El papel de la escuela en la formación y fortalecimiento de los valores
El papel de la escuela en la formación y
fortalecimiento de los valores – Monografias.com
El papel de la escuela en la
formación y fortalecimiento de los valores
La educación constituye uno de los mecanismos
fundamentales, empleados por las clases sociales para ser no solo
dominantes e imponer sus valores a la sociedad sino
también establecen su hegemonía y reproducen sus
patrones y valores en el ámbito social; plantean su ideal
no solo de lo que existe sino de lo que debe existir. Por esto,
la formación de valores en los ciudadanos, es una de las
necesidades más importantes a satisfacer en cualquier
sociedad.
En Cuba, un fuerte impulsor a los objetivos de la
educación y formación de la personalidad lo
constituye las reflexiones epistemológicas, sociales y
axiológicas del pensamiento pedagógico del Maestro
José Martí Pérez. El Maestro, consideraba la
educación como un derecho humano. También
entendía que educar es depositar en cada hombre toda la
obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen
del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a
nivel de su tiempo para que flote sobre el, y no dejarlo debajo
de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es
preparar al hombre para la vida. En esta ultima idea se resume el
carácter social de la educación e indica las
múltiples actividades que el hombre puede desarrollar al
desdoblarse como ser social, no solo entendida en su
dimensión material sino en el desarrollo de su
espiritualidad.
Destacó la importancia del trabajo como fuente de
riquezas y de desarrollo cuando dijo que cada hombre debía
aprender y hacer algo de lo que necesitan los demás y por
esa vía obtener recursos para vivir honradamente y con
decoro, enfatizó en que la educación prepara al
hombre para el trabajo creador, garantizando una formación
laboral activa y consecuente mediante el vínculo estudio
trabajo, es decir que Martí subrayó en la
importancia de educar la laboriosidad entre otros valores que
están presente en su pensamiento
axiológico.
Estos pensamientos martianos son realmente un himno a la
educación, gran enseñanza legó a los
maestros y profesores y a los que se forman como tales, dadas en
el deber, el compromiso, la responsabilidad social y profesional.
El humanismo martiano siempre confió en el hombre, lo vio
como centro y protagonista en el sentido creador y
transformador.
Sobre la base de estos argumentos se estima que existe
otro referente martiano que se debe considerar: la
relación dialéctica entre instrucción y
educación. Martí fue explícito al valorar
que la instrucción no es lo mismo que educación,
aquella se refiere al pensamiento y esta principalmente a los
sentimientos. Sin embargo, no hay buena educación sin
instrucción. Las cualidades morales suben de precio cuando
están realzadas por las cualidades inteligentes, es decir,
no se limita solo al campo cognitivo. Fija entonces una clave que
debe tenerse en cuenta en la educación de hoy,
especialmente la que nos reclama el presente, la de los
sentimientos. La educación de los sentimientos debe ir
aparejada a la educación científica, ante todo, hay
que suprimir el enfoque unidireccional que existe entre
instrucción y educación. La educación
intelectual sería vacía si no se le presta
atención al desarrollo de los sentimientos, cualidades y
valores vinculado esto a la realidad, a nuestra identidad,
raíces, tradiciones y cultura, tanto universal como
propiamente cubana.
Para Martí, estaba muy claro el concepto acerca
de la formación integral del hombre, en todo momento
debía presentarse la unidad dinámica que existe
entre los conocimientos útiles, el desarrollo del
pensamiento creador, la responsabilidad de actuar, de transformar
el medio cultural y social que lo rodea, y la formación de
valores morales positivos de todo hombre virtuoso. El proceso
idóneo para obtener esos objetivos los percibía
Martí en la conjugación dialéctica entre
conocer, pensar, actuar y formar valores.
Al ser la formación de valores una misión
de la sociedad, entre los agentes socializadores que intervienen
está la acción educativa de carácter
multifactorial, inciden la familia, la escuela, las
organizaciones políticas, de masas y estudiantiles, los
medios de comunicación masiva y la comunidad donde los
jóvenes se desenvuelven.
Se reconoce, el papel primario de la familia y la
coherencia que se debe lograr en las acciones que realizan todos
los agentes socializadores, no obstante se destaca el lugar que
le corresponde a la escuela en la formación de
valores.
Las instituciones educacionales en Cuba al desarrollar a
sus educandos en lo académico, laboral e investigativo,
contribuyen a desarrollar la personalidad y cumplir con su papel
principal de prepararlos para la vida. A la vez va formando en
los estudiantes la imagen que se debe dibujar del maestro,
creándole amor al trabajo y responsabilidad ante la
vida.
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