La formación del proyecto de vida grupal a través del trabajo grupal en educación

Resumen

Presentamos una estrategia docente sustentada en una
concepción del proceso de enseñanza aprendizaje
dirigida a la formación del proyecto de vida grupal en los
estudiantes del nivel secundario, damos a conocer la siguiente
propuesta a partir de la experiencia docente desarrollado en la
Institución Educativa Privada "Sigma" de la ciudad de
Juliaca en estudiantes del nivel secundario, se trabajo para
lograr mejor calidad de aprendizaje pero al mismo tiempo
desarrollar aquellas actitudes que les permitan la
realización de actividades conjuntas: la ayuda mutua, el
esfuerzo por lograr objetivos socialmente valiosos, la
armonía de las relaciones interpersonales, saber
discrepar, criticar, defender sus opiniones, ofrecer sus
iniciativas.

Nuestra propuesta se fundamenta en el conjunto de
actividades que desarrolla el escolar al establecer variadas
relaciones interpersonales y comunicativas en donde despliegan
sus potencialidades intelectuales, emocionales y tienen
posibilidades para su expresión.

La formación del proyecto de vida grupal a
través del trabajo grupal se concibe dentro del contexto
de la institución educativa e incluye el proceso de
enseñanza – aprendizaje, le damos énfasis al
proceso de educación de la personalidad porque ello ha de
contemplar el desarrollo de todas las potencialidades
individuales, incluyendo las de su actuación prosocial, y
las potencialidades que poseen los grupos donde estos individuos
se insertan, en tanto el hombre se desenvuelve en contextos
sociales organizados.

PALABRAS CLAVES: Trabajo grupal, personalidad, proyecto
de vida, autoconocimiento, autodesarrollo, autoexpresión,
vínculos sociales, toma de decisión, independencia
y actividad

Introducción

La presente propuesta de estrategia educativa comprende
la formación de un proyecto de vida de cada grupo de un
salón de clases se pretende que los grupos deben ser
orientados para que sus miembros intervengan en su
formación, por lo que debe estimularse no sólo el
desarrollo de capacidades individuales de tipo intelectual, sino
también aquellas actitudes que les permitan la
realización de actividades conjuntas: la ayuda mutua, el
esfuerzo por lograr objetivos socialmente valiosos, la
armonía de las relaciones interpersonales, saber
discrepar, criticar, defender sus opiniones, ofrecer sus
iniciativas.

Para alcanzar resultados positivos en la
dirección de los grupos escolares de manera que propicie
diversos aprendizajes desarrolladores, los aspectos objetivos y
los subjetivos que condicionan el desarrollo de estos deben
contemplarse en la planificación de estrategias educativas
diseñadas con ese fin. Esto supone concebir los grupos no
sólo como objeto de educación, sino además
como sujeto. En este sentido se propone el análisis del
papel de las expectativas individuales y su tratamiento en el
grupo como uno de los elementos importantes para la
elaboración y puesta en práctica de proyectos de
vida grupal como alternativa de una estrategia
educativa.

Partiendo de los aportes de la Psicología Social,
la Pedagogía retoma el papel que tiene la actividad grupal
en la formación de la personalidad y especialmente en el
despertar de sus potencialidades para la realización de la
misma. Simultáneamente reconocemos el valor del aporte que
hace la personalidad, desde sus posibilidades reales, a la
realización de la actividad conjunta y a la
conformación del grupo como realidad
psicosocial.

Tal posición llama la atención, en el
contexto pedagógico, de cómo debe ser organizada la
actividad socialmente importante para que mediante ella se puedan
traducir los valores, normas, sentimientos, actitudes sociales en
algo personalmente significativos, y a la vez, determinar
cuáles son las potencialidades que pueden utilizarse para
que surjan metas y propósitos comunes.

La subjetividad de las personas que forman parte de un
grupo es otro importante factor que repercute en el cumplimiento
exitoso de las tareas y en la atmósfera emocional y moral
que sobre su base se genera. En este marco, resulta de
interés abordar la incidencia de las expectativas
individuales respecto al grupo.

Las expectativas como componente psicológico
ocupan un lugar singular en la formación del hombre, en su
dimensión individual y social. Repercuten en la
cohesión y en toda la dinámica grupal. Ellas
reflejan representaciones y actitudes personales que pueden
favorecer o entorpecer el desempeño social del sujeto en
el conjunto de actividades a realizar colectivamente.

Se precisa en el diagnóstico del grupo incluir la
identificación de las expectativas individuales respecto a
este, de modo que ayude a evaluar el nivel de desarrollo de este
y de sus miembros y que sirva de punto de partida a la
elaboración de estrategias tendentes al mejoramiento de
ambos.

El estudio de las expectativas individuales, su
análisis, discusión colectiva y tratamiento dentro
de las estrategias educativas de carácter grupal abre un
camino para abordar el problema, aún no resuelto en la
práctica escolar, de cómo lograr que surjan
objetivos socialmente positivos de significación para
todos los miembros. Habría que favorecer la
transformación de aquellas expectativas que poseen valor
para el resto de los integrantes en objetivos aceptados por
todos.