Diecinueve autores desfilan por las páginas de
este libro, lo que contribuye a su heterogeneidad:
endecasílabos, octosílabos, verso libre, poemas en
prosa, cuentos para niños. Gil Beroes inicia el texto
glosando un pie estrófico de autor anónimo, que
ofrece reminiscencias de Santa Teresa, pero no a lo divino, el
"muero porque no muero". Luego una estrofa de Andrés Eloy,
de su conocido y celebrado soneto al mar. Entra seguidamente el
libro en el ciclo de los decimistas, con Tito Delgado Medina, un
profesional universitario, cofundador del grupo gaitero "Barrio
Obrero", de Cabimas y cantor de los motivos de su tierra y de su
gente. Luego, Rómulo Lira Bermúdez, nativo de
Nazareth, de El Mojan. Sus décimas tienen raíces
paraujanas con rumor de agua y palafitos sembrados allí
para el recuerdo de la historia y la visión de los
paisajes.
La geografía musical sigue en movimiento, y le
toca el turno a Machiques en la personalidad de Víctor
Hugo Márquez, abogado, sicólogo y profesor
universitario. Dentro del ámbito de su popularidad es el
juglar por excelencia; y el trovador, como aquellos
señores que andaban por plazas y ventanas con el
instrumento y el poema. Como una ofrenda de amor y gentileza.
Víctor Hugo no abandona su cuatro, "hijo de alguna
guitarra conquistadora", como dijo Julio Morales Lara. En sus
cuerdas está su voz, su espíritu y el alma popular
de su tierra.
Y volvemos a los territorios del agua. José
Gregorio Ortega, mejor conocido como Chevoche, sabe a mangle, a
la flor del mangle. La vida con su pobreza lo llevó a
todas partes y lo condujo nuevamente a su poblado lacustre de
Santa Rosa, donde continúa siendo un personaje querido,
paradigmático, divulgado por las instituciones que se
dedican allí a los menesteres culturales. No supo leer ni
escribir, pero en la décima improvisada exaltó el
fervor religioso y la capacidad afectiva de su pequeño
pueblo hecho de agua.
Continúan en el texto las glosas a poemas de
Miguel Ortega, Simón Palmar y Pedro Palmar, tres nombres
reconocidos en el ámbito popular de la poesía,
considerados maestros en el género; y luego, Iván
Darío Parra, ingeniero, académico y editor, quien
domina muy bien el octosílabo y ha publicado ya un
conjunto de décimas muy bien logradas. Superado este autor
en el texto, abandonamos el panorama de las aguas lacustres para
abordar sabanas del Alto Llano.
Agua del Unare y sabanas zaraceñas por donde
camina el verso de Ernesto Luis Rodríguez derribando nidos
sobre su río pequeño y silencioso. Ocupa este
espacio José Rodríguez Malaspina, cronista que
dedicó su vida a unificar la memoria de su tierra; y poeta
perdido por esos rumbos de las sabanas orientales.
Tiempo y sabana modelaron el binomio de sus inquietudes,
Verso frágil y palabra llana en su prosa destinada a unir
la historia ya pasada con la que vendrá, cuna de grandes
hombres y escenario de una verdadera cultura.
Y volvemos las aguas, a los territorios insulares del
lago. Ramón Yoris se vino desde Capatárida por los
Médanos, entre cujís y cardones dolientes, y se
quedó en Zulia, y es el versificador popular que de
cualquier anécdota hace una décima, una gaita,
cualquier cosa que sepa a tradición y a pueblo. Lo sigue
Douglas Villalobos Fuentes, nacido en Santa Cruz de Mara; poeta
culto en sus primeros tiempos cuando fue alumno de la Escuela de
Letras de la Universidad del Zulia; y luego juglar de
pájaros marinos y de pequeños veleros en fuga Poeta
de muy buenas lecturas. Finalmente el autor cierra esta primera
parte del libro, al glosar dos pies estróficos de su
autoría.
La segunda parte del texto, denominada "Poemas", la
integran cuatro autores; Reinaldo Gil Beroes, Conchita Juzgado de
Cruz, Andrea Rossell Olmos y Mariela Isabel López
González. Gil Beroes inserta dos poemas amorosos en verso
octosílabo; y surge luego la primera voz femenina, la de
Conchita Juzgado de Cruz, con un poema al Ávila, escenario
de los grandes pintores y de los cronistas que exaltaron al
hombre humilde que bajaba a la ciudad "penduleando racimos de
flores". Cinco poemas breves de Andrea Rossell Olmos, quien cree
en la liberación a través de la poesía;
denota en ellos una firme vocación para el ejercicio de la
palabra. Y cierra este paréntesis del libro Mariela Isabel
López González, una poetisa cuya piel tiene olor de
lluvia y de distancia.
Y nuevamente Conchita Juzgado de Cruz, espíritu
de selección, bien dotado para el ejercicio de la
narrativa para niños, para ese niño que llevamos
por dentro y que no se libera nunca.
Conocíamos su primer cuento publicado, "El
Pajarito que aprendió a volar", un texto antológico
dentro del género. Con mucho regocijo tuvimos la
oportunidad de presentarlo en la librería "El Quijote",
delicadeza en la expresión y conocimiento pleno del futuro
lector. Y cierra el texto un autor especial, Juan Diego
Peña Gil, nieto del poeta. Un niño de nueve
años que escribe para niños, para los maestros,
copartícipes a veces en el aula de esas guerras internas y
de manos secretas.
Dijimos al comienzo que este es un libro
heterogéneo, quizás esa variedad fundamente su
interés para el lector: niños, adultos y poetas que
amen las dimensiones del agua y de las lejanías por donde
cabalgan los caballos del horizonte.
Camilo Balza Donatti
Santa Cruz de Mara, 9 de Junio de
2010
GLOSAS
Si verte me diera la muerte
y el no verte me diera la
vida,
prefiero morir y verte
que no verte y estar con vida.
(A:A)
I
Si verte me diera la muerte
dichoso por ti moriría,
mi entrega te
demostraría
lo que te adoro, alma
mía,
morir por tu amor es mi suerte
como vivir por ti mi destino,
si al recorrer mi camino
me iré sin poder
poseerte,
no me dolerá perderte
Si verte me diera la muerte.
II
Y el no verte me diera la vida
mucho quererte me diera tu
amor,
con ternura, pasión y mi
calor
te sentirías
correspondida,
todas esas raras sensaciones
que nos llegan al enamorarnos,
no dicen a nuestros corazones
si tendremos que olvidarnos,
hoy muero al saber tu
despedida
Y el no verte me diera la
vida.
III
Prefiero morir y verte
a todas horas del día,
que estar vivo y no tenerte
eres un sol alma mía,
te necesito a mi vera
pues tú complementas mi
ser,
tu ausencia me desespera
porque te idolatro mujer,
y ante el temor de perderte
Prefiero morir y verte.
IV
Que no verte y estar con vida
es morir segundo a segundo,
es como si se fuese el mundo
sin avisar de su partida,
es no conocer la
alegría
que siempre transmiten los
niños,
es vagar solo y sin
cariños
como nube en lejanía,
prefiero esta ansia contenida
Que no verte y estar con vida.
Reinaldo A. Gil Beroes
Andrés Eloy Blanco
Nació el 6 de Agosto de 1896, en Cumaná
Estado Sucre, y murió el 21 de Mayo de 1955 en
México.
Poeta, Ensayista, Cuentista, Dramaturgo, Orador y
Político.
Bibliografía Directa:
El Huerto de la Epopeya
Tierras que me oyeron
Los Claveles de la Puerta
El amor que no fue a los Toros
La Aeroplana Clueca
Carta a Juan Bimba
Abigail
Barco de Piedra
Malvina recobrada, Liberación, Siembra
Baedeker 2000
Navegación de Altura
Sus Mejores Poemas
Poda
Homenaje a Roosevelt
El Poeta y el Pueblo
Bolívar en Méjico
Discurso de clausura de la Asamblea
Nacional Constituyente
Vargas el Albacea de la Angustia
Giraluna
Discurso pronunciado en la Casa Amarilla
A un año de tu luz
Alusión a Valencia
La Juambimbada
Reloj de Piedra y Discursos
El Árbol de la Noche Alegre
Obras de… (Venezuela)
Canto a los hijos
Obras selectas
"Siempre es el mar donde mejor se
quiere
Siempre fue el mar donde mejor te
quise,
Al amor, como al mar, no hay quien lo
alise
Ni al mar como al amor, quien lo
modere."
Andrés Eloy
Blanco
I
Siempre es el mar donde mejor se
quiere
siempre es el mar donde el sol nace y
muere,
es que en sus aguas la pasión se
crece
y en sus arrullos el amor
florece,
algo de magia tienen sus
colores
que deslumbran con polícromo
encanto
haciendo renacer viejos amores
que regaron lejanías con
llanto,
por esa distancia que tanto
hiere
Siempre es el mar donde mejor se
quiere.
II
Siempre fue el mar donde mejor te
quise
y en esas playas el amor te
hice,
bajo la luna que tenue
alumbraba
a tu figura mientras yo te
amaba,
fuimos los dueños de esa mar
serena
cuando desnudos en su tibia
arena,
nos olvidamos que el mundo
existía
para nosotros nada más
había,
y en su rumor que tantas cosas
dice
Siempre fue el mar donde mejor te
quise.
III
Al amor como al mar no hay quien lo
alise
porque ambos, hermosos y
profundos,
son génesis innegable del
mundo
e inspiración para quien lo
precise,
el primero es sublime y
extraño
tan sublime que puede hacernos
daño,
el segundo es insondable y
bello
llegando a representar todo
aquello,
que aunque la mente humana,
analice
Al amor como al mar no hay quien lo
alise.
IV
Ni al mar como al amor, quien lo
modere
porque existen esenciales
poderes,
que se escapan a nuestro
raciocinio
que fluyen fuera de nuestro
dominio,
por eso dicen que el amor es
ciego
pero el amor necesita su
riego,
hay tantos vacíos en nuestra
mente
que al pensarlos de la forma que
fuere,
nunca habrá una explicación
coherente
Ni al mar como al amor, quien lo
modere.
Tito Alberto Delgado Medina
Nace en los Puertos de Altagracia en el año de
1940, se graduó de Economista en la Universidad del
Zulia.
La Producción poética de Delgado Medina,
abarca décimas y gaitas; en 1956 a los 16 años,
junto con otros músicos de corazón, funda el
conjunto gaitero Barrio Obrero de Cabimas; la potente voz de Tito
Alberto se convirtió en un emblema sonoro de la
agrupación en la cual canta y compone; a los 18
años, comienza su actividad como docente,
iniciándose como maestro en la Escuela Técnica de
Cabimas y en el Liceo Pedro J. Hernández.
Sus versos están profundamente impregnados por la
huella indeleble que le dejó la infancia en el pueblo
portuario y de abolengo histórico, con frecuentes
alusiones a las faenas del pescador. Sus composiciones, son un
retrato de la cultura en la que vive y recrea con pasión,
fuertemente influenciada por los afectos, dolores, luchas y
tradiciones de la gente de la Costa Oriental del Lago.
"Evocando y desandando
Voy trajinando caminos,
Y escucho cerca los trinos
De algún pájaro
cantando."
Tito. A. Delgado
Medina.
I
Evocando y desandando
mil recuerdos y senderos,
por los mundos del te quiero
me van los años
pasando,
se ha perdido en mi memoria
toda nuestra vieja historia,
un amor roto a destiempo
y al seguir en ti pensando,
va transcurriendo mi tiempo
Evocando y desandando.
II
Y escucho cerca los trinos
que me recuerdan tu risa,
cual arroyo cantarino
que se esparce con la brisa,
y al recordar tu sonrisa
vuelve la luz a mis ojos,
no me hieren los abrojos
evoco tus labios rojos,
sobre mi sombra me inclino
Y escucho cerca los trinos.
III
Voy trajinando caminos
voy tirando por la vida,
toda la ilusión perdida
sin saber porqué
vivimos,
porqué todo lo perdimos
porqué no encuentro la
zenda,
que me regrese con tu amor
contigo, mi hermosa prenda,
pero soportando el dolor
Voy trajinando caminos.
IV
De algún pájaro
cantando
en la cercana espesura,
siento una rara dulzura
que el aire se va llevando,
la tarde va declinando
con su manto de tristeza,
que todo lo va llenando
solo queda la belleza,
en la cercana maleza
De algún pájaro
cantando.
Rómulo Antonio Lira
Bermúdez
Nació en el Barrio Nazareth de El Moján el
30 de Octubre de 1942, murió el 14 de Mayo de
2005.
A la edad de 10 años, queda huérfano de
padre, por lo que desde muy niño le tocó trabajar
fuertemente al lado de su madre, para ayudar a la
manutención de sus hermanos menores, aprendió a
leer y escribir, en un programa de educación para adultos,
donde logró obtener el sexto grado. Fue una persona dada a
la soledad y melancólico, características que
serán motivo de varias inspiraciones, al igual que
recuerdos de sus niñez. Entre sus composiciones
encontramos, décimas, valses y bambucos.
"Tengo la mente cerrada
No consigo inspiración,
Le pregunto al corazón
Y no me responde nada."
Rómulo A. Lira
Bermúdez
I
Tengo la mente cerrada
desde el día que te
fuiste,
no se porque lo hiciste
tú estabas enamorada,
ese día en la alborada
lo dijiste entre mis brazos,
luego huiste callada
con esa mala jugada,
tu rompiste nuestros lazos
Tengo la mente cerrada.
II
No consigo inspiración
me siento como vacío,
como, aquel gran amor
mío
me niega su motivación,
se que en ninguna
ocasión
yo falte a nuestro
cariño,
no es un cosa de niños
me debes un
explicación,
y mientras contigo riño
no consigo inspiración.
III
Le pregunto al corazón
siempre mi fiel confidente,
los secretos de mi mente
los supo, con o sin
razón,
ahora con gran desazón
presiento un silencio
extraño,
algo que me hace daño
pues no tengo
imaginación,
porque me hiciste este
engaño
Le pregunto al corazón.
IV
Y no me responde nada
quizás nada haya que
decir,
de aquello que pueda sentir
mi alma desconsolada,
mi gran pasión
rechazada
mas no se debe sucumbir,
deberá el dolor
resistir
igual que yo, mi
corazón,
el entiende de tu
traición
Y no me responde nada.
Valdemar Luzardo
Morillo
Nació en los Puertos de Altagracia, el 12 de
Noviembre de 1929, nutrida de viento y sal su infancia de
pescador.
Valdemar Luzardo, se hizo Maestro cuando adulto,
actividad que desempeño durante 35 años.
Su creación poética alcanza
múltiples composiciones, que navegan entre los aires
musicales de la gaita, canciones, poemas, y décimas; desde
1992 desgranó en estrofas de 10 versos, su amor por la
vida, su sensibilidad por el milagro de la naturaleza y su
profundo amor por la tierra que lo vio nacer.
Forma parte del proyecto cultural comunitario "Radio
Coquivacoa 94.3 FM "del Centro de Educación Popular de
Santa Rosa de Agua, donde moderó el programa "Tejiendo
Sueños en Vigilia", para la difusión de la
décima y sus decimistas.
"Muchos sueños he
tenido
Contigo hermosa mujer,
Que me hacen padecer
Porque nunca los olvido."
Valdemar Luzardo
I
Muchos sueños he tenido
evoco nuestros momentos,
aquellos tus besos lentos
estando casi dormido,
recuerdo esos tus gemidos
extasiados de placer,
que entre tus brazos mujer
escuchaba complacido,
nuestro pasado suelo ver
Muchos sueños he
tenido.
II
Contigo hermosa mujer
su curso cambió mi
vida,
aquella pasión sentida
sueño volverla a tener,
aún trato de comprender
que pasó para perderte,
si yo supe comprenderte
y me muero por tu querer
como es que no puedo volver
Contigo hermosa mujer.
III
Que me hacen padecer
por ser un recuerdo triste,
si tanto tú me quisiste
porqué hoy no puedo
volver,
cuanta agua bajo el puente
pasó desde nuestro
ayer,
porqué siguen en mi
mente
tus ojos, tus besos, tu ser,
como tortura latente
Que me hacen padecer.
IV
Porque nunca los olvido
sigo estando enamorado,
lo mejor que he vivido
siempre lo fue a tu lado,
nunca mi mente a borrado
lo hermoso de aquel pasado,
ahora, se que te he perdido
pero en mis sueños
mujer,
sigues estando como ayer
Pero nunca los olvido.
Víctor Hugo Márquez
García
Nace en Machiques de Perijá el 23 de Abril de
1950; dos importantes casas de estudio le abrieron sus puertas,
se graduó como Sicólogo (UCAB 1973) y Abogado (LUZ
1975), ejerciendo como profesor universitario desde esa misma
fecha.
Las Décimas que entona tienen su origen en el
verdor de Perijá, Gaitas y Décimas, forman parte de
su repertorio; ha logrado reconocimiento Nacional con sus temas:
"Se nos muere el Lago" (1975), "Amor Marginal" (1976), "Perucho"
(1977) y "El chofer y la Guajira" (1983).
En el año 1991, gana el primer premio del
festival de "Décimas improvisadas" patrocinado por las
Empresas Polar, con motivo de su 50 Aniversario. En 1993,
participa en el "Primer Congreso de la Tradición Oral" en
Almería España, en Agosto del mismo año es
declarado "Patrimonio Musical del Zulia" y en Octubre del mismo
año "Hijo ilustre de Machiques de Perijá". En
Septiembre de 1994 gana el concurso "Un himno para el Municipio
Machiques de Perijá", posteriormente en el año 97,
en la XXX jornada Cucalambeana en las Tunas, Cuba, eleva su
ponencia: "Variables Sicológicas que influyen en la
Poesía Oral".
En el año 2002, participa en la trigésima
cuarta versión de la "Leyenda Vallenata", en Colombia;
igualmente a representado a Venezuela en numerosos "Encuentros
Latinanoamericanos de Decimistas y Versadores" en la
República de Méjico.
Víctor Hugo Márquez, es el poeta
venezolano, que en más foros internacionales ha
representado dignamente a Nuestro País. Decimista que
improvisa versos en el día a día, su constancia
habla de una creación de incontable patrimonio
literario.
Víctor Hugo Márquez, continúa
hilando versos con su cuatro y su musa en las húmedas y
verdes montañas de Perijá.
La madre es lo mas sublime
Que Dios al hombre le ha dado
Su amor desinteresado
Ni condiciona ni oprime
Víctor Hugo
Márquez.
I
La madre es lo mas sublime
en la mente del humano,
es quien no niega su mano
al hijo enfermo que gime,
es la mujer mas querida
aquella que nos dio vida,
calor, respeto y cariño
nos arrulló cuando
niños,
y aún deseamos que nos
mime
La madre es lo mas sublime.
II
Que Dios al hombre le ha dado
representándose en
Ella,
en esa mujer tan bella
como su bien mas preciado,
y tan generoso ha sido
el Señor omnipotente,
que es el mas grande presente
que el humano ha tenido,
el tesoro mas amado
Que Dios al hombre le ha dado.
III
Su amor desinteresado
prueba su origen divino,
es génesis, es destino
es amar sin ser amado,
es el sentir verdadero
que no espera recompensa,
es diáfano, duradero
como es el alma indefensa,
y siempre será alabado
Su amor desinteresado.
IV
Ni condiciona ni oprime
sin distancia y sin medida,
por eso Madre querida
no hay como tu quien me anime,
no hay como tu quien me quiera
tu nobleza no es quimera,
y te ruego Madre mía
a tu regazo me arrimes,
pues su calor y alegría
Ni condiciona ni oprime.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Quienes en verdad te amamos
no es solo a primera vista,
es amor que nos conquista
desde que te respiramos.
Víctor Hugo
Márquez
I
Quienes en verdad te amamos
Perijá Sierra querida,
es que en tu Lar, encontramos
el Tukuko cristalino
va forjando su camino,
por tu frondosa espesura
tus paisajes, su hermosura,
es algo que no olvidamos
Quienes en verdad te amamos.
II
No es solo a primera vista
que tu magnitud asombra,
lo esmeralda de tu alfombra
es obra de un regio artista,
así, el rumor de tu
brisa
cual vuelo de mariposa,
es una dulce caricia
es canto de decimista,
a tu campiña preciosa
No es solo a primera vista.
III
Es amor que nos conquista
lo mágico de tu
entorno,
es añorado retorno
arpegio de guitarrista,
la calidez de su gente
y su sentir campechano,
tu aire puro trasparente
nos hace sentir hermanos,
de una manera imprevista
Es amor que nos conquista.
IV
Desde que te respiramos
quedas en nuestro
corazón,
tu recuerdo fue ilusión
con la que tanto
soñamos.
No hay que ser perijanero
para admirar tu belleza,
la sabia naturaleza
te convirtió el
romancero,
del que todos recitamos
Desde que te respiramos.
Crecí- canté en vos, madre
serranía;
demarcarme ya en sí fusila mi
alma;
mas, ni aún muerto al sicario
daré calma,
pues, cantaré más fuerte
todavía.
Víctor Hugo
Márquez
I
Por ser un misionero del
volante
brindó papá el volante al
misionero
para llevar la fé hasta el monte
fiero
donde volaban flechas
desgarrantes
y proponerle un Cristo
conciliante
a la tribu ancestral que
resistía.
Siendo un tierno lactante me
nutría
cada montaña tuya, un pecho
santo;
y al crecer tributándote mi
canto,
crecí-cante en vos, madre
serranía.
II
Vos sois desde mi infancia la
querencia
de guacamayos, garza y
guacharaca;
el mugir tempranero de la vaca
y el cocuyo de suave
intermitencia.
Simple poeta soy, tengo
conciencia;
pero la magia que mi vida
ensalma
es ver al Piyistako tras la
palma,
verdor que solo aquí puedo
mirar
y si el Tukuko me logran
mutilar,
demarcarte ya en sí, fusila mi
alma.
Víctor Hugo
Márquez
III
Una heliconia wagneriana o
roja,
bajo la sombra de un
caracolí,
tiene mas importancia para
mí
que la tiranía cruel que me
despoja.
"La Cordillera" es vida hoja por
hoja;
y si el exilio al fiel equino
enjalma,
porque el demarcador me arranca el
alma
asesinando sueños y
querencias,
¡Dispare pues, ampute mi
existencia!
¡Más, ni aún muerto,
al sicario daré mi alma!
IV
El odio no podrá nunca
frenar
la nave del amor cuando hinche
velas,
ni el grito de Simón, Gandhi o
Mandela,
pidiendo unión, perdón y
bienestar,
tampoco a mi me pueden separar
de la madre y amada sierra
mía
la vida unirá al Yukpa y al
"Guatía"
en nuestro irrevocable
Perijá
y ni la muerte me
amordazará
pues cantaré mas fuerte
todavía.
Víctor Hugo
Márquez
José Rosario Ortega
(Chevoche)
Cuando los buscadores de tesoros intangibles lo
descubrieron entre los umbrosos caños y manglares de Santa
Rosa, Chevoche, ya estaba cargado de años, aventuras y
décimas. Su musa risueña y traviesa,
conquistó desde entonces oídos y corazones
más allá de su nativo lar y se
enseñoreó, hasta convertirse en símbolo de
la resistencia Paraujana de Santa Rosa de Agua.
José Rosario Ortega nació el 14 de Febrero
de 1900, no pudo estudiar, ni aprendió a leer y escribir;
como tantos otros niños de su entorno, debió
empezar a trabajar desde muy temprano, recorrió diversos
paisajes y oficios, desde pescador hasta cazador de caimanes en
el Sur del Lago; por las asperezas de la vida no lo lograron
aquietar su genio creador, por el contrario, sus versos
improvisados y su hiperbólica narrativa cargada de humor,
conjuraba por igual tempestades, tristezas o carencias
materiales.
Lucía fue su fiel esposa hasta el final de su
muchos días, cuando se marchó, Chevoche le
dejó a Ella y a su Pueblo Santarroseño, una
hermosura herencia de décimas que abarcaron todos los
colores del arco iris de la vida Paraujana, sus amores,
alegrías, congojas y esperanza de justicia siempre
vivas.
Con sus hermanos EL Indio Miguel y el Zorrito, cuatrista
de extirpe popular, el Licenciado Giovanny Villalobos
Añez, funda el importante grupo musical "Venezuela en
cuerdas y canto", para que se conociera el canto decimero en la
voz de Chevoche.
El hombre que hizo suya la décima de Espinel,
para sonreírle a la vida con humor y simpática
exageración.
Yo también voy a pintar
La imagen de Santa Rosa
Y quedará tan preciosa
Que el pueblo se va a admirar.
José Rosario Ortega
I
Yo también voy a pintar
con maravillosos colores,
y cantos de ruiseñores
que me van a acompañar,
porque la voy a decorar
con una estrella en su cima,
a Santa Rosa de Lima
nuestra virgen adorada,
y así muy bien adornada
Yo también voy a pintar
II
La imagen de Santa Rosa
bañada por luz divina,
en el rostro se adivina
su gran dulzura de Diosa,
todo el Santarroseño
aunque es un pueblo
pequeño,
tiene gran fe religiosa
en su altar nos cobijamos,
y con fervor veneramos
La imagen de Santa Rosa
III
Y quedará tan preciosa
con el pincel de mi lira,
que todo aquel que me mira
pintándola en forma
ansiosa,
de seguro comentará
que Chevoche encontrará
con sus versos los mejores
los mas divinos colores,
de una reina mariposa
Y quedará tan preciosa.
IV
Que el pueblo se va a admirar
tan bella policromía,
donde para la fe mía
solo versos pueden pintar,
Santa Rosa va a rezar
con la mayor devoción,
pues la gente en
oración
acercándose al Altar,
tal sorpresa se va a llevar
Que el pueblo se va a admirar
Esa niña se
enojó
Porque un beso le pedí
Que me lo pida ella a
mí
A ver si me enojo yo.
José Rosario Ortega
I
Esa niña se
enojó
y para mi sin razón,
un zapato me arrojó
con su peor intención,
yo le pedí
explicación
con mi finura de escuela,
que fuera donde mi abuela
si algo se me perdió
que problema que
confusión
Esa niña se
enojó.
II
Porque un beso le pedí
con especial gentileza,
me dio un palo en la cabeza
menudo trancazo allí,
de mi asombro no salí
hasta que llegó el
hermano,
tipo grandote y malsano
que se abalanzó sobre
mí,
no recuerdo cuanto
corrí
Porque un beso le pedí.
Reinaldo Gil Beroes
III
Que me lo pida ella a
mí
no obstante hombre modoso,
la complacería gustoso
aunque me sonroje, sí
exige de más un poquito
porque después de un
besito,
cualquier cosa ocurría
porque la vida es así,
ojalá eso
pasaría
Que me lo pida ella a
mí.
IV
A ver si me enojo yo
y a la solicitud que dio,
muy poco la pensaría
rápido la
abrazaría,
complaciendo sus antojos
pero sin cerrar los ojos,
pues si el hermano me vio
trataría de escaparme,
él buscará
encontrarme
A ver si me enojo yo.
Tu recuerdo madre mía
Llevo grabado en mi mente,
Como una luz transparente
Que me protege y me
guía.
Jesús Rosario Ortega
I
Tu recuerdo Madre mía
es mi luz, es mi doctrina,
en cada ave que trina
oigo tu Ave María,
nunca olvido tu mirada
complaciente, abnegada,
y tu expresión
cariñosa
donde siempre bondadosa,
en mi razón
quedaría
Tu recuerdo Madre mía.
II
Llevo grabado en mi mente
y siempre he de recordar,
la formación ejemplar
que me diste pobremente,
tampoco podré olvidar
que aunque bastante sufriste,
nunca te miré llorar
fortaleza la tuviste,
y tu amor siempre presente
Llevo grabado en mi mente.
III
Como una luz transparente
volcaste tu amor en mí,
por niño, no
comprendí
tu dedicar absorbente,
al ir los años pasando
es cuando vino a mi mente,
es cuando fui asimilando
tu valor Madre querida,
que aún alumbra mi vida
Como una luz transparente.
IV
Que me protege y me
guía
me acompaña en
sufrimientos,
en todos buenos momentos
en tristeza y alegría,
a ti, acudo en mis problemas
tu apoyo ha sido mi emblema,
y al igual que cuando
niño
en ti yo busco el
cariño,
que siempre fortalecía
Que me protege y me
guía.
Miguel Ortega
Conocido popularmente como El Indio Miguel, nació
un 3 de Noviembre de 1911 en Santa Rosa y murió el 28 de
Mayo de 2001.
Como la mayoría de los hombres de su época
en América Latina, tuvo que abrirse caminos a fuerza de
combates para vivir, desde los 7 años fue ayudante de
carpintero de su Padre; a partir de los 12 años
comenzó un periplo de actividades como cortador de mangle,
pescador, constructor, caporal de los obreros de su suegro
cortando concha de mangle para el curtido de chinchorros, en sus
años mozos fue policía durante 2 años,
llegando a ascender a oficial.
Entre tantos afanes diversos se mantuvo hasta los 29
años, cuando de tantos escuchar a otros decimistas,
comenzó a crear y a cantar las suyas, al conjuro de su
verso, nació su música y una composición
literaria profunda y amplia. Sus décimas y versos de pique
fueron conocidos Nacional e Internacionalmente.
El Indio Miguel valoraba las décimas de otros
autores; tenía sus preferidos, consideraba a Simón
Palmar su maestro, pues le enseño la métrica de la
décima y lo calificaba como el mejor compositor de su
género: y de su hermano de sangre y poesía
Chevoche, decía que componía y cantaba bien, pero
que era el embustero mundial, por las exageraciones en sus
décimas.
Al Indio Miguel puede considerársele como uno de
los decimistas de mayor vigencia y trascendencia en el Zulia;
colaboro con la Universidad del Zulia como Misionero Cultural
dentro y fuera del País.
Yo no te puedo borrar
De mi mente hijo querido,
Si sois el más
consentido
Por tu conducta ejemplar
Miguel Ortega
I
Yo no te puedo borrar
nunca lo habría
intentado,
pues el amor que me has dado
jamás lo podré
olvidar,
todos mis hijos son buenos
y Dios los tenga en su gloria,
pero a vos te echo de menos
y siempre en mi memoria,
tendrás tu propio lugar
Yo no te puedo olvidar.
II
De mi mente hijo querido
se adueño tanto
cariño,
que desde que eras un
niño
por siempre me has tenido,
compañero de aventuras
y también por
travesuras
regaños hemos sufrido
pero nunca güaramito,
te apartarás un poquito
De mi mente hijo querido.
III
Si sois el más
consentido
de cuantos muchachos tuve,
a todos dí cuanto pude
pero vos sacás partido,
de aquello que te rodea
nunca ninguna correa,
contigo las tuve que usar
no te puedo imaginar,
con tristeza o afligido
Si sois el más
consentido.
IV
Por tu conducta ejemplar
y tus buenos sentimientos,
fueron muchos los momentos
que me hacés recordar,
a tu Madre hacíais
llorar
feliz por tanta ternura,
por esa alma tan pura
que siempre supiste mostrar
y te quiero felicitar
Por tu conducta ejemplar.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Santa Rosa es una Estrella
Tan rutilante y galana
Que las costas Venecianas
Las compararon con ella.
Miguel Ortega
I
Santa Rosa es una estrella
que brilla dentro del Lago,
para mi ha sido un halago
el haber vivido en ella,
decorada por manglares
que gentiles la rodean,
ha inspirado los cantares
que a mi nostalgia le crean,
pués apacible y bella
Santa Rosa es una Estrella.
II
Tan rutilante y galana
tan romántica y serena,
muy temprano en la
mañana
se comienza la faena,
pescadores y aparejos
se montan en las piraguas,
en el Lago hasta muy lejos
van y vienen por sus aguas,
por su regreso se ufana
Tan rutilante y galana.
III
Que las costas Venecianas
y sus perfiles bonitos,
a modo de palafitos
en costas Americanas,
asombraron a Españoles
llegando al Coquivacoa,
mirando tantas canoas
a través de los
pañoles,
sintiéndolas más
cercanas
Que las costas Venecianas.
IV
Las compararon con ella
por su estructura lacustre,
que a la noche daba lustre
cual resplandor de una
estrella,
y aquel pueblo sobre el agua
surcada por la piraguas,
Santo tu nombre de Rosa
les pareció tan
preciosa,
y al recordarlas tan bellas
Las compararon con ella.
Simón Palmar
El maestro de los maestros. No hay poeta decimero que no
vea en la figura de este genio de la décima, el resplandor
de las más divina prosa y fuente clara de la poesía
en Las costas del Coquivacoa.
Nace el 11 de Abril de 1915, en el sector
Carrizal de Isla de Toas.
Junto a la brisa del Caribe, asumió la pesca y su
vida como marinero desde muy joven, "El Indio Simón",
solidario, trabajador, contestatario y gran defensor de su
pueblo, tomo en sus manos la lanza de su palabra y su voz se dejo
oír en los confines del Coquivacoa; poco cantaba
Simón, nunca le hizo falta para dar a conocer su
entrañable poesía.
Muere el 9 de Abril de 1990, pero su canto aún se
escucha en los palafitos, en los cacuyos, entre mar y palmas, en
el ir y venir desde Isla de Toas, hasta Mara.
Si la hembra es el misterio
Culpable para el pecado
Yo moriré condenado
Metido en un cautiverio
Simón Palmar
I
Si la hembra es el misterio
que nos embruja y provoca,
solo un soplo de su boca
nos arrastra al adulterio,
somos infieles a juro
aunque parezca muy duro,
y tu seas hombre serio
todo lo vale la vida,
por mas que sea sufrida
si la hembra es el misterio.
II
Culpable para el pecado
por toda su alevosía,
sus encantos han dejado
mas limpios que
enfermería,
mas solos que pulpería,
más tristes que
ranchería,
por eso aunque alelado
por su hermosura arpía
es la mujer noche y día
Culpable para el pecado
III
Yo moriré condenado
si por amar se condena,
si el estar enamorado
debe pagarse con pena,
que fue el causante de todo
fue su voz o sus sonrisas,
sus besos o sus caricias
aunque se que soy culpado,
sin sentirme apenado
Yo moriré condenado.
IV
Metido en un cautiverio
cercado por tus abrazos,
vigilantes tus ojazos
me someten a tu imperio,
tus labios son el cauterio
que me aplicas torturante,
me obligas a ser tu amante
sin importar mi criterio,
y yo te adoro anhelante
Metido en un cautiverio.
Deseo ser el reflejo
Del sol en el Occidente
Para cuando estéis
ausente
Siempre verte desde lejos
Simón Palmar
I
Deseo ser el reflejo
de la luna sobre el Lago,
con tu hermosura me embriago
cuando lo usáis como
espejo,
conservo tus mil detalles
en el fondo de mi ser,
tu rostro divino mujer
lo vibrante de tu talle,
de tus suspiros el dejo
Quisiera ser el reflejo.
II
Del Sol en el occidente
llegan lejanos destellos,
mi boca recuerda aquellos
besos que te dí
oferente,
cuando en aquel amanecer
en mis brazos dulcemente,
fundiste en el mío tu
ser
te entregaste tanto mujer,
que te oculte tiernamente
Del Sol en el occidente.
III
Para cuando estéis
ausente
yo estaré en tus
pensamientos,
siempre te tendré
presente
con el rumor de los vientos,
y te buscaré en la
playa
donde tanto nos amamos,
así mi recuerdo vaya
a recrearse en tu mente,
como los dos nos juramos
Para cuando estéis
ausente.
IV
Verte siempre desde lejos
así lo quiso el
destino,
igual que unos azulejos
volaremos el camino,
hasta encontrarnos amantes
y aunque ahora muy distantes,
el recuerdo es lo que queda
pero al seguir tus consejos,
me resigno a que pueda
Siempre verte desde lejos.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Es tanto lo que te amo
Que al ver a tus labios rojos,
Corre una sombra en mis ojos
Y sin mirarte te llamo.
Simón Palmar
I
Es tanto lo que te amo
que amarte mas no pudiera,
eres tu la primavera
que en mis versos yo derramo,
tus virtudes son un ramo
que en mi pecho a florecido,
y yo sin ser tu marido
te quise, quiero y te pido,
que sepas, porque declamo
Es tanto lo que te amo.
II
Que al ver tus labios rojos
algo se nubla mi mente,
siento el impulso demente
de besarlos a mi antojo,
eso te causa sonrojos
con un dulce
escalofrío,
yo lo comprendo amor
mío
es que actúa mi
inconsciente,
no puede ser diferente
Que al ver tus labios rojos
III
Corre una sombra en mis ojos
cuando me besas, amada,
que gran ternura en manojos
entregas enamorada,
unidos en dulce abrazo
nos sorprende la alborada,
tu boca es límpido vaso
en donde sorbo de hinojos,
y mi alma extasiada
Corre una sombra en mis ojos
IV
Y sin mirarte te llamo
porque sin buscarte te
hallé
eres la mujer que amo
en ti, mi verdad
encontré,
y aquella playa olvidada
una noche enamorada,
recitó un verso
precioso
yo me lo aprendí
gozoso,
a tu cariño declamo
Y sin mirarte te llamo.
Pedro Palmar
Nace en el emblemático Barrio El Empedrao de
Santa Lucía el 29 de Junio de 1924, pero a los pocos meses
de vida, es presentado civilmente en la población del
Moján.
Recorrió el camino de los niños sin
fortuna de la época: la vida escolar, cedió espacio
al trabajo, primero en una alfarería, luego en una
granzonera con su Padre.
Su primer poema lo escribió a la edad de 11
años, fue un homenaje al Libertador Simón
Bolívar, que le ganó la aprobación del sexto
grado, en la población de Isla de Toas.
El acontecimiento escolar abrió, la cantera de su
mente y corazón. Desde esa fecha Pedro Palmar ha compuesto
incontables obras poéticas y musicales, su
prolífica creación incluye gaitas, décimas y
poesías.
Su presencia, de gestos enérgicos y vivo
contraste, – el cabello blanco y la tez tostada,- constituye
desde la década de los 80, una constante en cada escenario
donde se defendía el canto de la décima, la cultura
lacustre y la dignidad del pueblo. Fue en esa época cuando
sus composiciones fueron interpretadas por conocidos artistas
nacionales como Cecilia Todd y Simón Díaz, entre
otros, lo que le dio un impulso a la décima zuliana,
nacional e internacionalmente.
Viví de la
pesquería
Desde mis primeros años
Mi oficio remendar
paños
Mi hobby la poesía
Pedro Palmar.
I
Viví de la
pesquería
como todos en mi casa,
en el Lago el tiempo pasa
inclemente noche y día,
solo la brisa traía
un reposo a la faena,
allá lejos en la arena
vislumbraba el caserío,
entre la bruma y el
frío
Viví de la
pesquería.
II
Desde mis primeros años
el Lago fue mi horizonte,
en sus riberas el monte
reseco, por siempre
huraño,
de chivos pocos rebaños
compartían su escasez,
yo me afanaba por un pez
con mi práctica
inmadura,
siempre el agua a la cintura
Desde mis primeros
años.
III
Mi oficio remendar
paños
cuando me hice mayorcito,
siempre atando pedacitos
de esos guarales
castaños,
"que tengan los mismos
tamaños"
mi padre siempre decía,
porque así
aseguraría
que no se escape el pescado,
por eso fue delicado
Mi oficio remendar
paños.
IV
Mi hobby la poesía
porque siempre en la piragua,
el Lago me distraía
aquel vaivén en el
agua,
mil recuerdos me traía
y al fijarlos en mi mente,
surgió un verso de
repente
con amor de lejanía,
desde allí
sencillamente
Mi hobby la poesía.
Reinaldo A. Gil Beroes.
El que muere por la vida
No puede llamarse muerto
Ese tu decir tan cierto
A la lucha nos obliga
Neruda- Pedro Palmar
I
El que muere por la vida
o el que vive por la muerte,
no tiene caso es la suerte
que decide la partida,
vivir es una corrida
una suma de experiencias,
que puede elevar conciencias
cuando el honor las valida,
logra siempre diferencias
El que muere por la vida.
II
No puede llamarse muerto
quien se entrego con
empeño,
quien idealizó su
sueño
aunque soñara
despierto,
quien mantuvo un juramento
con dolor y sufrimiento,
porque la fe inquebrantable,
supera lo imponderable,
quien de ella hizo concierto
No puede llamarse muerto.
III
Ese tu decir tan cierto
marca una elevada moral,
pues el bien vencerá al
mal,
aunque al comienzo sea
incierto,
todo humano es el espejo
de sus propios sentimientos,
y al proyectar su reflejo
siembra de ilusión un
huerto,
renaciendo en su momento
ese tu decir tan cierto.
IV
A la lucha nos obliga
el legado que nos dejas,
que, de virtudes complejas
animan al que te siga,
luchando por la libertad
por imperio de la verdad,
la democracia es la espiga
y aquella tu gran premisa,
el respeto a la justicia
A la lucha nos obliga.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Cuando escribo para ti
Estos versos Madre mía
Me inspiro en la
fantasía
De la infancia que viví
Pedro Palmar
I
Cuando escribo para ti
lo hago con el corazón
me expreso con la
ilusión
que siempre ha vivido en
mí,
pues la dicha que sentí
en tu regazo de Santa,
llenó mi vida con tanta
ternura y amor de verdad,
que soy feliz, felicidad
Cuando escribo para ti.
II
Estos versos Madre mía
solo tratan de contarte,
que en mis sueños al
llamarte
la noche se vuelve día,
la tristeza alegría
pues tu recuerdo bendito,
en mi vida marcó un
hito
de abnegación y
cariño,
son poemas de tu niño
Estos versos Madre mía.
III
Me inspiro en la
fantasía
de aquel mundo tan
risueño,
aquel gran mundo
pequeño
que en mi familia
tenía,
Ramón Gil sería el
guía
tú a su lado,
fortaleza,
ternura, amor y belleza
formando mi vida infante,
y desde allí en
adelante
Me inspiro en la
fantasía.
IV
De la infancia que viví
tengo recuerdos muy bellos,
que alegría la de
aquellos
años en que
conocí,
los juegos, los amiguitos
los dulces, los pajaritos,
todo te lo debo a ti
a tus cuidados sin pausa,
lo que he logrado es la causa
De la infancia que
viví.
Iván Darío Parra
Fuenmayor
Nación en San Rafael del Moján, el 20 de
Agosto de 1941. Ingeniero Mecánico (LUZ 1970), Docente y
Escritor en el campo de la Historiografía, así como
autor científico en trabajos especializados. Fue
secretario y Presidente del Centro de Ingenieros y Presidente de
la Sociedad Bolivariana del Estado Zulia, también, a
fungido como cronista de Ingeniería del Zulia:
recibió importantes reconocimientos públicos y
distinciones, por su constante dedicación al quehacer
cultural. Su obra escrita es de valioso contenido y de acuciosa
investigación, así, Seguridad Industrial en
Maracaibo (1970), Venezuela Fertilizer Industry (coautor 1976):
Antonio José de Sucre. Síntesis Biográfica,
(1994 y 1995), La Gran Colombia, (1994); Urdaneta Síntesis
Biográfica (1995); Ana María Campos, Homenaje
(1995); Historia de la Ingeniería en el Zulia (1996 y
2001); Venezuela, Zulia y los símbolos venezolanos (2000);
Ciro Adarme, su guitarra y su obra, (2004); Rafael Rincón
González soñando para vivir, (2005);
Orígenes de las escuelas primarias en San Rafael del
Moján, (2006) y Prelados del Episcopado Zuliano,
(2007).
A pasos de vencedores
Tito Balza Santaella,
Con un ángel y una
estrella
Brindo con educadores.
Iván Darío
Parra.
I
A pasos de vencedores
docto en literatura,
gramatiza la cultura
e idealiza los amores,
grande es su conocimiento
y sus nobles sentimientos,
que generoso comparte
pues la humildad es un arte,
propia de sabios
señores
A pasos de vencedores.
II
Tito Balza Santaella
siempre ha dejado una huella,
de hidalgo comportamiento
seguida en todo momento,
por sus muchos educandos
que como norte buscando,
la gramática aquella
que con mística
docencia,
enseñara con sapiencia
Tito Balza Santaella.
III
Con un Ángel y una
estrella
nació en la noble
Zaraza,
Pueblo de hombres de raza
en una campiña bella,
si, fue en tierra
guariqueña
donde comenzó
pequeña,
su inquietud por superarse
de las letras empaparse,
después de mirarse en
ellas
Con un Ángel y unas
estrella.
IV
Brindo con educadores
pues con moral y con luces,
se evitarán tantas
cruces
por causa de luchadores,
de fuerza bruta, ignorante
y en nuestra mente anhelante,
de educación y cultura
esta es la buena ventura,
por eso de mil amores
Brindo con educadores.
José. S. Rodríguez
Malaspina
Nace en Zaraza, Estado Guárico, desde muy joven
se inclina por las letras con ensayos periodísticos: su
primer libro de poemas titulado Motabán y Romance de la
Tierra de Agua Negra, estudiando en el Liceo Bompland, con el
paso del tiempo se convierte en extraordinario poeta,
émulo y superador de su pariente Rodolfo Moleiro
Sánchez, del popular Ernesto Luis Rodríguez, y del
tan por él admirado José Antonio Armas
Chitty.
En vez de acceder a estudios superiores, no solo se
queda en su pueblo, sino que echó sobre sus hombros el
peso alienante de las duras faenas campesinas. Todo esto lo
mantuvo en el canon romántico-nativista y dentro del
básico instrumento comunicacional del
octosílabo.
Él es, el auténtico inacabado
guariqueño. Terminado su transito vital, apenas nos queda,
de lo que pudo ser una obra abundante y profunda, el recuerdo de
sus afanes periodísticos, como fundador de efímeros
periódicos y cronista emotivo del acontecer
unareño; un ensayo sobre el Dr. José Ramón
Camejo Farbós; cuatro textos acerca de personalidades,
editados en 1988 con el nombre de "Arcilla Guariqueña"; un
conjunto inédito de crónicas y relatos titulado
"Cielo y Medano Gris" y un pequeño manojo de poemas,
muestra elocuente de una fina sensibilidad poética y de
una gran facilidad versificadora; entre otros: "Canción
para una Niña Triste", y el grupo poético "Silbo y
Tonada."
"Abro la copla temprano
Como la soga en la brisa,
Para amarrar tu sonrisa
Con brillo de oro Cochano."
José. S. Rodríguez
Malaspina
I
Abro la copla temprano
cual canto de becerrero,
es el llamar del llanero
para el ordeño a mano,
lentamente la vacada
es conducida al tranquero,
ya despunta la alborada
silenciosa sobre el llano,
estamos en madrugada
Abro la copla temprano.
II
Como la soga en la brisa
que en la faena llanera,
ella es la fiel
compañera
del enlace a toda prisa,
pues cuando se hace el marcaje
la práctica hace que
encaje,
entre los cachos del toro
Ramoncito, el bordón de
oro,
se mueve con su pericia
Como la soga en la brisa.
III
Para amarrar tu sonrisa
no basta con una tonada,
tu siempre esquiva mirada
es una mala premisa,
que estoy dispuesto a superar
porque te voy a conquistar,
con un verso hecho a tus
labios
que domine los resabios,
que tu querencia precisa
Para amarrar tu sonrisa.
IV
Con brillo de oro cochano
el sol refleja en tu pelo,
al igual que mis anhelos
en tu sentir campechano,
es que mi amor es tan sano
como tu inocencia hermosa,
por eso pido tu mano
para vivir a tu lado,
iluminándote diosa
Con brillo de oro Cochano.
Ramón Yoris
(Monche)
Nació en Capatárida Estado Falcón,
el 5 de Junio de 1934, a los 22 años se traslada a
Cabimas, donde labora en la industria petrolera hasta 1975,
cuando por razones de salud se retira de la misma,
dedicándose al trabajo informal en el transporte de
pasajeros. Al concluir su jornada como chofer, Monche se bajaba
de su carro con el morral de su ingenio repleto de
anécdotas y vivencias que contaban sus pasajeros, bullendo
hasta convertirse en gaitas y décimas.
El verso de Ramón Yoris, está signado por
un humor singular, que igual cantaba en una fiesta familiar, en
un encuentro popular o con el conjunto gaitero Barrio Obrero de
Cabimas; agrupación musical que ha tenido influencia
importante en la difusión de su obra.
Cantaré hasta que muera
No dejaré de cantar,
Y el que quiera criticar
Que critique lo que quiera
Ramón Yoris
I
Cantaré hasta que muera
y moriré con mi canto,
pues lo necesito tanto
que así morir yo
quisiera,
no es que yo desee morir
no estoy loco ni amargado,
pero si me tengo que ir
será después de
cantado,
eso es lo que yo pidiera
Cantaré hasta que
muera.
II
No dejaré de cantar
porque cantar es mi vida,
y nunca me voy a callar
así me cueste una
herida,
yo lo necesito expresar,
solo cantando se calma
mi desazón y tormento,
así es mi pensamiento
No dejaré de cantar
III
Y el que quiera criticar
puede hacerlo libremente,
nunca dejará mi mente
su pasión por
interpretar,
con mi voz lindas canciones
que evoquen grandes pasiones,
románticas situaciones
donde el amor pueda enfrentar,
la incomprensión sin
razones
Y el que quiera criticar.
IV
Que critique lo que quiera
a quien le puede importar,
y que lejos puede llegar
una opinión
traicionera,
cuando la razón es
justa
y la nobleza es la causa,
cantar la verdad no asusta
sin importarnos la pausa,
y así sea lastimera
Que critique lo que quiera
Douglas Villalobos
Como versos de Udon, fluye de este poeta, la más
diversa gama de prosas y aires musicales en danza, contradanza,
bambuco playero, canción protestataria, canción
infantil, baladas, gaitas, merengues, salsa, vallenatos y
décimas que brotan de las arterias de ese esquivo y
desconocido compositor del Zulia.
Nación en Santa Cruz de Mara el 7 de Mayo de
1953; decimista, docente y pintor ambientalista profundo, Douglas
Villalobos es un poeta que no deja envejecer, no tiene edad
aparente.
Cada uno de sus versos, está marcado con la
cadencia de este excelente cronista y conocedor de la historia
contemporánea de Venezuela.
En sus décimas entona el quehacer de su pueblo y
manifiesta su protesta, por el daño que el hombre le causa
a la naturaleza.
La décima es manantial
Fuente clara de poesía
Es la rústica
armonía
Del poeta popular.
Douglas Villalobos
I
La décima es manantial
que brota lleno de amor,
de belleza y de candor
cual abrazo fraternal,
es un romance cordial
de sentimientos hermosos,
subjetivos, veleidosos
dulce espinela celestial,
que si rima cadencioso
La décima es manantial.
II
Frente clara de poesía
inescrutable y hermosa,
la metáfora es la rosa
a quien rinde
idolatría,
el verso, su mariposa
frágil, sutil,
glamorosa,
que en una imagen preciosa
vuelve el amor
pleitesía,
siendo la melancolía
Frente clara de poesía.
III
Es la rústica
armonía
que sublime y preciosa,
muy variable y caprichosa
logra con suma
hidalguía,
las rimas y consonantes
que en un arpegio incesante,
la razón
elevaría
con musas y pensamientos,
y quien forja esos momentos
Es la rústica
armonía.
IV
Del poeta popular
y su genio inagotable,
se nutren inobjetables
el Folklore y el cantar,
en cuna humilde nacido
con el verso esclarecido,
donde viaja su soñar
su devenir tan profundo,
por eso es tan grande el Mundo
Del poeta popular
Reinaldo A. Gil Beroes
Mis sueños tienen color
Son verdosos como el monte,
Azul como el horizonte
Rojos como el arrebol.
Douglas Villalobos
I
Mis sueños tienen color
ese color de tu aliento,
en el sublime momento
en que hacemos el amor,
también ellos tienen
sabor
el de tu piel sudorosa,
cuando en mis brazos ansiosa
me entregas con todo, tu ser,
y aunque despierto mujer
Mis sueños tienen
color.
II
Son verdosos como el monte
que observo en la
lejanía,
como el bosque en la
sequía
cuando llega el primer norte,
tienen diversos matices
que el vuelo de las perdices,
en los claros los confronte
al igual que tus ojazos,
que cuando sigo tus pasos
Son verdosos como el monte.
III
Azul como el horizonte
mis sueños son mi
castigo,
lo que empezó como
amigo
es arrullo de sinsonte,
solo audible para mí
y tu mirar de agua mansa,
logra esta pasión que
avanza
como nunca antes sentí,
y es mi sueño aunque lo
afronte
Azul como el horizonte.
IV
Rojos como el arrebol
tus labios son el ocaso,
que después entre mis
brazos
tienen la intensidad del sol,
por eso es que el girasol
se vuelve hacia tu figura,
porque es tanta tu hermosura
y en tu boca hay tal dulzura,
con destellos de tornasol
Rojos como el arrebol.
Reinaldo A. Gil Beroes
Tienen mis sueños el
trino
De los nidos en las ramas,
Y del manantial que mana
El murmullo cantarino.
Douglas Villalobos.
I
Tienen mis sueños el
trino
de tu voz encantadora,
y esos momentos divinos
que mi mente atesora
te hacen cautivadora,
algo en nuestros corazones
algo que aun no adivino
logra de amor un derroche,
por eso todas las noches
Tienen mis sueños el
trino.
II
De los nidos en las ramas
pajaritos juguetones,
como todos los pichones
quieren saltar a la grama,
sus padres muy vigilantes
ven retozar a sus
crías,
hasta que lleguen los
días
que emprendan su vuelo
errante,
y dejen al fin las camas
De los nidos en las ramas.
III
Y del manantial que mana
susurrante entre la hierba,
más adelante a la selva
su propio espacio le gana,
tantas cosas en la vida
comienzan como el manantial,
y van creciendo enseguida
de una manera general,
como el río se engalana
Y del manantial que mana.
IV
El murmullo cantarino
del riachuelo en la fronda,
alegra toda la ronda
pues la brisa cuando vino,
esparció tanta frescura
que por toda la espesura
ahora se siente el virginal
rumorcito del manantial,
con su arpegio tan divino
el murmullo cantarino.
REINALDO A. GIL BEROES
Nació en Caracas el
11/10/1945.
Publicista y Poeta
No sé si fue por
quererte
Que tu me estás
olvidando,
Si no te hubiese querido
Tú me siguieras amando
Reinaldo A. Gil Beroes
I
No sé si fue por
quererte
que te colmé de
atenciones,
con mis versos y canciones
siempre busqué
entretenerte.
Tus deseos y tus cosas
fueron mi noche y mi
día,
del cielo las mariposas
a tu pelo adornarían,
enloquecí al poseerte
No se si fue por quererte.
II
Que tu me estás
olvidando
ya lo intuí por tus
besos,
mi cielo se va nublando
Y con repentino exceso.
Nuestra mente se autoniega
que vamos por calle ciega,
hasta que todo termina
casi nadie lo adivina,
mas yo lo estaba pensando
Que tu me estás
olvidando.
Reinaldo A. Gil Beroes
III
Si no te hubiese querido
si no hubiera dado tanto,
tu no te me habrías ido
pues no tendrías
quebranto,
en recibir lo que dabas
sintiendo lo que alcanzabas,
felizmente vivirías
nuestra unión
continuarías,
en devenir mantenido
Si no te hubiese querido.
IV
Tu me siguieras amando
pues con poco te conformas,
pero en mi querer hay normas
que no puedo ir obviando,
como estar agonizando
al contacto de la amante,
el desear a cada instante
al amor irse entregando,
si no estuvieran pasando
Tu me siguieras amando.
Reinaldo A. Gil Beroes
Es tanto lo que me inspiras
Con tu picara mirada,
Que siento una llamarada
Cada vez que tu me miras.
Reinaldo A. Gil Beroes
I
Es tanto lo que me inspiras
cuando me veo en tus ojos,
que sin querer me sonrojo
aunque pienses que es mentira,
el arpegio de mil liras
te llevaré en serenata
le recordará a tu
estrella,
que por ser mujer muy bella
es tanto lo que me inspiras.
II
Con tu pícara mirada
dices todo, dices nada,
como laguna encantada
que en la tarde se adormece,
nunca se lo que acontece
cuando observo tus ojazos,
que como certeros lazos
hacen que siga tus pasos,
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