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Manejo operativo del divorcio (página 2)




Enviado por Francisco Cascio



Partes: 1, 2

Por lo anterior, se han establecido las condiciones
básicas para el manejo de la situación de divorcio
por parte de los padres como pueden ser: escuchar a los hijos
constantemente, existencia de una comunicación abierta,
cumplimiento de los compromisos y promesas, pasar tiempo
agradable con ellos, continuar la celebración de ocasiones
especiales, permitir la expresión de emociones, manejar
los conflictos, acordar mutuamente las normas para ambos hogares,
tener una comunicación respetuosa con la ex pareja,
demostrar cariño y amor a los hijos, estar al tanto de su
comportamiento y rendimiento en la escuela, dar a entender que
nada cambiará, buscar asesoramiento y ayuda profesional si
se amerita.

Asimismo, Beyer (2001) propone:

Los padres deben transmitir una información
realista y adaptada a la edad de los hijos para evitar
dudas y confusión, exteriorizar los sentimientos,
miedos e inquietudes por parte de padres e hijos, evitar
las falsas esperanzas, dejar claro que la separación
es una decisión de la pareja y no es culpa de los
niños, demostrar que los cónyuges se han
separado pero la familia y la comunicación
continúan, dar tiempo para aceptar los cambios, y
evitar que el niño sea un mediador o tenga que
elegir entre sus padres. (s/p).

En consonancia con lo expresado, es vital que los padres
informen desde el principio de la separación a los hijos,
hablen abiertamente y con naturalidad, no demuestren angustia ni
pesimismo, respeten la reacción de ellos, les brinden
comprensión, den a conocer deberes y derechos, faciliten
el diálogo, manejen la situación con asertividad,
aseguren el cariño y el querer, mantengan lo más
normal posible la rutina de los hijos, respondan con honestidad,
protejan las opiniones positivas que tengan de su padre o madre y
mantengan la disciplina en ambos hogares.

Igualmente, los padres están obligados a trabajar
juntos en relación a los sentimientos de sus hijos, y
prestar las herramientas necesarias para que aprendan a
sobrellevar las dificultades. Es importante tomar decisiones
serias, basadas en el bienestar de los hijos, y tratar de que sea
en reuniones y de forma conjunta. Se puede recurrir a libros,
juegos o películas que traten el tema, así como
ofrecerle un ambiente seguro y agradable en cada
hogar.

Además, según Barreda (2000):

El pediatra o psicólogo puede ayudar a los
padres a comprender mejor los sentimientos de sus hijos y
darles consejos para que le expliquen la situación.
Es preferible reunir a los dos padres a la vez para
analizar la situación, ayudando a plantear
soluciones de acuerdo a las necesidades de los niños
o adolescentes. (s/p).

Igualmente, los padres pueden buscar ayuda en
terapeutas, consejería individual o grupal, actividades
psico – educativas por medio del habla, el juego o arte,
programas educacionales, intervenciones educativas y si es
necesario con psiquiatras para tratar ansiedad o
depresión.

En otro orden de ideas, la conflictividad conyugal o de
pareja que se salda con la ruptura, demanda un tipo de soluciones
en las que las funciones parentales y las relaciones existentes
entre padres, madres e hijos ameritan de un proceso de
readaptación y transformación, ya que se pierde la
intimidad cotidiana con el progenitor que sale de la casa y se
altera el orden familiar, por lo que los hijos pueden sentir
inseguridad.

Una de las transformaciones que ocurre al existir la
separación, se denomina materno filial, en la cual la
madre queda como responsable principal de sus hijos,
entendiéndose que el padre es un rol difícil de
sustituir de manera permanente, sin embargo para efectos
educativos puede ser desempeñado por una imagen masculina
de otro hombre de la familia, pero no es tan eficaz como la
presencia del propio padre. Por tanto, el progenitor
deberá brindar horas de calidad o de tiempo a sus
niños para que vayan adaptándose de la mejor forma
posible.

De otro modo, existe la transformación en paterno
filial, en la cual el padre es que el que queda a cargo de sus
hijos. Así lo expresa Rojas (2003):

Los padres están capacitados para
suministrar a los hijos nutrición emocional:
reconocimiento, amor y valoración. Los hijos,
sintiéndose reconocidos, queridos y valorados por
sus padres son capaces de integrar normas y seguridad en
proyectos personales coherentes. (s/p).

Por tal motivo, el rol del padre y la madre es
fundamental, puesto que los hijos necesitan un modelo a seguir
para formar su yo, consolidar su identidad y desarrollar sus
ideales y aspiraciones. Por tanto, constituyen parte importante
del componente emocional de los niños o
adolescentes.

Puede presentarse que muchos padres o madres sienten
culpa porque sus hijos no tienen lo que le ofrecería una
familia con ambos padres, lo cual representa doble
responsabilidad y requiere energías dobles, pero deben
aprender a cumplir su rol de manera operativa en la
formación y desarrollo de la personalidad de los
niños, satisfaciendo sus necesidades. Hay que tener
cuidado y saber manejar la sobrecarga, la desesperanza y la
desesperación, así como evitar el perfeccionismo,
la sobreprotección y la impotencia.

También se debe prescindir de conformarse con
cualquier pareja para ofrecer una figura materna o paterna a sus
hijos, así como recurrir a ayuda profesional si se
requiere. Se debe recordar que los niños necesitan madres
y padres fuertes y saludables de cuerpo, mente y corazón.
Igualmente, ofrecerles seguridad afectiva, armonía, paz y
comprensión; estimulándolos a seguir adelante y a
valorarse, ofreciendo consejos y orientación,
autonomía y libertad, demostrando confianza, respeto, buen
ejemplo y unión familiar.

Para concluir, el divorcio lamentablemente es una
realidad actual y por tanto los padres deben estar preparados
para enfrentar ésta u otras situaciones que transformen o
cambien su estabilidad familiar – emocional y la de sus
hijos, recordando que la comunicación es la base para
dialogar y llegar a acuerdos que beneficien a los hijos, ya que
cambiará el rol de pareja, pero nunca el de madre o padre,
por lo que se debe fomentar a pesar de cualquier circunstancia el
respeto hacia los dos progenitores, sabiendo que los hijos tienen
derecho a disfrutar del contacto con ambos para así
favorecer su adaptación en el ámbito familiar y
afectivo.

 

 

Autor:

Lcdo. Cascio Francisco

Lcda. Urbina Maira

Cohorte 2009-A

Educación para Padres

Facilitadora: MsC. Dulce Hevia

República Bolivariana de
Venezuela

Centro de Investigaciones
Psiquiátricas,

Psicológicas y Sexológicas de
Venezuela

Núcleo –
Táchira

San Cristóbal, mayo de
2010

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