Ética ecológica para un mundo amenazado

Ante la creciente amenaza que el mismo ser humano ha desencadenado sobre todos los espacios vitales en los que vive y promueve su desarrollo, se hace necesario, casi urgente, un planteamiento ético – moral que permita el redescubrimiento de las dimensiones fundamentales del hombre: cuerpo, mente y espíritu que, en su afán de conquistar otros mundos, otras vidas, otras experiencias históricas, ha olvidado o dejado en el baúl de los recuerdos. Y, por ahora, es la ÉTICA, la encargada de recuperar la vitalidad misma del hombre y de su entorno, devolviéndole el paraíso perdido y abriéndole caminos de esperanza y armonía hacia el nuevo mundo, el mundo de las posibilidades en el que tenga espacio la paz, la justicia, la verdad y la fraternidad universal.

Definición de conceptos

Definición de ética. Tomado el concepto desde el campo de la filosofía, se afirma que la palabra ética proviene del griego ethos = carácter, costumbre, que ampliado, hecho discurso, se transforma en filosofía moral. El ethos era para los griegos el modo de ser o el modo de existencia individual; por consiguiente, era la búsqueda de una buena manera de ser. De esta forma, la ética viene a ser la reflexión racional y la búsqueda de fundamentos de las normas o costumbres que rigen la conducta de la persona1. Ahora bien, la ética se ha ramificado de acuerdo a las relaciones existentes entre el hombre y su medio ambiente, el hombre y el otro o los otros, el hombre y las ciencias, el hombre y la vida en general. Claro está que de acuerdo a las diferentes concepciones sobre ética se han hecho algunos esquemas ordenadores de esta ciencia. A continuación se ofrece algunos esquemas clasificatorios del ethos, a saber: Para Edwin de J. Horta Vásquez y Víctor Rodríguez Gallón, miembros docentes de la Universidad Católica de Colombia2, la ética se clasifica en dos grandes grupos:

• a. Éticas formales: donde se ubican distintas corrientes filosóficas de la moral como son: el estoicismo, la ética Kantiana o del deber, el existencialismo de Sartre, y la ética analítica.

• b. Éticas materiales: el hedonismo, el utilitarismo, el sociologismo, el marxismo y la ética de los valores.

Estas dos grandes divisiones de la ética general serán motivo de estudios independiente de este capítulo tercero. Se pueden tomar como puntos de referencia para medir o estudiar los diferentes modos de pensar, sentir y actuar del hombre en sus múltiples relaciones vitales y existenciales.

Desde otra perspectiva la ética se clasifica en3:

Las tradiciones éticas; éticas normativas; éticas aplicadas y éticas no normativas. De cada una de estas divisiones es preciso caracterizar a cada una de ellas de la siguiente forma.