Perseverancia: Vivencias de un Profesor

Prólogo

He leído el libro" perseverancia", escrito por el Lic.
Francisco Antonio Ramírez, y puedo observar que es un
camino recorrido por una vida muy útil y digna de imitarse
en su modelo de virtudes como el autor aconseja y practica la
inteligencia y la perseverancia para el logro de sus objetivos de
vida.

En este libro como testigo (del tiempo) de la historia de los
últimos cincuenta años del siglo pasado y
principios del presente , podemos remembrar la nostalgia de
aquellos juegos infantiles sencillos que llenaron nuestras horas
de ocio y nos enseñaron jugando como vivir una vida
útil para iluminar sabiamente nuestro rinconcito guanaco,
desde el juego con pacunes, trompos y piscuchas, hasta los
modernos Nintendo y demás juegos mecánicos del
mundo moderno ; desde la escuela de techo de paja y palmas de
coco, hasta la sofisticada escuela de bloque, hierro ,encielada
,con pizarra acrílica , computadoras y cañones.

En la presente obra puede observarse a detalles las diferentes
encrucijadas que ha tenido que pasar el docente y los diferentes
empleados del Ministerio de Educación que visitan y
sobreviven en los rincones mas apartados y difíciles
durante la guerra y la post guerra y poder decir con el aliento
en nuestros pulmones todavía" sobrevivimos".
Además, en cuanto a las metodologías implementadas
en los últimos años, escribe en detalle la forma en
que se aplican los métodos en los diferentes niveles de
enseñanza desde la preparatoria hasta la universitaria;
Desde el maestro "curandero" del cantón, hasta el
especialista en las técnicas de la enseñanza por
competencias del método constructivista actual.

Es un libro digno de estar en la cabecera para ser
leído y releído como fuente de inspiración
de niños, jóvenes y adultos que luchan por ser
útiles dentro de cualquier sociedad.

En este libro pueden ver la historia de una dictadura militar,
las dificultades económicas, la falta de oportunidad para
estudiar; pero que gracias a la iniciativa del Profesor Luis
Samuel Cáceres, se fundó la Escuela Normal de
Chinameca, y las dificultades para emplearse estando ya graduado,
y que a pesar de tales dificultades, siempre buscó la
proximidad a las universidades, y así superarse.

También puede observarse la buena orientación
para encontrar un camino, un rumbo para la vida, aunque partamos
de muchas carencias y a veces de conductas inadecuadas que con el
transcurrir del tiempo se va modificando hasta lograr una meta
altamente positiva.

Jaime Oswaldo Saravia.

Octubre 2008

Orígenes

Iniciaba el primer mes de invierno y la lluvia comenzaba
a caer, el sol empezaba a esconder sus últimos rayos
dorados y la luna intentaba aparecer; el día estaba
muriendo y el crepúsculo anunciaba una noche sin
estrellas. Florecían las seis de la tarde del doce de
noviembre del año de mil novecientos cuarenta y seis,
fecha en que nací en la bella ciudad de Chinameca del
departamento de San Miguel, República de El Salvador;
según consta en las partidas de nacimiento del Registro
Familiar.

Mi nombre se debe a que mis padres eran
católicos y el devoto de oración de mi progenitor
era San Francisco y el de mi madre San Antonio; por eso me
bautizaron con el nombre de Francisco Antonio.

Según cuenta la partera que
asistió a mi madre, estando yo en el vientre, asegura
haber escuchado el murmullo de un tierno que llamaba a su
matrona, venir a este mundo entre cantos y
alegría.

¡OH madre, bendita seas! en la tierra
y en el infinito cielo

que tienes merecido. Un niño has
dado a este mundo

para bien de la humanidad y consuelo a sus
queridos.

Mi padre, se alegró y abrazando de
contento a mi madre

entre ambos brazos me sostuvieron y dieron
gracias al creador

por traerme a este mundo, sano y con
cristalizad.

La vida, que es un vuelo de pájaros,
que se desvanece en el tiempo; y en este instante que recuerdo,
los primeros destellos del sol, me siento iluminado como ese
primer día de mi existencia, del primer beso de mi madre y
el abrazo tierno de mi padre.

Mi historia es desconocida; ya que no
conocí la descendencia de mis padres, ni el origen de mis
abuelos.

Mi padre, José Manuel Ramírez
Hernández, era agricultor y obrero.

Mi madre, Rosalina Cruz Flores,
hábil comerciante y de oficios domésticos; ambos
originarios de esta misma ciudad de Chinameca. Soy el quinto hijo
de doce, ya que era numerosa la familia.

En esa época, el país estaba
dominado por la dictadura militar; era un tiempo de crisis: el
ejército controlaba al Estado y había una
convulsión política liderada por los grandes
terratenientes.

Estaban bien marcadas las diferencias
sociales y económicas: el capitalismo y la clase pobre;
los ricos eran pocos y los pobres abundaban.