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Como llegar a ser un gobernante y tipos de gobernantes (página 2)



Partes: 1, 2

Además no saben ni pueden mantenerse en este
cargo, porque alguien que ha vivido largo tiempo en
condición privada, aunque posea un talento superior, no es
verosímil que sepa gobernar, ni que disponga de suficiente
número de soldados con cuyo afecto y fidelidad cuente de
manera segura.

Estos Estados se forman de repente, y como las
producciones naturales rápidas, no tienen las
raíces ni sustentaciones necesarias para
consolidarse[5]El primer golpe de la adversidad
los arruina[6]

Los gobernantes improvisados carecen de energía
suficiente para conservar lo que la fortuna pone en sus manos y
no cuentan con las bases de los gobernantes experimentados.
Cuando llegan al poder por la fortuna de su familia y no cuentan
con talento superior para gobernar, no pueden retenerlo aunque
hagan uso de todos los medios imaginables.

Sin embargo es posible que alguien con talento superior
para gobernar llegue a ser gobernante, sin haber preparado antes
los fundamentos de su gobernación y que adquiera estos
fundamentos después pero con muchos disgustos para
él y muchos peligros para el Estado.

Como ejemplo, el del duque y cardenal Cesar Borgia, hijo
del papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia.

Detallo esta parte de la vida del duque Cesar Borgia que
merece estudiarse y ser imitada por los gobernantes:

Al ocupar La Romaña, la encontró gobernada
por señores inhábiles, que habían despojado
en lugar de corregir a sus gobernados, que habían dado
motivo a desuniones en lugar de convergencias.

Una provincia en la que abundaban latrocinios,
contiendas y toda clase de desordenes.

Para remediar tantos y tan grandes males, envió
como presidente a Ramiro d"Orco, hombre severo y eficiente en
quien delegó una autoridad casi ilimitada para que
impusiera un gobierno fuerte, estableciera la paz y la obediencia
a su gobierno[7]

En poco tiempo estableció el sosiego en la
provincia, reconcilió a los ciudadanos enfrentados y
consiguió gran consideración hacia el
duque.

Pero temiendo el duque que la desmesurada autoridad de
Ramiro, que ya empezaba a engendrar contra su persona
sentimientos hostiles, se tornara odiosa, nombró para la
provincia un tribunal civil, presidido por un súbdito de
grandes calidades. En él cada ciudad tenía su
propio defensor[8]Para desterrar del
corazón de los pueblos los sentimientos hostiles y ganar
plenamente su confianza, los persuadió de que no le
imputaran a él, sino a su gobernador las maldades propias
de su duro carácter. Para acabar de convencerlos,
ordenó que como castigo lo dividieran en dos pedazos y los
exhibieran en la plaza pública de Cesena, junto con el
tajo de madera y el cuchillo ensangrentados donde y con el que lo
habían cortado. Con la ferocidad de semejante
espectáculo tan horrendo los pueblos se sintieron
atónitos pero vengados[9]El duque se
encontraba muy poderoso, asegurado en gran parte contra los
peligros de entonces, armado en una medida necesaria, libre de
las armas de los vecinos que pudieran ocasionarle algún
daño y ansioso de continuar sus conquistas.

Le intranquilizaban dos temores, la decisión
tardía del rey de Francia de no permitirle que se
engrandeciera más, y que el papa sucesor de su padre, no
le fuera favorable e intentara arrebatarle lo que había
cedido aquel. Para precaverse de estos inconvenientes
imaginó los siguientes cuatro recursos:

  • 1) Extinguir las familias de los señores
    a quienes había despojado, para evitar que pudieran
    suministrar socorros al futuro papa.

  • 2) Ganarse a todos los hidalgos de Roma para
    oponerlos como freno al futuro pontífice.

  • 3) Atraer hasta el límite posible al
    sacro colegio de cardenales.

  • 4) Ampliar antes de la muerte de su padre, su
    poder y su dominio, para resistir cualquier asalto
    después de que él
    muriera[10]

Cesar Borgia con su crueldad, no obstante, reparó
los males de la Romaña, extinguió las divisiones,
reestableció la paz y consiguió que el país
le fuera fiel. Al profundizar en su conducta vemos sin embargo,
que fue mucho más clemente que los gobernantes
florentinos, que permitieron la ruina de Pistoya para eliminar
las familias que tenían a la ciudad dividida y
asolada.

Al morir su padre había logrado el duque los tres
primeros recursos y se encontraba ejecutando el
cuarto.

  • 1) De los señores que había
    decidido exterminar se le habían escapado
    pocos.

  • 2) Había ganado a los hidalgos de
    Roma[11]

  • 3) Había adquirido una gran influencia
    en el sacro colegio.

Del cuarto recurso, como los españoles
habían despojado a los franceses del reino de
Nápoles, no se veía obligado a guardar más
miramientos con los franceses y por el contrario unos y otros
estaban obligados a mantener su amistad.

Había consolidado su poder en e Estado de La
Romaña y todo estaba a su favor, para emprender las nuevas
conquistas de los demás Estados italianos. Con ellas
hubieran adquirido tan grandes fuerzas y tanta
consideración, como para sostenerse a sí mismo sin
depender de la fortuna ni del poder ajeno.

Todo dependería ahora de su poder y de su
talento. Valían tanto, poseía tanta inteligencia,
sabía muy bien cómo ganar o perder la voluntad de
los hombres y se había creado en tan poco tiempo
fundamentos tan sólidos, que si le hubiesen ido mejor las
cosas, habría triunfado con los demás
obstáculos.

Pero una enfermedad mortal, después de la muerte
de su padre, acabó con él en poco
tiempo[12]Ya enfermo no pudo imponer papa ni
impedir por lo menos que no fuese aquel que él no
quería.

Después de la muerte de su padre y debido a su
enfermedad cometió algunas faltas políticas que
ocasionaron su ruina antes de morir. Entre ellas la más
grave: si no le era posible el nombramiento de un papa a su
gusto, pero teniendo la facultad de impedir que alguien fuese
papa, no debió permitir que se le confiriera el
pontificado a ninguno de los cardenales a quien había
ofendido, o que tuviera motivos para temerle, como sucedió
con la elección contraria a sus intereses del papa Julio
II, como sucesor de su padre el papa Alejandro
VI[13]

Después de haber resumido y comparado todas las
acciones del duque y cardenal Cesar Borgia, por lo menos hasta la
muerte de su padre y su enfermedad, no me es posible condenarlo.
Al contrario me atrevo a proponerlo como modelo de cuantos
lleguen a ser gobernantes por la fortuna o con armas ajenas. No
puede ser de otra manera, con las relevantes dotes que
poseía y los magníficos propósitos que
abrigaba. Sus designios encontraron como impedimentos solo la
brevedad de la vida de su progenitor y su temprana enfermedad
terminal.

Todo gobernante en un Estado nuevo encontrará
como el ejemplo más fehaciente el proceder del duque, por
lo menos hasta la muerte de su padre, para:

  • 1. Asegurarse contra sus
    enemigos[14]

  • 2. Ganarse amigos repetidamente.

  • 3. Vencer por la fuerza o por el
    fraude.

  • 4. Hacerse amar y temer de los
    pueblos.

  • 5. Obtener respeto y fidelidad de sus
    soldados.

  • 6. Sustituir antiguos estatutos por otros
    recientes.

  • 7. Desembarazarse de hombres que pueden
    perjudicarle.

  • 8. Ser a la vez severo, agradable,
    magnánimo y liberal.

  • 9. Conservar la amistad de otros monarcas para
    que le sirvan con agrado y no le ofendan sino con mucha
    prudencia[15]

Regla 4. Por una vía malvada y detestable.

El ascenso de un particular a gobernante por una
vía malvada y detestable[16]me limito a
citar dos ejemplos históricos, uno antiguo y otro
reciente. No profundizo en ellos porque enseñan bastante
por sí solos para el gobernante que estuviese en el caso
de imitarlos.

Ejemplo antiguo: Agátocles, siliciano
nacido en una familia de alfareros de clase baja, se
caracterizó por sus acciones perversas ejecutadas con gran
pasión y fortaleza corporal[17]A pesar de
su conducta reprensible en todas las circunstancias, se
dedicó a la carrera de las armas y ascendió por los
diversos grados militares. Nombrado juez de Siracusa
decidió usurpar y retener por medio de violencia la
gobernación de Siracusa, con el consentimiento del general
cartaginés Amílcar que se encontraba con su
ejército en Silicia.

Para deshacerse de sus enemigos los senadores y
ciudadanos más ricos, los citó a una asamblea, una
mañana, para deliberar con ellos cosas importantes de la
república. Cuando estuvieron todos reunidos, dio a sus
soldados la orden de ejecutarlos[18]Libre de ambos
estorbos a su ambición, conservó la
gobernación de Siracusa sin que se armara ninguna guerra
civil contra él.

Sitiado por los cartagineses, defendió su ciudad,
dejó una parte de sus tropas custodiándola y con el
resto marchó a África y puso en aprietos a los
cartagineses que se vieron obligados a abandonar
Silicia[19]

Reflexiones sobre las decisiones y hazañas de
Agátocles:

Nada de lo conseguido puede atribuírsele a la
fortuna o a favores ajenos. Solo a muchas fatigas e innumerables
riesgos militares. A multitud de acciones temerarias llenas de
gran resolución[20]

La traición a los amigos, la matanza de
conciudadanos, la absoluta falta de humanidad y de
religión son recursos con que se consigue poder pero no
gloria[21]

No obstante, si se considera el valor y la manera como
enfrentó los peligros y salió triunfante de ellos,
y la sublimidad de su alma para soportar y vencer en los
acontecimientos que le fueron adversos, Agátocles debe
colocarse al mismo nivel de los gobernantes campeones con
diferente moral a la suya. Por desfortuna, su inhumanidad
despiadada y su crueldad feroz son maldades que no pueden ser
alabadas, pero que no le impiden ocupar un puesto eminente entre
los gobernantes insignes.

Ejemplo reciente: Oliverot de Fermo, nació
en Fermo, fue educado en su niñez por su tío
materno Juan Fogliani, quien luego lo incorporó en la
tropa del capitán Pablo Viteli[22]A la
muerte de Pablo lo sucedió en el mando su hermano Viterolo
Viteli. Bajo sus órdenes, Oliverot que además de
robusto y valiente era muy inteligente llegó a ser el
primer hombre del ejército.

Aconsejado por Viterolo concibió un plan para
apoderarse de Fermo[23]Escribió a su
tío Juan que había decidido organizarse en Fermo y
retirarse del ejército. Le pedía el favor de que le
organizara en Fermo una acogida con distinción que le
honraría y redundaría en gloria de ambos. Que se
presentaría acompañado de amigos, varios sirvientes
y cien soldados a caballo[24]

El tío Juan procuró que los ciudadanos de
Fermo los recibieran con grandes honores y los alojó en su
palacio. Oliverot organizó en el palacio de su tío
un espléndido banquete e invitó a las personas de
más prestigio en Fermo. Al final del banquete
invitó a su tío Juan y a los señores
más importantes de Fermo a un cuarto particular, en un
sitio apartado del palacio, a departir sobra algunos asuntos del
papa Alejandro VI y su hijo Cesar Borgia. Acababan de sentarse
cuando aparecieron unos soldados y los degollaron a todos
incluyendo al tío Juan.

Terminada la matanza montó a caballo y
acompañado de sus soldados recorrió la ciudad y
sitió al primer magistrado en su propio alcázar.
Los ciudadanos de Fermo atemorizados se vieron obligados a
obedecerle, y a construir un nuevo gobierno del que se
constituyó su soberano[25]Eliminados sus
posibles enemigos, fortificó su autoridad con nuevos
estatutos civiles y militares y se mantenía seguro en la
ciudad de Fermo haciéndose respetar y temer de sus
vecinos. Hubiese sido tan perdurable en su gobierno como
Agátocles, si al año no se hubiese dejado
engañar por Cesar Borgia quien lo hizo aprehender y
ahorcar en compañía de su consejero Viterolo
Viteli.

Surgen las preguntas, por qué Agátodes,
Oliverot y otros gobernantes de la misma especie, lograron
defenderse de sus enemigos, a pesar de tantas traiciones y
tamañas crueldades, vivir luego seguros en sus patrias,
sin ser considerados traidores y crueles? Por qué sus
conciudadanos no se conjuraron nunca contra ellos? En cambio,
otros gobernantes que emplearon iguales recursos, no consiguieron
conservar sus Estados ni en tiempos de paz, ni de
guerra.

Mi respuesta es que ello dimana del uso conveniente o no
que se haga de la crueldad y de la traición. Llamo uso
conveniente de estos actos cuando se ejercen rápidamente,
una sola vez, sin continuarlos por la necesidad de proveer
seguridad y encaminados, en cuanto sea posible, a la mayor
utilidad de los gobernados[26]

Tipos de
gobernantes

Regla 5. Gobernantes nuevos, despreciables en
todo.

Heliogábalo, Máximo y Juliano,
despreciables en todo, perecieron poco después de haber
sido llevados a la soberanía de Césares.

Regla 6. Gobernantes nuevos, sumamente rapaces y
crueles

Gobernantes nuevos sumamente rapaces y crueles que para
contentar a los soldados no perdonan al pueblo injuria alguna,
mueren desgraciadamente. Como ejemplo los césares
Caracalla, Maximino y Cómodo.

Caracalla, hijo de Septimio Severo se hacía
llamar Alejandro y Antonio el grande. Fue excelente en el arte de
la guerra. Aunque poseía bellísimas dotes que
atraían la admiración de los pueblos y de los
soldados, se hizo querer solo de los soldados por ser un guerrero
que sobrellevaba hasta el último límite todo
género de fatigas, porque despreciaba los alimentos
delicados y desechaba las satisfacciones de la
comodidad.

Pero se hizo extremadamente odioso ante los pueblos por
sus continuas matanzas que en muchas ocasiones sobrepasaron en
ferocidad y crueldad a cuanto se había visto hasta
entonces. El temor que le sentían alcanzó a los
mismos que le rodeaban y uno de sus centuriones lo mató en
presencia de su propio ejército. Fue tan temerario, hasta
llegar a confiar la custodia de su persona a un centurión,
a cuyo hermano había mandado a matar ignominiosamente y
quien continuamente amenazaba con
vengarse[27]

Para el que vale poco la vida no le asusta dar muerte a
otro. Pero un gobernante no debe temer a esta clase de agresiones
porque son rarísimas, como parten de un propósito
deliberado y tenaz pueden evitarse. Un gobernante debe cuidar de
no ofender gravemente a ninguno de sus empleados en especial a
los que mantiene a su lado y a su servicio.

Cómodo, fácil le hubiera sido conservar el
trono, puesto que lo había adquirido por herencia de su
padre Marco Aurelio, si hubiera seguido su huella para contentar
al pueblo y a los soldados. Sin embargo, fue un hombre brutal,
perverso, ejerció una rapacidad inaudita sobre el pueblo y
los soldados empezaron a despreciarlo cuando comenzó a
hacer cosas viles y poco dignas de la majestad imperial como ir a
luchar con gladiadores en el circo. Finalmente se conjuraron
contra él y lo asesinaron[28]

Maximino, por belicoso fue puesto como César, por
algunos ejércitos disgustados de la molicie de Alejandro
Severo. Lo hacían menospreciable y aborrecible dos cosas,
su origen plebeyo[29]pues había cuidado
rebaños en Tracia, y su reputación de hombre
sanguinario. Ordenó a sus prefectos que cometieran todo
género de crueldades en las
provincias[30]Disgustados lo nobles con la bajeza
de su abolengo, y pueblo y ejército indignados por su
ferocidad, fatigados todos de su crueldad y temiéndole
poco por la presencia de tantos enemigos, lo asesinaron
atrozmente.

Regla 7. Gobernantes nuevos, buenos y humanos.

Son moderados en su conducta, amantes de la justicia,
enemigos de la crueldad. Cuando se afianzan más en el
pueblo que en el ejército tienen un fin desdichado. Como
los césares Pertinax y Alejandro
severo[31]

Pertinax, fue nombrado césar contra la
voluntad de los soldados, quiso cambiarles la vida licenciosa a
que estaban acostumbrados por otra decente que se les
hacía insoportable. Esto engendró odio, que unido
al desprecio que le tenían por ser viejo, originó
el asesinato por sus tropas al comienzo de su
gobierno.

Alejandro Severo, era bondadoso, durante sus 14
años de gobierno no dejó ejecutar a nadie sin
juicio, pero debido a su fama de débil y que se dejaba
mandar por su madre fue asesinado a golpes por su
ejército[32]

Regla 8. Gobernantes nuevos, temibles, audaces y
respetados.

Un gobernante ejemplar como Septimio Severo: Hace
que se le tema, Evita que se le aborrezca, Se apoya en lo que
depende de él y no en lo que depende de los
demás[33]Posee mucho valor, Conserva en su
favor el afecto de sus soldados por sus dotes admirables, El
pueblo lo respeta y permanece contento a pesar de sentirse
oprimido, Sus acciones tienen mucha grandeza, Es temible como el
león y astuto como el zorro.

Septimio Severo estaba al mando del ejército en
Esclavoma cuando fue asesinado Pertinax por la guardia pretoriana
y Desiderio Juliano proclamado emperador. Conociendo la
cobardía de Desiderio Juliano, en secreto hizo marchar su
ejército hacia Roma. Antes de que nadie se hubiese
enterado siquiera de su partida entró en Roma para vengar
la muerte de Pertinax[34]dio muerte a Desiderio
Juliano y forzó al senado atemorizado a nombrarle
emperador[35]

Para constituirse en señor de todo el Imperio
tuvo que vencer dos dificultades: Niger en oriente que se
había hecho proclamar emperador y Albino en Bretaña
que aspiraba a hacer lo mismo. Juzgó peligroso declararse
a la vez enemigo de ambos y decidió engañar a
Albino y atacar a Niger. Hizo declarar al senado que
repartía su dignidad de César con Albino y le
envió el titulo de César. Albino creyó
sincera esta decisión y se le adhirió.

Vencido y muerto Niger, Septimio Severo regresó a
Roma, se quejó ante el senado que Albino había
ordenado asesinarle a traición y partió hacia
Francia para castigarlo, le dio muerte y recuperó su parte
del imperio[36]

Regla 9. Gobernantes nuevos, prudentes.

El gobernante prudente procede diversamente en las
acciones que lo conducen al fin que se propone, según lo
exijan los tiempos y las circunstancias: con
circunspección, con impetuosidad, con maña, con
violencia, con paciencia, con astucia. Esto explica
también por qué procediendo de modo diferente dos
gobernantes logran el mismo fin y procediendo del mismo modo, uno
consigue su fin y otro no. O lo contrario.

Un gobernante nuevo que siga las reglas expuestas,
adquiere la consistencia de uno antiguo y alcanza tal seguridad
en su Estado que puede gobernar en forma vitalicia.

Un gobernante nuevo, cauto en sus acciones, pero que
sean juzgadas grandes y magnánimas por sus
súbditos, gana mejor el afecto de un pueblo que otro
gobernante hereditario que se apoya en acciones de sus
antepasados[37]

El pueblo se decide por la causa de un gobernante nuevo
que además de sus buenas leyes, buenas armas, buenos
ejemplos y buenos amigos consolida su poder con buenas obras.
Obtendrá entonces una doble gloria, la de haber llegado
por primera vez a su gobernación y la de haber consolidado
el Estado[38]En cambio un gobernante hereditario,
poco prudente, que pierde su gobernación, recibirá
la doble afrenta, de a pesar de su origen dinástico perder
su gobernación.

Regla 10. Circunstancias favorables para un nuevo
gobernante.

Circunstancias para introducir una nueva manera de
gobernar que consiga la felicidad de un pueblo:

  • Un gobernante nuevo dotado de un gran valor y una
    prudencia poco común que vea en ello la ocasión
    para honrarse a sí mismo y adquirir mayor
    gloria.

  • Cuando parece haberse extinguido la antigua virtud
    militar. Esto se debe a que no son buenas las instituciones y
    de que no se ha presentado nadie capaz de inventar otras
    nuevas[39]Nada honra tanto a un hombre elevado
    al dominio político como las nuevas instituciones por
    él ideadas. Cuando estas se soportan en buenos
    fundamentos y llevan algo de grandeza en sí mismas,
    hacen digno de admiración y respeto al gobernante que
    las ideó[40]

  • Cuando no ha habido varón alguno de bastante
    prestancia por su valor o por su fortuna a quien los otros se
    le sometieran
    incondicionalmente[41]

  • Que la nación exánime encuentre un
    salvador, que cure sus heridas y ponga fin a los destrozos, a
    los saqueos y a las matanzas[42]

  • Que se halle en la nación cuanto es necesario
    para alcanzar este
    propósito[43]

  • Que el pueblo: Haya sido oprobiosamente avasallado y
    llevado a un miserable estado como para que pueda reconocer a
    un gobernante que pueda ser su libertador por su grandeza,
    magnanimidad, talento, valor, y la magnitud de los beneficios
    que puede lograr.

Sin gobernantes, sin estatutos haya sufrido todo
género de robos, desgarramientos, vejaciones, desolaciones
y ruina[44]Por abatido que esté se
encuentre en disposición de seguir una bandera si hay
quien la despliegue y enarbole[45]

  • Una guerra es legítima por el mero hecho de
    su necesidad, y es un acto de humanidad cuando la
    única esperanza que queda es en ella, y una
    alternativa conveniente cuando hay gran disposición
    del pueblo y compromiso de las instituciones del
    Estado.

  • Dios no lo hace todo para dejarnos ejercer nuestro
    libre albedrío y para que participemos en las obras
    que redunden en bien nuestro.

 

[1] Continúo en la lista.

[2] El valor es más necesario que la
fortuna y la origina.

[3] Son tontos que se dejan llevar y no saben
hacer nada por sí mismos. Para personas de tal
calaña todo es obstáculo.

[4] Esta es la mira que llevan los aliados.

[5] Por mucha suerte que se tenga, cuando se
han pasado 23 años de vida privada como en familia,
alejado de un pueblo cuya índole ha cambiado casi
totalmente y de súbito se ve transportado a ser su
gobernante, en alas de la fortuna y manos extranjeras, se
encuentra con un Estado nuevo donde los valores morales
convencionales se han interrumpido en tal amplitud que un nuevo
gobernante solo puede existir de nombre.

[6] Este oráculo es muy seguro.

[7] F…, tu serás mi Orco!

[8] Crearé una comisión
senatorial de la libertad individual, que de hecho hará
solo lo que yo quiera.

[9] En aquellos tiempos no solo se
podían llevar a cabo semejantes castigos, sino que
además las multitudes los estimaban meritorios.

[10] Haré que pueda aplicar siempre
estos recursos.

[11] He atraído a todos los
príncipes de Alemania, pensaré ahora en mi famoso
proyecto del Norte con resultados que hasta ahora ningún
conquistador conoció.

[12] Un buen gobernante debe saber no estar
enfermo nunca y hacerse invulnerable a toda contingencia de salud
física.

[13] Si hubiera sido elegido contra mi gusto lo
hubiera depuesto muy pronto.

[14] Esto es lo que necesito hacer.

[15] Lo que hice de análogo me lo
impusieron las circunstancias como una necesidad y por tanto como
un deber. Mis reveses dependieron de causas parecidas, contra las
cuales nada pudo mi ingenio. Espero ser un ejemplo no solo
más fehaciente, sino más perfecto y más
sublime.

[16] Maquiavelo comete aquí la falta de
hacer de moralista. No importa el camino que se siga con tal de
llegar al término deseado.

[17] En esta clase de hombres la constante es
su carácter atrevido y resuelto. Más importante que
la fortaleza corporal es la pasión.

[18] Comparable con mi 18 Brumario. Pero no
tuve necesidad de esos crímenes y alcancé la
autoridad de una manera más amplia.

[19] He conseguido mucho más que
Agátocles.

[20] Lo mismo me ha sucedido pero a mayor
escala.

[21] La gloria acompaña siempre al
acierto y al triunfo sin importar el modo como sobrevengan.

[22] Este astuto personaje me hizo concebir
excelente ideas desde mi infancia.

[23] ¡Vaubois, tu fuiste mi Viteli! Me
mostraré agradecido cuando llegue el momento oportuno.

[24] En la historia del travieso intrigante
Oliverot hay muchas cosas de las que sabré aprovechar en
ocasiones oportunas.

[25] Semejante fue el banquete que me hice
ofrecer por los diputados en la iglesia de San Sulpicio, a mi
vuelta de Italia, después de Fructidor, pero el fruto no
estaba maduro todavía.

[26] Perfeccioné bastante esta maniobra
el 18 Brumario y sobretodo al día siguiente, en Saint
Cloud.

[27] No fue temerario sino bruto, necio,
estúpido. A quien se ofende hay que apartarlo,
trasladarlo, destituirlo, destruirlo.

[28] Hicieron estricta justicia porque
Cómodo era completamente indigno de gobernar.

[29] Hay siempre medios para encubrir esto.

[30] Debió después desaprobarlos
y mandarlos a castigar.

[31] El que no sabe acoplar a las
circunstancias sus virtudes políticas es digno de
compasión.

[32] Quien continuamente es bueno no
podrá cambiar esta reputación. Es peor la fama de
dejarse mandar por ministros ineptos o descalificados.

[33] A menos que esto cueste mucho y sea un
estorbo.

[34] Imité con éxito esta
estrategia.

[35] Hay manifiesta semejanza con mi vuelta de
Egipto. Me hice nombrar director de ambos Consejos y de todas las
tropas en Paris y sus inmediaciones.

[36] Mi Niger fue Barrás y mi Albino
Sieyes. Pero no necesité darles muerte para desembarazarme
de ellos.

[37] En más de un caso hice esta
comprobación.

[38] Alcance ambas glorias.

[39] Con las mías, gloriosamente
experimentadas en Francia y que las tendrán
también, cualquier triunfo es infalible.

[40] Toda Europa ha rendido este doble homenaje
a las mías.

[41] Al siglo XVIII, tres siglos más
tarde, le estaba reservando producir a este hombre, soy yo.

[42] Heme aquí. Pero antes de salvarla
en mi provecho, es necesario introducir hierro y fuego en sus
heridas.

[43] La ejecución de este plan
magnífico me estaba reservada. Con los italianos
afeminados como lo están ahora no hubiera sido posible
hacerlo. Pero siendo yo italiano, pude hacerlo con los franceses
quienes bajo mis órdenes aprendieron a sustituir a los
italianos en los actos de valor marcial.

[44] El tiempo presente es aun más
propicio, porque el rechazo de la revolución francesa
produjo hondas conmociones políticas y una gran
fermentación de los espíritus.

[45] Al mando de los mismos bárbaros que
te han oprimido, oiré tus ruegos.

 

 

Autor:

Rafael Bolívar
Grimaldos

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