Los tres campos de lucha espiritual

ADVERTENCIA: Este documento se baso en
el estudio profundo " THE THREE BATTLEGROUNDS", de Francis
Frangipane.

INTRODUCCIÓN

Existen dos inquietudes, por una parte la necesidad de
sabiduría. Dice un viejo proverbio Europeo "La edad y
la perfidia siempre derrotara a la juventud y al celo".
Satanás es viejo y extremadamente pérfido. En el
cristianismo predomina el idealismo, regularmente no pasa cuatro
años de que la altísima vocación se pase a
un simple oficio rutinario. El celo de por si desafío al
infierno y perdió. El villano no ha sido el pecado sino la
ignorancia. Sacavo nuestras relaciones y nuestro amor se hicieron
desconfiados y cautelosos. Hemos fracasado en discernir los
ataques del demonio, hemos estado desprotegido ante un enemigo,
viejo, mañoso y lleno de falsedades. Jesús preparo
a sus discípulos en todo, antes de ir a la guerra
espiritual les pidió ser sabios y prudentes, Mt.16:10 La
virtud debe ir antes de la batalla y del triunfo. Ir a la batalla
requiere entrenamiento.

La segunda cosa, no hay atajos para esta guerra
espiritual. Veamos algunos que fracasaron en lugares adecuados.
Adam en le paraíso. Salomón, escribió tres
libros y vio la gloria de Dios, pero, fracaso. Lucifer, estuvo en
la misma presencia de Dios y cayo. Entonces, seamos firmes. Y no
insolentes o arrogantes en la vida de oración. Usemos la
autoridad adecuada. "Los pensamientos con el consejo se
ordenan; Y con dirección sabia se hace la guerra". Pr.
20:18. Abraza este estilo de vida, ser un guerrero espiritual, no
una simple doctrina. "una pequeña ciudad, y pocos
hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y
levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un
hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su
sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre."
Ecl. 9:14,15.

"Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que
la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no
sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas
en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los
necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra;
pero un pecador destruye mucho bien." Ecl.9:16,18.

Mientras redactaba, este documento, El Señor me
libero de algunas áreas que todavía no había
entregado. Desde ese momento pude ver la gloria de Dios Padre
reflejarse en mi vida por la presencia de su Espíritu
Santo, y la naturaleza de Jesucristo. El confirmo su presencia en
mi vida a través de su plenitud, el ambiente se lleno de
su gloria por muchas ocasiones. Hubo momentos de lágrimas,
que no podía contener por la plenitud del Eterno.
También hubo luchas satánicas contra mi hogar y mi
familia. Aparentemente perdí a mi familia, pero era una
mentira porque lo que Dios ha unido nadie lo podrá separar
También mi salud fue afectada en muchas ocasiones
sentí morirme, pero el Señor me sostuvo. Todo eso
me hizo pensar que cuando nos metemos ala lucha espiritual
tendremos que pagar un precio, el precio del
sufrimiento.

Estas razones y otras, impedirán que muchos
cristianos no se arriesguen a penetrar y luchar realmente contra
el enemigo. Pero te invito que seas valiente, y no tema ser un
guerrero del Señor. El pecado del temor debe ser derribado
en tu vida antes de entrar a esta pelea. Dios te ha escogido para
que seas su valiente, el confía en ti, el deposita su
manto sobre tu hombre y te dice "sígueme hasta el final
de la jornada, qué yo seré contigo". Si el
Señor te dice: "Ven en pos de mi, nunca pienses que puedes
acudir, al llamado que te hace a su labor, nunca olvides que
posees libertad, en tus manos la respuesta estará,
¡Ven acude al llamado del Señor¡ Fiel, fiel,
fiel, fiel tu debes ser.

PARTE UNO

EL CAMPO DE BATALLA DE LA
MENTE

CAPITULO 1

El dominio de
Satanás, reino de las tinieblas

EL Señor fue crucificado en un lugar llamado el
Gólgota o la calavera, Espiritualmente significa
la mente. Este es el lugar que primero debemos crucificar
y renovar, "Y él, cargando su cruz, salió al
lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y
allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a
cada lado, y Jesús en medio." S. Juan 19:17, Aunado a
esto debemos; "y renovaos en el espíritu de vuestra
mente," Ef. 4:23