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Formas de exclusion y conceptos relacionados (página 2)




Enviado por Donkan Fenix Davila



Partes: 1, 2, 3

3.1. En lo económico: La crisis económica
en algunas personas desocupadas produce inestabilidad en el plano
laboral. Los empleadores, al existir una gran demanda, se toman
ciertas licencias: aquellos que superan los 40 años son
viejos, las mujeres reciben menores sueldos, los jóvenes
si no tienen experiencia no son tomados, y para bajar los costos,
emplean a obreros en negro casi esclavizados.

El ajuste económico y la
internacionalización de la economía,
continúa produciendo profundas reestructuraciones
tecnológicas, políticas y socio-culturales que
agudizan las diferencias entre las subregiones y marginan a
amplios sectores de la población.

El desarrollo desigual, en el largo plazo, abre nuevas
brechas de pobreza en el interior de cada organización
social. En el marco de un modelo económico que produce
situaciones recesivas recurrentes y restricciones del mercado de
empleo, se recrudecen las descalificaciones prejuiciosas y
aumenta la xenofobia frente a los grupos históricamente
discriminados (sean indígenas, afrolatinos o migrantes
internacionales pobres). Se exacerba la competencia frente a la
reducción de las oportunidades de empleo y las desiguales
presiones sobre el mercado de trabajo se estratifican, con base
en discriminaciones de índole diversa (a veces, las
conductas entocéntricas logran primar y poner en un
segundo plano las calificaciones profesionales).

Existe discriminación económica cuando
existe diferencia entre aquellas personas que poseen más
dinero que otras, ya que algunas veces, en lo económico no
toman en cuenta a una persona cuando su estabilidad
económica es deficiente.

A veces el Ingreso insuficiente, existe inseguridad en
el empleo, hay desempleo para esa persona, víctima de
discriminación económica y algunas veces no tiene
acceso a los recursos.

3.2. En lo político: Los gobiernos no sólo
fomentan la discriminación o no protegen a sus ciudadanos,
sino que institucionalizan la discriminación al
consagrarla por ley. Cuando la ley trata a las personas de modo
diferente en virtud de su género, raza, orientación
sexual o clase social, una persona puede acabar encarcelada
sólo por ser quien es. Muchas veces, la
discriminación forma parte de la aplicación o de la
imposición de la ley.

3.3. En lo social: cuando se habla de
discriminación en un entorno social determinado, existen
pocos denominadores comunes que ayuden a la interacción de
las personas. Entonces deducimos que la persona que discrimina se
cierra considerablemente a la posibilidad de interactuar con la
persona discriminada. Al no existir el "denominador común"
es más difícil que se creen vínculos
sociales que permitan una mayor socialización.

Cuando existe discriminación social existe
presencia de ruptura de los lazos sociales y familiares, fuente
de capital social y de mecanismos de solidaridad orgánica
y comunitaria. Falta de participación en las actividades
sociales y políticas.

3.4. En lo cultural: La falta de aceptación hacia
personas con diferente creencias y estilo de vida, le decimos que
existe discriminación cultural, la difusión de una
ideología-sostén de conceptos
macroeconómicos globalizantes propicia un proceso de
"homogeneización" que intenta socavar la identidad
pluricultural de un continente que alberga (junto a numerosas
otras colectividades) a más de cuatrocientos pueblos
indígenas. Pueblos que admiten diferencias étnicas
entre sí, que expresan una rica diversidad de
manifestaciones culturales y sobreviven en condiciones de
marginalidad económica y social.

Es importante destacar que la cultura promueve el
diálogo constante sobre temas diversos a nivel nacional
como internacional a partir de una visión amplia del arte
y la cultura como producción de sentido en la trama
social. Este espacio forma parte de un conjunto de iniciativas,
conferencias, foros, diálogos, debates y controversias
orientadas a estimular la reflexión sobre los procesos y
prácticas culturales desde una perspectiva contextualizada
en la complejidad histórica y en la diversidad cultural de
América Latina. Es por ello, que al no existir estas
diversidades entre pueblos, existe la discriminación
cultural, porque no se respeta las creencias, valores y
tradiciones de un pueblo, de unas personas.

3.5. En lo religioso: La falta de comprensión por
las costumbres de nuestros semejantes es la razón del
rechazo a aquellos que practican otra religión o credo.
Para muchos es difícil comprender que alguien tenga una
creencia distinta. Así, los judíos, los
hindúes, los budistas o los gitanos son
rechazados.

3.6. En lo étnicos: es una forma de
discriminación de las personas recurriendo a motivos
raciales, tono de piel u otras características
físicas de las personas, de tal modo que unas se
consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin
intencional o como resultado, la disminución o
anulación de los derechos humanos de las personas
discriminadas. La discriminación racial es ejercida por
todas aquellas personas e instituciones que se colocan desde la
perspectiva del grupo racial dominante blanco y que defienden sus
intereses y la forma en que se organizan las relaciones humanas
entre las personas para perpetuar la supremacía blanca.
Una supremacía que se fundamenta en el poder del hombre
blanco, por lo cual la discriminación racial parte del
menosprecio de lo no blanco junto con el de lo no
masculino.

Muchas veces quienes discriminan lo hacen por el color
de la piel. Las personas de color, los aborígenes o
nativos, los extranjeros de diferente etnia son el blanco de los
ataques. Los negros son una de las razas más castigadas,
desde los períodos coloniales, fueron víctimas de
la esclavitud. Los nativos americanos tras la conquista de los
viajeros europeos fueron tratados como animales y hubo
civilizaciones que fueron totalmente exterminadas por la falta de
comprensión de los "civilizados". En la actualidad, las
minorías raciales son rechazadas y experimentan, en
ocasiones, agresiones físicas.

Conceptos
relacionados con la exclusión

4.7. Pobreza: es una situación o forma de vida
que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia
de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y
psíquicas básicas humanas que inciden en un
desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales como
la alimentación, la vivienda, la educación, la
asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También
se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a
tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un
nivel bajo de los mismos. También puede ser el resultado
de procesos de segregación social o marginación. En
muchos países del tercer mundo, se dice que uno
está en situación de pobreza cuando su salario (si
es que tiene un salario), no alcanza para cubrir las necesidades
que incluye la canasta básica de alimento.

4.8. Vulnerabilidad: Es una condición social de
riesgo, de dificultad, que inhabilita e invalida, de manera
inmediata o en el futuro, a los grupos afectados, en la
satisfacción de su bienestar -en tanto subsistencia y
calidad de vida- en contextos sociohistóricos y
culturalmente determinados.La vulnerabilidad es la incapacidad de
resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante, o
la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido
un desastre. Por ejemplo, las personas que viven en la planicie
son más vulnerables ante las inundaciones que los que
viven en lugares más altos.

En realidad, la vulnerabilidad depende de diferentes
factores, tales como la edad y la salud de la persona, las
condiciones higiénicas y ambientales así como la
calidad y condiciones de las construcciones y su ubicación
en relación con las amenazas.

4.9. Discriminación. es el acto de separar o
formar grupos de personas a partir de un criterio o criterios
determinados. En su sentido más amplio, la
discriminación es una manera de ordenar y clasificar.
Puede referirse a cualquier ámbito, y puede utilizar
cualquier criterio.

Si hablamos de seres humanos, por ejemplo, podemos
discriminarlos entre otros criterios, por edad, color de piel,
nivel de estudios, conocimientos, riqueza, color de ojos, etc.
Pero también podemos discriminar fuentes de
energía, obras de literatura, animales, etc.

No obstante, en su acepción más coloquial,
el término discriminación se refiere al acto de
hacer una distinción o segregación que atenta
contra la igualdad de oportunidades. Normalmente se utiliza para
referirse a la violación de la igualdad de derechos para
los individuos por cuestión social, racial, religiosa,
orientación sexual o por razón de
género.

4.10. Dominación significa la probabilidad de
encontrar obediencia a un mandato determinado entre personas.
Debe entenderse por dominación, la probabilidad de
encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos
específicos. No es toda especie de probabilidad de ejercer
poder sobre otros hombres.

Esta dominación (autoridad) puede descansar en
los más diversos motivos de sumisión. Desde la
habituación inconsciente hasta lo que son consideraciones
puramente racionales con arreglo a fines. En toda relación
autentica de autoridad, es esencial que exista un mínimo
de voluntad de obediencia, o sea, de interés de
obedecer

No toda dominación se sirve del medio
económico, ni tiene fines económicos, pero si toda
dominación sobre una pluralidad de hombres, requiere de un
"cuadro administrativo", es decir, la probabilidad de que se
dará una actividad dirigida a la ejecución de
mandatos concretos, por parte de un grupo cuya obediencia se
espera.

Este cuadro administrativo puede estar ligado la
obediencia de su señor, por la costumbre, de un modo
afectivo, por intereses materiales, o por motivos ideales. La
naturaleza de esos motivos, determina el "tipo de
dominación"

4.11. Agresión Social: La agresión se
define como el comportamiento que intenta hacer daño u
ofender a alguien, ya sea mediante insultos o comentarios
hirientes o bien físicamente, a través de golpes,
violaciones, lesiones, etc.

La palabra clave para definir la agresión es, por
tanto, la intención de dañar y es además la
que la diferencia de otros tipos de violencia, en la que el
motivo puede ser, por ejemplo, la autoafirmación u obtener
supremacía y que se define como la coerción
física o psíquica ejercida sobre una persona para
obligarla a hacer un determinado acto en contra de su
voluntad.

Valores que
promueven una
sociedad de igualdad

5.12. Tolerancia. La aceptación de la diversidad
de opinión, social, étnica, cultural y religiosa.
Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás,
valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la
vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de
la persona. La tolerancia si es entendida como respeto y
consideración hacia la diferencia, como una
disposición a admitir en los demás una manera de
ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de
aceptación del legítimo pluralismo, es a todas
luces una virtud de enorme importancia.

5.13. Solidaridad. Es uno de los principios
básicos de la concepción cristiana de la
organización social y política, y constituye el fin
y el motivo primario del valor de la organización social.
Su importancia es radical para el buen desarrollo de una doctrina
social sana, y es de singular interés para el estudio del
hombre en sociedad y de la sociedad misma. es una de los valores
humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro
significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir
adelante.

En estos términos, la solidaridad se define como
la colaboración mutua en la personas, como aquel
sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento,
sobre todo cuando se vivencia experiencias difíciles de
las que no resulta fácil salir.

5.14. Igualdad. Es la ausencia de total
discriminación entre los seres humanos, en lo que respecta
a sus derechos". Es el principio que reconoce a todos los
ciudadanos capacidad para los mismos derechos, se refiere a que
tienen las mismas opciones, esto es "Igualdad Social".

Por lo tanto podemos deducir que el vocablo empleado
"Igualdad Social" se refiere a la asociación de seres
vivos que funcionan mediante relaciones organizadas de
dependencia mutua, que se llevará a cabo a través
de un complejo sistema de relaciones entre individuos y grupos
basado en valores simbólicos compartidos y en creencias y
normas comunes. Igualdad en un sistema político hace
referencia al principio jurídico por el cual se reconoce a
todos los ciudadanos, sin distinción de clase, raza o
religión, capacidad para los mismos derechos.

5.15. Justicia. Define la búsqueda de equilibrio
entre partes desiguales, por medio de la creación de
protecciones o desigualdades de signo contrario, a favor de los
más débiles. Es la concepción que cada
época y civilización tienen acerca del bien
común.

Es un valor determinado por la sociedad. Nació de
la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes.
Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco
adecuado para las relaciones entre personas e instituciones,
autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones
específicas en la interacción de individuos e
instituciones.

La justicia es un status que desea alcanzar y
está vinculado estrictamente al valor supra individual del
bien común. Incluye la justicia legal, la social, la
internacional y la distributiva. La justicia legal corresponde al
estado a través de las leyes que tienden al logro del bien
común.

La justicia social requiere de una adecuada y
proporcionalidad distribución de la riqueza.

La justicia distributiva nos remite al derecho de la
justicia individual y al bien común. La justicia
internacional genera un orden en el que los estados puedan
convivir en paz, a través de la cooperación y
tratando de evitar conflictos que comprometan la
estabilidad.

5.16. Integración. La integración es la
consecuencia de la participación de todas esas personas en
todos los ámbitos de la sociedad. Para ello, muchos han de
recibir apoyo por parte de los demás. Todos debemos
potenciar el uso y disfrute de los recursos y fomentar su
participación en la vida cultural, social y
política. La integración en un proceso
dinámico que debe incluir la participación de todos
los miembros de la sociedad y debe estar basado en la igualdad,
no en

la caridad. La integración es un fenómeno
complejo, sin definición unívoca, que se produce
como consecuencia de la adaptación de

las respuestas del individuo a los requerimientos del
medio y de la

interacción entre ambos. Es un proceso
dinámico y a la vez, el producto o resultado de este
proceso. Algunos autores prefieren denominar a este proceso como
asimilación, para referirse a la adaptación de los
individuos a una determinada jerarquía de normas
sociales.

Ya en el ámbito social, la persona valiosa
buscará ir más allá de "mi libertad", "mi
comodidad o bienestar" y se traducirán estos valores en
solidaridad, honestidad, libertad de otros, paz, etc.

La libertad: La libertad parece ser el bien más
preciado que posee el hombre. Libertad de conciencia, para
alcanzar una vida coherente y equilibrada desde el interior,
libertad de expresión, para poder difundir nuestras ideas
y promover el debatey la discusión abierta, libertad de
reunión como garantía para asociarme con aquellos
que comparten ideales y trabajar por los mismos, libertad para
elegir responsable y pacíficamente a nuestros
gobernantes.

La solidaridad: Surge cuando mi libertad, mi desarrollo
y mi bienestar ya no son compatibles con las necesidades y
desgracias de los demás. Ya no nos limitamos a compartir
en el seno familiar, sino con los demás.

En ciencias sociales, se
denomina

La discriminación marginal es un fenómeno
vinculado con la estructura social, y está asociado con
rezagos que se originan en patrones históricos y el
desarrollo de un territorio determinado. Sus efectos implican
unas repercusiones de tipo cultural, social, educacional,
laboral, y económicas, entre otros. La pobreza puede ser
un estado de la marginación y viceversa, aunque el hecho
de que exista una, no necesariamente implica que exista la
otra.

La Unión Europea define la exclusión como
"la imposibilidad de gozar de los derechos sociales sin ayuda, en
la imagen desvalorizada de sí mismo y de la capacidad
personal de hacer frente a las obligaciones propias, en el riesgo
de verse relegado de forma duradera al estatus de persona
asistida y en la estigmatización que todo ello conlleva
para las personas y, en las ciudades, para los barrios en que
residen".[2] Esta noción se entiende como concepto
dinámico mucho más amplio que el de mera pobreza.
El individuo no será integrado por las ventajas del empleo
ni aunque mejore el empleo de manera generalizada. El concepto de
exclusión social se refiere a la acción y al efecto
de impedir la participación de ciertas categorías
de personas en aspectos considerados como valiosos de la vida
colectiva.

El hecho de padecer una privación
económica de forma duradera supone la no
participación en la sociedad. Se considera la
exclusión como una falta de participación tanto en
lo económico como en lo político, lo cultural y lo
social. La exclusión social es algo más que mera
pobreza, se trata por tanto de una acumulación de
problemas. Desde esta perspectiva se parte de un proceso
dinámico y multidimensional, propio de las sociedades
postindustriales.

En América Latina, los indígenas son
quienes tienen mayores niveles de marginación y
mendinguismo tanto en zonas rurales como en zonas urbanas.Las
restricciones en el acceso a los servicios e ingresos necesarios
para tener un nivel de vida mínimo que resultan de la
exclusión social hacen que exista una alta
correlación entre pobreza y exclusión social.
Aunque no siempre son la mayoría de los pobres, los grupos
tradicionalmente excluidos son los más pobres dentro de
los pobres. Esta tendencia deja claro que la reducción de
la pobreza sólo podrá darse si se enfrentan los
complejos factores y determinantes de la exclusión
social

Factores que
producen marginación o exclusión
social

La marginación en los campos de
estudio

Las ciencias sociales son la principal disciplina que se
encarga del estudio de la marginación. Tanto la pobreza
como la marginación son fenómenos
multidimensionales cuyo análisis y medición es una
tarea compleja, debido a los diferentes marcos analíticos
y criterios utilizados para su estudio. No existe una sola forma
ni acuerdo en cuanto a la metodología y el tipo de
indicadores que deban utilizarse para medir su
dimensión.

Algunos estudios se enfocan más en los aspectos
económicos de la marginación, mientras que otros
dan más importancia a los aspectos sociales; por lo tanto,
tampoco existe una manera única de combinar la
información o generar indicadores para obtener una
medición del grado de marginación.

Cabe mencionar que la exclusión social es un
proceso, no una condición; por lo tanto sus fronteras
cambian constantemente, y quién es excluido o incluido en
el grupo de aislamiento social puede variar con el transcurso del
tiempo; dependiendo del grado de educación, las
características demográficas, los prejuicios
sociales, las prácticas empresariales y las
políticas públicas. Finalmente, es necesario
recalcar que no existe un concepto único de
marginación que sea universalmente aceptado.

Pobreza, vulnerabilidad y
exclusión

El concepto de pobreza, que ha sustentado la mayor parte
de los trabajos sobre el tema, realizados en las dos
últimas décadas, es entendida como carencia y
refiere a un estado de deterioro, a una situación de
menoscabo que indica tanto una ausencia de elementos esenciales
para la subsistencia y el desarrollo personal como una
insuficiencia de las herramientas necesarias para abandonar
aquella posición.

Estas carencias refieren a dificultades más
estructurales o más coyunturales, según sea la
índole de los indicadores que se utilizan y por ende, el
método por el cual se mide y clasifica el fenómeno.
De este modo se es pobre cuando no se logra satisfacer algunos de
los requerimientos que han sido definidos como "necesidades
básicas", pero también se es pobre cuando, aun
cubriéndolas, los ingresos se ubican por debajo de una
imaginaria línea de pobreza. Como resultante se habla de
pobreza estructural, pauperizados, pobres por ingreso; estas
distinciones marcan algunas características de quienes se
encuentran en esta condición y en todo caso muestran que
los primeros, independientemente del ingreso en el momento de la
medición, han tenido históricamente dificultades
para alcanzar niveles mínimos de acumulación
familiar.

En los diferentes conceptos de pobreza aparece la idea
de dificultad y de ausencia. Pero los miembros que integran este
universo de "pobrezas" reconocen diferentes orígenes, son
efectivamente el resultado de una variedad de situaciones
previas, no se participa de la misma historia y por tanto
serán diversas las modalidades de enfrentarse a la
condición que los une, que resulta no ser otra que la
imposibilidad de lograr condiciones de vida aptas para el
ejercicio pleno de los derechos que le competen como ser humano.
La situación de carencia y deterioro no sólo
compromete el presente, con el debilitamiento de la trama social
sino que involucran a las generaciones futuras, en la perspectiva
de la transferencia intergeneracional de la pobreza. Es casi un
"círculo perverso" donde se reproduce las condiciones de
marginalidad.

Cuando se apela al concepto de carencia para describir
una situación de pobreza también se está
haciendo referencia al deterioro de los vínculos
relacionales que se traduce en un alejamiento de la vida
pública donde la presencia política o su influencia
social se mantienen en el plano de lo formal antes que en el
real.

En esta línea que entiende pobreza como carencia
es a la que se vinculan las nociones de vulnerabilidad y de
exclusión y la posibilidad de pensar si pueden ser
herramientas analíticas que permitan una
aproximación más dinámica tanto a la
diversidad de situaciones a las que se enfrentan los que de una u
otra manera son partícipes de algún tipo de
privación como para indagar en el proceso por el cual
amplios sectores de la sociedad perdieron la participación
en una o varias formas de relación social.

El uso de estas categorías plantea en primer
lugar un interrogante: ¿cuál es la relación
que tienen los desarrollos vinculados a las mismas, en cierto
modo "importadas" de la discusión europea, con la
línea de trabajo y reflexión que se dio en
América Latina, desde los años sesenta, sobre
marginalidad primero e informalidad después. En otros
términos si se trata de un nombre distinto para tratar la
misma problemática o si agrega algo a los diversos
enfoques de la marginalidad latinoamericana. Una respuesta
inicial y provisoria considera que el proceso de
exclusión/inclusión y vulnerabilidad implica
incorporar la dimensión de la pertenencia y da un marco
que otorga un "lugar central a la problemática de los
derechos civiles, políticos y sociales lo que permite
plantear una nueva concepción de las políticas
públicas para moverse a la consideración de las
necesidades como derechos".

En los países europeos el uso de la
categoría de exclusión se difunde ampliamente en
los '90 y el "éxito" se debe en gran parte a la toma de
conciencia colectiva de la amenaza que pesa sobre franjas cada
vez más numerosas y mal protegidas de la población,
así como a que lo consensuan diversos sectores del
espectro político. Surge para designar una de las
características salientes de los nuevos pobres, a partir
de los análisis y trabajos que han investigado el aumento
de los fenómenos socioeconómicos que hacen a una
sociedad cada vez más dual. Así el debate
sitúa los términos del problema no en el
crecimiento económico, ni en la producción de
riquezas, sino en la manera de repartirla y de tener acceso a
ella. "El dualismo social se plantea a partir de la creciente
división social entre los que participan de los beneficios
de la modernidad, gozando de ingresos suficientes y estables, y
aquellos que excluídos de los beneficios de la modernidad,
viven con ingresos insuficientes y trabajan en situación
precaria", pero además con fronteras entre
incluídos y excluídos difíciles de
delimitar.

Atkinson (1998) marca tres componentes que aparecen
regularmente en los debates para definir la exclusión:
sobre su carácter relativo, acerca de los mecanismos y el
elemento dinámico que la caracteriza. En primer lugar
implica tiempo y espacio, una sociedad en un territorio y un
período determinado; toda definición de
exclusión debe considerar el funcionamiento de toda la
sociedad no sólo la trayectoria individual ya que las
causas por las que algunos grupos tienen esta condición
generalmente se encuentra en otro sector de la sociedad. En
segundo término implica una acción donde
están involucrados otros actores. El tercer componente, el
carácter dinámico de la exclusión, concierne
a las perspectivas futuras, a la transmisión por
generaciones de las condiciones de riesgo.

Exclusión entonces debe ser entendida como un
concepto relativo y en un doble sentido: "constituye la
contrapartida de la inclusión, es decir se está
excluído de algo cuya posesión implica un sentido
de inclusión. Este algo puede significar una enorme
diversidad de situaciones o posesiones materiales y no
materiales, como trabajo, familia, educación, vivienda,
pertenencia comunitaria, etc. No es un concepto dicotómico
que divide a los individuos o grupos en dos; existe una serie de
situaciones intermedias entre ambos estados". Es también
relativo porque varía espacial e históricamente, en
los contextos situados; por otra parte tiene mayor potencialidad
analítica para referirlo a aquellas situaciones que
implican "fuerte acumulación de desventajas".

R. Castel(1991, 1995, 1996) considera las situaciones de
carencia en función de relacionar dos ejes: Un eje de
integración-no integración con relación al
trabajo, es decir la relación con los medios por los
cuales un individuo logra o no reproducir su existencia en el
plano económico; otro vinculado a la inserción, o
no, en una sociabilidad socio familiar, es decir la
inscripción o la ruptura con respecto al sistema
relacional en el seno del cual reproduce su existencia en el
plano afectivo y social. Esta intersección
generaría tres zonas: de integrados-estables, de
vulnerabilidad y de exclusión donde se encuentran los
más desfavorecidos. Sitúa el centro de la
"metamorfosis" en la precarización de las condiciones de
trabajo que rompe con la solidaridad y las protecciones
construídas en torno a las relaciones laborales y plantea
la aparición de "una nueva matriz de desigualdades: la
desigualdad ante la precariedad". La contracara en sentido
positivo implica la posibilidad de "inclusión", tomando en
cuenta las dimensiones social y económica que surgen de la
intersección de los ejes antes mencionados y por los que
se generan las diferentes situaciones: integración o no al
trabajo e inserción –o no- en una sociabilidad
relacional con mayor o menor densidad. Desafiliación y
vulnerabilidad son fenómenos que deben ser comprendidos
desde un horizonte más amplio en el que señala la
precariedad del lazo social en las sociedades
contemporáneas y la pérdida de poder integrador del
Estado a partir de la crisis de la sociedad salarial.

En este sentido el concepto de vulnerabilidad refiere a
aquella diversidad de "situaciones intermedias" y al proceso por
el cual se está en riesgo de engrosar el espacio de
exclusión. Vulnerabilidad no es exactamente lo mismo que
pobreza si bien la incluye. Esta última hace referencia a
una situación de carencia efectiva y actual, mientras que
la vulnerabilidad trasciende esta condición proyectando a
futuro la posibilidad de padecerla a partir de ciertas
debilidades que se constatan en el presente. Desde este punto de
vista es un concepto más dinámico y más
abarcativo. En su sentido amplio la categoría de
vulnerabilidad refleja dos condiciones: la de los "vulnerados"
que se asimila a la condición de pobreza es decir que ya
padecen una carencia efectiva que implica la imposibilidad actual
de sostenimiento y desarrollo y una debilidad a futuro a partir
de esta incapacidad; y la de los "vulnerables" para quienes el
deterioro de sus condiciones de vida no está ya
materializado sino que aparece como una situación de alta
probabilidad en un futuro cercano a partir de las condiciones de
fragilidad que los afecte.

Exclusión
social

En la literatura de las ciencias sociales, la
"exclusión social" surge con escaso impacto entre los
cientistas sociales a mediados del "60 y principios de los "70 en
Francia, en los libros de Massé (1965) y Lenoir (1974).
Para estos autores europeos, los "excluidos" eran un
pequeño porcentaje de la población que había
quedado fuera del progreso general que vivía la
sociedad.

A igual que el concepto de "marginalidad", la
noción de "exclusión social" está enraizada
vigorosamente en un momento histórico determinado. En este
caso en particular, se puede sostener que la existencia de una
población relegada, económica, social y
políticamente, es el resultado lógico del modelo
político que se aplica; es decir, que el estado neoliberal
es el que produce la "exclusión social".

Como se puede advertir, la noción de
"exclusión social", en sus inicios estuvo ligada a un
pequeño sector social que se encontraba ubicado fuera del
sistema social. Este concepto al ser trasladado a América
Latina, se amplía, extendiéndose a situaciones de
precariedad y deterioro en las condiciones de vida que afecta a
grandes mayorías (Ziccardi, 2000).

En este marco, los excluidos sociales no pertenecen al
mundo de los ciudadanos (Villareal, 1996), son sujetos
inarticulados, invisibles, sin futuro, sobrevivientes que ni
siquiera son reconocidos como indigentes o miserables que
podían gozar el socorro -ayuda extraordinaria- del Estado
(Redondo, 2004).

Los excluidos son aquellos sujetos que han perdido su
filiación con la población y no pueden integrarse
y, por tanto, se sitúan fuera de las pautas de
producción y consumo comúnmente admitidas por la
sociedad. Estas personas o sectores sociales como dice cruelmente
Nun (2003) sobran, no se los necesita y, el resto puede vivir sin
ellos y le gustaría hacerlo.

Lovuolo (1996) define la exclusión "en" la
sociedad (o genéricamente llamada "exclusión
social") como "aquellas condiciones que permiten, facilitan o
promueven que ciertos miembros de la sociedad sean apartados,
rechazados o simplemente se les niegue la posibilidad de acceder
a los beneficios institucionales". Para este autor, la
"exclusión social" es un fenómeno que no puede
comprenderse sin su opuesto, la noción de inclusión
social. Ambos fenómenos son producto de la misma
dinámica.

Los excluidos son aquellos que no han logrado incluirse,
es decir no pueden acceder ni usufructuar los beneficios de las
instituciones sociales ni adoptar su modo vida.

Lovuolo (1996) utiliza la expresión
"exclusión "en" la sociedad" en lugar de "exclusión
"de" la sociedad" para dejar claro que la exclusión no es
un proceso extrínseco a la sociedad, sino que es parte de
ella. De este modo evade el error de suponer que los excluidos
están fuera de la sociedad

De acuerdo con Petras (2003) los excluidos "son
principalmente, trabajadores rurales sin tierras,
indígenas y paisanos en minifundios o granjas de
subsistencia, trabajadores urbanos desempleados o sub-empleados,
trabajadoras domésticas, la masa de vendedores callejeros,
obreros de la construcción temporarios, operarios de
fábricas con contratos precarios, jóvenes que nunca
tuvieron un trabajo estable".

Como puede apreciarse, tanto Lovuolo como Petras
consideran que los excluidos, están integrados dentro del
sistema social, los mismos no viven en una realidad aparte, sino
que forman parte de un mundo social único donde los
excluidos son aquellos que ocupan una posición más
desfavorable y desigual. Incluso Petras (2003), es más
radical en cuanto a su posición, él llega a
sostener que el problema real de los excluidos no es la
incorporación, sino la "transformación" del sistema
de propiedad y de poder a fin de que los pobres tengan acceso al
control de los recursos de riqueza y servicios
sociales.

La "vulnerabilidad", es una instancia intermedia entre
la inclusión y la exclusión en donde se generan
situaciones de precariedad, fragilidad y debilidad que impiden a
un individuo o grupo particular lograr la satisfacción
plena o parcial de una necesidad o al acceso a un bien social.
Esto varía en el tiempo y el espacio en la medida en que
forma parte de procesos históricos y sociales
específicos. Una acumulación de "vulnerabilidades"
podría conducir finalmente a la "exclusión social".
Así el desempleoy el bajo nivel de educación
favorecen la creación del círculo vicioso de la
pobreza que termina en la exclusión.

Tal como prueba la literatura, la existencia de la
pobreza crónica caracterizada por la falta de empleo
productivo y la falta de oportunidades para participar
activamente en los intercambios generales dentro de la sociedad
son factores que conducen a la "exclusión
social".

La "exclusión social" alude a la imposibilidad o
la dificultad que tiene una persona o un grupo social para
acceder y participar activamente en la esfera económica,
cultural y política de la sociedad. Como resultado de
ello, los individuos o las comunidades no pueden pertenecer y
participar plenamente en la sociedad porque sus vínculos
sociales se debilitan o se rompen. Si bien es cierto que los
especialistas que trabajan en esta cuestión no llegan a
acordar en la elaboración de una definición
común de la "exclusión social", sí hay
consenso en considerarla como un fenómeno complejo y
multidimensional que está configurada por al menos tres
dimensiones (Farrel y Thirion, 2000; Estivill, 2003, Bessis,
1995; entre muchos otros). Ellas son: la dimensión
económica, la dimensión social y cultural y la
dimensión política.

Vulnerabilidad
social

Los agudos cambios acontecidos en las sociedades
latinoamericanas, nacidos del establecimiento de una nueva
modalidad de desarrollo, introducen nuevas complejidades en la
comprensión de la realidad social emergente. Más
allá de las condiciones históricas de pobreza y
concentración del ingreso, (características del
desarrollo de los países de la región), la apertura
de los mercados y el repliegue productivo y social del Estado han
ocasionado un recrudecimiento de la indefensión e
inseguridad para extensos grupos de personas y familias, que se
encuentran expuestos a mayores riesgos, especialmente entre
aquellos que habitan en las áreas urbanas.

Los términos "vulnerabilidad" y "grupos
vulnerables" se vienen utilizando con mucha frecuencia en
círculos intelectuales y gubernamentales de América
Latina. Los fuertes impactos sociales provocados por los
programas de ajuste tienen responsabilidad en la
incorporación de esta nueva terminología. Sin
embargo, no se observa gran precisión conceptual cuando se
hace referencia a la vulnerabilidad social y la mayoría de
las veces se la confunde con pobreza (Pizarro, 2001)

La vulnerabilidad se ha constituido en un rasgo social
dominante en América Latina. Por tratarse de un concepto
que puede ser enigmático, con el que se alude a
fenómenos diversos y situaciones heterogéneas,
consideramos oportuno presentar en términos operativos, la
definición de vulnerabilidad social, entendida como una
condición social de riesgo, de dificultad, que inhabilita
e invalida, de manera inmediata o en el futuro, a los grupos
afectados, en la satisfacción de su bienestar -en tanto
subsistencia y calidad de vida- en contextos
sociohistóricos y culturalmente determinados. Esta
definición en su esencia se corresponde con la brindada
por Pizarro (1999) que enuncia: "la vulnerabilidad como un
fenómeno social multidimensional que da cuenta de los
sentimientos de riesgo, inseguridad e indefensión y de la
base material que los sustenta, provocado por la
implantación de una nueva modalidad de desarrollo que
introduce cambios de gran envergadura que afectan a la
mayoría de la población"

Ambas definiciones clarifican que la vulnerabilidad
tiene semejanzas con la pobreza donde la relación
más clara está relacionada con la falta de empleo o
su mala calidad. Ya que los ingresos resultantes del trabajo
representan la fuente más directa e importante para la
sobrevivencia de los hogares que sufren estos
fenómenos.

La pobreza en América Latina
históricamente ha sido un fenómeno que ha marcado
la vida de extensos grupos sociales, lo que algunos han llegado a
aceptar como una fatalidad. Sin embargo, en los años
noventa, además de la pobreza, la vulnerabilidad social se
ha convertido en un rasgo dominante que se extiende a vastos
contingentes de la población, comprendidos los sectores
medios, que en la modalidad de desarrollo previa fueron
símbolos de la movilidad social ascendente y portadores,
junto incluso a sectores pobres organizados, de proyectos de
transformación de la sociedad.

Los impactos provocados por las formas de
producción, las instituciones y los valores que
caracterizan al nuevo patrón de desarrollo en los
países de la región han dejado a los grupos de
bajos ingresos y a las capas medias, expuestos a elevados niveles
de inseguridad y desamparo.

La vulnerabilidad social es el resultado de los impactos
provocados por el patrón de desarrollo vigente, pero
también expresa la incapacidad de los grupos más
débiles de la sociedad para enfrentarlos, neutralizarlos u
obtener beneficios de ellos.

Sin embargo, la inseguridad e indefensión que
caracterizan a ésta no son necesariamente atribuibles a la
insuficiencia de ingresos, propios de la pobreza. (Pizarro,
2001).Según la concepción de Pizarro podemos
entender que se puede padecer pobreza y no ser vulnerable.Hay
otras dimensiones de la vida social, y no sólo el trabajo,
en las que el riesgo y la inseguridad son dominantes. De forma
adicional, la generalización de las comunicaciones en las
sociedades latinoamericanas ha generado un proceso
valórico y cultural inclusivo, de carácter
inédito, con pautas globales que se imponen cotidianamente
a todos los miembros de la sociedad latinoamericana
independientemente de sus niveles de ingresos y extracción
social. Esta forma de inclusión, por la vía de las
comunicaciones, exacerba las desigualdades y coloca en evidencia
la vulnerabilidad en que se encuentran los sectores subordinados
en los países de la región.

"La vulnerabilidad, hace referencia al carácter
de las estructuras e instituciones económico-sociales y al
impacto que éstas provocan en comunidades, familias y
personas en distintas dimensiones de la vida social."

Como referíamos al hablar de exclusión
social, la vulnerabilidad es una instancia intermedia, cuya
acumulación puede conducir a la exclusión, en donde
se generan situaciones de precariedad, fragilidad y debilidad que
impiden a un individuo o grupo particular lograr la
satisfacción plena o parcial de una necesidad o al acceso
a un bien social. Así el desempleo y el bajo nivel de
educación, favorecen la creación del círculo
vicioso de la pobreza, que termina en la
exclusión.

El uso del concepto de vulnerabilidad parece ser
relevante, para entender el impacto psico-social que ha producido
en los habitantes de América Latina el nuevo patrón
de desarrollo. Los enfoques de pobreza y distribución del
ingreso son insuficientes para comprender la condición de
indefensión y el debilitamiento de los recursos y
capacidades de amplios grupos sociales de la región
producto del shock transformador. El nuevo patrón de
desarrollo, si bien ha abierto oportunidades y potencia los
recursos existentes en ciertos sectores de la sociedad
también ha cerrado oportunidades y ha debilitado los de
una gran mayoría de la población.

En mayor o menor medida, los recursos de que disponen
las familias y personas en las áreas urbanas de
América Latina sufrieron el impacto del nuevo
patrón de desarrollo.

Así, la vulnerabilidad se manifestó, en
los años noventa, en las distintas dimensiones de la vida
social: en el trabajo, en el capital humano, en el capital
físico del sector informal, y en las relaciones
sociales.

Pobreza

La pobreza no es un fenómeno desconocido, ni
contemporáneo; sino que ha acompañado a los seres
humanos desde su más antigua prehistoria, el
interéspor su estudio, con miras a su enfrentamiento y
potencial derrota perspectiva sí puede decirse que es un
hecho de nuestros tiempos.

Es cierto que por su naturaleza y complejidad resulta
difícil definirla. La palabra pobreza sugiere ideas de
exclusión, marginación y carencia de medios
básicos para el desarrollo de la vida humana y por lo
tanto tiene un sentido multidimensional y
multidisciplinar.

El interés por el tema de la pobreza se ha
incrementado en los últimos veinte años,
particularmente en América Latina, primero como resultado
de la crisis de la deuda en los años 80, y después
por los trastornos ocasionados en los sectores populares por las
políticas de ajuste y reformas estructurales empleadas por
la casi totalidad de los gobiernos del área.

Esto como resultante, contribuyó a polarizar las
sociedades de la región, creando un cuantioso contingente
de "nuevos pobres" y ampliando la brecha entre los sectores
más privilegiados y más desposeídos, al
tiempo que sitúan a los países en el
callejón sin salida de una deuda externa perceptiblemente
impagable.

Entre los criterios referentes a esta definición
encontramos que " la carencia aporta los elementos de una
definición biológica, en tanto es a partir de la
desigualdad que podemos explicar la pobreza como fenómeno
social. Y tal especificidad precede en el tiempo al nacimiento
mismo de la modernidad capitalista, que la ha agudizado y llevado
a su máxima expresión".

Este fenómeno social a decir de Alonso (2007), se
genera y se reproduce a partir de la configuración y de
los cambios en la estructura social. Siendo las personas,
familias, comunidades y países pobres, expresión, a
diferentes escalas, del patrón de desigualdad creado por
la mercancía.

Continuando con la búsqueda de las relaciones
entre todos estos fenómenos sociales podemos decir que,
desigualdad y pobreza no significan la misma cosa, sino que
aluden a realidades inseparables, donde debemos distinguir una
relación causal: la pobreza es generada por la
desigualdad.

La pobreza hace a las personas "vulnerables" a una serie
de situaciones que disminuyen su calidad de vida. Cuando la
pobreza afecta a una familia se aumenta su probabilidad de sufrir
circunstancias negativas como el hambre, la deserción
escolar, el consumo de drogas y alcohol, la maternidad en la edad
adolescente, la delincuencia, etc. (Litcher, Sananhan y Garder,
1999). La severidad e implicaciones de estos efectos están
determinadas por la duración o permanencia de la
pobreza.

Varios estudios establecen que la pobreza está
asociada, entre otros factores, con el crecimiento
económico de un país y la forma cómo se
distribuye el ingreso. Altas tasas de crecimiento
económico generan empleo y mayores fuentes de ingresos
para la población. Así mismo, el alto grado de
desigualdad en la distribución de los recursos, relativo
al nivel de desarrollo de América Latina, ha sido
señalado como uno de los principales obstáculos en
la reducción de la pobreza en la región.

Al revisar la bibliografía sobre este tema,
abundante por la vigencia y repercusión a nivel global
podemos ver las diferentes posiciones y las muestras de la
voluntad que existe para luchar por la erradicación de la
pobreza. Una causa muy justa a la cual cada día se unen
más personas que piensan en correspondencia con lo que
dijera Uribe (2005), en el mundo, "la pobreza es más el
resultado de la inequidad que de la escasez".

Todos los términos abordados en el desarrollo de
este trabajo adquieren mayor relevancia para América
Latina, donde el aumento vertiginoso de todos estos
fenómenos sociales atentan constantemente contra el
desarrollo individual, social, económico y político
de nuestros países. Ganar en claridad teórica
acerca de estos términos, sus interrelaciones y sobre
todo, de sus consecuencias es lo que permitirá enfocarnos
a soluciones factibles. No podemos permitir la
reproducciónde los patrones que perpetúan la
existencia de estos males que corroen nuestras sociedades
latinoamericanas; nuestras proyecciones no pueden ser
utópicas. Las transformaciones que necesita América
Latina, pueden estar al alcance de todos si logramos aunar la
voluntad social de lograrlo, sin olvidar el papel que tiene que
jugar la educación y la cultura en el desarrollo personal
de cada sujeto.

Consideramos que todo lo aquí referido es muy
importante para el trabajo en las comunidades, reconociendo a
éstas como el lugar más factible y con mayores
recursos y potencialidades para enfrentar la situaciones de
marginalidad precisamente en el espacio donde son más
visibles.

Hacemos referencia a esta variante de trabajo, que
quizás pueda ser tomado como sugerencia,
apoyándonos en las experiencias que se desarrollan en Cuba
en el área de trabajo comunitario. Actualmente, nos
encontramos enfrascados en un proyecto de intervención
comunitaria en comunidades marginales que surgió como
consecuencias de la investigación que dio origen a esta
publicación. Realizada con el empeño de
sensibilizar a las personas que poseen potencialidades internas y
personales capaces de ayudarlos a mejorar su vida
cotidiana.

La marginación y la marginalidad son conceptos
que reseñan cómo funcionan las relaciones entre la
sociedad y sus miembros (sujetos sociales) y la vulnerabilidad,
la exclusión y la pobreza son conceptos que hablan de la
contextualización de esas relaciones.

Todas las definiciones referidas, tienen en común
ser fenómenos sociales que afectan al ser humano, al
hombre en su desarrollo personal, psíquico, profesional y
social. Fenómenos sociales que se reproducen y agravan,
atentando contra el desarrollo humano.Cuando hablamos de
desarrollo humano, consideramos que es multidimensional y aborda
dimensiones tales como la libertad política,
económica y social, la posibilidad de ser creativo y
productivo, respetarse a sí mismo y disfrutar de la
garantía de los derechos humanos. El desarrollo humano
tendría además dos aspectos distintos, la
formación de las capacidades humanas (mejor estado de
salud, conocimiento y destreza) y el uso que la población
hace de las capacidades adquiridas (descanso, producción y
actividades culturales, sociales y políticas.

VALORES: Formas de eliminación de la
discriminación y la desigualdad.

Valor de la persona – dignidad. La defensa de la
dignidad de todo ser humano se expresa en otros argumentos
complementarios:

Defensa de los derechos humanos de tercera
generación. Existe un proceso histórico desde el
cual podemos comprender el desarrollo de los derechos humanos y
los valores fundamentales que acompañan a cada una de las
denominadas tres generaciones: si la libertad individual
acompañó a la primera generación de los
derechos humanos, y la igualdad inspiró la segunda
generación, la tercera generación de los derechos
humanos saca a la luz los principios inalienables sobre el medio
ambiente, la paz y el desarrollo. Estos últimos son
aquellos donde la humanidad se juega su propia viabilidad como
planeta, son los que cuestionan los grandes desequilibrios de
nuestro mundo y los que nos urgen a vivir y pensar de otro modo.
En este espacio el valor clave sigue siendo la solidaridad. El
principal reto ecológico de nuestro mundo debería
consistir en asegurar la vida digna de la humanidad. La deuda
externa pone en peligro esos mínimos de vida digna para
buena parte de los pueblos más empobrecidos de la
Tierra.

Defensa de la justicia social, que va más
allá de los modelos capitalistas de justicia conmutativa y
distributiva. La justicia social, que hace una pública e
incondicional apuesta por los perdedores y por los
últimos, está basada en la igualdad y hermandad de
los hombres y en la universalidad de sus derechos esenciales.
Apunta a la consecución del bien común, que no
proviene de los dictados de ningún Estado sino que se
expresa en la posibilidad de que el otro exista y tenga cabida en
el mundo de los vivos. Por eso, en la selección de las
decisiones a adoptar para el pago de la deuda, que deben
comportar medidas de austeridad también en el Norte, se
habrá de estudiar su impacto sobre las poblaciones
más pobres y arbitrar las que les ayuden a asumir un papel
activo en su propio desarrollo, contribuyendo así, por su
parte, a la reducción progresiva de la deuda.

Defensa de la participación de la sociedad civil
para generar una cultura de la solidaridad transformadora de la
realidad. Movilizarse en favor de la condonación de la
deuda externa y hacer llegar estas reivindicaciones a las esferas
de poder políticas y económicas, implica asumir un
espacio de profundización democrática en nuestro
país, supone inyectar de sentido y presencia a la sociedad
civil, y compromete la vertebración de un tejido social
despierto y atento a la humanización de nuestro mundo. La
búsqueda de soluciones para superar el endeudamiento
incumbe, ante todo, a los actores financieros y monetarios, pero
también a los responsables políticos y
económicos. Todas las categorías sociales
están llamadas a comprender mejor la complejidad de las
situaciones y a cooperar en las opciones y en la
realización de las políticas necesarias. Nadie
puede sentirse ajeno a esta cuestión.

Tomar conciencia de las dimensiones y la
significación de este problema ha de producirse en cada
persona, junto a un serio examen de nuestros comportamientos
individuales y sociales, y de nuestro estilo de vida ya que, con
frecuencia, están relacionados con el destino de los
millones de personas empobrecidas que viven en otros lugares,
aún lejanos. La solidaridad con el otro ha de traducirse
en una toma de postura crítica con respecto a nosotros
mismos y a nuestra sociedad.

Relación:
igualdad- discriminación -educación
compensatoria

La Ley 13/82 de 7 de abril de Integración Social
de los Minusválidos, desarrollando el citado precepto
constitucional, establece los principios de normalización
y sectorización de los servicios, integración y
atención individualizada que han de presidir las
actuaciones de las Administraciones públicas, en todos sus
niveles y áreas, en relación con las personas con
alguna minusvalía

En aplicación y desarrollo de estos principios en
el ámbito educativo, el Real Decreto 334/85 de 6 de marzo,
de Ordenación de la Educación Especial,
estableció un conjunto de medidas, tanto de
ordenación como de planificación tendentes a la
progresiva transformación del sistema educativo con objeto
de garantizar que los alumnos con necesidades especiales puedan
alcanzar, en el máximo grado posible, los objetivos
educativos establecidos con carácter general y conseguir
de esta manera una mayor calidad de vida en los ámbitos
personal, social y laboral.Estas medidas se han ido vertebrando
en torno al programa de integración escolar que el MEC ha
desarrollado a lo largo de los últimos nueve
años.

La evaluación que del programa de
integración, tanto en su fase experimental como de
extensión, ha llevado a cabo este Ministerio ha puesto de
manifiesto, junto con un importante grado de consecución
de los objetivos propuestos, las condiciones necesarias para un
óptimo desarrollo de dicho programa, por lo que parece
conveniente revisar y actualizar las condiciones en las que hasta
ahora se ha llevado a cabo la atención a los alumnos con
necesidades educativas especiales.

Respecto a la educación de los alumnos con
necesidades educativas especiales, la Ley Orgánica de
Ordenación General del Sistema educativo consagra los
principios introducidos por la Ley de integración Social
de los Minusválidos, recogidos en e Real Decreto 334/85 de
6 de marzo, antes citado, y establece que el sistema educativo
dispondrá de los recursos necesarios para que los alumnos
con necesidades educativas especiales temporales o permanentes,
puedan alcanzar, dentro del mismo sistema, los objetivos
establecidos con carácter general u para todos los
alumnos.

Sin embargo, no todas las necesidades educativas
especiales son de la misma naturaleza, tienen un mismo origen o
requieren para ser atendidas, actuaciones y medios similares; por
una parte, cabe distinguir entre las necesidades especiales que
se manifiestan de forma temporal o transitoria de aquellas que
tienen un cierto carácter de estabilidad o permanencia a
lo largo de la escolarización.

Por otra parte, su origen puede atribuirse a diversas
causas relacionadas, fundamentalmente, con el contexto social o
cultural, con la historia educativa escolar de los alumnos o con
condiciones personales asociadas bien a una sobredotación
en cuanto a capacidades intelectuales, bien a una discapacidad
psíquica sensorial o motora o a trastornos graves de
conducta. Por último, si bien la Administración
educativa debe regular las actuaciones y los medios previstos
para atender las necesidades especiales de todo el alumnado,
desde la perspectiva de la ordenación de la
planificación de recursos y de la organización de
la respuesta educativa conviene acometer esta tarea atendiendo
diferencialmente a su naturaleza, origen mayor o menor
permanencia de sus manifestaciones en el transcurso de la
escolaridad.

Necesidad de un nuevo orden
mundial

Con respecto a los derechos de tercera
generación, hay que denunciar el hecho de que los
gobiernos de los países más ricos no acaban de
comprometerse en la lucha contra la polución ni en el
control del tráfico de armas . Esto permite que las
grandes empresas continúen contaminando y que los
conflictos bélicos que se producen en los países
pobres encuentren fácilmente las armas que necesitan para
continuar sus guerras.

Exclusión
social: conceptualización: orígenes del
concepto

Como concepto analítico, el término
"exclusión social" se acuñó originalmente en
Francia en 1974, en referencia a varias categorías
sociales de personas, tales como los incapacitados mentales y
físicamente, los padres solteros, los usuarios de
sustancias controladas y otros grupos que no están
protegidos por el seguro social. A medida que el uso del
término se fue generalizando en los años 80,
empezó a referirse a una gama completa de grupos
desfavorecidos socialmente y se tornó central en los
debates franceses sobre la "nueva pobreza" asociada con las
rápidas transformaciones económicas.

En este contexto, la exclusión social se
refería al crecimiento del desempleo a largo plazo y
cíclico al igual que a la creciente inestabilidad de las
relaciones sociales: inestabilidad familiar, hogares de un solo
miembro, aislamiento social y la disminución de la
solidaridad de clase. El concepto también incluía
aspectos materiales, espirituales y simbólicos.

Se consideró como la ruptura progresiva de los
lazos sociales y simbólicos económicos,
institucionales y significativos que normalmente, cada persona le
adjunta a su sociedad. Desde principios de los años 80,
los significados de la exclusión social y sus respuestas
apropiadas, la inserción e integración en los
debates de desarrollo nacionales han seguido siendo utilizados
como una forma importante de análisis de la pobreza
contemporánea.

Por ejemplo, la Unión Europea y muchos de sus
estados miembro han tomado la 'exclusión social" como
parte central de la formación de la política
pública. Los Tratados de Maastricht y Ámsterdam y
los Fondos Estructurales incluyeron un compromiso para combatir
la exclusión social. La UE ha promovido el financiamiento
para la inserción social a través del Fondo Social
Europeo, la Red Antipobreza Europea y programas contra la
pobreza. Además, también se dio un importante
cambio en la terminología de los Programas Antipobreza de
la UE: la "pobreza" fue la preocupación central del primer
programa, pero en el tercer programa, el tema central ha sido la
exclusión social. Para principios de los años 80,
el concepto de exclusión social se había convertido
en un término que proporcionaba un marco importante para
considerar cuidadosamente la política social alternativa,
particularmente en relación con la noción de la
provisión del bienestar social.

También se convirtió en un concepto
radicalmente innovador para describir la carencia. La ventaja del
concepto es que centra la atención en los aspectos
fundamentales de la carencia. Por ejemplo, Sen ( ) recibió
muy bien el marco de exclusión social debido a su enfoque
en las "bases de relación" de la carencia. Además,
de acuerdo con Maxwell y Kenway (2000) la fortaleza del modelo de
exclusión social es que coloca a las causas de manera
más firme en el cuadro. A la pobreza se la considera como
factor resaltante de diferentes procesos en el ámbito de
los derechos, los recursos y las relaciones: el foco central
está en las instituciones.

La exclusión social es el proceso acumulativo
sobre una persona de factores negativos, con barreras y
límites que la dejan fuera de la participación en
la vida social mayoritariamente aceptada. Estos límites y
barreras son de origen muy diverso y van más allá
de la carencia de ingresos, pues incluso estando la persona en
una situación de extrema pobreza, puede no padecer
exclusión social, si bien es probable que esté en
riesgo de exclusión.

Conviene diferenciar entre exclusión o
marginación social, e inadaptación, la clave radica
en el conocimiento que de su propia situación tenga la
persona. Así, la persona inadaptada es aquella que toma
conciencia de su situación e intenta rebelarse y, la
marginada o excluida, es la que se sitúa fuera, en los
límites de lo establecido estándar y socialmente
como normal. La exclusión, va unida a una elevada
dificultad para superar la situación de
marginación, cayendo con frecuencia en un ciclo o inercia
negativa que sin la ayuda de medidas y apoyos externos resulta
difícil de superar.

Proceso mediante el cual los individuos o los grupos son
total o parcialmente excluidos de una participación plena
en la sociedad en la que viven (Fundación Europea,
1995)

– Los obstáculos que encuentran determinadas
personas para participar plenamente en la vida social,
viéndose privadas de una o varias opciones consideradas
fundamentales para el desarrollo humano.

El concepto de exclusión social es
multidimensional, y sus dimensiones pertenecen a tres
áreas de gran importancia como son: los recursos, las
relaciones sociales y los derechos legales, y son las
siguientes:

1. PRIVACIÓN ECONÓMICA:

a. Ingresos insuficientes.

b. Inseguridad en el empleo.

c. Desempleo.

d. Falta de acceso a los recursos.

2. PRIVACIÓN SOCIAL:

a. Ruptura de los lazos sociales y familiares, fuente de
capital social y de mecanismos de solidaridad orgánica y
comunitaria.

b. Marginación social.

c. Alteración de los comportamientos
sociales.

d. Falta de participación en las actividades
sociales y políticas.

e. Deterioro de salud.

3. PRIVACIÓN POLÍTICA:

a. Carencia de poder.

b. Falta de participación en las decisiones que
afectan a su vida cotidiana.

c. Ausencia de participación política y
escasa representatividad.

La sociedad se divide entre los incluidos sociales y los
excluidos sociales.

– INCLUIDOS, son los productivos.

– EXCLUIDOS, son los no productivos.

Según J. García Roca (1998), los procesos
de exclusión social cuyos elementos incluyen factores
personales, subjetivos y psicológicos, se caracterizan
por:

A. DIMENSIÓN ESTRUCTURAL O
ECONÓMICA:

a. Carencia de recursos materiales, derivada de la
exclusión del mercado de trabajo.

B. DIMENSIÓN CONTEXTUAL O SOCIAL:

a. Caracterizada por la falta de integración en
la vida familiar y en la comunidad de pertenencia.

C. DIMENSIÓN SUBJETIVA O PERSONAL:

a. Ruptura de la comunicación.

b. Debilidad de la significación y erosión
de las dimensiones vitales.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL.

Los valores dominantes de cada momento en una sociedad y
en una cultura establecen la forma de medir la pobreza. No
sólo se refiere la pobreza a la falta de medios
económicos, sino a la carencia de otros
factores.

Definición de pobreza: Aquel proceso en el que
las necesidades humanas consideradas básicas (salud
física y autonomía) no pueden satisfacerse de forma
prolongada en el tiempo o involuntariamente (M. A.
MATEO,2001)

RASGOS BÁSICOS DEL PROCESO DE
EMPOBRECIMIENTO.

– La pobreza tiene causas estructurales.

– Permanece en el tiempo.

– Es dinámica.

– Supone insatisfacción de necesidades
básicas.

POBREZA ABSOLUTA: No tener un mínimo
objetivamente determinado para garantizar la
supervivencia.

POBREZA RELATIVA: No tener lo mismo que los otros, estar
por debajo de la media del país.

TEORÍAS DE LAS CAPACIDADES A. SEN
(1998)

La pobreza es el no poder tener acceso a los recursos
necesarios para ser capaz de realizar unas actividades
mínimas relacionadas con la supervivencia, salud,
reproducción, relaciones sociales, conocimientos y
participación social.

RELACIÓN POBREZA – EXCLUSIÓN
SOCIAL.

· Unos ven la exclusión social como la
causa de la pobreza.

· Otros consideran la pobreza como parte de la
exclusión social.

Las situaciones de empobrecimiento y / o
exclusión social tienen en sus bases rasgos de sociedades
desiguales.

La exclusión social está condicionada por
las estructuras socioeconómicas y políticas de cada
país. También está ligada a factores como la
situación geográfica, y a otros como la
discriminación por cuestiones de género, casta o
etnia.

MECANISMOS ESTRUCTURALES DE PRODUCCIÓN DE
EXCLUSIÓN.

– La persistencia del desempleo de larga
duración.

– Las consecuencias para el mercado laboral de los
cambios en las sociedades industriales.

– El deterioro de las estructuras familiares.

– La evolución del sistema de valores.

– La tendencia a la fragmentación
social.

– La evolución de los fenómenos
migratorios.

La exclusión social se puede considerar
como:

· CARACTERÍSTICA INDIVIDUAL: Se relaciona
con las condiciones de vida de las personas o los grupos
considerando que estos se encuentran en desventaja.

· FACTOR SOCIAL: Hay exclusión social
cuando se produce alguna forma de discriminación desde la
estructura social y cultural en la que viven los
ciudadanos.

Frente a la pobreza y a la exclusión social, se
manejan términos como la inserción o la
integración social. Son términos distintos que se
tienen que manejar en contextos diferentes. La inserción
es una fase de la integración social.

La pobreza es el mayor determinante individual de mala
salud, y se relaciona con elevadas tasas de consumo de sustancias
nocivas para la salud (alcohol, tabaco, drogas, etc)

Teniendo en cuenta que la OMS define la salud como el
bienestar físico, psíquico y social, la
protección de la salud significa la educación y la
promoción de la salud, la prevención de
enfermedades, la curación de todas las formas de
pérdida de salud y la reinserción social de las
personas, individual y colectivamente.

GRUPOS DE RIESGO.

A) PERSONAS CON DISCAPACIDAD PSÍQUICA Y EL
ENTORNO FAMILIAR:

* Problemas con enfermos mentales
crónicos:

– La asistencia sanitaria se reduce al control de
episodios agudos.

– Seguimiento escaso o nulo.

– Dificultades de acceso a recursos
psicosociales.

– Escasos recursos económicos o
educativos.

Problemas sociales de incomunicación, soledad y
aislamiento.

– Dificultades de seguir el tratamiento, si viven
solos.

* Problemas de las familias de estos
enfermos:

– Gran carga emocional y esfuerzo.

– Escaso apoyo del sistema sanitario.

– Pérdida de salud importante en el cuidador
principal.

El enfermo puede llegar a sufrir un proceso de
exclusión social. Sus habilidades no son aprovechadas ni
reconocidas como productivas para el sistema.

B) PERSONAS "SIN TECHO": comprende el grupo social en el
que podríamos incluir:

– Sin recursos económicos.

– Sin hogar.

– Sin apoyos sociales.

– Con problemas de alcoholismo u otras
adicciones.

– Elevado índice de patologías
mentales.

– Problemas de acceso a los recursos sanitarios y
sociales.

– Aislamiento.

– Marginación.

– Invisibilidad.

Son un colectivo con graves problemas de
exclusión social, ya que desde las instituciones se piensa
muchas veces que no tiene remedio y se limita a ofrecer albergues
o comedores sociales para cubrir sus necesidades
básica.

C) INMIGRANTES:

Es un grupo especialmente vulnerable. El proceso
migratorio está ligado, generalmente, a condiciones
precarias que afectaran a su estado de salud.

Influyen factores:

– Ambientales.

– Económicos.

– Sanitarios.

– Sociales.

– De género, etc.

Uno de los problemas, es que no tienen posibilidades de
participar en el proceso de planificación de las acciones
para la mejora de la salud de su colectivo. Esto junto con otras
causas de tipo económico, político y cultural,
provocan muchos problemas de exclusión social en las
sociedades receptoras de población inmigrante.

D) LA TERCERA EDAD: Los ancianos son personas muy
vulnerables por distintas razones, pues carecen del apoyo social
por vivir socialmente aislados por:

– Problemas físicos (incapacidades,
minusvalías, etc)

– Razones generacionales (carencias sociales y
culturales)

Las sociedades capitalistas muchas veces los rechazan
por no ser productivas, sino que son receptores del Estado de
Bienestar.

E) LOS DESEMPLEADOS DE LARGA DURACIÓN:

Entre las personas con un puesto de trabajo, existe una
asociación entre la categoría del trabajo y la
mortalidad y la morbilidad, que se mantiene cuando se
efectúa un ajuste entre factores como el nivel educativo o
la propiedad de la vivienda.

El desempleo largo o la inseguridad laboral tienen
efectos perjudiciales para la salud.

Otros grupos sociales que son vulnerables de padecer
exclusión social relacionados con la salud son:

· Los drogodependientes.

· Los enfermos de SIDA.

· Los que ejercen la
prostitución.

· Los alcohólicos.

· Los ex – presidiarios, etc

Para reducir y eliminar la exclusión de grupos
sociales y avanzar en la consecución de la
integración, hay que apostar por estrategias orientadas
a:

· La participación social.

· La integración laboral.

· El empoderamiento.

· La autoestima y realización
personal.

Factores de exclusión social

Factores económicos

El principal factor que determina que el barrio se
encuentre en un proceso de exclusión es el
económico. Para ello, vamos a analizar, en primer lugar,
los cambios económicos y laborales en las sociedades
capitalistas avanzadas, a raíz de los procesos de
globalización y su influencia en El Puche. En segundo
lugar, nos detenemos en explicar la situación laboral y
económica concreta del barrio.

Desde que se produjo la Revolución Industrial la
economía ha sido el motor de la sociedad en el
ámbito planetario, conformándose con el tiempo lo
que hoy conocemos como sociedad globalizada o aldea global. El
capitalismo impregna todos los aspectos de la vida del ser
humano, superando y desdibujando todas las fronteras artificiales
y reales que existen en el planeta. Pero este sistema no ha
tenido una manifestación uniforme, sino que "se han
sucedido múltiples secuencias a lo largo del eje de la
producción y las formas de conocimiento" (Bell,1989, p.
27). Son varias y complejas las características de esta
"sociedad post-industrial", pero, de entre ellas, desatan las
siguientes.

En primer lugar, el sector económico ha sufrido
una metamorfosis desde una economía productora exclusiva
de mercancías a otra productora de servicios. La
mayoría de la fuerza de trabajo no se ocupa ya en la
agricultura o en las fábricas, sino en los servicios, que
incluyen las finanzas, el transporte, sanidad, y un largo
etcétera, dónde destaca la investigación, es
decir, una nueva inteligentsia.

Este cambio económico provoca la aparición
de un nuevo trabajador de cuello blanco, que desde 1970 supera a
los trabajadores de cuello azul. Del mismo modo, en este contexto
tiene primacía el conocimiento teórico. La sociedad
actual se organiza en torno al conocimiento para lograr el
control social, la dirección de la innovación y el
cambio, y esto, a su vez, da lugar a nuevas relaciones sociales y
estructuras que tienen que ser dirigidas políticamente.
Las sociedades actuales subsisten básicamente por la
innovación y el control social del cambio y tratando de
anticiparse al futuro a través del conocimiento con el fin
de planificarlo. En definitiva, estamos ante la aparición
de la "tecnología intelectual" (Bell, 1989 p.
30).

En segundo lugar, aparece la división
internacional del trabajo y la especialización
económica. Los mercados se reestructuran, segmentan y
toman una vocación más universal. Esta
segmentación laboral provoca que no exista un único
mercado de trabajo, sino que existe una pluralidad de marcos de
contratación. Como señala Piore (1983) hay tres
grandes mercados: el primario superior (característico de
empleos profesionales muy cualificados, con una enorme movilidad
laboral), el primario inferior (específico de empleos
estables en industrias y servicios, de cualificación
media, y el mercado secundario compuesto empleos inestables,
precarizados, de baja retribución y de enorme
movilidad).

Todo ello, tiene como consecuencia la dualización
del mercado y la apertura del abanico salarial: por un lado,
encontramos a trabajadores precarios eventuales y con bajo
salario –la gran mayoría de los habitantes de los
extrarradios-, en el medio a empleados fijos con grandes rentas,
y en el otro extremo del continuum, los propietarios de capital y
altos cargos de dirección.

Si nos detenemos en el mercado de trabajo de la
provincia de Almería, observamos que ha sufrido una fuerte
transformación en los veinte últimos años,
con un protagonista claro, la producción agrícola
en invernadero. Además, de esta agricultura intensiva y
sus derivados, la provincia de Almería fundamenta su
crecimiento en dos ejes más. Uno, el sector servicios, con
una aportación turística muy diversa. Dos, la
extracción de mármol, localizada en la comarca de
Macael. Estos tres ejes económicos que vertebran toda la
provincia han provocado también un crecimiento de otros
sectores como ha sido la construcción.

Pese a este estado de desarrollo y crecimiento
económico de gran parte de la provincia, no se ha
conseguido limar el proceso de exclusión laboral que
padecen algunos barrios periféricos de la capital. El
progresivo enriquecimiento de la provincia, en general y de la
capital en particular, contrasta fuertemente con lo que ocurre en
los barrios. Éstos se mantienen ajenos a la prosperidad y
desarrollo del resto de la ciudad y la distancia social entre
centro y periferia se hace cada vez más profunda. En
Almería se está produciendo un proceso de
pauperización y marginación continuo sin
precedentes. En todos los barrios periféricos se
está empezando a formar grandes bolsas de pobreza que
están al margen de la sociedad. Además, viven de
espaldas al resto de la ciudad.

En Almería el extrarradio está
perfectamente delimitado por los barrios marginales de El Puche,
La Fuentecica, La Chanca-Hoya y Los Almendros, que se configuran
alrededor de la ciudad y forman un cordón de desempleo,
pobreza y exclusión. Ahora bien, ¿todos los
desempleados son pobres? Evidentemente no. La relación
entre desempleo y pobreza no es sencilla y directa. "Ni todos los
parados están abocados a la pobreza ni todos los pobres
necesariamente se encuentran desempleados. Existen otras fuentes
de ingresos diferentes del salario: por un lado, están los
subsidios, por otro, las prestaciones por desempleo, a las cuales
se tiene derecho gracias a contribuciones realizadas mientras se
estaba trabajando y finalmente, las transferencias -monetarias y
no monetarias- que tienen lugar dentro de las familias"
(Fernández Enguita, 1999 p.1). Esto es, la familia
funciona de cara al exterior como un trabajador colectivo, con
una importante cooperación económica entre sus
miembros. Sin embargo, en la actual configuración de las
sociedades modernas el triángulo compuesto por la familia,
la economía y el Estado, en el cual la economía
produce, la familia consume y produce y el Estado redistribuye,
ya no se aplica. Los elementos han cambiado de
significación; la economía no solamente produce,
sino que también desempeña un papel en la
distribución de la riqueza; la familia consume más
de lo que produce, y el Estado se convierte en mero dispensador
de servicios. La familia ha perdido su lugar esencial en la
economía y apenas es más que una especie de
apéndice de la estructura económica. El lugar de la
familia lo han ocupado otras grandes instituciones. O lo que es
igual, aunque la familia en estos barrios todavía cumple
una función importante, ésta pierde fuerza en el
contexto exterior.

En este orden de cosas, las actividades laborales de El
Puche se insertan en el mercado secundario que señalaba
anteriormente Piore. Las necesidades de contratación en la
capital almeriense se han adaptado a unas circunstancias
cambiantes, en las que las exigencias del mercado se dirigen
hacia una mano de obra cualificada con una gran movilidad,
situación ajena al barrio.

Cuando aquí aludimos al trabajo nos referimos a
un tipo de trabajo concreto: el trabajo asalariado. De
ahí, que el hecho de trabajar en nuestras sociedades
modernas sea definido como empleo. El trabajo
–empleo– es, por tanto, una institución social
que cumple un importante conjunto de funciones,
económicas, psicológicas y sociales, independientes
de las características de cada individuo y anteriores al
mismo. A través de estas funciones descubrimos que el
trabajo es un eje central e imprescindible para desarrollarse
plenamente.

En una situación irregular de cara al empleo se
van a trastocar todos estos elementos. Vivir en El Puche es un
inconveniente para conseguir empleo, no existe, ni de lejos, una
igualdad de condiciones con el resto de la población
almeriense. El cuadro nº 4 refleja el elevado porcentaje de
parados (57,4%) frente a un 42,57 por ciento de
ocupados.

Factores residenciales

Quizá una de las características
más acuciantes de la pobreza y la exclusión social
sea el aspecto geográfico-espacial, es decir, el
hábitat urbanístico, arquitectónico,
demográfico y social en el que se manifiesta. De tal forma
que su aspecto y ubicación no se debe al azar, sino que en
él se expresan la organización social y las
intenciones políticas o administrativas, o lo que es
igual, la morfología materializa la firma del poder. La
diferenciación residencial o segregación no es un
fenómeno reciente. Timms (1976) resaltaba que la
segregación, por la razón que fuere, caracterizaba
tanto a las ciudades preindustriales como a las ciudades
industriales, también a las ciudades planificadas
capitalistas y socialistas. La historia del urbanismo está
repleta de multitud de ejemplos de segregación urbana. A
los estamentos, razas y profesiones elementos básicos de
segregación en otras épocas, se han añadido
otros factores como son los demográficos, la
división internacional del trabajo, la red de
comunicaciones y por supuesto la etnicidad que sustituye a la
raza o también como en nuestro caso la influencia de las
decisiones políticas.

En un principio la ubicación del barrio fue una
decisión político-institucional. De tal forma que
nos encontramos un barrio alejado en varios kilómetros de
la ciudad de Almería y delimitado por una serie de
elementos naturales (río) y otros elementos construidos
(carretera y vía del tren). M. Castells (1986, p. 264-273)
estudia casos parecidos en algunas ciudades latinoamericanas,
donde los barrios y sus viviendas son permitidas por el Estado y
se vinculan a las redes más poderosas del capital
inmobiliario a través de diferentes intermediarios sin
tener en cuenta, en ningún momento, la calidad de las
viviendas y las necesidades de los futuros habitantes.

La exclusión social no está inscrita de
forma fatalista en el destino de ninguna sociedad. Como no lo
está ningún tipo de desigualdad o
marginación. Al contrario, la exclusión es
susceptible de ser abordada desde los valores, desde la
acción colectiva, desde la práctica institucional y
desde las políticas públicas. Más
aún, en cada sociedad concreta, las mediaciones
políticas y colectivas sobre la exclusión se
convierten en uno de sus factores explicativos clave. ¿Por
qué creemos que es importante hacer hincapié en
todo esto? En otros momentos históricos, por ejemplo en
las etapas centrales de la sociedad industrial, el colectivo
sometido a relaciones de desigualdad y subordinación
había adquirido subjetividad propia y, por tanto,
capacidad de autoorganización social y
política.

Se había convertido en agente portador de un
modelo alternativo, con potencial de superación de las
relaciones de desigualdad vigentes. Ello no pasa con la
exclusión. Los colectivos marginados no conforman
ningún sujeto homogéneo y articulado de cambio
histórico, visible y con capacidad de superación de
la exclusión.

Partes: 1, 2, 3
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