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El problema memoria/historia (página 2)




Enviado por Eduardo Aguiar



Partes: 1, 2

Para desarrollar la memoria oral ya sea
tradicional, generacional, poética o épica el
hombre invento diversas técnicas, pero con la escritura,
el texto permitía desarrollar técnicas mas
precisas. Quien se considera el padre de la mnemotécnica,
técnicas que se usan para desarrollar buena memoria, es
Simónides de Ceos, quien en 477 a.c. descubre estas
técnicas por accidente. Simónides había sido
invitado a un gran banquete para declamar varios poemas, cuando
sale fuera a ver a dos jóvenes que lo llamaban, el techo
de la casa se derrumbo matando a todos los que estaban dentro. A
los familiares de los muertos se le hacia imposible identificar
las personas ya que estaban desfiguradas. Simónides
descubre que él los puede identificar al recordar donde
estaban sentados, haciendo asociación entonces entre lugar
y organización de la memoria.

Cicerón en el primer siglo A.c.
promueve y expande las técnica de Simónides al
darse cuenta que si asociamos en forma ordenada el sentido de la
vista, por medio de imágenes, con los hechos o palabras
que queremos recordar esto nos ayudará a desarrollar la
memoria. La combinación de imagen, lugar y palabra fue una
técnica muy usada para el ejercicio de la retórica.
La mnemotécnica ayuda en el desarrollo de la
retórica y el arte de la memoria, en los últimos
treinta años el arte de la memoria retorna en algunas
tendencias historiográficas, como el lugar de la memoria
en las memorias colectivas, y del post-modernismo en
particular.

Tucídides concibe su método
de hacer historia por medio de fuentes, testigos que
habían presenciado los eventos, fue el primero que
quería hacer una historia de acuerdo a los hechos. Pero
hasta los antiguos griegos estaban conciente que esos testimonios
tenían que ser corroborados con pruebas. .

Tradicionalmente los modelos de memoria
individual se han basado en la idea de almacenamiento, lugar y
extraer. Almacenamos el hecho en un lugar del cerebro y cuando
queremos recordar vamos a ese lugar. Recientes estudios
neurobiológicos y estudios en memoria cultural han
descubierto que la memoria individual es mucho más
compleja.

El psicoanálisis que desarrolla
Sigmund Freud a principios de siglo XX, es basado en la
observación de sus pacientes y por medio de esas
observación es que llega a unas conclusiones de lo que es
la memoria y como y porque surge. Por lo tanto, la memoria
freudiana que sirve como base para la historiografía de
gran parte del siglo XX surge de observaciones sin ningún
instrumento científico o algunos muy
primitivos.

Los adelantos científicos de hoy en
día nos permite examinar la función del cerebro con
instrumentos microscópicos que posibilitan ver hasta las
descargas eléctricas y químicas que emanan de las
neuronas en el cerebro. La neurobiología y estudios
cognitivos revelan que el aparato neurológico humano se
determina en la conectividad de las neuronas que se
interrelacionan a una compleja red. No podemos decir que nuestra
memoria es un disco duro que guarda información, y cuando
queremos buscarla la sacamos y ya. Esta red neurológica de
la cual se compone nuestra memoria interactúa con las
experiencias socio-culturales, emocionales y de los sentidos de
percepción del individuo. "…memory cannot be
modeled as a storage site which is located at a specific place in
the brain, but must instead be seen as the establishing of
relevant and enduring cognition structure which serve to
constitute order in the brain and synthezise human behavior."
(Erll 192)[3] Esta es la opinión de
Humberto R. Maturana un sobresaliente biólogo y
epistemologo chileno.

Si la memoria individual es tan compleja y
los científicos la describen muy distinta hoy en
día, entonces la memoria social, o la memoria colectiva
debe ser igual de compleja. Pero antes de llegar a ese punto,
sigamos la trayectoria de la memoria/historia. Le Goff ,
clasifica el desarrollo de la memoria colectiva o social en 5
categorías: la memoria étnica, el desarrollo de la
memoria oral a la escrita, la memoria medieval, el progreso de la
memoria escrita, y las mutaciones actuales de la memoria. Es
importante recalcar que estas cinco etapas en ocasiones
históricas son sincrónicas, existen en ciertos
momentos al mismo tiempos.

Memoria
étnica

Esta es la memoria de las sociedades sin
escritura donde el aprendizaje se transmite de generación
en generación en forma oral. El aprendizaje técnico
por ejemplo en el oficio de herreros o cualquier oficio que
requiere destreza. La memoria colectiva en estas sociedades se
construye en base a los mitos, deidades y mitos de origen.
Mientras más lejanos son los hechos mas fantástico
se convierte el mito. En estas sociedades la memorización
no es palabra por palabra, no es exacta. Es una
memorización que cambia de acuerdo a las circunstancias
generacionales y lo que quiera lograr el narrador. "De ese modo,
mientras la reproducción mnemónica palabra por
palabra estaría ligada a la escritura, la sociedad sin
escritura, excepto algunas prácticas de
memorización ne varietur, de las cuales la
principal es el canto, conceden mayor libertad y más
posibilidad creativa a la memoria." (Le Goff
138)[4]

El desarrollo de
la memoria oral a la escrita

En las sociedades donde existen ambas la
memoria oral y escrita, la última aparece como necesidad,
particularmente en sociedades urbanas, para mantener en la
memoria colectiva hechos que de no escribirse serían
fácil de olvidar. Tal es el caso de la
conmemoración de hechos, batallas, proezas de reyes por
medio de monumentos o inscripciones. La escritura surge de una
necesidad de los poderosos para perpetuar su poder en la sociedad
y de forma bastante limitada, ya que los diferentes medios que se
fueron perfeccionando eran difíciles de masificar. Para
llegar al papiro, primero se comenzó la inscripción
en hueso, piedra, piel, cilindro, arcilla, cera, hojas de
palmera, caparazón de tortuga etc., el medio va a
determinar que lo que se inscribe vaya de lo importante a lo
menos importante. Por otro lado el desarrollo del comercio
necesita la forma escrita para memorizar transacciones y
cantidades de productos. Por último en esta época
también, se utiliza la escritura para guardar secretos
religiosos o mágicos.

Un pasaje de Sócrates describe la
tensión que existente en este tipo de sociedad entre
memoria oral y escrita, hablando del alfabeto dice "…
generará olvido en las almas de quienes lo aprendan;
éstos dejarán de ejercitar la memoria puesto que
fijándose en el texto traerán las cosas a la mente
no más del interior de ellos mismos, sino de fuera, a
través de signos extraños: lo que tú has
encontrado no es una receta para la memoria, sino para reclamar a
la mente" (Le Goff 145)[5] En la Grecia antigua
también se desarrolla la retórica, el arte oral o
escrito de deleitar, persuadir o conmover, y este se divide en
cinco partes, la memoria es la quinta. "… después
de la inventio (encontrar algo que decir), la
dispositio (poner en orden lo que se ha encontrado), la
elocutio (agregar como adorno palabras,e
imágenes), la actio (recitar el discurso como un
actor con la dicción y los gestos) y memoria {memoriae
mandare
«recurrir a la memoria»". (Le Goff
149)[6]

La memoria
medieval en Occidente

Un dato importante que trae Le Goff es que
mientras la memoria social popular y folclórica se pierde,
en el medievo, la memoria oficial tiene grandes transformaciones.
El triunfo del cristianismo subdivide la memoria colectiva en una
liturgia que se mueve en circulo, desarrollo de la memoria de los
santos y la aparición del arte de la memoria.

Ya que la inteligencia del medievo esta
controlada por la religión judeo-cristiana la memoria
hombre-Dios prevalece en la memoria colectiva. En el viejo
Testamento es constante la recordación de obedecer a
Yahvé, de no olvidar a Dios, recordar a Dios sobre todas
las cosas. Pero esto también ocurre en el nuevo
Testamento, la ultima cena, por ejemplo, Jesús le dice a
sus discípulos que hagan esto en su nombre después
que el se haya ido, vivir en la memoria de
Jesús.

"La enseñanza cristiana es memoria,
el culto cristiano es conmemoración" (Le Goff
152)[7]

Agustín retorna a la retórica
antigua de los griegos cuando en Confesiones, busca a
Dios en los lugares e imágenes de la memoria, sin poder
encontrarlo. En De Trinitate, Agustín expande
sobre la teoría de Cicerón sobre las tres
facultades del alma para definir la santa trinidad. Para
él, la memoria, el intelecto y la voluntad son en el
hombre las tres imágenes de la trinidad.

El culto de los mártires y santos es
otro aspecto de la memoria que se amplia con el cristianismo
durante el medievo. Esto ya para el siglo VIII se expande al
recuerdo de los muertos en los libri memoriales. "Con
todo, la memoria cumplía un rol considerable en el mundo
social, en el mundo cultural, en el mundo escolástico y,
no hay necesidad de decirlo, en las formas rudimentarias de la
historiografía." (Le Goff 155)[8] Con el
transcurso del tiempo se toma lo escrito como apoyo a la memoria
oral.

Entre los señores y realeza comienza
la memoria escrita a aparecer para describir sus bienes y su
genealogía. En el campo literario la escritura
también sirve de apoyo a la memoria oral, la última
es la principal manifestación literaria de la
época. En la escuela y Universidad la oralidad prevalece
sobre la escritura. Se suscriben a la memoria, listas, glosarios,
léxicos, montañas, listas de ciudades, ríos
y océanos. Debido a la importancia que adquiere la memoria
en la teología, academia y el arte, distintos pensadores
como Santo Tomas de Aquino, desarrollan conceptos
mnemónicos para mejorar los dotes de la memoria. Un
pensador que va a tener luego una influencia en el renacimiento
es Raimundo Lulio, de quien surge un arte de la memoria
esotérico inspirado en las influencias planetarias. Sus
inspiraciones neoplatónicas "… indujo a ver en su
ars memoriae una doctrina cabalística,
astrológica y mágica
."[9]

El progreso de la
memoria escrita

Al aparecer la imprenta, la memoria interna
o arte de la memoria va a desparecer ya para el siglo XIII,
siendo remplazada por la memoria externa. Pero en el renacimiento
el arte de la memoria llega a su máxima expresión
con el desarrollo de las corrientes herméticas. Giordano
Bruno, un dominico que termino ejecutado por los poderes
eclesiásticos, señala en sus escritos que la
memoria nos la da un alguien con poderes cósmicos, un mago
divino, "…la mens del hombre es divina, ligada en
su origen a quienes gobiernan las estrellas, hábiles ya en
meditar, ya en dominar el
universo."[10]

La imprenta guarda el conocimiento en el
texto, con el desarrollo de esta ya podemos acudir al texto para
accesar el conocimiento. Al no tener que memorizar el
conocimiento, ya sea por la memoria oral o la de los manuscritos,
el hermetismo mnemónico se deja de usar.

El texto nos permite desarrollar el
conocimiento en una forma científica, se vira por completo
la ecuación inteligencia/memoria, no es la memoria lo que
desarrolla la inteligencia, es la inteligencia, el conocimiento
lo que influye en la memoria. Descarte desarrolla el siguiente
método "… «Se actúa a través de
la reducción de las cosas a sus causas. Y puesto que todas
se pueden, finalmente, reducir a una, es evidente que no hay
necesidad de memoria para retener todas las ciencias»
"[11] Con el establecimiento de archivos
nacionales, creación de monumentos conmemorativos, la
aparición del periodismo, bibliotecas, la
fotografía a finales del siglo XIX, la memoria colectiva
se transforma por completo en memoria externa o memoria
artificial. Ya en este periodo de gloria para el desarrollo de la
historia el problema memoria/historia parecía
reconciliarse, las fuentes existían se podían
consultar por lo tanto la memoria colectiva se objetivíza,
se puede hacer historia en forma científica.

Las mutaciones
actuales de la memoria

Lo que comenzó en la segunda guerra
mundial con una calculadora mecánica a transformado hoy en
día a la sociedad en su totalidad, pero nuestro concepto
de memoria artificial continúa creciendo mientras la
tecnología avanza. En un principio la computadora era una
almacenadora de datos. Sin embargo, la interactividad y cantidad
de información que puede almacenar parece ser infinita y
el efecto que esto tenga en nuestra memoria externa esta por
verse.

En este ensayo por ejemplo, la
definición de la RAE al principio y las citas del libro de
Le Goff, solo las copie de otros programas y las pegué en
este documento. La bibliografía que mostramos aquí
el formato es creado por "Word" y las correcciones
ortográficas también las hace el programa
"Word". Parecen tonterías, pero a través
de las generaciones ¿que efecto ira teniendo la memoria
artificial, que todavía esta en pañales, en la
memoria colectiva e individual? Sabemos que el desarrollo del
manuscrito es el principio del fin de la memoria oral. Por otro
lado el desarrollo de la imprenta llega a tal punto que los
positivistas solo podían concebir la historia verdadera
como aquella que se apoya exclusivamente en el documento. En
estos días se esta viendo en las cortes estadounidenses un
caso contra "Google", que puede tener unas repercusiones
enormes sobre el futuro de la imprenta. La digilitación de
millones de libros por esa empresa con derechos exclusivos,
monopolistas, tiene grandes implicaciones políticas,
éticas y morales. Pero tarde o temprano, en diez, veinte,
cincuenta años la memoria artificial tendrá
repercusiones mayores en la memoria colectiva a la que tuvo la
imprenta. ¿Qué efecto tendrá esto sobre la
memoria individual, la memoria biológica?, ya que mientras
más dependemos en la memoria externa menos se usa la
interna.

Cualquier profesional hoy día usa la
computadora para todos los aspectos de su vida, desde organizar
su tiempo en una agenda, encontrar el amor de su vida,
facturación y pago de transacciones, hasta buscar una
receta por Internet. Es que el medio cada día mas, se
transforma en la fuente. El enfoque principal de este ensayo a
sido la memoria colectiva y porque me parece que esa memoria es
la que tiene la posibilidad en el futuro de cambiar el concepto
de oprimidos y opresores.

El problema principal de memoria/historia,
desde Herodoto hasta el presente, es que la única memoria
histórica que sobrevive es la de los opresores, los
ejércitos victoriosos, los reyes y nobleza,
políticos y burgueses. La historiografía moderna
después de los Annales ha ido creando un espacio para
examinar la historia del oprimido y de los que antes no contaban.
La revolución cibernética nos brinda la posibilidad
real de democratizar los medios para ponerlos al servicio de las
grandes masas que la historia olvido. El Internet por ejemplo
esta facilitando proyectos de historia oral, proyectos de
historia como el del Holocausto o la guerra civil
española. Estos medios, al igual que todas las fuentes
anteriores serán revisados y examinados por historiadores
para comprobar su validez. El problema memoria/historia nunca se
resolverá, porque la memoria individual y colectiva
siempre tendrán que ser validadas por los historiadores.
La masificación de los medios de comunicación y
transmisión y la realidad de que esos medios puedan estar
en manos de los oprimidos virará boca abajo, la
historiografía y el problema memoria/historia.

Bibliography

Appleby, Joyce, Lynn Hunt and Margaret
Jacob. Telling the Truth About History. first edition. New York :
Norton Paperback, 1995.

Burke, Peter. New Perspectives on
Historical Writing. fith edition. Pennsylvania: The Pennsylvania
State University Press, 1992.

—. The French Historical Revolution:
The Annales School 1929-89. Stanford: Stanford University Press,
1990.

Collingwood, R.G. The Idea of History. New
York: Oxford University Press, 1971.

Erll, Astrid · Nünning, Ansgar.
Cultural Memory Studies. Berlín : Walter de Gruyter GmbH
& Co., 2008.

Hutton, Patrick H. History as an Art of
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1993.

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Barcelona: Ediciones Paidós, 1991.

Marwick, Arthur. The New Nature of History:
knowledge, evidence, languague. Chicago: Lyceum Books Inc.,
2001.

Moradiellos, Enrique. Las Caras de
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2001.

Pereyra, Carlos. ¿Hitoria para
qué? 21ra edición. México D.F.: Siglo XXI,
2005.

Tosh, John. The Pursuit of History. third
edition. Harlow: Pearson Education Limited, 2000.

White, Hayden. Metahistory. 2nd. Edition.
Baltimore: The John Hopkins University Press, 1975.

 

 

Autor:

Eduardo Aguiar

Profesor Josué
Caamaño-Dones

12 de diciembre del 2009

[1] Patrick H. Hutton, History as an Art of
Memory, 1st edition (Hanover: University Press of New England,
1993).

[2] Peter Burke, New Perspectives on
Historical Writing, fith edition (Pennsylvania: The
Pennsylvania State University Press, 1992).

[3] Astrid · Nünning, Ansgar
Erll, Cultural Memory Studies (Berlín : Walter de
Gruyter GmbH & Co., 2008).

[4] Jacques Le Goff, El Orden de la Memoria
(Barcelona: Ediciones Paidós, 1991).

[5] Jacques Le Goff, El Orden de la Memoria
(Barcelona: Ediciones Paidós, 1991).

[6] Ibíd. p. 149

[7] Ibíd. p.152

[8] Ibíd. p.155

[9] Ibíd. p.156

[10] Ibíd. p.166

[11] Ibíd. p.166

Partes: 1, 2
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