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Labor de Enfermería en el cuidado de las Úlceras por presión (página 2)




Enviado por Sualy Ruiz Morera



Partes: 1, 2

El índice de úlceras por presión es
uno de los indicadores de calidad más representativo de
los cuidados que presta enfermería. Si a esto unimos el
elevado coste económico y asistencial que estas conllevan
una vez que se producen, nos hacen plantearnos que el papel de la
enfermería no solo se encuentra durante la labor
asistencial sino que está en nuestras manos el poder crear
y usar todas las herramientas disponibles para una mejor
prevención y tratamiento de estas.(6)

Las úlceras por presión pueden causar
infecciones graves, algunas de las cuales pueden poner la vida en
peligro. Constituyen un problema para las personas en los centros
de cuidados especializados y en la comunidad; por lo que es de
gran importancia el conocimiento de este tema por todos nosotros
galenos de las ciencias médicas, lo cual nos motivó
a la realización de este trabajo.

OBJETIVOS.

General:

Resaltar la labor de Enfermería en el cuidado de
las Úlceras por presión.

Específicos:

1. Caracterizar las Úlceras por
presión.

2. Destacar las directrices generales para la
prevención de las Úlceras por
presión.

3. Explicar los cuidados de Enfermería en las
úlceras una vez instauradas.

Desarrollo

Una úlcera o llaga, del
latín ulcus, es toda lesión abierta de la
piel o membrana mucosa con forma crateriforme (con forma de un
cráter, al perderse parte del tejido) y con escasa o nula
tendencia a la cicatrización espontánea. A menudo
las úlceras son provocadas por una pequeña
abrasión inicial, pero no exclusivamente, casi siempre van
acompañadas de inflamación y a veces
infección. Dicho de otro modo, una úlcera es
cualquier solución de continuidad o rotura con
pérdida de sustancia, de cualquier superficie epitelial
del organismo. (7)

También se definen como ulceras por
presión según literatura consultada; aquellas
áreas lesionadas, en las cuales la piel ha sido
dañada como resultado de una presión prolongada
sobre una parte del cuerpo, con la consecuente pérdida de
la circulación sanguínea y destrucción del
tejido. (8)

Otros autores las denominan como zonas localizadas de
necrosis que tienden a aparecer cuando el tejido blando
está comprimido entre dos planos, uno las prominencias
óseas del propio paciente y otro una superficie externa.
(9)

Afectan al 9% de los pacientes ingresados en un hospital
y al 23 % de los ingresados en instituciones geriátricas .
El tratamiento y la detección precoz aceleran la
recuperación y disminuye las complicaciones.
(9)

¿Cómo se produce una
úlcera?

Se producen por una presión externa prolongada y
constante sobre una prominencia ósea y un plano duro, que
origina una isquemia de la membrana vascular,  lo que
origina vasodilatación de la zona (aspecto enrojecido),
extravasación de los líquidos e infiltración
celular. Si la presión no disminuye, se produce una
isquemia local intensa en los tejidos subyacentes, trombosis
venosa y alteraciones degenerativas, que desembocan en necrosis y
ulceración. Este proceso puede continuar y alcanzar planos
más profundos, con destrucción de músculos,
huesos, articulaciones, vasos sanguíneos y nervios.
(10)

Las fuerzas responsables de su aparición
son:
(10)

1.- Presión: Es una fuerza que actúa
perpendicular a la piel como consecuencia de la gravedad,
provocando un aplastamiento tisular entre dos planos, uno
perteneciente al paciente y otro externo a él
(sillón, cama, sondas, etc.). Esto ocluirá el flujo
sanguíneo capilar en los tejidos blandos provocando
hipoxia, y si no se alivia, necrosis de los mismos.

2.- Fricción: Es una fuerza tangencial que
actúa paralelamente a la piel, produciendo roces, por
movimientos o arrastres.

3.- Fuerza Externa de Pinzamiento Vascular
(Deslizamiento): Combina los efectos de presión y
fricción (ejemplo: posición de Fowler que produce
deslizamiento del cuerpo, puede provocar fricción en sacro
y presión sobre la misma zona).

Otros factores de riesgo: (10)

Son factores que contribuyen a la
producción de úlceras y que pueden agruparse en
cinco grandes grupos:

1.- Fisiopatológicos:

Como consecuencia de diferentes problemas
de salud.

– Lesiones Cutáneas: Edema, sequedad
de piel, falta de elasticidad. – Trastorno en el Transporte de
Oxigeno: Trastornos vasculares periféricos, éxtasis
venoso, trastornos cardiopulmonares… – Deficiencias
Nutricionales (por defecto o por exceso): Delgadez,
desnutrición, obesidad, hipoproteinemia,
deshidratación…. – Trastornos Inmunológicos:
Cáncer, infección……. – Alteración del
Estado de Conciencia: Estupor, confusión, coma…… –
Deficiencias Motoras: Paresia, parálisis……. –
Deficiencias Sensoriales: Pérdida de la sensación
dolorosa…. – Alteración de la Eliminación
(urinaria/intestinal): Incontinencia urinaria e
intestinal.

2.- Derivados del Tratamiento:

Como consecuencia de determinadas terapias
o procedimientos diagnósticos.

– Inmovilidad Impuesta, resultado de
determinadas alternativas terapéuticas:
Dispositivos/aparatos como escayolas, tracciones,
respiradores………. – Tratamientos o Fármacos que
tienen acción inmunopresora: Radioterapia, corticoides,
citostáticos…… – Sondajes con fines
diagnósticos y/o terapéuticos: Sondaje vesical,
nasogástrico……

3.- Situacionales:

Resultado de modificaciones de las
condiciones personales, ambientales, hábitos,
etc.

– Inmovilidad: relacionada con dolor,
fatiga, estrés….. – Arrugas en ropa de cama,
camisón, pijama, objetos de roce, etc..

4.- Del Desarrollo:

Relacionados con el proceso de
maduración.

Niños Lactantes: rash por el
pañal… – Ancianos: Pérdida de la elasticidad de
la piel, piel seca, movilidad restringida…..

5.- Del Entorno:

– Deterioro de la propia imagen del
individuo en la enfermedad. – La falta de educación
sanitaria a los pacientes. – La falta de criterios unificados en
la planificación de las curas por parte del equipo
asistencial. – La falta o mala utilización del material de
prevención, tanto del básico como del
complementario. – La desmotivación profesional por la
falta de formación y/o información
específica. – La sobrecarga de trabajo del
profesional.

Localización: (10)

Habitualmente en las zonas de apoyo que coinciden con
prominencias o máximo relieve óseo. Las
áreas de más riesgo serían la región
sacra, los talones, las tuberosidades isquiáticas y las
caderas.

 Este tipo de úlceras se clasifican en:
(10)

1.Úlcera de primer grado: aparece la piel
enrojecida, este enrojecimiento no desaparece al retirar la
presión que se ejerce sobre la zona, calor, edema,
induración o insensibilidad.

2. Úlcera de segundo grado: la piel se agrieta a
nivel de la epidermis y dermis, se da la formación de
vesículas.

3. Úlcera de tercer grado: se da una
pérdida de continuidad de la piel, con la aparición
de necrosis del tejido celular subcutáneo que forma una
costra de color negro llamada escara; pudiéndose extender
más hacia el tejido subyacente.

4. Úlcera de cuarto grado: es una úlcera
necrótica extensa que alcanza al músculo, al hueso,
articulaciones, e incluso a vasos y nervios.

DIRECTRICES GENERALES SOBRE PREVENCIÓN DE
ÚLCERAS POR PRESIÓN (grupo nacional para el estudio
y asesoramiento en úlceras por presión):

(10)

Es el conjunto de medidas encaminadas a prevenir la
aparición de úlceras por presión (UPP), y se
aplicarán a todos los pacientes con riesgo de
padecerlas.

A. VALORACION DEL RIESGO

1.- Considere a todos los pacientes
potenciales de riesgo. 2.- Elija y utilice un método de
valoración de riesgo. 3.- Identifique los factores de
riesgo. 4.- Registre sus actividades y resultados.
Evalúe.

B. CUIDADOS ESPECÍFICOS

1.- Piel

  • Examinar el estado de la piel a diario.

  • Mantener la piel del paciente en todo momento limpia
    y seca.

  • Utilizar jabones o sustancias limpiadoras con
    potencial irritativo bajo.

  • Lavar la piel con agua tibia, aclare y realice un
    secado meticuloso sin fricción.

  • No utilizar sobre la piel ningún tipo de
    alcoholes (de romero, tanino, colonias, etc.)

  • Aplicar cremas hidratantes, procurando su completa
    absorción.

  • Utilizar preferentemente lencería de tejidos
    naturales.

  • Reducir las posibles lesiones por fricción
    podrán servirse de apósitos protectores
    (poliuretano, hidrocoloides,…)

  • No realizar masajes sobre prominencias
    óseas.

2.- Incontinencia

  • Tratamiento de la incontinencia.

  • Reeducación de esfínteres.

  • Cuidados del paciente: absorbentes,
    colectores,…

3.- Movilización:

  • Elaborar un plan de rehabilitación que mejore
    la movilidad y actividad del paciente.

  • Realizar cambios posturales: Cada 2-3 horas a los
    pacientes encamados, siguiendo una rotación programada
    e individualizada.

  • Mantener el alineamiento corporal, la
    distribución del peso y el equilibrio.

  • Evitar el contacto directo de las prominencias
    óseas entre si.

  • Evitar el arrastre. Realizar las movilizaciones
    reduciendo las fuerzas tangenciales.

  • En decúbito lateral, no sobrepasar los 30
    grados.

  • Elevar la cabecera de la cama lo mínimo
    posible (máximo 30°) y durante el mínimo
    tiempo si fuera necesario.

  • Usar dispositivos que mitiguen al máximo la
    presión: colchones, cojines, almohadas, protecciones
    locales, etc.

C. CUlDADOS GENERALES:

  • Tratar aquellos procesos que puedan incidir en el
    desarrollo de las úlceras por presión:
    Alteraciones respiratorias, alteraciones circulatorias,
    alteraciones metabólicas

  • Identificar y corregir los diferentes déficit
    nutricionales (calorías, proteínas, vitaminas y
    minerales).

  • Asegurar un estado de hidratación
    adecuado.

EDUCACIÓN:

  • Valorar la capacidad del paciente para participar en
    su programa de prevención.

  • Desarrollar un programa de educación para
    prevenir úlceras por presión que sea:
    Organizado, estructurado y comprensible. Dirigida a todos los
    niveles: pacientes, familia, cuidadores, gestores; y que
    incluyan mecanismos de evaluación sobre la
    eficacia.

Las úlceras por presión tienen una
variedad de tratamientos. Las úlceras más avanzadas
se curan lentamente, de modo que lo mejor es el tratamiento
anticipado. Son un importante reto al que se enfrentan los
profesionales en su práctica asistencial. (10)

La presencia de una lesión cutánea puede
provocar un cambio importante en las actividades de la vida
diaria debido a problemas físicos, emocionales o sociales
que se pueden traducir en un déficit en la demanda de
autocuidados y la habilidad de proveer esos autocuidados.
(10)

En el caso de las úlceras por presión
éstas pueden tener unas consecuencias importantes en el
individuo y su familia, en variables como la autonomía,
autoimagen, autoestima, etc. por lo que habrá de tenerse
presente esta importante dimensión al tiempo de planificar
sus cuidados. (10)

Cuidados de
enfermería en las úlceras (10)

Un plan básico de cuidados locales de la
úlcera debe de contemplar:

1º Desbridamiento del tejido
necrótico

2º Limpieza de la herida

3º Prevención y abordaje de la
infección bacteriana

4º Elección de un producto que
mantenga continuamente el lecho de la úlcera húmedo
y a temperatura corporal.    Desbridamiento:

La presencia en el lecho de la herida de tejido
necrótico bien sea como escara negra, amarilla, de
carácter seco o húmedo, actúa como medio
ideal para la proliferación bacteriana e impide el proceso
de curación.

Las características del tejido a desbridar,
igualmente orientará el tipo de desbridamiento a realizar
lo cual será según indicación
médica.

Limpieza de la lesión:

  • Limpiar las lesiones inicialmente y en cada
    cura.

  • Utilizar como norma suero salino
    fisiológico.

  • Usar la mínima fuerza mecánica para la
    limpieza de la úlcera así como para su secado
    posterior.

  • Usar una presión de lavado efectivo para
    facilitar el arrastre de los detritus, bacterias y restos de
    curas anteriores pero, sin capacidad para producir
    traumatismos en el tejido sano. (La presión de lavado
    más eficaz es la proporcionada por la gravedad o por
    ejemplo la que realizamos a través de una jeringa de
    35 ml con una aguja a catéter de 0,9 mm que proyecta
    el suero fisiológico sobre la herida a una
    presión de 2 kg./cm2. )

  • No limpiar la herida con antisépticos locales
    (povidona yodada, clorhexidina, agua oxigenada, ácido
    acético, solución de hipoclorito o limpiadores
    cutáneos). Todos son productos químicos
    citotóxicos para el nuevo tejido y en algunos casos su
    uso continuado puede provocar problemas sistémicos por
    su absorción en el organismo.

Prevención y abordaje de la infección
bacteriana:

El diagnóstico de la infección asociada a
úlcera por presión, debe ser fundamentalmente
clínico. Los síntomas clásicos de
infección local de la úlcera cutánea
son:

  • Inflamación (eritema, edema, tumor,
    calor)

  • Dolor

  • Olor

  • Exudado purulento

La infección de una úlcera puede estar
influenciada por factores propios del paciente (déficit
nutricional, obesidad, fármacos, inmunosupresores,
citotóxicos, enfermedades concomitantes, diabetes,
neoplasias, edad avanzada, incontinencia, etc.)

Ante la presencia de signos de infección local
deberá de intensificarse la limpieza y el desbridamiento e
identificado el germen se habrá de plantear un tratamiento
antibiótico específico, reevaluar al paciente y la
lesión.

Control de la infección:

  • Seguir las precauciones de aislamiento de sustancias
    corporales

  • Utilizar guantes limpios y cámbielos con cada
    paciente

  • Realizar el lavado de manos entre los procedimientos
    con los pacientes es esencial.

  • En pacientes can varias úlceras, comenzar por
    la menos contaminada

  • Usar instrumentos estériles en el
    desbridamiento quirúrgico de las ulceras por
    presión

  • No utilizar antisépticos locales.

  • Los antibióticos
    sistémicos deben administrarse baja
    prescripción médica a pacientes con
    bacteriemia, sepsis, celulitis avanzada u
    osteomielitis.

  • Cumplir con la normativa de
    eliminación de residuos de su
    institución.

Conclusiones

  • Las fuerzas que más influyen en la
    aparición de las Úlceras son la presión,
    fricción y por deslizamiento; además las
    áreas mas susceptibles para su desarrollo son las
    zonas de apoyo o prominencias óseas; y se clasifican
    en Úlceras de I, II, III, IV grado.

  • Las Úlceras por presión pueden y deben
    de evitarse con unos buenos cuidados de Enfermería
    dentro de un plan general que incluye el seguimiento de las
    directrices para su prevención y el trabajo
    multidisciplinario del médico, enfermera/o, paciente y
    familia.

  • Se deben brindar los cuidados de Enfermería
    según el tipo de úlcera y en muchos casos,
    utilizar el tratamiento ideal, según se observe la
    evolución.

Referencias
bibliográficas

1. Barona de Infante, Nohemy y Alvarez A. Lugardo.
Sociedad y salud. Ed Formas

Precisas. Colombia, 1998.

2. Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en
Úlceras por Presión y Heridas

Crónicas. Directrices Generales sobre
Prevención de Úlceras por
Presión.

Logroño: GNEAUPP, 2008.  

    3. Dimond B. Litigation and
pressure ulcers. En: Glover D. Science of Surfaces.

London: Emap Healthcare, 2005:
4-5.  

4. Knowlton SP. Legal Aspects of wound care. En:
Baranoski S, Ayello EA. Wound Care Essentials. Practice
Principles. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins;
2004:
19-33        

5. García M-CC, Sellan SMC. Fundamentos
teóricos y metodológicos de
enfermería.

España: Editorial Lebosend SRL.; 2001.

6. Protocolo de prevención y cuidados de
úlceras por presión. Junta de Andalucía.
2007.

7. Fernández FC, Garrido AM, Santo TPM, Serrano
PMD. Enfermería Fundamental.

España: Editorial Masson S.A.; 1997.

8. Manual de Procedimientos de Enfermería. Amparo
Magaly Castro Torres.

Editorial Ciencias Médicas. La Habana.
2008.

9. http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%9Alcera".

10. Cuidados de Enfermería en las Úlceras
por Presión. Página realizada por
José

Raúl Dueñas Fuentes Diplomado
Universitario en Enfermería. 2009.

 

 

Autor:

Sualy Ruiz Morera

Licenciada en Enfermería.

Master en Enfermedades
Infecciosas.

Profesora Auxiliar.

María Isabel Fernández
Jiménez

Licenciada en Enfermería.

Profesora Instructora.

Lic. Leonides Carmona
Carmona

Licenciada en Enfermería.

Master en Urgencias
Médicas

Profesora Asistente

Miembro Titular de la SOCUENF

MINISTERIO SALUD PÚBLICA

FACULTAD OESTE LA HABANA

CUBA

Partes: 1, 2
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