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Trastornos relacionados con el abuso de sustancias (página 3)




Enviado por Rosa María



Partes: 1, 2, 3

 La escuela es la segunda institución
proveedora de modelos y vínculos afectivos, y en tal
sentido es co-responsable de la formación y crecimiento
libre de los niños y de los jóvenes. Sus
disfunciones aportan factores al problema del uso de
drogas:

– Ausencia de un proyecto educativo que
favorezca el desarrollo de valores éticos como la
solidaridad, el respeto, la libertad, la responsabilidad, la
tolerancia y otros.- Actividades de enseñanza que
sólo ponen énfasis en la adquisición de
información.- Falta de gratificación y
motivación por parte de los docentes.- Modelo
autocrático en los vínculos institucionales y
jornada escolar reducida.- Ausencia de propuestas educativas
relacionadas al tiempo libre.

Factores vinculados con los modelos
socioculturales.

 La serie de factores, aisladamente no explican el
fenómeno de la drogodependencia, aunque asociados pueden
influir en su aparición. No existen conductas individuales
o grupales que se extiendan en una sociedad si no hay un modelo
cultural previo que las codifique; es decir, la alarmante
extensión del uso indebido de drogas en nuestras
sociedades indica que existe un modelo cultural alentando las
conductas adictivas.

 Es el modelo consumista que crea la
"ilusión" del gran avance tecnológico el que le
permite al hombre resolver absolutamente todo, que para cada
problema existe un objeto, aparato o cosa para resolverlo. Este
modelo cultural premia al "exitoso" y margina al que no "triunfa"
valorando la competitividad e ignorando la solidaridad y el valor
humano; exalta el individualismo y descarta la
cooperación, enfatiza los valores materiales y olvida los
valores éticos, es la cultura del tener y no la del
ser.

La ilusión de encontrar el éxito en la
respuesta fácil y rápida a través del
consumo de algo constituye una matriz cultural sobre la cual
algunas personas o grupos inscriben sus conductas adictivas,
buscando resolver inmediatamente sus angustias cotidianas a
través del consumo de ciertas sustancias.

 El otro elemento que cierra este circuito es,
obviamente, la disponibilidad de la droga. Si bien ésta
varía de lugar en lugar y de época en época,
resulta importante conocer que un estudio realizado en diez
países de América indica que los consumos
más frecuentes recaen en el abuso de drogas lícitas
(alcohol, tabaco, tranquilizantes, medicamentos,
etc.).

 En segundo orden de importancia
aparece el consumo de marihuana, solventes orgánicos,
anfetaminas, cocaína, heroína, etc., siendo el
consumo de alcohol el problema más importante, ya que su
uso, generalmente, es acompañado por la ingesta de otras
sustancias.

En síntesis, el uso indebido de
drogas es el resultado de interrelaciones entre múltiples
factores: el individuo, su historia familiar y educativa, las
condiciones sociales y peculiares que lo rodean, y el acceso a la
droga en sí mismo.La drogodependencia constituye una
expresión del fracaso individual para crecer en libertad,
como así también del fracaso de una comunidad y una
cultura que no ofrecen modelos sólidos de referencia para
el crecimiento saludable de sus miembros.

 Perfil de la dependencia

 El consumo de drogas, cuya magnitud se ha
extendido en todos los estratos, obstaculiza y casi imposibilita
definir el biotipo del consumidor.

 El uso de sustancias no está limitado a una
minoría, clase social, grado de educación, edad o
sexo; esta expansión limita la posibilidad de definir con
rigor científico la etiología de la adicción
o arribar a generalizaciones absolutamente válidas. Por
otra parte, el individuo y la sociedad se implican de tal manera
en la génesis de la dependencia, que se podría
afirmar que no hay toxicomanías, sino
toxicómanos.

Se deben tener en cuenta también los aspectos
ligados al narcotráfico y sus
implicancias.Deberíamos reflexionar en conjunto sobre esta
sociopatología a fin de comprender que el drogodependiente
(adicto) no es un caso de patología humana, aunque tampoco
un modelo de una forma nueva de vida.

Algunas causas ligadas al consumo de
sustancias:

· Disponibilidad de drogas.·
Posibilidad económica (para la adquisición de
drogas).· Incitación o presión del grupo de
pertenencia.· Deseo de imitar las actitudes de algunos
integrantes de este grupo.· Difusión masiva de
"fantasías facilistas" (propagandas del consumo).·
Impulso tendiente a intensificar experiencias, vivir sensaciones
nuevas o expandir la conciencia.· Impulso de superar las
posibilidades individuales y acrecentar la necesidad
exploratoria.· Impulso de huir de la monotonía o de
combatir la depresiónPersonalidad
psíquicamente anormal.· Compulsión
psicológica que exige satisfacción.·
Protesta contra los esquemas sociales o culturales.·
Escape o evasión de la realidad.· Medio de
adaptación a un sistema considerado alienante.·
Reacción frente a la presión social.· Falta
de especificidad de la estructura psicológica.·
Necesidad de conformismo (de los adolescentes).·
Reacción proselitista de la postura negativa de la
sociedad frente a las drogas.· Búsqueda de cierto
prestigio o status.· Consecuencias del proselitismo
iniciado por nuevas filosofías, corrientes o
religiones.· Consecuencias de la denuncia
filosófica o literaria de nuestra sociedad.·
Consecuencias posteriores a crisis sociales importantes.
(Conflictos bélicos, económicos e
internos).· Búsqueda de soluciones "mágicas"
a través de experiencias religiosas y
estéticas.· Deseo de incrementar los placeres, la
sensualidad, el hedonismo.

Consecuencias psicosociales

El análisis de esta problemática dentro
del encuadre social, requiere considerar dos órdenes de
datos:

1. Aquellos relacionados con los riesgos que facilitan
su desarrollo.

2. Aquellos que indican las consecuencias de dicho
desarrollo.

De esta forma, mientras los riesgos muestran la
probabilidad que tiene una determinada situación de
ocasionar el uso indebido de una droga, las consecuencias en
cambio, remiten a los resultados de este uso.

La evaluación de programas requieren de esta
información y procuran tener una ubicación precisa
sobre el continuo de los trastornos y consecuencias, tanto al
nivel individual, familiar y social.

Por ejemplo, en lo que se refiere a efectos
individuales, las estadísticas relacionadas con lesiones y
trastornos aparecen englobadas en otras categorías; esto
responde a que muchas veces el consultante oculta el consumo por
temor a las sanciones y en parte porque el profesional a cargo no
puede diagnosticar o desestima el papel de la droga en niveles
por debajo del síndrome de dependencia. De esta forma, en
el motivo de consulta que aparece en una emergencia, es probable
que no se mencione o se minimice el consumo de alcohol o de otra
droga.

Algunos especialistas sostienen que tal vez la manera
más fácil de evaluar el problema es centrarse en
los riesgos más que en las consecuencias, ya que estos
facilitan la evaluación y observación a
través de entrevistas y cuestionarios. Por ejemplo, en
esta misma línea, es más fácil medir
cuántos comparten las jeringas (riesgo) que descubrir
cuántos son VIH positivos (consecuencias).

Dentro de esta posición se señala
también la menor confiabilidad y validez de estas medidas
comparadas con las medidas de consecuencias.

Para ubicar el continuo del uso de drogas en una
comunidad determinada, es pertinente la elaboración de una
matriz que relacione diferentes grupos en riesgo y las posibles
consecuencias de su interacción. En relación con
esto y sobre la base del modelo epidemiológico que examina
la tríada huésped-agente-medio se definieron los
diferentes puntos de riesgo que fueron denominados como:
"propensión individual – disponibilidad – tolerancia
social".

Se considera propensión individual a la
inclinación que tiene una persona por una práctica
determinada, la cual puede incidir en la decisión que se
adopte finalmente; en la misma se consideran orígenes de
carácter biológico (metabólicos,
genéticos, etc.) y de carácter psicológicos
(rasgos de personalidad y conflicto
intrapsíquico).

Muchas de las explicaciones sobre las causas del consumo
de drogas parten de explicar una propensión que tiene sus
raíces en factores hereditarios y en las influencias de la
niñez temprana. Sin embargo, algunos investigadores
advierten también sobre las dificultades que existen para
diferenciar las alteraciones emocionales o neurológicas
que preceden al hábito de la sustancia de aquellas que
fueron producidas por éste.Entre las contingencias
relacionadas con el marco sociocultural se considera la llamada
tolerancia social. Los miembros de una sociedad adoptan maneras
similares y repetidas a lo largo del tiempo para enfrentar
situaciones. Estos patrones de conducta, que permiten la
integración del individuo, expresan diferentes relaciones
como aquello que es considerado aceptable aunque no sea deseable
y que compone lo que llamamos tolerancia social.

Estos son patrones de comportamiento que convergen hacia
hábitos de consumo y constituyen una forma general de ser
no censurada. La tolerancia social modela las concepciones del
medio familiar y comunitario acerca del manejo
farmacológico del conflicto y sus efectos se hacen sentir
sobre el campo sanitario y educativo. Por otra parte, incluye
también áreas no ligadas directamente al conflicto,
a través de normas y creencias que pautan la
relación con el objeto de dependencia, haciendo que se
dispense de su consumo frente a determinados sucesos sociales
(fiestas, celebraciones, eventos, etc.).

De hecho, la estrategia publicitaria de una
infinidad de productos trabaja en los límites de estas
concepciones, participando de su formación.En
síntesis, la tolerancia social se expresa por medio de
formas de relaciones con las drogas consideradas "aceptables" de
acuerdo a las circunstancias y, al incurrir en ellas, las
personas no son sancionadas socialmente por su grupo de
pertenencia.

Por último, puede considerarse el
conjunto de riesgos vinculados a las sustancias como
disponibilidad y a la que se considera en términos de su
alcance para un consumidor potencial. El punto de riesgo designa,
en este caso, la existencia de drogas e influye desde el ambiente
a través de distintas maneras para su adquisición.
Por ejemplo, en un mercado donde se expenden bebidas
alcohólicas de millones de litros para otras tantas
personas, se puede suponer su influencia activa sobre el marco
normativo y referencial de la población.

En un sentido amplio se incluye también la
existencia de tecnología para su utilización como
la fabricación de sustancias e instrucciones para su
consumo y la provisión de los elementos necesarios para
tal fin.

– Pérdida del apetito- Excitabilidad
e hiperactividad- Locuacidad- Temblores en las manos-
Dilatación de las pupilas- Sudor excesivo- Comportamiento
compulsivo y reacciones exageradas- Psicosis paranoide- Sequedad
de las membranas mucosas- Insomnio 

Alcohol

En un porcentaje de oscila entre el 45% y el 75% de los
conductores de vehículos involucrados en accidentes
fatales, han bebido (en cantidad importante) antes del mismo. El
alcohol actúa como depresor, disminuyendo
considerablemente la coordinación, la visión, los
reflejos y la claridad de pensamiento de los conductores. Los
efectos del abuso de alcohol se prolongan hasta 72 horas
después de la última ingestión.

Marihuana

La sensación de euforia que produce
esta droga en la mayoría de los individuos se debe a la
disminución de los supresores en el centro de placer del
cerebro. Éste, atribuye la misma importancia a todos los
sonidos, las imágenes y las sensaciones de transcurso del
tiempo que recibe. Los supresores, que regulan los
estímulos, no pueden separa los mensajes importantes de
los que deberían dejarse de lado. Esto reduce la
atención, menoscabando la habilidad motora y la velocidad
de reacción en un 40%, luego de fumar un cigarrillo de
marihuana, y en un 63% después de fumar dos. Asimismo,
influye en la reacción a los cambios repentinos, tales
como la disminución de velocidad en el tráfico o
frente a las personas que se encuentran cruzando la calle. Esta
droga no sólo afecta la visión central, sino
también la periférica (necesaria para conducir).
Por la noche las luces aparecen distorsionadas y fuera de lugar.
La marihuana intensifica los efectos del alcohol.

Estimulantes

Los estimulantes causan hiperactividad,
pero no necesariamente mejoran el rendimiento.

La tendencia de un conductor a reaccionar
de manera exagerada ante una situación determinada, o a
correr riesgos innecesarios, es mucho mayor que su estado de
alerta.Asimismo, la ingesta de estimulantes provoca que el
individuo se exceda en su capacidad, ya que éstos ocultan
el cansancio. El uso de estimulantes en grandes cantidades causa
impaciencia, ansiedad y un comportamiento impulsivo en el
conductor.

Depresores

Tienen un efecto sedante y disminuyen la actividad del
Sistema Nervioso Central. Afectan la visión, la velocidad
de reacción y la coordinación de movimientos. El
conductor experimenta somnolencia y corre el riesgo de dormirse
al volante.

Alucinógenos

Son sustancias especialmente peligrosas. Alteran el
concepto de realidad de los usuarios, alejándolos de la
realidad; lo que piensan, ven, sienten o escuchan.

Vale destacar que, a pesar de la gran
preocupación por el uso indebido de drogas
ilícitas, el alcohol es la sustancia de uso más
común por parte de los jóvenes (dentro de las que
alteran las funciones mentales).Su popularidad se debe a la
aceptación social y a su disponibilidad.

Existe la dependencia o abuso de sustancias nocivas para
la salud (drogas) cuando a pesar de los efectos negativos que
éstas desencadenan, la persona sigue consumiéndolas
constantemente, ya que no puede (o no quiere) dejar de
consumirlas.

En la adolescencia, algunas de las causas por las que se
abusa de sustancias son:

– Características de personalidad.
Una persona curiosa siente más tentaciones por probar la
droga. – Como vía de escape a los problemas escolares,
familiares, sociales…- Presiones sociales (integración
dentro de un grupo de amigos).- Vulnerabilidad genética.
Los padres consumidores tienen hijos que están más
predispuestos a consumir. – Estrés. En época de
exámenes consumir droga para estudiar toda la
noche.

En la siguiente tabla, aparecen las
sustancias más consumidas por los adolescentes, los
síntomas y sus posibles consecuencias.

Los estudios realizados presentan
unas cifras alarmantes. El consumo parece que se inicia
cada vez a más temprana edad. Ahora bien, existe
gran diferencia entre los que consumen sustancias
habitualmente y los que lo hacen de una manera
esporádica.

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Es importante que los padres reciban claras
orientaciones porque pueden ser un arma muy potente para ayudar a
sus hijos. En ocasiones que desconocen cómo actuar,
también pueden generar más conflicto y hacer que
sus hijos pierdan el control sobre las sustancias. Estamos a su
disposición para asesorarles como padres, así como
para intervenir con los jóvenes en el caso que lo
requieran.

Prevención
y Tratamiento en el abuso de sustancias

Desde la década de 1980 el uso y abuso o
dependencia de drogas legales e ilegales se ha trasformado en un
grave problema de Salud publica. Se sabe gracias a diversos
relatos históricos, que las drogas han sido utilizadas por
diversas culturas, especialmente en el ámbito religioso.
El mayor problema de esta cuestión es cuando estos
productos son mercantilizados lo que provoca que el consumo
aumente. Por lo que en la actualidad se podría decir que
nos encontramos en una crisis de drogas.

La crisis de drogas se caracteriza por que existe una
oferta excesiva de drogas legales e ilegales, además de
los problemas sanitarios agregados como los accidentes y la
violencia, al igual que el modelo de poderes económicos
ilegales (que son los beneficiados de la venta ilegal de
drogas).

Esta crisis se debe a que existe un mercado productor y
distribuidor (no olvidando incluir al consumidor), también
la existencia de lideres intelectuales que han minimizado el
daño y están promoviendo la liberación, a
parte de que se incluyen los lideres sociales como los artistas y
deportistas, los que publican su consumo de tal modo que muchos
por imitarlo lo siguen.

Existen dos factores que conforman el escenario social
en el abuso de sustancias, que son la oferta y la demanda. La
primera es aquella integrada por el narcotráfico, la
industria farmacéutica, las productoras de tabaco, alcohol
e ínhalantes. Y el segundo que esta integrada por la
población de niños, adolescentes, jóvenes y
adultos que son los que consumen las sustancias.

Existen las drogas legales que son aquellas cuya
comercialización esta autorizada y s regulada por
órganos del estado y primordialmente su consumo es
socialmente aceptado como son el tabaco, el alcohol y las
utilizadas por la medicina como los psicofármacos y los
barbitúricos.

También están aquellas drogas que son
ilegales de las cuales esta prohibida su comercialización
y su consumo por la existencia de un marco legal que legisla las
transgresiones. Las drogas de este tipo que más se
utilizan son la marihuana, la cocaína, el LSD, las drogas
elaboradas en laboratorio como el éxtasis y las plantas
alucinógenas.

El proceso de evolución hacia la adicción
consta de tres pasos.

El primero de ellos es cuando el joven recurre a la
droga de manera esporádica, y puede abandonarla si
así lo desea, este seria un buen momento para intervenir,
pero en muchas ocasiones la presión del grupo y sus
carencias personales hace que su consumo continué; la
droga puede ser regalada o compartida, de modo que no afecta su
vida escolar, laboral, de relaciones interpersonales y
familiar.

La segunda es cuando casi sin darse cuenta de ello, el
consumidor empieza a convertirse en adicto, comienza a abusar de
la droga, la tolera y empieza a padecer el síndrome de
abstinencia, puede que participe en hurtos para obtener dinero,
también puede tener una participación en la
distribución de la droga lo cual le es retribuido con una
dotación personal; comienza a verse afectada su vida
cotidiana en torno a la familia, escuela trabajo y relaciones
interpersonales; lleva una doble vida por un lado una cotidiana,
mentirosa y trasgresora para los allegados habituales y otras
adicta que se va desarrollando con los grupos de pares, los
cuales tienen comportamiento similares.

Y finalmente en la tercera es cuando ya se habla de la
dependencia absoluta que es cuando ya no puede vivir sin la
droga, es ya capaz de robar y participar mas que antes en actos
delictivos para conseguir la sustancia que necesita; la
relaciones interpersonales, escolares, laborales y familiares se
ven absolutamente deterioradas, si no recibe ayuda corre el
riesgo de morir.

De este modo se puede ver que el abuso de
sustancias es un problema grave al que nos enfrentamos, si
hablamos de cifras Silber y Pagnoncelli de Souza, publicaron un
trabajo el cual realizaron en poblaciones escolares de primaria y
secundaria, y de ahí se revelo que el 80, 5% de la
población había consumido alcohol aunque sea una
vez en su vida, el 18,6% lo hacia de manera frecuente, mientras
que el 28% había consumido tabaco al menos una vez en su
vida, y el 5,3% lo hacia de manera frecuente y finalmente el
22,8% consumía drogas psicotrópicas al menos una
vez en su vida y el 3,1% lo realizaba de manera frecuente
.

La mitad de los adultos provenientes de una muestra
nacional comenzó a consumir alcohol y tabaco antes de los
16 años.8 Esa proporción se reduce a un 22,8%
cuando se indaga acerca de drogas ilegales, en tanto que un 2,5%
inició el consumo ilícito de medicamentos antes de
los 16 años. La misma fuente nos muestra que la edad de
prueba de la marihuana fue para un 20% antes de los 15
años. Entre los 16 y 18 años, lo hizo el 45% y un
21% luego de los 20 años. Con respecto a las drogas
sociales, la edad de inicio, tanto para tabaco como para alcohol,
es entre los 12 y 15 años. El consumo es más
tardío entre las mujeres que entre los varones (Roldan,
2003)

Debido a que las cifras son verdaderamente grandes es
necesario la implementación de un tratamiento para
aquellos que ya son consumidores, y el caso de aquellos que
todavía no, pero que tienen un acceso a este tipo de
sustancias se debe se hablar de la prevención

Tratamiento

En la actualidad, casi todos los países deben
estudiar la mejor manera de hacer frente al abuso de una o mas
sustancias psicoactivas que causan problemas a las personas, las
familias y la comunidad. Esas sustancias comprenden el cannabis,
los opioides (como la heroína), la cocaína, los
estimulantes de tipo anfetaminico, los sedantes y
tranquilizantes, los alucinógenos, los disolventes e
inhalables y el alcohol.

La mejor manera en que se puede logara una
organización y orientación contra el abuso de
sustancias es mediante una política publica y un
estratégico. Si bien es posible elaborar un programa de
tratamiento individual o un sistema completo de tratamiento,
crearlo reporta beneficios considerables.

Para poder hablar de un tratamiento primeramente es
necesario definir a que nos referimos con esta palabra. Este
puede definirse como una de las intervenciones estructuradas para
tratar los problemas de salud y de otra naturaleza causados por
el abuso de sustancias y de esta manera aumentar u optimizar el
desempeño tanto personal como social. Según el
Comité de Expertos de la OMS en la
Fármaco-dependencia, el termino tratamiento se aplica al
"proceso que comienza cuando los usuarios de sustancias
psicoactivas entran en contacto con un proveedor de servicios de
salud o de otro servicio comunitario y puede continuar a
través de una sucesión de intervenciones concretas
hasta que se alcanza el nivel de salud y bienestar mas alto
posible" (Naciones Unidas, 2003).

Cuando se ayudan apersonas que sufren este tipo de
problemas relacionados con el consumo de sustancias, existe una
variedad de servicios y posibilidades de tratamientos que
ayudaran a optimizar su capacidad física, mental y de
interacción social. El objetivo seria ayudarle a librarse
de la dependencia e cierta sustancia y de esta manera logara la
readaptación social.

Los servicios y posibilidades de tratamiento pueden
comprender la desintoxicación, terapia de
sustitución y mantenimiento y/o terapias y asesoramiento
psicosociales. El tratamiento también tiene por objeto
reducir la dependencia de sustancias psicoactivas y mitigar las
consecuencias negativas para la salud y las relaciones sociales
del consumo de esas sustancias o relacionadas con
este.

Para que una estrategia de tratamiento sea eficaz debe
insertarse en ese marco normativo más amplio,
principalmente en la reducción de la oferta y la demanda
ya que estos son los objetivos primordiales. Los planes de
tratamiento y prevención son sectores esenciales que
respaldan la ejecución de un plan equilibrado de
reducción de la demanda. En general, la
planificación estratégica es una labor decisiva en
la que uno o mas organismos determinan el carácter y
alcance de las necesidades de una población y establecen
un marco para utilizar de manera optima los recursos a fin de
atender a esas necesidades.

En un plan de tratamiento son importantes los servicios
de acceso directo, actuando estos como el primer contacto que las
personas tienen con problemas relacionados al abuso de
sustancias. Estos servicios también pueden ser llamados
programas de la calle, para dar a entender que están
situados en el seno de la comunidad.

Por lo regular este tipo de instituciones están
administrada por organizaciones no gubernamentales, con una
intervención que puede tener las siguientes
actividades:

• Apoyo inmediato, es decir, sin que las personas
tengan que solicitar consulta, a fin de brindar
información y orientación (entre otras cosas, sobre
atención de la salud, cuestiones jurídicas,
vivienda, empleo y capacitación etc.) y prestar servicios
básicos de supervivencia:

• Actividades de acercamiento y orientación
en la comunidad; servicios de prevención de la
transmisión de virus por la sangre, entre ellos,
educación, asesoramiento e intercambio de jeringuillas y
agujas, y educación en materia de prevención de
sobredosis;

• Servicios de asesoramiento general con cita
previa;

• Líneas telefónicas de ayuda para
brindar orientación con carácter anónimo y
confidencial;

• Información para la remisión de
casos y actividades de promoción;

• Grupos de autoayuda;

• Grupos de apoyo a la familia;

• Servicios de postratamiento y apoyo en la
comunidad en general.

Uno de los elementos importantes de estos servicios son
los grupos de autoayuda, para los usuarios y sus familiares, como
son los grupos de Alcohólicos anónimos,
Narcóticos Anónimos, Cocainómanos
Anónimos, los cuales son administrador por personas que
también se están sobreponiendo de la dependencia
algún tipo de sustancia, que además asisten a
grupos de debates y sesiones de apoyo (Naciones Unidas,
2003).

Es común que la persona que tiene un
problema de drogas recurra a un servicio de acceso directo por un
problema de índole general —por ejemplo, un problema
de salud, dificultades en sus relaciones o preocupaciones
financieras— y que sus dificultades concretamente
relacionadas con el abuso de drogas se descubran en el curso de
su contacto con ese servicio.

A continuación se hablara de algunos tratamientos
en el abuso de las sustancias estructurados

Uno de ellos es la desintoxicación clínica
que es la etapa inicial e intensiva dentro de un tratamiento. En
este tipo de programa se aplica un programa de
desintoxicación para los drogodependientes, el cual es
bajo supervisión médica. En especial aquellos
drogodependientes que son consumidores de drogas por las cuales
puedan sufrir problemas de abstinencia es con los que mas se
necesita una supervisión médica en el proceso de
privación.

El síndrome de abstinencia que en ocasiones se
puede desarrollar al suspender el uso de cierta droga, es variado
según del tipo que se este hablando. Los síntomas
que generalmente se presentan son la necesidad excesiva de
consumir la sustancia, lo cual se manifiesta por ansiedad,
inquietud, irritabilidad, insomnio y falta de
concentración.

El objetivo principal de los programas de
desintoxicación es lograr la abstinencia en la forma
más segura y cómoda posible. Diversas medicaciones
han resultado eficaces para la desintoxicación de
opioides, entre ellas medicaciones verdaderamente análogas
o agoniotas como la metadona, agonistas parciales, como la
buprenorfina, y otras drogas no opioides llamadas agonistas
a-adrenergicos (lofexidina o clonidina). En algunos programas de
interacción se utilizan antagonistas de opioides previa
administración de sedantes o de anestesia general (lo que
se llama desintoxicación ultrarrápida). En algunos
países se utilizan productos opiáceos (entre ellos,
tintura de opio) como agentes desintoxicantes. El estado de
abstinencia de benzodiazepinas por lo general se induce
administrando una benzodiazepina de acción prolongada (por
ejemplo, diazepam) (Naciones Unidas, 2003).

Es necesario aclarar que la desintoxicación por
si misma no constituye el tratamiento de rehabilitación y
en pocas ocasiones se puede lograr que los pacientes tengan una
abstinencia duradera. Mas bien esta es la primera etapa por lo
que se pasa en un programa de tratamiento, que esta encaminado en
posibilitar las abstinencia y por consiguiente la
recuperación

Existen también los servicios de
desintoxicación en un régimen ambulatorio o en la
comunidad. Por lo general la desintoxicación se inicia en
el centro que ejecuta el programa o en el domicilio del paciente
con un periodo de estabilización en el que se administran
sustancias de sustitución. Después de ese periodo
de estabilización, se va reduciendo gradualmente la dosis
a lo largo de un periodo que fluctúa entre algunas semanas
y varios meses. En ese periodo se puede alentar al paciente a
recibir asesoramiento, tratamiento medico y otros servicios de
apoyo. En muchos aspectos, en líneas generales, algunos de
esos programas pueden compararse, con los programas de
mantenimiento ambulatorios o en la comunidad.

Después de la desintoxicación se procede a
la rehabilitación, la cual es la etapa donde se maneja la
prevención de recaídas, en el cual se atienden las
necesidades de las personas que ya han concluido un programa de
desintoxicación, o que no han presentado síntomas
de privación que exija que se les sometiese a
desintoxicación. Los programas de prevención de
recaídas tienen como objetivo cambiar el comportamiento de
los pacientes para que puedan poner un alto al deseo d consumir
sustancias. Durante esta etapa se aplican intervenciones de tipo
psico-social y farmacológica.

Los programas en la comunidad ambulatoria ofrecen un
plan de atención psicoterapéutica o de
asesoramiento general. El plan se suele configurar en
función de las necesidades de cada participante con
arreglo a un método de gestión de casos. El
método esta basado en la determinación inicial y
continua, por parte de un clínico o una persona
especializada, de los problemas, recursos personales, apoyos
sociales y factores de tensión existentes. Ese
análisis da lugar al establecimiento de un conjunto de
metas individuales de tratamiento que la persona ha de alcanzar,
cuyo cumplimiento se verifica y examina periódicamente en
el curso del tratamiento. La gestión de casos abarca
también funciones de enlace y la remisión a otros
servicios auxiliares de apoyo que necesite el participante,
así como a otros programas especializados
pertinentes.

También están los programas de
rehabilitación residencial, los cuales pueden ser a corto
o largo plazo, y estos suelen incluir un plan de
desintoxicación en la primera etapa de duración que
puede ser de 30 a 90 días. Por lo regular los programas de
largo plazo no comprenden la abstinencia con supervisión
medica y pueden durar de 6 mese aun año. El modelo mas
común que se utiliza en la rehabilitación
residencial es el de a largo plazo, dentro de la comunidad
terapéutica. Este tipo de servicios cuentan con varias
características en común las cuales son:

1) Vida comunitaria con otros adictos en
recuperación

2) Asesoramiento individual y en grupo para prevenir
recaídas

3) Gestión de los casos en forma
individual;

4) Desarrollo de la capacidad para enfrentar la vida
cotidiana; formación y experiencia laboral; servicios de
vivienda y re-instalación, y apoyo al
postratamiento.

Por lo regular se utiliza una metodología
semejante a la de los grupos de autoayuda. Algunos de eso
programas cuentan con hogares intermedios o de transición
que son espacios colectivos semi-independientes, los cuales
están por lo regular situados cerca del lugar en que se
administra el programa residencial principal.

Al igual existen los programas de sustitución y
mantenimiento, ya que el objetivo principal de la mayoría
de los programas de rehabilitación es la abstinencia, se
pueden prescribir sustancias de sustitución como la
metadona y la buprenorfina, con fines de mantenimiento, a las
personas con dependencia de opioides. Con frecuencia se
administra tratamiento de mantenimiento a las personas que han
fracasado reiteradamente en los programas encaminados a lograr la
abstinencia. En los programas de mantenimiento se administra una
sustancia de sustitución en dosis adecuadas y estables
durante varios meses y, en ciertos casos, durante anos. Es
importante considerar la prescripción de sustancias al
paciente en la comunidad como plataforma de las intervenciones de
asesoramiento psicosocial que se han de aplicar en
combinación con los programas de mantenimiento.

En algunos programas estructurados existe un periodo de
tratamiento menos intensivo, que se denomina postratamiento, que
se da después de que el paciente ha concluido el programa
principal. Este postratamiento pede limitarse aun mes o se pude
prolongar hasta tiempo después de haberse terminado el
tratamiento, y su objetito es seguir dando a los paciente apoyo,
el cual es necesario para mantener los resultado y metas logradas
con anterioridad.

Este postratamiento puede estar compuesto de llamadas
telefónicas periódicas, visitas programadas y no
programas o sin consulta previa, así mismo se puede
alentar a los participantes a formar parte de grupos de autoayuda
y ofrecerles servicios de apoyo y orientación generales a
la comunidad de ser necesario.

En los últimos anos se han hecho esfuerzos
concretos por establecer servicios de tratamiento integral. Esos
servicios constituyen la integración de distintos
métodos de tratamiento, como el asesoramiento en la
comunidad y la rehabilitación residencial, encaminados a
ayudar a las personas a lograr una abstinencia
duradera.

En muchos países existe interés en
elaborar intervenciones terapéuticas en el entorno de las
instituciones de justicia penal. Hay varios puntos de contacto e
instancias en ese sistema que pueden prestarse para las
intervenciones:

• Detención. Evaluación preventiva y
remisión a servicios de tratamiento, en el momento de la
detención, por parte de profesionales que trabajan con la
policía.

• Antes de la condena (remisión durante la
libertad condicional) Planes que entrenan la remisión de
delincuentes a servicios de tratamiento en el periodo comprendido
entre la detención y la condena, cuando el oficial de
vigilancia determina que abusan de drogas.

• Condena a servicios en la comunidad. Se pueden
organizar programas de tratamiento estructurado como parte de una
condena a servicios en la comunidad y de otras sentencias de
libertad vigilada, imponiéndolo como
condición;

• Condena a pena privativa de libertad y periodo
posterior. Se puede utilizar un marco terapéutico
básico para administrar tratamiento de
desintoxicación, prestar asesoramiento durante la
reclusión y brindar apoyo en la etapa de postratamiento.
Pueden adoptarse disposiciones para que los reclusos que queden
en libertad antes de cumplir la totalidad de su condena
continúen el tratamiento (tratamiento en el periodo de
libertad vigilada (Naciones Unidas, 2003).

Para finalizar este apartado podemos resumir que en un
primer momento se debe trabajar para convencer al paciente de la
necesidad y el beneficio de dejar el consumo de sustancias
legales o ilegales. Si el paciente no acepta, trabajaremos con la
familia o adultos convivientes o referentes, amigos, novios, para
que acompañen y puedan esperar los tiempos de cada joven,
sin juzgar, conteniendo con afecto y acordando límites.
Red de apoyo y acompañamiento. Además, se
deberá trabajar sobre las vulnerabilidades personales,
familiares y grupales.

Una vez aceptado el tratamiento deben establecerse
normas claras, por escrito, que el paciente y su familia deben
conocer y respetar .El tratamiento debe comprender las siguientes
etapas de:

1. Desintoxicación y
deshabituación.

2. Actividades programadas.

3. Capacitación y reinserción educativa o
laboral.

4. Reinserción social.

Tras cumplir la etapa de desintoxicación y
deshabituación, podrá iniciarse el trabajo
psicoterapéutico, ya que hasta ese momento el psiquismo
del joven está interferido por la impregnación de
sustancias tóxicas. Cada etapa debe cumplirse
trimestralmente .Puede variar de acuerdo con cada paciente. El
tratamiento debe considerar un alta precaria al año y
definitiva en dos o tres años. Puede haber diferencias de
abordajes terapéuticos. Todos son válidos si logran
la curación. Hay que asumir las nuevas oportunidades que
estas patologías nos ofrecen; lo importante es no delegar
y saber que todos los profesionales que trabajamos con
niños,

Tratamientos
psicológicos en el abuso de sustancias

Existen diversos tratamientos psicológicos que se
utilizan en abuso de sustancias entre ellos esta las terapias
cognitivo conductual (TCC), la entrevista
motivacional.

La revisión de diversas investigaciones sobre el
tratamiento en el abuso de sustancias indica que las
intervenciones cognitivo-conductuales se encuentran entre las
efectivas hasta la fecha. La TCC integra diversas estrategias que
incluyen diversas actividades de afrontamiento, prevención
para las recaídas y manejo de contingencias (reforzando
positivamente al abstinencia, brindando refuerzo para el retiro
de uso de sustancias). También se sabe que este tipo de
terapia suele ser mas efectiva en mujeres que hombres.
Rothfleisch en 1999 reporto que las mujeres que permanecieron en
tratamiento mas tiempo y tuvieron recaídas mas
tardías cuando recibieron terapia de prevención
basada en habilidades de tratamiento comparado con discusiones
generales e intervenciones de apoyo.

Con respecto a la entrevista motivacional diversos
estudios muestran que tanto mujeres como hombres abusadores de
sustancias responden bien a un acercamiento empático
centrado en el cliente, a diferencia del acercamiento de
confronte usando tradicionalmente el abuso de sustancias, la
entrevista motivacional ha dado efectos beneficiosos en una
variedad de comportamientos en el abuso de sustancias.

La entrevista motivacional esta diseñada para
incrementar la disponibilidad del cliente al cambio resolviendo
la ambivalencia sobre el cambio del comportamiento. El proceso la
exploración de una ambivalencia en una atmósfera de
aceptación, calidez y respeto.

Prevención

Resulta importante hablar del tratamiento en el abuso de
sustancias, pero del mismo modo es de suma importancia de hablar
de la prevención ya que si esta es llevada y causa el
efecto deseado no existiría la necesidad del
tratamiento.

Se sabe que la adolescencia es el resultante de la
interacción de variante como la familia, la escuela, el
grupo de pares, los medios de comunicación, el contexto
social y el momento histórico que les toca vivir. La
identidad que construya el adolescente y sus comportamientos
estarán dados por la suma de todas ellas. El equipo de
salud asiste y acompaña todo este proceso desde el momento
de la concepción.

Entendemos al trabajo preventivo como aquel que evita la
aparición de un daño, promoviendo el desarrollo de
factores y conductas protectoras y disminuyendo los factores y
conductas de riesgo.

Hay que destacar en el campo de la prevención, el
privilegio y la potencial efectividad que tienen las
intervenciones que se realicen en los diez primeros años
de vida. Permitirán a los adolescentes transitar esta
etapa en forma favorable y con menos indicadores de
riesgo.

El pediatra y todo el equipo de salud que trabaja con
niños y sus familias, en la etapa de 0 a 10 años,
tienen una responsabilidad y una gran oportunidad en la
prevención de las patologías psicosociales que se
dan en la etapa adolescencia- juventud: adicciones, trastornos
del comportamiento alimentario, embarazo no deseado, violencia,
depresión, suicidio, fracaso escolar, comportamientos
delictivos.

La asistencia y el seguimiento de niños en la
etapa adolescente permiten evaluar las intervenciones realizadas
con poblaciones menores de 10 años. A pesar de haberse
trabajado interdisciplinariamente y multidisciplinariamente,
especialmente con psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras
y docentes, las intervenciones realizadas fueron insuficientes.
Psicodiagnósticos, diagnósticos
psicopedagógicos, psiquiátricos y
neurológicos, con abordajes individuales o familiares, no
fueron suficientes para cambia estructuras que afectaban a
algunos de los miembros de la familia o a todo un grupo
familiar.

Hay síntomas a los que se les debe prestar
atención son los pequeños hurtos, las mentiras, la
impulsividad, el déficit de atención, la
hiperactividad, las transgresiones reiteradas, los
comportamientos violentos, el mal desempeño escolar. Si
éstos indicadores no se tratan antes de los 10
años, nos vamos a enfrentar con adolescentes con mayores
riesgos. Encontramos muchos de los comportamientos citados como
antecedentes cuando asistimos a poblaciones de adictos. No son
exclusividad de las adicciones, los podemos ver en otras
patologías psicosociales.

Es por ello que para que un programa de
prevención sea efectivo se necesita la
identificación de diversos factores como son:

  • La identificación debe ser específica
    más que universal, esto se refiere a que se debe de
    tomar en cuenta que cada conducta es un fenómeno
    complejo que se asocia de una manera peculiar a diversos
    factores. Por ejemplo cuando se habla de abuso de alcohol en
    jóvenes es preciso que se tenga en cuenta que el
    problema esta medido por la etapa de desarrollo en la que se
    encuentran, además de las características de la
    comunidad en la que viven y la aceptación cultural del
    consumo; al igual que las habilidades personales especificas
    asociadas a la resistencia de presión del grupo para
    que consuma y la capacidad del sujeto para controlar su
    ingesta

  • Es necesario que el programa de prevención
    incluya métodos de enseñanza centrados en la
    orientación del individuo acerca de cuando, hacia que
    dirección y como debe ocurrir el cambio. Sus acciones
    deben dedicarse al desarrollo de habilidades y en la
    instrucción de preferencia interactiva para que
    facilite la participación de los jóvenes tanto
    en la formulación del problema como en el
    diseño de alternativas de prevención , todo
    esto con el fin de que logre superar las barreras cognitivas
    sociales y comportamentales que le puedan llegar a impedir un
    control eficaz del consumo

  • Las acciones preventivas es necesario que
    estén sustentadas en un teoría explicativa de
    los fenómenos que guié la elección de
    las estrategias y de aquellos aspectos relevantes en los que
    llegue a ser necesario intervenir

  • Los programas de prevención del consumo del
    alcohol deben incluir una variedad de métodos de
    intervención para asegurar que este impacte en todos
    los niveles, y pueda así fortalecer los resultados de
    las acciones y facilitar la adquisición de habilidades
    en el control del consumo y promover la participación
    de los jóvenes en actividades diversas acordes a sus
    intereses.

  • También los programas de prevención
    deben ser socio-culturales, esto quiere decir que tomen
    encuentra las reglas que hay dentro de la comunidad,
    además de las practicas y creencias
    culturales.

  • Se debe promover la posibilidad de construir
    relaciones de modo mas positivo entre los adultos y los
    jóvenes, lo cual facilitara una interacción que
    fortalezca l conexión joven-familia-maestros-comunidad
    y de este modo sea posible alcanzar los objetivos de la
    prevención

  • Los dosificados de los programas deben ser
    suficientes en términos de intensidad,
    duración, calidad, cantidad, y tiempo respecto a las
    necesidades planteadas. Así se lograra que la
    prevención aparte de de estar cristalizada en
    programas conformados por proyectos y acciones que superan
    los problemas en la prevención como el
    activismo.

  • Las acciones de prevención deben de ocurrir
    en el momento apropiado, cuando aun es el tiempo de disminuir
    el riesgo y prevenir que el problema de abuso
    aparezca.

  • Es necesario tener una evaluación de cada
    programa de prevención que se implemente para
    comprobar la efectividad del mismo.

  • Aquellos profesionales que son los encargados de
    diseñar el instrumentar los programas de
    prevención deben de estar entrenados y además
    poseer un solidó cocimiento cobre el tema y los
    recursos con los que cuentan.

  • La prevalecía debe sustentarse en las
    corresponsabilidad, pues la forma integral y la salud de los
    jóvenes no es un asunto exclusivo de la escuela ni del
    sistema sanitario, es un asunto que también compete a
    los agente gubernamentales que conforman la política
    (Londoño, 2005).

La prevención puede entenderse como la
identificación previsora y acción anticipada para
evitar la aparición y difusión, minimizar los
efectos, de un hecho social no deseable, sea cultural, sanitario
o crimina.

La elaboración de procedimientos
específicos para alcanzar tales fines exige precisar
conceptos que fundamenten su utilidad en el diseño de
prácticas de prevención al uso indebido y el
consumo abusivo de drogas.

Los dos grandes paradigmas para interpretar el asunto de
las drogas difieren en sus estrategias de intervención
ante el consumo. La propuesta por una sociedad libre de drogas
privilegia la prevención del consumo o la reducción
del riesgo, se propone una actuación ex ante,
mientras que la propuesta de la reducción del daño
se propone una actuación ex post. La primera
reduce el problema al modelo infecto contagioso, donde de lo que
se trata es de impedir que la población vulnerable o en
condición de riesgo entre en contacto con ella o
esté vacunada ante tal eventualidad. En cambio, la segunda
propuesta que pone el problema en el campo cultural – conjunto de
valores y símbolos que guían la conducta humana
reconoce la funcionalidad de las drogas en la sociedad y se
propone intervenir sobre las consecuencias negativas de su
abuso.

La prevención de las drogas tiene dos modalidades
de intervención: la prevención de la oferta
mediante medidas legales administrativas y penales para impedir
su provisión; y la prevención de la demanda,
también con medidas legales administrativas y penales para
impedir su adquisición y uso. Además, la
prevención está concebida como un conjunto de
intervenciones cuyo fin es persuadir a quienes no usan drogas de
abstenerse de hacerlo y a quienes sí lo hacen a
dejarlas.

Cualquier uso de drogas es considerado incompatible con
una buena salud y calificado de alto riesgo sanitario, social y
criminal. Sin embargo, dado que la voluntad humana parece voluble
a los organizadores de la sociedad, para su mejor
administración se ha venido desarrollando un saber y una
pragmática destinada a intervenir aquellos factores del
medio ambiente en el cual está puesto el sujeto y que, en
el análisis de su correlación estadística,
serían determinantes de la conducta humana.

Si esos factores son positivos para el sujeto son
considerados protectores, mientras que los perjudiciales
serían factores de riesgo. Una situación
de riesgo no es un estado de peligro sino sólo la
proximidad o contingencia de un daño, que es la inminencia
de su acontecer. Es el carácter situacional el que
establece el valor protector o de riesgo de algo: una escollera
puede ser un riesgo para un barco pero si queda entre él y
las olas puede atenuar el impacto del agua.

Existen modalidades inespecíficas y
específicas de prevención ante los eventos
indeseados. Las normas que rigen el tránsito son medida de
prevención inespecífica; en cambio, el uso del
cinturón de seguridad es una medida preventiva
específica para evitar los golpes en caso de impacto. En
salud, la dotación de agua potable para toda la
población sería una medida inespecífica ante
las epidemias infecto-contagiosas como el cólera; y
serían medidas específicas la aplicación de
una vacuna, la hidratación del afectado en peligro de
muerte por deshidratación, y el aislamiento y tratamiento
de la infección para prevenir la difusión de la
epidemia.

En lo particular la prevención
inespecífica busca promover la salud y los estilos de vida
saludables, fomentando medidas nutricionales adecuadas, alertando
ante la exposición a sustancias peligrosas para la salud,
recomendando evitar las actividades arriesgadas y proponiendo
actividades recreativas positivas para el estado físico y
mental de sus ejecutantes.

Las medidas preventivas específicas promueven,
facilitan, ejecutan y evalúan las medidas concretas de
carácter profiláctico e higiénico destinadas
a impedir la aparición y difusión de determinadas
enfermedades infesto o infecto-contagiosas, o degenerativas en
poblaciones definidas e individuos concretos. Incluyen la
detección de los síntomas de cualquier
alteración de la salud entre los individuos de una
población, con el fin de derivarlos al sistema de
atención competente para su evaluación,
diagnóstico y tratamiento pertinente.

Para terminar con la concepción
estratégica de la prevención es bueno recoger de
otras experiencias las reglas básicas de su
construcción (Milanese y Mero, 1999 citado por
Remetería, 2001):

La prevención y la rehabilitación son las
dos caras de una misma moneda.

La prevención es local o no es
prevención.

La prevención es sobre sistemas y sus
intersecciones. La intervención no es sólo sobre
los grupos segmentados sino que sobre los conflictos que hay
entre ellos.

La prevención es sobre la situación
crítica.

La prevención no tiene por finalidad
específica la desaparición de la situación
crítica.

La prevención se da en lo cotidiano.

La prevención no es
información.

La prevención presupone competencias predictivas
y manipulativas.

La prevención presupone un sistema adecuado de
conocimientos e hipótesis.

La prevención es siempre y únicamente una
estrategia evaluable

Estado del arte
en el abuso de sustancias

Se han realizado diversa investigaciones con respecto al
abuso de sustancias, una de ellas es la adicción al
tabaco, ha pesar de ser esta una droga legal, esta ha causado
grandes problemas a la población de
consumidores.

"En la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la
Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés) del 2008
informó que había alrededor de 70.9 millones de
americanos de 12 años de edad o mayores que reportaron
haber usado productos de tabaco en los 30 días anteriores
a la encuesta ("uso actual"). De éstos, 59.8 millones
(23.9 por ciento de la población) fumaban cigarrillos,
13.1 millones (5.3 por ciento) fumaban puros o cigarros, 8.7
millones (3.5 por ciento) consumían tabaco sin humo y 1.9
millones (0.8 por ciento) lo usaban en pipas. Los datos confirman
que el tabaco es una de las sustancias que más se abusa en
los Estados Unidos. A pesar de que estas cifras siguen siendo
inaceptablemente altas, ha habido una disminución de casi
el 50 por ciento desde 1965, de acuerdo con los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus
siglas en inglés) "(NIDA, 2010).

El tabaquismo es una de las principales
causas de muertes en Estados Unidos. El costo para la sociedad de
mortalidad y morbilidad es asombroso económicamente
hablando ya que se invierte al año 96 mil millones de
costo total en los cuidados a la salud en Estados
Unidos.

Hay más de 4, 000 sustancias químicas en
el humo de los productos de tabaco. De todas estas sustancias
químicas que contiene el tabaco la nicotina es su
principal componente adictivo. El fumar cigarro es la forma
más habitual de consumo de tabaco, pero en la actualidad
también se ha visto un aumento en el consumo de tabaco sin
humo, que es el tabaco en polvo y el tabaco de mascar. Cuando se
fuma el tabaco, la nicotina llega rápidamente a sus
niveles máximos en el torrente sanguíneo y penetra
en el cerebro.

El hábito de fumar mata a más de 440,000
ciudadanos americanos cada año, más que el total
combinado de muertes por alcohol, uso ilegal de drogas,
homicidios, suicidios, accidentes automovilísticos y SIDA.
Entre 1964 y el 2004, más de 12 millones de americanos
murieron prematuramente por el tabaquismo y es casi seguro que,
de los fumadores actuales en los Estados Unidos, otros 25
millones morirán de enfermedades relacionadas con el
hábito de fumar.

Hay investigaciones extensivas que han mostrado que los
tratamientos para la adicción al tabaco sí
funcionan. Aunque algunas personas pueden por sí mismas
romper con el hábito, muchas personas necesitan ayuda para
dejar de fumar. Esto es particularmente importante porque dejar
de fumar puede tener beneficios inmediatos a la salud. Por
ejemplo, a las 24 horas de haber dejado de fumar, la
presión arterial y la probabilidad de un ataque al
corazón disminuyen.

Las terapias de reemplazo de la nicotina
(las NRT, por sus siglas en inglés), como la goma de
mascar o chicle de nicotina y el parche transdérmico de
nicotina, fueron los primeros tratamientos farmacológicos
aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos
(FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para
usarse en los tratamientos para dejar de fumar. Estas terapias de
reemplazo de la nicotina (en conjunto con apoyo conductual) se
utilizan para aliviar los síntomas del síndrome de
abstinencia, debido a que producen alteraciones
fisiológicas menos severas que los sistemas basados en
tabaco y en general proporcionan al usuario niveles de nicotina
más bajos que los del tabaco.

Las intervenciones conductuales pueden desempeñar
un papel integral en el tratamiento antitabáquico, ya sea
conjuntamente con medicamentos o por sí solas. Emplean una
variedad de métodos para ayudar a los fumadores a romper
de autoayuda hasta la terapia cognitiva-conductual individual.
Estas intervenciones enseñan a las personas a reconocer
situaciones de alto riesgo que incitan a fumar, a desarrollar
estrategias alternativas para no volver a fumar, a manejar el
estrés, a mejorar su habilidad para resolver problemas
así como para incrementar el apoyo social (NIDA,
2010).

Así mismo se han realizado investigaciones sobre
los ínhalantes. Los inhalantes son sustancias
volátiles que producen vapores químicos que se
pueden inhalar para provocar un efecto psicoactivo o de
alteración en tal. A pesar de que otras sustancias e abuso
pueden ser inhaladas, el término "inhalantes" se utiliza
para describir una variedad de sustancias cuya
característica común principal es que rara vez, o
nunca, son usadas por otra vía que no sea por la de
inhalación. Esta definición abarca una amplia gama
de químicos encontrados en cientos de productos diferentes
que pueden tener diversos efectos
farmacológicos.

Los disolventes volátiles son
líquidos que se vaporizan a temperatura ambiental. Se
encuentran en una variedad de productos económicos
fácilmente obtenibles, de uso común
doméstico e industrial. Éstos incluyen los
diluyentes y removedores de pinturas, líquidos para lavado
en seco, quita grasas, gasolinas, pegamentos, correctores
líquidos y los líquidos de los marcadores con punta
de fieltro. Los aerosoles son rociadores que contienen
propulsores y disolventes. Éstos incluyen las pinturas
pulverizadas, atomizadores para desodorantes y fijadores de pelo,
rociadores de aceite vegetal para cocinar y rociadores para
proteger telas o tejidos.

Los gases incluyen los anestésicos de uso
médico así como aquellos que se utilizan en
productos domésticos o comerciales. Los gases
anestésicos médicos incluyen el éter,
cloroformo, halotano y óxido nitroso, comúnmente
conocido como "gas hilarante". Los nitritos a menudo se
consideran una clase especial de inhalantes. A diferencia de la
mayoría de los demás inhalantes que actúan
directamente sobre el sistema nervioso central (SNC), los
nitritos esencialmente dilatan los vasos sanguíneos y
relajan los músculos. Asimismo, mientras que los
demás inhalantes se utilizan para alterar el estado de
ánimo, los nitritos se usan principalmente para
intensificar el placer sexual.

Los químicos inhalados se absorben
rápidamente a través de los pulmones y llegan a la
sangre donde son distribuidos al cerebro y a otros
órganos. Segundos después de la inhalación,
el usuario experimenta la intoxicación y otros efectos
parecidos a los producidos por el alcohol. Estos efectos incluyen
balbuceo, inhabilidad para coordinar movimientos, euforia y
mareo. Además, los usuarios pueden padecer de
aturdimiento, alucinaciones y delirios.

Son muchos los sistemas del cerebro que pueden estar
implicados en los efectos anestésicos, intoxicantes y de
refuerzo de los diferentes inhalantes. Casi todos los inhalantes
de abuso (con excepción de los nitritos) producen un
efecto placentero al deprimir el sistema nervioso central (SNC).
La evidencia presentada por los estudios realizados en animales
sugiere que varios de los disolventes volátiles y gases
anestésicos comúnmente abusados poseen efectos
neuro-conductuales y mecanismos de acción similares a
aquellos producidos por los depresores del SNC, entre los cuales
se encuentran el alcohol y medicamentos tales como los sedantes y
anestésicos.

Un estudio reciente indica que el tolueno (un disolvente
encontrado en muchos inhalantes comúnmente abusados,
incluyendo el cemento para los aeroplanos de modelo, los
rociadores de pintura, los removedores de pintura y los
quitaesmaltes) activa el sistema de dopamina cerebral.

Los abusadores de inhalantes corren el riesgo de sufrir
una serie de consecuencias médicas devastadoras. La
inhalación prolongada de los químicos altamente
concentrados que se encuentran en los disolventes o aerosoles
pueden inducir ritmos cardiacos rápidos e irregulares que
pueden provocar un fallo cardiaco y la muerte pocos minutos
después de una sesión de inhalación
prolongada. Este síndrome, conocido como "muerte
súbita por inhalación", puede resultar de una sola
sesión de uso de inhalantes por parte de una persona joven
que de otra manera es saludable. La muerte súbita por
inhalación se asocia principalmente con el abuso del
butano, propano y los químicos en los aerosoles (NIDA
2005).

Otro tipo de sustancia que se ocupa y sobre la cual se
han realizado investigaciones es el éxtasis. La MDMA
(Éxtasis ) es una droga ilegal que actúa tanto como
estimulante así como psicodélico, produciendo un
efecto vigorizante, además de distorsiones en el tiempo y
la percepción, y la derivación de mayor placer de
las experiencias táctiles. Típicamente, la MDMA
(acrónimo de su nombre químico
3,4-metilenedioximetanfetamina) se toma por vía oral,
generalmente en forma de tableta o cápsula, y sus efectos
duran aproximadamente de 3 a 6 horas. La dosis promedio reportada
es de una a dos tabletas, con cada tableta generalmente
conteniendo entre 60 y 120 miligramos de MDMA.

La MDMA fue desarrollada en Alemania a principios del
siglo XX, como compuesto precursor para ser utilizado en la
síntesis de otros fármacos. Durante la
década de los setenta, algunos psiquiatras en los Estados
Unidos comenzaron a usar la MDMA como herramienta
psicoterapéutica a pesar de que nunca se realizaron
ensayos clínicos controlados con la droga, ni
recibió aprobación de la Administración de
Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los
Estados Unidos para ser usada en seres humanos. De hecho, no fue
sino hasta finales del año 2000 cuando la FDA
aprobó el primer ensayo clínico para la MDMA que
determinará si se puede usar la droga con seguridad en dos
sesiones continuas de psicoterapia bajo condiciones de
seguimiento riguroso para tratar el trastorno de estrés
postraumático. No obstante, la droga logró tener
una leve acogida entre un grupo de psiquiatras a finales de los
años setenta y principios de los ochenta. Algunos de ellos
incluso la llamaban "la penicilina para el alma", porque
parecía mejorar la comunicación en las sesiones con
los pacientes y se reportaba que permitía que los
pacientes lograran un mejor entendimiento de sus problemas. Fue
durante este período que la MDMA comenzó a aparecer
por primera vez en las calles.

La MDMA no es una droga benigna. Puede producir una
variedad de efectos adversos a la salud, incluyendo
náusea, escalofríos, sudoración, contractura
involuntaria de los músculos de la mandíbula,
calambres musculares y visión borrosa. También
puede ocurrir una sobredosis con la droga. En este caso, los
síntomas pueden incluir hipertensión arterial,
sensación de desmayo, ataques de pánico, y en casos
severos, pérdida del conocimiento y
convulsiones.

Debido a sus propiedades estimulantes y el ambiente en
que a menudo se la usa, la MDMA está asociada con una
actividad física vigorosa por largos períodos de
tiempo. Esto puede conducir a uno de los efectos adversos
más agudos y significantes, aunque raro, es decir, un
aumento marcado en la temperatura corporal
(hipertermia).

De igual manera, en los usuarios habituales de MDMA se
ha observado un nivel elevado de ansiedad, impulsividad y
agresividad, así como disturbios en el sueño, falta
de apetito y una reducción en el interés por el
sexo así como en el placer derivado del mismo. Es posible
que algunos de estos trastornos no sean directamente atribuibles
a la MDMA, sino más bien a alguna de las drogas que a
menudo se combinan con la MDMA, como la cocaína o la
marihuana, o a los potenciales adulterantes encontrados en las
tabletas de MDMA.

La MDMA afecta el cerebro aumentando la actividad de por
lo menos tres neurotransmisores (los mensajeros químicos
de las células del cerebro): la serotonina, la dopamina, y
la norepinefrina. Al igual que con otras anfetaminas, la MDMA
produce la liberación de estos neurotransmisores de sus
sitios de almacenamiento dentro de las neuronas, lo que resulta
en una mayor actividad neurotransmisora. En comparación
con el poderoso estimulante metanfetamina, la MDMA produce una
mayor liberación de serotonina y una menor de dopamina. La
serotonina es un neurotransmisor que juega un papel importante en
la regulación del estado de ánimo, sueño,
dolor, emociones, apetito y otros comportamientos.

El uso de la presión politica ("lobbying") y
programas de prevención de drogas liderados por
jóvenes de la misma edad pueden ser un enfoque prometedor
para la reducción del uso de la MDMA entre los
adolescentes y adultos jóvenes. Las escuelas secundarias y
las universidades pueden servir como vehículos importantes
para la diseminación de mensajes sobre los efectos del uso
de MDMA. Es importante proporcionar información
científica precisa sobre los efectos de la MDMA si se
quiere reducir los efectos dañinos de esta droga. La
educación es una de las herramientas más
importantes en la prevención del abuso de la
MDMA.

Los tratamientos más eficaces para el abuso de
drogas son intervenciones cognitivo-conductuales diseñadas
para ayudar a modificar la manera de pensar, las expectativas y
los comportamientos del paciente, y aumentar su habilidad para
enfrentarse con los factores estresantes de la vida. Los grupos
de apoyo para la recuperación del abuso de drogas pueden
ser eficaces en combinación con intervenciones en el
comportamiento como apoyo para una recuperación a largo
plazo en la que no se recaiga en el uso de drogas. Actualmente no
hay tratamientos farmacológicos para la dependencia de la
MDMA. (NIDA 2006)

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Salud, Abril

 

 

Autor:

Mata Gloria

Mata María

Reyes Nancy

Núñez
Eloísa

Enviado por:

Rosa María

Universidad Chapultepec

Partes: 1, 2, 3
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