tres veces la de
España, fueron 0,33 grados más altas en la
década de 1990 que en los años sesenta. Y la
tendencia se está acelerando. Entre 2001 y 2005, han
subido 0,71 grados, y en los próximos 50 años
podrían ascender entre 1,5 y 2 grados más, lo que
duplica el calentamiento previsto para todo el
país.

"El nivel del río Suzhou (uno de los que cruza
Shanghai) ha crecido mucho desde que yo era niño", dice
Yuan Yulong, un vecino de 77 años, mientras hace un gesto
con la palma de la mano a medio metro del suelo. Yuan mira hacia
el tributario del Huangpu y continúa: "Cada vez hace
más calor. Los glaciares se están
fundiendo".

Según un reciente informe de la Universidad de
Colorado (EEUU), 24 grandes deltas, de los 33 estudiados en todo
el mundo, se están hundiendo, debido a la subida del nivel
del mar por el calentamiento global y la acción humana,
como la construcción de presas, que retienen los
sedimentos fluviales, y la excesiva extracción de los
acuíferos. Los científicos afirman que el 85% ha
sufrido graves inundaciones los últimos años, y
calculan que en las próximas cuatro décadas la
superficie de tierra susceptible de resultar anegada
aumentará un 50%.

La mayoría de estos deltas se encuentra en Asia;
entre ellos, el del Yangtsé. Según la
Administración Oceánica Estatal china, el nivel del
mar se ha elevado 11,5 centímetros en la zona de Shanghai
en los últimos 30 años, y calcula que
aumentará 20 centímetros entre 1999 y
2050.

El problema se agrava por el hecho de que la superficie
de Shanghai está cediendo, debido a la extracción
de agua del subsuelo y la alta densidad de edificios.
Según Unescap (organismo de cooperación
económica y social para Asia Pacífico de Naciones
Unidas), el nivel relativo del agua en la ciudad china
ascenderá 43 centímetros para mediados de
siglo.

Las márgenes del río Suzhou, situado a
pocas manzanas de la céntrica calle Nanjing, la más
famosa de Shanghai, son una de las zonas con más riesgo de
inundaciones de la ciudad. Hace años, fue instalada en su
confluencia con el Huangpu una barrera móvil de acero de
un centenar de metros de largo y 5,86 metros de altura para
regular las mareas que remontan por el estuario del
Yangtsé. Durante un tifón en 1997, la marea
subió en Shanghai 5,72 metros, cuando la altitud media de
la ciudad es de tres metros.

"La subida del nivel del mar, unida al hundimiento del
suelo puede obligar a tomar medidas técnicas
extremadamente caras para amurallar ciudades enteras", explica
Michael Kuhn, investigador del Instituto de Meteorología y
Geofísica de la Universidad de Innsbruck
(Austria).

Ya está ocurriendo. Antes de las graves
inundaciones sufridas en 1949, Shanghai apenas contaba con
protección. Desde entonces, han sido instaladas compuertas
en los afluentes del Huangpu y han sido erigidos cientos de
kilómetros de diques y muros de contención tanto en
la ciudad como en la costa.

En las últimas décadas, el malecón
que protege el Bund ha sido elevado en varias ocasiones, hasta
llegar a 6,9 metros, y actualmente están siendo reforzadas
las paredes del cauce del Suzhou, antaño una importante
vía comercial, flanqueada de viejas fábricas y
almacenes, hoy convertidos en bares y galerías de arte.
"El año pasado, tenía delante de la tienda
árboles y flores, ahora hay esta pared de cemento por lo
que pueda ocurrir", dice Dong, de 31 años, dependiente en
un comercio de tuberías metálicas. A pocos metros,
una docena de obreros, con monos naranjas, trabajan en el muro de
hormigón, de 30 centímetros de grosor y hasta dos
metros de altura sobre la línea de calle. En la orilla de
enfrente, detrás de la pared del cauce, sobresalen los
tejados de algunas casas, cuya planta baja está a un nivel
inferior al del río.

El Instituto Potsdam para la Investigación del
Impacto Climático, en Alemania, calcula que el mar
podría crecer un metro este siglo, y cinco metros para el
año 2300. Los habitantes de la antigua Perla de Oriente
rechazan estas predicciones apocalípticas. "Esto es
Shanghai. Aquí no puede ocurrir nada", dice orgulloso el
anciano Yuan. "Si el agua sube, subiremos los muros".

Esperando la Cumbre de la ONU sobre Cambio
Climático (COP15) de Copenhague (¿11 días
para salvar al mundo?)

Situación de partida

– Emisiones. China es el primer emisor de gases de
efecto invernadero del mundo, por delante de Estados
Unidos.

– Ante Copenhague. Pekín se ha comprometido a
reducir entre un 40% y un 45% las emisiones de CO2 por unidad de
PIB para 2020 respecto a 2005. Pide fuertes compromisos
vinculantes para los países ricos, ya que han sido
éstos los principales causantes de la subida de
temperaturas. Algunos expertos chinos consideran que en
Copenhague se debe hablar no sólo de mitigar los efectos
del cambio climático sino también de cómo
adaptarse a él.

– ¿Qué se juega? El calentamiento ha
aumentado la frecuencia de inundaciones y sequías y ha
provocado la destrucción de humedales. La subida del mar
pondrá en peligro ciudades como Shanghai, mermará
los acuíferos, salinizará tierras cultivables y
tendrá un gran impacto sobre la economía. El cambio
climático reducirá gravemente las cosechas de
grano.

Según la Agencia Internacional de la
Energía (AIE)… (la "mala praxis" China)

El 55% de la totalidad del crecimiento previsto en las
emisiones derivadas de la energía hasta 2030
procederán de China (y el 18% de India)

El argumento a favor de cambiar pronto esta tendencia es
que los costes de evitar un fuerte aumento de la temperatura se
volverían, de lo contrario, extremadamente altos o, en el
peor de los casos, prohibitivos.

La AIE sugiere que si el objetivo es el de limitar las
concentraciones de gases de efecto invernadero a 450 partes por
millón, cada día que se retrase el avance hacia la
trayectoria exigida para ello se añaden 500.000 millones
de dólares (332.182 millones de euros) adicionales al
coste global estimado de 10,5 billones de dólares. Estos
costes se derivan de la vida extremadamente larga de los
principales activos usados en la generación de
energía y de la supervivencia aún más
prolongada del CO2 en la atmósfera.

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COP 15: Un juego de dos
(hipócritas unidos: tahúres del Mississippi y del
Yangtsé)

"Al secretario de Naciones Unidas para el Cambio
Climático, Yvo de Boer, casi le sale un palíndromo
al resumir la situación de la Cumbre del Clima Copenhague:
"EEUU pide más de China y China pide más de EEUU".
El nuevo G-2 acapara una negociación en las que primero se
acordó lo que parecía más difícil,
las cifras de reducción de emisiones, y el atasco
está ahora en las palabras y la financiación. Ayer,
unos 50 ministros se reunieron a puerta cerrada para que los 110
líderes tengan su acuerdo. Mientras tanto, la
policía danesa volvió a enseñar
músculo al detener a 257 personas que liberó horas
después. De los 968 arrestados el día anterior en
la gran manifestación, sólo presentó cargos
contra cuatro. La desproporción originó una oleada
de críticas de los activistas"… La pugna entre EEUU y
China centra la negociación en la Cumbre del Clima (El
País – 14/12/09 – Por R. Méndez / C.
Álvarez – Copenhague)

La pugna entre EEUU y China centra la negociación
en la Cumbre del Clima.

La primera semana de la cumbre ha revelado los escollos.
EEUU afirma que de ninguna manera financiará a China. "No
veo dinero público de EEUU destinado a China";
resumió el enviado de Obama, Todd Stern, quien
añadió que no piensan "reparar ni pagar ninguna
deuda" por sus emisiones de los últimos 200
años.

El viceministro chino de Exteriores, He Yafei,
contestó a lo oriental: "La historia es el espejo en el
que mirarnos para avanzar". China exige ayuda para rebajar un 40%
del CO2 por unidad de PIB en 2020 con el argumento de que es un
país en desarrollo con 150 millones de pobras.

Las cifras chinas no están claras. China no habla
de emisiones, sino de intensidad, lo que dificulta la
comparación. Para financiarle, los países
desarrollados piden que declare sus emisiones, algo que
Pekín ve como una intromisión. Los cálculos
de la UE no coinciden con los chinos. Europa considera que el
objetivo chino supone que, en 2020, sus emisiones estarán
entre un 12% y un 15% por debajo de la tendencia actual. Esto se
sitúa lejos del 30% pedido por la UE. No se trata de
reducir emisiones sino de que crezcan menos. Las dudas crecen
porque la Agencia Internacional de la Energía afirma que
el plan chino aportará un 25% de la reducción
mundial. México, Reino Unido y Noruega han presentado una
propuesta de financiación que incluye a China como
donante, aunque muy lejos de los países ricos.

La UE exige compromisos mayores a ambas partes. Europa
ve cómo los dos borradores de la cumbre contemplan que el
Protocolo de Kioto siga vigente entre 2013 y 2020. "Nosotros
salvamos Kioto, lo vamos a cumplir y nuestra legislación
incluye los mecanismos del protocolo. Pero no basta. No incluye a
EEUU ni obliga suficientemente a China", explicó el
comisario europeo Stavros Dimas.

Los Veintisiete se reservan la carta de ampliar su
recorte de emisiones del 20% al 30%. El anuncio se da por
descontado. El Panel Intergubernamental pide para los
países ricos recortes de entre el 25% y el 40% y la UE,
que ha liderado este proceso, no puede ir con una cifra inferior.
Dimas admitió que sin el 30% carecían de "fuerza
moral" para reclamar más a EEUU y China.

Cuando ni siquiera el "éxito" del COP 15 alcanza
(en la "intensidad", está la trampa)

"Imagínese que un acuerdo "soñado" salga
de Copenhague esta semana: Estados Unidos accede a recortar las
emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% para 2050,
como ha estado prometiendo el presidente de ese país,
Barack Obama. Los otros países desarrollados prometen
recortar sus emisiones en un 60%. China promete reducir las suyas
en un 70% para 2040. Las economías emergentes prometen que
en 2040, cuando su riqueza per cápita haya crecido a la
mitad de la de EEUU, recortarán las emisiones en un 80%
durante los siguientes 40 años. Y todas las partes
cumplirán con sus promesas. Éxito medioambiental,
¿no es cierto? Equivocado. Incluso si se cumplen todas las
metas, las emisiones seguirán subiendo hasta casi cuatro
veces el nivel actual. El dióxido de carbono
atmosférico total aumentará a casi 700 partes por
millón para 20800 (el nivel actual es de 385), y -si el
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU
(IPCC) están en lo cierto- la temperatura global
aumentará unos seis grados Fahrenheit en las latitudes
medias"… Copenhague al desnudo (The Wall Street Journal –
15/12/09 – Por Richard Muller – Profesor de física
en la Universidad de California, Berkeley, y autor de
"Física para presidentes futuros" – 2008)

El motivo es que la mayoría de las futuras
emisiones de carbono no provendrán del mundo actualmente
industrializado, sino de las economías emergentes, en
especial China. Y China, que actualmente emite 30% o más
de dióxido de carbono por año que EE.UU., no ha
prometido recortar las emisiones actuales. Este y otros
países en vías de desarrollo prometieron recortar
sólo su "intensidad" de carbono, un término
técnico que significa emisiones por unidad de
PIB.

China asegura que ya está recortando la
intensidad de dióxido de carbono en un 4% anual como parte
de su plan de cinco años. El presidente Hu Jintao dio
señales de que en Copenhague China ofrecerá
continuar con esas reducciones. Para 2040, eso ascenderá a
una reducción de 70% en intensidad. Eso suena bien, pero
esta es la trampa: con un crecimiento anual del 10% en la
economía China, un recorte del 4% en intensidad de hecho
es un aumento anual del 6% en las emisiones. India y otros
países en vías de desarrollo tienen un crecimiento
similar de dióxido de carbono.

Es verdad, el dióxido de carbono per
cápita de China es sólo un cuarto del índice
de emisiones de EEUU. Pero el calentamiento no proviene de
emisiones per cápita, proviene de las emisiones totales.
La intensidad de carbono ahora es cinco veces mayor a la de EEUU;
es extremadamente ineficiente en su uso del carbono. Para el
momento en que los chinos recorten la intensidad de las emisiones
en un 45%, su total anual será más del doble que la
de EEUU. Y en el propuesto escenario de ensueño de
Copenhague, para 2025 las emisiones de China de hecho
superarán las de EEUU per cápita.

Si el tema es las emisiones en ascenso en las
próximas décadas, la conclusión es simple:
el mundo desarrollado se convierte en irrelevante con rapidez.
Cada recorte de 10% en EEUU es anulado por un año de
crecimiento de China. Para 2040 China podría ser el
país más dominante económicamente en la
tierra. Occidente quizás pueda persuadirlo, pero no
podrá imponer sanciones sobre China. La temperatura
estará a la merced de las nuevas economías
poderosas. Es más, un esfuerzo costoso para reducir las
emisiones occidentales pone un ejemplo sin valor. Sólo los
recortes de emisiones que otorgan un beneficio económico
medible para los países en vías de desarrollo
serán adoptados por éstos. Si el 80% del recorte de
emisiones de EEUU termina por dañar la economía
estadounidenses, garantiza que China nunca seguirá ese
ejemplo.

La energía verde barata no será
fácil. El carbón es baratísimo, y China
instala una nueva planta de carbón gigawatt cada semana,
lo suficiente para proveer de energía a cinco nuevas
ciudades del tamaño de Nueva York cada
año.

Donde dije digo, digo Diego (Cuentos chinos: la Danza de
los Enanos)

"El Gobierno chino acusó a los países
desarrollados y sus peticiones "poco razonables" de entorpecer la
negociación para llegar a un acuerdo en la Cumbre del
Cambio Climático que se desarrolla estos días en
Copenhague (Dinamarca)"… China lamenta las peticiones "poco
razonables" de los países desarrollados – La Vanguardia –
15/12/09)

En rueda de prensa ofrecida hoy en Pekín, la
portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jiang Yu,
aseguró que las conversaciones están en "una fase
crítica". "Se han conseguido algunos logros pero sin
embargo todavía permanecen fuentes de conflicto", expuso
la portavoz china, quien animó a los países ricos a
"afrontar sus responsabilidades históricas".

Varias delegaciones en la cumbre climática
acusaron ayer a China y Estados Unidos, los países
más contaminantes del planeta, de entorpecer los avances
para consensuar un documento. En este sentido, Pekín se
defendió argumentando que los países desarrollados
introdujeron "regresiones" en materia de ayuda financiera y
técnica que deben prestar a los países
emergentes.

"La clave del éxito es que los países
desarrollados muestren su deseo político de alcanzar un
acuerdo", sentenció Jiang, quien apuntó a la
necesidad de que estas delegaciones fijen "objetivos concretos"
para desarrollar la negociación.

Ayer, tanto los enviados de Washington como de
Pekín, así como los representantes de la
Unión Europea (UE), cancelaron sus respectivas ruedas de
prensa después de que el bloque africano abandonase la
sesión de ayer, lunes, por considerar que los
países ricos intentan "matar" el Protocolo de Kioto,
vigente hasta 2012.

Las potencias emergentes, entre ellas China, se han
opuesto a firmar compromisos vinculantes, a los que el Protocolo
de Kioto sólo obliga a los Estados ricos, algo que
también les piden los Países Menos Desarrollados
(LDC, por sus siglas en inglés).

Recordatorio: La opinión de los Organismos
Internacionales (lecturas recomendadas)

– China toma medidas sobre el cambio climático
(Naciones Unidas – 26/5/09)

El cambio climático es un desafío serio
para la humanidad y el desarrollo sostenible, que exige tanto
respuestas proactivas como un esfuerzo concertado por parte de la
comunidad internacional.

(Por Zhenhua Xie)

Para China es muy importante hacer frente al cambio
climático. En 2007, estableció el Grupo Nacional
Líder sobre Cambio Climático (NLGCC, tal su sigla
en inglés), encabezado por el premier Wen Jiabao. Ese
mismo año, China emitió su Programa Nacional sobre
Cambio Climático, el primero generado por un país
en desarrollo.

En su Programa Nacional sobre Cambio Climático,
China planteó el objetivo de reducir su consumo
energético por unidad del PBI en 20% aproximadamente del
nivel de 2005 para 2010 y, en su Plan de Mediano y Largo Plazo
para el Desarrollo de Energía Renovable, China
también plantea el objetivo de aumentar la
proporción de energía renovable en la mezcla
energética primaria a 10% para 2010, y a 15% para
2020.

Para alcanzar estos objetivos, China adoptó una
serie de políticas y medidas efectivas, que le permitieron
lograr un progreso destacable. En primer lugar, China pudo
reducir su consumo energético por unidad del PBI en 1,79%,
4,04% y 4,59% respectivamente para 2006, 2007 y 2008, lo que
sugiere claramente la perspectiva de alcanzar el objetivo del 20%
para 2010.

En segundo lugar, entre 2006 y 2008, China cerró
unidades pequeñas de generación eléctrica
termal con una capacidad total instalada de 34,21 GW, redujo
progresivamente 60,59 millones de toneladas de capacidad de
fabricación de acero atrasada, 43,47 millones de toneladas
de capacidad de fundición de hierro y 140 millones de
toneladas de capacidad de producción de cemento. Todas
estas medidas redujeron la contaminación
considerablemente.

En tercer lugar, entre 2000 y 2008, China aumentó
su capacidad de generación de energía eólica
de 340 MW a 10GW, de energía hidráulica de 79,35GW
a 163GW y de energía nuclear de 2,1GW a 9,1G.W.
También ha hecho grandes esfuerzos para reducir las
emisiones de gases de tipo invernadero, agrícolas y
rurales. De hecho, para fines de 2007, más de 26,5
millones de hogares rurales utilizaban digestores de
biogás hogareños, evitando así 44 millones
de toneladas de emisiones de CO2.

En cuarto lugar, China aumentó sus reservorios de
carbono al promover la reforestación. La tasa de cobertura
forestal de China aumentó del 12% a principios de los
años 1980 al 18,21% hoy.

Para este año, China completará la
formulación de programas provinciales para el cambio
climático en todo el país, promoviendo la
implementación efectiva del Programa Nacional sobre Cambio
Climático.

Asimismo, en el paquete de estímulo
económico de China, se asignaron 210.000 millones de
yuanes a proyectos de conservación energética,
reducción de agentes contaminantes y protección del
ecosistema, 370.000 millones de yuanes al ajuste estructural
económico y a la renovación tecnológica, y
400.000 millones de yuanes a nuevas viviendas eficientes en el
consumo de energía, ya que utilizarán materiales
que no son nocivos para el medio ambiente. Además, se
utilizarán 370.000 millones de yuanes para mejorar los
estándares de vida rurales de una manera ambientalmente
sólida y sostenible.

China está haciendo enormes esfuerzos para
combatir el cambio climático a pesar del hecho de que
sigue siendo un país en desarrollo de bajos ingresos con
un PBI per cápita de apenas 3.000 dólares
aproximadamente. Por cierto, según los patrones de las
Naciones Unidas, China todavía tiene 150 millones de
personas que viven en la pobreza. China no tiene otra
opción que favorecer el desarrollo sustentable para poder
satisfacer las necesidades básicas de su pueblo y
erradicar la pobreza. En este proceso, se garantiza al mundo que
China hará todos los esfuerzos para hacer frente al cambio
climático.

La comunidad internacional tiene grandes expectativas de
que se alcance un resultado positivo en Copenhague. Según
la visión de China, la clave para el éxito en
Copenhague reside en llevar a cabo la implementación
plena, efectiva y sostenida de la Convención y su
Protocolo de Kyoto (PK). Los países desarrollados que
participan en el PK, colectivamente, deben reducir sus emisiones
de gases de tipo invernadero en por lo menos 25-40% por debajo de
su nivel de 1990 para 2020.

En el caso de los países desarrollados que no
integran el PK, deberían asumir compromisos comparables
con objetivos cuantificados de reducción de las emisiones.
Los países desarrollados también deberían
cumplir con sus obligaciones planteadas por la Convención
de proporcionar respaldo financiero y transferencia de
tecnología de modo de permitir que los países en
desarrollo hagan frente de manera efectiva al cambio
climático.

Por otra parte, deberían establecerse mecanismos
apropiados y acuerdos institucionales para la adaptación,
el respaldo financiero y la transferencia de tecnología.
Los países en desarrollo, en el contexto de un desarrollo
sostenible y con un respaldo mensurable, declarable y verificable
en términos de financiamiento, tecnología e
incremento de la capacidad, deberían emprender acciones de
mitigación apropiadas a nivel nacional.

La crisis financiera global, sin lugar a duda, ha
exacerbado el desafío del cambio climático. Pero
como el cambio climático es un desafío más
serio y de mucho mayor alcance, el mundo no debe vacilar en su
determinación y compromiso de resolverlo. De hecho, la
crisis financiera internacional, si se la resuelve correctamente,
también debe transformarse en una oportunidad para
alcanzar una solución positiva tanto para la
protección del clima como para el desarrollo
económico.

Con un profundo sentido de la responsabilidad por su
propio pueblo y por toda la raza humana, China continuará
implementando políticas y medidas proactivas para hacer
frente al cambio climático, así como realizando
esfuerzos incesantes para la protección del sistema de la
Tierra.

(Xie Zhenhua es representante especial sobre cambio
climático del presidente Hu Jintao y vicepresidente de la
Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de
China)

– El imperativo climático (Naciones Unidas –
1/7/09)

Hoy es urgente y esencial que el mundo se movilice ante
el cambio climático. De hecho, ya no puede haber debates
acerca de la necesidad de actuar, porque el Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), que
presido, ha establecido que el cambio climático es una
realidad inequívoca y más allá de cualquier
duda científica.

(Por R K Pachauri)

Por ejemplo, está habiendo cambios en los
patrones de precipitaciones, con una tendencia a que haya mayores
niveles de lluvias en las latitudes superiores del mundo y
menores precipitaciones en regiones tropicales y subtropicales,
así como en el área del Mediterráneo.
También está aumentando la cantidad de casos de
lluvias extremas, y se están generalizando. Más
aún, la frecuencia e intensidad de las ondas de calor, las
inundaciones y las sequías van en aumento.

Este cambio en el patrón y la intensidad de las
lluvias tiene serias implicancias para varias actividades
económicas, así como para la preparación de
los países para manejar emergencias como inundaciones
costeras de gran escala o nevazones intensas.

Algunas partes del mundo son más vulnerables que
otras a estos cambios. La región ártica, en
particular, se ha estado calentando a tres veces el ritmo del
resto del planeta. Los arrecifes de coral, los grandes deltas
(que incluyen ciudades como Shanghai, Calcuta y Dhaka) y los
pequeños estados formados por islas son también
extremadamente vulnerables al aumento del nivel del
mar.

Entre otros efectos negativos del cambio
climático se encuentra la posible reducción del
rendimiento de las cosechas. Por ejemplo, en algunos
países africanos podría llegar a disminuir en un
50% para el año 2020. El cambio climático
produciría una mayor escasez de agua, que para el
año 2020 podría afectar a entre 75 y 250 millones
de personas tan sólo en África.

En general, se estima que las temperaturas
aumentarán para el año 2100 entre 1,1ºC y
6,4ºC. Para centrarse con mayor precisión en estos
escenarios, el PICC ha concluido que lo más probable es
que el extremo inferior de esta gama sea 1,8ºC, y 4ºC
el superior. Incluso en la estimación más baja, las
consecuencias del cambio climático podrían ser
graves en varias partes del mundo, lo que incluiría una
mayor escasez del agua, graves efectos sobre los ecosistemas, y
vidas y propiedades amenazadas debido a inundaciones en zonas
costeras.

Puede haber además graves consecuencias para la
salud humana si no se pone control al cambio climático,
particularmente mayor morbilidad y mortalidad como resultado de
olas de calor, inundaciones y sequías. Más
aún, cambiaría la distribución de algunas
enfermedades, haciendo más vulnerables a las poblaciones
humanas.

Puesto que el efecto del cambio climático es
global, hace falta que el planeta como un todo adopte medidas
específicas de adaptación. Sin embargo, ya es claro
que la capacidad de adaptación de algunas comunidades se
verá superada rápidamente si no se reduce la
intensidad del cambio climático.

Para ayudar a estas comunidades vulnerables, es esencial
que el mundo idee un plan de acción para limitar la
emisión de gases que incrementan el efecto invernadero
(GEI). El PICC ha evaluado varios escenarios, y uno que
limitaría el aumento futuro de las temperaturas a entre 2
y 2,4ºC requeriría que las emisiones llegaran a su
punto máximo no más allá del año
2015, y que se redujeran a partir de entonces. El ritmo de
reducción determinaría en qué medida
sería posible evitar los peores efectos del cambio
climático.

El PICC también ha concluido que un esfuerzo
así de estricto para reducir el cambio climático no
significaría más de un 3% del PGB global en el
año 2030. Lo que es más, hacerlo conlleva enormes
beneficios: las menores emisiones de GEI estarían
acompañadas de una menor polución del aire y mayor
seguridad energética, más producción
agrícola y mayores índices de empleo. Si estos
beneficios se tomaran en cuenta como un todo, ese coste del 3%
del PGB para el año 2030 sería significativamente
menor, quizás hasta negativo. El mundo podría
optimizar su producto económico y su bienestar al buscar
una manera de reducir el cambio climático.

Por tanto, la necesidad de una acción
internacional surge de dos importantes observaciones resultantes
del trabajo del PICC. Primero, si no mitigamos las emisiones de
GHG, será difícil revertir los efectos negativos
del cambio climático, lo que implicará más
dificultades y posiblemente un riesgo de supervivencia para la
humanidad y otras especies.

Segundo, los beneficios de reducir la emisiones de GEI
son tan abrumadores que esto, combinado con las perspectiva del
daño resultante de la inacción, hace imperativo que
el mundo diseñe una respuesta y un plan de acción
internacionales. Considerando el reto al que nos enfrentamos,
cuya magnitud y naturaleza ha sido claramente descrita por el
PICC, la Conferencia de Copenhague, que se ha de realizar este
año, debe producir un acuerdo multilateral que lo aborde
de manera adecuada.

(R. K. Pachauri, ha recibido el Premio Nobel y es
Presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático y Director General del Instituto de
Energía y Recursos.)

Fisuras
económicas (
placas tectónicas… ¿una
"potencia" con pies de barro?)

Monografias.com

Dos mujeres chinas observan una pantalla
de Bolsa el pasado 26 de agosto. – REUTERS

El apetito desmedido de los chinos

"Con este sugerente e impactante título, el
último número del Informe Mensual de La Caixa
aborda, en un breve pero interesante artículo, el
tratamiento de la forma en que la sostenida expansión
económica del gigante asiático está
influyendo en múltiples aspectos del acontecer
económico de nuestros días, especialmente en los
precios de las materias primas y algunos alimentos"… – China se
come el mundo (Negocios.com – 23/2/08 – Por José
Villaverde Castro)

Para algunos, este "apetito desmedido" de los chinos por
consumir algunos productos se considera una amenaza para sus
economías.

Hasta no hace demasiado tiempo, el crecimiento
económico chino se amparaba, sobre todo, en el dinamismo
de sus exportaciones y de la inversión. Aunque ambas
palancas se siguen manteniendo en la actualidad -y los Estados
Unidos, por ejemplo, siguen quejándose del dumping
competitivo con el que se realizan las primeras-, no es menos
cierto que, poco a poco, el papel del consumo interno ha ido
ganando enteros, hasta ser, en el año 2007, el principal
responsable de un aumento del Producto Interior Bruto por encima
del 11%. Ésta es, por lo menos, la conclusión que
algunos analistas extraen a partir de las informaciones ofrecidas
por la Oficina China de Estadística.

El crecimiento del consumo interno encuentra su
razón de ser en dos fenómenos evidentes: por un
lado, el aumento del peso específico de las clases medias
chinas (con un poder de compra que crece por momentos) y la
insatisfacción de las mismas con los niveles y patrones de
consumo que hasta ahora ejercitaban.

Uno de los frentes en los que esto se está
dejando notar de forma clara es en el grado de
motorización de los chinos y, por lo tanto, en su consumo
de carburantes. Aún cuando la densidad de vehículos
por habitante es todavía muy baja, sobre todo si se la
compara con la existente en los países más
desarrollados, no lo es menos que ha crecido de forma singular en
los últimos años, y con ella la demanda de
petróleo.

Además, las muchas previsiones al efecto son que
ambos crecimientos continuarán de forma sostenida en el
futuro, por lo que la presión sobre los precios del crudo
se mantendrá (e incluso es posible que se acentúe)
en los próximos años. Si a esto añadimos que
la industrialización china sigue siendo intensiva en el
uso de materias primas, parece que los aumentos en los precios de
las mismas (incluido, claro está, el petróleo)
están determinados, en parte, por el consumo y la
inversión chinas.

Otro campo en el que la demanda de consumo china
está haciendo "estragos" en el mundo es el relativo a
algunos productos alimenticios. En efecto, el aumento de renta
que conlleva el nacimiento de una clase media cada vez más
sólida supone, al mismo tiempo, cambios en los patrones de
consumo, cambios que están trayendo consigo, por ejemplo,
aumentos en los precios de la carne e, indirectamente, de los
cereales a nivel mundial.

Otro terreno en el que el "apetito" chino se muestra
insaciable (expresión exagerada pero ilustrativa de lo que
sucede) es en la compras de múltiples utensilios.
Así, las ventas al por menor, que llevaban varios
años aumentando a ritmos entre el 10 y el 15% anual
acumulativo, se han disparado en el año 2007, alcanzando
un crecimiento ligeramente por encima del 20%.

Para algunos analistas -o, más bien, para algunos
políticos sometidos a una fuerte presión interna-,
este "apetito desmedido" de los chinos por consumir determinadas
materias primas y productos se considera como una gran amenaza
para sus economías, sobre todo, se arguye, porque puede
tensionar una situación de la economía mundial, que
ya es un tanto precaria.

El acelerado crecimiento de los mercados emergentes
amenaza el suministro de recursos naturales

"A lo largo de los siglos, de vez en cuando, diferentes
voces han advertido que la actividad humana agotaría los
recursos naturales de la Tierra. Pero los malos augurios siempre
han estado equivocados. Cada vez, se descubrían nuevos
recursos o aparecían tecnologías para propulsar el
crecimiento. Ahora han vuelto los viejos temores y parece que no
van a poder ser descartados tan fácilmente"… ¿Un
mundo demasiado próspero? (The Wall Street Journal –
24/3/08 – Por Justin Lahart, Patrick Barta y Andrew
Batson)

Aunque no se avecina una catástrofe Malthusiana,
en alusión al economista británico que
pronosticó que el crecimiento poblacional iba a superar la
capacidad de la tierra para producir recursos, la escasez
prevista por el Club de Roma nunca ha sido tan evidente desde la
publicación en 1972 de su famoso libro Los límites
del crecimiento. Los constantes aumentos en los precios del
petróleo, trigo, cobre y otras materias primas son
señales de un giro duradero en la demanda que no se ha
visto acompañado por un incremento similar en el
suministro.

Al mismo tiempo que el mundo se vuelve más
poblado (las Naciones Unidas proyecta que la Tierra estará
habitada por 8.000 millones de personas en 2025, frente a los
6.600 millones de ahora), se vuelve más próspero.
Una persona promedio consume más alimentos, agua, metal y
electricidad. Una mayor parte de la población de China
(1.300 millones de habitantes) e India (1.100 millones de
habitantes) se está subiendo al vagón de la clase
media, consumiendo dietas ricas en proteínas,
transportándose en vehículos a gasolina y
disfrutando de los aparatos electrónicos imprescindibles
en los países desarrollados.

El resultado es que la demanda por recursos naturales se
ha disparado. Si los suministros no se mantienen al mismo ritmo,
es probable que los precios sigan escalando, haciendo que el
crecimiento económico sufra tanto en los países
ricos como en los pobres. Algunos de los recursos en mayor
demanda no tienen sustituto. En el siglo XVIII, Inglaterra
respondió a la escasez de madera mediante un cambio hacia
el carbón, un material mucho más abundante. Pero no
hay semejantes alternativas para cosas como tierras cultivables y
agua fresca.

Uno de los peligros es que los gobiernos, en vez de
buscar soluciones globales para la escasez de recursos, se
concentren en formas de sacar su tajada económica. China
ha estado financiando proyectos de desarrollo en África,
lo que algunas autoridades estadounidenses ven como una forma de
ganar acceso a su madera, petróleo y otros recursos.
India, que era un ferviente defensor del movimiento en favor de
la democracia en Myanmar, ha firmado acuerdos comerciales con
este país rico en recursos naturales.

El auge de China e India ha cambiado la economía
mundial en formas duraderas, desde los flujos de capital a la
ubicación de los nuevos centros de manufacturas. Sin
embargo, siguen siendo sociedades pobres con crecientes
apetitos.

En 2005, China tenía 15 autos por cada 1.000
personas, cerca de los 13 autos por 1.000 que Japón
tenía en 1963. Ahora, Japón tiene 447 autos por
1.000 habitantes, un total de 57 millones. Si China llegara a
alcanzar esa proporción, estaríamos hablando de 572
millones de vehículos (sólo 70 millones menos del
total de autos en todo el mundo hoy en día).China consume
7,9 millones de barriles de petróleo al día.
Estados Unidos, con menos de una cuarta parte de su
población, consume 20,7 millones de barriles. "La demanda
seguirá subiendo, pero se verá limitada por el
suministro", le dijo a un grupo de analistas James Mulva,
presidente ejecutivo de la petrolera ConocoPhillips. "No creo que
vayamos a ver que la producción supere los 100 barriles al
día y la razón es: ¿de dónde va a
salir todo eso?".

No hay sustitutos para el agua. Pese a los avances, la
desalinización sigue siendo costosa y requiere grandes
gastos de energía. En todo el mundo, el agua es demasiado
barata. Es probable que el cambio climático agudice los
problemas de falta de agua. Los cambios en los ciclos
climáticos se sentirán con "mayor intensidad en la
distribución de agua en todo el mundo y en su variabilidad
temporal y anual", concluye un informe del gobierno
británico sobre calentamiento global dirigido por Nicholas
Stern. La escasez de agua podría ser especialmente grave
en África, Medio Oriente, el sur de Europa y
América Latina, detalla el documento.

Las nuevas tecnologías podrían ayudar en
la creación de soluciones. Los avances en la agricultura,
la desalinización y la producción de electricidad
limpia, entre otras cosas, serían pasos importantes. Pero
Stiglitz advierte que los consumidores deberán
eventualmente cambiar su comportamiento. Su conclusión es
que las definiciones y medidas tradicionales del mundo de
progreso económico, basado en producir y consumir cada vez
más, deben replantearse.

En los últimos 25 años, chinos e indios
han incrementado significativamente su poder
adquisitivo

"Un estudio del FMI, basado en la paridad de poder de
compra, sitúa a las dos grandes potencias asiáticas
en segundo y cuarto puesto de la economía mundial. El
centro de gravedad de la economía mundial se desplaza
hacia Asia, gracias al arrollador ímpetu de gigantes como
China y la India. Y los estudios estadísticos de los
organismos internacionales confirman esta nueva arquitectura
global"… China y la India escalan posiciones en la
economía global (Negocios – 6/5/08 – Por Isabel
Rodríguez)

Frente al tradicional top ten de las economías
mundiales, basado en los tipos de cambios que marca el mercado,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado, en
colaboración con el Banco Mundial, la OCDE y la
Comisión Europea, una nueva clasificación basada en
la paridad de poderes de compra, que aúpa a los
países emergentes.

La paridad de poder de compra, basada en la ley de un
solo precio que determina que en un mercado eficiente los bienes
que son idénticos deben tener un único precio,
beneficia a China. En 2007, el país generó el 11%
de la riqueza mundial, y que pasa al segundo puesto mundial,
desplazando a Japón (6,6%) a la tercera plaza, seguido por
la India, que pasaría a representar el 4,6% del Producto
Interior Bruto (PIB) mundial, frente al 2% que le adjudica el
método tradicional.

Estados Unidos (21,4%) se mantiene como la primera
economía del mundo, aunque con un peso algo menor que con
los tipos de cambio del mercado. La revisión
estadística también quita fuste a todas las
economías de la zona euro, ya que, según los datos
de 2007, Alemania pasaría a la quinta posición, el
Reino Unido al sexto lugar y España se colocaría
undécima y descolgada de los puestos de honor con gran
consternación del Gobierno, orgulloso de la octava plaza
que le otorga la clasificación tradicional.

A nadie sorprende el arrollador empuje de los dos
gigantes asiáticos, que han superado sus bajas tasas de
crecimiento económico y comienzan a alejarse
rápidamente de la pobreza, al crecer a tasas mucho mayores
que las locomotoras económicas del siglo pasado: Estados
Unidos, primera en el mundo, Japón, primera en Asia y
segunda en el mundo y Alemania en Europa, tercera a nivel
mundial. China, con una población de 1.320 millones de
personas y un crecimiento económico superior al 10%, y la
India, con 1.110 millones de habitantes y una expansión
que ronda el 8%, representan en conjunto cerca del 40% de la
población mundial.

La carrera de los pobres (la deslocalización de
la deslocalización)

"El grupo textil Ever-Glory International es un
símbolo de la industrialización china gracias a su
fuerte poder en el mercado de la ropa y los juguetes baratos.
Entre sus clientes están Levi Straus y Tesco. Ahora, tras
representar el despegue chino de estas dos últimas
décadas, inicia una nueva etapa. Una fase que resume los
cambios que se viven en el gigante asiático: deslocaliza
su producción a regiones y países con menores
costes"… Vietnam e India toman el relevo – China,
víctima de la deslocalización industrial (El Mundo
13/5/08)

La apreciación del yuan frente al dólar
(un 4,45% en el año 2008) y el incremento de los costes de
la mano de obra han hecho que su dueño, Edwar Kang,
planifique el traslado de sus fábricas al interior de
China y a Vietnam, según un reportaje de la agencia
Bloomberg.

En la zona este de China, las cuatro regiones donde se
concentra su PIB ya no son tan rentables como antes. Por ello,
Kang aprovechará las facilidades dadas por las autoridades
del país para trasladar sus factorías de Nanjing al
interior -pobre- del país. Además, un 40% de su
manufacturación se deslocalizará en los
próximos cinco años a una nueva fábrica en
la ciudad portuaria de Haipong, Vietnam.

Como esta empresa, muchas más
compañías chinas han llegado a la misma
conclusión. Según un informe de Tao Dong,
economista jefe de Credit Suisse en Hong Kong, al menos un tercio
de las empresas manufactureras de la provincia de Guangdong,
productora de un 30% de las exportaciones chinas, cerrará
en tres años por la agresiva competencia de Vietnam, India
y otros países vecinos.

El crecimiento del país se concentra en estas
cuatro regiones, Guangdong, Jiangsu, Fujian y Zhejiang, donde las
inversiones extranjeras potenciaron hace años el
crecimiento gracias a la combinación de la cercanía
de los puertos con las ventajas fiscales y, sobre todo, una mano
de obra muy barata.

Según el Banco de Desarrollo Asiático,
China ha gestionado en los años 2003 y 2008 en torno a un
65% de los 792.000 millones de dólares invertidos en Asia,
dinero del que un 90% se concentró en la costa sureste.
Esto provocó que los sueldos se doblasen desde 2001, de
1.284 yuanes en 2001 a 2.594 (algo menos de 400 dólares)
en diciembre de 2006, según datos de la firma
estadounidense CEIC Data que ha recogido Bloomberg. Mientras en
las zonas pobres de China el coste es mucho menor. En Gansu, al
noroeste, el salario medio es de 1.437 yuanes (unos 200
dólares), por ejemplo.

Las compañías extranjeras invirtieron en
el año 2007, 11.600 millones de dólares en el oeste
y centro de China, un 30% más que en 2003, según
FDI Intelligence. Pero el porcentaje es mucho mayor en otros
países vecinos: las inversiones en Vietnam aumentaron el
pasado año hasta 40.100 millones de dólares, un
354% más que en 2003, mientras que en India alcanzaron los
52.600 millones de dólares, un 174% más.

"Nuestros clientes dicen que nuestros precios son una
locura. Siempre hay otras empresas vietnamitas y tailandesas
mucho más baratas", dijo a Bloomberg Zhejiang Hefeng
Shoes, una compañía con más de 1.000
trabajadores en plantilla.

Los vietnamitas cobran unos 104 dólares al mes,
la mitad que los chinos de la provincia central de Jiangxi,
mientras que los indios ganan 87 dólares, según
datos del Banco Mundial.

¿Un dulce porvenir? Qué dicen los que
saben (lecturas recomendadas)

– China, ¿crecimiento sobre pilares de barro? (El
Confidencial – 17/6/08)

(Por S. McCoy)

Aprovechando la visita a España de Paul Krugman,
catedrático de economía en Princeton y uno de los
columnistas más reputados de Estados Unidos desde su
atalaya del New York Times, rescato para todos ustedes lo que, en
mi modesta opinión, es uno de sus artículos
imprescindibles. Todo un clásico de 1994 cuya vigencia
actual es incuestionable: "El Mito del Milagro Asiático".
Publicado por vez primera en la revista Foreign Affairs a finales
de ese año, se trata de un documento largo pero
extraordinariamente bien escrito sobre el que merece la pena
reflexionar serenamente. Les invito a que lo hagan.
Desafortunadamente no lo he localizado traducido al
castellano.

Su tesis central es la siguiente: el crecimiento de una
economía, para que sea sostenible en el tiempo, no se
puede basar en una expansión continua de los factores de
producción o inputs (empleo, educación,
inversión en capital fijo) sino que necesita asentarse
sobre mejoras de productividad, esto es: de output, o producto
terminado obtenido por unidad de input, que es función,
principalmente, del conocimiento, la innovación y la
capacidad de desarrollo tecnológico. Si se produce lo
primero, más madera, y no lo segundo, mejor
combustión, cuando llegue la escasez de la materia prima,
o no haya salida para el producto terminado, la llama no
tendrá aguante suficiente como para mantenerse viva. Es lo
que ocurrió en su día, en opinión de
Krugman, con las economías del bloque soviético. Es
también lo que está ocurriendo con los
países del Golfo Pérsico tal y como revela este
interesantísimo artículo del Financial Times del
pasado jueves, en lo que parece una aplicación
práctica de la proposición central del
norteamericano. Es, por desgracia, lo que ha acontecido estos
últimos años en España donde la apuesta por
el desarrollo de sectores de muy poco valor añadido, como
la construcción residencial y los servicios, está
pasando ahora la factura correspondiente. Y es, por
último, y de aquí la gran actualidad de la
cuestión, lo que podría ocurrir en la China
comunitalista, elemento sobre el que nos vamos a centrar en el
artículo de hoy.

No se trata, ni mucho menos, de una cuestión
trivial o un aburrido debate intelectual más. Es una
evidencia que el agresivo modelo de crecimiento chino, y en menor
medida indio, es uno de los factores que están alterando
el equilibrio de los mercados de materias primas a nivel mundial.
Conocer el fundamento real de dicho crecimiento, y poder
así proyectarlo al futuro, se convierte en una de las
claves fundamentales para tratar de prever la evolución
económica global en los próximos años,
más allá de la mera extrapolación de
estadísticas pasadas. Y hay que reconocer que, hasta
ahora, lo que se traduce de los, a mi juicio, cuestionables datos
oficiales de la economía de aquél país, es
una capacidad espectacular de movilizar recursos hacia la cadena
productiva que no ha venido acompañada de una mejora
paralela de sus estándares de eficiencia en
idéntica proporción, lo que daría
pábulo a las tesis de Krugman. Ni en términos
absolutos,

China parecía apostar hasta hace bien poco
más por la imitación a bajo coste que por la
innovación, ni en términos relativos donde el
país apenas alcanzaba, a cierre de 2005, el 15% de la
productividad de Estados Unidos, líder mundial sobre esta
materia los últimos quince años. Aunque es cierto
que el proceso de convergencia se ha acelerado de forma notable
en los últimos ejercicios, China continúa
necesitando, a día de hoy, cinco veces más
energía por unidad de output que las empresas
norteamericanas. ¿Está abocada China a una
desaceleración similar a las vividas por otras
economías intervenidas y, por ende, veremos una
ralentización sustancial de las tasas de crecimiento del
gigante asiático con su consecuente impacto para el resto
de las naciones que han convertido al país en la
fábrica del mundo? Cuestión abierta.

Pese a la aproximación de China al modelo
económico capitalista, no hay que olvidar que
continúa siendo una economía, en sus
términos fundamentales, intervenida por un gobierno de
corte comunista. Y aunque es cierto que los procesos de
globalización han acelerado los procesos de transferencia
tecnológica de un modo radical, y que la propia
suficiencia financiera de su economía es un colchón
importante para sobrellevar cualquier cambio de
orientación económica que en un momento dado
tuviera que realizar, no es menos verdad que la necesidad de
alimentar el sistema productivo con nueva mano de obra e
inversión se ha convertido en uno de los ejes centrales
sobre los que gira gran parte de la débil paz social que
garantiza que la población del gigante no despierte de
golpe. Esa obsesión por crecimiento a cualquier precio no
podía haber sido descrita de mejor manera por Stephen
Roach de Morgan Stanley en la misma edición del FT al que
antes hemos hecho referencia: "En Asia el hipercrecimiento parece
la panacea para las aspiraciones de una creciente clase media".
Más claro, agua.

Resulta evidente que, por la vía de los inputs a
China le quedarían aún unos cuantos años de
felicidad económica por delante, siempre que la demanda
global de sus productos no se colapsara antes de que tuviera un
verdadero consumo interno, hasta el punto de que el propio
Krugman no ve la amenaza inminente de una ralentización.
El problema, y la gran cuestión, en mi más que
modesta opinión, es: ¿qué pasará
después? Y, sobre todo, ¿qué no hará
China por asegurarse entonces dicha imprescindible estabilidad
política, social y económica? Ya saben mi tesis
central: la tercera guerra mundial va a ser soterrada y
financiera. Y probablemente esté ocurriendo sin que nos
demos cuenta. Una opinión tan discutible como otras,
seguro. Ustedes mismos.

(El que sigue es el artículo de Roach, citado por
McCoy)

– The new stagflation: an Asian export

(By Stephen Roach)

Published: June 12 2008

Fears of 1970s-style stagflation are back in the air.
Global bond markets are growing ever more nervous over this
possibility, and US and European central bankers are talking
increasingly tough about the perils of mounting
inflation.

Yet today"s stagflation risks are very different from
those that wreaked such havoc 35 years ago. Unlike in that
earlier period, wages in the developed economies have been
delinked from prices. That all but eliminates the automatic
indexation features of the once dreaded wage-price spiral –
perhaps the most insidious feature of the "great inflation" of
the 1970s. Moreover, as the stunning surge of the US unemployment
rate in May suggests, slowing economic growth in the industrial
economies is likely to open up further slack in labour markets,
thereby putting downward cyclical pressure on wages over the next
couple of years.

But there is a new threat to global inflation that was
not present in the 1970s. It is arising from the developing
world, especially in Asia, where price pressures are lurching out
of control. For developing Asia as a whole, consumer price index
inflation hit 7.5 per cent in April 2008, close to a
9½-year high and more than double the 3.6 per cent pace of
a year ago. Sure, a good portion of the recent acceleration in
pricing is a result of food and energy – critically important
components of household budgets in poorer countries and yet items
that many analysts mistakenly remove to get a cleaner read on
underlying inflation. But even the residual, or "core", inflation
rate in developing Asia surged to 3.8 per cent in April, more
than double the 1.8 per cent pace of a year ago.

Given Asia"s new-found role as the world"s producer,
such an outbreak of surging inflation in this region is not
without serious risks to the global economy. The globalisation of
trade flows is a new transmission mechanism of worldwide
inflation that was not evident in the 1970s. According to
estimates from the International Monetary Fund, overall exports
should hit a record 32.5 per cent of world gross domestic product
in 2008, more than 50 per cent above the export share of 21 per
cent prevailing in 1980, when the "great inflation" was nearing
its peak.

At the margin, that means cost pressures and price
determination today are shaped much more in the global arena than
they were during the domestically driven stagflation of the past.
Asia"s outbreak of surging inflation is especially problematic in
that regard. Nowhere is that more evident than in China – the new
engine of Asian output and exports.

Chinese inflation has surged at an 8.3 per cent average
annual rate over the four months ending May 2008, the sharpest
sustained increase on a year-on-year basis since the mid 1990s.
China"s inflation problem is much deeper than the food and energy
price shocks that thus far have played a disproportionate role in
driving its consumer price index higher. Also at work are serious
wage pressures reflecting, in part, increases in minimum wages
associated with new labour reform laws. Meanwhile the People"s
Bank of China has held its policy lending rate below headline
inflation, resulting in negative real short-term interest
rates.

The result has been an ominous increase in Chinese
inflationary expectations, strikingly reminiscent of similar
occurrences that plagued the developed world in the 1970s and
early 1980s. History does not treat kindly a serious
deterioration in inflationary expectations. The longer such a
trend persists, the more wrenching the monetary tightening
required to arrest it – and the greater the risk of a subsequent
hard landing. That is the last thing China wants or
needs.

China is hardly alone in its reluctance to take firm
action against a worrying build-up of inflationary pressures.
That is true throughout most of developing Asia, where
hyper-growth is viewed as the panacea for the aspirations of a
growing middle class. Throughout the region, central banks are
keeping short-term interest rates far too low to combat these
inflationary pressures. For developing Asia as a whole, a
GDP-weighted average of policy rates is currently about 6.75 per
cent, fully three-quarters of a percentage point below the 7.5
per cent headline inflation rate.

Such monetary accommodation in an increasingly
inflation-prone developing Asia spells a persistence of elevated
price pressures in this vital segment of the global production
chain. Not only does that threaten living standards for newly
prosperous households in the developing world; it also takes an
especially severe toll on those at the lower end of the income
distribution. And, of course, it provides a price shock to
imported goods in the developed world, which now play a much
greater role in meeting the demands of domestic
consumption.

Notwithstanding recent pressures in bond markets, the
world remains largely in denial over the outbreak of a new strain
of stagflation. The hopes of "core inflationists" depend on a
reversion in food and energy prices to take headline inflation
lower in the developing world. Yet this will be the sixth year in
a row when that has not happened. The "market purists" are
counting on currency adjustments -especially sharp appreciation
of currencies in developing Asia- to temper the transmission of
price pressures from these export-led economies. Yet these are
not economies that want to use the currency lever to put their
growth imperatives at risk.

The risks of a new stagflation are mounting. But it will
not be a replay of the 1970s. Like nearly everything else in the
world these days, this one is likely to be made in
Asia.

(The writer is chairman of Morgan Stanley Asia –
Copyright The Financial Times Limited 2008)

Primeros síntomas de debilidad (un triple
enemigo)…

"Xue Jianfang, vicepresidente de Changshu Zhogjiang
Import-Export, no está acostumbrado a cifras de
crecimiento de un sólo dígito. Desde su empresa, en
Shanghai, ha visto cómo este año las exportaciones
han caído un alarmante 10%. Buena parte de la culpa la
tiene el renqueante mercado estadounidense. De momento, la
empresa no ha despedido a nadie, pero los beneficios de 2008
bajarán, por lo menos, el 85% respecto a 2007. A pesar de
las malas perspectivas del exterior, Xue Jianfang reconoce que la
situación en el mercado doméstico es "incluso
peor""… China comienza a debilitarse (Negocios –
13/8/08)

Las empresas tienen un triple enemigo: materias primas
más caras, la actual situación económica y
un yuan más fuerte. La economía de debilita en las
exportaciones.

La economía china, un rayo de luz en medio de un
sombrío panorama mundial, se debilita en sectores como las
exportaciones textiles y las ventas de automóviles. Los
líderes comunistas han peleado durante un año
entero para frenar la rampante inflación. Ahora quieren
evitar la pérdida de empleos.

Y es que las empresas chinas se enfrentan a un enemigo
de tres cabezas: récord en el precio de las materias
primas, bajón en la demanda mundial y apreciación
del yuan, lo que hace que el consumidor estadounidense tenga que
pagar más dinero por una prenda china. La
desaceleración china puede tener un impacto global si el
gigante asiático compra menos equipamiento a EEUU y Europa
y menos materias primas a las economías en
desarrollo.

El crecimiento chino disminuye (9% en 2008, lejos del
11,4% de 2007), las exportaciones textiles caen, un serio
revés para una industria que emplea a millones de personas
en el país. En total, el crecimiento de las ventas al
exterior en junio de 2008 fue el 18,2%, lejos del crecimiento del
28% de mayo.

Y, en automoción, las ventas en 2008: de 6,2
millones de unidades a 5,95 millones. Y es que el precio de la
gasolina desmotiva las futuras ventas de coches entre los chinos,
pero también puede afectar a las multinacionales del
sector que hasta hace poco se apoyaban en su mercado para
contrarrestar la caída de la demanda en Estados Unidos y
Europa.

… aunque el optimismo continúa (el papel
lo aguanta todo)…

"La veterana compañía minera Rio Tinto,
fundada en el siglo XIX, no teme por la demanda de materias
primas para las próximas dos décadas. Según
un estudio propio, China construirá entre 20.000 y 50.000
rascacielos antes de 2025, lo que supondría "el
equivalente a 10 ciudades de Nueva York", según el
presidente de la compañía, Paul Skinner"…
"Los rascacielos chinos serán el equivalente a 10 ciudades
de Nueva York en el año 2025" (El Mundo / Reuters –
27/8/08)

La compañía cita una investigación
de la consultora McKinsey, cuyos pronósticos estiman que
China tendrá en aquel año 221 ciudades de
más de un millón de habitantes, cuando Europa
cuenta a día de hoy con 35. Además, unas cuantas de
ellas estarán lejos de Beijing y Shanghai, lo que
supondría un fuerte desarrollo de las provincias menos
habitadas hasta ahora.

Así, las peticiones de acero y otros materiales
de construcción no preocupan a Rio Tinto. Este año,
la compañía ha doblado su facturación en
China, respecto al pasado: ha pasado de ingresar 2.400 millones
de dólares a rozar 5.000 de los 30.000 millones que
facturó en total hasta junio.

Tras cinco años de fuertes subidas, los precios
de las materias primas no han sufrido más que un "modesto
impacto" de la crisis financiera, aseguró Skinner al
diario británico 'The Guardian'. "No hay duda de que
vivimos en una era sin precedentes de tal demanda de minerales y
metales", agregó el director ejecutivo de Rio Tinto, Tom
Albanese.

… pero la realidad es tozuda (pese a que, algunos
se nieguen a admitir la evidencia)

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