1.1 Definición de
autoestima.
La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra
valía personal y de nuestra capacidad. Es, por tanto, la
suma de la autoconfianza, el sentimiento de la propia competencia
y el respeto y consideración que ellos tenemos a nosotros
mismos.
La autoestima se basa en la ingente cantidad y variedad
de pensamientos, sentimientos, experiencias, vivencias y
sensaciones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra
existencia, pero especialmente durante las primeras etapas de la
vida: infancia y adolescencia. Ese conglomerado de sentimientos,
creencias, experiencias y evaluaciones se canalizan hacia un
concepto elevado y firme sobre nuestra propia valía o, por
el contrario, cristalizan en una línea de inutilidad,
desconfianza en sí mismo, indefensión y
percepción negativa.
¿Por qué es tan importante la
autoestima?
Porque afecta a todas las facetas de nuestra vida y a
todos nos es imprescindible, independientemente de nuestra edad,
sexo, condición, nivel culturas, profesión u
objetivos que nos hayamos marcado para el futuro. La autoestima
es para el hombre lo mismo que el motor para un automóvil.
La fuente donde «beben» las cualidades más
relevantes, positivas y determinantes de una personalidad fuerte,
sana, equilibrada y madura es la autoestima elevada. Es claro que
si no se satisface en el ser humano la necesidad de
autovaloración, tampoco se satisfarán otras
necesidades. Quien se siente a gusto consigo mismo suele sentirse
bien en la vida, desarrollar todo su potencial y creatividad y
afrontar responsablemente y con eficacia los retos que se le
planteen.
1.1.1 El yo Biopsicosocial
El ser biopsicososial es el yo integral, o sea la
reunión de todas sus partes (la que se es y se tiene) que
cargadas de energía salen o se manifiestan en las
actuaciones.
El yo Físico, que es el que más
claramente se ve, es el organismo; necesita atención y
cuidado para poder desarrollar sus capacidades y convertirlas en
habilidades.
El yo Psíquico, que es la parte interna,
se divide en tres: lo emotivo, la mente y el
espíritu.
La parte emotiva es la que lleva al hombre a conocerse;
es a través de estados de ánimo, sentimientos y
emociones, como se da cuenta que existe, y como decía un
maestro "no es lo mismo tener un sentimiento en las manos que
estar en las manos de un sentimiento"
La mente tiene todos los talentos; es necesario
desarrollarlos y, más aún, estar conciente de ellos
para poder manejarlos positivamente. Debe recordase esto a las
personas que dicen con frecuencia: "así soy yo"; "me enojo
cuando las cosa no salen como yo quiero". Esas personas
están funcionando sólo la parte emotiva; no usan
sus talentos de la mente y menos utilizan las capacidades del
espíritu; viven reaccionando a las grabaciones que tienen
automáticamente, sin ver que cada situación que se
presenta en la vida tiene diversa soluciones y no ven más
opciones; esta lleva a sentirse mal, frustradas; podría
decirse que escogen el camino erróneo.
El espíritu es el elemento que busca el
significado de la vida, es el "YO profundo", el núcleo de
identidad, la parte más interna y dinámica. Se
manifiesta a través de lo que se quiere lograr y como
quiere lograrse
El yo social: puede expresarse a través de los
papeles que vive el individuo como hermano, amigo, padre, madre,
vecino, alumno, maestro, etc. Al relacionarse el hombre
trasciende a través del yo social, pero no de la que
él cree, sino de lo que en realidad es.
1.2 Aspectos que determina la
autoestima.
Actitudes o Posturas habituales que indican Autoestima
Baja.
Autocrítica dura y excesiva que la
mantiene en un estado de insatisfacción consigo
misma.Hipersensibilidad a la crítica, por la
que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; hecha la
culpa de los fracasos a los demás o a la
situación; cultiva resentimientos tercos contra sus
críticos.Indecisión crónica, no por
falta de información, sino por miedo exagerado a
equivocarse.Deseo innecesario por complacer, por el que
no se atreve a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la
buena opinión del peticionario.Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora
de hacer "perfectamente" todo lo que intenta, que conduce a
un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la
perfección exigida.Culpabilidad neurótica, por la que se
acusa y se condena por conductas que no siempre son
objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y
delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a
perdonarse por completo.Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de
piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de
poca importancia, propia del supercrítico a
quién todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le
decepciona, nada le satisface.
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