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El modernismo (página 2)




Enviado por Fabrizio Pusiol



Partes: 1, 2

Refinados y exquisitos, los escritores también
buscaron la originalidad, los que los llevó a soñar
con lugares exóticos y a incluir en sus textos elementos
de culturas alejadas en el tiempo y espacio: la Edad Media,
Oriente, La América precolombina. Esta búsqueda
hacia atrás o hacia lugares distantes reflejaba una
necesidad de evasión de esa sociedad progresista que, a la
vez que admiración, les provocaba hastío y
descontento.

Etapas y
generaciones

La renovación literaria representada en el
modernismo comprendió dos etapas: le primera se
extendió desde 1880 hasta los últimos años
del Siglo y la segunda culminó el movimiento literario a
principios del Siglo XX.

PRIMERA ETAPA

En este período se hicieron notar los cubanos
José Martí (1853-1895) y Julián del Casal
(1863-1893); los mexicanos Manuel Gutiérrez Nájera
(1859-1895) y Salvador Díaz Mirón (1853-1928) y el
colombiano José Asunción Silva (1865-1896).
Más tarde surge un gran poeta: Rubén Darío
(1867-1916) que cuando en 1888 publico Azul, un conjunto
de poemas y cuentos, en la ciudad de Valparaíso, le dio el
nacimiento oficial al Modernismo, al que definió como la
nueva elección estética de los poetas
latinoamericanos. Sus obras triunfaron en América como
así también en España en donde es muy
respetado.

SEGUNDA ETAPA

Darío, también ofició de enlace
entre la primera y la segunda etapa, cuando se incorporaron el
argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), el peruano José
Santos Chocano (1875-1934) y los uruguayos Julio Herrera y Reisg
(1875-1910) y José E. Rodó (1871-1917), entre
otros. Avanzada dos décadas del Siglo, el surgimiento de
las vanguardias fue sellando el fin del Modernismo.

Características

POSTURAS IDELÓGICAS
CONTRADICTORIAS

La actitud de los escritores modernistas, los
relevó muchas veces contradictorios y ambiguos. En muchos
casos, se sintieron exaltados con la apertura hacia Europa y con
los adelantos tecnológicos; pero a su vez experimentaron
malestar, pesimismo, desgano ante ese mismo progreso que
admiraban.

Uno de los rasgos que mejor caracterizó a los
modernistas fue la intención de explorar en las
raíces americanas y de hallar el basamento
ideológico para el desarrollo de sus pueblos. Muchos de
ellos, y a través del periodismo, llevaron adelante
ideales políticos relacionados con una causa
latinoamericana.

El propio Lugones, en la Argentina, asoció su
expresión literaria al pensamiento político.
Allí estaba el signo modernista: la necesidad de
renovación de la expresión literaria tanto en lo
formal (métrica, rima), como en lo temático,
mediante una mirada dirigida hacia América y los pueblos
indígenas o hacia preocupaciones sociales de su
tiempo.

Sin embargo, esta voluntad no fue unánime.
Oscilaron entre ser universales o integramente americanos. La
definición de Darío en Cantos de vida y
esperanza: "y muy siglo diez y ocho y muy antiguo/ y muy moderno;
audaz, cosmopolita
…", aunque efectivamente, los
modernistas pretendieron la universalidad, no reconocer
fronteras. Lo cual, bien visto, se suponía a su
propósito de crear una literatura representativa de lo
propiamente americano. Esta ambigüedad, está
justificada porque vivieron una etapa de transición, plena
de cambios, en la que era difícil para ellos determinar
qué lugar de la sociedad ocupaban y para quienes escriban
su poesía.

PRINICIPALES RASGOS
MODERNISTAS

  • Arte refinado, elitista, exquisito; solo para
    minorías intelectuales.

  • Símbolos: el cisne, los pavos
    reales.

  • Transposiciones estéticas: la escritura
    fusionada con la pintura, la escultura y la música,
    genera imágenes potentes, insólitas y de gran
    belleza plástica. Inspirados por los artistas
    franceses, los modernistas exploran el mundo de las palabras
    para lograr síntesis que exalten lo bello a partir de
    las combinaciones de luz, color, forma y
    música.

  • Alusiones en la mitología germánica
    (Silfos, elfos, hadas y duendes) y en la mitología
    grecolatina (Ninfas, dioses) que permiten una evasión
    de la realidad.

  • Renovación del léxico con la
    incorporación de neologismos, arcaísmos y voces
    extranjeras. Usos de recursos expresivos, como la
    sinestesia.

  • Empleo de versos de distintas medidas no habituales
    como el eneasílabo, (tiene nueve sílabas), el
    alejandrino (catorce sílabas).

Biografía
de Rubén Darío y Leopoldo Lugones

2.1 RUBÉN DARÍO

Félix Rubén García Sarmiento
conocido como Rubén Darío, nació en Metapa,
Nicaragua el 18 de enero de 1867. Fue la figura indiscutida del
Modernismo y quien logró, a través de sus viajes
por América, un enlace profundo y eficaz entre los
escritores.

En 1888 publica Azul, ese color – luego el
preferido por los poetas – y sus renovadoras
imágenes señalaron el inicio de una nueva
estética. Contrajo matrimonio con Rafaela Contreras en
1891; quince meses después nació su primer hijo y
en 1893 falleció su esposa. Entre 1893 y 1898 vivió
en Buenos Aires, donde trabajó para el diario La
Nación. Ciudad en donde dio a conocer Prosas
Profanas
, el libro más representativo de la primera
etapa modernista, en donde se presenta una contradicción
en el nombre: las prosas, aquí con el sentido de himnos
religiosos, se oponen a lo profano (lo no sagrado) y conforman un
todo en el que se funde temas, elementos y procedimientos
diversos y novedosos.

En 1898 regresa a España como corresponsal y
alterna su residencia entre París y Madrid, donde en 1900,
conoce a Francisca Sánchez, mujer de origen campesino con
la que tuvo un hijo y vivió con ella hasta el resto de sus
días.

Formalmente creó una poesía elevada y
refinada con muchos elementos decorativos y resonancias
musicales; Cantos de vida y esperanza (1905) es el mejor ejemplo
de ello. El canto errante (1907), es su libro, conceptualmente,
más universal. En 1913 cae en un profundo misticismo y se
retira a la isla de Mallorca. Allí empieza a escribir una
novela La isla de oro -que nunca llegó a concluir- en la
que analiza el desastre hacia el que está caminando
Europa. También compone Canto a Argentina y otros poemas
(1914), un libro dedicado a este país en el año de
la celebración de su centenario en que quiso seguir el
modelo del Canto a mí mismo de Walt Whitman. En 1915
publica La vida de Rubén Darío, año en que
regresó a América donde falleció en
León, Nicaragua, el 6 de febrero de 1916.

2.2 LEOPOLDO LUGONES

Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en la
provincia de Córdoba. Su madre le enseñó las
primeras letras y fue responsable de una formación
católica muy estricta. En su niñez su familia se
trasladó a Santiago del Estero y más tarde a Ojo de
Agua, una pequeña villa situada en el sur de la provincia.
Más tarde sus padres lo envían a cursar el
bachillerato en el Colegio Nacional de Montserrat, en
Córdoba, donde vive con su abuela materna. En 1892 su
familia se trasladaría a esa ciudad y en esa época
comienza a realizar sus primeras experiencias en el campo del
periodismo y la literatura.

En el año 1896 se traslada a Buenos Aires y contrae
matrimonio con Juana Agudelo. Un año más tarde nace
su único hijo, Polo Lugones, quien sería jefe de
policía durante la dictadura de José Félix
Uriburu y de triste fama por ser considerado quien introdujo la
picana eléctrica como método de tortura. En ese
año también publica su primer libro, Las
montañas del oro, de estilo inspirado en el simbolismo
francés. Mientras tanto, en Buenos Aires, genera constante
polémica no tanto por su obra literaria sino por su
protagonismo político que sufre fuertes virajes
ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el
socialismo, el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.

Más tarde publica obras como Los Crepúsculos del
jardín, el libro fiel, Las horas doradas, Romancero y
Romance del Río Seco. También escribió
relatos, entre los que se cuentan los recopilados en Las fuerzas
extrañas y Cuentos fatales, que adhieren al género
fantástico y al folclore costumbrista. La novela La Guerra
gaucha y el ensayo El payador muestran la intención de
Lugones de resaltar personajes y peripecias de la historia
nacional.

En 1920 comienza a advertirse un giro hacia las ideas
nacionalistas con la publicación de un libro de doctrina
política, Mi beligerancia. Al año siguiente publica
una obra que puede considerarse de divulgación
científica, El tamaño del. En 1923 pronuncia una
conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires, titulada "Ante
la doble amenaza", que le reporta un inmediato repudio de parte
del espectro político democrático. En esa
ocasión el dirigente socialista Alfredo Palacios lo
califica de chauvinista. Tres años más tarde recibe
el Premio Nacional de Literatura y en 1928 preside la Sociedad
Argentina de Escritores. Ya en esa época era un ferviente
impulsor de las tendencias fascistas que caracterizaban a parte
de los militares argentinos. Lugones es un importante
propagandista del golpe militar protagonizado por José
Félix Uriburu el 6 de septiembre de 1930, que derroca de
la presidencia al caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su
estrecha relación con el régimen instaurado ese
año le vale el rechazo de los círculos
intelectuales porteños. A pesar de su adhesión al
nacionalismo autoritario desde la década de 1920, Lugones
se opuso al antisemitismo mientras muchos intelectuales
destacados lo profesaban abiertamente

Finalmente el 18 de febrero de 1938 se quita la vida en
un recreo de San Fernando, provincia de Buenos Aires, llamado
El Tropezón, ubicado en la Segunda Sección
del Delta al ingerir una mezcla fatal de whisky y cianuro. La
frustración política, como causa de su
decisión de suicidio, ha sido, por siempre, la más
difundida aunque otra versión comenta que Lugones estuvo
muy enamorado de una muchacha que conoció en una de sus
conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Mantuvo
con ella una relación sentimental y apasionada.
Descubierto y presionado por su hijo, debió abandonarla.
Esto lo habría precipitado en un declive depresivo que
acabaría así con su vida.

Análisis
del
ensayo "Leopolodo Lugones" de Jorge Luis
Borges

3.1 PECURSOSRES DEL MODERNISMO

El revolucionario cubano José Martí, tuvo
su mérito como poeta ya que se limita a haber preferido la
sencillez; en sus mejores versos hay algo de copla popular. Esto
decía en el prólogo de sus Versos libres
(1882): "Estos son mis versos. Son como son. A nadie los
pedí prestados…Recortar versos también
sé, pero no quiero. Así como cada hombre trae su
fisonomía, cada inspiración trae su lenguaje. Amo
las sonoridades difíciles
…"

Otro cubano, Julián del Casal, prefigura los
temas del hastío, de la evasión y del exotismo, que
serán luego predilectos de los modernistas. Influido por
Baudelaire, entre lo artificial y lo natural elige lo
primero:

Tengo el impuro amor de las
ciudades

Y a este sol que ilumina las
edades

Prefiero yo del gas de las
claridades.

A mis sentidos lánguidos
arroba,

Más que olor de un bosque de
caoba,

El ambiente enfermizo de una
alcoba.

José Asunción Silva, ferviente lector de
Poe, de Baudelaire, de Verlaine, de los prerrafaelistas ingleses,
trunca su desdichada vida a la edad de treinta años, pero
deja Nocturnos, que América aún no ha
olvidado:

…Era el frío del
sepulcro, era el frío de la muerte,

era el frío de la
nada…

Y mi sombra

por los rayos de la luna
proyectada,

iba sola

iba sola

iba sola por la estepa
solitaria;

Y tu sombra esbelta y
ágil,

fina y
lánguida,

como en esa noche tibia de la muerta
primavera,

como en esa noche llena de
murmullos,

de perfumes, y de músicas de
alas,

se acercó y marchó con
ella,

se acercó y marchó con
ella,

se acercó y marchó con
ella…

¡Oh las sombras
enlazadas!

¡Oh las sombras de los cuerpos
que se juntan con las sombras de las almas!

¡Oh las sombras que se buscan y
se juntan en las noches de negruras y de
lágrimas!…

El mexicano Manuel Gutiérrez Nájera,
fundador de la Revista azul, que con tanta hospitalidad
acogió la poesía de los jóvenes. Es el
mexicano de los poetas, su poesía es también
pictórica, especialmente en las odas breves,
llenas de reminiscencias griegas y latinas. Ejemplos de estos
ejercicios clásicos, ensayados por un poeta esencialmente
romántico, es la oda Última Necat, donde
se limita no sólo la brevedad y las alusiones
mitológicas sino también las apretadas
yuxtaposiciones de ciertos estilos helénicos:

¡Huyen los años como
raudas naves!

¡Rápidos
huyen!

Influencia parca pálida
espera.

La salobre Estigia calla
dormida.

¡Voladores
años!

3.2 RUBÉN DARÍO
SEGÚN BORGES

Rubén Darío, el gran poeta que en 1888 en
Valparaíso publicó Azul, libro cuya
importancia histórica es innegable, quizá lo
único que aún sobreviva sea algún soneto
como el dedicado a Walt Whitman. En 1896 aparece en Buenos Aires
Prosas Profanas, los temas, palabras, metáforas,
emociones, están muy lejos de nosotros pero es
indiscutible que con este libro de versos entró en el
idioma español una nueva música, un nuevo juego de
posibilidades sonoras. Las predilecciones de Rubén
Darío por el esdrújulo, por el tono agudo y por
cierta espontánea o estudiada facilidad oral se
manifiestan en estrofas, que entonces debieron sorprender por su
osadía:

Boga y boga en el lago
sonoro

Donde el sueño a los tristes
espera

Donde aguarda una góndola de
oro

A la novia de Luis de
Baviera.

(Blasón)

Darío publica después Cantos de vida y
esperanza
(1905) y El canto errante (1907), en
estos libros perfecciona sus esplendores, y alcanza aquello que
Lugones no alcanzará, tal vez, en toda su vida: un
vínculo amistoso con el lector, la confidencia
íntima. Detrás de la magnificencia verbal y de los
hallazgos métricos se vislumbra el destino trágico
de Darío. Recuérdese yo soy aquel que ayer
nomás decía…, Canción de otoño
en primavera, Melancolía. Lo fatal
¡Eheu!

3.3 LAS MONTAÑAS DEL ORO
(1897)

Fue este el primer libro de Lugones, que se
publicó en 1897 y desconcertó o entusiasmó a
los lectores. Todo el que era deliberadamente nuevo, hasta el
artificio de dar a los versos, sólo separados por guiones,
apariencia de prosa. En esta disposición acaso influyeron
Rimbaud y Maeterlinck, como tantas otras innovaciones,
ésta era también un arcaísmo. Ya que los
más antiguos monumentos de la poesía medieval
presentaban esta forma.

… "Entonces comprendí (Santa Miseria!)
– el misterioso amor de los pequeños; -i odié
la dicha de las nobles sedas, -i las prosapias con raíz de
hierro; -i hallé en tu lodo gérmenes de lirios, – i
puse la amargura de mis besos- sobre bocas purpúreas que
eran llagas-…"

En todo libro es evidente la presencia de Hugo. Este
influjo, más de una vez, ha sido reprochado a Lugones.
Mucho podría decirse contra esa acusación. Imitar a
Hugo no es fácil; imitarlo sin incurrir en la mera
grandilocuencia y sin que el tono desfallezca es una tarea
difícil, aun para el propio Hugo; Lugones, sin embargo, la
ejecuta con felicidad. No solo hereda las sonoridades del
maestro, sino la facultad narrativa y una expresión
directa y concreta. No ignora que lo épico acepta, entre
muchas cosas, el efecto aparentemente prosaico.

3.4 LOS CREPÚSCULOS DEL
JARDÍN (1905)

Fue el segundo libro de Lugones, y a su fama se le
agrega una de carácter polémico y casi judicial. Se
trata de una acusación de plagio. En 1904, el poeta
uruguayo Julio Herrera y Reissg publicó Los
éxtasis de la montaña
; Blanco Fombona, en el
prólogo de la edición Garnier, destacó las
afinidades de este libro con Los crepúsculos del
Jardín
y acusó a Lugones de haber calcado a
Herrera. Pero como señalan, entre otros, conocidos del
Uruguay, las poesías de Lugones ya habían aparecido
en revistas de Buenos Aires y de Montevideo, antes de ser
reunidas en un volumen.

Lo cierto es que Lugones y Herrera habían
leído a Samain. Telas, crepúsculos, jardines,
suspiros, estanques y fragancias invaden la poesía de
Lugones y destierran las vastas divinidades de Hugo. Pero los
Motivos que en Samain aparecen desdibujados, en función de
la melancolía, de la nostalgia y de la contenida
pasión, son prodigados ostentosamente por su émulo
y sirven para el escándalo y la jactancia.

Veamos estos versos de Samain:

Voici que les jardins de la Nit vont
fleurir,

Les lignes, les coulers, les sons
devinnent vagues.

Vois, le dernier rayon agonise
à tes vagues.

Ma soeur, entends-tu pas quelque
chose mourir!…

Compárese con éstos de Lugones:

Tal como una bandera
derrotada

S ajó la tarde,
hundiéndose en la nada.

A la sombra del tálamo
enemigo,

Se apagó en tu collar la
última gema,

Y sobre el broche de tu liga
crema

Crucifique mi corazón
mendigo

(En color exótico)

3.5 LUNARIO SENTIMENTAL (1909)

El prólogo de este libro es polémico, en
él se lee que "el verso vive la memoria" y que "hallar
imágenes nuevas y hermosas, expresándolas con
claridad y concisión, es enriquecer el idioma". Lugones,
en efecto, presenta una de las mayores colecciones de
metáforas de la literatura española. Es innegable
que estas metáforas son originales y, a veces, muy
hermosas; su desventaja es ser tan visibles que obstruyen lo que
deberían expresar; la estructura verbal es más
evidente que la escena o la emoción que
describen:

Más ya dejan de estregar los
grillos

Sus agrios esmeriles,

Y suena en los
pensiles

La cristalería de los
pajarillos.

(Himno a la luna)

La variedad de evocaciones ya la vehemencia llega a
anonadar:

Farol glacial del
invierno:

Cuando se paralice toda
savia,

Y muera como un tigre del sol
eterno,

Y temple el cierzo formidable la
gravia,

Y petrifique el boreal
infierno

En suplicio de mármol toda la
Escandinavia,

Tu ojo de pez
antediluviano

Coagulará en su influjo
maligno

La desolada extensión, en
signo

De esplendor soberano

(El sol de medianoche)

Lugones utiliza una gran variedad de artificios
verbales, pero estos artificios que en autores como Laforgue o
Byron, sirven para traducir una individualidad y corresponden, o
parecen corresponder, a una idiosincrasia, en Lugones son meras
habilidades, son deliberados juegos retóricos y no
trascienden el plano literario.

La unidad del libro está dada por el tema de la
luna, expresado en odas, cuentos, sonetos y en lo que el autor
llama Teatro quimérico: el diálogo en
prosa, Dos ilustres lunáticos; una égloga,
La copa inhallable; una pantonimia, El pierrot
negro
, y el "cuento de hadas" Los tres besos.
Cierra el volumen de la narración titulada
Francesca, que ofrece una nueva interpretación
del famoso episodio del canto quinto del
Infierno.

3.6 ODAS SECULARES (1910)

Este libro que se publicó en el año del
bicentenario, trata de conmemorar poéticamente aquella
fecha y de participar en la emoción colectiva, ya que
existía la necesidad de acercarse a la gente y atenuar la
impresión de extravagancia provocada por el libro
anterior. Por primera vez aparecen en sus poesías los
temas argentinos en los que tanto insistiría
después. Sin embargo, la entonación es mas
española que criolla y el vocabulario sigue exhibiendo una
vanidosa riqueza. No faltan prosaísmos deliberados, que
responden al deseo de probar que todo cabe en la obra del poeta y
que éste debe medirse con cualquier tema. Tal es la
verosímil explicación como éstos:

Reclamemos la enmienda
pertinente

Del código rural cuya
reforma

En la nobleza del derecho
agrícola

Y en la equidad pecuaria tiene
normas

(A los ganados y las mieses)

Con este libro, Lugones vuelve a los temas civiles de su
primera época. Es evidente la sinceridad patriótica
del poeta; hay en sus palabras un estremecimiento que. Por
cierto, no se encontrará en el Canto a la
Argentina
, de Rubén Darío, obra de compromiso
elaborada para la misma ocasión.

3.7 EL LIBRO FIEL (1912)

Esta obra no es la más característica de
Lugones, pero es la que mejor parece corresponder a una exigencia
íntima. En otros libros se adivina el deliberando
propósito de versificar determinados temas; en ellos, el
autor, en lugar de abandonarse a la emoción, cumple una
tarea que se ha impuesto. En éste, en cambio, el tono es
confidencial. Ya títulos como El dolor de amar,
La joven esposa, La estrella del dolor,
Historia de mi muerte, anuncian una melancólica
madurez que contrasta con los juegos o con las doctrinas de
páginas anteriores.

En este libro, hasta las alusiones mitológicas
han superado su carácter decorativo y las sentimos
recreadas por el poeta:

Porque es así que sin pavor ni
estruendo,

Viene y nos clava el peligroso
infante,

Tras la gota de miel dardo
tremendo.

(Oda al amor)

Regresa a su predilección por la luna en el mismo
poema:

Pero también, por singular
fortuna,

Te comunicará en noche
bendita

El dulce bien de descubrir la
luna

3.8 LA OBRA PÓSTUMA

Con la obra Romances de Río Seco (1938),
año en el que fallece, Lugones culmina con su
poesía. El tema de esta obra póstuma se debe a que
durante toda su vida había sido devoto del
Martín Fierro, que juzgaba el libro esencial de
nuestra cultura: esta veneración lo llevó a crear
poemas de ambiente y tonos criollos.

Lugones se libera y escribe, acaso, sus mejores poemas y
pones de relieve un rasgo menos divulgado y que fue típico
de los payadores: la cortesía criolla. Más
importante que la anécdota es, en cada una de estas
composiciones, el tono:

Aunque a rigor esta
vez

La ley del canto me
toque,

Les narraré el
sucedido

Del gaucho Jacinto
Roque.

Tal condición de mi
letra

Puntualmente
determino,

Porque es, con perdón de
ustedes,

La historia de un
asesino.

(El Malevo)

3.9 LUGONES PROSISTA

EL IMPERIO JESUÍTICO
(1904)

En 1903, el gobierno argentino le encargó la
redacción de esta memoria, que llegó a ser un
erudito ensayo histórico. Lugones recorrió el
territorio de Misiones y el Paraguay para documentarse. Como lo
indica el título, este libro historia y analiza el
régimen teocrático que la compañía de
Jesús instauró en el Paraguay y en las zonas
limítrofes.

El primer capítulo es una descripción del
estado de España durante la época de la Conquista;
Lugones considera que para comprender la conquista en
indispensable comprender la nación que la llevó a
cabo. Más adelante, pasa a detallar el paisaje de las
Misiones y se limita a señalar las leyendas milagrosas que
pululan en las historias de los jesuitas.

PIEDRAS LIMINARES (1910)

Integra con Didáctica, Odas
seculares
y Prometeo, el homenaje de Lugones al
primer centenario argentino. Se trata de una obra desconcertante;
menos resignad que los ciudadanos de nuestro país a la
agobiadora fealdad de los monumentos públicos, Lugones
pretende que éstos sean bellos y sugiere varios minuciosos
proyectos.

HISTORIA DE SARMIENTO (1911)

En esta obra, una de las características
más importantes se da en el primer y el último
capítulo, ya que son escrito con grandilocuencia, no
corresponden al estilo general del libro, uno de los más
fuertes y agradables de la obra de Lugones. En ellos adolecen de
gigantismo y de prolijidad, no le basta al autor la
comparación de Sarmiento con una montaña; la
describe con pormenores geológicos.

Felizmente, pasajes como los anteriores son
excepcionales. La obra deja una imagen vívida de
Sarmiento. La prolijidad que, aplicada a lo meramente verbal, es
intolerable, resulta una virtud cuando Lugones la emplea para
comunicar hechos reales. Las predilecciones, los hábitos
de trabajo, el régimen de vida, las anécdotas, la
sucesiva indumentaria, las comidas preferidas, todas las
circunstancias de Sarmiento. Lugones lo admira, pero no propone
justificar todos sus actos.

DIDÁCTICA (1911)

En esta obra recoge la experiencia de esos años
de labor escolar. Es muy extensa, que condesciende a las
más minuciosas observaciones, analiza planes de estudio y
el material de enseñanza; ni las dimensiones de los bancos
ni la forma de los tinteros eluden su examen.

ELOGIO DE AMEGHINO (1913)

No corresponde analizar aquí el aspecto
científico de este libro; en sus páginas, Lugones
ha rescatado para la prosperidad la modesta presencia de un gran
hombre. Al iniciar su biografía, destaca una singular
coincidencia, en Luján fueron descubiertos los grandes
restos de los animales prehistóricos; en Luján
nació el estudioso que les dedicaría su vida.
Lugones refiere las vicisitudes de esa labor, tardíamente
reconocida, en nuestro país. Abunda en pormenores
precisos. La obra entera ha sido escrita con emocionada
amistad.

EL PAYADOR (1916)

Uno de los mejores libros de Lugones, el
propósito del autor era que esta obra, consagrada al
Martín Fierro de Hernández, conste de tres
partes: una introducción estética y descriptiva, un
vocabulario y el texto original, comentado. Lugones consideraba
que el Martín fierro era un poema épico:
razonar esta idea era uno de los fines que se propuso. Movido por
su pasión helenística, vio en la obra de
Hernández una epopeya, que bien podría significar
para nosotros lo que para los griego la
Ilíada.

ROCA (1938)

La última producción de Lugones, ha
quedado inconclusa. Esta biografía llega hasta la
conquista del desierto. No hay en sus páginas un juicio
directo sobre la ideología de su héroe, pero
sí un ataque a la Constitución del 53, una censura
de liberalismo y una apología de la política
exterior de Rosas.

3.10 LUGONES Y LO
HELÉNICO

El amor de lo helénico acompañó
siempre a Lugones y a los poetas del Modernismo, que admiraban a
Grecia; esta admiración, que en la mayoría se
redujo al manejo retórico de algunos temas o palabras, fue
genuina en Lugones. Lo llevó a estudiar la
mitología, las costumbres, las artes y aun los
dialectos.

Prometeo (1910) forma parte del homenaje que
quiso tributar a la patria, en su centenario. Es significativo
que el tema central del libro sean las ideas griegas; Lugones, en
el prólogo, afirma que éstas "Constituyen el
fundamento de las civilizaciones a la cual pertenecemos". El
Cristianismo, considerado por Lugones una religión
oriental, ha oscurecido nuestra vinculación con la cultura
helénica. Otras de sus obras que se relacionan con lo
helénico son: El Ejército de la
Ilíada
(1915), que reproduce una conferencia
pronunciada siete años antes en el Círculo Militar;
Las industrias de Atenas (1919) y Estudios
Helénicos
(1923) y Nuevos Estudios
Helénicos
(1928), que reúnen varios trabajos
dedicados a los poemas homéricos e incluyen traducciones
del texto original en alejandrinos rimados.

Lugones quiere recordar a los argentinos este lejano
origen y contribuir a la formación de "lo que ahora nos
falta: una civilización, una moral y un culto". En 1910
pensó que esa Argentina que se afanaba con su progreso
material valía mucho menos que la otra que atravesó
los Andes, creo repúblicas y fundó la libertad "con
su miseria generosa". Quería que nuestro segundo siglo de
historia organizara un nuevo tipo de vida basada en lo
espiritual.

3.11 LUGONES Y LA POLÍTICA
ARGENTINA

Lugones, hombre de múltiples intereses, no
podía sustraerse a los problemas que suscitó la
Primera Guerra Mundial. Para la imaginación popular, el
auge posterior de la literatura pacifista ha reducido la guerra
de 1914 a una torpe matanza de hombres aprisionados en
trincheras. Lugones, mantenía un sentimiento de
indignación hacia las atrocidades que Alemania lograba en
cada guerra, y expreso con fervor en los artículos de
Mi beligerancia (1917) y de La Torre de
Casandra
(1919), continuación del
anterior.

Publicó ambos libros con un propósito
esclarecedor, según lo manifiesta en el prólogo de
Mi beligerancia:

"He creído que la eficacia con que algunos de
mis escritos contribuyeron a esclarecer en este país el
concepto de nuestra posición y de nuestros deberes ante la
guerra, duraría más si coleccionaba yo aquellas
páginas; pues, aunque relativo mérito dependiera en
gran parte de la oportunidad circunstancial, uno mayor y
permanente asignaríamos, de suyo, a los principios de
verdad y de honor en ellas expuestos."

Es indiscutible la sinceridad de Lugones. Exaltó
la espada porque la creyó necesaria para la
redención de la patria. Es sabido que participó en
la revolución de Septiembre; a poco de triunfar este
movimiento, Uriburu le ofreció la dirección de la
Biblioteca Nacional; Lugones rehusó, porque su militancia
había sido desinteresada.

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Conclusión

La lectura nos llevó a entender al Modernismo,
como una etapa que dejó sus huellas en la sociedad y en la
cultura de nuestro país. Revalorizó las
raíces americanas y se manifestó, especialmente, a
través de la pintura, la música y la literatura,
que, llevaron a exaltar la belleza de sus obras. Se destaca la
importante participación de escritores latinoamericanos,
tal es caso de Rubén Darío, que le dio origen a
este movimiento ideológico. Sin lugar a dudas en esta
etapa se produjeron las innovaciones y transformaciones
tecnológicas más importantes para el crecimiento y
desarrollo del país. El Modernismo trajo una nueva forma
de vida, se pasó de vida colonial a una vida de
economía liberal. Ello llevó a que la
expresión del arte también intentara renovarse y
cargarse de originalidad. La literatura renovó su
léxico y se incorporaron neologismos, arcaísmos y
voces extranjeras.

Para concluir resaltamos las palabras del escritor
Leopoldo Lugones "lo que ahora nos falta: una
civilización, una moral y un culto", hoy nos atrevemos a
reflexionar estas palabras y las traemos a nuestra realidad,
luchemos por un país que pueda crecer en democracia, que
eduque desde los valores y que profundice desde la espiritualidad
de cada uno de sus habitantes.

Bibliografía

  • BORGES, JORGE LUIS: Obras completas en su
    colaboración. Editorial Emecé. Buenos Aires.
    2001.

  • GALÁN, ANA SILVA y otros Autores: Literatura
    3 Argentina y Latinoamericana. Edición Puerto de
    Palos. 2001

  • WWW.WIKIPEDIA.COM

 

 

Autor:

Fabrizio Pusiol

Partes: 1, 2
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